Para profundizar consultar:
https://elsalvadormisionero.org/secciones/ jornada-nacional-de-infancia-yadolescencia-misionera-2021/
CUARTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
MISAL DOMINICAL DE LOS FIELES 31 de enero de 2021 RITOS INICIALES
LECTURAS PARA LA SEMANA IV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO. AÑOS IMPARES (I). IV SEMANA DEL SALTERIO TOMO III Lunes
INFANCIA Y ADOLESCENCIA MISIONERA (IAM) La Infancia y Adolescencia Misionera es un servicio de la Iglesia para que los niños y adolescentes adquieran una conciencia misionera y de compartir con los niños y adolescentes de todo el mundo, su fe y sus bienes materiales. Siendo un Obra Misional Pontificia que promueve la animación y formación misionera de los niños, adolescentes y sus educadores, para que cooperen en la evangelización universal, especialmente de los mismos niños y adolescentes del mundo entero. Tiene sus estatutos propios. El Papa y todos los obispos la han asumido para toda la Iglesia.
1
Hb 11, 32–40; Sal 30, 20-24; † Mc 5, 1 - 20
Martes
2
Presentación del Señor. Mal 3,1-4 o bien Heb 2,14-18; Sal 23,7-10; † Lc 2,22-40
Miércoles
3
Hb 12, 4-7, 11–15; Sal 102, 1-2, 13-14, 17-18; † Mc 6, 1-6
Jueves
Viernes
Sábado
MONICIÓN INICIAL Queridos hermanos: Sean bienvenidos a la celebración de la santa Misa. La Palabra de Dios nos invita a reconocer en Jesús de Nazaret al enviado de Dios; pues en él llegan a cumplirse los anuncios que el Padre había comunicado desde antiguo por medio de sus siervos los profetas. Además, en este domingo, celebramos la Jornada de la Infancia Misionera, este año bajo el lema ¡En Cristo, somos uno! Demos gracias a Dios por su bondad hacia nosotros y celebremos con júbilo la santa Eucaristía.
4
Hb 12, 18-19, 21–24; Sal 47, 2-4, 9-11; † Mc 6, 7 - 13
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 105, 47 Sálvanos, Señor y Dios nuestro; reúnenos de entre las naciones, para que podamos agradecer tu poder santo y nuestra gloria sea alabarte.
5
Hb 13, 1–8; Sal 26, 1, 3, 5, 8-9; † Mc 6, 14-29
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
6
Hb 13, 15-17, 20–21; Sal 22, 1-3a.3b-4.5.6; † Mc 6, 30-34
Comisión de Pastoral Litúrgica Arquidiócesis de San Salvador
2021
Saludo: La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor, estén con todos ustedes. Acto Penitencial Hermanos: Entre nosotros vive el Señor. Sin embargo, lo rechazamos con nuestros pecados. Reconociendo nuestras faltas, regresemos al camino que nos conduce hacia él: Tú, el Enviado del Padre: R/. Señor, ten piedad.
Verde/ Ciclo B Tú, el Mesías esperado por el pueblo: R/. Cristo, ten piedad. Tú, el Salvador de la humanidad: R/. Señor, ten piedad. Se dice Gloria. ORACIÓN COLECTA
C
oncédenos, Señor Dios nuestro, adorarte con toda el alma y amar a todos los hombres con afecto espiritual. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. LITURGIA DE LA PALABRA Monición a la primera lectura En el relato del Antiguo Testamento, vemos cómo Dios, por medio de Moisés, promete que suscitará entre el pueblo un profeta, un hombre no comprometido con el poder político o religioso. Él será el portavoz de Dios y actuará en su nombre. Así el pueblo sabrá cuáles son los caminos queridos por Dios. Escuchamos este mensaje. Del libro del Deuteronomio
E
18, 15-20
n aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo: “El Señor Dios hará surgir en medio de ustedes, entre sus hermanos, un profeta como yo. A él lo escucharán. Eso es lo que pidieron al Señor, su Dios, cuando estaban reunidos en el monte Horeb: ‘No queremos volver
a oír la voz del Señor nuestro Dios, ni volver a ver otra vez ese gran fuego; pues no queremos morir’. El Señor me respondió: ‘Está bien lo que han dicho. Yo haré surgir en medio de sus hermanos un profeta como tú. Pondré mis palabras en su boca y él dirá lo que le mande yo. A quien no escuche las palabras que él pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuentas. Pero el profeta que se atreva a decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de otros dioses, será reo de muerte’”. Palabra de Dios Monición para el Salmo El pueblo que caminaba en el desierto un día se rebeló y criticó a Dios y a Moisés, no escucharon sus enseñanzas. Para no repetir la historia pedimos con el salmista: Del salmo 94
El apóstol Pablo nos enseña cómo debemos hacer para que nuestro corazón esté siempre entregado a hacer la voluntad de Dios en el momento presente. Escuchemos. De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 7, 32-35
H
ermanos: yo quisiera que todos ustedes vivieran sin preocupaciones. El hombre soltero se preocupa de las cosas del Señor y de cómo agradarle; en cambio, el hombre casado se preocupa de las cosas de esta vida y de cómo agradarle a su esposa, y por eso tiene dividido el corazón. En la misma forma, la mujer que ya no tiene marido y la soltera se preocupan de las cosas del Señor y se pueden dedicar a él en cuerpo y alma. Por el contrario, la mujer casada se preocupa de las cosas de esta vida y de cómo agradarle a su esposo. Les digo todo esto para bien de ustedes. Se los digo, no para ponerles una trampa, sino para que puedan vivir constantemente y sin distracciones en presencia del Señor, tal como conviene.
E
n aquel tiempo, se hallaba Jesús en Cafarnaúm y el sábado fue a la sinagoga y se puso a enseñar. Los oyentes quedaron asombrados de sus palabras, pues enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: “¿Qué quieres tú con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios”. Jesús le ordenó: “¡Cállate y sal de él!” El espíritu inmundo, sacudiendo al hombre con violencia y dando un alarido, salió de él. Todos quedaron estupefactos y se preguntaban: “¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta? Este hombre tiene autoridad para mandar hasta a los espíritus inmundos y lo obedecen”. Y muy pronto se extendió su fama por toda Galilea.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras”. R/. Monición para la segunda lectura
6. Por nuestros difuntos. Para que descansen en la paz y el amor de Dios. OREMOS. 7. Por los que nos reunimos hoy alrededor del Altar. Para que nos sintamos recreados, alimentados e inspirados por la celebración de la Eucaristía Dominical. OREMOS. Muestra, Padre, tu bondad al pueblo que te suplica, para que reciba sin tardanza lo que Te pide con humildad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Palabra del Señor LITURGIA EUCARÍSTICA
Palabra de Dios
Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; él es nuestro pastor y nosotros, sus ovejas. R/.
5. Por las familias que viven sin amarse, por los hijos que crecen sin ver un clima de cariño. Para que el Señor les conceda la gracia de la reconciliación. OREMOS.
Se dice Credo
R/. Señor, que no seamos sordos a tu voz. Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva. Acerquémonos a él, llenos de júbilo, y démosle gracias. R/.
4. Por los que viven sometidos al influjo de la droga, del libertinaje, del juego y de la mentira. Para que Jesucristo los libere de sus esclavitudes. OREMOS.
Monición para el evangelio Jesús comienza a enseñar en la sinagoga de Cafarnaúm y quien lo escucha valora enseguida su enseñar con autoridad. No repite lo aprendido, su palabra tiene fuerza, libera, sana, hace hombres nuevos. Puestos de pie cantamos aleluya. ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO R/. Aleluya, aleluya. El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que vivían en tierra de sombras una luz resplandeció. R/. Aleluya, aleluya.
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Del santo Evangelio según san Marcos 1, 21-28
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS ORACIÓN DE LOS FIELES Oremos a Dios, nuestro Padre, que todo lo puede y quiere la salvación de todos los hombres. A cada petición diremos: ¡Sánanos, Señor!
R
ecibe, Señor, complacido, estos dones que ponemos sobre tu altar en señal de nuestra sumisión a ti y conviértelos en el sacramento de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
1. Por el Santo Padre el papa Francisco. Para que el Señor lo sostenga en su ministerio de Pastor Universal de la Iglesia. OREMOS.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame por tu misericordia. A ti, Señor, me acojo, que no quede yo nunca defraudado.
2. Por los enfermos, especialmente por aquellos que sufren en la mente y en el espíritu. Para que el Señor Jesús los cure de sus males. OREMOS.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
3. Por aquellos que desesperados se alejaron un día de Dios. Para que vuelvan a la Iglesia que es su casa. OREMOS.
T
e rogamos, Señor, que alimentados con el don de nuestra redención, este auxilio de salvación eterna afiance siempre nuestra fe en la verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.