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APUNTES SOBRE LA COMUNICACIÓN EN LA EDUCACIÓN VIRTUAL
La comunicación tradicional o típica entre personas, es cara a cara y directa, mediatizada por palabras y una intencionalidad afectiva. Contrario a esto, Montalvo (2020) y Zapata (2015); refieren que, la comunicación en los ambientes virtuales, se caracteriza por ser textual o hipertextual. Lo primero radica en palabras convencionales, con las cuales se expresan ideas, emociones, sensaciones, opiniones, y demás productos del pensamiento. En cambio, lo hipertextual es una comunicación que se caracteriza por la diversidad de recursos posibles a operar; por ejemplo, videos, audios, imágenes. Al respecto, Guita (2020), comenta lo siguiente: En el ámbito presencial contamos con gestos y palabras, miradas, rostros, actitudes y posturas. En la modalidad virtual de aprendizaje, el lenguaje por excelencia es la palabra escrita, aunque sin duda también adquieren un valor peculiar las imágenes y la oralidad, cuando utilizamos herramientas como las videoconferencias. (p. 1).
Una vez que se presentaron las principales características y atributos de la comunicación en ámbitos presenciales y virtuales, es importante destacar cómo se ponen en práctica en la relación e interacción que se establece entre el tutor y los estudiantes. Cabe señalar que, para tener expectativas de éxito en esta tarea, es importante planificar no solamente las sesiones de clases, sino los tipos y formas de comunicación a ejercer: La interacción que se produce entre el profesor, estudiante y contenido del aprendizaje; supone una estructuración del contenido, que no dependerá exclusivamente de la selección llevada a cabo en el currículo, sino también y principalmente de la presentación que el profesor haga de los contenidos. (Guita, 2020, p. 2).
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Conforme a lo anterior, aparece el valor de la palabra, como resultado de la actitud dialogal implícita entre los integrantes de la comunidad educativa virtual. Para empezar, es importante caracterizar la función o rol a desempeñar por cada una de los actores involucrados. En este escenario, el docente genera los debates o diálogos, en determinado momento será moderador de las participaciones de los estudiantes (Montalvo, 2020). Por su parte, los estudiantes participan activamente y generan conocimientos a partir de las reflexiones colectivas. Con respecto a ello, Guita (2020, p. 3) refiere que: (…) el docente o tutor virtual deberá ser un interlocutor que, como especialista en el tema del curso, se hace capaz de “preguntar bien”, es decir, debe establecer interrogantes que favorezcan la posibilidad de llegar a un nuevo conocimiento, más profundo, reflexivo o de mayor complejidad.
Entonces, Zapata (2015) señala que, en los procesos dialógicos, tanto será fundamental que la forma de preguntar sea correcta, además, de garantizar la respuesta o participación de los estudiantes, con fines de generar respuestas acordes a los tópicos a abordar. Con base a esta condición, surge otro factor primordial en la educación virtual: el valor de la presencia. Al respecto, Guita (2020, p. 8) expresa que
“el tutor, aprende a hacerse presente de una manera abierta, sensible y comprometida. Pero también reconociendo y aceptando los límites y objetivos de una relación interpersonal con finalidad académica”.
La premisa mencionada tiene una íntima relación con el enfoque de la andragogía o educación para adultos, donde se destaca la función del asesor para ayudar al estudiante a lograr los propósitos de los programas de estudio. Se destaca la cita de Paulo Freire, quien reconoce que “la educación sólo es eficaz en la medida en que reconoce y respeta sus límites y ejercita todas sus posibilidades”. Lo anterior, compromete al asesor, en un primer momento a identificar la situación inicial del estudiante; que será el punto de partida para fines de optimizar posteriormente las enseñanzas.
Por lo anterior, para Montalvo (2020) y Zapata (2015), cobra fuerza la participación del tutor. Aunque, la presencia física y moral del tutor no solamente será importante en la educación virtual. Guita (2020), propone tres tipos de presencia que, serán imprescindibles para fines de asesorar y/o brindar seguimiento al estudiante, además, Zapata (2015) añade que es una acción fundamental para augurar éxito en los resultados del proceso educativo:
· La presencia cognitiva es entendida como el punto hasta donde los estudiantes son capaces de construir significado, mediante la reflexión continua en una comunidad de indagación.
· La presencia social es la capacidad de los participantes en esa comunidad de proyectarse a sí mismos social y emo- cionalmente como personas reales.
· La presencia docente es definida como la acción de diseñar, facilitar y orientar los procesos cognitivo y social con el objetivo de obtener resultados educativos personalmente significativos y de valor docente. (p. 8).
Es así como, en los diferentes medios de comunicación que establecen el tutor virtual y los estudiantes; el tutor desde un principio realizará una exploración diagnóstica, principalmente para identificar los alcances y limitantes de cada estudiante (Zapata, 2015). A partir de ahí se establecerá un plan de trabajo, para fines de lograr los propósitos del programa. Este es uno de los motivos para solicitar la retroalimentación oportuna y eficaz del tutor; destacando las fortalezas y área de oportunidad del estudiante. A su vez, lo cognitivo también se genera a partir del análisis de los temas con base a los conceptos o teorías que se revisan dentro del programa.
Asimismo, la presencia social garantiza que el tutor estará en constante o permanente comunicación con el estudiante; ya que, por lo común, el estudiante ocupará el apoyo para ingresar a la plataforma, comenzar a participar en los foros o, incluso, elaborar las tareas. Ello será fundamental para asegurar la permanencia del estudiante en el programa. Finalmente, la presencia docente integra elementos de las presencias cognitivas y sociales; con la intención de concretarla en el diseño e implementación de estrategias de enseñanza y aprendizaje, que garanticen la adquisición de los conocimien- tos y experiencias. Justamente, en esta concepción convergen las aportaciones de Guita (2020), Montalvo (2020) y Zapata (2015).
El último componente a analizar, es el valor del contenido, que significa el motivo convocante de todo curso virtual (Guita, 2020). Aquí destacan los diferentes motivos, circunstancias o factores; que subyacen el ingreso de los estudiantes al programa de educación virtual. Las motivaciones, se complementarán con el contenido significativo a revisar por parte de los estudiantes, ya que es cuando se subrayan las bondades del internet para fines de brindar al estudiante experiencias gratificantes y satisfactorias al momento de aprender (Montalvo, 2020). Conforme a lo expresado, Guita (2020, pp. 10-11) señala que, entre las variables de la estructura sintáctica y semántica de los contenidos, sobresalen las siguientes:
· Ideas generales: actualidad, relevancia, pertinencia científica, transferencia a diferentes situaciones de aprendizaje.
· Inclusión de objetivos.
· Incorporación de mapas conceptuales.
· Presentación de diferentes perspectivas.
· Presentación de materiales
Referencias bibliográficas no completos. https://youtu.be/iFwX8zKubTQ https://nuestroscursos.net/pluginfile.php/3973/mod_resource/content/2/pdf%20la%20comunicaci%C3%B3n%20en%20AVA.pdf
· Dificultad progresiva.
· Elaboración de materiales con una estructura hipertextual.
· Significación de los estudios de caso.
Las variables referidas hacen alusión a las bondades que se encuentran en la red, por ejemplo, la literacidad (escribir de forma correcta), hipertextualidad (contenido atractivo y de manejo intuitivo en la red) y multimedia (integra video, audio e imágenes). Así, se tienen al alcance un sinfín de aplicaciones (APP), sitios de internet, blogs, software, redes sociales y otros recursos para generar mapas conceptuales, mapas mentales, diapositivas, collages, infografías, videos y demás diseños que pueden aplicarse en los ámbitos escolares, laborales, sociales, institucionales, etc.
En consecuencia, como docentes o tutores virtuales; es necesario analizar el programa académico a trabajar, y con el antecedente de un perfil docente basado en iniciativa, creatividad e innovación; Guita (2020) puntualiza que el docente o tutor estará en posibilidad de proponer temas complementarios a los programas, para favorecer la reflexión, preguntas, interacción y construcción de nuevos aprendizajes.
Guita, E. (2020). La comunicación del docente, elemento facilitador del aprendizaje. CREFAL.
Montalvo, J. (03 de agosto de 2020). Comunicación asertiva en el aula virtual [video]. YouTube.
Zapata, M. (2015). La comunicación en ambientes virtuales de aprendizaje. Programa Integración de Tecnologías a la Docencia Universidad de Antioquia.