ESPECIAL
VIVA EL ORGULLO Por Luz Ocampo
C
omo cada año formaremos una marea arcoíris para celebrar el mes del orgullo, con el objetivo de hacer visible a una comunidad que ha sido discriminada.
Todo comenzó un 28 de junio de 1969 cuando la policía reprimió brutalmente a unos homosexuales reunidos en Stonewall Inn y después se los llevaron presos, pero la comunidad lejos de asustarse y cansados ya de tanta presión en contra de ellos, decidieron unirse y tomar las calles contra la política discriminatoria del gobierno; un año después de estos acontecimientos, tendríamos la primer marcha del orgullo gay en New York organizada por el gran activista Craig L. Rodwell. Y no celebramos sólo un día, sino todo un mes, para mostrarle al mundo que estamos orgullosos de ser quienes somos, para reflexionar y luchar de manera visible por nuestros derechos, para que los países dejen de criminalizar, reconozcan y protejan los derechos de la comunidad, para eliminar de la sociedad cualquier tipo de violencia por asumir públicamente las preferencias sexuales; ninguna persona debe avergonzarse de lo que es, sea cual sea su sexo biológico, orientación sexo-afectiva, su identidad sexual o su rol de género, porque el amor es la fuerza más poderosa que existe y nunca podrá ser motivo de vergüenza u odio. Porque, aunque se pueda creer que se han ganado derechos y libertades, la homosexualidad aún está criminalizada en 72 países, muchos de ellos con la pena de muerte.
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