INTRODUCCIÓN El Barroco, fue un movimiento que surgió en Italia en el siglo XVII. Es un periodo de exaltación artística, donde ramas como la arquitectura empiezan a desarrollar obras basadas en un concepto teatral. Desarrollan los ideales renacentistas, pero con un carácter más escenográfico. (Pereira, 2012). El Barroco, fue un estilo que buscaba la complejidad y es que a pesar que todo se sigue basando también en las proporciones y geometría, se va perdiendo la uniformidad que tanto había sido trabajada en el Renacimiento. (Roth, 2007) La arquitectura Barroca busca generar un impacto emocional, transmitir a los espectadores sentimientos de misterio, de curiosidad. Esta nueva arquitectura adquiere un carácter sensorial que va a mostrarse a través de los numerosos elementos, detalles, colores, combinación de componentes de varios países, etc. Se le otorga más importancia a desarrollar la variedad que la regularidad. Por ejemplo, en el Renacimiento, podíamos visualizar formas más planas con énfasis en la superficie. Sin embargo, en el Barroco, se van adquiriendo formas más curvas, dando un enfoque a la plasticidad y profundidad espacial. (Roth, 2007). Esto puede ser visualizado en las plantas de los nuevos edificios, donde predominará nuevamente la planta centralizada. Sin embargo, esta también cambió de alguna forma. Asimismo, se puede encontrar un gran número de plantas que fusionan las tipologías de centralizadas con longitudinales. A continuación, se muestra el desarrollo del movimiento Barroco a partir de tres obras: La Iglesia San Andrés de Quirinale, en Roma, Italia (Gian Lorenzo Bernini), La catedral de San Pablo, en Londres, Inglaterra (Christopher Wren) y El Santuario de los Catorce Santos, en Franconi, Alemania del Sur (Johann Balthasar Neumann). Estas construcciones fueron elegidas debido a que pueden resaltar estos cambios y combinaciones que El Barroco desarrolla. Además, es posible encontrar elementos que ya han sido vistos en el Renacimiento, y con ello realizar un mejor análisis.
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