Décimo noveno domingo del TO

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LITURGIA EUCARÍSTICA ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS ecibe benignamente, Señor, los dones de tu Iglesia, y, al concederle en tu misericordia que te los pueda ofrecer, haces al mismo tiempo que se conviertan en sacramento de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R

cuando se encontró con el Señor en el monte santo. San Pablo explica que el pueblo judío, aunque oficialmente no acogió el mensaje de Cristo, es el pueblo que recibió de Dios las promesas y en su seno nació Cristo. Al final de la historia, Israel entrará por la fe en Cristo en el Reino de Dios (cf. Rom 11,5.12.26; Catecismo 674).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Alaba, Jerusalén, al Señor, porque te alimenta con lo mejor de su trigo. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN a comunión de tus sacramentos que hemos recibido, Señor, nos salven y nos confirmen en la luz de tu verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

L

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Se subraya en este Domingo la presencia de Dios, que actúa en medio de los hombres. Esa presencia divina culminó en la encarnación del Verbo, el Emmanuel, Dios con nosotros. Solo con una conciencia viva y constantemente renovada de esta presencia personal divina, el cristiano puede conjurar el mayor riesgo que amenaza al hombre en su paso por la vida: el vacío o la ignorancia de Dios en su quehacer de cada día. Solo la cercanía de Dios, amorosamente vivida en el misterio de Cristo, puede dar trascendencia a nuestra existencia temporal en ruta hacia la eternidad. El pavor de los discípulos de Jesús al verle andar sobre las aguas del mar es similar al del profeta Elías, en la primera lectura,

LECTURAS PARA LA SEMANA XIX Semana del Tiempo de Ordinario III Semana del Salterio, Tomo IV Años impares (I) Lunes 10

San Lorenzo: 2Co 9,6-10; Sal 111,12.5-9; Jn 12,24-26

Martes 11

Ez 2, 8—3, 4; Sal 118; † Mt 18, 15.10.12-14

DÉCIMO NOVENO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

MISAL DOMINICAL DE LOS FIELES 9 de agosto de 2020 RITOS INICIALES MONICIÓN INICIAL Sean bienvenidos hermanos en este domingo a la celebración de nuestra pascua semanal. El Señor por medio de su Palabra nos revela que siempre está con nosotros, nos acompaña y nos bendice con su amor. En los momentos de tribulación, cuando nuestra fe se ve quebrantada, nos concede la fortaleza necesaria para que salgamos a su encuentro y cumplamos la misión encomendada. Unidos a Él, comencemos esta celebración litúrgica puestos de pie y entonando el canto de entrada.

Jueves 13

Ez 12, 1-12; Sal 77, 56-59.61-62; † Mt 18, 21—19, 1

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 73, 20. 19. 22. 23 Acuérdate, Señor, de tu alianza, no olvides por más tiempo la suerte de tus pobres. Levántate, Señor, a defender tu causa, no olvides las voces de los que te buscan.

Viernes 14

Ez 16, 1 - 15, 60, 63 o Ez 16, 59 - 63; Sal Is 12, 2 - 6; † Mt 19, 3 – 12

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sábado

LA ASUNCION DE LA SANTISIMA VIRGEN MARIA. Ap 11,19; 12,16.10; Sal 44,11-12.16; 1Cor 15,20-27; † Lc 1,39-56

Miércoles 12

15

Ez 2, 8—3, 4; Sal112, 1-2.3-4.5-6; † Mt 18, 15-20

Comisión de Pastoral Litúrgica Arquidiócesis de San Salvador 2020

Saludo: El Dios de la esperanza, que por la acción del Espíritu Santo nos colma con su alegría y con su paz, esté siempre con todos ustedes. Acto Penitencial El Señor nos invita a seguirle y espera de nosotros una respuesta valiente y decidida. Desde el silencio de nuestro corazón, preguntémonos si hemos sabido responder a

Verde/ Ciclo A la gracia y al llamado de Dios, o si le hemos negado con nuestros pecados. Tú, que eres la plenitud de la verdad y la gracia: R/. Señor, ten piedad. Tú, que te has enriquecernos: R/. Cristo, ten piedad.

hecho

pobre

para

Tú, que has venido para hacer de nosotros un pueblo santo: R/. Señor, ten piedad. Se dice Gloria. ORACIÓN COLECTA ios todopoderoso y eterno, a quien, enseñados por el Espíritu Santo, invocamos con el nombre de Padre, intensifica en nuestros corazones el espíritu de hijos adoptivos tuyos, para que merezcamos entrar en posesión de la herencia que nos tienes prometida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

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LITURGIA DE LA PALABRA Monición a la primera lectura En el monte Horeb el profeta Elías busca a Dios, descubre que su presencia es tenue, sutil, como la suave fragancia de una flor. Escuchemos la lectura.


Del primer libro de los Reyes

19, 9. 11-13

A

l llegar al monte de Dios, el Horeb, el profeta Elías entró en una cueva y permaneció allí. El Señor le dijo: “Sal de la cueva y quédate en el monte para ver al Señor, porque el Señor va a pasar”. Así lo hizo Elías, y al acercarse el Señor, vino un viento huracanado, que partía las montañas y resquebrajaba las rocas; pero el Señor no estaba en el viento. Se produjo después un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Luego vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego se escuchó el murmullo de una brisa suave. Al oírlo, Elías se cubrió el rostro con el manto y salió a la entrada de la cueva. Palabra de Dios Monición para el Salmo En consonancia con este mensaje de paz, el Salmo proclama los maravillosos efectos de la presencia de Dios en nuestra vida. Participamos de esta oración aclamando: Del salmo 84 R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia. Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra. R/. La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo. R/.

Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas. R/. Monición para la segunda lectura El Apóstol está triste, sabe que el pueblo de Israel no reconoce a Jesús como Mesías. Por esto se entrega con todas sus fuerzas a sus hermanos para que puedan vivir el encuentro con el Señor, como Él vivió. Escuchemos con atención la segunda lectura. De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 9, 1-5 ermanos: Les hablo con toda verdad en Cristo; no miento. Mi conciencia me atestigua, con la luz del Espíritu Santo, que tengo una infinita tristeza y un dolor incesante tortura mi corazón. Hasta aceptaría verme separado de Cristo, si esto fuera para bien de mis hermanos, los de mi raza y de mi sangre, los israelitas, a quienes pertenecen la adopción filial, la gloria, la alianza, la ley, el culto y las promesas. Ellos son descendientes de los patriarcas; y de su raza, según la carne, nació Cristo, el cual está por encima de todo y es Dios bendito por los siglos de los siglos. Amén. Palabra de Dios

H

Monición para el evangelio Al igual que la experiencia de Elías, los discípulos pueden contemplar en Jesucristo la manifestación de la gloria de Dios. Él les ofrece la paz con su presencia, pero pide la fe como requisito de su adhesión a Él. Unidos en la fe en Cristo, entonemos el Aleluya.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Se dice Credo R/. Aleluya, aleluya. Confío en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra. R/. Aleluya, aleluya.

Del santo Evangelio según san Mateo 14, 22-33

E

n aquel tiempo, inmediatamente después de la multiplicación de los panes, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca, y se dirigieran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Después de despedirla, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba él solo allí. Entretanto, la barca iba ya muy lejos de la costa y las olas la sacudían, porque el viento era contrario. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el agua. Los discípulos, al verlo andar sobre el agua, se espantaron, y decían: “¡Es un fantasma!” Y daban gritos de terror. Pero Jesús les dijo enseguida: “Tranquilícense y no teman. Soy yo”. Entonces le dijo Pedro: “Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti caminando sobre el agua”. Jesús le contestó: “Ven”. Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua hacia Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, comenzó a hundirse y gritó: “¡Sálvame, Señor!” Inmediatamente Jesús le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?” En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en la barca se postraron ante Jesús diciendo: “Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios”. Palabra del Señor

ORACIÓN DE LOS FIELES A Dios nuestro Padre, que nos ama y se interesa por nosotros, presentémosle nuestras necesidades. A cada petición diremos: ¡Sálvanos, Señor! 1. Por el Papa, los obispos y sacerdotes. Para que ante las dificultades de su ministerio, se vean siempre confortados por la presencia del Señor. OREMOS 2. Por los gobernantes de nuestra patria, para que procedan siempre con sabiduría y justicia en la tarea de reactivar la vida del país. OREMOS 3. Por los que sufren crisis de fe. Para que en la tempestad se haga presente el Señor y tranquilice sus ánimos atormentados. OREMOS 4. Por las familias y matrimonios cristianos. Para que el Señor calme las tormentas que se generan en la vida diaria. OREMOS 5. Por todos nosotros y por nuestra Comunidad. Para que nunca perdamos la esperanza de llegar a buen puerto. OREMOS Padre todopoderoso, que siempre nos acompañas en nuestro peregrinar, concédenos experimentar a diario tu presencia salvadora que nunca nos abandona. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


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