ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Bendice, alma mía, al Señor, y no te olvides de sus beneficios. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN abiendo recibido, Señor, el sacramento celestial, memorial perpetuo de la pasión de tu Hijo, concédenos que este don, que él mismo nos dio con tan inefable amor, nos aproveche para nuestra salvación eterna. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. ________________________________________
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Nexo entre las lecturas Vende todo lo que tiene y compra el campo. La genuina sabiduría evangélica consiste en la apertura humilde y decidida a la gracia divina y a los dones salvíficos que el Padre nos ofrece amorosamente en Cristo y que transforman nuestras vidas. El anuncio del Reino de Dios es el punto principal del mensaje de Cristo (Mc 1,15) realidad o una situación espiritual, en la cual el hombre reconoce, en espíritu de amor y de temor filial, la soberanía o el primado absoluto de Dios y cumple lo más perfectamente posible su Voluntad (Mt 6,10). San Jerónimo explica: «Este tesoro en el cual están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia (Col 2,3), es el Verbo de Dios que parece escondido en la carne de Cristo, o bien las sagradas Escrituras en las que está guardado el conocimiento del Salvador. Cuando alguien lo descubre en ellas, debe despreciar todas las ganancias de este mundo para poder poseer a aquel a quien ha encontrado. Lo que sigue: el hombre que lo encuentra, lo vuelve a esconder, no significa que lo hace por maldad sino por temor y como no quiere perder ese bien, esconde en su corazón el tesoro que ha preferido a sus antiguas riquezas» (Comentario al Evangelio de San Mateo 44).
El Reino de Dios se ha ofrecido a todos, pero no se ha puesto a disposición en bandeja de plata, requiere un dinamismo. Se trata de buscar, de caminar, de hacer. La actitud de búsqueda es la condición esencial para encontrar. No obstante, para que esto se produzca, hace falta que el corazón arda en deseo de alcanzar el bien preciado, es decir, el Reino de Dios que se hace presente en la persona de Jesús. Él es el tesoro escondido, él es la perla de gran valor. Él es el descubrimiento fundamental que puede dar un cambio decisivo a nuestra vida llenándola de significado. El discípulo de Cristo no es uno que se priva de lo esencial. Es uno que ha encontrado mucho más, ha encontrado la alegría plena que solo el Señor puede dar. Papa Francisco Angelus, julio 2017 LECTURAS PARA LA SEMANA XVII Semana del Tiempo de Ordinario I Semana del Salterio, Tomo III Años impares (I) Lunes 27
Jr 13,1-11; Sal Resp: Dt 32,18-21; Mt 13,31-35
Martes 28
Jr 14,17-22; Sal 78,8-9.11.13; Mt 13,3643
Miércoles 29
Jr 15,10.16-21; Sal 58,2-4.10-11.17-18; Mt 13,44-46; ó Jn 11,19-27; ó Lc10,3842
Jueves 30
Jr 18,1-6; Sal 145,1b-6b; Mt 13,47-53
Viernes 31
Jr 26,1-9; Sal 68,5.8-10.14; Mt 13,5458
Sábado
Jr 26,11-15.24; Sal 68,15-16.30-31.3334; Mt 14,1-12
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Comisión de Pastoral Litúrgica Arquidiócesis de San Salvador 2020
DÉCIMO SÉPTIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
MISAL DOMINICAL DE LOS FIELES 26 de julio de 2020 RITOS INICIALES MONICIÓN INICIAL Estimados hermanos, sean todos bienvenidos. Estamos reunidos para santificar el domingo, día del Señor y celebrar la presencia de Cristo resucitado entre nosotros. La Palabra de Dios, luz que alumbra nuestros pasos, siempre nos inspira e ilumina, y al igual que el domingo anterior, la Liturgia de la Palabra quiere hacernos reflexionar más intensamente sobre el Reino de los cielos y el valor principal que este debe tener en nuestra vida. Que en la celebración de hoy, el Señor nos conceda la gracia necesaria para optar plenamente por el Reino y su justicia. Iniciemos jubilosos, la eucaristía dominical. ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 67, 6-7. 36 Dios habita en su santuario; él nos hace habitar juntos en su casa; es la fuerza y el poder de su pueblo. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Saludo: El Dios de la esperanza, que por la acción del Espíritu Santo nos colma con su alegría y con su paz, permanezca siempre con todos ustedes Acto Penitencial Al comenzar esta celebración eucarística, pidamos a Dios que nos conceda la conversión de nuestros corazones; así obtendremos la reconciliación y se acrecentará nuestra comunión con Dios y con nuestros hermanos. Tú, que nos libraste del pecado y de la muerte: R/. Señor, ten piedad.
Verde/ Ciclo A Tú, que nos reconciliaste con el Padre y con nuestros hermanos: R/. Cristo, ten piedad. Tú, que nos resucitarás y glorificarás contigo: R/. Señor, ten piedad. Se dice Gloria. ORACIÓN COLECTA eñor Dios, protector de los que en ti confían, sin ti, nada es fuerte, ni santo; multiplica sobre nosotros tu misericordia para que, bajo tu dirección, de tal modo nos sirvamos ahora de los bienes pasajeros, que por nuestro corazón esté puesto en los bienes eternos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
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LITURGIA DE LA PALABRA Monición a la primera lectura El rey Salomón descubrió que ninguna riqueza supera a la sabiduría que viene de Dios. Por eso el Señor le concedió, además de la sabiduría, el respeto de su pueblo, la gloria y la abundancia de bienes. Escuchemos. Del primer libro de los Reyes
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3, 5-13
n aquellos días, el Señor se le apareció al rey Salomón en sueños y le dijo: “Salomón, pídeme lo que quieras, y yo te lo daré”. Salomón le respondió: “Señor, tú trataste con misericordia a tu siervo David, mi padre, porque se portó contigo con lealtad, con justicia y rectitud de corazón. Más aún, también ahora lo sigues