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ALTEÑOS FUERA DE LOS ALTOS
ALTEÑOS FUERA DE LOS ALTOS FERNANDO PÉREZ JIMÉNEZ
Por: SOMOS ALTOS
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La lealtad, la honradez y la unidad familiar son vitales
Don Fernando Pérez Jiménez ha sido un industrial líder en la fabricación y comercialización de equipos para gas lp y cocinas industriales, comerciales y domésticas. Entre sus marcas están Proesa-Tecnogas y Ferro. Un hombre que desde muy pequeño arrimó el hombro junto con su padre y hermano para fundar una empresa familiar, que pronto se colocaría en las grandes ligas dentro de su giro industrial y comercial en México.
Nos recibe en su oficina, en un ambiente que transmite sensaciones de orden, limpieza, arte, luminosidad, trabajo. Nos saluda con una educación y caballerosidad muy propias. De recia personalidad y, a la vez, de muy buenos modales. Su porte es impecable.
Cuenta que sus orígenes fueron en San Juan de los Lagos, nació ahí y le tiene un gran cariño a su tierra. “Como sanjuanense, no me he desligado de San Juan de los Lagos. Tengo familiares y amigos ahí”.
¿Por qué salió de San Juan de los Lagos?
Bueno, nací en San Juan el 7 de agosto de 1935 y tuve que salir a los seis años. Salgo porque mi papá, mi abuelo, mis tíos, todos originarios de ahí, fueron afectados por la Reforma Agraria de Lázaro Cárdenas. Mi papá tenía su rancho del cual perdió gran parte y lo poco que le quedó lo vendió y se marchó al entonces Distrito Federal. En el año de 1942 llegué a México. Estudié en el colegio América con los padres jesuitas. Terminé mi primaria. Mientras tanto, mi papá puso una tienda de abarrotes en Tacubaya, conocida como “La Barata”. Ahí duramos unos seis años y más adelante la vendió. En esa ubicación se instalaría una tienda de la Nacional Distribuidora y Reguladora donde se distribuían productos para la población de bajos recursos. Se trataba de un antecedente de Conasupo o Liconsa.
En la época más difícil de nuestra familia, murió mi mamá de un padecimiento del corazón. Era alrededor del año 1943, estábamos en México y quedamos tres huérfanos aún menores de edad: dos hombres y una mujer. Fue un momento muy difícil también para mi papá. Esta situación nos obligó a regresar a nuestro estado. Llegamos a Guadalajara y desde entonces estamos asentados en esta ciudad.
¿Cómo inició su papá en Guadalajara?
Comenzó trabajando en una compañía de gas pero la inquietud de mi padre de cambiar, de progresar, de salir adelante, hacía que juntos buscáramos cosas que hacer. Fue el comienzo; ahí empezamos. Pusimos un taller de reparación e instalación de aparatos de gas. Luego fabricamos partes y de ahí nos fuimos. Eran los años finales de la década de 1940.
Al principio nos fue bien, en el taller trabajamos bien, pero luego comenzaron a aparecer otros a hacer lo mismo que nosotros. Esta situación nos obligó a buscarle. Pretendimos fabricar y surtir a la competencia, a los talleres de reparación. Así lo hicimos, comenzamos a fabricar. Hicimos una ruta al Pacífico, otra al sur, traíamos vendedores en esas rutas. Con el tiempo, nuevamente aparece la competencia que le vende a nuestros clientes. Esto nos obligó a cambiar la estrategia, abriendo tiendas en los puntos donde teníamos clientes que ya no nos compraban. Abrimos en el Pacífico, en el norte, en el centro y sur del país. Además, comenzamos a tener más variedad de productos. Estas tiendas siempre se llamaron Tecnogas. Posteriormente, la empresa Proesa fue un complemento.
¿Nos puede hablar un poco de la sucesión familiar en el negocio? ¿Cómo lo han logrado?
El negocio lo empezamos mi papá y yo. Para entonces, mi hermano trabajaba en una tienda departamental como vendedor de producto. Invitamos a mi hermano a trabajar con nosotros y desde entonces continuamos unidos todo el tiempo, desarrollando juntos ideas y proyectos, con un buen consejo de gobierno. En las decisiones siempre tuvimos un consejo, cosa que ha sido de vital importancia. Luego que ya las familias crecieron y los intereses variaron, tomamos la decisión de dividirnos parte del negocio pero seguimos unidos. Mi hermano tiene su oficina junto a la mía.
Tenemos entendido que ha participado en organizaciones sociales…
Participé en Coparmex a mediados de los años ochenta cuando esta organización se preocupó por mejorar al empresariado en el contexto de las devaluaciones. Se nos invitó a participar e hicimos un Instituto para dar conferencias y cursos de capacitación a empresarios pequeños y medianos. Buscábamos sacar adelante el país. Comencé a presidir algunas comisiones dentro de Coparmex hasta llegar a encabezar la presidencia a nivel estado y posteriormente la vicepresidencia nacional.
¿Tuvo relación con la Cruz Roja?
Por supuesto. Yo participaba en los Consejos Nacionales de la Cruz Roja en la Ciudad de México. Ingresé a la Cruz Roja para ayudar porque existían problemas de comunicación y entendimiento entre las delegaciones locales y nacionales. No se me hacía lógico que por problemas internos la Cruz Roja estatal no tuviera peso dentro del ámbito nacional, entonces me puse en contacto con el presidente de Cruz Roja Nacional y juntos solucionamos los problemas que había con las delegaciones dentro del estado. Esto me llevó a tomar la presidencia estatal de esa institución, así como la vicepresidencia nacional.
En nuestra gestión mejoramos la relación entre delegaciones. Logramos dotarlas de mejores y modernas ambulancias, equipo médico, un buen sistema de comunicación de radio, instalación de antenas, etc.
Foto tomada del perfil de Twitter de la Cruz Roja Mexicana.
¿Tuvo algunos desafíos durante su período de presidencia en la Cruz Roja?
Muchos. Ahora mismo recuerdo las explosiones del 22 de abril de 1992. Fue la principal. Coordinamos el inmenso apoyo recibido tanto nacional como internacional.
También nos tocó atender inundaciones en Cihuatlán y colaborar en otros estados en situaciones de emergencia.
¿Cómo ha sido su participación en la política?
Luego de las explosiones, removieron las autoridades municipales y fueron reemplazadas por un Concejo Municipal, fue entonces que me invitaron a participar en la vicepresidencia.
También fungí como Presidente del Concejo de Colaboración Municipal de Guadalajara, realizando obras de infraestructura como la Av. Dr. Roberto Michel y transversales para unir la Av. Revolución y la Av. Dr. Roberto Michel. ¿Tiene algún consejo de alteño para otros alteños?
Lo que no se les tiene que olvidar a los alteños es la lealtad, la honradez, ni mucho menos la unidad familiar. Esos tres pilares.
Si algo le da a uno fortaleza es la familia, lo que se aprende de sus mayores, de su alrededor y el sentir la formación de esas virtudes dentro de ese ámbito. Todo el entorno familiar es la parte más robusta en la formación y desarrollo.
¿Qué cualidades destacaría de los alteños?
Son personas trabajadoras, acostumbradas a vivir en una tierra dura, a vivir a base del trabajo y del esfuerzo, capaces de salir adelante. Ese es el valor alteño: el esfuerzo. Asómate a todas nuestras tierras alteñas, son tierras duras, difíciles. Sin embargo, el alteño es muy trabajador, muy luchón y muy aferrado, porque las circunstancias así lo hicieron.