BIBLIOTECA HERDER SECCIÓN DE SAGRADA ESCRITURA Volumen 138
INTRODLICCIÓN A LOS MÉTODOS DE LA EXÉGESIS BÍBLICA
INTRODUCCIÓN A LOS MÉTODOS DE LA EXÉGESIS BÍBLICA
Obra dirigida por
JOSEF SCHREINER
BARCELONA
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
EDITORIAL HERDER
1974
1974
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I Breve historia de la exégesis veterotestamentaria: épocas, objetivos, caminos
La comunidad reunida en torno a Jesucristo no ha creado el Antiguo Testamento; l9_]:1~ ~e:cibido. Sin él no habría llegado a ser lo que es, ni su teología tendría el horizonte de comprensión que le es comunicado por el mensaje veterotestamentario. La Sagrada Escritura de la Antigua Alianza era y es para la Iglesia algo más que un objeto heredado que se guarda con respeto. En los comienzos ella fue para la Iglesia la palabra de Dios que Ie .hablaba, le dio la posibilidad de interpretar el acontecimiento salvífico ocurrido en Cristo y le ayudó a conocer cuál era su sitio y su tarea en el mundo 1• Por consiguiente había que intentar comprender lo que aquélla proclama y había que aplicar a la propia situación lo que tiene! que decir. La comprensión cristiana de los libros sagrados de Israel era una tarea encomendada ya a las comunidades neotestamentarias. Pero también para la Iglesia de todas las épocas ha sido un imperativo Ia interpretación del Antiguo Testamento, si es que había de transmitir su mensaje en su integridad y fuerza original. Con esa interpretación se mantiene firme, a través de todos los tiempos, la necesidad de una explicación que proceda del espíritu cristiano. Diversas son las cuestiones que se plantean, las preocupaciones y el espíritu de la época, como son también distintos los métodos que se emplean. No siempre cuentan con la misma
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l. Para más detalles véase J. ScHREINER, _El mensaje neotestamentario y la palabra de Dios en el Antiguo Testamento, en J. SCHREINER- G. DAtJTZENBERG, Forma y· propósito del Nuevo Testamento, Herder, Barcelona 1972, p. 11-31.
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Josef Scbreiner
Breve historia de la exégesis neotestamentaria
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fuerza la atención a la palabra escrita. el esfuerzo por llegar a un conocimiento más profundo, el ruÍálisis de lo ya conocido o el afán de lograr una aplicación adecuada de los resultados 2•
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LOS COMIENZOS:
carga diferente y contenían un significado más amplio. Había que aclarar e interpretar muchas cosas para los lectores de la traducción. o había que hacerlas inteligibles por medio de una imagen. Naturalmente se introdujeron también las ideas propias de los traductores, y en el texto se reflejaron sus propias preocupaciones; sobre todo en la imagen que presentan de Dios y del hombre y en la interpretación escatológica de determinados pas¡tjes es posible comprobar los objetivos teológicos que perseguían 3• Debido al gran influjo que adquirió la versión de los Setenta en el ámbito cristiano -fue el Antiguo Testamento de Oriente. y en su antigua versión latina también por mucho siglos el de Occidente-. se puso en marcha una dirección hermenéutica fundamental que tuvo gran alcance: la interpretación a partir de la mentalidad y de los métodos greco-helenísticos. También en la transmisión del texto hebreo estaba en marcha un afán exegético. Pero aquí es mucho más dificil de captarlo porque los· soferim (escribas) y los masoretas. que fijaron el te,x:to uniforme e inalterable. preciso hasta en los detalles, eliminaron de la corriente tradicional las variantes y recensiones discrepantes. Con todo se puede decir que la puntuación y la fijación de la pronUnciación impusieron una cierta interpretación. Los traductores de los Setenta tenían como base el texto puramente consonántico en el que muchas palabras podían vocalizarse de diversas maneras. Con ello i adquieren en cada caso un sentido completamente distinto. sin:: que el contexto ofrezca siempre una opción segura. Así pues aí : fijar su vocalización hebrea se fijó también su significado. Se .·•~ delimitaron frases y fragmentos de frases. se intentó con ayuda del •')" .qere (=lo que se debe leer) y en contra del ketib (=lo escrito)¡ subsanar las supuestas o reales corrupciones del texto uniforme. f Para la obtención y fijación del texto masorético seguramente se: tuvieron en cuenta los resultados de la exégesis halákica y haggá)) dica y las interpretaciones de los targumim 4• De esta manera, a '
ELEMENTOS DE UNA INTERPRETACIÓN JUDÍA
Y DE UNA PRIMERA INTERPRETACIÓN CRISTIANA
La exégesis de los escritos sagrados de Israel tiene su origen ya antes del Nuevo Testamento. En los mismos libros del Antiguo Testamento se encuentran ya interpretaciones y explicaciones de las palabras del Señor hasta entonces promulgadas y registradas. de su voluntad tal como había sido declarada y puesta por escrito. de su actuación fijada en las Escrituras; prueba de ello son las tradiciones dobles y las reinterpretaciones. Pero en estos casos no se habla de exégesis; el concepto se emplea por lo general para designar el trabajo de interpretación de las Escrituras ya terminadas. El esfuerzo exegético aparece en primer lugar en la traducción más antigua del Antiguo Testamento que es la versión de los Setenta. La trasposición de los textos a una lengua y a una mentalidad diferentes trajo consigo necesariamente una interpretación y en parte una modificación del sentido de esos textos; y es que había que trasladar la redacción hebrea a una estructura lingüística distinta, y había que expresar el pensamiento hebreo en frases y giros helenísticos. Al traducir los verbos había que fijarse en los tiempos en que tenían lugar los diversos acontecimientos y no en los posibles tipos de acción. Había que recoger en conceptos gtiegos lo que expresaban palabras hebreas que a menudo tenían una 2. Las explicaciones que siguen sólo pueden ofrecer un bosquejo esquemático del camino recorrido en las diversas épocas por la exégesis veterotestamentaria. Por eso citamos a continuación las obras que más extensamente se han ocupado de la historia de la interpretación del Antiguo Testamento, que mencionan autores, valoran sus obras y que des· criben con detalle los distintos períodos;· cf. especialmente: L. DlE8"11!L, Geschichte des Alten Testaments in der christlichen Kirche, Jena 1869; B. SMAILEY, The study oi the Bible in the Middle Ages, Oxford 1952; R.M. GRANr, L'interprétation de la Bible des origines chrétiennes, a nos jours, París 1967; C. SPICQ, Esquisse d'une histoire de rexégese latine au moyen áge («<libliothi!:que thomiste» XXVI) Paris 1944; J. BoNSIRVEN- G. BARDYM. JuGIE- C. SPICQ- A. RoBERT- L. VAGANAY, art. lnterprétation, en DBS IV 561-646; H.J. IKRAus, Geschichte tler historisch-kritischen Erforschung des Alten Testaments, Neukir· chen 21969.
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3. Cf. J. SCHREINER, Hermeneutische Leitlinien in der Septuaginta; en O. LOREI"Z- W. SrRoLZ, Die hermeneutische Frage in der Theologie, Friburgo de Brisgovia 1968, 356-394. 4. Para los conceptos empleados aquí y en otros pasajes de este libro, véase al final el vocabulario técnico. Compárese con Jo dicho en este capítulo E. WüRTHWEIN, Der Text des Alten Testaments. :(iine Einführung in die Bibüa Hebraica, Stuttgart 31966, 17-34; J. BoNSIRVEN, op. cit. 561-569.
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Breve historia de la exégesis neotestamentaria Josef Schreiner
través de una selección cuidadosa y una oonservac10n fiel. surgió la forma normativa del texto original. fijada y asegurada bajo el influjo de diversas tradiciones exegéticas. EJ todo esto tuvo una gran importancia el mundo sirio-palestino. No es de extrañar que sea también en su seno donde se acomete la empresa de obtener la versión original de los Setenta (en los Hexapla de Orígenes) y u~a exacta traducción latina (por obra de Jerónimo). La comprensión de la Escritura propia de la comunidad de Qumrán posee unas características notables. Ciertamente parece haber conocido también la práctica de la explicación judía de la Escritura. tal como la elaboraron y desarrollaron los rabinos. Pero los intentos de interpretación que le son peculiares. y que se encuentran en los pesarim. muestran la aplicación amplia y decidida de algunas sentencias de la Escritura a la situación propia de la comunidad. al «Maestro de justicia» y a su obra. a los enemigos y a sus actividades. En este punto su manera de proceder está cerca de las preocupaciones e intereses que movían a la comunidad cristiana en la época neotestamentaria. También ésta relaciona la Escritura y muchos de sus enunciados aislados con su propia situación y con la idea que tiene de si misma. con sus enemigos y con su futuro, sobre todo con el Señor y su actuación. Pero la comunidad cristiana no pone su comprensión de la Escritura bajo el lema «interpretación» en el sentido de proclamación de un contenido secreto que ahora se ha revelado. que es lo que hacia la gente de Qurnrán, sino bajo el concepto de «cumplimiento» de una acción de Dios anunciada previamente y que ahora. o pronto, se hace realidad. En la contraposición de estas dos expresiones se manifiesta la diferencia esencial que existe entre las interpretaciones judía y cristiana. «Para los judíos» la Escritura es, «en su contenido y extensión totales, la norma única para el pensamiento teológico» y para la vida, de manera que normalmente la interpretan palabra por palabra, como suele ser el caso en el midrCIS, y la aplican así a las diversas circunstancias. Por el contrario. en el cristianismo primitivo es «la tradición de la vida de Jesús y la experiencia de la comunidad guiada por el Espíritu» la que, «justamente a la inversa, permite reconocer de un modo retrospectivo el Antiguo
Testamento como referencia a la plenitud escatológica» 5• De esta manera ya la primera comunidad tiene la libertad de recoger e interpretar aquellos textos que, según su comprensión guiada _por. ,el Espíritu, constituyen un anuncio ·de lo venidero y un~ e;xplicac1?n de la voluntad divina que se realiza y acontece en Cnsto. Gracias a la actitud crítica con que, según el testimonio del Nuevo Testamento Jesús devuelve a la Escritura su sentido y objetivo propios, la co~unidad consigue tanto distanciarse de las leyes cúlticas Y ceremoniales como el derecho de interpretar el Antiguo Testamento en su conjunto, refiriéndolo al Señor y a su palabra definitiva. De esta manera se experimenta la validez de las Escrituras de la Antigua Alianza al tiempo que sus limites. Y aunque los métodos de interpretación se parezcan a los judíos, como s~ pue~~ ver esp~ cialmente en Pablo, su punto de partida y su onentac1on son sm embargo distintos 6 • Pero en esta diversidad, que aparece ya claramente en el NT, late también el problema que habrá que superar constantemente a lo largo de la historia y que ciertamente no se le plantea a cada generación con la misma agudeza y claridad. Es la cuestión acerca de la inteligencia cristiana del Antiguo Testamento y acerca del grado y extensión de su validez. La exégesis debe dar una respuesta. al menos implícita, a este problema.
II.
LA INTERPRETACIÓN DEL ANTIGUO TESTAMENTO EN LA ÉPOCA PATRÍSTICA
El uso neotestamentario de la Escritura había acentuado en los evangelios la línea profética, y en la frase de Pablo d~ 1_Cor 9,10; 10.11. el significado existencial que tienen para el cristiano los textos veterotestamentarios. Clemente de Roma en su Carta a la Corintios, cuya oración final está cuajada de palabras del Antiguo Testamento. parece recoger la exhortación del Apóstol de que todo ha sido escrito para nuestra instrucción y aviso. Para fundamentar 5. W.G. KilMMEL, art. Schriftauslegung 111. lm Urchristentum, en RGG
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1520, 1519. ' 1 ' 1 6. Sobre la utilización del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento vease e artícu o citado en la nota l.
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su invitación a una actitud moral y una actuación cristiana auténticas toma numerosos pasajes de la Escritura, es decir, del Antiguo Testamento. El presentimiento de una diferencia entre ambos Tes-· tamentos sólo se deja oír con sordina en la idea de que en la Nueva Alianza se nos pide más que en la Antigua a causa de la mayor abundancia de gracia. Por el contrario la carta de Bernabé se fija decididamente en el rasgo profético de los escritos véterotestamentarios, y Justino Mártir hace de él, en su polémica con el judío Trifón, el punto clave de su interpretación. El canon del Antiguo Testamento no era entonces una realidad cerrada, lo que por otra parte posibilitó la adición de los libros neotestamentarios a la Sagrada Escritura. La preocupación exegética se dirigia preferentemente a la ley, los profetas y los salmos; en estos escritos se había preanunciado, según el dicho transmitido del Señor (Le 24,44), el acontecimiento de Cristo y sus consecuencias. En los escritos proféticos y en los poemas de Israel era relativamente fácil descubrir muchos elementos de ese preanuncio. Distinto era el planteamiento para el Pentateuco, pues allí. prescindiendo tal vez de los oráculos de Balaam (Núm. 23s), apenas parecía expresarse ningún anuncio de Cristo ni se contaba propiamente con la era salvífica de la Nueva Alianza. La ayuda vino entonces de parte de la eXplicación judía de la Escritura. Siguiendo los postulados de una interpretación adecuada a los tiempos, cosa que ya se podía comprobar en los Setenta, Filón de Alejandría desarrolló y aplicó a la interpretación del Antiguo Testamento un método que abría un sentido nuevo más allá del tenor 7 literal • Se trata de la alegoresis *. interpretación conceptual de una alocución metafórica, o que se entiende como metáfora. Es p~sible que también en algún otro sector del judaísmo haya aparecido la interpretación alegorizante. Pueden haber inducido a ello los oráculos de los profetas que con frecuencia bajo una expresión metafórica y simbólica escondían un sentido más profundo, que había que 7. Cf. para este capítulo: J. CHRISTIANSEN, Die Technlk der allegorischen Auslegungswissenschaft bei Philon von Alexandrien («Beitriige mr Geschichte der biblischen Henneneutik» 7) Tubinga 1969.
* En castellano se suele decir «alegoría», pero hemos preferido respetar la distinción que hace el autor entre la alegoría como figura literaria y la «alegoresis» como método de interpretación (cf. las notas lexicográficas, al final del libro). Nota del traductor.
ne~testamentaria
descubrir. Quien tuviera la idea de que el Antiguo. Test~m~nto era obra de profetas, como era el caso de la mentalida_d .Judía y . . . con una. concepción completamente distinta del cnstuma, SI. b.1en , t' m·cli · fáeilment e podría objetivo de ese mensaje profético. · sen . Irse d "d t dos los textos posibles como enunciados metana oacons1 erar o ., fl · f' . s y a interpretarlos en consecuencia. Pero Filon re ex.Iona orbico so re su me'todo e m·tenta fundamentarlo científicamente. Toma d · · ·de , la filosofía platónica el procedimiento dialéctico de la . ~Vlsion de conceptos (diéresis), procedimiento en el que se va delimitando cada uno de 1os d1'stm'tos elementos' no· contenidos . en, el· concepto. · d' y en una serie progresiva se llega a encontrar la Idea ultima e m 1visible de la cadena, a la vez que se comprueba el parentesco que existe entre los diversos conceptos. Filón arranca de la palabra. la Escritura y busca «un concepto más amplio que por ~u senti o esté relacionado con esa palabra de la Escritura» .. ~sta VIene a -~r entonces el símbolo de aquel conceptos. «El símbolo es. la expresi~n de una participación común de dos conceptos en una Idea. Uno .e estos conceptos viene dado por una palabra de las sa~adas Escr~ turas. Sólo se llega al conocimiento de la unidad de las Ideas a traves del conocimiento de la igualdad y mismidad» 9. De lo qu~, se trat: . . te es de encontrar y probar esa .relaciOn por consiguien . · d - s_ par . trata. siempre sólo de una igualdad• semeJanza o Identida . . . ¡to - . En este procedimiento Filón emplea los medios de. conoy de prueba que pone a su disposición la Citemos un ejemplo que puede ilustrar otros muchos: la serpiente de Gén 3,1 se interpreta del placer sensual; «pues el. p~acer sensual es también intrincado y multiforme como los movrmiento~ de la ser. te u Además Filón está convencido de que la Escritura revela pien». . ddla el conocimiento de todas las cosas; por consigUiente con ayu .a e alegoresis hay que en(!9ntrar (la idea) a que alude la Escritura o que en ella está contenida pero sin desarrollar. , . Los Padres adoptaron ampliamente este metodo de mterpreta: . , Claro que en lugar de la idea filónica ellos. colocan (casi CIOn.
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filos~fía.
S. J. CHRJSTIANSEN, op. cit. 44s. 9. J. CHRISTIANSEN, op. cit., 47. lO. Así J. CHRISTIANSEN, op. cit., 98. ll. Véase J. CHRISTIANSEN, op. cit., 67ss. 145.
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Schreiner, lntrod. 2
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Josef Schreiner
siempre) la revelación de Cristo. Así, por ej., la carta de Bernabé, combinando Gén 14,14 con 17,23.27, supone que Abraham introdujo la circuncisión con los ojos del espíritu puestos en Jesús. La igualdad que hace posible esta interpretación se obtiene por medio del simbolismo de los números: Abraham circuncidó 318 siervos; el signo numérico de 10 es L, el de 8 es 'YJ; de ahí resulta ~I'Y)o-oü~ (Jesús); la cifra de 300 es la T, el signo de la cruz, que simbol~a la gracia. Se efectuaron numerosas interpretaciones de este tipo•. Común a todas es el hecho de que detrás del texto escriturístico se busca y se encuentra un sentido más elevado, el sentido verdadero y cristiano. La interpretación alegórica se practica sobre todo ~ aquí se deja notar el influjo de Filón- en la escuela de teólogos alejandrinos. Clemente de Alejandría es del parecer de que las verdades más elevadas sólo pueden enunciarse por medio de símbolos. y que por consiguiente quien quiera llegar al verdadero conocimiento no puede quedarse en el sentido literal de las palabras. Orígenes practica la alegoresis a gran escala. Como exegeta inteligente que es, ve las dificultades, las «imposibilidades» y las consecuencias «indignas de Dios» que resultan de una simple traslación del sentido literal a la revelaCión de Cristo y a la realidad cristiana. Dice que de esta manera lo único que se hace es dar la razón él; los judíos que se limitan a tomar textualmente las predicciones y. consecuentemente ven que, como por ej. Is 11 ,6ss, no se han cumplido; y, por lo tanto, niegan que la venida del Mesías haya ocurrido ya. Dice asimismo que de esta manera se refuerza la posición ·de los herejes, que toman a la letra los enunciados referentes a la venganza, los celos y el arrepentimiento de Dios, para distinguir así al verdadero Dios del Dios de los judíos. Por ·esta razón aplica la distinción que ha~ Pablo entre la letra y el espíritu {2Cor 3,6) y dice, usando la terminología filónica, que en la Escritura hay que distinguir el cuerpo y el espíritu. Este esquema fundamental , se desarrolla luego con ayuda de la doctrina referente a la estructura tripartita del hombre (cuerpo, alma y espíritu): sólo los espíritus simples intentan encontrar su consuelo en el sentido corporal, literal, de la Escritura; los que están más avanzados se alimentan de lo que constituye su alma; y los perfectos se gozan en el sentido 18
iritual. Así es Orígenes el primero en crear (en el De Principiis IV) esP 1 . ., inft d na teoría de la hermenéutica bíblica, la cua s1gu10 uyen o : lo largo de los siglos, sobre todo en la teoría de los múltiples . entidos de la Escritura. Uno tiene la impresión de que Orígenes :oma lo que le parece conveniente del pensamiento cristiano y lo · corpora casi arbitrariamente a los pasajes veterotestamentarios. ~sto no le impide postular que se arranque del sentido literal. El es también el que en la gigantesca obra de los Hexapla se esforzó como ningún otm de los Padres por obtener un texto fidedigno. Pero el sentido espiritual sigue siendo la meta de toda exégesis y de toda comprensión de la Escritura. Después de la ma:cha de Orígenes la escuela alejandrina siguió aferrada a la alegores1s; pero no volvió a conseguir ni los logros ni la importancia del maestro. También Justino Mártir, que comparte la opinión de Trifón de que en la Escritura no hay nada insignificante, y que probablemente fue el primero que se esforzó por aducir las citas escriturísticas según su tenor literal, emplea el método de interpretación alegórica. Pero parece darse cuenta de que ésta aporta poco a la hora de probar, en el diálogo con el judío, que el Antiguo Testamento pertenece a los cristianos. Justino sabe que la argumentación mejor está en la línea predicción-cumplimiento, y es por eso que en su interpretación cristológica busca. sobre todo tipos <<que anuncien por adelantado la persona y la pasión de Cristo». Así, pues, prefiere la: interpretación tipológica. «La tipologia consiste en comprobar la correspondencia que e;xiste entre personas, acontecimientos, instituciones y objetos de una época anterior y otros determinados de una época posterior. Para ello es en realidad indiferente que la relación sea positiva (Moisés/Cristo) ó negativa (Adán/Cristo), o que presente una clara gradación» 12• Por medio de la alegoresis y de la interpretación tipológica se podía acentuar la unidad de ambos Tes.tamentos y mantener la Escritura de la Antigua Alianza, que Marción rechazaba, como .libro de la Iglesia cristiana. Pero con el hallazgo del tipo se pone también al descubierto la diferencia entre ambos Testamentos: los contenidos veterotestamentarios no son más que un presagio y un paradigma del las realidades posteriores.
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12. ARMSTRONG, Die Genesis in der· Alten Kircht~ («Beitriige zur Geschichte der biblischen Hermeneutik» 4), Tubinga 1962, 49.
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Breve historia de la exégesis neotestamentaria
Pero con todo esto todavía no se había atacado la cuestión de cuál era la interpretación acertada. La plantearon los grupos heréticos, en cuanto éstos podían emplear particularmente la alegoresis, para introducir en la Escritura sus propias concepciones. Ireneo de. Lyón, que escribe contra los herejes su importante obra Adversus haereses, se enfrenta con este problema. Utiliza los dos métodos exegéticas, corrientes ya en su tiempo, pero da mayor cabida a la interpretación literal del Antiguo Testamento. Acentúa la unidad de la acción divina y de ambos Testamentos; ÍJero reconoce también su diferencia. Y la explica por el plan salvífico de Dios: el Señor quería educar a su pueblo para cosas mayores, como se puede ver en la ley. Para ello Ireneo desarrolló la «idea, fecunda pero inacabada, de los cuatro testamentos o alianzas (Adán, Noé, Moisés, Cristo), idea que como es sabido recogieron más tarde Olevian, Cocceius y otros (III, 11, 8)» 13 • Mas para evitar que los gnósticos pudieran abusar del Antiguo Testamento y utilizar la alegoresis para sus propios fines, Ireneo postula que se le interprete «según la regula veritatis, que es la verdad fundamental del Evangelio». «Sólo la Escritura contiene la verdadera gnosis, y ésta pertenece exclusivamente a la Iglesia que se encarga de protegerla contra toda clase de modificaciones.» Así es como «lreneo combate el intento de adaptar la Escritura a sistemas extraños y tradiciones privadas» t4. Tertuliano, que es el primero en plantearse la cuestión de una Biblia latina, se encuentra en una situación parecida a la de Ireneo y edifica sobre los conocimientos de éste. Frente a los gnósticos es sobrio en sus interpretaciones y se mantiene fiel al texto; en la respuesta a Marción se sirve de la tipología. Pero tiene «un firme principio hermenéutico, el de la regula fidei», principio que había de alcanzar gran importancia en la Iglesia occidental: «Los herejes tuercen con demasiada facilidad el testimonio de la Escritura ... Por consiguiente la interpretación requiere una norma. Para Tertuliano esta norma adquiere una modalidad consistente en la regula fidei.» Esta «es un compendio de la fe cristiana tal como se encuentra en el testimonio de la Sagrada Escritura - especialmente en el Evangelio .(Prax. 2)- y en el de la doctrina o tradición ecle-
siástica. Su importancia capital radica en su aplicación normativa a la interpretación y predicación de la Iglesia. Y la razón de que posea· esta función normativa es que se funda en Cristo, fuente de · la doctrina cristiana» 15• Así es como a mediados del siglo m estaban ya elaborados los . métodos principales, los planteamientos y principios hermenéuticos que habrían de regir en Ja época siguiente, si bien se siguieron desarrollando y acentuando diversos aspectos. Mientras los Padres palestinos y capadocios oscilan entre la interpretación textual y la alegórica, a finales del siglo m se forma en Antioquía una escuela teológica que pone todo el énfasis en el sentido literal. Su verdadero fundador fue Diodoro de Tarso, el cual defiende la theoria, la contemplación, basada en el sentido histórico de un texto, y to~ ma partido contra la alegoresis pura e incontrolada. En Teodoro de Mopsuestia, acérrimo defensor de la interpretación histórica, esta actitud le lleva entre otras cosas a considerar el Cantar de los Cantares como una colección de poemas amorosos, siendo así el único que en la antigüedad rechaza la interpretación alegórica tan extendida hasta nuestros dias. En Juan Crisóstomo pasa a primer plano el interés práctico; interpreta la Escritura con vistas a obtener de ella una instrucción de tipo ético. Sin reflexionar acerca de las reglas hermenéuticas suele acertar bastante bien con el sentido literal. Con Teodoreto de Ciro el interés se centra en conservar Y transmitir los conocimientos exegéticas obtenidos hasta entonces. En occidente se deja notar el influjo de Orígenes en Hilarlo de Poitiers. el cual pasa de buen grado de la interpretación alegórica a la parenesis dogmática, en la que se puede desarrollar el principio de referirlo todo a Cristo. Algo semejante se puede decir de Ambrosio, que influyó fuertemente en Agustín; Ambrosio se deja guiar p(lr el objetivo de la predicación y por las necesidades de sus oyentes; no examina los méto9.08 de interpretación pero admite un triple sentido en la Escritura: el histórico, el místico y el ético. La alegoresis -le sirve para encontrar y exponer los misterios que se es· conden ·en el Antiguo Testamento. Jerónimo, que dedicó toda su vida a la Biblia y cuyo mérito supremo está en el terreno de la tra-
13. L. DIESTEL, op. cit., 57. 14. G.T. ARMSTRONG, op. cit., S9s.
15.
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G.T. ARMSTRONG, op. cit., 138.97.
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Josef Schreiner
Breve historia de la exégesis neotestamentaria
ducción, en lo que toca a la exégesis y hermenéutica muestra una actitud vacilante. Inclinado de suyo a la interpretación alegórica y al sentido profundo, pone en guardia contra posibles exao-eraciones y a veces sólo concede validez al contenido literal de ~s textos. Gracias a sus conocimientos lingüísticos llega a formular juicios críticos sorprendentes. En sus obras ha conservado muchos elementos de los escritos exegéticas de los Padres, hoy perdidos. Jeróniillo vio, como ningún otro padre, las dificultades que para su comprensión plantea el Antiguo Testamento. Al ·menos en su trabajo de traducción indicó también el camino a seguir para llegar a una recta inteligencia de la Escritura, la cual debe basarse en una exégesis esmerad: ~el texto escrito antes de poder pensar en las aplicaciones - a Jeronuno Ie gustaban las aplicaciones ascéticas-. También para Agustín la doctrina de la Iglesia y el uso práctico son los criterios fundamentales en la interpretación de la Escritura. Pese a todo el interés que siente por el sentido literal, la verdadera tendencia de su método exegético queda patente en las reglas de Ticonio, reglas qu~ é~ conoce y cita y que consisten en una serie de principios h~r~eneuttcos. para ~~contrar, en interpretación armónica y ale-· gonca, el sentido espiritual del Antiguo Testamento en relación con Cristo y la Iglesia, el maligno y sus secuaces. Agustín descubre además en medio de los contrastes la unidad que se da en la relación de imagen Y cosa, y la historia del Antiguo Testamento se convierte para él en una serie de figuras que presagian la realidad de Cristo. En la época siguiente tuvo gran influjo su obra De doctrina christiana, en la que expone sobre todo sus concepciones hermenéuticas.
en las llamadas «catenas» (cf. p. 46s). De ellas extraía la exégesis sugerencias y material para una interpretación lo más detallada po&ible de .la Biblia, dentro de un sistema de la verdad revelada, a menudo por medio de fatigosas y minuciosas divisiones y subdivisiones. Con la exégesis de: los padres se adoptan también sus principios y métodos, gracias a los cuales era posible entender y expresar el mensaje del Antiguo Testamento dentro de la revelación cristiana. En todo esto «difícilmente se puede sobreestimar el valioso papel que tuvo la alegores:is en la conservación de la tradición cristiana total... Durante toda la antigüedad y a lo largo de la edad media la alegoresis se fue acreditando constantemente como el medio adecuado para suprimir tradiciones discordantes, especialmente del Antiguo Testamento, dejando en vigor la necesidad de reconciliar revelación y razón» 17 • A los exegetas medievales les faltaba una filología precisa y generalmente también un sentido de la historia. Las cuestiones que hoy se tratan en la ciencia introductoria no les interesaban, limitándose a repetir lo· que escribió Jerónimo en sus prólogos a los diversos libros de la Biblia 18• Pero lo que preocupaba a todos -sin que sea posible mencionar y valorar a los numerosos autores en esta breve reseña- era captar el sentido múltiple de la Escritura. Inspirados en el ritmo ternario de la existencia cristiana fe-esperanzacaridad, establecieron, con el literal, un cuádruple sentido de la Escritura: 1.0 sen'SUs literalis, el sentido literal, textual; 2.0 sensus allegoricus, que descubre la doctrina de la Iglesia en la verdad revelada; 3.0 sen-sus tropologicus (moralis), que se refiere a la actuación cristiana; 4.0 sensus anagogicus, referido al estado de cosas neotestamentarios y celestiales. Con todo no se debe pasar por alto que, a pesar de sus deficientes conocimientos lingüísticos, de su inseguridad y de no pocas interpretaciones arbitrarias, los exegetas medievales ahondaron considerablemente en la evaluación del sentido literal de la Escritura. Ello fue fruto de su íntimo contacto con los padres y de: su afán por captar el espíritu de la Escritura a través de su constante lectura y meditación. Por otra parte, en los siglos ·xn y XIII, como se puede
Ill.
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LA EXÉGESIS VETEROTESTAMENTARIA EN LA EDAD MEDIA
«En el milenio siguiente a Agustín no aparecen puntos de vista fundamentalmente nuevos sobre la interpretación de la Escritu16 ra» • hacia el final de la época patrística se había empezado a reunrr Y conservar lo elaborado hasta entonces. Los resultados se recogían fundamentalmente, tanto en oriente como en occidente,
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1~. K. FRiiR, Wege zur Schriftauslegung, Biblische Hermeneutüc für Unterricht nd Predtgt, Düsseldorf '1967, 22. u
17. W. KAMLAH, Christentum und Geschichtlichkeit, Stuttgart 21951, 91. 18. Así SPICQ, Esquisse, 374.
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Josef Schreiner
apreciar sobre todo en Tomás de Aquino,. se hacen los primeros intentos por comprobar la existencia de los géneros literarios, si bien dentro de la terminología escolástica 19• Los autores se dan cuenta de que Dios habla en lenguaje humano, empiezan a apreciar el peso que tiene el sentido literal y a valorar el contexto como una ayuda para la interpretación, y llegan al conocimiento de que hay que partir de los pasajes claros para iluminar los difíciles 20• · La exégesis del Antiguo Testamento recibió un impulso importante y eficaz de parte de la exégesis judía. Perceptible ya alrededor del año 1100, este impulso conduce a resultados palpables al alborear el siglo XIV. Judíos y cristianos coincidían en la alta estimación que tenían de la tradición y de la alegoresis. Ni unos ni otros podían sustraerse al influjo de Aristóteles, de modo· que se vieron empujados cada vez más a valorar la importancia del sentido literal. Los nuevos principios .influyen particularmente en Nicolás de Lyra, que intenta llevarlos a la práctica. Ciertamente que también él afirma «la triplicidad del sentido místico, pero se toma en serio la significación fundamental del sentido literal y postula para su adquisición segura los métodos hermenéuticos pertinentes, especialmente en el terreno lingüístico». Según él «hay que empezar por el sentido literal»; postulado que «en el fondo no es más que un reforzar el principio que anteriormente se había asentado de manera asaz vacilante»; a saber, «que por lo menos todo lo que tiene importancia dogmática se contiene también en el puro sentido literal» 21, y que hay que considerar el sentido místico en absoluta dependencia del literal. Nicolás ejerció una influencia de gran alcance, incluso en Lutero.
IV.
Breve historia de la exégesis neotestamentaria
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LA COMPRENSIÓN DE LA ESCRITIJRA EN TIEMPO DE LA REFORMA
Con el alejamiento de las interpretaciones y autoridades tradicionales y con el viraje decidido hacia el texto bíblico, tal como 19. C. SP.IcQ. Esquisse, 244-246. 20. C. SPICQ, Esquisse, 250-252. 21. L. DIESTEL, op. cit., 198.
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aparecen clara y resueltamente en Lutero, surge el principio protestante de la sola Scriptura: sólo la Escritura es fuente y criterio en todas las cuestiones de la fe y de la doctrina eclesiástica. En consecuencia, se estableció el postulado de que había que quedarse en el se~tido literal, porque contiene todo lo que puede ser importante para la fe y para la teología cristiana; se rechazó enérgicamente todo tipo de alegoresis, ya que en el mejor de los casos no pasan de ser reflexiones ornamentales y edificantes. Consecuentemente la investigación escriturística volvió su atención al texto original y a su interpretación. Las bases de este movimiento las había creado ya el humanismo con su promoción de'los estudios lingüísticos y con la edición impresa de la Biblia hebrea. Entra en el campo visual la participación humana en la composición de los libros bíblicos, pero no cabe duda alguna de que es Dios quien nos habla desde ellos. Se interpreta el Antiguo Testamento a partir del Nuevo y se lo entiende como un testimonio que apunta a Cristo.. También en él se ve en acción la gracia de Dios y la promesa, y en él se encuentra ya .la Iglesia de Dios, tanto desde Adán como desde Abraham. Se percibe la diferencia que existe entre ambos Testamentos, pero no se hace de ella un principio de separación. Se piensa que junto· con Israel también la comunidad de Cristo espera la irrupción de su futuro definitivo. A partir de esta posición fundamental tenía que cobrar vigor la tipología, como en el caso de Karlstadt; y lógicamente en la ortodoxia protestante, que aceptaba una inspiración literal de la Biblia por parte de Dios, tenía que ser la Escritura la que procurara argumentos para probar la doctrina de los reformadores. Una vez afirmada y aceptada la suficiencia universal y la inteligibilidad de la Sagrada Escritura. surge la pregunta de si también el no creyente - que no está guiado por el Espíritu - puede percibir y conocer la palabra de Dios; y con ocasión de esta pregunta se enciende la discusión sobre la genuina hermenéutica. Y es que el Espíritu Santo, que ha inspirado todas las palabras de la Escritura, es quien hace que el creyente las entienda. Por Consiguiente; no queda más remedio que decir que el no creyente podrá captar, sí, el sentido literal, pero no el enunciado salvífico o de fe, y de esta manera se vuelve otra vez a la hipótesis de los varios sentidos de la Escritura. 25
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Al mismo tiempo florece la alegoresis en la interpretación práctica de muchos teólogos. Además lo que se busca sobre todo en la Escritura es la doctrina, y no la historia de Dios con los hombres. Sin embargo el punto de partida para una consideración crítica e incluso histórica del Antiguo Testamento estaba dado ya con el humanismo. Pero «el factor que provoca abiertamente a la crítica, y desempeña un papel decisivo», es el dogma de la inspiración verbal absoluta «con todas sus consecuencias hermenéuticas» 22. El pensamiento histórico surge con Cocceius en la teoría ya citada de las cuatro alianzas de Dios; y la exigencia de que se clarifique históricamente el origen de los libros veterotestamentarios, petición que se encuentra, por ej., en Masius (con respecto al libro de Josué) y en Pereira (con respecto al Pentateuco), marca la llegada de la investigación histórico-crítica del Antiguo Testamento.
V.
DIVERSAS POSICIONES Y CORRIENTES EN LA EXÉGESIS VETEROTESTAMENTARIA DE LA EDAD MODERNA
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Los objetivos que se anuncian al final de la época de la ortodoxia protestante no atraen directamente el interés en la época siguiente. Los esfuerzos por entender el Antiguo Testamento se mantienen durante siglos bajo principios y horizontes mentales de tipo filosófico, hasta que aparece el método histórico-crítico, que por supuesto tampoco está libre de tales prejuicios. Este método se desarrolla Y experimenta principalmente sobre el Pentateuco. H. Grotius intenta dar una interpretación histórica del Antiguo Testamento dentro de la literatura e historia humanas. Spinoza percibe el planteamiento histórico-literario del problema y elabora para solucionarlo una serie de principios hermenéuticos. R. Simon - sin estar influido por teorías anteriores- quiere investigar los orígenes del Antiguo Testamento; serio intento científico que por primera vez pone el acento en la historia de las tradiciones de los 22. H.J. KRAus, op. cit., 37s. 23. Aquí hay que referirse a la exposición de H.J. KRAus, op. cit. Las indicaciones que pueden ofrecerse en el presente artículo siguen en gran parte el material elaborado por KRAus.
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textos bíblicos, y que sólo 100 años más tarde tendrá repercusiones importantes en Alemania (con J.S. Semler). Después de estos y otros trabajos preliminares, el Antiguo Testamento se vio sometido en la ·época de la ilustración a un examen crítico que abarcaba todas sus facetas. Bajo el lema «Ten el valor de usar tu propio entendimiento», idea que a partir de Kant constituyó la divisa de la época, se modifican la estructura del conocimiento y las normas que habían servido para interpretar el Antiguo Testamento. La nueva tendencia de los espíritus repercute primeramente en J .S. Semler con una doble consecuencia: por una parte, se emplea también con la Biblia la «crítica profana» que se aplica a cualquier obra literaria; y por otra, se distingue en ella el contenido divino de la forma humana, se pide una clara diferenciación y valoración dentro de los mismos libros veterotestamentarios y se considera que un extracto de ellos sería suficiente para la religión y la fe cristianas. Pero luego aparece con G.E. Lessing el principio de que «las verdades históricas casuales no pueden llegar a ser nunca una demostración de las verdades racionales necesarias», con lo cual la verdad eterna conocida por la razón viene a ser el criterio normativo para todo lo que se encuentra en la Biblia. Al Antíguo Testamento no le queda otra significación que la de haber sido un medio para la educacion del pueblo elegido en orden a aquella verdad eterna de la razón. Así es como el Antiguo Testamento, en parte con Semler y totalmente con Lessing, se hunde en el pasado. Superada la ilustración, al alborear el siglo XIX, J.G. Herder tuvo gran importancia en lo que toca a la concepción del Antiguo Testamento. Se podría decir que, en un contexto de valoración de lo natural, el Antiguo Testamento adquire vida en la vivencia del lector que intuitivamente penetra en él, aunque no por eso alcanza una relevancia teológica y comprometedora frente al hombre autosuficiente. J .G. Eichhorn resume los principios críticos del siglo XVIII y se esfuerza por establecer un nuevo punto de arranque con las posiciones de Semler y de Herder: <<Dentro de la evolución del mundo, que representa a escala universal la evolución natural del hombre desde la infancia hasta la madurez, el Antiguo Testamento ocupa la ..edad infantil del mundo".» La forma de expresión propia de aquella época es el mito, que ahora se. entiende, contraponiéndolo a las
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historias. verdaderas, «como una forma de lenguaje, de pensamiento y de representación de tipo sensorial-infantil, en la cual se manifestó la verdad eterna dentro del proceso educativo de la economía salvífica» 24• De esta manera se impuso en la ciencia bíblica la fijación de unos conceptos cuyas consecuencias aún hoy se dejan sentir. Descontento con una exégesis puramente histórico-gramatic~l. W.M.L. de Wette pone en tela de juicio el valor histórico de los enunciados del Pentateuco 25 y al mismo tiempo postula la adopción de una interpretación que edifique y elabore, es decir que fomente, la vida ética y piadosa. Tal interpretación apunta siempre a la relación con Cristo, ve en él a la vez el modelo y el cumplimiento, y llega en un recorrido cauto y reflexivo hasta el presente. Pero ~ll referir los enunciados veterotestamentarios a los .valores humanos en general, la relación entre ambos Testamentos queda otra vez en el aire y sin determinar. Es sobre todo en este punto donde se manifiesta el influjo de los presupuestos filosóficos. También la filosofía de Hegel influyó de manera fuerte y persistente en la exégesis veterotestamentaria, sobre todo en la teología bíblica que escribió W. Vatke, y en la presentación de la historia de la religión israelita. «El sistema por el que el espíritu absoluto llega a la manifestación y a la conciencia de sí mismo a través de los tres momentos de tesis, antítesis y síntesis» se transfiere también a la religión con «este triple grado: religión natural- religión artificial- religión revelada.» La israelita, como «religión sublime», aparece en el lugar más bajo del segundo grado, y por encima de ella la griega y la romana; el cristianismo constituye el tercer grado 26• De esta manera el Antiguo Testamento, enormemente alejado del Nuevo, se sitúa en Ja evolución (general) de la religión y queda sometido al módulo del espíritu absoluto. Así pues los diversos impulsos filosóficos dieron como resultado una comprensión previa, una especie de superestructura montada sobre la crítica histórica, que repercutió con distintos matices en los diversos autores. «Son tres los conceptos fundamentales que aquí
aparecen con sorprendente regularidad: evolución, progreso, personalidad» TT. Así, por ej., B.H. Ewald quiere trazar en su «Historia del pueblo de Israel» la historia de la evolución de la religión verdadera y perfecta. B. Duhm ve en los profetas las grandes personalidades que liberan a la religión de Israel de sus vínculos con la naturaleza. B. Stade, todavía con más decisión que H. Schultz, entiende la «teología veterotestamentaria» como· una descripción de la «religión revelada en su fase precristiana de desarrollo». En J. Wellhausen se ve cómo las diferentes corrientes filosóficas se entremezclan y le llevan a hacer una valoraciqn peculiar. Wellhausen acude a la historia de Israel para diseñar a través de ella la evolución de la religión; para ello se sirve de dos puntos de referencia que son el nacimiento del Deuteronomio y la datación tardía del escrito sacerdotal (Priestercodex), tal como la había expuesto H. Graf. El análisis lo desarrolla con claridad y agudeza; así dice, por ej., acerca del lugar del culto divino: de los libros históricos y proféticos se deduce que no existe indicio alguno de que en la antigüedad hebrea hubiera un santuario con derechos exclusivos. El Y ahvista (J) aprueba la pluralidad de altares. El Deuteronomio exige la unidad local del culto divino. El escrito sacerdotal (P) la da por supuesta y la transfiere a los tiempos primitivos valiéndose de la tienda de reunión 28• Toda la evolución termina en el judaísmo legal, en el anquilosamiento; se persigue una historia que cuando llega a su final tiene todos los caminos cerrados. Con todo era necesario escribir esta historia crítica de la religión de Israel, en la cual había trabajado toda la centuria. En cuanto se la pudiera purificar de la valoración enmarañada, daría sus frutos. En la cita que hemos tomado de la obra capital de Wellhausen sobre el Antiguo Testamento se puede apreciar claramente cuál era el campo de trabajo más importante para la crítica histórica y. literaria del siglo XIX: la investigación de las fuentes del Pentateuco. Junto a ella discurría cada vez con mayor fuerza el estudio de los diversos estratos que componían los restantes libros veterotestamentarios. El descubrimiento y exploración del antiguo oriente obligó a establecer una comparación del Antiguo Testamento con las cut-
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H.J. KRAus, op. cit., 137.150.
25. R. SMEND, Nachkrltische Schrlftauslegung, en Parrhesia (K. BARTH zum 80. Geburtstag), Zurich 1966, 215-237, 222.
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H.J. KRAus, op. cit., 191s.
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27. !K. FROR, op. cit., 30. 28. Prolegomena zur Geschichte lsraels, Berlín 31886, v.
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toras y religiones de su entorno, labor que emprendió la escuela de historia de las religiones, como es natural cayendo en bastantes exageraciones (la llamada polémica «Bibel-Babel») como suele ocurrir cuando surgen repentinamente nuevos elementos de juicio. Esto mismo impulsó también a H. Gunkel a poner en marcha el método de la «historia de las formas». De esta manera hemos llegado al planteamiento actual del problema, planteamiento que no puede desarrollarse con más detalle en ~1 marco de este esquema. Nos remitimos al artículo correspondiente en Palabra y Mensaje del Antiguo Testamento 29• Valga una breve mirada perspectiva para cerrar esta exposición sistemática de la historia de la exégesis veterotestamentaria, en la que sólo se han podido ofrecer algunas indicaciones y referencias, pará facilitar la comprensión de las distintas épocas, de sus problemas y de los esfuerzos que en cada una se realizaron. «La crítica había emprendido la tarea de hacer justicia a los textos y a los autores, de liberarlos de las camisas de fuerza en que estaban metidos.» Su tarea «es el encuentro histórico de la verdad, no la destrucción ciega o, lo que viene a ser lo mismo, la suspicacia hipercrítica de todas las posibilidades del saber al servicio de un principio. En conjunto, la critica ha realizado esa tarea responsable. Los resultados están a la luz, por supuesto con más claridad en lo que tienen de negativos que en lo que tienen de positivos; pero está bien que así sea» 30• Ahora los textos pueden decir lo que quieren decir y expresarse según sus características propias. Para que lograsen esta libertad era necesaria la crítica. El exegeta tiene que hacer lo posible por no introducir sus ideas propias en el mensaje de los textos: lo que ha de hacer es escucharlos y dejar constancia de sus enunciados y propósitos. Por lo tanto no puede limitar sus manifestaciones al estilo y al lenguaje, a la historia y la cultura, a la legislación o a la vida de aquellas épocas antiguas. Lo que pretenden es poder expresarse acerca de ·Dios y acerca de las relaciones del hombre con Dios. Pero quien interpreta los escritos de ·Israel dentro del ámbito
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del cristianismo, interroga también al Antiguo Testamento como un teólogo cristiano. Entonces surge necesariamente el deseo de encontrar una comprensión cristiana de esos escritos, cosa que ya percibieron y persiguieron los padres. Hay que repensar lo que significan la tipología, el proceso predicción-cumplimiento, la abertura del Antiguo Testamento al Nuevo y .a la situación cristiana, así como las líneas fundamentales comunes a toda la Biblia 31 • También merecen atención y un esfuerzo honrado por solucionarlas, las nuevas cuestiones que plantean las corrientes propias de cada época; así en nuestros días, en conexión con la gran importancia de la «situación vital» (Sitz im Leben). la relevancia de las estructuras sociales y comunitarias. Sólo después de un trabajo metodológicamente correcto podrá la Biblia pronunciar la palabra que tiene que proclamar para cada época. También para sus afirmaciones teológicas y para el mensaje que dirige a los cristianos vale lo que dice H. Gunkel 32 : «¡Biblia, libro admirable, maestra de la humanidad, fundamento de nuestra existencia espiritual! Te asemejas a aquella gloriosa ciudad de Dios situada en las cumbres más altas del mundo y cercana al cielo. Los pueblos te contemplan y beben el agua viva que brota de tus fuentes. Aunque generaciones enteras se aparten de ti y te tengan en poco porque no te conocen; una y otra vez vuelve a ti la humanidad. Hace más de dos milenios que se intenta fatigosamente entender las Escrituras; pero ¿quién podría decir que ha llegado a escudriñar sus profundidades? Cada época la ha visto bajo una luz nueva.» JOSEF SCHREINER
29. J. ScHREINER, El esfuerzo científico para la comprensión del Antiguo Testamento, en id., Palabra y mensaje del Antiguo Testamento, Herder, Barcelo~a 1m, 48-71. 30. R. SMEND, op. cit., 222.228.
31. Véanse las observaciones correspondient«S en J. SCHREINER, El esfuerzo científico ... , op. cit. 32. Die Urgeschichte und die Patriarchen, en: SAT 1/I, Gotinga 21920, v.
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