Misal Décimo Tercer Domingo T.O

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NEXO ENTRE LAS LECTURAS Un punto de concentración de la liturgia de este domingo es la dignidad del hombre y del cristiano. En el Evangelio está escrito: "El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí", que en positivo equivaldría a decir: "El que toma su cruz y me sigue es digno de mí". Es digno aquel cristiano que está dispuesto a la renuncia de sí y de sus cosas en vista de un valor superior. En la primera lectura se nos presenta la dignidad del hombre, manifestada en su hospitalidad hacia el extranjero, uno de los valores más apreciados en el mundo antiguo. Por último, la carta a los Romanos expone con vigor la vida nueva causada por el Bautismo, que nos hace dignos de ser incorporados al misterio de Cristo Redentor. MENSAJE DOCTRINAL En la primera lectura de hoy, tomada del segundo libro de los Reyes, encontramos un rasgo predominante en la concepción y dignidad humana de aquel tiempo: la hospitalidad, particularmente con el extranjero. La rica sunamita que hospeda a Eliseo en su casa se muestra digna de su condición natural, según la concepción social de su tiempo. Hoy podríamos traducir este rasgo de la dignidad humana con términos como solidaridad, acogida al emigrante, caridad social. La dignidad de que nos habla el Evangelio consiste en el seguimiento de Cristo, y consiguientemente en la disponibilidad para dejar todo (padre, madre, hijos...) con tal de seguirlo, tomando con valentía y decisión la cruz de cada día. Es un paso adelante en la dignidad del hombre, no basado en la naturaleza, sino en la revelación y en la gracia de Dios. Este paso se da mediante el bautismo, por el que somos sumergidos en el misterio del Cristo Pascual y participamos de la vida de Dios en nuestro cuerpo mortal y en el aquí y ahora de nuestra historia personal y de nuestra sociedad (segunda lectura).

A quienes conforman su vida con su dignidad tanto humana como cristiana, se les promete una recompensa generosa y que excede las posibilidades humanas. A la sunamita, estéril y con un marido avanzado en edad, Eliseo le promete la recompensa de tener, dentro de un año, un hijo entre sus brazos. Jesús, por su parte, promete la vida eterna a quien esté dispuesto a perder la vida en este mundo; promete además la intimidad con Él y con su Padre a quien practica la hospitalidad y caridad cristianas. Y san Pablo en la carta a los Romanos sostiene que los bautizados, ya aquí en la tierra, están "vivos para Dios, en unión con Cristo Jesús".

LECTURAS PARA LA SEMANA XIII Semana del Tiempo de Ordinario I Semana del Salterio, Tomo III Años impares (I) Lunes 29 Martes 30 Miércoles 1

Solemnidad, san Pedro y san Pablo: Hch 12,1-11; Sal 33,2-9; 2Tm 4,6-8.17-18; Mt 16,13-19 Am 3,1-8;4.11-12; Sal 5,5-8; Mt 8,23-27

DÉCIMOEL TERCER CUERPO DOMINGO Y LA SANGRE DEL TIEMPO DE CRISTO ORDINARIO

MISAL DOMINICAL DE LOS FIELES 18 28 de de junio junio de de 2017 2020 RITOS INICIALES MONICIÓN INICIAL Bienvenidos, hermanos, a este encuentro de fe y de fraternidad. Cada domingo, el Señor Jesús nos congrega para celebrar el misterio de su muerte y resurrección. Y cada domingo nos ofrece su Palabra que da vida, su Palabra que nos invita al seguimiento y a anunciar su Buena Nueva a todos los hombres. Hoy, el Señor Jesús nos invita, a cuantos nos ha llamado, a seguirle decididamente, aún a riesgo de nuestra propia vida; pero nos invita, también, a descubrirle y a acogerle en el hermano. La acogida del otro es parte de nuestro seguimiento. Iniciamos la celebración con gozo e ilusión. ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 46, 2 Pueblos todos, aplaudan y aclamen a Dios con gritos de júbilo.

Am 5,14-15.21-24; Sal 49,7-13.16b17; Mt 8,28-34

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Jueves 2

Am 7,10-17; Sal 18,8-11; Mt 9,1-8

Viernes 3

Fiesta, santo Tomás: Ef 2,19-22; Sal 116,1-2; Jn 20,24-29

Saludo: El Señor que dirige nuestros corazones para que amemos a Dios, esté con todos ustedes.

Sábado

Am 9,11-15; Sal 84,9.11-14; Mt 9,1417

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Comisión de Pastoral Litúrgica Arquidiócesis de San Salvador 2020

Acto Penitencial Jesucristo, el justo, intercede por nosotros y nos reconcilia con el Padre. Abramos, pues, nuestro espíritu de arrepentimiento, para acercarnos a la mesa del Señor. Señor, ten misericordia de nosotros. R/. Porque hemos pecado contra Ti Muéstranos, Señor, tu misericordia. R/. Y danos tu salvación.

Blanco/ Verde/ Ciclo A Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén. Señor, ten piedad. R/. Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad. R/. Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad. R/. Señor, ten piedad. Se dice Gloria. ORACIÓN COLECTA eñor Dios, que mediante la gracia de la adopción filial quisiste que fuéramos hijos de la luz, concédenos que no nos dejemos envolver en las tinieblas del error, sino que permanezcamos siempre vigilantes en el esplendor de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

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LITURGIA DE LA PALABRA Monición a la primera lectura El segundo libro de los Reyes nos relata un episodio en el que Dios recompensa a una familia sunamita por su hospitalidad con el profeta Eliseo. Dios le permite a la mujer superar la mayor desgracia que podía tener una mujer de su tiempo: ser estéril. A este hijo el mismo profeta lo devolverá a la vida más adelante. Escuchemos. Del segundo libro de los Reyes

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4, 8-11. 14-16

n día pasaba Eliseo por la ciudad de Sunem y una mujer distinguida lo invitó con insistencia a comer en su casa. Desde entonces, siempre que Eliseo pasaba por ahí, iba a


comer a su casa. En una ocasión, ella le dijo a su marido: “Yo sé que este hombre, que con tanta frecuencia nos visita, es un hombre de Dios. Vamos a construirle en los altos una pequeña habitación. Le pondremos allí una cama, una mesa, una silla y una lámpara, para que se quede allí, cuando venga a visitarnos”. Así se hizo y cuando Eliseo regresó a Sunem, subió a la habitación y se recostó en la cama. Entonces le dijo a su criado: “¿Qué podemos hacer por esta mujer?” El criado le dijo: “Mira, no tiene hijos y su marido ya es un anciano”. Entonces dijo Eliseo: “Llámala”. El criado la llamó y ella, al llegar, se detuvo en la puerta. Eliseo le dijo: “El año que viene, por estas mismas fechas, tendrás un hijo en tus brazos”. Palabra de Dios Monición para el Salmo El salmo 88 es un canto de alabanza a Dios por su cercanía con su pueblo. Nosotros también alabamos a Dios diciendo todos con el salmista: Salmo 88 R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor, y daré a conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: “Mi amor es para siempre, y mi lealtad, más firme que los cielos”. R/. Señor, feliz el pueblo que te alaba, y que a tu luz camina, que en tu nombre se alegra a todas horas y al que llena de orgullo tu justicia. R/. Feliz, porque eres tú su honor y fuerza y exalta tu favor nuestro poder. Feliz, porque el Señor es nuestro escudo y el santo de Israel es nuestro rey. R/.

Monición para la segunda lectura San Pablo nos recuerda, en su carta a los romanos, que la mayor recompensa que podemos recibir los cristianos es resucitar con Cristo. Si morimos con él, nuestra recompensa es también la resurrección. Escuchemos. De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 6, 3-4. 8-11

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ermanos: Todos los que hemos sido incorporados a Cristo Jesús por medio del bautismo, hemos sido incorporados a su muerte. En efecto, por el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, para que, así como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros llevemos una vida nueva. Por lo tanto, si hemos muerto con Cristo, estamos seguros de que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya nunca morirá. La muerte ya no tiene dominio sobre él, porque al morir, murió al pecado de una vez para siempre; y al resucitar, vive ahora para Dios. Lo mismo ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús, nuestro Señor. Palabra de Dios Monición para el evangelio Jesús nos trae hoy un doble mensaje. En el primero afirma la radicalidad que supone ser seguidor suyo; el segundo es la promesa de una recompensa para quienes reciben a sus enviados, aún al más pequeño. Nos disponemos a la escucha de este mensaje, cantando primero el aleluya. ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO R/. Aleluya, aleluya. Ustedes son linaje escogido, sacerdocio real, nación consagrada a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. R/. Aleluya, aleluya.

Del santo Evangelio según san Mateo 10, 37-42

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n aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que salve su vida la perderá y el que la pierda por mí, la salvará. Quien los recibe a ustedes me recibe a mí; y quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado. El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta; el que recibe a un justo por ser justo, recibirá recompensa de justo. Quien diere, aunque no sea más que un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, por ser discípulo mío, yo les aseguro que no perderá su recompensa”. Palabra del Señor Se dice Credo ORACIÓN DE LOS FIELES Elevemos nuestra plegaria al Señor, para que venga pronto en nuestra ayuda y nos escuche, conforme a su clemencia. A cada petición diremos: ¡Ayúdanos a seguirte, Señor! 1. Por el Papa Francisco. Para el que el Señor lo proteja e ilumine en la ardua tarea de guiar a la Iglesia, como sucesor de Pedro. OREMOS 2. Por los Gobernantes de todas las naciones, para que defiendan a la humanidad ante cualquier amenaza, facilitando la libertad, la justicia, la salud y la solidaridad para todos. OREMOS 3. Por los enfermos y los que sufren. Para que el Señor sea bálsamo que mitigue sus penas y dolores. OREMOS

4. Por los padres de familia. Para que asuman con responsabilidad la hermosa tarea de educar a sus hijos como ciudadanos y como cristianos. OREMOS 5. Por las personas enfermas con el coronavirus, para que encuentren en Dios, alivio a sus sufrimientos y cuenten con nuestra solidaridad cristina. Oremos. 6. Por nosotros y por nuestras familias. Para que en medio de las pruebas y dificultades nos mantengamos firmes en la fe. OREMOS Dios fiel en el socorro, que jamás desoyes al pobre ni olvidas al que se encuentra encadenado, escucha nuestras plegarias y en tu ternura vuelve a nosotros tus ojos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. LITURGIA EUCARÍSTICA ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS eñor Dios, que bondadosamente realizas el fruto de tus sacramentos, concédenos que seamos capaces de servirte como corresponde a tan santos misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor.

S

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Bendice, alma mía, al Señor; que todo mi ser bendiga su santo nombre. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN ue la víctima divina que te hemos ofrecido y que acabamos de recibir, nos vivifique, Señor, para que, unidos a ti con perpetuo amor, demos frutos que permanezcan para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Q


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