4 minute read
PARA LA IGUALDAD DE GÉNERO
(Plataforma de Acción de Beijing 1995, párrafo 41)
Un aporte para alcanzar la igualdad de género (objetivo número 5 de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible) sin duda es la planificación con perspectiva de género, que se ha tratado en distintos encuentros de gobiernos a nivel de Latinoamérica. En el 2013, el “Consenso de Santo Domingo” en la Duodécima Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, estableció a la lucha por la igualdad de género como primordial en la planificación del desarrollo destacando que, “debe convertirse en un eje central y transversal de toda la acción del Estado, ya que es un factor clave para consolidar la democracia y avanzar hacia un modelo de desarrollo más participativo e inclusivo” (CEPAL, 2016). Debates que ya se venían tratando en el mundo partiendo de la IV Conferencia Mundial sobre las Mujeres en Beijín de 1995. En este contexto se plantean tres temáticas generales que materializan caminos para alcanzar la igualdad de género.
Advertisement
Visibilizar a las mujeres en la planificación
Reconocer la desigualdad de género en el acceso a los recursos económicos, sociales, culturales y naturales es la base para una planificación con enfoque de género.
Una planificación que se formula sin incorporar la perspectiva de género conduce a invisibilizar las relaciones desiguales de poder, sin cuestionar tal desigualdad. Además, no considera ni crea espacios para las necesidades y potencialidades de las mujeres en el desarrollo. El error más frecuente al respecto es la omisión de los aspectos derivados de la división sexual del trabajo, que establecen la forma en que los roles se distribuyen en la sociedad: las mujeres estarían a cargo de la reproducción social y los hombres, de las tareas productivas (Volio, 2008).
De acuerdo con Massolo (2006), dentro de las formas de generar condiciones que visibilicen a las mujeres en la planificación son:
> Generar espacios que garanticen una participación igualitaria de mujeres y hombres en las distintas fases de planificación, teniendo en consideración las diferentes capacidades;
> Proveer formas y servicios de apoyo financieros, vinculados a infraestructura, comerciales, de formación, que sean igualmente accesibles para mujeres y hombres;
> Satisfacer las necesidades e intereses de mujeres y hombres por medio del diseño y distribución de intervenciones de desarrollo.
Parte primordial en la visibilización se concentra y cristaliza en la participación de las mujeres dentro de la planificación, para el efecto, no basta con integrar a las mujeres en los espacios de opinión, información, socialización, muchas veces, y con mayor frecuencia en las zonas rurales, para asegurar que las mujeres alcen su voz, opinen y hagan uso efectivo de la participación ciudadana, es necesario crear grupos focales, en donde sus opiniones sean incorporadas.
Transversalización de la perspectiva de género
La transversalización de la perspectiva de género ha sido definida desde distintos ámbitos. El Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (1997), lo señala como “el proceso de evaluar las implicaciones que tiene para hombres y mujeres, cualquier acción que se planifique, incluyendo las de tipo legislativo, las políticas o los programas en todas las áreas y a todos los niveles” (1997); el Consejo de Europa (1998), lo define como “la reorganización, el ordenamiento territorial con perspectiva de género
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (2016) plantea algunas estrategias para ordenar el territorio desde una perspectiva de género:
1.Considerar las relaciones de género en el espacio del territorio
Partiendo del entendimiento del territorio como una construcción social se plantea determinarlo como un actor dentro de la planificación y generar propuestas dentro de su dimensión geográfica, que respondan a las necesidades de mujeres y hombres, promoviendo erradicar diversas formas y espacios de exclusión. En esta misma estrategia se establece a la participación perspectiva de la igualdad de género sea incorporada en todas las políticas, a todos los niveles y en todas sus fases, por los actores normalmente involucrados en su elaboración”; el Programa de Naciones Unidas para el Desn proceso estratégico para alcanzar la igualdad de género (De la Cruz, 2009), por lo que su implementaciarrollo (2000), como “integrar el interés en la igualdad de géneros en todas las políticas, programas, procedimientos administrativos y financieros y en el marco cultural de la institución u organización”.
En suma, la transversalización o mainstreaming de la perspectiva de género no es un fin en sí mismo, representa uón amplía el límite de la planificación, abarcando las políticas públicas, así como los actores que intervienen en su diseño e implementación.
3.Estrategias para la planificación yanificación
Las experiencias surgidas desde la comunidad “desde abajo” (modelo de gobernanza “botton up”), que visibilizan las problemáticas ocultas son la base para la promoción de la incidencia social y política de la transversalización de la perspectiva de género y su incorporación en la agenda pública.
Otros autores como Trejo (2021) plantean varios pasos, los que se resumen en la figura a continuación de la planificación con enfoque de género.
Según el modelo participativo, las políticas públicas y las decisiones de planificación son el resultado de una interacción social mediante “argumentos y evidencias por parte de los participantes” (Majone, 1978), a través de una participación bidireccional donde los actores también pueden influir en la decisión y evaluación de la política pública. En este sentido la Nueva Agenda Urbana reconoce entre los componentes clave de las ciudades “una función igualitaria de género responsable de empoderar a mujeres y niñas, velando por su igualdad de derechos y asegurando su participación plena” (Naciones Unidas, 2016).
Es innegable que se precisa la participación de las mujeres en la formulación de los instrumentos de ordenamiento territorial, para lo cual en Ecuador, todos los niveles de gobierno deberán listar y mapear como actores sociales “a los más afectados en los planes y las decisiones de planificación, y proporcionar un medio a las personas susceptibles de ser excluidas, intencionalmente o no, de hacer planes” (Seltzer y Mahmoudi, 2014), con la finalidad de garantizar una participación plena, activa e inclusiva.