Décimo segundo domingo del Tiempo Ordinario

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APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO San Juan Crisóstomo dice: El domingo pasado, Pedro tomó la palabra el primero para confesar a Jesús como el Mesías, ahora es también el primero en manifestar el escándalo de la cruz. El camino de Jesús y la réplica humana: él anuncio evangélico del domingo pasado comenzaba con la pregunta: «¿Quién es el Hijo del hombre?». El de hoy descubre su destino y el de aquellos que le siguen: el Misterio pascual. En el evangelio del domingo pasado, Pedro profesó la fe en Jesús, motivado por la revelación del Padre: «Tú eres el Hijo del Dios vivo». En el de hoy, Pedro habla según el punto de vista humano: «piensas como los hombres», le reprocha Jesús. Allí, Jesús le otorgaba las mayores prerrogativas. Aquí, le corrige: «Quítate de mi vista, Satanás». Allí dominaban la fe y los dones de Dios. Aquí, la «poca fe» y las reacciones humanas. Jesús hace a los discípulos el anuncio de la ley pascual: negarse a sí mismo, cargar con la cruz, para seguir hasta la muerte a Jesús, el Resucitado, perder la vida «por mí», para encontrarla.

«“Tome su cruz”. Lo uno se sigue de lo otro. No pensemos que la negación de nosotros mismos ha de llegar solo a las palabras, injurias y agravios. No. El Señor nos señala hasta dónde hemos de negarnos a nosotros mismos: hasta la muerte y la muerte más ignominiosa... “Y sígame”. Cabe padecer y, sin embargo, no seguir al Señor, cuando no se padece por causa suya... Que todo se haga y se sufra por seguirle; que todo se soporte por amor suyo; que juntamente con el sufrimiento se practiquen las otras virtudes» (Homilía 55,2 sobre San Mateo).

LECTURAS PARA LA SEMANA XXII Semana del Tiempo de Ordinario II Semana del Salterio, Tomo IV Años impares (I) Lunes 31

1Co 2,1-5; Sal 118,97-102; Lc 4,16-30

Martes 1

1Co 2,10b-16; Sal 144,8-14; Lc 4,31-37

Miércoles 2

1Co 3,1-9; Sal 32,12-15.20-21; Lc 4,3844

Jueves 3

1Co 3,18-23; Sal 23,1-4b. 5-6; Lc 5,1-11

Viernes 4

1Co 4,1-5; Sal 36,3-6.27-28a.39-40; Lc 5,33-39

Sábado

1Co 4,6b-16; Sal 144,17-21; Lc 6,1-5

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Comisión de Pastoral Litúrgica Arquidiócesis de San Salvador 2020

VIGÉSIMO SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

MISAL DOMINICAL DE LOS FIELES 30 de septiembre de 2020 RITOS INICIALES MONICIÓN INICIAL Hermanos: sean bienvenidos a este encuentro de fe y de fraternidad. La Palabra de hoy nos hablará de sufrimiento y de cruz a consecuencia de la fidelidad a la vocación, a la misión recibida. Pero es necesario decir alto y claro que Jesús no ama ni busca arbitrariamente el sufrimiento, ni para él ni para los demás, como si éste fuera especialmente grato a Dios. Lo que agrada a Dios no es el sufrimiento, sino la actitud con que se asumen las cruces que nacen de la fidelidad a su Hijo amado, a quien merece la pena seguirle. Pongámonos en pie para recibir al celebrante entonando a una sola voz el canto de entrada.

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 85, 3. 5 Dios mío, ten piedad de mí, pues sin cesar te invoco: Tú eres bueno y clemente, y rico en misericordia con quien te invoca. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Verde/ Ciclo A Muéstranos Señor, tu misericordia. R/. danos tu salvación. Dios todopoderoso y eterno, tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad. Se dice Gloria. ORACIÓN COLECTA ios de toda virtud, de quien procede todo lo que es bueno, infunde en nuestros corazones el amor de tu nombre, y concede que, haciendo más religiosa nuestra vida, hagas crecer el bien que hay en nosotros y lo conserves con solicitud amorosa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

D

LITURGIA DE LA PALABRA Saludo: El Señor que dirige nuestros corazones para que amemos a Dios, esté con todos ustedes. Acto Penitencial El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, nos llama ahora a la conversión. Reconozcamos, pues, que somos pecadores e invoquemos con esperanza la misericordia de Dios. Señor, ten misericordia de nosotros. R/. Porque hemos pecado contra Ti.

Monición a la primera lectura El profeta Jeremías anuncia a su pueblo la violencia y destrucción que sufrirían por desobedecer a Dios. Se lamenta porque no le hacen caso y se burlan de él. Su expresión de hoy también aplica a nosotros y nos invita a que actuemos diferente y aceptemos su mensaje de conversión ante el llamado de Cristo.


Del libro del profeta Jeremías

20, 7-9

M

e sedujiste, Señor, y me dejé seducir; fuiste más fuerte que yo y me venciste. He sido el hazmerreír de todos; día tras día se burlan de mí. Desde que comencé a hablar, he tenido que anunciar a gritos violencia y destrucción. Por anunciar la palabra del Señor, me he convertido en objeto de oprobio y de burla todo el día. He llegado a decirme: “Ya no me acordaré del Señor ni hablaré más en su nombre”. Pero había en mí como un fuego ardiente, encerrado en mis huesos; yo me esforzaba por contenerlo y no podía. Palabra de Dios Monición para el Salmo El salmo 62 nos invita a confiar en el auxilio divino en los momentos en que la cruz se vuelve pesada. Proclamaremos:

Monición para la segunda lectura San Pablo nos ofrece nuevamente otra alternativa para vivir en Cristo. Es una invitación a realizar algo distinto que nos producirá una renovación a la vida de cristiano que llevamos. Escuchemos. De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 12, 1-2 ermanos: Por la misericordia que Dios les ha manifestado, los exhorto a que se ofrezcan ustedes mismos como una ofrenda viva, santa y agradable a Dios, porque en esto consiste el verdadero culto. No se dejen transformar por los criterios de este mundo, sino dejen que una nueva manera de pensar los transforme internamente, para que sepan distinguir cuál es la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le agrada, lo perfecto.

H

Palabra de Dios Del salmo 62 R/. Señor, mi alma tiene sed de ti. Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; de ti sedienta está mi alma. Señor, todo mi ser te añora somo el suelo reseco añora el agua. R/. Para admirar tu gloria y tu poder, con este afán te busco en tu santuario. Pues mejor es tu amor que la existencia; siempre, Señor, te alabarán mis labios. R/. Podré así bendecirte mientras viva y levantar en oración mis manos. De lo mejor se saciará mi alma; te alabaré con jubilosos labios. R/. Porque fuiste mi auxilio y a tu sombra, Señor, canto con gozo. A ti se adhiere mi alma y tu diestra me da seguro apoyo. R/.

Monición para el evangelio San Mateo, en el evangelio de hoy, nos presenta nuevamente a Jesús; y a Pedro que trata de disuadir a Cristo de la misión del Padre. Jesús, le reprocha su actitud, como una egoísta y humana, y nos lanza un reto, que lo sigamos, renunciando a nuestras comodidades y placeres para servir al prójimo ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO R/. Aleluya, aleluya. Que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestras mentes para que podamos comprender cuál es la esperanza que nos da su llamamiento. R/. Aleluya, aleluya.

Del santo Evangelio según san Mateo 16, 21-27

E

n aquel tiempo, comenzó Jesús a anunciar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para padecer allí mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que tenía que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y trató de disuadirlo, diciéndole: “No lo permita Dios, Señor. Esto no te puede suceder a ti”. Pero Jesús se volvió a Pedro y le dijo: “¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres!”. Luego Jesús dijo a sus discípulos: “El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla? Porque el Hijo del hombre ha de venir rodeado de la gloria de su Padre, en compañía de sus ángeles, y entonces le dará a cada uno lo que merecen sus obras. Palabra del Señor Se dice Credo

fin de que se mantengan la armonía y la justicia en la sociedad, roguemos al Señor. 3. Para que el Señor, el único que puede hacer prosperar el trabajo del hombre, bendiga los esfuerzos de los trabajadores y haga que la tierra dé frutos abundantes para todos, roguemos al Señor. 4. Para que el Señor conceda a los enfermos y discapacitados la fortaleza necesaria a fin de que no se desanimen ante las dificultades y vivan alegres en la esperanza de los bienes eternos, roguemos al Señor. 5. Para nosotros mismos y para nuestros familiares, amigos y bienhechores, pidamos al Señor que nos conserve y aumente los bienes que con tanta generosidad nos ha concedido, roguemos al Señor. Dios nuestro, que invitas a todos los hombres al banquete de tu Hijo, escucha nuestras súplicas y concédenos la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor. LITURGIA EUCARÍSTICA ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS ue esta ofrenda sagrada, Señor, nos traiga siempre tu bendición salvadora, para que dé fruto en nosotros lo que realiza el misterio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Q

ORACIÓN DE LOS FIELES Llenos de confianza en el Señor, oremos, hermanos, por todos los hombres y por todas sus necesidades.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Qué grande es tu bondad, Señor, que tienes reservada para tus fieles.

Padre, escucha nuestra oración.

S

1. Por la Iglesia: para que busque siempre ser fiel al Evangelio de Jesucristo, roguemos al Señor. 2. Para que Dios conceda prudencia a los gobernantes y honradez a todos los ciudadanos, a

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN aciados con el pan de esta mesa celestial, te suplicamos, Señor, que este alimento de caridad fortalezca nuestros corazones, para que nos animemos a servirte en nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.


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