culturas
N° 10 Suplemento de
artes y letras
TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 9 de enero de 2005
ADIÓS, El genio
WILL del cómic
EISNER 5 Nos ha abandonado el último grande de la historieta. El creador de The Spirit y del concepto de novela gráfica, teórico y difusor de este arte, deja una obra inmensa y un libro póstumo 3 NACHO VEGAS
4 ALEJANDRO
Entrevista con una de las voces más personales de nuestra música, que el viernes presenta un concierto acústico en la Sala Potemkim.
La película de Oliver Stone pone de actualidad bibliográfica el lado humano y la faceta mítica del gran conquistador de la era clásica.
N°10
2 culturas
TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 9 de enero de 2005
a de mitos. Mientras Alejandro Magno resucita en la pantalla gracias a Oliver V Stone, nos acaba de dejar Will Eisner, el último de los grandes del cómic. Eisner lega aportaciones imperecederas en el arte de la historieta: con The Spirit revolucionó el concepto de página, hasta entonces una serie de viñetas alineadas horizontalmente; con Contrato con Dios definió el término ‘novela gráfica’, el formato más consolidado en el cómic actual. Su vocación teórica y didáctica, con
libros-referencia sobre la narrativa gráfica, hizo mucho por la autoestima del tebeo como arte equiparable a otras disciplinas visuales. Y todo ello lo realizó con ese talento, que sólo poseen los grandes, para reunir profundidad conceptual y diversión. A sus 87 años no pudo salir de una complicada operación coronaria y ahora nos tendremos que conformar con su ingente obra. Mientras, Alejandro Magno, el gran conquistador, el mito del joven guerrero, renace por su lado más humano gracias a
Recortes 1
VIDEOJUEGOS DE ARTISTA Cada Navidad, que es cuando se venden más videojuegos, y más de todo, vuelve a resurgir cierta polémica sobre la maldad de estos productos de entretenimiento. Hay una corriente artística que trata de aprovechar las posibilidades de interacción y los conceptos simbólicos que existen en los videojuegos para darles la vuelta y desde ahí realizar un activismo social y artístico. Laura Baigorri, profesora de Vídeo en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona: «Tradicionalmente, la mayor parte de los videojuegos se ha centrado en situaciones fantásticas muy alejadas de la realidad, pero en estos últimos años la industria del juego ha popularizado la tendencia de basar sus productos en situaciones reales: estereotipos de personajes reales debatiéndose en lugares reales. Pues bien, una de las características de los juegos realizados por artistas y activistas es la referencia sistemática a situaciones reales, contemplada siempre desde la perspectiva de su potencial socializador y educativo. Los artistas se mueven con tres estrategias principales: convertir la recompensa en fracaso, establecer nuevos sistemas de justicia social y utilizar la violencia simulada para denunciar la violencia real». En Interzona.com.
2
PAISAJES VIRTUALES Uno de los juegos más publicitados en los últimos días ha sido la nueva versión de Grand Theft Auto, que por su imagen parece una simulación sobre bandas de delincuentes y todo su mundo. Alguien que se hace llamar Infinito de Córdoba aprovechó su anterior entrega, Vice City, para tomar instantáneas de paisajes virtuales producidos dentro del juego. El jugador ejerce así como fotógrafo de entornos predeterminados por el creador del programa informático: una mirada particular sobre una realidad dada y construida previamente. ¿Fotografía documental? El resultado se llama Vice City Blues y está publicado en formato electrónico por E-diciones Peo, uno de esos lugares que hacen que internet merezca la pena y que dignifican la palabra autoedición.
esa potencia que tiene Hollywood para marcar la agenda cultural del mundo. Oliver Stone propone un Alejandro-hombre contradictorio, presa de una obesión por unificar el mundo conocido bajo una forma de gobierno heredada de la cultura clásica. Película densa y bella que se aleja de recientes ‘peplum’ más basados en el artificio. También, entrevista a Nacho Vegas, uno de los músicos con más personalidad del país, y un buen puñado de interesantes libros para comenzar el año.
Antonio Marcos
3
AUTOEDITE, PERO AUTOEDITE CON GUSTO E-diciones Peo (edicionespeo.com) es el paradigma de la edición electrónica. Allí publican pequeños libritos algunos de los dibujantes y creadores gráficos más interesantes del país. El sitio lo dirige David Peña y tiene un aire retro que acoge y da sentido a variadísimas propuestas gráficas: Olaf, Señor García... Un lugar que merece una visita periódica para estar al tanto de las novedades. Desde Argentina nos llega otra muy interesante propuesta, Diario de Poesía, una publicación que se distribuye en papel localmente pero que cuenta en la red con una vocación internacional que le lleva a divulgar un ensayo de J. M. Coetzee sobre la desconocida poesía de W. G. Sebald o poemas del último libro de Miguel Casado, Tienda de Fieltro. Sin duda, uno de los lugares hechos con más gusto y rigor de todos los dedicados a la literatura.
4 BILLY WILDER O CÓMO CONQUISTAR HOLLYWOOD Realmente, Billy Wilder es Hollywood, es el cine americano y, para Fernando Trueba, es Dios. Wilder representa todo aquello que hizo crecer a la industria del cine: emigrante europeo refugiado en América en la época de la segunda guerra mundial, plasma como nadie esa mezcla de talentos que necesita el buen arte. Nunca aburrió y nunca contó una historia estúpida. Dos aspectos que ahora parecen totalmente disociados y quizá ésta fuera la causa por la que Wilder dejó de hacer cine desde hacía mucho tiempo antes de dejarnos hace tres años. No hubo otra persona con mayor olfato para saber cuando detrás de una historia podía haber una buena película, ni tampoco para contar su proceso creativo de una manera tan divertida, como en Nadie es perfecto, el libro-entrevista de Hellmuth Karasek. Magnífico escritor visual, flexible director, hizo tantas películas buenas en tantos géneros distintos que seleccionar unas cuantas siempre es quedarse con ganas de más. Caja Duero programa a partir de mañana un ciclo con Testigo de cargo, Con faldas y a lo loco, El apartamento y En bandeja de plata.
Arriba, imagen de Vice City Blues, publicado por E-diciones Peo. Sobre estas líneas, carteles de El apartamento y Con faldas y a lo loco. A la izquierda, Billy Wilder con Jack Lemmon
MÚSICA
TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 9 de enero de 2005
culturas 3
El sitio en el que vivo no es determinante, aunque sí vinculante. No le tengo una querencia especial a mi tierra. Asturias es tan mediocre como cualquier otro lugar en occidente Nacho Vegas estará el próximo viernes en la Sala Potemkim / C. S. Ulla
NACHO VEGAS
«Las canciones son algo extremo» Fernando Bernal
s uno de los artistas más personales de nuestra música. Su debut en solitario Actos inexplicables (2001) fue aclamado como un soplo de aire fresco en la canción de autor; sin embargo, su carrera ya venía avalada por la pertenencia a bandas pioneras del ‘indie’ español como Eliminator Jr. y Manta Ray. Cajas de música difíciles de parar (2003) –su ambicioso trabajo doble–- y ep’s como Miedo al zumbido de los mosquitos (2002) acabaron por configurar su imagen de músico maldito a la vez que surgían las alabanzas de la crítica y de sus fieles seguidores. Su obra se desarrolla alrededor de un catálogo de canciones que le han confirmado como un narrador extraordinario, poseedor de una voz personal y de un espíritu trasgresor; algo que ha tenido otras manifestaciones como el libro de poesías Política de hechos consumados (2004, Ed. Palmart). Bob Dylan, Leonard Cohen, Nick Cave, Nick Drake o Jeff Buckley, aparecen como referentes musicales de un mundo propio por el que circulan recuerdos, paisajes reales, melancolía, territorios imaginarios y guiños a sus iconos. En estos días publica El hombre que casi conoció a
e
Se mueve con facilidad entre la poesía y la música, entre el disco grande y el formato ep, entre los conciertos con su banda y los acústicos. Nacho Vegas actúa, junto a Remate y Pal, dentro de la gira Limbo Starrs on the road, el viernes en la Sala Potemkim.
Michi Panero , adelanto de su próximo tercer larga duración, grabado junto con su banda habitual Las Esferas Invisibles. Últimamente ha optado en directo por el formato acústico, ¿es una necesidad artística para poner a prueba las canciones de forma ‘desnuda’? Me gusta vestir, desvestir y volver a vestir con otras ropas a las canciones. Ahora me apetece volver a tocar con la banda, y así lo haré en la gira de presentación del álbum, la primavera próxima. ¿Cómo concibió su nuevo trabajo? ¿Es un giro o una continuación lógica a la línea que inició con Actos inexplicables? Es una continuación ilógica e inexplicable, como ilógica e inexplicable es una canción. La cita a Michi Panero en el título de su último trabajo, ¿es un guiño a la literatura –tras Herman Melville, Barry Gifford, etc... y su experiencia con la poesía– o más bien a lo que significa el personaje en su concepción de bohemio y trasgresor?. Que yo sepa Michi Panero no escribió literatura. Es sólo un guiño, la canción no habla de él, aunque me gusta imaginármelo
tarareándola, con un vaso de vodka en la mano. En el infierno, of course. ¿Ha visto la película El desencanto, de Jaime Chávarri, sobre la familia Panero? ¿Es un motivo de inspiración en un lenguaje como el suyo que contiene, por momentos, referencias audiovisuales? Nunca tuve muy claro a qué se refiere la gente con eso de “referencias audiovisuales” en mis canciones. Pero sí, soy fan tanto de El desencanto como de Después de tantos años, de Ricardo Franco, en la que se pueden ver como nunca los estragos que 20 años pueden causar en las personas. ¿Qué le aportan sus colaboraciones con Migala y la gira con Fernando Alfaro? ¿Son una manera de probar otras vías de expresión? Son cosas diferentes. Con Fernando Alfaro no hubo realmente una gira, sino una serie de conciertos en los que, puntualmente, yo acompañaba a Fernando en alguna de las canciones de la época de Surfin’ Bichos. Con Migala mi papel era parecido al que desempeñaba antes con Manta Ray, aunque con menos implicación.
Sigue apostando por el Ep como formato entre los trabajos largos, ¿cree que gracias a artistas como usted se está recuperando la consideración que tenía? No lo sé. Aún me encuentro mucha gente a la que le gusta especialmente una canción de un ep y me lo reprochan, como si al no incluirlas en el álbum las estuviera considerando ‘menores’. Pero tanto a mí como a Limbo Starr nos gusta cuidar este formato y me gustaría que fuese apreciado. La paz mundial, el circo italiano, la Biblia... pero, en el fondo, siempre el norte, su tierra... ¿es tan determinante a la hora de componer o se trata de un norte imaginario, como referencia a un mundo reinventado por usted mismo, donde se desarrollan sus ficciones? El sitio en el que vivo no es determinante, aunque sí vinculante. En cualquier caso no le tengo una querencia especial a mi tierra, como he leído por ahí. Asturias es tan mediocre como cualquier otro lugar en occidente. Por otro lado sí que existe ese otro norte, que yo identifico con sentimientos extremos, porque para mí las canciones son así, algo extremo.
4 culturas
TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 9 de enero de 2005
Fotogramas de Alejandro Magno, de Oliver Stone. Bajo estas líneas, dos de los libros más interesantes sobre su figura
Historias de Alejandro Magno Con esa potencia que sólo tiene Hollywood para marcar la agenda cultural del mundo, se vuelve a hablar de Alejandro, retratado por Oliver Stone como un líder natural y contradictorio. Antonio Marcos
al vez la película de Oliver Stone no arrastre tras de sí la habitual parafernalia que ha seguido a otras producciones con mayor cuota de mercado, como Troya, de Wolfgang Petersen, o Gladiator, de Ridley Scott. Stone sólo consiguió el apoyo de la maquinaria de Hollywood en el último momento y ni la crítica ni el público respaldaron su estreno en Estados Unidos, donde el director ha recibido todo tipo de calificativos (negativos) por su punto de vista sobre hechos (Vietnam, con Platoon; el conflicto de oriente medio, en Persona non grata) o figuras históricas (JFK, Nixon y más recientemente Fidel Castro). Sin embargo, a las estanterías españolas llegan reediciones si-
t
guiendo la estela del estreno cinematográfico. Edhasa recupera Alejandro Magno, de Gisbert Haefs, la novela sobre la que se inspira la película, del autor de otras obras de carácter histórico como Aníbal. También dentro del terreno de la ficción de consumo, puede encontrarse la trilogía de Valerio Massimo Manfredi, cuyos éxitos de ventas en novela histórica pueden encontrarse desde hace tiempo en ediciones de kiosco. En el
campo del ensayo, Claude Mosse ofrece en Alejandro Magno: el destino de un mito (Espasa) toda el proceso por el cual se ha mitificado la figura del rey de Macedonia. Igualmente interesantes resultan El genio de Alejandro Magno, de Nicholas Hammond (Ediciones B) y Alejandro, de Klaus Mann (El Aleph Editores), el hijo de Thomas Mann, la visión de un escritor de claro compromiso antifascista y que trata de reconstruir la com-
pleja personalidad del Alejandro humano. Un abanico amplio para adentrarse en una de las figuras míticas de todos los tiempos. ¿Qué ha hecho pervivir este mito durante veinticuatro siglos en la cultura de occidente? Sin duda, los enigmas que se ciernen sobre momentos claves de su vida tienen alguna importancia: ser rey con apenas veinte años después de que su padre fuera asesinado, conquistar la mayor parte
del mundo conocido y luego morir joven en circunstancias no aclaradas, no es algo que se vea todos los días. También influye su capacidad para llevar a cabo su obsesión conquistadora, su adhesión a los mitos clásicos (especialmente con Aquiles, su referencia constante), un carácter de líder natural, forjado entre los suyos por su arrojo en la batalla como un soldado más y entre los conquistados por su magnanimidad, respetando la vida de los perdedores, las religiones y costumbres locales, algo inédito en una etapa de líderes tiránicos. Oliver Stone no contentará a quienes busquen sólo brillantes efectos especiales y batallas, aunque hay de todo eso y muy bien hecho. Las casi tres horas de película se dedican a bucear en la contradictoria personalidad del rey, a plantear preguntas sin demasiadas respuestas, a reflejar el lado humano del hombre poderoso que llora la muerte de su amante, a reflexionar sobre el poder, el miedo, los límites de la ambición, el respeto a las distintas culturas, la traición, todos temas muy actuales en un mundo tan global como el que pretendía Alejandro. El Alejandro de Stone sabe que los hombres y los imperios suben y luego caen y desaparecen. Como dice Ptolomeo, narrador de la historia, «los soñadores cansan», pero dejan su mito para siempre.
CÓMIC
TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 9 de enero de 2005
‘Maestro de maestros’ o ‘el Leonardo del cómic’ fueron algunos de los apelativos que recibió Will Eisner, que nos ha dejado esta semana a sus 87 años, con un libro póstumo que añadir a su magnífica obra. o podía empezar 2005 de un modo más triste para los amantes del cómic: seguramente, para el gran público el nombre de Will Eisner no diga demasiado; del mismo modo, suponemos que su muerte tampoco será primera plana en los principales periódicos mundiales, sin embargo, para los lectores de The Spirit o de Contrato con Dios, la desaparición de este neoyorquino genial oscurece para siempre una de las páginas fundamentales de la historia comicográfica. Dibujante y guionista desde la segunda mitad de los años 30, Eisner alcanzaría el primer peldaño de su gloria artística con la creación de uno de los personajes emblemáticos de la historieta: The Spirit (cuyas obras completas están siendo publicadas por Norma bajo el título Los archivos de The Spirit). El aventurero enmascarado hace acto de presencia por vez primera en las páginas dominicales de un 2 de junio de 1940. Denny Colt, alias Spirit, rompía los moldes del héroe al uso en aquellos años dorados del cómic americano: no tenía grandes poderes, escondía un perfil de galán fracasado y casi siempre era el último en enterarse de lo que pasaba a su alrededor. Contaba sin embargo con una baza única a su favor: el talento infalible de Will Eisner. Muchas páginas se han escrito acerca del estilo ágil y brillante de Eisner o sobre su aguda ironía en el análisis de las relaciones humanas y sociales; muchos han sido los que han bebido de su magisterio creativo, pero ningún halago hará justicia a su enorme aportación al medio. Probable-
n
culturas 5
Will Eisner (1917-2005) Adiós al genio mente desde Winsor McCay y su Little Nemo in Slumberland, 30 años antes, el lenguaje de la narración gráfica no había dado pasos tan firmes hacia su futuro artístico, como haría con The Spirit. Eisner inaugura, sin ir más lejos, el concepto de página como unidad narrativa. Desde ese momento, la página no se limitará a enmarcar filas de viñetas alineadas horizontalmente: las de The Spirit (sobre todos sus portadas) abrieron un abanico de posibilidades gráficas, juegos icó-
nicos y bromas formales, que ayudaron a muchos autores de cómics a descubrir el enorme potencial de un medio, a estas alturas, aún balbuciente. Activismo didáctico El propio Will Eisner colaboraría en pro de ese
activismo didáctico durante sus largos años como profesor en la
New York School of Visual Arts y en la Nova University de Florida, desde los años 70. Tiempo después, una parte importante de su erudición acerca de los mecanismos gráfico-narrativos llegaría al gran público a través de dos lúcidas obras teóricas: El cómic y el arte secuencial (1985) y La narración gráfica (1998); las dos publicadas en nuestro país por Norma Editorial. Como sucede con su obra puramente artística, estos dos estudios sintetizan la enorme capacidad de Will Eisner para conjugar la profundidad conceptual con una visión lúdica del arte, que garantiza buenas dosis de entretenimiento al lector. La misma diversión que Will Eisner nos regala incluso en sus obras más trascendentes, como en sus grandes ‘novelas gráficas’ (término ideado por él mismo). En 1978 publica Contrato con Dios (ya un clásico, su lúcida introspección social de la sociedad americana de los años 30), y a partir de entonces no deja de demostrar que es uno de los grandes en cada una de sus entregas: A Life Force (1979), El soñador (1986), El edificio (1987), etc. Así lo atestigua, igualmente, la creación en su honor en 1988, del más prestigioso de los galardones que se pueden otorgar en el cómic estadounidense, los Premios Eisner. Hoy, casi todos estos apuntes biográficos, apenas esbozados desde nuestra admiración, han pasado a formar parte de la historia: la historia del arte con mayúsculas, la pequeña-gran historia del cómic, la historia de un artista que acaba de dibujar la última viñeta de su novela gráfica vital y, por supuesto, nuestra historia, la de los lectores que le admirábamos. Gracias por todo, maestro. Rubén Varillas
6 culturas LIBROS
TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 9 de enero de 2005
NOVEDADES
La utopía de la verdad RÜDIGER SAFRANSKI ¿Cuánta verdad necesita el hombre? Lengua de Trapo, 2004 192 pp. / 16,95 euros
En un conocido cuento chino un pintor muestra el único cuadro al que ha dedicado toda su vida a sus amigos antes de asombrarlos desapareciendo dentro de él. En esto consiste la utopía de la verdad: el establecimiento de una armonía entre uno mismo y el mundo. En pos de esta utopía emprendieron Rousseau, Kleist y Nietzsche arriesgadas expediciones en busca de la verdad: tres afirmaciones de la verdad del yo frente al resto del mundo. Por tres veces, la búsqueda desembocaba en las imágenes proyectadas por cada uno de ellos y, también, en la violencia de asistir a una verdad que se oponía a tales imágenes. Otra gran expedición en pos de la verdad es la metafísica entendida como el intento de descubrir el mundo ‘verdadero’ en el mundo ‘aparente’. Esta disciplina comienza de manera impresionante con Sócrates y San Agustín y finaliza en la terrible época de los totalitarismos y de los fundamentalismos de, por ejemplo, Hitler y Goebbels, que destruyen el mundo ‘aparente’ para traer a la realidad ese otro mundo que han concebido como su ‘tierra natal’. ¿Es posible entonces vivir sin la certeza de llevar una vida verdadera, sin una verdad que actúe como garante? Parece que sí. Tomando como ejemplo a Kafka, los últimos capítulos de ¿Cuánta verdad necesita el hombre? exploran la posibilidad de residir en lo extraño, de instalarse en una libertad ante la que no sabemos con certeza si sentir miedo o esperanza.
Lo tuyo es puro teatro a marquise sortit a cinq heures». Esta es la famosa frase que esgrimía Paul Valéry para justificar que dentro de su obra no hubiera asomo de creación novelesca. No entendía que la faceta artística, creativa, incluyera frases tan insustanciales como «la marquesa salió a las cinco». Y, sin embargo, la obra de Somerset Maugham está llena de marquesas saliendo a las cinco, y en cada una de sus novelas, en cada uno de sus relatos, nos da una lección de literatura. ¿Por qué? Acaso porque nos habla de la vida misma. Acaso porque tanto nosotros como Sócrates, Kant, Stephen Hawkings o Ronaldinho, también desayunamos, nos lavamos los dientes y salimos de casa a las cinco. Y dado que la novela es un organismo en el que cada pieza encaja para cumplir su función, no será casualidad ni que el género del sujeto sea femenino, ni que el interfecto tenga condición aristocrática, ni que la hora escogida sea la del té en la sociedad británica. Además, salir llegará a cobrar el peso de un viaje iniciático. Y así, con una demostración de cómo se construye una novela, hasta el punto de que cuando leemos Servidumbre humana, El filo de la navaja o esta Julia, las de Maugham nos dejan la impresión de que no se puede, de que no se debe escribir de ninguna otra forma. Julia, la protagonista, es una actriz de éxito, elogiada por todos los espectadores y críticos de teatro, en una época en la que la gente ya acude a otros espectáculos y por tanto al actor de teatro se le atribuye un cierto carácter de élite cultural. Siendo joven se casó con el hombre más apuesto de Inglaterra, y a los cuarenta, cuando las transformaciones físicas son trabas para reconocerse en el espejo, reencuentra el amor carnal en alguien más joven, e identifica esa pasión con el único sentimiento sincero que disfruta en la vida, dado que
l
Tusquets, 2004 240 pp. / 17 euros
Ediciones B, 2004 285 pp. / 16,50 euros
esultaría muy sencillo censurar este libro centrándose en criterios literarios formales: la redacción parece apresurada, con limitados recursos de léxico, repeticiones de palabras, rimas involuntarias; la autora brega mucho, y eso se nota, a la hora de trenzar las historias secundarias que dan forma a un libro de viajes; las opiniones expuestas, y tal y como vienen expresadas, no dejan de ser tópicos bondadosos; los personajes aparecen bien descritos, con un solo rasgo que no se destaca por casualidad, pero no dejan de representar arquetipos; las denuncias que plantea quedan meramente enunciadas, sin que la descripción nos azote el entendimiento... En resumen, Sánchez Lázaro es una escritora joven, y eso se deja ver demasiado. A medida que uno lee este texto, no puede por menos que cuestionarse cuánto tiempo habrá tardado en escribir las doscientas cincuenta páginas, una distancia que se le queda bastante larga. Esta muchacha ha empezado una carrera de fondo acelerando. Pero, eso sí, cabe desearla que llegue hasta el final, porque a la hora de la verdad lo que ha hecho, lo que está haciendo, es algo mucho más sobresaliente que la literatura, o que la defensa de la literatura por la literatura. Nada importa aquí, salvo dar voz a los que no la tienen, y esta debería ser la misión privilegiada del que puede gritar un poco, ocasión que ella tiene catapultada por este premio. Memorias del Mato Grosso pertenece a ese subgénero dentro de los libros de viajes que es el del narrador solitario e inmóvil, y cuyo ejemplo más representativo es Memorias de África, el
r
MÓNICA SÁNCHEZ LÁZARO Memorias del Mato Grosso Ediciones B, 2004. Premio Grandes Viajeros 254 pp. / 16,50 euros
Desde hace poco, los términos ‘sociedad civil’ y ‘global’ han invadido el discurso político contemporáneo. mary kaldor, en este ensayo imprescindible, considera que no es una casualidad el ascenso simultáneo de los dos conceptos, sino que la reinvención de la sociedad civil ya no se puede entender limitada a las fronteras del Estado. Se abren así nuevas oportunidades para luchar por la libertad humana, y, sobre todo, la posibilidad de superar la guerra como el modo de resolver los asuntos globales. Todo eso, no obstante, conlleva nuevos riesgos e inseguridades. Con su amplia experiencia y la habitual originalidad de sus planteamientos, Kaldor nos presenta un panorama revelador de la nueva situación.
Traducción de Montserrat Gurguí y Hernán Sabaté
Ricardo Martínez Llorca
Cuando la patria es el viaje
La sociedad civil global MARY KALDOR La sociedad civil global
WILLIAM SOMERSET MAUGHAM Julia
es el único que no puede dominar. La historia es la lucha del dominio de esa emoción, una brega en la que ella sufre las facetas más diversas de los procesos de amor y desamor: celos hasta de su propio hijo (un asunto que de haber caído en manos de un autor perteneciente a otra tradición literaria daría pie a una tragedia griega), búsqueda de consuelos, tramas de conspiración, reacciones de odio o pérdidas de fe. La novela se articula en capítulos no muy largos, y cada uno de estos corresponde a un episodio, a un suceso que explica el proceso de elaboración y digestión del amor de esta mujer, hasta un final que surge de una brillante conversación en la que el hijo ejerce el papel de la conciencia. Julia es un personaje espléndido, una mujer soberbia y egocéntrica que sólo entiende el mundo en lo que ella pueda dominarlo recurriendo a su punto fuerte: la actuación. Se trata de alguien cuya personalidad acaba derretida entre los poros de su máscara, de la máscara que utiliza para interpretar. Obsesionada por dominar las emociones representándolas: «Es como mentir sin saber que mientes», piensa ella. «Encontraba entonces», dice el narrador, «como si la tuviese guardada en un tarro de crema, otra personalidad que era inmune a los sufrimientos humanos, y ello le proporcionaba una sensación de poder y de triunfo». «Tú no existes, sólo eres los incontables personajes que has interpretado», le reprocha su hijo. En la línea de las grandes novelas de adulterio, y del espejo de la vida que se refleja en otro espejo, esta novela consigue no explicarnos nuestra condición y es, por tanto, una obra maestra. «Después de treinta años en el teatro, algo sabré de la naturaleza humana», dice un personaje.
hermoso libro de Isak Dinesen. En este caso Sánchez Lázaro, agnóstica convencida, se detiene en el corazón de Brasil, en una ciudad que, tal y como aparece representada, no deja de ser una aldea, para trabajar en la digitalización del archivo del obispo Pedro Casaldáliga, una labor que no deja de ser paradójica dentro de un viaje al mundo rural, al encuentro de la naturaleza, y también de la naturaleza humana. Allí convive con ese tipo de personas que, a juicio del conformista acomodado, pretenden vaciar el océano con un cubo, y que en este caso están vinculadas a la Teología de la Liberación (un término que cobra especial sentido si uno piensa en su contrario: teología de la opresión), aunque su faceta religiosa no es fundamental, pues igualmente consagrarían su vida a la justicia social aunque fueran ateos; pero, eso sí, todos ellos poseen un núcleo de espiritualidad muy poético, juvenil y rebelde. Y cabe diferenciar aquí estos tres adjetivos porque en los tiempos que corren han dejado de ser sinónimos. La verdad es que aún seguimos necesitando gente que crea, como Sánchez Lázaro, que existen personas buenas y que merecen protagonizar un libro. Y dado que nos resulta imposible viajar hasta donde están ellas, nunca está de más que alguien nos traiga lugares así mediante la literatura, lo cual, a fin de cuentas, es mucho más vital que tonterías de otra raza tan a la orden del día como novelas infantiles de quinientas páginas o falsas hagiografías metaliterarias perfectamente redactadas. Ricardo Martínez Llorca
LIBROS
TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 9 de enero de 2005
culturas 7 NOVEDADES
La obra gráfica de Mihura MIGUEL MIHURA Prosa y obra gráfica Cátedra, 2005 36 euros
Donde el mundo se vuelve invisible omienza Stefan Hertmans su libro Ciudades con un capítulo titulado ‘Facturación’ en el que nos dice «la novela más ambiciosa sobre la ciudad moderna comienza con el primer acercamiento de zoom de la literatura universal. El narrador de El hombre sin atributos desciende sobre la ciudad de Viena, a vista de satélite...» Arranca así una historia, un libro cuanto menos peculiar y muy bello, magníficamente editado por la editorial Pre-Textos, hace algunos meses y que yo creo ha pasado bastante inadvertido. Stefan Hertmans es un belga de 1951, profesor de la academia de Bellas Artes en Gante y, además, uno de los mejores escritores en lengua neerlandesa del momento. Ha publicado novelas, colecciones de relatos, ensayos sobre literatura y filosofía, textos teatrales y poesía. Ciudades es un libro de difícil clasificación; por un lado es una colección de relatos de viajes con un trasfondo filosófico a lugares como Viena, Dresde, Trieste, Sydney, Marsella... por otro Hertmans continua la tradición del Renacimiento del Grand Tour a través de la que el autor intenta descubrir tanto el significado oculto detrás de la fachada de cada ciudad que visita como el poder intelectual que se esconde en cada historia, para concluir que el elemento formativo más importante en sus ciudades ha sido y será la vida de sus habitantes: «Al concepto de ciudad sigue ligado un profundo significado humanitario que nunca debería perderse de vista. La ciudad es el territorio de la comunicación humana en su forma más avanzada». En sus viajes Hertmans se apoya constantemente en la literatura del mundo. En Viena sigue las huellas de Kafka, en Trieste encuentra a Svevo y Joyce, en Dresde sigue a un héroe de Harry Mulisch , en Marsella a Giono y a Theraux y así en un recorrido, sentimental, intelectual y literario desde Sydney llega a Última Thule , para terminar con una frase que seguro muchos viajeros han repetido, «Todo lo que he vivido, quisiera verlo alguna vez con mis propios ojos».
c
STEFAN HERTMANS Ciudades Traducción: Julio Grande Pre-Textos, 2004 327 pp./ 25 euros
A mediados del siglo XIX, la ciudad era ya para Baudelaire el terreno sin territorio donde las relaciones humanas no evolucionaban basándose en derechos de propiedad y tradiciones inveteradas tales como el derecho familiar, el patriarcado, el casamiento, sino basándose en una desvinculación general. La ciudad es de todos porque no es de nadie en particular... desde este pensamiento de Baudelaire a las ciudades actuales, transformadas y desarrolladas hasta convertirse en junglas urbanas mucho han cambiado los hombres y las ciudades, pero junto a este cambio se ha generado un pensamiento que quiere dar forma a la diversidad de los aspectos culturales, al valor específico de la ciudad, la ciudad fluctuando entre visiones apocalípticas de decadencia y suburbios de un lado y plazas y monumentos restaurados con demasiado encanto... Lo que es en realidad nuestra cultura se encuentra disperso en igual número de ciudades y es por estas ciudades por las que se pasea Stefan Hertmans, con todos sus sentidos alerta, para no dejar escapar ningún detalle, porque a veces las ciudades de puro conocidas se vuelven invisibles, nos dice, sólo siguiendo afanosamente los rastros, descubriremos lo que años de familiaridad han ocultado, Hertmans es capaz de sorprenderse y de sorprendernos y eso siempre se agradece en literatura. Libro para saborear y degustar con calma, para los que aprecian la literatura dentro de la literatura, con suficientes guiños como para convertirse en libro de culto de algunos, pero con el desparpajo del que ha viajado mucho y bien y se ha pateado los rincones, las plazas, las avenidas, lo que lo convierte en apto para todos los públicos y con una conclusión «Sólo tenemos que doblar una esquina en nuestra propia ciudad para ver lo que en todas partes aun atestigua la existencia de un pasado reciente. Con la salvedad de que siempre se muestra con formas inesperadas». Charo Ruano
En 1952 se estrenaba Tres sombreros de copa con veinte años de retraso. Treinta antes, Mihura había publicado Tragedia breve de una señorita, un cuento breve que permitía deducir el sentido del humor que precedió y acompañó a su teatro. «Yo, que amo el refrito –escribiría Mihura–, he publicado en ‘La Codorniz’ muchos chistes y artículos que había publicado hace quince años en ‘Gutiérrez’». Úsese este libro como lo que es: un repaso por su obra gráfica y periodística, que permite vislumbrar los estratos y materiales del humor que edificó su estilo. El lector tiene ante sí un singular museo de curiosidades: un leopardo aficionado a la música descriptiva, un cocinero de ocasos, una vieja a la que se le habían muerto todos los dientes, una lágrima que cae bajo las ruedas de un vagón y la destroza, un paisaje de arrugas muertas a planchazos, una nariz desagradecida que puede competir con la de Gógol… Museo que tiene además la ventaja de ser un espejo de la historia: alusiones más o menos picantes que Mihura hacía en 1925 no habría podido –ni querido– hacerlas treinta años después. Personajes, lugares, situaciones, incluso textos, que años después renacerían en sus comedias.
El cine y la realidad PABLO FRANCESCUTTI PÉREZ La pantalla profética Cátedra, 2005 11,5 euros
El cine se ha convertido en referencia cultural para el público en general, en un fenómeno sociológico. Tras los atentados del 11-S, al ver las imágenes y la sucesión de acontecimientos, crecía la impresión de que todo aquello se parecía a los desmesurados escenarios del ‘cine de catástrofes’. La pregunta que el autor se plantea es pertinente: ¿la realidad copia al cine? En este texto la influencia mutua entre la vida social y el cine es medida a través de cuatro casos paradigmáticos: paralelismo entre ciencia ficción y el fenómeno OVNI; la guerra de las galaxias y el culto a las armas; el apocalipsis nuclear y los discursos pacifista y ecologista; y, finalmente, el ‘peligro amarillo’ y la demonización mediática de la figura de Osama bim Laden. El resultado de esta sociología del cine es un panorama de mutuos préstamos, en el cual el entorno deja una huella en los relatos fílmicos y estos dan forma a conceptos que flotan en la cultura.
8 culturas LIBROS / MÚSICA
TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 9 de enero de 2005
Unas gotas de Chanel nº 5 uando le preguntaron a Marilyn Monroe qué se ponía para dormir contestó que unas gotas de Chanel Nº 5. Ignoro si esta famosa anécdota es auténtica, pero no importa: el caso es que Marilyn dio aquí el mejor ejemplo del lujo moderno: es un gasto innecesario (en palabras de Roux, «supone un rechazo de que todo sea controlable, calculable»), que manifiesta la distinción del que lo exhibe, y que posee un componente sensual. El libro más famoso de cuantos se han escrito sobre el tema apareció a finales del siglo XIX, se tituló Teoría de la clase ociosa, y su autor fue Thorstein Veblen. La tesis de Veblen es que por medio del consumo ostentoso se hace alarde de la propia riqueza, y se consume no tanto por el objeto en sí como en función del estatus que ese consumo confiere. No hay ningún mérito en consumir lo que se halla al alcance de la mayoría, y sobre este principio se ha constituido todo un código de lo rechazable y lo deseable. El lujo eterno está constituido por dos ensayos dispares. El primero, de Gilles Lipovetsky (autor de La era del vacío, El crepúsculo del deber, La tercera mujer y Metamorfosis de la cultura liberal, pero conocido especialmente por El imperio de lo efímero, libro sobre la moda), es un análisis del lujo desde una perspectiva diacrónica. «Desde hace tiempo –nos dice Lipovetsky–, las mejores mentes han señalado el carácter universal, antropológico del lujo. (...) El lujo es el ensueño, lo que embellece el decorado de la vida, la perfección hecha objeto por obra del genio humano. Sin lujo ‘público’ las ciudades carecen de arte, rebosan fealdad y monotonía. Lujo, memoria y voluptuosidad: sería preciso tener un alma muy sombría para emprender una cruzada contra lo que constituye expresión y amor de la belleza, ligereza, momento de dicha». Pero «la apología, igual que el anatema, pertenecen a otra época, así que solo nos resta comprenderlo. Pla-
c
GILLES LIPOVETSKY / ELYETTE ROUX El lujo eterno Traducción: Rosa Alapont Anagrama, 2004. Colección Argumentos 213 pp./ 14 euros
ceres de los dioses, almas simplemente humanas: esfera maravillosa pero que no siempre escapa a la insolencia, espejo en que se reflejan lo sublime y la comedia de las vanidades, el amor a la vida y las rivalidades mundanas, la grandeza y la miseria del hombre; resulta vano querer moralizar el lujo, así como escandaloso pretender beatificarlo.» El lujo existe ya en las más antiguas sociedades, y su función es la de ganarse a la divinidad y servir de instrumento de alianza, mediante el intercambio de dádivas. «Matar la propiedad para ganar la paz, distribuir en la fiesta para no masacrarse, sacrificar las cosas con el fin de crear la alianza, de alimentar el vínculo social y la concordia: tal es la lección de sabiduría que nos dan los excesos suntuarios primitivos». Feminización del lujo Uno de los capítulos más interesantes del libro es el títulado ‘La feminización del lujo’. Hasta el siglo XVIII, el lujo fue predominantemente masculino. En el XIX tiene lugar la gran inversión. En un principio, se trató de un medio para magnificar a la mujer como objeto decorativo. El segundo ensayo, de Elyette Roux (catedrática en la ESSEC), es heterogéneo. Constituido por cuatro capítulos, el primero adopta la perspectiva del marketing, y desde ella la autora incluso da orientaciones mercadológicas a las grandes firmas. El segundo capítulo es una breve historia del lujo, afín a la aportación de Lipovetsky pero menos interesante que esta. El tercero es de carácter filosófico, y se desarrolla a partir de los conceptos de legitimidad e identidad, primero, y de ética y estética del lujo, después. El cuarto capítulo es un estudio semiótico de dos marcas emblemáticas: Chanel y Thierry Mugler. Garcimuñoz
El lujo existe ya en las más antiguas sociedades, y su función es la de ganarse a la divinidad y servir de instrumento de alianza, mediante el intercambio de dádivas
CRÍTICA DE DISCOS
La nueva ola a ritmo de ‘bossa’ uando el joven Ian Curtis grabó, en 1980, al frente de Joy División, el clásico ‘Love will tear us apart’ seguro que no pensó que su alegato triste de amor se convertiría en una canción amable y luminosa a ritmo de ‘downtempo’. Esto es lo que consigue Nouvelle Vague en su primer proyecto discográfico, mutar el frío ritmo de los clásicos de la nueva ola británica y alemana en versiones que mezclan bossanova con arreglos electrónicos. Esta curiosa mezcla convierte la rabia de los temas originales en sensibles piezas para disfrutar en la intimidad. Detrás de este nombre homenaje al ‘cinematógrafo’, y también a uno de los períodos más interesantes de la música contemporánea, se esconden Marc Oliver y Olivier Libaux. Estos dos experimentados productores franceses han contado con ocho voces femeninas (desde Francia a Brasil) para recrear doce clásicos de finales de los setenta; jóvenes cantantes de voces dulces que nunca habían escu-
Chucho, perdedores y vencidos
C NOUVELLE VAGUE Nouvelle Vague Peacefrog, 2004
ernando Alfaro es uno de los creadores más interesantes e innovadores de la música actual en nuestro país; un personaje complejo que además de esconderse tras su ‘alter ego’, Chucho, es el creador de Limbo Starr, un sello emergente con un catálogo corto pero muy cuidado; y colabora tanto en directo como en estudio con otros músicos como Is o Nacho Vegas. Durante 2004, ha presentado su quinto trabajo Koniec metido de lleno en la piel del perro callejero, personaje que representa desde que se disolvieran los añorados Surfin’ Bichos, y, como es costumbre, lo ha acompañado del lanzamiento de singles que sirven para completar a la perfección el espíritu del trabajo. Koniec, como canta Alfaro, significa «final» en checo o polaco, es la palabra que acompañaba el último plano de los dibujos animados de su infancia, y ahora es el hilo con
F
chado las versiones originales de estos temas y que aportan un aire de sofisticación al conjunto. Resulta atractivo escuchar el lánguido lamento de Sister of Mercy en ‘Marian’ como si estuviera sonando en una playa de Salvador de Bahía. Además, Nouvelle Vague sirve para rendir tributo a grupos tan imprescindibles para entender la música contemporánea como The Clash (‘Guns of Brixton’), The Undertones (‘Teenage Kicks’), Depeche Mode (‘Just can´t get enough’) o The Dead Kennedys (‘Too drunk to fuck’). El punk parece que no ha muerto, pero ya no se resiste a tomar nuevas formas. Fernando Bernal
CHUCHO Koniec Túnel de lavado Sinnamon Records, 2004
el que teje sus habituales historias de perdedores y vencidos, que esconden un regusto ácido con un sentido del humor, no siempre cómico, que se ha convertido en una marca de estilo. Chucho se desdobla en varios personajes y se distancia de la primera persona para contar historias sobre pueblos perdidos y vidas ajenas pero, en ocasiones, vuelve a ser el propio Alfaro como en el caso de ‘Túnel de lavado’ o en la nana ‘Y minera’ en la que establece un hermoso diálogo con una niña que parece ser su hija. Desde el punto de vista musical Koniec es una apuesta por lo inmediato, por las guitarras potentes y el rock sin apenas producción. Este paisaje de fondo es el lugar elegido por Chucho para volver a ladrar con rabia desde la mente del monstruo y abrir de nuevo el telón de un mundo de pesadilla, que... ¿acaso no es el nuestro? Si no lo es, se parece demasiado. F. Bernal