ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jerusalén ha sido edificada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN EÑOR Dios, luz que alumbra a todo hombre que viene a este mundo, ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu gracia, para que podamos siempre pensar lo que es digno y grato a tus ojos y amarte con sincero corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
S
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO ROTEGE, Señor, a quienes te invocan, ayuda a los débiles y reaviva siempre con tu luz a quienes caminan en medio de las tinieblas de la muerte; concédeles que, liberados por tu bondad de todos los males, alcancen los bienes supremos. Por Jesucristo, nuestro Señor. ________________________________________
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El Cronista hace memoria de las infidelidades del pueblo de Dios y del castigo que recibieron de sus enemigos. Se quiere hacer ver que la salvación vendrá de Dios, que el exilio terminará porque Dios será su libertador. El decreto de Ciro será el instrumento del que Dios se servirá para llevar a cabo la liberación. Se muestra la historia como el gran escenario de la acción salvadora de Dios, incluso por medio de quienes no lo conocen (1ª lectura). Jesús, en el encuentro con Nicodemo, busca que éste ahonde y madure en su fe. Le anuncia la Verdad, pero es también un llamamiento, una invitación a ir poco a poco cayendo en la cuenta de cuanto le dice. Presenta a Nicodemo la necesidad de tomar postura ante la salvación de Dios. El que cree, está en la luz y el que no cree está en tinieblas. El símbolo de la “clandestinidad” con la que Nicodemo visita a
Jesús, queda destruido por la invitación a que “realice la verdad para acercarse a la luz”. La verdad, además de libres, hace testigos (Evangelio). La realidad de nuestra cultura, profundamente fragmentada, dificulta al hombre plantearse el problema de la verdad, hasta el punto de dudar de su posibilidad y existencia. En esta situación renuncia a buscar la verdad y, como consecuencia, permanece en las “tinieblas” de la verdad de sí mismo
LECTURAS PARA LA SEMANA IV SEMANA DEL TIEMPO DE CUARESMA. IV SEMANA DEL SALTERIO TOMO II
CUARTO DOMINGO DE CUARESMA
MISAL DOMINICAL DE LOS FIELES 14 de marzo de 2021 RITOS INICIALES MONICIÓN INICIAL En nuestro camino hacia la Pascua, la liturgia de este cuarto domingo de Cuaresma nos invita a la alegría, quizás, porque en medio de la Cuaresma, vemos ya próximas en el horizonte las fiestas pascuales. Las lecturas nos van a decir que no apartemos nuestra mirada del Dios del amor, que lejos de Él, sólo hay tristeza y desolación. Dios no ha venido a condenar, sino a salvar; y lo que nos pide es apertura y confianza, es decir, la fe. De pie, y recibimos a nuestro celebrante entonando el canto de entrada.
L
Is 65, 17–21; Sal 29, 2, 4-6, 11– 13; † Jn 4, 43–54
M
Ez 47, 1-9, 12; Sal 45, 2-3, 5-6, 8–9; † Jn 5, 1-3, 5-16
M
Is 49, 8-15; Sal 144, 8-9, 13-14, 17–18; † Jn 5, 17-30
J
Ex 32, 7-14; Sal 105, 19-23; † Jn 5, 31-47
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
V
San José, 2Sam 7, 4-5.12-14.16; Sal 88, 2-5.27.29; Rom 4, 13.16-18.22; † Mt 1, 16.18-21.24 o bien † Lc 2, 41-51
Saludo: Que el Espíritu de Dios nos ayude a responder dócilmente a su llamado penitencial, y que su gracia salvadora esté siempre con todos ustedes.
20 S
Jr 11, 18-20; Sal 7, 2-3, 9-12; † Jn 7, 40-52
Acto Penitencial Con el anhelo de intensificar nuestra renovación personal, iniciemos esta celebración pidiendo perdón por todo aquello que nos separa del Padre.
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Comisión de Pastoral Litúrgica Arquidiócesis de San Salvador
2021
ANTÍFONA DE ENTRADA Is 66, 10-11 Alégrate, Jerusalén, y que se reúnan cuantos la aman. Compartan su alegría los que estaban tristes, vengan a saciarse con su felicidad.
Tú que conoces nuestros pensamientos: R/. Señor, ten piedad. Tú que iluminas las tinieblas de nuestro corazón: R/. Cristo, ten piedad.
Morado/Rosa Ciclo B Tú que nos exhortas a una sincera conversión: R/. Señor, ten piedad. No se dice Gloria. ORACIÓN COLECTA EÑOR Dios, que por tu Palabra realizas admirablemente la reconciliación del género humano, concede al pueblo cristiano prepararse con generosa entrega y fe viva a celebrar las próximas fiestas de la Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
S
LITURGIA DE LA PALABRA Monición a la primera lectura El destierro que padece el pueblo de Dios debe ser visto no como un signo de condenación, sino como una invitación a la conversión y a la purificación de sus pecados. De ahí que Ciro, rey de Persia, fue instrumento de Dios para liberar a su pueblo de la esclavitud y para reconstruir el templo de Jerusalén. Escuchemos este relato.
Del segundo 36, 14-16. 19-23
E
libro
de
las
Crónicas
N aquellos días, todos los sumos sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, practicando todas las abominables costumbres de los paganos, y mancharon la casa del Señor, que él se había consagrado en Jerusalén. El Señor, Dios de sus padres, los exhortó continuamente por medio de sus mensajeros, porque sentía compasión de su pueblo y quería
preservar su santuario. Pero ellos se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus advertencias y se mofaron de sus profetas, hasta que la ira del Señor contra su pueblo llegó a tal grado, que ya no hubo remedio. Envió entonces contra ellos al rey de los caldeos. Incendiaron la casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén, pegaron fuego a todos los palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. A los que escaparon de la espada, los llevaron cautivos a Babilonia, donde fueron esclavos del rey y de sus hijos, hasta que el reino pasó al dominio de los persas, para que se cumpliera lo que dijo Dios por boca del profeta Jeremías: Hasta que el país haya pagado sus sábados perdidos, descansará de la desolación, hasta que se cumplan setenta años. En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de las palabras que habló el Señor por boca de Jeremías, el Señor inspiró a Ciro, rey de los persas, el cual mandó proclamar de palabra y por escrito en todo su reino, lo siguiente: “Así habla Ciro, rey de Persia: El Señor, Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha mandado que le edifique una casa en Jerusalén de Judá. En consecuencia, todo aquel que pertenezca a este pueblo, que parta hacia allá, y que su Dios lo acompañe”. Palabra de Dios Monición para el Salmo El Salmo 136 expresa la nostalgia del israelita desterrado. Nosotros, desterrados por el pecado, nos unimos a su plegaria: Del salmo 136 R/. Tu recuerdo, Señor, es mi alegría. Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos a llorar de nostalgia; de los sauces que estaban en la orilla colgamos nuestras arpas. R/.
Aquellos que cautivos nos tenían pidieron que cantáramos. Decían los opresores: “Algún cantar de Sión, alegres, cántennos”. R/. Pero ¿cómo podríamos cantar un himno al Señor en la tierra extraña? ¡Que la mano derecha se me seque, si de ti, Jerusalén, yo me olvidara! R/. ¡Que se me pegue al paladar la lengua, Jerusalén, si no te recordara, o si, fuera de ti, alguna otra alegría yo buscara! R/. Monición para la segunda lectura Pablo insiste en su testimonio de vida: todo es gracia; todo es don. La historia de Israel se describe entre muerte y vida, entre las tinieblas y luz. Según el apóstol, nosotros hemos muerto a nuestros pecados y hemos revivido por el gran amor del Señor Jesús. De ahí que nuestra condición de salvados es obra de Dios. Acogemos en atenta escucha. De la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 4-10
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ERMANOS: La misericordia y el amor de Dios son muy grandes; porque nosotros estábamos muertos por nuestros pecados, y él nos dio la vida con Cristo y en Cristo. Por pura generosidad suya, hemos sido salvados. Con Cristo y en Cristo nos ha resucitado y con él nos ha reservado un sitio en el cielo. Así, en todos los tiempos, Dios muestra, por medio de Jesús, la incomparable riqueza de su gracia y de su bondad para con nosotros. En efecto, ustedes han sido salvados por la gracia, mediante la fe; y esto no se debe a ustedes mismos, sino que es un don de Dios. Tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir, porque somos hechura de Dios,
creados por medio de Cristo Jesús, para hacer el bien que Dios ha dispuesto que hagamos. Palabra de Dios Monición para el evangelio San Juan nos presenta a Cristo como el Mediador entre Dios y los seres humanos. El salvó al mundo muriendo en la cruz para resucitar después. Los que creemos en Cristo tendremos con Él la vida eterna. Escuchemos este gran mensaje de fe y esperanza. De pie aclamemos al Señor. ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús. Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
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Del santo Evangelio según san Juan 3, 14-21
N aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: “Así como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios. La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran. En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios”. Palabra del Señor
Se dice Credo ORACIÓN DE LOS FIELES Oremos a Cristo, el Señor, que al morir en la cruz nos dio la vida nueva y nos ha abierto el camino de salvación. A cada petición diremos: ¡Señor, danos tu luz y tu alegría! 1. Por el Santo Padre el papa Francisco. Para que su ejemplo y su palabra sean luz que alumbre nuestras tinieblas. OREMOS 2. Por los pueblos que viven la ceguera de la guerra, del odio y del rencor. Para que encuentren la paz y la alegría del perdón. OREMOS 3. Por quienes, como Nicodemo, atraviesan momentos de oscuridad en sus vidas. Para que hallen en Cristo la luz que anhelan sus corazones. OREMOS 4. Por todos nosotros. Para que perseveremos en el esfuerzo cuaresmal y lleguemos purificados a las Fiestas de la Pascua que se acercan. OREMOS Señor, Tú que en nuestra fragilidad nos ayudas con medios abundantes, concédenos recibir con alegría la salvación que nos otorgas y manifestarla a los hombres con nuestra propia vida. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. LITURGIA EUCARÍSTICA ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS E presentamos, Señor, llenos de alegría, estas ofrendas para el sacrificio redentor, y pedimos tu ayuda para celebrarlo con fe sincera y ofrecerlo dignamente por la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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