Raúl Herranz
GRANDEZAS DEL TERCER MUNDO El privilegio de contemplar
( w w w. S o l i da r i z A r t e . e s )
ÍNDICE India-Nepal
6
China
34
Thailandia
64
Egipto
92
Brasil
126
Kenya-Tanzania
150
Perú
182
Eritrea
212
Localización
242
INDIA NEPAL
India, con tu misterioso contraste, de mirada serena, perdida, muestras la mirada hermana. La masa tumultuosa llena tu soledad peregrina, con la luz de ese atardecer permanente. Tus colores de vida, en convivencia con la muerte, con la nada, viven con el silencio que tú misma creaste, donde no se encuentra el vacío. El campo, tu morada; las alforjas, tu lecho; el charco, tu bañera; el excremento, tu calor. Guerreros de alma, desnudos de armas, solo reino animal, todo reino de todos, y la sequía, y el monzón. ¡India! anulaste mis ambiciones, confortaste mi alma. Un día supiste engrandecer al hombre, quizás a un hombre sin nada. (Raúl Herranz. Jr.)
8
Sé indulgente conmigo un momento, y déjame sentarme a tu lado, que luego terminaré lo que estoy haciendo. Mi corazón, si no te ve, no tiene sosiego, y mi trabajo es como un afán infinito en un fatigoso mar sin playas. El verano ha venido hoy a mi ventana, zumbando y suspirando, y han venido las abejas, trovadores en la corte del bosque florecido. Es el tiempo de sentarse quieto frente a ti, el tiempo de cantarte, en un ocio mudo y rebosante, la ofrenda de mi vida. (R. TAGORE, Ofrenda Lírica.)
10
11
12
jalรก llegaran a su fin en este mundo los sufrimientos de todas las criaturas, y sus heridas se mudaran en frutos de bien. Ojalรก se extinguieran los dolores y las enfermedades se curaran. Al abandonar este cuerpo, รณjala todos pudieran evitar las ocho formas malignas de existencia. (Sutra Brillante como el Oro.)
13
14
Cuando yo joven, mi vida era como una flor, como una flor a la que nada le importaba perder una hojilla de su tesoro, cuando brisa de la primavera venĂa a pedir a su puerta. Ahora que muere mi juventud, mi vida es como una fruta, como una fruta a la que nada le sobra y anhela darse de una vez, con su carga completa de dulzura. (R. TAGORE, La Cosecha.)
16
17
Estaba yo un día en el jardín, cuando una niña ciega vino y me dio una guirnalda de flores en una hoja de loto. Colgué la guirnalda en mi cuello, y se me saltaban las lágrimas. Besé a la niña, y le dije: “Eres ciega lo mismo que las flores, no puedes ver, ¡pobre!, la hermosura de tu regalo.” (R. TAGORE, El Jardinero.)
20
Yo quiero pensar en una hermandad que no abarque solo a los seres humanos, sino que incluya tambi茅n una identificaci贸n del hombre con los animales y las plantas de la Tierra. Creo que todas las criaturas tienen igual derecho que nosotros a vivir. (GANDHI)
22
23
24
Amanece. Tras los tamariscos el cielo se ha teñido de azafrán. Las mujeres de la aldea muelen el maíz anunciando a sus compañeros que el Dia, el luminoso Dia de Oriente ha nacido. ¡Oh el palpitar del polvo blanco del camino! ¡Oh la bruma de la mañana apegada a la tierra! ¡Y en la patria hay fiesta bajo las frondas floridas! (R. KIPLING)
26
27
28
Tu vocaci贸n es realizar tu trabajo sin preocuparte del resultado. No ans铆es el fruto de las acciones, pero tampoco te abandones al ocio. (Bhagavadgita.)
30
El hombre no posee el poder de crear; no posee tampoco, por consiguiente, el derecho de destruir... (M. GANDHI)
32
Este es el castillo de la IluminaciĂłn. Por encima se eleva el blanco glaciar de los dioses. Por debajo vienen los fieles dadores de ofrendas. Pero los bienes de arriba y de abajo son para mĂ la imagen engaĂąosa que en el agua se refleja. (MI-LA-RAS-PA)