Misal Vigésimo quinto domingo del Tiempo Ordinario

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MENSAJE DOCTRINAL La responsabilidad de que se habla en los textos litúrgicos no tiene por objeto las tareas y obligaciones de la convivencia humana; tiene por objeto, más bien, las relaciones del hombre con Dios. En esas relaciones, persona responsable es aquella que se convierte y cree. En este sentido, los exiliados de Babilonia no se comportan responsablemente cuando, en lugar de convertirse a Dios, se quejan de Él y le culpan de un proceder injusto (primera lectura). Tampoco actuaron de modo responsable los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo (las autoridades político-religiosas de Israel), pues vino Juan mostrándoles el camino de la salvación y no le creyeron ni se convirtieron. En cambio, los publicanos y las prostitutas, aunque tenían un pasado de maldad y pecado, respondieron a la predicación de Juan con arrepentimiento y con fe. A los ojos de Dios, no cuenta el pasado, aunque sea importante y merezca consideración, sino el presente: el sí responsable en el hoy de cada día. La responsabilidad se mide por las obras del presente. Dios, mediante el profeta Ezequiel, no nos permite dudar de ello: "Si el honrado se aparta de su honradez, comete la maldad y muere, muere por la maldad que ha cometido" (Ez 18,26). Jesucristo lo explicita con la parábola de los dos hijos. El primer hijo, que representa a los sumos sacerdotes y a los ancianos, tiene un historial de conducta impecable, pero ahora que Dios le hace una llamada nueva a la conversión y a la fe para encontrar la salvación, dice "sí" de palabra y "no" con las obras. Su responsabilidad pasada no le vale, pues se ha desvanecido, y ahora su comportamiento es irresponsable. El segundo hijo, figura de los publicanos y prostitutas, vivió de modo irresponsable su relación con Dios en el pasado, pero, aunque hasta ahora ha dicho "no" con sus palabras, con sus obras de conversión ha comenzado a responder "sí" a Dios. Su irresponsabilidad

pasada ha sido lavada y purificada por su responsabilidad presente. La segunda lectura supera la incoherencia entre pasado y presente, entre "sí" y "no", mostrándonos en Jesucristo un ejemplo de total coherencia y responsabilidad ante Dios, su Padre. El pasado de Jesucristo no difiere de su actitud presente, ni el sí de las palabras es diverso del sí de las obras. Por este motivo, san Pablo nos exhorta: "Tened los mismos sentimientos y comportamientos que corresponden a Cristo Jesús". Él no jugó con el "sí" y el "no", sino que su vida fue únicamente un "sí". Él no jugó a la libertad entre el pasado y el presente, sino que cada día la voluntad del Padre era su alimento, la fuerza y sostén en sus actividades. LECTURAS PARA LA SEMANA XXV Semana del Tiempo de Ordinario I Semana del Salterio, Tomo IV Años impares (I) Lunes 21

SAN MATEO Ef 4,1-7.11-13; Sal 18,2-3.4-5; Mt 9,913

Martes 22

Pr 21,1-6.10-13; Sal 118,1.27.30.3435.44; Lc 8,19-21

Miércoles 23

Pr 30,5-9; Sal 118,29.72.89.101.104.163; Lc 9,1-6

Jueves 24

Ecl 1,2-11; Sal 89,3-6.12-14.17; Lc 9,7-9; o Jn 2,1-12

Viernes 25

Ecl 3,1-11; Sal 143,1a.2-4; Lc 9,18-22

Sábado

Ecl 11,9 –12,8; Sal 89,3-6.12-14.17; Lc 9,43b-45

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Comisión de Pastoral Litúrgica Arquidiócesis de San Salvador 2017

VIGÉSIMO QUINTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

MISAL DOMINICAL DE LOS FIELES 20 de septiembre de 2020 RITOS INICIALES MONICIÓN INICIAL De nuevo nos reunimos en el domingo para celebrar la Eucaristía, sintiéndonos llamados y convocados por el Señor. Dios nos llama a trabajar en su viña, o lo que es lo mismo, a colaborar con Él en una obra muy personal y amada, en una obra en la que Él ha puesto su corazón. Somos jornaleros de un campo en el que Dios planta su semilla y de unas vides que tienen que dar su mejor fruto. Dios paga con generosidad a todo el que responde a su llamada y nos llama a revisar y contrastar cómo andamos nosotros en respuesta y generosidad. Unidos en esa fe, iniciemos nuestra Eucaristía. ANTÍFONA DE ENTRADA Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé cuando me llamen en cualquier tribulación, y siempre seré su Dios. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Saludo: El Señor Dios, que reconcilió al mundo consigo por Jesucristo, su único Hijo, esté con todos ustedes. Acto Penitencial El Señor nos invita a ser obreros de su reino. Pero nosotros no atendemos a su invitación, y nos dejamos llevar por la envidia y el pecado. En silencio, pidamos perdón por ello. Tú, que ofreces a todos la salvación: R/. Señor, ten piedad. Tú, que tienes misericordia con los pecadores:

Verde/ Ciclo A R/. Cristo, ten piedad. Tú, que acoges a quienes en ti confían: R/. Señor, ten piedad. Se dice Gloria. ORACIÓN COLECTA eñor Dios, que has hecho del amor a ti y a los hermanos la plenitud de todo lo mandado en tu santa ley, concédenos que, cumpliendo tus mandamientos, merezcamos llegar a la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

S

LITURGIA DE LA PALABRA Monición a la primera lectura Las palabras del profeta invitan al pueblo a la conversión. Ante todo lo que Dios ha hecho, Israel debe corresponder cambiando su estilo de vida. Esa tendría que ser también nuestra actitud. Del libro del profeta Isaías

55, 6-9

B

usquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo mientras está cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal, sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón. Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, sus caminos no son sus caminos, dice el Señor. Porque así como aventajan los cielos a la tierra, así aventajan mis caminos a los de ustedes y mis pensamientos a sus pensamientos. Palabra de Dios


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