Queridos hermanos y hermanas: Jesús se conmovió al ver a la multitud que estaba extenuada y hambrienta y salió a su encuentro para socorrerla. No solamente se preocupó de los que lo seguían, sino que deseaba que sus discípulos se comprometieran en auxiliar al pueblo mandándoles: “denles ustedes de comer”. La bendición de Jesús sobre los cinco panes y dos peces anuncia de antemano la Eucaristía de la que el cristiano se alimenta y de la que saca fuerzas para la vida. La Eucaristía nos va transformando en cuerpo de Cristo y en alimento para nuestros hermanos. BENEDICTO XVI Audiencia Pública, agosto 2016 ________________________________________ La multiplicación de los panes y peces (lectura evangélica) ha sugerido el texto de Isaías 55,1-3, en el que el Señor invita a comer y a beber gratis. En la segunda lectura San Pablo corona su exposición con un himno al amor de Dios. La liturgia de la palabra es hoy una proclamación de la condición vivificante de Cristo y una meditación profunda sobre la grandeza de cuantos, por la fe, hemos conocido el gran acontecimiento de la Eucaristía. Por lo mismo, es un día de gratitud y de responsabilidad, de amor intenso y de fidelidad amorosa al Padre que así nos ha amado en su Hijo unigénito. ________________________________________ «Levanta los ojos al cielo para enseñarnos a dirigir hacia allí nuestra mirada. Tomó en sus manos los cinco panes y los dos pececitos, los partió y se los dio a sus discípulos. Cuando el Señor parte los panes abundan los alimentos. En efecto, si hubieran permanecido enteros, si no hubieran sido cortados en trozos ni divididos en cosecha multiplicada no hubieran podido alimentar a las gentes, los niños, las mujeres, a una multitud tan grande.
«Por eso la Ley con los profetas es fraccionada en trozos y son anunciados los misterios que contiene para que lo que estaba íntegro y en su primer estado no alimentaba, dividido en partes, alimente a la multitud de los pueblos. Cada uno de los apóstoles llena su canasto con los restos del Salvador para tener luego que alimentar a los pueblos o bien para mostrar con esos restos que los panes multiplicados eran panes verdaderos. Trata a la vez de explicar cómo en un desierto, en una soledad tan vasta donde no se encuentran sino cinco panes y dos pececitos, tan fácilmente se hallan doce canastos» San Jerónimo: Comentario al Evangelio de Mateo 14,19-20.
LECTURAS PARA LA SEMANA XVIII Semana del Tiempo de Ordinario II Semana del Salterio, Tomo III Años impares (I) Lunes 3
Jer 28, 1-17; Sal 118, 29.43.79-80.95102; † Mt 14, 22-36
Martes 4
San Juan María Vianney, Pbro. Jer 30, 1-2.12-15.18-22; Sal 101, 1621.29.22-23; † Mt 15, 1-2.10-14
Miércoles 5
Jr 31, 1 – 7; Sal. Jer 31, 10 – 13; † Mt 15, 21 – 28
Jueves 6
TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR Dan 7, 9-10.13-14; Sal 96, 1-2.5-6.9; 2Pe 1, 16-19; † Mt 17, 1-9
Viernes 7
Nah 2, 1.3; 3, 1-3.6-7; Sal: Dt 32, 3536.39.41; † Mt 16, 24-28
Sábado
Hab 1, 12—2, 4; Sal 9, 8-13; † Mt 17, 14-20
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Comisión de Pastoral Litúrgica Arquidiócesis de San Salvador 2020
MISAL DOMINICAL DE LOS FIELES 2 de agosto de 2020
Verde / Ciclo A
MONICIÓN INICIAL Sean bienvenidos, hermanos; nos hemos reunido una vez más en la casa del Señor. Sabemos que es Dios mismo quien nos convoca y nosotros solo queremos corresponder a su fidelidad y su generosidad; y llenarnos de su presencia y de su vida. Hoy el Señor quiere alimentarnos con el pan de su Palabra y con el banquete de la Eucaristía. Así como sació el hambre de las multitudes en Palestina, quiere hacernos participar del milagro del pan multiplicado. Confiando en su misericordia y en su amor, nos disponemos a iniciar nuestra celebración eucarística.
ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA Dios mío, ven en mi ayuda; Señor, date prisa en socorrerme. Tú eres mi auxilio y mi salvación; Señor, no tardes.
No se dice Gloria.
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Saludo: La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén siempre con todos ustedes Acto Penitencial El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, nos llama ahora a la conversión. Reconozcamos que somos pecadores, e invoquemos con esperanza la misericordia de Dios. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén. R/. Señor, ten piedad. R/. Cristo, ten piedad. R/. Señor, ten piedad.
ORACIÓN COLECTA eñor, tú que eres nuestro creador y quien amorosamente dispone toda nuestra vida, renuévanos conforme a la imagen de tu Hijo y ayúdanos a conservar siempre tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
S
LITURGIA DE LA PALABRA Monición a la primera lectura A través de la experiencia del hambre y la sed, Dios hace desear al pueblo de Israel bienes mucho mayores que el alimento material: les hace anhelar los bienes de la Alianza. Escuchemos el siguiente relato del profeta Isaías.