MENSAJE DOCTRINAL El malvado que se convierta de su maldad será salvado. Esto es lo que nos enseñan las lecturas primera y tercera. San Pablo nos exhorta a tener los mismos sentimientos de Cristo, viviendo en humildad, como él vivió. Por su misma naturaleza, la vocación cristiana exige una respuesta exacta y constante al designio de Dios. De nuestra actitud de fidelidad o infidelidad a este designio depende el que esta vocación, gratuita y amorosa, alcance su coronación, conduciéndonos a la salvación definitiva. Ni irresponsabilidad ante la voluntad salvífica de Dios ni presunción o falsa confianza en nosotros mismos. Hemos de tener una actitud personal de conversión permanente. --------------------------------------------------------------------------------Ni la falsa fidelidad del presuntuoso, ni la impenitencia del irresponsable son caminos de salvación. Sólo la humilde conversión puede abrir nuestro corazón a la fidelidad ante la voluntad del Padre, según el diseño de fidelidad del Corazón de Jesucristo. Escribe San Jerónimo: «Son los dos hijos descritos en la parábola de Lucas, uno sobrio y otro disoluto, de los que también habla el profeta Zacarías. Primero se le dice al pueblo pagano por el conocimiento de la ley natural: “ve y trabaja en mi viña”, es decir, no hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti. Él respondió con soberbia: “no quiero”. Sin embargo, después de la venida del Salvador, hizo penitencia, trabajó en la viña de Dios y reparó con su esfuerzo la obstinación de sus palabras. El segundo hijo es el pueblo judío, que respondió a Moisés: “haremos todo lo que ha dicho el Señor”, pero no fue a la viña, porque después de haber muerto el hijo del padre de familia se consideró heredero. «Otros no creen que la parábola se refiera a los paganos y a los judíos, sino simplemente a los pecadores y a los justos. El mismo Señor explica
a continuación sus palabras: “os aseguro que los publicanos y las prostitutas os precederán en el Reino de Dios”. Aquellos que por su mala conducta se habían negado a servir al Señor, después recibieron de Juan el bautismo de penitencia; mientras que los fariseos, que hacían profesión de justicia y se jactaban de cumplir la Ley de Dios, despreciando el bautismo de Juan, no cumplieron los preceptos de Dios» Comentario al Evangelio de Mateo 21,32. LECTURAS PARA LA SEMANA XXVI Semana del Tiempo de Ordinario II Semana del Salterio, Tomo IV Años impares (I) Lunes 28
Job 1,6-22; Sal 16,1-3b.6-7; Lc 9,4650
Martes 29
Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael: Dn 7,9-10.13-14; ó Ap 12,7-12a; Sal 137,1-5; Jn 1,47-51
Miércoles 30
San Jerónimo: Jb 9,1-12.14-16; Sal 87,10b-15; Lc 9,57-62; ó Mt 13,47-52
Jueves 1
Santa Teresa del Niño Jesús Jb 19,21-27; Sal 26,7-9c.13-14; Lc 10,1-12; ó Mt 18,1-5
Viernes 2
Santos Ángeles Custodios Ex 23,20-23/ Sal 90/ † Mt 18,1-5.10
Sábado 3
Jb 42,1-3.5-6.12-17; Sal 118,66.71.75.91.125.130; Lc 10,17-24
Comisión de Pastoral Litúrgica Arquidiócesis de San Salvador 2020
VIGÉSIMO SEXTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
MISAL DOMINICAL DE LOS FIELES 27 de septiembre de 2020 RITOS INICIALES MONICIÓN INICIAL ¡Bienvenidos hermanos! Cada domingo, como miembros de una Iglesia nos reunimos en torno a la mesa de la palabra de Dios y el pan de la Eucaristía, para rendir la alabanza y la acción de gracias al Padre. El amor de Dios sobrepasa todo lo que podemos imaginar, esta es nuestra fe, nuestra esperanza que nos reúne a celebrar la Eucaristía. El Señor está presente en nuestra vida, viene siempre a enriquecer nuestra pobreza, ya que Él no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva. Jesús nos llama a reconocer nuestros errores y desde ahí, empezar de nuevo. Respondamos generosos a su invitación y a la manifestación de su misericordia iniciando gozosos la celebración eucarística. ANTÍFONA DE ENTRADA Dn 3, 31. 29-30. 42-43 Todo lo que hiciste con nosotros, Señor, es verdaderamente justo, porque hemos pecado contra ti y hemos desobedecido tus mandatos; pero haz honor a tu nombre y trátanos conforme a tu inmensa misericordia En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Saludo: El Señor Dios, que dirige nuestros corazones para que amemos a Dios, esté con todos ustedes. Acto Penitencial Cristo, siendo Dios, se humilló por nosotros y con su cruz y resurrección nos ofrece la salvación. En silencio, reflexionemos si hemos sido capaces de imitar su ejemplo de humildad.
Verde/ Ciclo A Tú, que quieres que todos los hombres se salven: R/. Señor, ten piedad. Tú, que has venido a dar la vida en rescate de muchos: R/. Cristo, ten piedad. Tú, que diriges los corazones de los hombres hacia ti: R/. Señor, ten piedad. Se dice Gloria. ORACIÓN COLECTA eñor Dios, que manifiestas tu poder de una manera admirable sobre todo cuando perdonas y ejerces tu misericordia, multiplica tu gracia sobre nosotros, para que, apresurándonos hacia lo que nos prometes, nos hagas partícipes de los bienes celestiales. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
S
LITURGIA DE LA PALABRA Monición a la primera lectura El profeta Ezequiel compara la conducta del justo y del malvado, y su responsabilidad respectiva, ante la dura experiencia del destierro y la destrucción de Jerusalén. Escuchemos atentamente esta amonestación que Dios dirige también a nosotros ahora. Del libro del profeta Ezequiel
E
18, 25-28
sto dice el Señor: “Si ustedes dicen: ‘No es justo el proceder del Señor’, escucha, casa de Israel: ¿Conque es injusto mi proceder?
¿No es más bien el proceder de ustedes el injusto? Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere; muere por la maldad que cometió. Cuando el pecador se arrepiente del mal que hizo y practica la rectitud y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se aparta de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá”. Palabra de Dios Monición para el Salmo El salmo 24 recoge una actitud de confianza en la misericordia de Dios. Respondamos: Del salmo 24 R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos. Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. R/. Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros. R/. Porque el Señor es recto y bondadoso indica a los pecadores el sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos. R/.
Monición para la segunda lectura Por medio de un precioso himno en el cual la primera comunidad cristiana ha dejado plasmada su fe en el Señor, san Pablo nos invita a imitar el ejemplo de Jesucristo, el Dios verdadero que quiso participar de nuestra humanidad. Escuchemos. De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses 2, 1-11
H
ermanos: Si alguna fuerza tiene una advertencia en nombre de Cristo, si de algo sirve una exhortación nacida del amor, si nos une el mismo Espíritu y si ustedes me profesan un afecto entrañable, llénenme de alegría teniendo todos una misma manera de pensar, un mismo amor, unas mismas aspiraciones y una sola alma. Nada hagan por espíritu de rivalidad ni presunción; antes bien, por humildad, cada uno considere a los demás como superiores a sí mismo y no busquen su propio interés, sino el del prójimo. Tengan los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús. Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios
Monición para el evangelio El Evangelio de hoy nos presenta a Jesucristo exhortándonos a cumplir con la voluntad del Padre, que es rico en misericordia y acoge a todos los que se acercan a Él con corazón contrito y humillado. Entonemos el Aleluya. ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO R/. Aleluya, aleluya. Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen R/. Aleluya, aleluya.
╬
Del santo Evangelio según san Mateo 21, 28-32
E
n aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: “¿Qué opinan de esto? Un hombre que tenía dos hijos fue a ver al primero y le ordenó: ‘Hijo, ve a trabajar hoy en la viña’. Él le contestó: ‘Ya voy, señor’, pero no fue. El padre se dirigió al segundo y le dijo lo mismo. Ese le respondió: ‘No quiero ir’, pero se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?” Ellos le respondieron: “El segundo”. Entonces Jesús les dijo: “Yo les aseguro que los publicanos y las prostitutas se les han adelantado en el camino del Reino de Dios. Porque vino a ustedes Juan, predicó el camino de la justicia y no le creyeron; en cambio, los publicanos y las prostitutas, sí le creyeron; ustedes, ni siquiera después de haber visto, se han arrepentido ni han creído en él”. Palabra del Señor
3. Por la paz del mundo, especialmente en los países convulsionados por el terrorismo, la violencia, las injusticias y desigualdades, OREMOS 4. Para que los que buscan a Dios sinceramente, encuentren la verdad que desean y habiéndola encontrado, descansen contemplándola, OREMOS. 5. Por los más necesitados, para que reciban el auxilio de Dios, y de nosotros la ayuda oportuna, OREMOS. 6. Por todos nosotros, para que la palabra escuchada nos lleve a dar pasos firmes en nuestra conversión, OREMOS. Dios nuestro, que siempre acoges a los que se convierten y actúan con justicia y con bondad; escucha nuestras oraciones y ayúdanos a tener los mismos sentimientos de Cristo tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. LITURGIA EUCARÍSTICA
Se dice Credo ORACIÓN DE LOS FIELES Oremos, hermanos, por todos los hombres y por todas sus necesidades, para que a nadie le falte la ayuda de nuestra caridad. A cada petición respondamos:
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS oncédenos, Dios misericordioso, que nuestra ofrenda te sea aceptable y que por ella quede abierta para nosotros la fuente de toda bendición. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Señor, escucha nuestra oración.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Recuerda, Señor, la promesa que le hiciste a tu siervo, ella me infunde esperanza y consuelo en mi dolor
1. Para que el Señor vivifique su Iglesia y le conceda santos y numerosos ministros que iluminen y santifiquen a los fieles, OREMOS. 2. Para que Dios conceda a los gobernantes el deseo de ser justos e infunda en los responsables de los pueblos el sentido de la unidad de la familia humana, OREMOS.
C
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN ue este misterio celestial renueve, Señor, nuestro cuerpo y nuestro espíritu, para que seamos coherederos en la gloria de aquel cuya muerte, al anunciarla, la hemos compartido. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
Q