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nota al pie ENTREVISTA A: “La ciudad de México en el tiempo”
Decolonialismo Vs. Conceptualidad La desaparición forzada: La sistematización del terrorismo de estado El mito de las élites no es un mito genial
volumen 3 número 9
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contenido
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carta editorial y fe de erratas
de crimen de lesa humanidad a una criminalizacion del desaparecido
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El mito de las élites no es un mito genial
El rompimiento con la tradición y la revolución. La consolidación de la tecnocracia como élite gubernamental mexicana La desaparición forzada: La sistematización del terrorismo de estado
¿Qué es lo que realmente nos hará libres de la colonización?
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Élites y dominación, un asunto epistemológico
Decolonialismo Vs. Conceptualida d1
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El partido oficial de Estado: La anulación del federalismo por las élites partidistas y la coerción a la oposición
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Entrevista “La ciudad de México en el tiempo”.
El vacío informativo sobre las desapariciones en México: Un sistema web para la denuncia y monitoreo ciudadano
Desapariciones forzadas en México bajo el contexto de la guerra contra el narcotráfico: sin cifras certeras y sin voluntad política
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cultura y fotogalería
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DIRECTORIO rector general:dr. salvador vega y león secretario: mtro. norberto manjarrez alvarez rector uam-i: dr. octavio nateras domínguez secretario: dr. miguel ángel gómez fonseca directora de la division de ciencias sociales y humanidades: dra. juana juarez romero jefe del departamento de sociología: Dr. Juan Manuel Herrera. coordinador de la licenciatura de ciencia política: mtro. agner adolfo guerrero sandoval
CONSEJO EDITORIAL Jefe Editorial: celic ixchel mosqueira rivas editores adjuntos: viridiana méndez ramirez, gabriel ocampo hernández y carlos eduardo ávila roque Corrección de estilo: celic ixchel mosqueira rivas Y Juan Jesús Galarza Ríos Comunicación: karla selene galicia hernández Diseño,fotografía y maquetación: eva gabriela lópez lárraga
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El contenido de los artículos es responsabilidad de sus autores. Registro en trámite . Para consultar la bibliografía completa que utilizaron nuestros autores favor de buscar la edición en documento PDF ubicada en:www.revistanotaalpie.com Av. San Raael Atlixco No. 186 Col. Vicentina, Delegación Iztapalapa, C.P. 09340 México D.F. edificio H. “revisa Notal al Pie” es una publicación trimestral de estudiantes de la licenciatura de Ciencia Política de la Universidad Autónoma Metropolitana plantel Iztapalapa E-mail: revistanotaalpie@hotmail.com Página web: www.revistanotaalpie.com Impresión a cargo de “LITHO OFSET ARESA,SA DE CV” Javier Martínes V. No. 218 Col. Escuadrón 201 C.P. 09060 México, D.F. Tel-fax 56704023, E-mail:aresa2469@gmail.com Encargado: Luis Sánchez Arellano.
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Abel García Hernández
carta editorial Estimado lector: Los universitarios, en este espacio, estamos escribiendo nuestra realidad; lo que hoy nos acontece. Está claro, la coyuntura en que nos encontramos tiene que ser ilustrada mediante las letras, producto del pensamiento y análisis crítico de las juventudes. La enajenación priva nuestra libertad y la indiferencia no suscita ninguna respuesta. Es por eso que en este número nos concentramos en tres ejes temáticos, que son de vital importancia en el contexto actual; Élites y Estado mexicano, Desapariciones forzadas y Decolonialismo. Nota al pie una vez más se consolida gracias al apoyo de nuestros colaboradores, de los académicos y de nuestros lectores. Es una revista que está comprometida día a día en mejorar como canal de transmisión y reproducción de los artículos con que colabora la comunidad. Ahora nos sentimos dichosos, pues cumplimos tres años de trabajo ininterrumpido, siendo una revista estudiantil, que por su apoyo, sigue en desarrollo, pues este proyecto no tiene limitantes: ha ido, va, e irá más allá de los cuantiosos discursos abigarrados, que denotan la importancia de los análisis críticos y constructivos; análisis de pensamientos e ideas que surgen en los espacios universitarios. Para nosotros es importante dar lugar a las nuevas generaciones, pues debemos regenerar y hacer crecer nuestras ideas, por lo que nos es grato informarles que Nota al pie comienza con su tercer proceso de renovación Editorial, así seguiremos contribuyendo a la formación de todos y cada uno de los que siguen nuestros andares. Por otro lado, reconocemos la labor realizada durante el trimestre anterior, para la recolección de libros que fueron enviados a la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, de Ayotzinapa, Guerrero, pues por ustedes y por la generosa donación de la Brigada Para Leer en Libertad, logramos reunir la cantidad de 715 libros, que fueron entregados, por este Consejo Editorial y por el grupo de Académicos por Ayotzinapa, el 8 de Septiembre en las instalaciones de la Normal. No nos queda más que agradecerles, pues bien lo hemos venido repitiendo en cada número, y así será hasta que nos lo permitan: con ustedes, todo; sin su crítica, nada. Consejo editorial
Resaltamos que el tema de Desapariciones forzadas, es por todas las personas que se han visto afectadas directa e indirectamente por estos casos, producto de agentes del Estado. Mantenemos viva su memoria, esperando se haga justicia por todos y cada uno de ellos. 1
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Abelardo Vázquez Peniten
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¡Gracias por permitirnos cumplir 3 años! Recuerda que a la certeza se llega caminando. Pero si es de tu mano, mejor. Consejo editorial Fe de erratas. En el número pasado, ocurrieron los siguientes errores: 1. El artículo de Samuel David Zepeda López, titulado “La inevitable derrota de la guerra contra las drogas” , y el de José Luis Sánchez Ramírez, titulado “Silencio social”, habían sido dictaminados para ser publicados en la versión impresa de nuestra revista, pero por errores de espacio y coordinación, los artículos no fueron publicados. 2. En la sección cultural, después de la página 47, por errores de impresión, se agregaron 4 poemas que formaron parte del séptimo número. Pedimos sinceras disculpas por los errores que se cometieron en el número pasado. Somos conscientes de ellos y por eso es que los hacemos públicos, pues eso nos ayudará a mejorar constantemente, hasta lograr que éstos sean nulos.
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Ad谩n Abrajan de la Cruz
De crimen de lesa
criminaliz
desapa
Abigail Licenciatura e Universidad Aut贸nom
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Alexander Mora Venancio NP
a humanidad a una
zación del
arecido “
Carpio Rivera en Psicología Social ma Metropolitana-Iztapalapa
¿Adónde van los desaparecidos? Busca en el agua y en los matorrales ¿Y por qué es que se desaparecen? Porque no todos somos iguales ¿Y cuándo vuelve el desaparecido? Cada vez que los trae el pensamiento ¿Cómo se le habla al desaparecido? Con la emoción apretando por dentro Rubén Blades
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Antonio Santana Maestro
Es imposible ignorar los
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beneficios que las redes sociales han traído a la libertad de expresión, contándose entre los más importantes el poder influir en el pensamiento social sin tener que prescindir necesariamente de recursos. Hoy en día, gracias a la socialización de la información -que dicho sea de paso, ha hecho posible la estimulación de diversos mecanismos sociales y la superación de la inmovilizaciónpodemos advertir un gran flujo de opiniones que se gestan y propagan de las notas periodísticas, y que son
La desaparición forzada es un ícono de una realidad impune que caracteriza a los regímenes autoritarios que no aceptan ni toleran pasiones o utopías, y que no miran bien el que no se les aplauda. Esta tendencia estratégica de quien ostenta el poder ha sido utilizada
para mantener el control y el orden social, aunque muchas veces el efecto obtenido sea el contrario. La lógica de la desaparición forzada, que habitualmente desemboca en un miedo personal y colectivo, ha venido a repercutir en la vida pública y privada del país, pues es a partir de éste que se desarrollan o modifican comportamientos y estilos de vida guiados por el pánico de saberse olvido. Pues como Zygmunt Bauman comenta, “Sembrar las semillas del miedo produce cultivos abundantes en la política y el comercio”1 anulando la posibilidad de toda amenaza al poder.
Si la muerte es la única certeza a la que todo ser humano ha de llegar, la desaparición es la irresolución que acuchilla a cada instante... El pensamiento social actual refleja un grado de solapamiento y consentimiento del acto terrorista de la desaparición forzada por parte de personas que, influenciadas negativamente por los medios de comunicación o bien cortos de reflexión por el desconocimiento y/o prejuicios, perciben al desparecido político como un criminal, un delincuente, digno del destino tan infausto que se le ha impuesto. Protesta social no tendría que ser equivalente de desaparición y muerte; asimismo, la desaparición no tendría que reflejar valoraciones y atribuciones negativas hacia los desapa1
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excelentes campos psicológicos para conocer, entender y evaluar las diversas prácticas y saberes de una sociedad. Esta interacción ha dado lugar a que, de manera más democrática, se conozcan los diferentes puntos de vista y sentires de una colectividad frente a un suceso determinado.
recidos. Lamentablemente, vivimos en una sociedad donde la gente ha naturalizado e introyectado la desaparición como el precio que debe pagarse por cierto grado de libertad. No es inesperado, aunque sí molesto, escuchar voces indolentes que ante una desaparición responsabilizan a los mismos desaparecidos de su suerte por ir en contra de las leyes y las normas establecidas. El poder, entendido como el resultado de una relación en la que unos mandan y otros obedecen, ha establecido políticas de conflicto en las que para alcanzar cierta legitimidad y obediencia han tenido que recurrir a la fuerza y a la violencia, despareciendo
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a agitadores y promotores del cambio social, pues a estos últimos se les considera opositores reales a los intereses de las élites y mafias político-económicas. Pareciera ser que, en la búsqueda de dar una explicación lógica y razonable al fenómeno de la desaparición forzada, muchos se han enfrascado en culpar y achacar al propio desaparecido su trágico destino, pues se oye decir
“ellos solitos se lo buscaron por andar de revoltosos”.
Zygmunt Bauman, Daños colaterales. Desigualdades sociales en la era global, (México: Fondo de Cultura Económica, 2011).
Benjamín Ascencio Bautista Constituyendo lo anterior en un síntoma inequívoco de una sociedad en decadencia, en la que sus ciudadanos no alcanzan a percibir la desaparición forzada como una estrategia ejercida ingeniosa y sutilmente para reproducir la criminalización de la protesta social. La apatía, el desinterés y el conformismo son, pues, fruto de esta imposibilidad del ciudadano de percibir el trasfondo de problemáticas tan complejas. Este nuevo giro que ha tomado la opinión publica en cuanto a las desapariciones forzadas pone en evidencia la incapacidad del Estado para controlar eventos que han llevado al individuo a desinteresarse
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y desprenderse totalmente del asunto, pues es, a su vez, el reflejo de una actitud pasiva y de indefensión que el ciudadano ha aprendido y asumido ante la dificultad de no poder hacer frente a un evento que está fuera del alcance de sus dominios. Si anteriormente se venía haciendo alusión a una “criminalización” en términos jurídicos de legitimar medidas y sanciones para quien públicamente se atreviera a expresar un punto de vista antitético al del Estado, dicha oleada de criminalización ha traspasado los límites de la dinámica del pensamiento social. Brotaron actitudes y comportamientos, producto de creencias, que se encargaron no sólo de cri-
minalizar o “mal mirar” la protesta, sino al desaparecido. Estos valores y sentencias sociales han servido de apoyo para el ejercicio institucionalizado del poder. La criminalización, vista en formas estereotipadas propias de un delincuente, de un agitador del orden social, tiene su origen en ideas y creencias que han hecho estragos en la mente de muchos ciudadanos, quienes determinando psicológicamente al desaparecido, lo han sitiado en una lógica malévola e injusta. En esta necesidad de reestablecer la paz y tranquilidad social se han creado ciertas explicaciones que caen en lo absurdo e irreal.
”E VISITANOS:
La criminalización se hizo ley, se hizo norma, se hizo actitud, se hizo sentir, se hizo odio... finalmente, término por reconocer y justificar la dictadura...
Las personas han resuelto la desaparición como un suceso que si bien no tiene vuelta atrás, puede prevenirse y controlarse en tanto dichas personas sean capaces de identificar y evitar reproducir las causas, las características, y los comportamientos propios del desaparecido, a quien constantemente suele tacharse de loco, raro, anormal, alborotador, y traidor. Categorías que evidentemente tienen una repercusión negativa en la percepción
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del público no informado. Psicologizar se ha vuelto parte de la solución para restablecer ese estado de seguridad en el individuo. Aquellas causas que salen de su control y en las que no puede entrometerse, las ha relegado por un plano de posibilidades en las que sí puede intervenir. Así, el argumento de responsabilizar al Estado implica olvidarse y confinarse a una segunda dimensión, pues supone una solución inútil e ineficaz para prevenir la
@REVNOTAALPIE
desaparición. No obstante, en un acto por reivindicar el pasado y honrar en la memoria la lucha de quienes se han atrevido a alzar la voz, no debemos aislarlos al margen social ni condenarlos al olvido. La desaparición no debe tomarse desde la memoria como un preventivo o amenaza de lo que podría ocurrir en caso de que alguien atente contra el régimen gobernante, sino como la semilla de hartazgo que desenmascare a los responsables.
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Bernardo Flores Alcaraz
Decolonialismo 1 Vs. Conceptualidad Luis Enrique Méndez Rosas Estudiante de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública Facultad de Estudios Superiores Acátlan
Después de la guerra soviética, los organismos internacionales comienzan a dictar las formas de vida, principalmente en los países de América Latina. Ante una des-colonialización inminente, Santiago Castro Gómez y Ramón Grosfoguel señalaron al respecto: El pensamiento decolonial emergió en la fundación misma de la modernidad/colonialidad como su contrapartida. Y eso ocurrió en las Américas, en el pensamiento indígena y en el pensamiento afro-caribeño; continuó luego en Asia y África, no relacionados con el pensamiento decolonial en las Américas, pero sí como contrapartida de la reorganización de la modernidad/colonialidad del imperio británico y el colonialismo francés. Un tercer momento ocurrió en la intersección de los movimientos de descolonización en Asia y África, concurrentes con la guerra fría y el liderazgo ascendente de Estados Unidos. Desde el fin de la guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, el pensamiento decolonial comienza a trazar su propia genealogía.
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1 El ensayo constituye en parte al trabajo de investigación de tesis de licenciatura “Política y literatura del siglo XX a partir de Octavio Paz y la programación del pensamiento. México D.F”
Carlos Iván Ramírez Villarreal Con ello Castro intenta realizar una adecuación a la noción del Decolonialismo partiendo de un artículo de Aníbal Quijano sobre una concepción antitética del termino colonialismo y explica el manejo de los recursos a cargo de las elites institucionalizadas que mediante el sistema capitalista, moldea la forma de los gobiernos colonizados a una modernidad, sin embargo, la reflexión de decolonización es una paradoja de opresores y oprimidos que mantiene la creación de nuevas hegemonías. La descolonialización es un fenómeno violento (Fanon 1963), adonde se encuentra el concepto de hegemonía; que sostiene la existencia de bloques ideológicos marcados por una diferencia de clases2 , un contínuum en la historia. Asimilando la noción de decolonialización al de conceptualidad, podemos desenredar el carácter morfológico del concepto con el que podemos llegar a la creación concéntrica de la idea y voluntad, a partir del choque de las lenguas donde el ser humano se percata en su inconsciente de su realidad, preso de su delirio comienza a trabajar y producir a partir de su historia; es parte de lo que trata el Marxismo (Hernández 2008), sin embargo dentro de la conceptualidad, el uso de los objetos estéticos del transforman al concepto y se vuelve una constante lucha de asimilación del espacio, las interpretaciones del desfase del mismo nos han dejado en una quimera, situada entre lo bestial y lo humano para indagar en nuestra interpretación personal la identidad y originalidad, es entonces donde la conceptualidad nace para dar pie a la formación de mundos que reflejen una retórica de imagen, sonido y símbolos. Para el abordaje de la conceptualidad dentro del terreno decolonial y su alcance podemos ingresar al mundo de las filosofías de la liberación en donde encontramos a Dussel quien enmarca la filosofía de América como una naciente propia del continente, realizando un marco categorial que constituye categorías de la ciencia en conceptos (Dussel 2004), los cuales se transforman en instrumentos de interpretación, siendo el concepto una herramienta para el alcance de una propuesta realizada
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dentro del plano ideológico, el duelo entre una lengua y otra, inicia con la familiaridad del sujeto y objeto-cosa, el cual se ilustra como el renacer de la lengua dentro de la adopción y uso familiar, de acuerdo a una epistemología propia de los habitantes. La decolonialidad inicia en el trasfondo de una búsqueda de identidad, sin embargo el rechazo a la colonia no es más que infringido, el mexicano es neutro ajeno a los conocimientos de occidente y desarrolla adecuaciones a los conceptos, entonces no existe la decolonialidad como rechazo a la colonia y la modernidad sino más bien existe el rechazo a lo que son, porque ellos “hijos de la chingada” (Paz 2004) son diferentes, América Latina abraza al mundo moderno en un hecho que arrasa las principales culturas, dentro de lo que es el adoctrinamiento, cuando los individuos comienzan a ser ellos o creen ser ellos los que determinan la vida, del cómo vivir y comer, se dedican a la tarea de consumo y producción igual que sus conquistadores, la violenta concepción del mexicano en su forma lingüística y de razón nos lleva a la reflexión de Jean Paul Sartre en “Los condenados de la tierra” de Fanon, donde dice que un acto de raciocinio llega mediante la lengua en la conjetura de las ideas con el entorno, siendo transformados los indígenas y su lengua, parte de lo que es la historia de los mismos3, está llega a ser innecesaria al cambiar valores mediante conceptos ajenos, lo que lleva a una morfología ideológica del individuo y el uso de los conceptos nuevos adquiridos, al utilizarlos en su entorno estos se ven desarticulados o forzados a la interpretación de lo que se creía antes, tachando el pasado con lo nuevo, así tenemos una ruptura de la historia y el nacimiento de otra, este proceso sólo se puede llevar a cabo con la conceptualidad que radica en la violencia de una lengua y otra, es decir en el choque de mundos en donde el concepto se desploma para ser sometido por otro nuevo creando un dominio de una lengua sobre otra, las revoluciones lingüísticas son algo inevitable a partir de la familiaridad tecnológica y el self cognitivo aleatorio de los entes que sirven de nodos para la constitución de nuevos espacios y
Ariel, Bignami. «La guerra de Posiciones. Selección de escritos de Antonio Gramsci.» Buenos Aires: Ediciones Nuestra Propuesta, Partido Comunista de la Argentina., 2004 Franz, Franz. LOS CONDENADOS DE LA TIERRA. México D.F: Fondo de Cultura Económica, 1963 2 3
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Carlos Lorenzo Hernández Muñoz
formas de llamar lo concreto (Crystal 2005), entonces la conceptualidad es el uso de la familiaridad para construcción de puentes que describan el mundo, descripción donde el espíritu del mexicano ha permanecido oculto en otra religión y otra lengua la cual ha sido el instrumento de doctrina, llena de mentiras y política, ya lo decía el poeta:
La mentira política se instaló en nuestros pueblos casi constitucionalmente. El daño moral ha sido incalculable y alcanza a zonas muy profundas de nuestro ser. Nos movemos en la mentira con naturalidad. Durante más de cien años hemos sufrido regímenes de fuerza, al servicio de las oligarquías feudales, pero que utilizan el lenguaje de la libertad. Esta situación se ha prolongado hasta nuestros días. 4 Esto nos ha situado dentro de una realidad “Chaira”5, para muchos pensadores el conocimiento es la herramienta que identifica a los hombres pero, el aspecto real es el que se experimenta y da conciencia de lo que se hace, para un conocimiento adquirido y no simplemente un empirismo característico al self. La palabra es el instrumento de dominio de los pueblos mediante el adoctrinamiento, es por eso que los indígenas a diferencia de los nativos de la lengua, desarrollan una forma de entender al concepto para el uso dentro de los contextos sociales así como también individuales. La conceptualidad es un modo relativo a un ente que se nutre de los diálogos internos y que absorbe para ello la imagen del mundo a través de una tradición retórica (Rosas 2013), se busca un orden estético en las filosofías de la liberación, en donde Dussel, Zemelman, Guldemberg, Paz, entre otros pensadores buscan la liberación y la identidad del humano a partir de una identidad de conquista y dominio. El imperio se ha creado a partir del idioma transformado de las lenguas latinas, un continuum de dominio que se extiende dentro del pensamiento de los hombres, para la adquisición del conocimiento, Wittgenstein nos habla de un enfoque platónico
para concebir la forma a manera errónea de la palabra referente al concepto y la teoría de lo bello se deja llevar por el lenguaje el cuál acomoda las palabras de acuerdo al objeto y siendo que el objeto ajusta a las palabras por el simple hecho de su existencia, lo cual le hace estético para darle palabra o signo a partir de su relación visual determinado por el sujeto, el uso de la cosa y objeto.6 La percepción es una forma de explicación donde la voluntad radica sólo en la palabra, la que da acción al entendimiento del hombre. (Nietzsche 1998) La conceptualidad es el uso de los conceptos y su morfología del ser; tanto extrínseca como intrínsecamente debido a las escalas de valores dentro del contexto social, pero sobre todo en la retórica grafica que se tiene del mundo, la decolonialidad no puede ser aplicada en una comunidad de sordos o mudos, ni en la de los ciegos, debido a que carecería de trasfondo sonoro y visual lo que niega una colonización completa. La colonialidad desde el punto de vistan de la modernidad implica una transformación del sujeto en los aspectos del espíritu, para una reformulación del mismo, de acuerdo a Jaques Derrida el lenguaje es una trampa de realidades que difícilmente pueda explicar lo verdadero, así de aquella interpretación, tenemos la representación del mundo como un espectro de irrealidades que conforman la realidad (Derrida 1989). Entonces llegamos a la conclusión de que el continuum existe dentro de la lengua a partir de su interpretación axiológica y genealógica donde figuran valores relativos a los conceptos dentro de la estructura de lenguaje y su interpretación, siendo la decolonialidad una interpretación relativa al suceso condicionante de buscar la contraparte del concepto colonial-modernidad. Aún así la referencia de una decolonialización da pie a la filosofía de América Latina no en su contraparte de una tesis sino en la tesis misma de la conceptualidad y construcción del mundo.
Braulio, Peralta. EL POETA EN SU TIERRA Diálogos con Octavio Paz. México: Raya en el agua, 1996. “Chaira” es un mexicanismo utilizado para situar algún pensamiento en la mente, sin tener voluntad de acción sino únicamente quedar ahí en la mente. 6 Ludwing, Wittgenstein. Tractatus logico Philosophicus. España: Alianza, 2004. 4 5
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César Manuel González Hernández NP
El rompimiento con la tradición y la revolución. La consolidación
de la tecnocracia como élite
gubernamental mexicana (1976-1992) David Baltazar Vargas Maestría en Estudios Históricos Universidad Autónoma de Querétaro
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Christian Alfonso Rodríguez Telumbre
La
fundación del Estado mexicano contemporáneo tiene sus orígenes jurídicos, estructurales y de beneficio social en el año de 1917, a raíz de la promulgación de una nueva carta constitucional basada en los anhelos y demandas de un movimiento militar, es decir, planeada como una medida para contener y dar satisfacción a las demandas políticas y sociales de las diferentes facciones involucradas en una revolución extendida en el centro y el norte del territorio nacional desde 1911. Si bien la firma del pacto constitucional no representó un cese al fuego inmediato, sí constituyó el inicio de la conformación de una nueva estructura política, económica y de beneficios sociales. Estas estructuras funcionarían de una forma tortuosa a partir de la década de los veinte, y de manera más dinámica y estable desde el marco de la conclusión de la Segunda Guerra Mundial hasta fines de los años sesenta del siglo XX. El desenvolvimiento aparentemente equilibrado del desarrollo social, el sostenimiento de una economía funcional de tendencia
Sin embargo, a mediados de la década de los sesenta, en el marco de una crisis de legitimidad política del Estado mexicano a causa de diversas acciones represoras ejercidas contra movimientos populares y estudiantiles, el milagro
mexicano comenzó a evidenciar signos de agotamiento económico. Dicho agotamiento del desarrollo estabilizador tuvo su clímax y su fin dramático a finales de los años setenta y principios de los ochenta, años en los que el país atravesó una serie de dificultades en todas las vertientes de su desarrollo y de sus objetivos como nación, principalmente en las esferas económica, política, laboral, social, y educativa. En este preámbulo, una vez transcurrido el primer año del ejercicio de la titularidad del Poder Ejecutivo Federal a cargo de Luis Echeverría Álvarez, electo para el periodo constitucional 1970-1976, se avizoró un cambio en las formas y estilos de hacer la política, de ejercer el poder y sobre todo de quienes lo ejercían.2Fue a partir de 1971 en que académicos universitarios con currículos impresionantes, expertos en planeación y ejecución económica, así como individuos menores de cuarenta y cinco años de edad, accedieron por vez primera –prácticamente desde el inicio de la Revolución- a cargos de relevancia en la administración pública federal.
José Joaquín Blanco y José Woldenberg, Comps., México a fines del siglo, Tomo II, (México: Fondo de Cultura Económica/Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1996), 117. 2 Cecilia Imaz, México ante la modernización. La política económica de Miguel de la Madrid, 1982-1987, (Estocolmo: Instituto de Estudios Latinoamericanos/Universidad de Estocolmo, 1988), 25. 3 Luis Medina Peña, Hacia el nuevo Estado: México 1920- 1994, (México: Fondo de Cultura Económica, 1995), 246. 1
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proteccionista y cerrada a otras economías extranjeras, así como el statu quo de inamovilidad gubernativa que el sistema político federal-presidencialista y el partido hegemónico oficial (en sus diversas versiones de Partido Nacional Revolucionario, Partido de la Revolución Mexicana y Partido Revolucionario Institucional) venían ejerciendo desde finales del año de 1929, permitieron que la Nación desarrollase un significativo progreso material, social y humano en beneficio de amplias masas populares y de la clase política nacional. Este progreso ha quedado inscrito en la Historia como el milagro mexicano o el desarrollo estabilizador perdurable.1Un desarrollo progresista que sorprendió a propios y extraños debido a que esta evolución se había gestado desde las cenizas heredadas de la Revolución.
Christian Tomas Colon Garnica NP
Con su arribo, políticos tradicionales y varios cuadros de importancia al interior del partido hegemónico, forjados desde las administraciones del general Lázaro Cárdenas y del abogado Miguel Alemán, fueron desplazados de posiciones de poder claves. Estos políticos eran los que cada sexenio figuraban en diferentes carteras del organigrama federal o en los principales cargos públicos de las entidades federativas, y cuyo perfil característico en la mayoría de ellos era que no poseían una formación académica o profesionalizante para la administración pública. Este cambio se debió, posiblemente, al distanciamiento que el presidente Echeverría quería hacer de su administración en relación con su antecesor y a los sucesos del Halconazo que habían distanciado al régimen de los sectores juveniles nacionales. La llegada de nuevos cuadros al interior de la ad-
ministración pública federal se vio evidenciada con los nombres que comenzaron a figurar desde entonces: Horacio Flores y Francisco Alejo como titulares de la Secretaría de Patrimonio Nacional, Ignacio Ovalle en la Secretaría de la Presidencia de la República, Ernesto Fernández Hurtado como gobernador del Banco de México, Hugo Margaín y José López Portillo en la Secretaría de Hacienda, y Carlos Torres Manzo en la Secretaría de Industria y Comercio.3Todos estos políticos compartían rasgos en común en cuanto a su formación, su procedencia y su identidad, tal como se mencionó líneas arriba. Con la llegada de esta nueva élite al poder se inauguró un conflicto entre éstos y los políticos tradicionales, cuyo clímax se evidenció durante la sucesión presidencial de 1988. Este grupo de economistas-abogados jóvenes
con formación universitaria como administradores se consolidó cuando el presidente José López Portillo –electo para el periodo de 1976-1982- promovió la creación de la Secretaría de Programación y Presupuesto.
En esta dependencia se concentraron todas las actividades de funcionamiento y evolución del sistema presidencialista mexicano: el manejo de las finanzas públicas, la planeación económica y la gestión de recursos para las entidades públicas y paraestatales. La nueva élite aprovechó la naturaleza de esta Secretaría desde la cual tomó de facto el control de la administración pública federal del país, sin la necesidad de tender puentes con el partido hegemónico. A la par de su consolidación en este ramo de la administración burocrática, la nueva élite aseguró su renovación generacional por medio de su integración a las esferas
Isabelle Rousseau, México, ¿una revolución silenciosa? 1970-1995: élites gubernamentales y proyecto de modernización, (México: El Colegio de México, 2001), 56. 5 Rousseau, México, ¿una revolución silenciosa?, p. 99. 6 Carlos Salinas de Gortari, México. Un paso difícil a la modernidad, (México: Plaza y Janés, 2000), 17. 4
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Cutberto Ortiz Ramos
Con la llegada de varios integrantes de esta élite a importantes Secretarías, tal como es el caso de Carlos Tello, Ricardo García y Miguel de la Madrid a la de Programación y Presupuesto, de David Ibarra a la de Hacienda, de Fernando Solana a la de Educación Pública, y de Luís Videgaray y Carlos Salinas a las Subsecretarías de Hacienda y de Programación y Presupuesto, respectivamente,5los políticos tradicionales fueron desplazados casi de manera absoluta de las posiciones gubernamentales de primer nivel. Por lo tanto, la nueva lucha por el poder y por el proyecto económico de nación se dio al interior de la propia élite gubernamental que ya se había consolidado, dando surgimiento -a partir de la divergencia entre las concepciones del papel que el Estado debía ejercer en el funcionamiento económico- de dos corrientes al interior de la misma: la de los economistas ortodoxos y la de los economistas es-
La llegada del abogado y administrador Miguel de la Madrid Hurtado a la presidencia del país para el mandato de 1982-1988 garantizó la aplicación del ideario
económico y social de la nueva élite gubernamental -La tecnocracia- de tendencia ortodoxa, bautizado desde entonces como el proyecto de modernización nacional. Las escandalosas crisis económicas nacionales de los años 1982-1983 y de 1986 fueron los escenarios idóneos para que la tecnocracia en el poder introdujera e implementara un proyecto de modernización que “transformara al país […], sus estructuras políticas, económicas y sociales, ingresando a la nación al concierto del primer mundo”, y de esta forma, con base en el discurso público de esta élite, se salvara al país del desastre económico en que se hallaba hundido desde años atrás. A partir de entonces las decisiones de las políticas públicas del país estuvieron circunscritas a la articulación de ese proyecto de modernización y transformación nacional, consistentes en la liberalización del mercado y la acotación toral del Estado
Revista Nota al Pie
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tructuralistas. Los primeros, partidarios de la supresión total de la participación del Estado en el terreno económico, mientras que los segundos, con matices más moderados, abrían la posibilidad de intervención gubernamental bajo ciertas restricciones. No obstante, ambas corrientes, a pesar de sus diferencias en el plano de la teorización económica, presentaron gran cohesión en el momento de la renovación de los poderes institucionales de la nación para perpetuarse en el mismo, y siempre se mostraron como un solo bloque de poder frente a la nomenklatura,6concepto éste con el que algunos miembros de la propia élite tecnócrata identificaron, años después, a los políticos tradicionalistas que desplazaron.
Rousseau, México, ¿una revolución silenciosa?, 100. Carlos Acosta, “El fraude electoral, técnicamente un golpe de Estado”, Proceso, no. 611, (16 de julio de 1988): 12-22. Medina Peña, Hacia el nuevo Estado, 247. Rousseau, México, ¿una revolución silencionsa?, 150. Blanco y Woldenberg, México a fines del siglo, 112. 10 Rousseau, México, ¿una revolución silenciosa?, 157. 7
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Dorian González Parral NP gubernamentales, colocándose en dos organismos fundamentales que explican su permanencia y su expansión por varios años: el Instituto de Estudios Políticos, Económicos y Sociales del PRI y el Colegio Nacional de Economistas. Estos dos cuerpos, junto con la citada Secretaría, se constituyeron en la plataforma para que varios miembros de la élite tecnócrata ocuparan, años más adelante, la titularidad del Poder Ejecutivo Federal. mexicano como rector de la economía nacional y principal promotor de los satisfactores de la sociedad. Los miembros de esta élite que se encargó de implementar el proyecto transformador fueron: Carlos Salinas de Gortari desde la Secretaría de Programación y Presupuesto, Francisco Labastida en la Contraloría General de la Nación, Francisco Rojas en la recién creada Secretaría de Energía, Minas, Industria y Paraestatales, Ramón Aguirre en el Departamento del Distrito Federal,7y Miguel González Avelar, incorporado posteriormente al frente del ramo de la Educación Pública Nacional. Finalmente, la élite tecnócrata continuó al frente del poder y del proyecto de mo-
dernización mexicana con la imposición de uno de sus integrantes para la titularidad del Poder Ejecutivo Federal en 1988, el economista Carlos Salinas de Gortari. La elección de Salinas, plagada de cuestionamientos, irregularidades y denuncias de fraude por parte de sus opositores,8es interpretada por varios académicos como el “último esfuerzo de los grupos políticos tradicionalistas que habían sido desplazados, por reposicionarse y restaurar su hegemonía en el poder”.9Una vez superado el conflicto, el presidente Salinas continúo con el proyecto de modernización nacional gestado al interior de la propia élite gubernamental, así como con la consolidación de la misma a través de su designación en posiciones claves de la administración pública nacional. Tecnócratas como Manuel Camacho Solís al frente del Departamento del Distrito Federal, Luis Donaldo Colosio Murrieta en la dirigencia nacional del PRI, Pedro Aspe Armella en la Secretaría de Hacienda, José María Córdoba Montoya en la Oficina de la Presidencia de la Republica, y Ernesto Zedillo Ponce de León en la de la Secretaría de Programación y Presupuesto, y posterior-
mente en la de Educación Pública,10fueron los continuadores del cambio y readecuación de las estructuras económicas y sociales basadas en el neoliberalismo como una tendencia dominante al interior de la élite gubernamental y reflejada en su toma de decisiones gubernamentales. En 1992, la Secretaría de Programación y Presupuesto fue suprimida del organigrama de la administración pública federal. Esto se explica a partir del entendido de que la élite tecnócrata ya no la necesitaba para su posicionamiento, puesto que ya había extendido sus redes de influencia y de acción a prácticamente todos los brazos de la administración pública. Las funciones de dicha Secretaría se delegaron a las de Hacienda y Educación Pública, dirigidas por destacados miembros de la propia élite gubernamental tecnócrata.
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Emiliano Alen Gaspar de la Cruz
La desaparición forzada: La sistematización del terrorismo de estado Aideé Reséndiz Oikión Tesista de la Licenciatura en Antropología Social Escuela Nacional de Antropología e Historia
Introducción El siguiente ensayo pretende mostrar a la desaparición forzada como una estrategia de terrorismo de Estado, que fue utilizada sistemáticamente durante las dictaduras latinoamericanas, y en el caso mexicano en la llamada “Guerra sucia".
La cual emitió un tratado internacional que México firmó el 9 de junio de 1994 y entró en vigor el 28 de marzo de 1996, ratificándose el 9 de abril de 2002 y entrando de nuevo en vigor el 9 de mayo del 2002, apareciendo en el DOF el 6 de mayo de 2002. 2 OAS, “Convención Interamericana sobre desaparición Forzada de Personas”, en Departamento de Derecho Internacional OEA, Washington D.C. (sitio web), 9 de Junio de 1994, consultada el 19 de Septiembre de 2015, 3 El terrorismo de Estado es un tipo de ejercicio de poder estatal, donde el fin principal es infundir miedo entre la población utilizando aparatos de seguridad del Estado, donde se persigue a la disidencia política y otros, con métodos y técnicas que violan los marcos jurídicos y los derechos humanos. 1
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Everardo Rodríguez Bello NP
La desaparición forzada como herramienta del terrorismo de Estado
La desaparición forzada es un crimen que
no solamente afecta a la víctima directa, sino también a sus familiares y a su entorno social inmediato. De acuerdo a la Organización de Estados Americanos y a la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas1 del año 1994, la desaparición forzada es considerada:
“[…] la privación de la libertad a una o más personas, cualquiera que fuere su forma, cometida por agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúen con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar sobre el paradero de la persona, con lo cual se impide el ejercicio de los recursos legales y de las garantías procesales pertinentes.”2 (OAS 1994) En 1980, se crea en la Organización de Naciones Unidas (ONU), el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias (GTDFI), el cual tiene como objetivo recibir denuncias de cualquier parte del mundo, en relación a este tipo específico de violación a los derechos humanos y hacer una evaluación para saber si reúne los elementos para ser considerado como tal. El Grupo de Trabajo no determina responsabilidades penales, pero hace una vinculación con los familiares de la víctima y las autoridades del país correspondiente para que intenten esclarecer el caso. La ONU, en 1992, realizó la Declaración sobre la Protección de Todas las Personas contra las desapariciones forzadas de las Naciones Unidas, siendo un reconocimiento de la existencia de esta problemática. Como se ha marcado en los tratados internacionales en esa materia, los perpetradores siempre son agentes del Estado y es implementada sistemáticamente, formando parte de una política de terrorismo de Estado3, lo cual implica una metodología destinada al control social de la disidencia política, mediante la introducción del miedo generalizado en la población. Éste método fue implementado en las dictaduras militares en América Latina, contra miembros
de la guerrilla o contra disidentes políticos civiles. Inclusive se utilizó en países donde existían gobiernos civiles que supuestamente eran elegidos democráticamente; tal es el caso de México4, Colombia y Perú. Las consecuencias para las víctimas son brutales, ya que no sólo hay agresión física, sino también psicológica. Es un acto criminal, fuera de todo estado de derecho, donde los aparatos de seguridad que fueron creados para la protección de la ciudadanía, son utilizados para violentarla. Por lo tanto, los espacios en los que se comete el crimen son cárceles clandestinas, en las que se violenta a la víctima para que se pierda de sí misma (y de su identidad como sujeto), mediante las agresiones mencionadas anteriormente. Las consecuencias para las víctimas son brutales, ya que no sólo hay agresión física, sino también psicológica. Es un acto criminal, fuera de todo estado de derecho, donde los aparatos de seguridad que fueron creados para la protección de la ciudadanía, son utilizados para violentarla. Por lo tanto, los espacios en los que se comete el crimen son cárceles clandestinas, en las que se violenta a la víctima para que se pierda de sí misma (y de su identidad como sujeto), mediante las agresiones mencionadas anteriormente. A las y los desaparecidos, se les arrebata su ropa, se les aísla, se les niega saber su ubicación en tiempo y espacio, se les despoja de su nombre y se les tortura continuamente; es decir, son sometidos a un proceso de despersonalización, para romper su ímpetu, doblegarlos y convertirlos en una fuente de información para el sistema autoritario. 5 “El desaparecido es una persona sometida a una deprivación sensorial y motriz generalizada (manos atadas, ojos vendados, prohibición de hablar, limitación de todos los movimientos), en condiciones de alimentación e higiene subhumanas, sin contacto con el mundo exterior, que no sabe dónde está aunque a veces pueda adivinarlo, y que sabe que afuera no saben dónde está él, con absoluta incertidumbre sobre su futuro. ‘Nadie sabe que estás acá’, ‘Vos estás desaparecido’, ‘Vos no existís, no estás ni con los vivos ni con los muertos’” 6
En México la desaparición forzada se dio en el contexto de la “Guerra Sucia” (1962 a 1982), que consistió en un enfrentamiento militar, entre guerrillas rurales y urbanas con el Estado y sus aparatos de seguridad. Si bien, se considera que México vivía una supuesta democracia, también se considera que vivíamos una dictadura de un solo partido, pues durante 70 años no hubo alternancia política y existía un clima de represión sistemática contra los opositores tanto partidistas, como de los movimientos sociales. 5 Unos de los objetivos de la tortura en el contexto político, es eliminar la disidencia política, reafirmando el poder estatal. Su utilización pretende que la víctima otorgue información de sus actividades políticas y que brinde datos sobre la identidad de otros elementos disidentes, busca intimidar a la víctima de tal manera que se arrepienta de su participación política y a su vez enviar un mensaje de terror a la población. 6 Diana Kordon y Lucila Edelman, Efectos psicológicos de la represión política (Buenos Aires: Editorial Sudamericana-Planeta, 1988), 94. 7 Elizabeth Jelin, Los trabajos de la memoria (Argentina: Siglo XXI de España editores, Siglo XXI de Argentina editores, 2012), 14. 8 Ana Molina. “La Desaparición Forzada de Personas en América Latina,” en Estudios Básicos de Derechos Humanos VII, coords. A 4
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Felipe Arnulfo Rosas
Otras víctimas de la desaparición forzada son los familiares. Jelin (2012) desde una visión psicoanalítica, plantea que el trauma que se genera en las víctimas es “una fijación, un permanente retorno”.7La única forma de salir de esa situación es trabajar, elaborando el duelo. Otra forma de reparación es la jurídica, donde se busca que exista reconocimiento social y público por parte del Estado del crimen cometido y un reconocimiento ante la sociedad de la existencia de los hechos. Es decir, el Estado tiene que aclarar que le pasó y dónde está. Podemos remitirnos a otra consecuencia de la desaparición forzada; la herida social, la cual compartimos como colectivo las personas que hemos vivido en países que han sostenido prácticas de violencia de Estado, pues éste no reconoce la verdad alrededor de los crímenes, por lo que se crea un contexto de imposibilidad de crítica opositora, porque continuamente se sostiene una campaña del terror a través de los medios de comunicación masivos, en la que se muestra a las víctimas como responsables de lo que les sucedió, induciendo un imaginario colectivo, donde las reglas
“Combinando campañas de propaganda con el terror más descarnado, los desaparecedores lograron inscribir en la conciencia social que los desaparecidos eran los responsables de su propia desaparición debido a su labor opositora. Las víctimas fueron despojadas de su calidad humana y social, haciéndolos aparecer en condiciones de objetos -sin derechos, sin identidad- sobre los cuales es posible descargar la ira omnipotente del poder.” 8 La Doctrina de la Seguridad Nacional: sistematizó la desaparición forzada en América Latinoamérica La desaparición forzada ha sido una herramienta de represión que se utilizó sistemáticamente durante las dictaduras militares en América Latina,9con el fin de eliminar a cualquier opositor de los regímenes autoritarios que ahí se instituyeron. Al rastrear históricamente su utilización como forma de control social y terror de Estado, se marca su uso durante el periodo de tiempo en
el que se instauraron sistemas dictatoriales en América Latina. En el periodo de tiempo de la Guerra Fría (1946-1991), se desarrolla un contexto internacional de confrontación ideológica, entre los dos países triunfantes de la segunda guerra mundial EUA y la URSS; el capitalismo norteamericano se enfrentó con el comunismo soviético. Al mismo tiempo, Estados Unidos en las décadas de los sesenta y setenta, interviene en América Latina y el Caribe, apoyando dictaduras militares e impulsando la neoliberalización de la economía en estas regiones, para proteger sus intereses económicos y geopolíticos. Para lograrlo el gobierno norteamericano declaró la Doctrina de la Seguridad Nacional, que consistía en actuar militarmente para proteger al Estado de la posible intervención de la amenaza comunista. En América Latina, a su vez se consolidó el concepto del enemigo interno, a partir del cual, Estados Unidos impulsó la utilización de la guerra de baja intensidad, donde operó en contra de las guerrillas latinoamericanas que buscaban el derrocamiento de las dictaduras militares. Lo cual permitió que el gobierno estadounidense interviniera enviando elementos militares, que brindaban entrenamiento y participaban en el enfrentamiento contra las organizaciones guerrilleras. Los aparatos de seguridad estadounidenses consideraban que los guerrilleros eran agentes del comunismo internacional, que buscaban infiltrarse para activar políticamente contra el intervencionismo estadounidense y de los gobiernos dictatoriales
Algunos golpes militares que se extendieron en Latinoamérica, con el visto bueno y apoyo norteamericano fueron: en Guatemala (golpe de estado en marzo de 1963), Brasil (golpe de estado en 1964) Argentina (primer golpe militar en 1966 y el segundo en 1976), Chile (golpe militar en septiembre de 1973) y El Salvador (golpe militaren 1967). En estos países el uso de la desaparición forzada de oponentes o críticos a las dictaduras fue constante, inclusive en Argentina donde las dictaduras militares permanecieron más tiempo hubo un perfeccionamiento de los métodos represivos, creándose organizaciones paramilitares que fungían apoyando a las fuerzas armadas estatales para sembrar terror entre la población. Lo destacable es que fueron utilizadas para amedrantar exclusivamente a la población civil desarmada, por ejemplo miembros de sindicatos o estudiantes, los cuales fueron nombrados escuadrones de la muerte. 10 IDDH, Atención integral a víctimas de tortura en procesos de litigio. Aportes psicosociales, (Costa Rica: Instituto Interamericano de Derechos Humanos, 2007), 139. 11 Un ejemplo, fue el caso del líder guerrillero Lucio Cabañas Barrientos, que en 1967 en Atoyac de Álvarez, Guerrero, fundó el Partido de los Pobres (PDLP). Cabañas utilizó el término “pobrismo”, para referirse a una situación histórica de explotación, en la cual estaban sumidos los campesinos e indígenas, y que detentaban los caciques y terratenientes. 9
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máximas es que no se debe, ni se puede cuestionar al Estado, es decir se normaliza el terror.
Giovanni Galindes Guerrero NP
“Para lograrlo no dudaron en arrasar miles de vidas de hombres, mujeres y niños, así como todos los derechos humanos conquistados durante el último siglo. En este escenario surge la desaparición forzada como una estrategia política sistemática, desarrollada por los sistemas totalitarios en distintos países de la región.”10 Durante la posguerra Latinoamérica fue semillero de
muchos movimientos sociales. Algunos retomaron las teorías socialistas, otros generaron una ideología en base al contexto social en el que vivían.11Las organizaciones armadas pretendían la reivindicación social y política de los grupos urbanos y rurales, que habían sido azotados y sumidos en la pobreza, por un proceso histórico de colonización violento y destructivo. La desaparición forzada también fue utilizada en México, como una herramienta de terror estatal, durante la llamada Guerra Sucia (19621982). En la cual operaron agentes de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), el ejército mexicano y los aparatos policiacos del Estado, en contra de los integrantes de la guerrilla rural y urbana sumaron “más de 30 agrupaciones”12 que surgieron en oposición al sistema autoritario unipartidista.13Podríamos considerar que la desaparición forzada, como herramienta de terror estatal, fue institucionalizada en México durante los años setenta (al igual que en las dictaduras de Cono Sur). Porque esta práctica fue implementada sistemáticamente por los aparatos de seguridad del gobierno, a pesar de que no era legalmente permitida, se
Revista Nota al Pie
d visitanos en:
y que tomaban el poder por la fuerza, al interior de los países periféricos. Fue entonces cuando la desaparición forzada comienzó a ser una práctica constante del sistema represivo y de las dictaduras militares en aras de salvaguardar la seguridad nacional. Las dictaduras buscaban imponer modelos políticos y económicos neoliberales, que apoyaban una suerte de intervencionismo estadounidense en la economía de los países del Cono Sur. Para lograrlo los tecnócratas de los regímenes dictatoriales, que fueron en su mayoría educados en la Escuela de las Américas, implementaron políticas de terror de Estado eliminando a las personas que se manifestaron en contra.
fomentó y perfeccionó, junto con otras, como la tortura y la retención ilegal de la libertad, en cárceles clandestinas. Se sabe que el Campo Militar no. 1, fue utilizado como una cárcel clandestina donde se retuvo ilegalmente a integrantes de las guerrillas, y es donde también se pierde el rastro del paradero de varios(as) desaparecidos(as).14
Por último, debido a que las instituciones encargadas de la seguridad y justicia, durante los gobiernos de Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo, fueron las que implementaron el terrorismo de estado, hasta hoy no existe un reconocimiento por parte del estado mexicano de los delitos cometidos. Lo cual ha dado como resultado un nulo esclarecimiento de los hechos y la imposibilidad de acceso a la justicia de las víctimas directas e indirectas. De acuerdo a González (2012) la mayoría de las desapariciones perpetradas durante la Guerra Sucia son de la comunidad de Atoyac de Álvarez en el estado de Guerrero y fue utilizada contra la guerrilla rural, sin embargo se volviéndose sistemática en el año 1974 y a partir de 1975 se extiende por el país. 15
Jorge Mendoza, “La tortura en el marco de la guerra sucia en México: un ejercicio de memoria colectiva.” Polis 2 (2011): 139-179. Se plantea que la dictadura unipartidista es aquella en la cual no existe alternancia de partido político, en México el fenómeno está vinculado a un régimen autoritario priista y a la corrupción. 14 Las cifras de los desaparecidos durante la Guerra Sucia, es muy variada, las organizaciones como el Comité Eureka y el AFADEM tienen sus propias cifras que difieren con las de la CNDH, lo cual nos habla de la negación que sostiene el Estado mexicano ante la violencia de estado perpetrada durante la Guerra Sucia. En México persiste la impunidad total ante esos crímenes. 15 Roberto González. Historia de la desaparición. Nacimiento de una tecnología represiva (México: Editorial Terracota, 2012), 22. 12 13
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Israel Caballero Sánchez
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El mito de las élites no es un mito genial Alam Bernal Estudiante de la licenciatura en Ciencias Políticas Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM
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Israel Jacinto Lugardo NP
“La pobreza es un mito genial”, aseguraba Pedro Aspe Armella, secretario de Hacienda en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari y uno de los principales representante del proyecto económico implantado en ese sexenio. Un proyecto que en buena medida tuvo como objetivo vender empresas propiedad del Estado a la élite nacional, algunas de éstas en sectores estratégicos que serían los cimientos de las fortunas de un grupo conformado por no más de quince familias que actualmente concentran el 10% del PIB. Toda vez que para los asesores de Salinas, el crecimiento económico de unos pocos desarrollaría el llamado “trickle down effect” -o “efecto goteo”-, que de acuerdo con la teoría económica neoliberal que lo sustentara, al favorecer a los más ricos, al igual que un vaso que se llena hasta gotear, implícitamente se provocaría que la economía generara beneficios a la población en general. Así pues, el Estado mexicano no sólo le entregó a dicha élite empresas a precios inferiores a su valor real, sino que se hicieron leyes a modo para que éstos pudieran actuar al margen de la ley, creando oligopolios, duopolios e incluso monopolios. Tal es el caso del ingeniero Carlos Slim Helú, considerado por la revista Forbes uno de los hombres más ricos del planeta, y que consolidó su fortuna con la privatización de una empresa que el gobierno salinista consideraba “inservible”, “ineficiente” y que generaba pérdidas al Estado en vez de ganancias. De modo que el partido que llevaba como bandera ser el vencedor de la Revolución mexicana y garante de la justicia social y el nacionalismo, fue quien durante muchas décadas consolidó fortunas en su confabulación con políticos-empresarios. Claro ejemplo fue la riqueza acuñada por la familia de Miguel Alemán, al pasar de las esferas políticas a ser parte de esa élite que se beneficiara de su posición en el gobierno para generar contratos con sus amigos. Por demás ilustrativas de este fenómeno son las palabras del profesor Carlos Hank González, quien habría de declarar
que “un político pobre, es un pobre político”. Pues además del mensaje que dicha frase guarda en sí misma, ésta fue acuñada por un hombre que simboliza como pocos la clara imagen del burócrata que se esfuerza por ser parte de la élite, y que en agradecimiento regaló al presidente José López Portillo una residencia conocida como “la colina del perro”, en referencia a la declaración que este presidente hiciera de defender al peso como un “perro”. Para el profesor del CIDE, Ricardo Raphael, las élites han sido las principales beneficiarias de la muerte del régimen emanado de la Revolución mexicana, y sin embargo han logrado pasar desapercibidas de las críticas de la opinión pública. Un comentario bastante similar al expresado por Wright Mills en 1956 en su análisis sobre la élite norteamericana, donde este destacado sociólogo estadounidense considera que este pequeño grupo de potentados “con sus decisiones pueden afectar poderosamente a los mundos cotidianos de los hombres y las mujeres corrientes”. Y al igual que las del vecino del norte, las élites mexicanas han sido capaces de amasar grandes cantidades de dinero con fortunas valuadas en miles de millones de dólares, viviendo en las zonas más exclusivas de la capital del país, y poseyendo bienes de lujo como autos deportivos, yates, casas de descanso en varias playas del mundo y propiedades en Europa. Contrastando su forma de vida con la de millones de mexicanos que diariamente carecen de lo más elemental para vivir, y a los que aquel régimen que decía proteger y velar por su movilidad social, ha olvidado y sólo los ve como votantes en épocas electorales. Atrás han quedado aquellas grandes inversiones a los centros educativos, pues como bien lo dijo Salvador Allende en su visita a la Universidad de Guadalajara en 1972, “la presencia de hijos de campesinos y de obreros, alcanza un bajo nivel todavía”. Y aunque han pasado ya más de cuatro décadas de esta visita, nuestro presente no es más halagüeño y, por el contrario, las universidades públicas han seguido siendo denostadas, bajándose grandes cantida-
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Jesús Jovany Rodríguez Tlatempa
des a su presupuesto mientras que las universidades privadas, en donde los hijos de la élite mexicana se forman -entiéndase el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), el Tec de Monterrey, la Universidad Iberoamericana y varias universidades privadas más-, han ido colocando personas en los puestos claves de la política. Prueba de ello la hallamos en el hecho de que durante los dos sexenios panistas los principales secretarios del gabinete venían de estas universidades, que desde las altas esferas del poder han ido beneficiando a sus propios grupos empresariales, siendo la Cámara de Diputados y la de Senadores los lugares desde los cuales legislan para dar concesiones a amigos, familiares y conocidos. Por ejemplo, Ninfa Salinas Sada, hija de uno de los empresarios beneficiados con la privatización del canal estatal IMEVISIÓN –hoy Televisión Azteca-, actualmente se desempeña como Senadora por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) sin haber pasado por la votación de la ciudadanía, ya que accedió a la Cámara alta por representación proporcional, legislando leyes a favor de las empresas propiedad de su familia. Al respecto, cabe señalar que el sector de la televisión fue una de las piezas claves en la privatización, pues es mediante éste que las élites han ido generando acuerdos entre ellos y el Estado, doblegando y mancillando la imagen de personajes políticos que no son afines a sus intereses e imponiendo candidatos “a modo”, pues como bien lo ha descrito el periodista Jenaro Villamil: “la televisión se ha convertido en un Estado dentro de otro”. E incluso lo ha sobrepasado. Ya que el Estado se ha quedado corto, los poderes televisivo y económico han puesto al gobierno en jaque, las élites se han impuesto sobre la población en general, y, citando nuevamente al profesor Ricardo Raphael, dichas élites “hoy se han vuelto más presuntuosas que antes; la impunidad presente a lo largo de la historia mexicana es más visible, lo mismo que la corrupción”. Una corrupción que hoy en día ha llegado al extremo de institucionalizarse, pues es por todos bien sabido que la política se ha convertido en México en sinónimo de creación de riquezas, de pasar a formar parte de un sistema económico superior al que se ingresó en un principio y en el que predomina la imagen de gobernadores viajando en jets privados, de funcionarios usando helicópteros del Estado para ir a pasear, y de hijas de líderes sindicales viajando junto a sus mascotas o presumiendo sus fotos en redes sociales a bordo de carros de
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lujo. ¡Qué lamentables imágenes vemos en televisión, internet y la prensa escrita! Este país, que sí bien se ha convertido en una nación en la cual hay una pluralidad de ideas, también es un país con una pluralidad de clases sociales, en donde a tan sólo unos cuantas cuadras de las zonas más exclusivas de la capital del país se encuentran barrios marginales en los que, sorprendentemente, jóvenes con educación media superior tienen que salir a trabajar en una de las tantas empresas del Sr. Slim, desempeñándose ya sea como ejecutivos telefónicos, meseros de Sanborns, vendedores en Mixup, o trabajadores de intendencia en alguna de sus múltiples plazas comerciales. Por desgracia, quizá nunca pase por la mente de alguno de estos trabajadores averiguar la cantidad de dinero que el ingeniero Slim gana por cada hora de su trabajo. El Estado se ha descubierto incapaz de resolver y acortar esta brecha de desigualdad; por el contrario, ha sido el principal promotor de esta marcada inequidad socioeconómica, creyendo que con reformas tales como quitar y flexibilizar la contratación o promover y otorgar concesiones al cobijo del poder presidencial, mágicamente el país cambiará su rumbo. México ha vuelto a aquella época en la que un pequeño grupo de potentados ha hecho su riqueza a base de la pobreza de la mayoría, incapaces de generarla sin el cobijo y el apoyo del poder político en una economía que al igual que la de 1994 está sostenida por “alfileres”, esperando que no nos los quiten como en aquel fatídico “error de diciembre”.
los poderes televisivo y económico han puesto al gobierno en jaque, las élites se han impuesto sobre la población en general
i Raphael Ricardo, Mirreynato: la otra desigualdad, (Editorial Temas de hoy, 2014) Mills Wrigth, La élite en el poder, (Editorial Fondo de Cultura Económica, 2009) Villamil Jenaro, “Televisa y la imposición de Peña Nieto”, Proceso, no.1861 (2012).
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@REVNOTAALPIE
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Jonas Trujillo González NP
¿Qué es lo que realmente nos hará libres de la colonización?
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Jorge Álvarez Nava
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l “modelo” occidental es una imposición de casi quinientos años de antigüedad, pues desde la llegada de los europeos a los territorios habitados por los pueblos originarios de América en el siglo XV, todos los regímenes que se han implantado han sido autoritarios, tanto en la esfera política como en la económica y religiosa, e incluso en la educativa. Siendo precisamente en esta última en la que deseo centrar mi atención, ya que, como trataré de demostrar en los párrafos siguientes, estoy convencido de que es a partir de la educación que se crean y difunden los sistemas de dominación en todas las demás esferas sociales. Epistemológicamente, en estos casi quinientos años hemos vivido muy arraigados a los obsoletos sistemas europeos dada nuestra condición de países tercermundistas, o como algunos prefieren llamarnos, de países subdesarrollados. Esto como consecuencia de que las principales
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naciones capitalistas, y en especial las que conforman al continente europeo, nos han impuesto la idea que son ellas la cuna de la civilización, de que en ellas se concentran los saberes absolutos de las ciencias, y que, por lo tanto, los países periféricos a la órbita europea deben estarles perpetuamente agradecidos, ya que lo que aquí se llegue a innovar en todos los ámbitos es inferior a lo europeo. Sin embargo, es por sabido que esto una vil mentira. ¿De dónde, pues, aprendemos que Europa es la cuna de la civilización? Lo hacemos, a decir verdad, de las escuelas y de los libros.
ha salido avante económica, política y educativamente de sus problemas a lo largo de la historia, no podemos olvidar que actualmente, y desde siempre, tales problemas han sido resueltos a través del desafío y en algunos casos del derrocamiento popular de emperadores, reyes, presidentes, ministros, y demás gobernantes. Lo cual quiere decir que los sistemas político-económicos europeos han fracasado y, por consiguiente, no podemos creer ni llevar a cabo en América latina dichos modelos. Pero, ¿por qué seguir entonces el modelo europeo si éste ha fracasado?
Desde que asistimos a la primaria nos han contaminado epistemológicamente nuestras endebles y vacías mentes. Progresivamente, nos vamos quedando con la idea de que los países latinoamericanos debemos de preservar y seguir la ideología europea. En lo personal, esto me parece una visión un tanto contradictoria, pues si bien Europa
Lo anterior no es una utopía, sino que se puede lograr, es una meta alcanzable, realizable. Pero para ello antes debemos realizar profundas transformaciones socio-culturales. Si observamos bien, hemos sido desde tiempos inmemorables una sociedad con un alto grado de segregación y actualmente el capitalismo ha reforzado esta separación
Jorge Aníbal Cruz Mendoza
social; aunado a esto, hemos tomado posturas muy individualistas, muy egoístas, posturas indiferentes a los problemas sociales que nos atañen, de manera que lo único a lo que aparentemente estamos dispuestos es a tener un trabajo aunque no nos satisfaga lo que hagamos, siempre y cuando éste nos permita sostener a nuestra familia y a nosotros mismos. Somos una sociedad conformista y consumista, enajenada a través de los medios tecnológicos como la televisión o las “redes sociales,” 1y en la que el futbol dejó de ser un deporte para convertirse en el mayor medio de distracción social con fines puramente políticos. Confirmándose que la programación en la televisión perdió la moral, lo cultural y lo educativo. El primer paso para transformar esta situación es dejar de ser títeres de Europa y comenzar a encauzar la educación hacia este fin. Y para ello me parece indispensable modificar la visión que solemos tener de los pocos pueblos originarios de
América latina que aún existen. Por principio de cuentas, opino que no debemos seguir llamándoles indígenas porque éste es un término muy despectivo que denigra a la verdadera cultura e identidad latinoamericana. Pero sobre todo, considero que debemos respetar su autonomía y permitir que sean ellos quienes comiencen a reformar los sistemas educativos, iniciando a partir de aquí la regeneración político-económica de nuestras naciones latinoamericanas. Pues aunque no dudo que algunos lectores cuestionen la pureza de pueblos que desde un primer momento y a lo largo de la historia han mantenido relaciones con el mundo occidental, no tengo duda de que las mentes de dichos pueblos originarios están menos contaminadas de las ideologías europeas. Y, por lo demás, es normal que toda sociedad tenga sus debilidades, siendo este precisamente uno de los tópicos abordados por Horacio Cerutti, para quien
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El ejercicio de la crítica social debe entenderse como un ahondar en las causas que producen la marginación y las ideologías que la justifican y enmascaran. […] tiene que ser una crítica de la sociedad, de la realidad del filósofo. Y se trata de una tarea en constante realización, sin que se termine nunca, puesto que nunca se llegará a una sociedad perfecta en la que ya no haga falta la alerta crítica .2 Desde mi perspectiva, los pueblos originarios deben de hacer dos cosas íntimamente relacionadas. Deben dejar de lado el modelo europeo y comenzar a edificar un nuevo orden político, social, económico y educativo, pero uno que se haga desde Latinoamérica y para Latinoamérica. Esto sin duda que no será una tarea fácil, aunque tampoco es imposible. En primer lugar se debe construir una sociedad más homogénea, participativa y, sobre todo, dispuesta
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Jorge Antonio Tizapa Legideño
El objetivo de Latinoamérica no ha de consistir en ser ni mejor ni igual a EuroEn cuanto a la educación, principalmente debe de corregirse la enseñanza de la historia, pues para la labor que deseamos emprender resulta fundamental aprehender el pasado de forma crítica, ya que con esta acción seremos capaces de conocer nuestros errores anteriores e iniciar el proceso tanto de corrección de éstos como de construcción de un mejor futuro. Desde mi punto de vista, cada sociedad, cada país, tienen sus propias necesidades y es ahí donde se deben de buscar las mejoras sociales a partir de principios internos y no externos. Es decir, creer que el capitalismo nos sirve a nivel mundial es una falacia, pues no tiene porqué beneficiarnos algo que no necesitamos. Lo cual no quiere decir que no queramos salir del estado primitivo en el que nos encontramos, pero sí que rechazamos algo que lejos de beneficiarnos nos perjudicará. Mi propuesta no es empezar de cero porque las bases las tenemos en nuestro pasado y lo que debemos hacer es reestructurar esos cimientos para edificar una nueva sociedad. Veámoslo de la siguiente manera: La base de todo es empezar –como ya dijimos- a reestructurar la educación conforme a nuestras necesidades, ya que esto permitirá que la sociedad vaya amalgamándose paulatinamente, pues de la noche a la mañana no se hará una sociedad homogénea. Posteriormente, la educación permitirá que se hagan nuevos sistemas políticos para reforzar los lazos sociales, o lo que es lo mismo, permitirá tener verdaderos representantes que nos lleven a reivindicar las condiciones de igualdad de oportunidades, justicia y derechos humanos anhelados. Luego, si ello se logra, la misma política desprenderá nuevas bases económicas sustentadas en un sólido compromiso ético, es decir, en el compromiso de repartir ecuánimemente la riqueza. Implementándose por tanto un nuevo sistema económico que permita ya no la sobrevivencia, sino una vida digna donde la sociedad pase de ver las cosas materiales como fines, a verlas como medios, y de asociar felicidad con riqueza material, a asociarla con vida plena. Sien-
Cabe apuntar como acotación final que con lo arriba expresado no estoy queriendo decir que debemos renunciar por completo a la cultura europea, porque hacerlo sería caer en el mismo juego excluyente de ellos. De lo que se trata, por el contrario, es de descolonizarnos de las ideologías negativas que ensucian nuestras mentes y nos vuelven ambiciosos, individualistas y con pensamientos cerrados, sin tener que renunciar a ciertas influencias europeas que al reapropiárnoslas nos permitan progresar intelectual, social, económica, y políticamente. Ya que América latina ha tenido grandes pensadores que han contribuido al desarrollo de nuestro continente sin que estos tuvieran que cerrarse a la influencia del Viejo Mundo pero tampoco sin europeizarse.
El objetivo de Latinoamérica no ha de consistir en ser ni mejor ni igual a Europa, sino ha de consistir en ser ella misma y demostrar al mundo entero que como pueblos originarios, tercermundistas, y dependientes, tenemos las mismas capacidades para realizarnos pero persiguiendo objetivos diferentes. Si actualmente dependemos de Europa es porque ella nos impuso esta dependencia, nosotros jamás le pedimos su intervención para crear una identidad que ella nos robó. Lo que queremos ahora es pedirle que no intervenga en la recuperación de nuestra identidad.
Lamentablemente nos han impuesto desde hace unos años que las redes sociales, más que manifestarse mediante la interactuación física, cara a cara, con los demás; se dan a través de dispositivos tecnológicos 2 Carlos Beorlegui, Historia del pensamiento filosófico latinoamericano. Una búsqueda incesante de la identidad, 3ª ed., (Bilbao, Universidad de Deusto, 2010), 762. 1
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do esta felicidad el último piso del edificio social descolonizador.
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Jorge Luis González Parral NP
Élites y dominación, un asunto epistemológico El asunto de la organización política de las sociedades y la tendencia a crear un grupo selecto y superior de individuos dedicados a la dirección de dicha organización y que goce de beneficios diferenciados a los de los demás miembros, es un tema controversial que se ha intentado comprender desde hace siglos ya sea desde la filosofía política o desde la teoría política y sociológica. Lo que intentaré desarrollar en las líneas siguientes es apenas una provocación: el asunto de fondo al hablar de élites es el de la dominación, pero la conceptualización de un agente dominante y otro dominado implica un halo epistemológico de teoría del sujeto que, muchas veces, se deja como sobreentendido. Al preguntar cómo los dominados son dominados y por quiénes, debe acompañarse de una previsión a saber: que la sociedad funciona como un todo articulado y no como partes aisladas.
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José Ángel Campos Cantor
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vos miembros, con la intención de renovar dichas élites y asegurar un equilibrio en la sociedad. Estas explicaciones poseen, sin embargo, suposiciones muy criticables.
Este concepto, élite, ha atravesado el tiempo y ha sido adoptado por tradiciones teóricas en boga, principalmente por el pluralismo democrático impulsado por la escuela estadounidense de politología2, la cual entiende a la democracia como una constante lucha de élites con un grado más o menos amplio de renovación y apertura a la inclusión de nue-
Inicialmente, no hay una élite formal, sino élites. Cada organización social3 poseería su élite. Es común escuchar a analistas variados hablar de élite política, élite empresarial, élite religiosa… La tradición elitista y la liberal, tan peleadas en un inicio (Michels era un fiero detractor del liberalismo), hoy pueden convivir bajo la lógica de las esferas aducidas en el funcionalismo4 : la sociedad se divide en esferas que trabajan autorreguladas y separadas de sí mismas, de tal forma que existe una élite funcional para cada una. El ejemplo emblemático de esta propuesta es la división mercado-Estado: el Estado, la esfera de lo público, se regula por instituciones muy particulares que tienen una función asignada y diferenciada entre sí, además, posee una élite que le permite funcionar y reproducirse; el mercado es otra esfera aislada con una funcionalidad totalmente distinta a la del Estado, autorregulada, y con otra élite. El contacto entre ambas esferas es pernicio-
Liberalismo y funcionalismo: las élites y sus fronteras quien se le atribuye el concepto de élite tal y cual lo utilizamos hoy en la ciencia social es a la escuela italiana. Con precisión, personajes como Robert Michels y Gaetano Mosca1 dedicaron su producción teórica a describir los procesos por los cuales surge y se mantiene esta división en las organizaciones sociales. La famosa ley de hierro que regula la posibilidad de renovar las élites a través de la cooptación de nuevos miembros encargados de que cambie todo sin que cambie nada (el gatopardismo también tendría que ser italiano de cuna) o el ataque al romanticismo socialista sobre organizaciones transversales y sin jerarquías, son aportaciones importantes de estos autores.
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so, que la función del Estado permee al mercado o viceversa es una aberración y peor si sus élites tienen posiciones en ambas esferas5. ¿Acaso este criterio no es compartido por neoliberales e izquierdistas liberales, protegiendo al mercado o al Estado y su supremacía, respectivamente? Aquí se está partiendo de dos supuestos problemáticos: la división en esferas de la sociedad y lo pernicioso de su contacto. Lo primero hace alusión a una parcialización peligrosa de la sociedad (que como toda parcialización, es ficticia, metodológica, mas no ontológica6), minimizando las determinantes a la que responde y sobrevalorando su capacidad autorregulatoria, llamémoslo purismo del sujeto. Lo segundo se encamina más a la división entre teoría normativa y descriptiva, decir qué debe de ser el objeto contra cómo es. Lo cierto es que más allá de postular qué no se debería hacer, las cosas ocurren. Las “élites” conviven entre sí, se mezclan, el Estado limita al mercado y el mercado gana terreno en las funciones del Estado para favorecerse. Esto merece una explicación y no rotura de vestiduras sin mayor aportación.
1 Las referencias futuras a elitismo se obtienen de Gaetano Mosca, La clase política (México: FCE, 2004) y Roberto Michels, Los partidos políticos I y II (Buenos Aires: Amorrortu, 2008). 2 Uno de los textos emblemáticos de estudio de caso de esta propuesta de disputa elitista bajo la concepción del pluralismo democrático es la de Robert Dahl, Who governs? (New Haven: Yale University Press, 2005). 3 El criterio para dividir el todo llamado sociedad en parcialidades u organizaciones es otro asunto epistemológico interesante pero que escapa a la extensión de este artículo. 4 Véase a manera de ejemplo a uno de los teóricos pilares de esta lógica de sistema social autorregulado y parcializado en Talcott Parsons, La sociedad (México: Trillas, 1986), 15-49. 5 De allí que propuestas conceptuales como la de “poderes fácticos” sean tan utilizadas y con una carga peyorativa imposible de eliminar, súmese su pobre carácter explicativo por su halo normativo.
José Ángel Navarrete González NP
Una aproximación holística: hegemonía y poder de clase Es necesario hacer un breve comentario desde una aproximación que de inicio parecería de sobra -la dominación y el Estado-, pero pronto se comprenderá su aparición. Aun para el funcionalismo, el Estado es la asociación de asociaciones de dominación por excelencia7. Para Gramsci8 , el dominio en el Estado moderno, a diferencia de otros estadios de la humanidad, se ejerce gracias a la hegemonía, que es la suma de coerción más consenso, es decir, el Estado tiene los aparatos para hacerse ver a sí mismo como el ente protector de los intereses de la sociedad en su conjunto, y por tanto, el único llamado a utilizar la fuerza9 para conseguirlo, obteniendo el consentimiento de la mayoría a través del acuerdo y controlando legítimamente a la disidencia por medios más duros. Las demás organizaciones, sea cual fuera su naturaleza, dependen de este supuesto para su existencia, aun las que hemos llamado “élites”. La cuestión es que a nivel de gran escala, al parcializar la sociedad en instancias o rubros, resulta poco funcional
seguir utilizando el concepto de élite. El concepto de clase dominante, en cambio, propone ver un todo estructurado (sociedad) dividido en clases donde una de ellas tiene preponderancia sobre las demás y logra el control a través de la toma del Estado. La clase dominante lo que pretende es inmiscuirse en todos los aparatos para asegurarse de su control. La mayoría de las veces no lo hace de forma directa, para eso existe la clase gobernante10 o personal de Estado, es decir, agentes no pertenecientes a la clase dominante pero que en mayor o menor medida protegen los intereses de ésta (funcionarios, llámense congresistas, gobernadores, magistrados, burócratas, o presidente de la república).
Un conflicto irrisorio en la clase dominante Lo que he descrito como clase dominante se encuentra, repito, directa o indirectamente en cualquier organización de la sociedad que implique dominación política estatal y hasta en algunas privadas. Basta con analizar la formación de las mesas directivas y consejos consultivos de las
grandes empresas en México y buscar apellidos en común o parentescos con funcionarios de gobierno -indistintamente de la posición política-, para encontrar relaciones y apellidos como Slim, Garza, Azcárraga, Servitje, Salinas, Helú, Sada, Larrea, Hank y un no muy largo etcétera. La noción de élite intentaría separar estos apellidos, por así decirlo, en torno a la adscripción de alguna organización, de su procedencia; la de clase dominante opta por explicar la relación que guardan estos agentes entre ellos en tanto clase e intereses mayores –en común para mantener el control-, pues todos ellos influyen directamente en la conformación del poder político y, adicionalmente, un sin número de organizaciones empresariales, sociales, religiosas… De cualquier tipo. Habiendo desarrollado con mucha brevedad esta pequeña discusión, considero prudente ejemplificarlo con un caso concreto. Si he elegido éste es porque me parece un caso irrisorio (por la información que se tiene hasta el momento), tal vez hasta determinado en gran medida por cuestiones subjetivas de los agentes más que por estructu-
Véase la discusión entre Althusser y Giménez sobre la división entre sociedad civil y Estado, donde el filósofo francés dice que no existe mientras que Giménez explica que no considerar una división metodológica implica perder las particularidades de cada uno, aunque es evidente que ontológicamente no hay una división entre ambos. Gilberto Giménez, Estado, poder y discurso (México: UNAM, 1981), 39-42. 7 Max Weber, Economía y sociedad (Madrid: FCE, 2002), 1056. 8 Antonio Gramsci, Cuadernos de la cárcel: notas sobre Maquiavelo, sobre política y sobre el Estado moderno (México: Juan Pablos, 1975), 42. 9 Weber, Sociedad y Estado, 1056. 10 Nicos Poulantzas, Poder político y clases sociales en el Estado capitalista (México: Siglo XXI, 1977), 311. 11 Redacción, “La construcción de dos edificios crea un conflicto entre vecinos,” La Jornada, 22 de agosto de 2015, consultado el 18 de septiembre de 2015, http://www.jornada.unam.mx/2015/08/22/politica/011n1pol. 6
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José Eduardo Bartolo Tlatempa
rales, pero al fin y al cabo, aun en un caso así, podremos apreciar la noción de clase dominante contra la de élite. La relatoría del conflicto es lo de menos11: hace un par de meses, María Asunción Aramburuzabala y Teresa Adriana Pérez Romo se enfrascaron en un conflicto por la construcción de un inmueble. Los nombres tal vez no digan mucho, salvo cuando sabemos que la primera es reconocida como la heredera de grupo Modelo y la mujer más rica de México; la segunda, como esposa de Joaquín López-Dóriga, presentador del noticiero más visto a nivel nacional12. La construcción del mencionado inmueble, localizado en una lujosa zona de la ciudad, ha sido detenida por la queja de vecinos y en especial por la acción de Pérez Romo. La empresaria propietaria de grupo Modelo acusa al esposo de su adversaria de haberla amenazado con hacerla pedazos gracias al poder mediático que posee y, anteriormente, de haber recibido peticiones de sobornos para dejar seguir la construcción del inmueble. Lo que vale la pena del conflicto es el rastreo de la infor-
mación. Si bien ambas partes pertenecen a un estrato económico muy privilegiado, no se les puede llamar llanamente “élite económica”. Considerando su importancia de facto, Aramburuzabala, con poca exposición mediática y política, es un claro ejemplo de burguesía en el sentido tradicional del término (que concentra su presencia en el proceso económico y no pretende ser parte de la clase gobernante directamente). López-Dóriga y Adriana Pérez Romo, en cambio, son ejemplo perfecto de una familia que sin ser clase gobernante –y tal vez tampoco dominante- influyen en el poder político; esta familia más bien es representante de un aparato ideológico, de los más importantes dentro de la formación social mexicana actual: la televisión. En este contexto, López-Dóriga es parte de una pieza fundamental del Estado que se encarga de difundir contenidos precisos ad hoc al régimen. Hemos de andarnos con cuidado y no caer en trivialidades: más allá de ataques viscerales y a veces infundados, no hay forma de negar el apoyo de los contenidos
noticiosos de Televisa hacia las acciones del gobierno de la república, la protección de la información ante eventos trágicos que implican nombres de funcionarios y, en general, el filtro que cuida información escabrosa a la que es sometida la audiencia en función de intereses gubernamentales13. Pero no sólo queda aquí, hay por lo menos otra persona inmiscuida. El abogado de Adriana Pérez Romo, Mario Alberto Becerra, es conocido por haber sido diputado del PAN en la LXI legislatura y por las defensas exitosas de grandes empresas en litigios contra del Estado .14 Estamos ante la articulación plena de lo que llamamos clase dominante (una fracción de ella) y un conflicto interno. Sea por intereses estructurales o no, el concepto de élite probablemente acarrearía demoras y limitantes para comprender la dinámica articulatoria en el Estado. Sin duda queda mucho por discutir sobre “clase” como concepto identitario, así como sobre sus límites y sus alcances. Es una de las tantas deudas que tiene la ciencia social actual.
Revista Nota al Pie
visitanos en:
d Redacción, “María Aramburuzabala denuncia amenazas de López-Dóriga tras denunciar extorsión,” Latinos Post, 18 de agosto de 2015, consultado el 26 de agosto de 2015, http://spanish.latinospost.com/articles/40105/20150826/maria-aramburuzabala-denuncia-amenazas-de-lopez-doriga-tras-denunciar-extorsion.htm. 13 Solo basta hacer un pequeño recuento de, por ejemplo, la posición que la televisora ha tenido frente al movimiento #YoSoy132, en un inicio contraria y minimizadora del proceso, luego de apertura absoluta. Más casos similares son los de corrupción de gobiernos estatales como el de Javier Duarte o el de Humberto Moreira, o tragedias sociales como la matanza de Aguas Blancas, etc. 14 Miriam García, “¿Quién es quién en el caso Aramburuzabala-López Dóriga?,” Quien, 21 de agosto de 2015, consultado el 18 de septiembre de 2015, http://www.quien.com/sociales/2015/08/21/quien-es-quien-en-el-caso-aramburuzabala-lopez-doriga. 12
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José Luis Luna Torres NP
El vacío informativo sobre las desapariciones en México: Un sistema web para la denuncia y monitoreo ciudadano Carlos Alejandro Montero Silva y Liliana Pablo Velasco Comunicación Social y Psicología Social Universidad Autónoma Metropolitana, Xochimilco
Abstract Este proyecto presenta un sistema que permite monitorear las desapariciones en México, por medio de la denuncia colectiva, concentra datos, y permite visualizarlos de manera interactiva. El sistema referido se desarrolló de manera interdisciplinaria, retomando: la propuesta participativa de la comunicación para el cambio social, el diseño de visualizaciones planteadas dentro del periodismo de datos y las posibilidades técnicas ofrecidas por las TICs para desarrollar un sistema web interactivo. La propuesta interdisciplinar de la maestría en diseño, información y comunicación, impartida en la UAM Cuajimalpa requiere la participación de alumnos con diferente formación. Para el desarrollo de este proyecto participamos: Liliana Pablo (sistemas interactivos) y Carlos Montero (Estrategias comunicativas). Palabras claves: Sistema web colaborativo, visualización de datos, denuncia ciudadana y monitoreo ciudadano.
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Jhosivani Guerrero de la Cruz
E VISITANOS:
@REVNOTAALPIE
Resumen del texto Después de 40 años de la “Guerra Sucia”, en México reaparecen las desapariciones sistemáticas, desde que Felipe Calderón declaró la “Guerra contra el narcotráfico”. Según Mastrogiovanni (2014) desde el año 2007 hasta el día de hoy, hay más de 60 mil migrantes desaparecidos dentro del territorio mexicano, a esta cifra habría que sumar 27 mil mexicanos. En la revista Proceso en su número llamado “El país de los desaparecidos” se menciona que «Nunca como en los dos primeros años del gobierno de Enrique Peña Nieto han desaparecido más mexicanos en el país: 13 cada día. Uno cada hora con 52 minutos. Y 40% de ellos son jóvenes de entre 15 y 29 años...» (Campa en Proceso 2015). Ya en el 2011, José Reveles subraya la importancia de la recomendación hecha por la ONU para que el gobierno mexicano «genere, por fin,
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datos estadísticos sobre las desapariciones forzadas, sin las cuales no será posible desarrollar políticas de prevención, erradicación, investigación, sanción y reparación» (Reveles, 2011: 106). En el mismo 2011, Felipe Calderón publicó la Ley del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas. En su artículo 2° menciona que: “[…] es un instrumento de información del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que tiene como propósito organizar y concentrar la información en una base de datos electrónica, sobre personas extraviadas o desaparecidas” (Ley General para Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro, 2012). No está de más aclarar que no existe dicho registro. El 13 de febrero de este año, después de un análisis realizado por la ONU sobre las desapariciones en México se hicieron una serie de recomendaciones al gobierno mexicano. Dentro de éstas se mencionaba la impor-
tancia de crear «un registro nacional único de personas desaparecidas» (ONU, 2015). Los hechos muestran escasa o nula disposición por parte de las autoridades por aclarar los acontecimientos. La gente desaparece y el gobierno ni siquiera se interesa por registrar las ausencias. Human Rights Watch plantea la necesidad de crear una base de datos «como parte de una estrategia integral para abordar la crisis de los desaparecidos» (HRW, 2013). ¿Cómo se puede resolver una problemática de la que no se sabe sus dimensiones? El caso de los 43 jóvenes en México es solo una muestra que tiene de fondo la desaparición sistemática de decenas de miles de personas. Luis Raúl González Pérez, Presidente de la CNDH en México, a principios de este año, señaló que: «No existe certeza al momento de intentar proporcionar cifras claras y una estadística confiable» (Díaz en Proceso 2015).
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Julio César López Patolzin NP La información disponible sobre las desapariciones en México presenta datos dispersos, desestructurados e insuficientes para identificar con claridad los intereses que hay detrás de esta problemática. El manejo discrecional que se le ha dado impide encontrar elementos que expliquen las causas que existen detrás de cada desaparición. Ante esta ausencia de información se decidió centrar el proyecto en el vacío informativo sobre las desapariciones. Se definió como objetivo Diseñar y desarrollar un sistema web de información y denuncia ciudadana que integre una visión interdisciplinaria, que permita convertir los datos de personas desaparecidas en información relevante para monitorear las desapariciones en México. Este proyecto entiende que no se puede permanecer pasivo esperando a que el gobierno muestre voluntad para atender una problemática como las desapariciones. Se hace indispensable la movilización de
diversos actores sociales. Es fundamental contar con información estadística y geográfica de acceso público, transparente y actualizada. Para integrar dicha información es fundamental la participación de distintos actores sociales. Para la investigación se revisaron las terminologías existentes para referir las desapariciones (ausencias, extravíos, secuestros, levantones, desapariciones y desapariciones forzadas) también se revisaron formularios, bases de datos, páginas web o cualquier información existente que mostrara datos de las desapariciones. La búsqueda era para analizar: 1. ¿Qué datos se deben considerar en una desaparición? 2. ¿Cómo se presentan los datos? y 3. ¿De dónde obtienen su información? Con esto se tomaron las primeras decisiones para la definición del proyecto. El sistema web mostraría dos criterios básicos para visualizar los datos. Como dimensión espacial: territorio mexicano, estados y mu-
nicipios; y como dimensión temporal: desapariciones desde la Guerra Sucia, hasta el día de hoy. Con respecto a los datos particulares de las personas desaparecidas se diseñó un formulario que distingue: datos del desaparecido, datos de la desaparición y datos del denunciante. Fue indispensable conformar un marco teórico que sustentara la propuesta que se había generado. Como ya se ha mencionado, dentro del posgrado se vinculan: la comunicación, los sistemas interactivos y el diseño de la información. La comunicación para el cambio social propone una visión participativa de distintos actores como los principales agentes de cambio; de sistemas para la interacción se utilizó la metodología orientada a objetos para el desarrollo del sistema; el diseño de la información plantea, desde el periodismo de datos, la importancia de poner a disposición de cualquier persona datos, por medio de visualizaciones interactivas.
Reporteros Sin Fronteras. Reporteros Sin Fronteras: Por la libertad de información. Junio de 2013. https://es.rsf.org/report-mexico,184.html (último acceso: 29 de Abril de 2015). 10 H. Cisneros, Isidro. Tolerancia y Democracia. Cuadernos de Divulgación de la Cultura Democrática, México: IFE, 2012. 9
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Leonel Castro Abarca
Finalmente hemos desarrollado un sistema que, por medio de la denuncia colectiva, concentra datos y permite mostrarlos a través de visualizaciones interactivas. Es importante mencionar que el sistema permite distinguir denuncias anónimas y denuncias públicas. La distinción permite proteger la confidencialidad de las personas desaparecidas. Los familiares pueden elegir no mostrar datos particulares. Las denuncias anónimas solo se verán reflejadas en las visualizaciones estadísticas. En el caso de las denuncias públicas se mostrará un expediente con los datos particulares del desaparecido. Otra de las características del sistema es que permite registrar cualquier tipo de desaparición, bajo el entendido de que detrás de cada desaparición hay un grado de violencia que debe ser denunciado. Con respecto a la administración del sistema se requiere de un súper admi-
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nistrador que tendrá como tarea básica habilitar a otras ONGs que quieran participar como administradores de datos. Existen administradores de datos (ONGs) que se encargarán de validar las denuncias generadas por los denunciantes. Los denunciantes podrán registrar las desapariciones de sus familiares. Esta estructura permite fortalecer el trabajo de las ONGs quienes hemos considerado como actores protagónicos de la lucha contra las desapariciones en México. Se ha mencionado como función principal de los administradores la necesidad de validar todas las denuncias, esto se entiende indispensable para cuidar la certeza de los datos. Las denuncias registradas por familiares de personas desaparecidas deben ser validadas por una ONG que tenga el rol de administrador dentro del sistema. De esta manera los datos tienen un respaldo y se evitan datos falsos.
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Otra característica del sistema es que las visualizaciones permiten filtrar los datos por: nombre, edad del desaparecido, sexo, año de desaparición, estado de desaparición, municipio y estatus del desaparecido. Toda la información mostrada en el sistema es de acceso público. Además, el sistema compara todas denuncias, en caso de encontrar coincidencias en: nombre, fecha de nacimiento, fecha de la desaparición y lugar de desaparición; elimina el registro, evitando duplicados. Actualmente se puede ingresar el sistema en: h t t p : / / e o l o.c u a .u a m . mx:8090/DesaparecidosMexico/Vistas/personasDesaparecidas.xhtml La dificultad para trabajar con las ONGs ha impedido que se ingresen datos que puedan ser mostrados. El sistema está en búsqueda de un súper administrador que esté en condiciones de responsabilizarse de este proyecto.
Luis Ángel Abarca Carrillo
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El partido oficial de Estado: La anulación del federalismo por las élites partidistas
y la coerción a la
oposición Aydé Cadena López Estudiante del Doctorado en Estudios Organizacionales Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa El principio federalista ha prevalecido en México como una forma de organización política que ha quedado suscrita en un marco constitucional desde hace casi doscientos años. Sin embargo, ante las divergencias que subyacen entre el idealismo de los modelos teóricos y su intento de implementación práctica, cabe preguntarse; ¿cómo ha sido el federalismo mexicano? Debido a la extensión del tema, en este ensayo el objetivo es únicamente argumentar por qué las élites partidistas y la coerción a la oposición fueron medios importantes que el partido oficial de Estado utilizó para anular al federalismo mexicano durante el siglo XX.
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Luis Ángel Francisco Arzola
l federalismo es una forma en que se organizan algunos gobiernos para responder a las necesidades de diversas entidades que reclaman autonomía para determinadas actividades, pero que también tienen intereses, fines, problemáticas y enlaces en común que requieren de convergencia gubernamental. Así, el federalismo “supone la separación y división de competencias entre las subunidades que componen un Estado”,1integrando un gobierno de facultades concurrentes y exclusivas que se asientan y delimitan en la Constitución federal.2Entonces, en el federalismo es necesario contar con diversos niveles de gobierno habilitados para atender a cada uno de los ámbitos del Estado.3De ahí que las facultades políticas y administrativas no deban concentrarse en una figura que administre y represente homogéneamente y que no pueda canalizar las diferencias, demandas y necesidades sociales.4De esa forma, la complejidad del Estado exige que el poder sea distribuido en diferentes niveles y órganos de gobierno que actúen de forma más directa.5 En México, el federalismo fue instituido constitucionalmente desde 1824, sin embargo no siempre el ámbito jurídico ha garantizado el cumplimiento del pacto federal en la realidad. En otras palabras, el federalismo ha sido insipiente en la aplicación empírica de la Constitución; ejemplo de ello es que hasta finales de los años veinte la violencia política hizo del federalismo constitucional un sistema inoperante, los gobiernos que existieron en la época tuvieron como argumento la violencia, el poder militar y la fuerza física.6En ese sentido, Meyer y Aguilar Camín argumentan que la magnitud de la violencia en la época, hacía imposible la aplicación plena del federalismo, ante lo cual “la vida parlamentaria se animó, a extremos incluso de violencia física, por el choque de grupos, corrientes y alianzas”.7Muestra de aquel escenario en México fueron los numerosos crímenes políticos cometidos en ese periodo (Madero, Pino Suárez, Carranza, Zapata, Villa, Obregón). La inoperatividad que tenía el federalismo mexicano, sus niveles de gobierno y, en general, el sistema político impedía que se pudieran redistribuir las facultades constitucionales. De ese modo, quien lograba llegar al poder no respetaba la regla formal del federalismo, sino que se regía por reglas informales como lo eran el uso rudo y cínico del poder y la violencia.8
El PNR abrió sus puertas a todos los que quisieran integrarse, siempre y cuando cumplieran con dos reglas básicas: arreglos pacíficos y disciplina partidista. Comenzaron a unirse a sus filas diversos líderes revolucionarios, caudillos, políticos, militares, obreros, campesinos, la sociedad misma. De esa forma, el PNR, después Partido de la Revolución Mexicana (PRM) en 1938 y, finalmente, Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 1946, concentró todas las fuerzas políticas del país en sus diversos niveles a cambio de ofrecer valiosas retribuciones a quienes iban a ser los detentadores del poder. Algunos de éstos, como los líderes regionales, podían obtener esas potestades por sus mismos medios, así que el partido oficial, al que voluntariamente se habían unido, tenía que ofrecerles cuando menos lo que ellos solos lograban por sus propios medios. 10 De ese modo, el PRI se erigió como un partido de élites que incluía en sus filas a la mayoría de los líderes políticos, de quienes exigía el control pacífico de sus regiones a cambio de la redistri-
Diego Reynoso, Votos ponderados. Sistemas electorales y sobrerrepresentación distrital (México: Miguel Ángel Porrúa/FLACSO/Cámara de Diputados, 2004), 38. 2 Miguel González Madrid, “Federalismo vs unitarismo”, en Tratado de ciencia política, Coords. Gustavo Emmerich y Víctor Alarcón (Barcelona: Anthropos/UAM-I, 2005), 153-182. 3 Mauricio Merino, Poder local, poder nacional. La contienda por la formación del Estado mexicano (México: COLMEX, 2005). 4 En el federalismo, la descentralización constituye responsabilidades políticas y asignación de facultades legislativas y jurisdiccionales en los niveles de gobierno. Hay diversos tipos de descentralización: Política (el nivel de dispersión del poder y de la capacidad de elegir a los gobernantes), Administrativa (la implementación de los servicios y las políticas públicas de manera no concentrada), Fiscal (la distribución y manejo autónomo de los recursos en cuanto al ingreso y al gasto). González, “Federalismo vs unitarismo”, 153-182. 5 González, “Federalismo vs unitarismo”, 160-1. 1
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Así, se constituían élites caudillistas que infringían lo establecido en la Constitución cien años antes, pero para 1929 se propuso una nueva forma de organización de las fuerzas políticas mexicanas, creándose el Partido Nacional Revolucionario (PNR) cuya aparente intención era darle estabilidad política al país. Ante ello, el partido buscó aglutinar en sus filas a las élites políticas en México e institucionalizar las transiciones políticas y la repartición del poder por vías legales y pacíficas. Para ello, “los estatutos diseñaban una disposición orgánica que combinaba descentralización con centralización política. Se basaban en el reconocimiento de la autonomía de los partidos estatales. Permitía la autonomía de los gobernadores en los comités estatales para los asuntos locales”. 9
Magdaleno Rubén Lauro Villegas NP al partido disciplina, control pacífico, apoyo legislativo y unidad, el partido les retribuía con un triunfo político asegurado, recursos federales cuantiosos y una vida política ascendente.
II. El sistema de partido hegemónico y la coerción a la oposición El liderazgo del PRI como partido oficial recaía en el presidente de la República, dándole atribuciones que iban más allá de lo que establecía la Constitución; por ejemplo, podía controlar la carrera política de cualquier candidato a ocupar un nivel de gobierno. La legislatura y gobiernos estatales también pertenecían al mismo partido, por lo que el poder federal no tenía problema para intervenir en cualquier nivel gubernamental. Los puestos políticos eran asignados por el titular del ejecutivo, quien fungía más como líder de partido que como presidente, esto le permitía llegar a acuerdos informales con el partido sin faltar formalmente a sus atribuciones constitucionales.11Así, se instauró un sistema de partido hegemónico, tal como Sartori12 catalogó al período del priato en México y al cual Vargas Llosa también llamó la dictadura perfecta. Aquel sistema se caracterizaba por tener dos campos de acción: el legal, el abierto, el público, donde se aparentaba seguir al federalismo constitucional con pesos y contrapesos, división de poderes y aparato legislativo. También, existía el terreno privado del partido donde el presidente en turno y una reducida cúpula llegaban a acuerdos meta constitucionales, después se utilizaba el marco jurídico sólo para legalizar y legitimar lo previamente arreglado dentro
del partido.13Al concentrarse tanto poder en el ejecutivo, el federalismo establecido en la Constitución quedó anulado, ya que las decisiones políticas, económicas y sociales se tomaban en torno al presidente y a su partido.14Los funcionarios pertenecientes a los diversos niveles de gobierno quedaban subordinados a la voluntad presidencial, la cual recompensaba el poder cedido con recursos, libertades, triunfos políticos asegurados y el ascenso político; cuando había desacuerdos, sucedía lo contrario, el presidente y su partido aportaban menos recursos, removían a funcionarios de su cargo y su carrera política podía ser truncada. 15 Así, el sistema político mexicano durante el siglo XX hizo posible la anulación fáctica del federalismo sin incurrir a violaciones formales del marco constitucional. Esto ofrecía, en la formalidad un federalismo constitucional con una división y distribución de poderes aunque en la informalidad dominaba el centralismo y la concentración de atribuciones en el poder ejecutivo. Ante ello, la oposición política en México estuvo controlada y restringida por el sistema de partido hegemónico gran parte del siglo XX. La mayoría en el Congreso de la Unión, los congresos locales, los gobiernos municipales y estatales así como todos los niveles de gobierno pertenecían al partido oficial. Esa mayoría estaba por encima de los dos tercios y en ocasiones alcanzaba el cien por ciento. 16 En ese contexto, ser oposición significaba un enorme gasto con pocos dividendos para quien decidiera ser opositor, resultaba costoso involucrarse en la política por lo que no cualquiera podía entrar al juego y pocas veces se podía ganar una elección. Aun cuando se lograban espacios en el Congreso o en municipalidades, el contrapeso que se podía ejercer era ínfimo ante la aplanadora mayoría del partido hegemónico. Sin un peso real en la toma de decisiones, la oposición permaneció como un espectador de la vida política en México, pues como afirma José Antonio Crespo, una oposición no funciona cuando no tiene posibilidades reales de peso en la arena política, es un mero decoro de un sistema autoritario que pretende un nivel de legitimación abriendo espacios a la oposición pero con mínimo margen de acción. 17
Lorenzo Meyer y Héctor Aguilar Camín, A la sombra de la Revolución Mexicana (México: Cal y Arena, 1994). Luis Medina, Hacia el nuevo Estado. México, 1920-1994 (México: Fondo de Cultura Económica, 1995), 65. Aquí retomamos a Douglas North, quien establece que las reglas formales son aquellas normas, leyes o contratos que están establecidos por escrito y especificados al pie de la letra. Las informales son los códigos de conducta, costumbres y tradiciones que no están establecidos o sancionados formalmente pero que se arraigan, influyen o determinan la acción política, económica o social. Douglas C. North, Instituciones, cambio institucional y desempeño económico (México: Fondo de Cultura Económica, 2001). 9 Medina, Hacia el nuevo Estado, 72. 10 Lorenzo Meyer y José Lius Reyna, “México. El sistema y sus partidos: entre el autoritarismo y la democracia” en Los sistemas políticos en América Latina, Coords. Lorenzo Meyer y José Luis Reyna (México: Siglo XXI, 1989), 305-325; Daniel Cosío Villegas, El Sistema político mexicano. Las responsabilidades del cambio (México: Cuadernos de Joaquín Mortiz, 1974). 6 7
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Marcial Pablo Baranda
No es que en México no existiera oposición o que el partido siempre llegará a tersos consensos, sino que el conflicto ocurría dentro de la cúpula partidista en un terreno metaconstitucional; así, en el espacio gubernamental los acuerdos ya estaban arreglados. No obstante, tras la crisis mexicana de los años setenta, el sistema de partido hegemónico comenzó a desgastarse y la reacción fue una lenta apertura democrática parsimoniosa, pausada e incluso estratégica que le dio a la oposición mayor capacidad de injerencia. En la década de los ochenta, el PRI no pudo sobrellevar el control pleno de los puestos de elección popular en todo el país, entonces, el triunfo ya no fue seguro y la disciplina del partido se fragmentó. Además, con la llegada de Miguel de la Madrid en 1982, se consolidó en el PRI la nueva élite de los tecnócratas: egresados de universidades especializadas en economía y ajenos al viejo régimen posrevolucionario, populista, interventor y nacionalista, por lo que deseaban cambiar el perfil de los priistas que estaban a la espera de un cargo político.18 Aquello aunado a la inseguridad para garantizar el triunfo electoral y la inclusión de priistas ajenos al priato tradicional populista, terminaron por agrietar el ya de por sí deteriorado partido hegemónico, ya que por un lado no se les garantizaba el triunfo y por el otro ya no era seguro que estuviesen en las listas. Los disidentes encabezados por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y entre los que figuraban Porfirio Muñoz Ledo y Andrés Manuel López Obrador, identificados con la parte populista del viejo PRI, leyeron en la coyuntura que ju-
A manera de conclusión El federalismo mexicano durante el siglo XX, existió en el ámbito jurídico constitucional, pues se establecía la división de poderes y la réplica del modelo federal tanto en el orden estatal como en el municipal. Sin embargo, los pactos entre las élites partidistas y la coerción hacia la oposición fue lo que dio al partido hegemónico facultades meta constitucionales que lograron hacer de la federación un poder centralizado que permitía poca autonomía a los otros niveles de gobierno. Así, el federalismo fue anulado por el sistema de partido hegemónico, quedándose en un ideal formal más que una realidad práctica. En 2012, después de doce años de la oposición en el gobierno, el PRI regresó a la presidencia y con fuerte presencia en los demás niveles de gobierno. Ante lo cual cabe preguntarse por qué en un país que busca transitar hacia la democracia, lo cual implica hacer efectivo el principio federalista, el partido que coartó la democratización durante casi un siglo ha vuelto a gobernar.
Stefano Bartolini, “Partido y sistemas de partidos”, en Manual de ciencia política, Comp. Gianfranco Pasquino (Madrid: Alianza, 1996), 217-264. Giovanni Sartori, Partidos y sistemas de partidos (México: Fondo de Cultura Económica, 2008). Jeffrey Weldon, “Las fuentes políticas del presidencialismo en México”, en Sistema Político Mexicano: antología de lecturas, Coords. Francisco González Ayerdi y Francisco Reveles Vázquez (México: UNAM /Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, 2007), 125-153. 14 Ricardo Espinosa Toledo, “Parlamentarismo, presidencialismo y sistema mixto” en Tratado de ciencia política, Coords. Gustavo Emmerich y Víctor Alarcón (Barcelona: Anthropos/UAM-I, 2005), 183-200. 15 Jesús Silva- Herzog Márquez, El antiguo régimen y la transición en México (México: Plata, 2000), 10-46. 16 María Amparo Casar, “Las bases político-institucionales del poder presidencial en México”, en Lecturas sobre el cambio político en México, Comps. Carlos Elizondo Mayer-Sierra y Benito Nacif Hernández (México: CIDE /Fondo de Cultura Económica, 2002), 41-78; Medina, Hacia el nuevo Estado, 161-167. 17 José Antonio Crespo, “Fundamentos Políticos de la Rendición de Cuentas”, Serie Cultura de la Rendición de Cuentas, no. 1, (México: Auditoría Superior de la Federación, 2001). 18 Silva- Herzog, El antiguo régimen y la transición en México. 11
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gando el papel de oposición ganarían más que permaneciendo en el partido.
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Marco Antonio Gómez Molina NP
Desapariciones forzadas en México bajo el contexto de la guerra contra el narcotráfico: sin cifras certeras y sin voluntad política Ivonne Alejandra Chacón Lona Licenciada en Ciencia Política y Administración Urbana Universidad Autónoma de la Ciudad de México
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Martín Getsemany Sánchez García
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la disparidad en las cifras que otorgan las diferentes instituciones, por lo que no existe una cifra confiable ni una determinación exacta sobre cuántos casos corresponden a desapariciones forzadas, cuántos al crimen organizado, o bien, cuántos son considerados como ausentes. Las observaciones apuntan al desinterés y poca voluntad que presentan las autoridades para localizar a las víctimas, fincar responsabilidades e impedir que los casos se repitan.
Unas de las mayores expresiones de ello es el resurgimiento1 e incremento en las cifras de las desapariciones forzadas.2 Estudios recientes realizados por organismos internacionales y organizaciones civiles,3señalan que a pesar de que el tema de las desapariciones forzadas es recurrente, se carece de un conteo oficial y prevalece
El presente texto tiene por objetivo exponer la incongruencia numérica sobre el registro de las desapariciones forzadas en México durante la guerra contra el narcotráfico, lo cual se explicará mediante la revisión de registros estadísticos de diversas instituciones gubernamentales y no gubernamentales.
Tabla 1. Registro de desapariciones y desapariciones forzadas de personas (2006-2014)
La compleja situación en materia de seguridad que enfrenta México tras la declaración de la “guerra contra la delincuencia organizada”, emprendida por el segundo gobierno federal panista en el año 2006, ha traído como consecuencia la militarización de la seguridad pública del país, que causó atroces secuelas político-sociales de la estrategia de seguridad, mismas que causaron vulnerabilidad en los derechos humanos.
INSTITUCIÓN
A continuación se presenta un cuadro comparativo que ilustra la incongruencia en los registros que presentan diversas instancias. Es de resaltar que algunos análisis sólo presentan el número de personas desaparecidas, es decir, aquellas que son catalogadas como extraviadas o ausentes.4
DESAPARICIONES FORZADAS
Comité Cerezo y diversas organizaciones
10,000 hasta 30,000 casos
Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en México (Fundem)
40,000 (En 16 Estado de la República) casos
Comisión Nacional de Derechos Humanos
24,500casos (2005-2013)
2400 casos
Subprocuraduría Jurídica y de Asuntos Internacionales de la PGR
22, 322 casos
No se tiene registro
Fundar
20, 810 casos
Human Rights Watch
250 casos
Grupo de trabajo sobre las Desapariciones Forzadas o involuntarias ONU Secretaría de gobernación
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DESAPARICIONES
Entre los grandes problemas que enfrenta nuestro país en materia de desaparición forzada, se destaca la inexistencia de una metodología adecuada que permita establecer cifras precisas sobre este tipo de desapariciones. A pesar de ello, algunas instituciones gubernamentales y no gubernamentales otorgan cifras respecto a cuántos casos pueden ser considerados como desapariciones forzadas.
27,000 al inicio del sexenio de EPN 8,000 en mayo de 2014 16,000 en junio de 2014
140 casos Más de 3,000 No se tiene registro
Mauricio Ortega Valerio NP
La tabla anterior muestra la diversidad de cifras sobre casos que podrían ser considerados como desapariciones forzadas. Como se puede observar, algunas de las instituciones ni siquiera tienen el registro de las desapariciones forzadas, sólo las clasifican como desapariciones. Ejemplo de ello es la Subprocuraduría Jurídica. Por su parte, los registros que presentan organizaciones sociales, no coinciden con los del gobierno. El caso más alarmante es el que presenta Fudem, pues de acuerdo a sus estimaciones, de 2007 a 2012, se registraron alrededor de 40, 483 denuncias por desaparición forzadas en 16 estados de la República, esto de acuerdo a diferentes solicitudes hechas por organizaciones sociales en todo el país. 5Comité Cerezo, también presenta un dato sor-
prendente y que discrepa del de los demás, con un registro que va de los 10,000 casos a los 30,000. 6 En la tabla anterior se muestra que la Secretaría de Gobernación es otro caso de incoherencia estadística, ya que al inicio del sexenio de Enrique Peña Nieto, tenían un registro de 27 mil desapariciones, sin embargo el 2 de mayo de 2014 se referían a 8 mil y el 16 junio del mismo año, declararon que eran 16 mil. Se advirtió de la ubicación con vida de la mayor parte de ellas, mientras detectó a 1,133 muertas y sólo 8,000 pueden considerarse como desaparecidas. 7Sin embargo, nunca se explicó la metodología utilizada para depurar la lista y cuántos de ellos pudieran ser considerados como desapariciones forzadas. Internacionalmente, la investigación del Grupo de
Trabajo sobre las Desapariciones Forzadas o Involuntarias de la ONU, tuvo conocimiento de 3,000 posibles casos de desapariciones forzadas. Éste informe es uno de los más detallados, ya que además del contexto de la guerra contra el narcotráfico, analiza las desapariciones bajo el período de la “guerra sucia”. Asimismo, realiza alrededor de 30 recomendaciones al Estado mexicano para prevenir, sancionar, tener derecho a la verdad y reparación de los daños a las víctimas de las desapariciones forzadas. También señala que la impunidad y la falta de voluntad del Estado mexicano son una constante que impide tener resultados eficientes sobre el paradero de las personas víctimas de desaparición forzada y quiénes participaron en su detención.
En México, la violación a los derechos humanos no se circunscribe a un período determinado, sino que ha prevalecido de manera ininterrumpida como una política de Estado. Las desapariciones forzadas son un ejemplo latente de ello. La época de la llamada “Guerra Sucia”, desde finales de la década de 1960 y principios de 1980, es ejemplo de que las desapariciones forzadas han persistido en el tiempo. De acuerdo a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (FEMOSPP) se documentaron 532 casos de presuntas desapariciones forzadas en el período conocido como la guerra sucia y señalando directamente la participación de Estado. 2 Se entenderá por desaparición forzada de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 2 de la Convención Internacional para la Protección de todas las Personas contra la Desaparición Forzada: “El arresto, la detención, el secuestro o cualquier otra forma de privación de la libertad que sean obra de agentes del Estado o por personas o grupo de personas que actúan con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o el ocultamiento de la suerte o paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola a la protección de la ley”. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, “Desapariciones forzadas o involuntarias” en Naciones Unidas Derechos Humanos, Folleto Informativo No.6/Rev.3, http://www.ohchr.org/Documents/Publications/FactSheet6Rev3_sp.pdf. 1
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Miguel Ángel Hernández Martínez
Human Rights Watch, en su informe titulado Los Desaparecidos de México8, presenta un registro de 350 casos, de los cuales tiene documentados a 140 como desapariciones forzadas. Los datos registrados por las instituciones no representan la magnitud del problema, pues algunos casos no son denunciados por miedo e intimidación a la familia de la víctima.
lo que muestra falta de interés de las autoridades para resolver el problema y castigar a los responsables. Ejemplo de ello es que de 2006 a 2013, la Procuraduría General de la República (PGR), así como las procuradurías de los estados, sólo iniciaron 291 averiguaciones previas por el delito de desaparición forzada, de ellas, sólo seis concluyeron en sentencia condenatoria. 10
En lo que va de este sexenio, “han ocurrido más de 7 mil 600 desapariciones forzadas en el país, a un ritmo de 17 personas por día, lo que significa 60% de los casos reportados durante todo el sexenio de Felipe Calderón”. 9El aumento de desapariciones no abona a la erradicación de este delito. La inconsistencia en las cifras presentadas por las instituciones del Estado, es señal de que no se contabilizan ni registran las desapariciones forzadas, además de la falta de armonización en las legislaciones estatales con respecto a la ley federal y la tipificación como delito. Las cifras presentadas siguen creciendo,
El caso Ayotzinapa es el más reciente y emblemático sobre violación a los derechos humanos, así como el descubrimiento de fosas comunes durante la búsqueda de los estudiantes, pues exponen la crisis de desapariciones forzadas que enfrenta nuestro país. Esto muestra la polución que hay en los diferentes niveles de gobierno, el desinterés del Estado para frenar los crímenes de lesa humanidad, las carencias en materia institucional y de justicia. También cuestiona la incapacidad del Estado para prever a los ciudadanos de sus obligaciones más importantes: el Estado de derecho y la justicia.
Revista Nota al Pie
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Informe del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de la ONU. Disponible en http://www.ohchr.org/Documents/HRBodies/HRCouncil/RegularSession/Session19/A-HRC-19-58-Add2_sp.pdf. 4 Cabe mencionar que cada institución u organización usa diferentes metodologías para hacer el registro de las desapariciones y desapariciones forzadas, toda vez que el gobierno mexicano carece de los elementos operativos para cuantificar de manera confiable los casos de desapariciones. 5 Gloria Leticia Díaz, “Impunidad, patrón crónico en México ante desapariciones forzadas: ONU” en Proceso (sitio web), 14 de Marzo de 2012, http:// www.proceso.com.mx/?p=300979. 6 Campaña Contra la Desaparición Forzada 2014, “Informa sobre desaparición forzada” en Comité Cerezo (sitio web), http://comitecerezo.org/IMG/ pdf/informe_campana_nacional_2014.pdf. 3
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Miguel Ángel Mendoza Zacarías NP
A manera de reflexión, tras la crisis que enfrenta nuestro país en materia de violación sistemática a los derechos humanos y particularmente de desapariciones forzadas, sería de suma importancia reconocer la magnitud del problema para dar solución a las causas estructurales, jurídicas, procedimentales, operacionales, de orden cuantitativo y cualitativo que impiden tener resultados satisfactorios respecto al tema; todo ello sería posible mediante la creación de instituciones autónomas, con credibilidad, que brinden certeza, confianza y resultados a las víctimas. La cualificación de los casos es trascendente, para poder llegar al fondo de la clarificación del paradero de los desaparecidos, así como fincar responsabilidades para castigar a los servidores públicos que participan directa o indirectamente en una desaparición forzada. Es menester el fortalecimiento de la corresponsabilidad entre los familiares de las víctimas, las autoridades, defensores de derechos humanos, organizaciones civiles y la ciudadanía en general para colaborar en la creación, implementación
y evaluación de políticas públicas que logren ser trascendentales en la sensibilización, solidaridad y concientización, no sólo de la ciudadanía, sino también de las autoridades. La sociedad civil debe organizarse y buscar canales de expresión por la vía pacífica para exigir una adecuada rendición de cuentas a los gobiernos en turno. Ejercer su derecho al voto, ser parte de organizaciones civiles, manifestarse en redes sociales, o acudir a protestas pacíficamente, pueden ser algunos ejemplos para que la ciudadanía se exprese. La ciudadanía debe ir más allá del espacio electoral y se debe involucrar e informar de los asuntos públicos. Todo ello podrá lograrse mediante la educación, ya que es parte imprescindible para formar una sociedad crítica; desde la que emane el respeto a los derechos humanos para que la sensibilización, concientización y solidaridad ante las desgracias ajenas trasciendan el espacio privado y así se pueda demandar a las autoridades el respeto a la dignidad humana.
Por redacción, “Sin coherencia las cifras de desapariciones forzadas en México: AI” en El financiero, 30 de Agosto de 2014, http://www.elfinanciero. com.mx/sociedad/sin-coherencia-las-cifras-de-desapariciones-forzadas-en-mexico-ai.html. 8 Giovanni Sartori, Partidos y sistemas de partidos (México: Fondo de Cultura Económica, 2008). 9 Servín Fernando Camacho, “En lo que va del sexenio más de 7 mil 600 desapariciones forzadas, denuncian ONG”, La Jornada, 12 junio de 2014, http://www.jornada.unam.mx/2014/06/12/politica/007n1pol. 10 Nayeli Roldán, “Sólo 6 de 291 averiguaciones por desaparición forzada en México llegan a sentencia” en Animal Político (sitio web), 2 de Febrero de 2015, http://www.animalpolitico.com/2015/02/solo-2-de-las-investigaciones-por-desaparicion-forzada-en-mexico-llega-sentencia/. 7
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Saúl Bruno García
Entrevista “La ciudad de México en el tiempo”.
Una toma nocturna captada en septiembre de 1944 donde se aprecia la iluminación del Antiguo Palacio del Ayuntamiento entre los automóviles y tranvías de la época. A la derecha se alcanza a ver la fachada del Centro Mercantil, que ahora es el Gran Hotel de la Ciudad de México. Imagen: Juan Guzmán, Fotográfica.Mx referencia: www.facebook.com/laciudaddemexicoeneltiempo/photos
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Nota al Pie, en esta ocasión, se dio a la tarea de entrevistar a Carlos Villasana, Juan Carlos Briones y Rodrigo Hidalgo, miembros fundadores de “La ciudad de México en el tiempo”, espacio que es dedicado a compartir anécdotas e información sobre fotografías de la Ciudad de México, únicamente con fines educativos y de difusión cultural. Este proyecto ha tenido espacio en medios impresos e incluso en algunas cápsulas en Canal Once. En una charla amena, nos plasman su experiencia en este proyecto.
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Pregunta: ¿Cómo surgió el proyecto? Respuesta: El proyecto surgió a través de un foro en el cual compartía diversas fotografías sobre la ciudad de México, por lo cual, a través de un interés mutuo en este tópico, decidimos abrir una página en Facebook, que nos ha proporcionado mayor difusión, lo que permite una mejor convivencia intergeneracional. Este espacio fue diseñado para que ellos opinen y se apropien de él. A través de esta página, diversos medios de comunicación, como el Universal, Uno más uno y Canal Once, se comunicaron con nosotros. Pregunta: ¿Qué implica utilizar esta plataforma? Respuesta: A partir de la página de Facebook tuvimos mayor alcance con el público. Esto no implica solo colocar la fotografía, sino que se realiza una investigación exhaustiva que conlleva plasmar el contexto histórico; tratamos de investigar quién tomó dicha fotografía, y con precisión, tratamos de ubicarlas en el mapa, utilizando plataformas como google maps. Pregunta: ¿Cómo obtienen la información sobre las fotografías? Respuesta: Todos nos encargamos de indagar, no obstante, Carlos Villasana es el que cuenta con un gran acervo fotográfico; alrededor de 80 mil imágenes en diversos formatos; entre revistas, libros, etc. Todo el tiempo estamos buscando las fuentes, e incluso, archivos públicos y privados se acercan a nosotros para difundirlas. Indirectamente, hemos influido en las personas para que asistan a las fototecas. Pregunta: ¿Qué características tienen las fotografías que suben? Respuesta: Las fotografías que subimos siempre tienen algún aspecto de la vida
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cotidiana, urbana, e incluso se relacionan con la manera de vestir. Además, plasmamos imágenes del transporte y como ha cambiado a través del tiempo. Podemos abordar temas como lo ocurrido en 1968; contrastando los juegos Olímpicos y la matanza de Tlatelolco, sin ninguna bandera política. Solo somos un medio de difusión de la cultura en México. Debemos enfatizar que los lugares que plasmamos no son los lugares comunes en la ciudad de México. Tratamos de ampliar nuestro panorama. Pregunta: ¿Cómo transportaron esta idea a Canal Once? Respuesta: Siempre completamos nuestra información, por ello, cuando Canal Once nos contactó para que nos realizaran una entrevista sobre la Colonia Roma, Rodrigo Hidalgo fue quien asistió, así que los miembros de la televisora se interesaron en él y lo contrataron para conducir la capsula que conserva el nombre de la página. Pregunta: Finalmente, de entre todos los aspectos que aportan en su espacio; ¿con cuál se quedarían? Respuesta: Entre los aspectos que hemos plasmado en diversos espacios, el principal es que el público que tiene contacto con nuestro contenido, se apropie de su localidad. Es decir, que tenga la conciencia de que los diferentes lugares que componen la Ciudad de México son suyos, y así puedan cuestionar los cambios constantes a nivel infraestructura que modifican a su entorno, y un claro ejemplo es el intento de realizar el corredor Chapultepec; muchas personas están en contra de ello. Por ello, enfatizamos en que los ciudadanos se tienen que apropiar de su entorno para generar una identidad y así podría cuestionar los cambios que suscitan entorno a ellos.
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cultura y fotogalería
TITULO:GRUEZA LA VOZ DE LA OLA fotografía: julian hernandez mora 50
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AURA LUNA Tu mirada respiro… Difusa… En beso poseído de nimbos y signos… ¿Tus labios sepia resguardan la mirada que cela espejos? ¿Visión fósil en laberinto reconoce la daga parpadear al unicornio de sonrisa demacrada y columna débil celeste?… ¿Aún condolece?… Tu frágil rostro… ¿Aún mira?… ¿Aún agoniza?… ¿Aún desvanece?… Incógnito abismo de espiral brillante… Merodea al vivaz monstruo y evoca al enmarañado corazón… Al beso de sangre… La noche de sol que tu voz eclipsa…
Juan José Enríquez Rivera Licenciado en Psicología Social Universidad Autónoma Metropolitana
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TITULO: MÍTICA DLE POBRE fotografía: julian hernandez mora 52
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FOTOGRAFÍAS: ALEJANDRO AGUILAR L.
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FOTOGRAFÍA: ALEJANDRO AGUILAR L.
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NP De Bárbaros a Civilizados. El decolonialismo; el día de la hispanidad se acerca Pero no estamos en Valencia El día del respeto a las culturas se acerca Pero no estamos en Córdoba Argentina El día de la resistencia se acerca Pero no estamos en Barquisimeto ¡Esto es México! , somos lo mismo. (A excepción de España). Aún se recuerda el encuentro Entre el tlatoani Azteca y Cortes Cuando este último niega el abrazo Fraternal de bienvenida. No es odio ni tampoco afecto Es más un lazo consabido de nuestra tierra ¡América! Con más rasgos europeos Que nombres de sus hijos. Con más inversiones que mestizos Con menos maíz que oraciones, ¿Y realmente se habla de una conquista? O de mezclas ocasionales. Si, lo se 300 años de sincretismo Pesan más que 205 de predestinación, que duele mas no hablar náhuatl ni maya O el adoctrinamiento de Motolinía. Aprender las obras de Cervantes Saavedra O de Shakespeare. El liderazgo de Brasil de hoy en día O la interdependencia de Norteamérica Nunca hubo barbaros ni civilizados Hubo adelantados y destacados Colonizador y colonizado Europa y América Nosotros, los hijos de este suelo Queremos modernidad Conservando la inherencia.
Miguel Ángel Arroyo Mosco Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa
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E VISITANOS:
@REVNOTAALPIE
TITULO: ECOS
fotografías: julian hernandez mora
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TITULO: El imperio del polvo
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E TITULO: Espejismo de un hombre
TITULO: MelodĂa para un lobo estepario 57
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Memorial: Un libro por Ayotzinapa Hace poco más de un mes, se cumplió un año de lo ocurrido aquella noche en Guerrero. El consejo editorial de Nota al pie, condena y repudia los actos ocurridos el 26 y 27 de Septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero, en contra de nuestros compañeros normalistas de Ayotzinapa. Exigimos justicia y aclaración de los hechos, pues no queremos que la impunidad siga alcanzando el grado que ha obtenido durante varios años. Con los libros no solo crecemos y aprendemos; con los libros caminamos, luchamos y ganamos. Durante el trimestre pasado, nos dimos a la tarea de convocar a la comunidad universitaria de la Universidad Autónoma Metropolitana, la donación de libros, que serían llevados a la Normal de Ayotzinapa, para formar parte de su acervo bibliotecario. Alumnos y académicos, en representación de esta revista, así como de miembros de la comunidad estudiantil, que colaboraron en esta colecta, nos reunimos con los alumnos de la Normal Rural de Ayotzinapa, para la entrega formal del acervo que se compuso de 712 ejemplares de libros y revistas. Estos libros son por esos 43 lugares vacíos; por los que seguimos esperando. Aquí estamos y aquí seguiremos. Esta lucha es de todos, porque no en vano se ha coreado entre miles de voces “si tocan a uno, nos tocan a todos”, pues vivos se los llevaron y vivos los seguiremos queriendo.
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v1vos vivos se los llevaron
los queremos
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ayotzinapa vive
Casa abierta al tiempo Unidad Iztapalapa