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culturas

N° 43 Suplemento de

artes y letras

TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 2 de octubre de 2005

ILUSTRACIÓN Sugiriendo fantasías 3 THE TEARS

7 GIL DE BIEDMA

Brett Anderson y Bernard Butler han resuelto el conflicto de egos que les l l evó a disolver Suede y vuelven a revivir aquel espíritu musical.

C a rmen Riera organiza en Barcelona una exposición en la que se vuelve a sentir la voz del poeta, cuando se cumplen quince años de su muerte.

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Raúl R. Allén, uno de los ilustradores presentes en el certamen ‘Arte Joven’, habla sobre su trabajo.


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TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 2 de octubre de 2005

ilustración es una de esas disciplinas artísque suelen pasar inadvertidas. Reducildaaticas prácticamente al ámbito de la literatura infantil y juvenil, los nombres de sus autores figuran en letras pequeñas. Sin embargo, muchos reco rdamos los cuentos que leíamos de niños más por los dibujos que por los textos. O por una sabia combinación de ambos. Hemos podido ver en Salamanca la exposición del certamen anual que organiza la Junta de Castilla y León para fomentar la difusión del trabajo de

jóvenes autores. Raúl R. Allén, vallisoletano que estudió Bellas Artes en Salamanca, es uno de ellos. Mostramos hoy su tra b ajo y en una entrevista nos cuenta las dificultades de la profesión y su actitud a la hora de afrontar una obra. Prestaremos atención en adelante a esta disciplina. Charo Alonso re c u e rda a Jaime Gil de Biedma a través de la mirada de Carmen Riera, la escritora que definió el concepto de ‘Escuela de Barcelona’ al que perteneció el poeta. Riera ha organizado una exposición en la que la

voz de Jaime Gil está muy presente y en este artículo sabremos que los caminos que recorre la literatura son caprichosos. Música con The Tears, que avivan los rescoldos de aquel grupo intenso y aterciopelado que fue el Suede de sus mejores tiempos, y Eels otra formación que regresa. Y un buen puñado de libros: David Roberts y los fraudes de la exploración, la Europa de George Steiner, el realismo mágico de Fernando Iwasaki y la cosecha negra del taller de Mariano Sánchez So l e r.

Antonio Marcos culturastribuna@yahoo.es

1 ENCICLOPEDISMOS Desde los lejanos tiempos de Voltaire y compañía, hemos delegado la reco p i l ación del conocimiento en otros: sabios que deciden qué debe figurar en una enciclopedia, esa especie de baúl ordenado que te condena definitivamente a la posteridad. Poseer una de ellas en formato mural era algo costoso y su suscripción garantizaba el acceso a los sucesos más recientes. Hablo en pasado, aunque se siguen publicando, porque aquí sí parece que el formato electrónico puede terminar con el papel. Desde Encliclonet a la Británica están disponibles en la Red para su consulta y nos ahorramos comprar un mueble y un plumero. Ya hemos hablado aquí de Wikipedia, una enciclopedia libre que se construye con las aportaciones de sus usuarios, debidamente filtradas. Estos días, se discute allí sobre la pertinencia de acoger una entrada sobre Hernán Casciari, un escritor y periodista argentino que figura como el fundador de la ‘blogonovela’: algo así como hacer un diario de un personaje de ficción. Su obra Weblog de una mujer gorda ya ha sido adaptada al cine y tiene su versión en papel. ¿Utilizó Casciari la Wikipedia para promocionarse? El debate sirve para co m p render el respeto que le tenemos a las compilaciones enciclopédicas no ya como fuente fidedigna de conocimiento, sino como elemento prestigiador. Una polémica interesante, como la obra del propio Casciari.

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LEGAL Y NO LEGAL Javier del Pino es el co r responsal de la SER en Washington. Hasta hace unos años, los co r responsales de radio en el extranjero eran unos tipos que intervenían poco y siempre con unas crónicas que llamaban la atención más por la forma que por el contenido. Frases cortas con una entonación que permitía al editor del informativo cortar por cualquier parte. Ahora conectan en directo y participan en otros programas, en tertulias, opinando o reportajeando la actualidad. Muchas veces, su propia vivencia en el país de acogida aporta más información que la escueta crónica oficial. Del Pino, además, tiene un recién estre n ado blog muy jugoso. Esta semana sacaba conclusiones pesimistas sobre el futuro de Internet: la policía podrá pinchar conversaciones por VoIP

(protocolo que permite la llamada telefónica de voz entre dos ordenadores), el poder legislativo se está poniendo de acuerdo para cerrar las redes P2P y certifica la defunción de eDonkey, una de las mayo res vías de intercambio. Como d i ce Javier, el futuro de Internet será peor. Veremos cuándo se hacen reales estas medidas y cómo. No sé si se acuerdan de la triunfalmente calificada como la «mayor operación contra la piratería en Europa», una actuación contra el Grupo CD Worl d, proveedor de duplicadoras y discos vírgenes. La juez ha archivado la causa presentada por AFyVe, como era de esperar. Mientras, las discográficas se pelean con Apple p o rque consideran que está determinando los precios (0,90 euros por canción) a través de su tienda de venta de música ‘online’. Y sellos independientes españoles se suman a la tienda mu4us.c o m: 30.000 temas y 3.000 referencias de sellos como Elefant, E ve rlasting, Subterfuge, Siesta, Vegas, Blanco y Negro, Liquidator, Galileo, Zona Bruta, Limbo Starr y Astro, al precio de 1,20 euros por canción, y se puede incluso pagar con un simple SMS. Parece que las multinacionales prefieren gastar todo su tiempo y dinero en abogados.

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DOS DOCUMENTALES Walter Benjamin es reconocido como uno de los intelectuales y filósofos más relevantes del siglo XX. Murió en extrañas circunstancias, en Portbou, hace ahora sesenta y cinco años. Benjamin se exilió de Alemania a Francia, pero tuvo que huir de nuevo cuando los nazis invad i e ron este país. Cruzó los Pirineos con la intención en alcanzar Lisboa y embarcarse a Estados Unidos, pero fue detenido en Portbou y paso su última noche, en espera de ser devuelto a Francia, vigilado por tres policías españoles. Oficialmente, se suicidó. El director David Mauas presenta esta semana Quién mató a Walter Benjamin, un documental en el que se intentan esclarecer las causas de la muerte de aquel judío que acabó enterrado según el rito católico y bajo un nombre equivocado. También se ha estrenado, en los Van Dyck, Dentro de garganta profunda, un documento sobre la realización de la mítica película pornográfica de los setenta. Seguramente, no permanecerá mucho tiempo en cartelera. Recomendable.

La Biblioteca Británica (bl.uk) ofrece obras en su formato original. A la izquierda, el manuscrito de Alicia en el país de las maravillas, con ilustraciones del propio Lewis Carrol; abajo, un cuaderno de notas de Leonardo da Vinci que parece escrito al revés.


MÚSICA

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Eels: El regreso del songwriter EELS Blinking Lights Geffen, 2005

❯ El regreso musical de Eels, con su sexto trabajo, trae consigo excelentes referencias para sus más fieles seguidores. Entre ellas, que el grupo –después de una temática bastante negra en su contenido y en sus melodías con sus anteriores trabajos Souljacker y Shootenanny!!– regresa con un doble álbum Blinking Lights (2005) donde nos deja constancia que ha recuperado el frescor y el at revimiento de sus inicios musicales. Para quien quiera conocer la trayectoria de esta banda americana debería empezar por escuchar –sin olvidar A man called (1992) y Brokey Toy shop (1993), álbumes en solitario del líder de la banda,– Beautiful Fre ak (1996), un álbum donde el grupo demostró –no os perdáis ‘Novocaine for the soul’ y ‘Susan’s house’– que sabía tra n smitir un rock puramente alternativo, inédito hasta el momento. La aparición, dos años después, de Electro-shock blues –con ‘Going to your Funeral I y II’, entre otros temas– confirmó y materializó su estilo más personal. En el año 2000 asistimos a la madurez del grupo con su trabajo Daisies of the galaxy. La banda de Mark Oliver Everett, más conocido por su nombre artístico, E, demostró –como había hecho en los anteriores discos– que era posible contar historias de pájaros (‘I like birds’), flores (‘A daisy through co ncrete’), y elementos naturales combinados con una música pegadiza y fresca. Un año después, la banda nos sorpre n d i ó con la ya citada aparición de Souljacker (2001), que a pesar de haber sido co mpuesto simultáneamente con Daisies of the galaxy defraudó a la mayoría de sus seguidores, no por la temática trat ad a (un asesino iba robando almas) sino por la pérdida de identidad. Souljacker se convirtió en un disco que el mismo Everett calificaba en una entrevista de más potente y oscuro. Siguiendo la misma línea aparecía S h o o t e n a n n y!! (2003), un disco que –aunque más vivo y donde se ve un intento de recuperación– no alcanzó la calidad de sus primeros trabajos. Con este historial –al que hay que añadir cuat ro discos en directo y la co ntribución en bandas sonoras como Ame rican Beauty (‘Cancer for the cure’) y las dos partes de Shrek (‘My Beloved Monster’ y ‘I need some sleep’), entre otras– el grupo re g resa al mundo musical con Blinking Lights (2005), un doble álbum cubierto de luz y en el cual no faltan elementos autobiográficos. Las treinta y tres canciones que componen el álbum son una mezcla de angustia y alegría combinada con unos acordes sublimes. La experiencia personal de Mr. E, que sufrió la pérdida de su familia en trágicas circunstancias, denotan en el artista unas fuertes emociones, acompañadas de esos melancólicos y punzantes sonidos que ya caracterizan de nuevo un estilo pro p i o. Debemos, pues, felicitar el re g reso de Eels, que ha conseguido de nuevo conquistarnos con sus melodías singulares. Álex Martín Escribá ❮

A la izquierda, formación de The Tears, que estarán en noviembre de gira por España. A la derecha, Brett Anderson y Bernard Butler fundaron Suede y vuelven a trabajar juntos ahora

THE TEARS

Resolviendo incógnitas irmando un nuevo capítulo de una de las más perdurables constantes de la historia del rock, Brett And e rson y Bernard Butler, miembros fundadores de Suede, mantuvieron a mediados de la década de los noventa un agrio enfrentamiento que llevó al segundo, guitarrista y compositor principal de la banda, a abandonar el grupo durante la grabación de Dog man star, su segundo disco. Convenientemente a i re ada por la prensa musical ingl e s a , la misma que desmenuzó con saña las desavenencias entre Lennon y McCartney y entre Morrisey y Johnny Marr, la disputa, y la consiguiente ruptura que co n l l evó, fomentó el establecimiento de la inevitable incógnita en todos los seguidores del grupo, que durante años observaron el devenir de sus trayectorias por separado sin dejar de pensar en qué hubiera pasado si la separación no se hubiera consumado. Po rque con Anderson y Butler al frente, Suede despachó entre 1993 y 1994 dos tra b ajos (Suede y Dog man star, uno de los mejores discos de los noventa) absolutamente embriagadores, deudores de una l a rga tradición que entroncaba con David Bow i e, Lou Reed y The Smiths, y que, apoyándose en una estética y en un d i s c u rso deliberadamente ambiguos y provocadores, supusieron todo un desafío al pop banal de la época. Después de la marcha del guitarrista, que se embarcó en una mediocre carrera en solitario, la banda, en la que Anderson asumió el liderazgo absoluto, sustituyó la sordidez y la oscuridad de sus primeros d i s cos por un concepto musical más luminoso que con los años y los coqueteos e l e c t r ó n i cos llegó a ser incluso bailable. Perdiendo el co n cepto global de sus prim e ros álbumes, los trabajos de Suede se convirtieron desde la marcha de Butler en accesibles co l e cciones de canciones directas y armónicas (‘Tra s h’,

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THE TEARS Here come the tears V2, 2005

❯❯ No es la continuación de Dog man star que muchos ansiaban, pero Here come the tears es un digno trabajo, superior a los dos últimos álbumes de Suede y a la obra en solitario de Bernard Butler ‘Beatiful ones’, ‘She’s in fashion’, ‘Beatiful losers’) que, sin dejar de agradar a los seguidores y de situarse muy por encima de los logros del pop británico, continuaron alimentando la hipotética duda de qué hubiera pasado si... Y como la vida a ve ces nos re s e r va i n i m aginables sorpresas, he aquí que, después de lanzarse dardos envenenados desde los medios de comunicación y pasarse diez años sin dirigirse la palabra, Brett Anderson y Bernard Butler, v u e l ven, finiquitado Suede, a tra b aj a r juntos en The Te a rs. No pare ce la suya, como podría pensars e, una maniobra m e ramente mercantilista como la que p rovocó la reunión de Sex Pistols o de New Order (es lógico pensar que si lo hubiera sido hubieran mantenido su antiguo nombre), sino que parecen adivin a rse razones artísticas en el origen de su nueva aventura musical. Quizá And e rson y Butler, enfra s c ados en unas carreras que distaban mucho de estar en su mejor momento, se dieron cuenta

de que por separado jamás podrían lograr lo que habían conseguido juntos; o puede que terminaran por ace p t a r que la tensión podía ser un estímulo a la hora de componer. En giro lampedusiano, Here come the tears mantiene las señas de identid ad del tándem, aunque tamizadas por la luminosidad y la exuberancia que carac t e r i z a ron sus carre ras en solitario después de la ruptura de 1994. De ahí que éste sea un álbum más accesible, y quizás con menos pretensiones, que los que firmaron a principios de los nove nta. Pero el memorable recuerdo de sus primeras obras no puede condicionar la recepción del disco, porque lo cierto es que, aunque no es la continuación de Dog man star que muchos ansiaban, Here come the tears es un digno trabajo, superior a los dos últimos álbumes de Suede y a la obra en solitario de Bernard Butler. El disco, que crece poco a poco, ganando matices y destellos en cada escucha, contiene tanto canciones de pegada como ‘Im p e r fections’ o ‘Love rs’ como baladas épicas como ‘Apollo 13’ o ‘Beautiful pain’, en las que la vo z de Anderson suena más cristalina y menos impostada que antaño, cuando introducía afe c t ados falsetes y tonos grandilocuentes que llevaron a compararle incluso con Jacques Brel. Logrado lo más difícil, que dos tipos tan llenos de talento como de ego pudiesen limar asperezas y volver a trabajar juntos, sólo queda esperar a ver cómo evoluciona la carrera de The Tears que, a pesar de este notable punto de partida, siempre estará condicionada por la alargada sombra de Suede. Su próxima gira española en nov i e m b re será, mientras tanto, una excelente oportunidad para ver si la fuerza y el carisma de antaño continúan sobre el escenario. Javier Sánchez Zapatero ❮


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❯❯ Tan sólo se quedan en Salamanca los que son de aquí, los demás volvemos a nuestra ciudad o buscamos nuevos destinos. No se genera una producción local, un punto de creación Estudió Bellas Artes en Salamanca, completó su formación en Estados Unidos y ahora trata de abrirse camino como profesional de la ilustración. Es uno de los art i s t a s destacados de la muestra de ‘Arte Joven’ que acaba de verse aquí y nos cuenta las interioridades de un trabajo que se resiste a ser un mero acompañante del texto.

RAÚL R. ALLÉN

«Me gusta reflejar lo cotid ❯ Ángel A. Domingo

n su paso por Salamanca, este vallisoletano errante se licenció en Bellas Artes para, nada más concluir la carrera, partir a Boston donde estudió ilustración y diseño. Allí aprendió que, para vivir del arte, es imprescindible ocuparse de aspectos nada etéreos como la mercadotecnia o la contabilidad. Tras exponer en Nueva York, Madrid o Barcelona Allén regresa a la ciudad del Tormes de la mano de su obra, expuesta en la muestra ‘Arte Joven’, de la Junta de Castilla y León. Años después ha cambiado los apuntes por un completo portafolios en el que los t ra b ajos empiezan a abultar. En breve, las librerías contarán entre sus novedades con el Miguel Stro goff que ha ilustrado para Anaya.

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Seleccionado dos años seguidos en ‘Arte Joven’, ¿este tipo de concursos cumple su objetivo de promocionar a nuestros autores noveles?

Sirve para tener unas publicaciones que quedan bien en la estantería y que, tal vez, se podrían llevar a otros sitios y moverlos más para que te impulsen como primera ayuda. Ya que se hace ese esfuerzo, deberían dar el siguiente paso de promocionarlo en otros lugares. Te da a conocer pero en un ámbito tan regional que acaba limitándote. Otras comunidades sacan este tipo de libros con más bombo y mejor difusión. Nosotros también tenemos que implicarnos. La Junta ya te ha dado tu primer libro. Ahora, si quieres vivir de esto, eres tú quien debe encargarse de mostrarlo. Estudió Bellas Artes en Salamanca, ¿una ciudad universitaria como ésta es una buena cantera de creadores? Se hacen cosas intere s a n t e s , pero parece que en Castilla y León no promocionamos lo bueno que se hace. Tan sólo se quedan en Salamanca los que son de aquí, los demás volvemos a nuestra ciudad o

buscamos nuevos destinos. No se genera una producción local. Hay salas de exposiciones y profesores que compaginan la docencia con la ac t i v i d adprofesional, pero no se ha creado un punto de creación. Con el título bajo el brazo, recién salido de las aulas, coge las maletas de nuevo y parte a Boston, ¿por qué? Me fui con la idea de prepararme para entrar en el mundo laboral. En EEUU todo es merc ado y todo está a la venta. Siguen una serie de normas muy estrictas cuyas pautas cumple la universidad para profesionalizar a sus alumnos, algo que no encontré en Bellas Artes. Aquí te piden cuadros muy bonitos, pero luego no sabes qué hacer con ellos. ¿Apilarlos en el estudio para reutilizarlos? En cambio, los americanos te anticipan lo que vas a encontrar cuando acabes tus estudios. Continuando con su experiencia americana, ¿cómo está el mer-

cado de la ilustración al otro lado del charco? El volumen de publicaciones, lógicamente, es enorme y, además, utilizan mucho la ilustración. No tienen tanto miedo a ponerla en la portada de un libro o un disco como en España, donde hay que colocar la foto del cantante. ¿La fotografía es la gran enemiga del dibujo? Con los pro g ramas de diseño gráfico se ha tendido a pensar que, con un determinado filtro, se obtenía un efecto similar al dibujo y que tenía la misma calidad. Ot ro problema proviene de las casas de bancos de imágenes. En este caso, la propia ilustración se hace la competencia a sí misma. Venden los derechos más baratos y adquieres las imágenes inmediat amente, en cuanto las necesitas, pero son prefabricadas y estandarizadas. No obstante, creo que el dibujo se está reva l o r i z a n d o. En nuestro país puede haber menos mercado que en No r t e a m é r i c a


TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 2 de octubre de 2005 Algunas de las ilustraciones que componen el trabajo de Raúl R. Allén, un ilustrador cuya obra hemos visto recientemente en la exposición del certamen ‘Arte Joven’ que convoca anualmente la Junta de Castilla y León

idiano»

Muchos editores co n s i d e ra n que acompañar los textos de imágenes favorece le lectura en los niños como refuerzo. La cuestión es que se vea reducida únicamente a este ámbito. Debería ampliars e también a álbumes para adultos, pero incluso el cuento parece relegado al público infantil cuando se trata de un género narrativo más difícil que la propia novela. I l u s t ración y tex t o, ¿un mat r imonio bien avenido? Tratas de complementar y no limitarte a reproducir literalmente el texto porque nunca acertarás con lo que el escritor había pensado y tampoco puedes ce r rar la imaginación del lector. Se trata de plantear un principio visual en el que apoya rse para que la gente cree su propio mundo y continué el proceso creativo. Algo siempre aportas. En ocasiones, parece que se les considera autores en la sombra. Con frecuencia, al igual que sucede en el caso de los traductores, su nombre aparece muy pequeñito… En el caso del álbum ilustrado, el dibujante tiene más peso pero cuando se trata de libros con unas pocas ilustraciones, su aportación es secundaria. Está para apoyar al texto. No debe robarle protagonismo pero sí es cierto que su figura queda relegada. Cuando te pasa duele porque, aunque seas un mero colaborador, también has co ntribuido. Es problema de egos.

pero, en cambio, sí hay mejor concepto del ilustrador por parte del público especializado. ¿Cómo anda el comer del lápiz por estas tierras? La oferta es muy variada. Hay campos asociados al diseño, como la cartelería, donde la ilustración es más directa y conceptual que la fotografía. También existen rev i stas y prensa que parece que quieren arriesgar. Como he dicho, las p o r t adas de discos o libros también pueden ser otro sector. Mencionaría al cómic pero es una cosa tan pequeñita y específica… Sin embargo, hablando con gente del gremio cabe pensar que muchos se engancharon por la ilusión de crear sus propios cómics... El otro día leí una entrevista a Javier Valenzuela en la que decía que ganaba más dinero cuando se presentaba a concursos que ahora que se ha abierto camino profesionalmente. Vivir del cómic es muy difícil. Muchos autores tienen que triunfar fuera para que les publiquen después aquí. ¿La literatura infantil y juvenil es la arcadia feliz de la edición?

culturas❮❮ 5 Letras de cine: ¡viva el cinematógrafo!

ILUSTRACIÓN / CINE

¿ Puede hablarse de un estilo español? Hay una serie de tendencias, pero no podemos hablar de un estilo nacional. Es cierto que, por e j e m p l o, mi estilo pare ce beber más de clásicos pero cada uno se nutre de fuentes diferentes. No está tan definido porque los nombres que marcan el camino son muy p e rs o n a l i z ados, que es lo que se busca. Tu estilo debe reconocerse de un simple vistazo. En su búsqueda, ¿ha encontrado un estilo propio? Se aprecia una manera de ver y hacer las cosas. Hay elementos comunes. Un dibujo puede ser identificado como mío por el trazo, la vibración que transmite o la manera de ver el mundo. El estilo lo da el trabajo y se definirá más con el tiempo. Prefiero seguir pro b a ndo y englobar nuevos elementos. No quiero limitarme. Poniéndonos trascendentes, ¿cuál es su visión del mundo? Trato de buscar, desde el punto de vista interior. Me gusta mucho el retrato psicológico. Hay un proceso de interiorización en las figuras y cómo se relacionan con el entorno. Utilizo mucho la figura y la psicología humana para contar sensaciones y sentimientos. Pretendo anclarme en lo cotidiano. Me i n t e resa, más que los grandes acontecimientos, el cómo éstos repercuten en las personas de manera individual.

ste verano ha visto la luz un nuevo número de la publicación especializada en el Séptimo Arte ‘Letras de cine’, una verd ad e ra joya que ilumina a cinéfilos interesados en otros cines y que sigue dirigiendo su mirada hacia aquellos que no se conforman con la dictadura a la que grandes productoras y distribuidoras someten a este tipo de prensa, que cada vez pierde más de su condición de ‘c r í t ica’. ‘Le t ras de cine’ mantiene su particular ampliación del campo de batalla del cine hasta los límites del ‘cinematógrafo’, es decir, apunta hacia ese celuloide puro, dominado por la pers p e c t i va del cre ador, la construcción de universos personales con libertad total y la originalidad estética. Los que han tenido la suerte de acceder a los anteriores número s han podido disfrutar de la hab i l i d ad de sus responsables a la hora de abordar –siempre de una manera minuciosa y crítica– el tra b ajo de Abbas K i a rostami, Takeshi Kitano o L a rs von Trier, que los re s p o nsables de la publicación sabían co n j u gar hábilmente con un repaso a lo más destac ado de cada año. Para 2005, la re d acción de ‘Le t ras de cine’ ha decidido ace rcar a sus fieles lectores a la obra, de momento ‘virge n’ de estreno comercial en nuestro país, del director Apitchanpong We e ra s e t h a kul, un cineasta tailandés que co nv u lsionó Cannes hace un par de años con la originalidad y sensualidad que desprende –según afirman los que la han podido ver– su película Tropical M a l a d y. Este interesante dossier se completa con una revisión de sus dos restantes largometrajes, una entrevista con el propio director y una aproximación a sus tra b ajos ‘co rtos’ y videocreaciones. El otro gran apartado de este número 9 lo componen una serie de interesantes artículos sobre la cinefilia casera, en los que se disecciona la particular travesía que ha emprendido el cine gracias al auge de los ordenadores personales e Internet. En esta ocasión, hay de nuevo espacio para un ‘amigo’ de la revista como es Abbas Kiarostami, que desvela algunos secretos sobre F i v e, y para dos mujeres, la sorprendente d i re c t o raespañola Mercedes

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Á l va rez que ha rega l ado a los espectadores su documental El cielo gira –re conocido ya en varios fe s t i vales internac i o n ales– y para Lucrecia Martel, uno de esos nombres a tener muy en cuenta. Como último guiño a sus lectores, la revista incluye tres artículos sobre François Truffaut, dos reflexiones sobre su cre ación artística y teórica y un interesante ejercicio sobre la relación del director con su alter ego Antonie Doinel (Jea n - P i e r reLeáud). Se trata de mirar hacia atrás, de no perder la re fe rencia a través del análisis de algunos aspectos importantes de la amplia obra del francés, que aportan puntos de vista ciertamente interesantes. ‘Le t ras de cine’ tiene al director de Besos robados y Los cuatrocientos golpes, como un refe rente esencial en su manera de entender el cine. Fernando Bernal ❮


6 ❯❯ culturas LIBROS NOVEDADES

El minero y la princesa GEORGE MACDONALD La princesa y Curdie Traducción de Cristina Sánchez-Andrade Ilustración: Helen Stratton Siruela, 2005. Las Tres Edades 264 pp. / 16,9 euros

❯ En este libro, continuación de La princesa y los trasgos (Siruela, 1995), la princesita huérfana Irene se ha marchado con su pad re el rey para vivir en la corte de Gwyntystorm. Pero allí las cosas no van nada bien. Por su parte, C u rd i e, que en el otro libro había dudado de la palabra de la princesa acerca de su gran-más-que-abuela, ha decidido olvidar de una vez por todas el mundo sobrenatural del pasado. Pero, al herir a una de las palomas de la señora que habita en la torre, el remordimiento le hace re c a p acitar y ac a b a volviendo allí para pedir ayuda. La enigmática gran-más-q u e- a b u ela le cuenta que ciertos cortesanos de Gwyntystorm se están convirtiendo en bestias, y le concede el don de adivinar, con tan sólo dar la mano, cuándo una persona es humana o bestia. Así es como, acompañado de una extraña criatura mitad perro mitad oso polar, emprende el viaje hacia la co r t e, donde desempeñará una misión muy especial. Después de sus muchas ave n t u ras, y gracias al don concedido así como a su propio ingenio, ¿conseguirá el audaz y soñador minero salvara la princesa, al rey y a su reino? La princesa y Curdie es aventura, suspense, humor y misterio, y no sólo para los más jóvenes.

Mujeres del Mississippi TENNESSEE WILLIAMS Ocho mortales poseídas Traducción de Pilar Giralt Alba Editorial, 2005 144 pp. / 15,50 euros

❯ A excepción del último de ellos, fec h ado en 1944, el mismo mes en que falleció su abuela, los relatos de Tennessee Williams reunidos en Ocho morta les poseídas f u e ron escritos a principios de la década de 1970. Son piezas de mad u rez, pues, en las que el autor pare ce vo l ver la mirada a los temas y p e rs o n ajes que lo co nv i r t i e ron en un clásico desde una nostalgia mordaz y un humor grotesco. «Si no se es capaz de hablar en susurros, lo sabio es gritar», y esta sabiduría del grito preside la semblanza de ocho mujeres que no se resignan a verse atrapadas ni en la «conspiración de mediocridad» a la que las somete el mundo ni tampoco en la irreductible mortalidad que les impone el destino.

TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 2 de octubre de 2005

Fraudes con encanto ste es un libro para volverse un incondicional del género. En principio, dada la temática, parece que atraerá a un público lector reducido, aquél especializado en lecturas de exploración, a los eruditos en personas como Richard Burton, Marco Polo o Edmund Hillary. Sin embargo, es una lectura recomendable para enganchar con el género y no cesar, en una buena temporada, de leer todo lo que esté al alcance de uno en relación a esas épocas de descubrimiento, algunas no tan lejanas, cuando grandes manchas del mundo permanecían oscuras para el GPS. David Roberts, un periodista aventurero que sabe al dedillo cómo elaborar una crónica con gancho, ha encontrado a diez personas que destacaron en algún momento de la historia por una pretendida gesta exploratoria. Ha procurado ser versátil, evitando la rigidez de una única modalidad de aventura, y así por las páginas del libro desfilan navegantes renacentistas y solitarios en catamarán, alpinistas, exploradores de ríos, gente que se interna con lo puesto en lo más desconocido, buscadores del polo, supervivientes en una isla, aviadores, etc. Todos ellos son personas de repercusión mediática y con una valía extraordinaria en las facetas de aventura que eligieron. Y casi todos acabaron siendo condenados públicamente al descubrirse su mentira. Digo casi todos pues al menos uno de ellos, James Bruce, que recorrió Abisinia en el siglo XVIII, representa el caso opuesto, el de aquel tachado de fabulador en su momento, y cuyos méritos se reconocieron posteriormente. También podría ser una excepción el caso de Robert Drury, perdido durante quince años en Madagascar y cuyas aventuras se publicaron en 1729, aunque se desconoce si el tal Drury existió realmente o el libro se trata de una ficción escrita, tal vez, por Defoe. De todos los hombres que pueblan el libro, misti-

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DAVID ROBERTS Grandes engaños de la exploración Traducción de Pedro Chapa Desnivel, 2005 240 pp. / 15,80 euros

ficadores, se destaca esa persistente mitomanía, pues llegaron a creerse la historia que inventaron, algunas no resueltas totalmente hoy en día, como el descubrimiento del Polo Norte por Preary o la primera ascensión al Cerro Torre por Cesare Maestri. Pero lo mejor de todo dentro del libro es que Roberts no se olvida del hombre; revisa su infancia, sus re l aciones de familia, su vida, sus angustias cuando tuvo que defender el fraude, su obsesión convertida en la clave del resto de sus días. Así hasta terminar con un epílogo en el que sugiere cierta tendencia psicológica, partiendo de patrones de comportamiento comunes, la que define como paranoico megalómano, es decir, alguien que distorsiona la realidad porque la vergüenza reemplaza la sensación de culpa en una personalidad con una voluntad de hierro. Al fin y al cabo, su mentira obedece a una reacción improvisada frente al fracaso inminente. La impresión de patetismo queda mitigada por el respeto que el autor les rinde como seres sin malicia, pues los textos no transmiten la idea de que ellos pretendieran hacer ningún daño, sino sencillamente regocijarse en la hazaña de la conquista física de la Tierra. De ahí la amabilidad con que se redactan las crónicas. Queda para nosotros la falta de certeza de que David Roberts haya acertado. Él mismo sugiere que en cualquier momento puede quedar demostrado que Cook alcanzó la cima del McKinley o el Polo Norte. Y, lo que es más intrigante, cabe la posibilidad de que Marco Polo jamás llegara a Xanadú ni se entrevistara con el Kublai Dan, y que todo fuera una invención que nosotros siempre nos hemos creído. Éste es un tema muy divertido que puede hacernos disfrutar de las mejores horas de nuestro tiempo. Ya que no nos resulta tan sencillo viajar, seguiremos leyendo. Ricardo Martínez Llorca ❮

El patriotismo más suave n esta co n ferencia pron u n c i ada en el Instituto Nex u s de Holanda, George Steiner encuent ra la esencia de Europa en cinco elementos clave. GEORGE STEINER Me gusta el ord e n La idea de Europa en que los ha disTrad. de María Condor puesto: co l o c ad o s Siruela. Biblioteca de al revés, darían a Ensayo, 2005 este librito un cariz 80 pp. / 10 euros totalmente diferente. El primero de estos elementos es el café. Si lo que pretendía Steiner era volve rme europeísta a mí, no podía haber comenzado con mejor pie. «El café es un lugar para la cita y para la conspiración, para el debate intelectual y para el cotilleo. (...) Está abierto a todos; sin embargo, es también un club, una masonería de reco n o c imiento político o artístico-literario y de presencia programática». Steiner compara el café con el pub británico e irlandés y con el bar americano, que es «un santuario de luz tenue, incluso de oscuridad» que «retumba con la música, muchas veces ensordecedora. Su sociología, su tejido psico l ó g i co, están impre g n ados de sex u a l idad». El bar está pensado para beber y comer, el café para estar, charlar, leer, escribir. En el bar americano «hay que pedir

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nuevas bebidas si uno quiere seguir siendo bienvenido. Hay ‘gorilas’ para expulsar a los no deseados». El segundo elemento es el paseo. Europa está hecha a la medida del paseo, se puede ir andando de una población a otra, y la naturaleza no presenta pasos impracticables ni enormes desiertos. «Algunos elementos integrantes del pensamiento y la sensibilidad europeos son, en el sentido originario de la palabra, ‘pedestres’». Kant, Rousseau, Kierkega a rd, pensaron caminando y su prosa muestra a menudo las cadencias del paseo. El tercer elemento es el hecho de que las calles y plazas de Europa ostenten los nombres de los grandes personajes del pas ad o. El europeo vive inmerso en el recuerdo, un recuerdo agradable o desagradable, pero siempre un poco abrumador. El cuarto elemento está re l ac i o n ad o con el anterior, y parece no sólo el más importante de los cinco, sino sobre todo el más indiscutible. Si Europa vive re co rdando el pasado, ese pasado es clara m e nte dual: provenimos al mismo tiempo de dos ciudades, Atenas y Jerusalén, o lo que es lo mismo, de la cultura clásica y del cristianismo (o de las religiones del libro). El quinto elemento es la conciencia europea del final. El milenarismo, Hegel, Valéry, Spengler, Karl Kraus: todos nos señalan un crepúsculo. Nuestra reciente historia, con cien millones de muertes violentas

durante la primera mitad del siglo XX, que ha padecido esas dos guerras civiles europeas que se han llamado guerras mundiales, nos ha acercado como nunca ese fin. Y ahora, ¿qué?, se pregunta Steiner. «Es una tontería suponer que Europa vaya a rivalizar con el poderío económico, militar y tecnológico de Estados Unidos». Así pues, ¿ahora qué? Rob Riemen, director fundador del Instituto Nexus y autor del segundo de los dos prólogos que anteceden a la conferencia de Steiner, sentencia: «Las grandes ideas humanas. Eso es la cultura europea». Un poco más adelante, Riemen nos re c u e rda que según Steiner la educación liberal nos conduce «a la digni tas que hay en el ser humano, a su regreso a su mejor yo». Si Europa es una entidad cultural, su futuro será cultural, pero Steiner ve oscuras nubes en el horizonte: los odios nacionalistas, el despotismo del mercado, la uniformización cultural a la baja, propiciada por la globalización. Es urgente reorientar la educación secundaria para devolverle su sentido. Es urgente también detener la fuga de cerebros. Y, sobre todo, es urgente volver a tener ideales, porque «al caer el marxismo en una bárbara tiranía y en la nulidad económica, se perdió un gran sueño, como proclamó Trotski: el del h o m b re corriente tras los pasos de Aristóteles y Goethe». Garcimuñoz ❮


culturas❮❮ 7

TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 2 de octubre de 2005

El poeta que quiso ser poema JAIME GIL DE BIEDMA

Carmen Riera llegó a Gil de Biedma gracias a un poema escuchado en el casete de un coche. La escritora organiza ahora una exposición en La Pedrera de Barcelona, cuando se cumplen quince años de su muerte. as matemáticas del tiempo son un cálculo de pérdidas y efemérides. Hace quince años nos agolpábamos en una clase de Anaya hipnotizados por la pro s odia brillante de Don Víctor García de la Concha cuando éste interrumpió su disertación para anunciar solemnemente «Ha muerto Jaime Gil», y nosotro s , que demasiado hacíamos sabiendo a duras penas quiénes eran los del exilio de afuera y los del exilio interior, nos quedamos suspensos porque aquello del Grupo de Barcelona, esos poetas de amist ad, copas y discurso antisocial, todavía estaba perdido en el programa. Ni siquiera sabíamos que, aunque la poesía pueda ser un arma cargada de futuro, también hay un sitio para la perfección, la i n t e l e c t u a l i d ad y la poesía de la experiencia del yo en medio del d e s a s t re co l e c t i vo de la posguerra. Jaime Gil de Biedma se nos murió antes de llegar a la Generación de los Cincuenta. Hoy, quince años después, cuando tantos compañeros como Ca rlos Barral, Fe r rat e r, Valente o el Goytisolo poeta han dejado la fiesta a la mitad, nos habita de nuevo el espíritu juguetón de aquel autor exquisito que escribió Diario de un poeta seriamen te enfermo, y que practicó la perfección mientras afirmaba cosas tan ciertas como «¡Oh innoble s e r v i d u m b re de amar seres humanos,/ y la más innoble/ que es amarse a sí mismo!». Sus libros, sus objetos, sus poemas y sobre todo, su voz inconfundible, le devuelven de nuevo a la Barcelona que amaba de la mano de la que fue el ángel custodio de una Gen e ración muy consciente de su propia importancia. Cuando un escritor tra b aja a otros escritores, el re s u l t adopuede ser un acto de amor o de fiera justicia poética, cuando lo hace la autora mallorquina Carmen Riera todo se dota del don de la belleza. Carmen Riera no es únicamente la novelista de prosa poética y contundente que ganara el P remio Nacional de Literat u ra con su obra sobre los judíos mallorquines, una revisión histórica

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Jaime Gil de Biedma

n e cesaria. Su tra b ajo crítico fue indispensable para establecer el concepto de ‘Escuela o Grupo de B a rce l o n a’ y colocar a estos aut o res en una merecida situación de privilegio. Su encuentro con la poesía de Jaime Gil forma parte del anecdotario de la literat u ra: un amigo con pretensiones amorosas la llevó a bailar y a pasear

en un coche en el que, en vez de la consabida música romántica, puso una casete en la que Gil de Biedma recitaba ‘Pandémica y Celeste’ («Y es necesario en cuat rocientas noches/ –con cuat rocientos cuerpos diferentes–/ haber hecho el amor. Que sus misterios/ como dijo el poeta, son del alma/ pero un cuerpo es el libro

❯❯ En el rigor y en el amor, quince años dan para muchas reflexiones sobre la obra del que era amigo

en que se leen»), el mismo poema que nos sobre coge ahora con la voz del poeta que llena el espacio museístico de La Pedrera en Barcelona. El año que murió Jaime Gil le tomé como excusa para visitar a Carmen Riera porque sus cuentos me fascinaban y su pers o n a s e renísima ejercía desde su es-

critura una at racción fortísima. H ay escritores que no resisten directamente su propia imagen y hay escritores que son ex ac t amente como proyecta su escritura. Carmen Riera nos re c i b i ó hermosa, puntillosa, atenta y un poco cansada de ser la ‘viuda’ de aquellos escritores a los que tanto había estudiado y de los que tanto sabía, cuyo re c u e rdo le despertaba una sonrisa vaga «como Jaime Gil no bastaba para escribir una tesis –me explicó– me decidí a estudiar los mecanismos de los poetas que le ro d e a b a n , pero la vía de llegada a su poesía fue ésa, un ligue, y además, a Ja ime eso le conmovía mucho, porque suponía hace rle la co m p etencia a Salinas, que tantos novios había unido con La voz a ti d e b i d a. Todavía mi amigo utiliza el mismo truco». Seguro que a Gil de Biedma, un hombre que amaba la belleza, aquella jove n fascinante que escribía cuentos en mallorquín y que se pre p a raba para estudiar con desco n o c ido rigor la prosa poética de Gabriel Miró y la obra de Luis Goytisolo, debió pare ce rle fascinant e. El grupo de amigos que se habían co n s i d e rado a sí mismos una generación tras la histórica Antología de Castellet, enco ntraban una voz crítica incuestion a b l e. Bien sabían –e s p e c i a lmente Ca rlos Barral que era un m e n t i roso impenitente y un edit o r– que las taxonomías literarias son un artefacto artificioso, p e ro no pudieron re s i s t i rse a la idea de convertirse en libro de t ex t o, de ser grupo más allá del afecto y de la noche compartida. Cuando un escritor analiza la obra de otros, su empatía puede ser tanto una ventaja como un impedimento insoslaya b l e. Sin hablar de la envidia literaria, esa aparente característica común a todo crítico gacetillero de contraportada. En el rigor y en el amor, quince años dan para muchas reflexiones sobre la obra del que era amigo y sujeto al que había que diseccionar y volver a armar con los procedimientos siempre fríos y discutibles de la autopsia, perdón, crítica literaria. Yo me pregunto qué ha sentido Riera cuando ha escuchado de nuevo la voz de Jaime Gil recitando ‘Pandémica y ce l e s t e’ en medio de sus libros, sus objetos, sus recuerdos detenidos. El poeta, como dice la escritora, se ha convertido en poema, y la estudiosa, en amoro s o albacea. Charo Alonso ❮


8 ❯❯ culturas LIBROS RESCATADOS

Cuando no fuimos los mejores ANDRÉS TRAPIELLO El buque fantasma Plaza & Janés, 1992

❯ Lo malo de la nostalgia es que, a menudo, desenfoca los re c u e rdos de tal forma que nos hace pensar que siemp re es cierto aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Buscando construir una gloria que quizá nunca tuvimos, re componemos nuestras experiencias con tal exceso de hero í s m o y mitificación que acabamos por creer que nunca hubo generación como la n u e s t ra. Martín Benave n t e, pro t agonista y narrador de El buque fantas m a, se enfrenta a los peligros de esa mirada sublime y a la vez patética sob re lo vivido al evocar con una buena dosis de escepticismo y autocrítica su p a s ado como luchador en la clandestinidad co n t ra el fra n q u i s m o. Alejad o del tono grandilocuente de aquellos que consideran que su labor en la oposición fue esencial para cambiar el destino político de España, Martín asume, sin dejar de reco n o cer el valor de todos los que se arriesga ron por la defensa de unos ideales y de un mundo mejor, el fracaso de unas acciones que no impidieron que Franco muriese plácidamente en la cama. A m b i e n t ada en una ciudad de provincias en el ocaso de la dictad u ra, El buque fantasma –segunda obra del hoy re p u t ado y pre m i ado escritor Andrés Trapiello– no sólo puede ser leída como crónica irónica de la inutilidad de una lucha a menudo pre s e n t ad a con ribetes épicos, sino también co m o revisión del género de las novelas de fo r m ación. En sus re c u e rdos no hay lugar para el mito, porque en el fondo el re l ato de Martín es un ajuste de cuentas co n t ra todas las ideologías y las formas de vida que se presentaron como re d e n t o ras y que terminaro n por ser tan desdichadas como la propia re a l i d ad. Trapiello, uno de esos autores para los que tan importantes son las historias como el modo de co n t a rlas, impregna a la novela de la misma calidad formal que caracteriza a toda su prod u cción. Buscando siempre la palabra p recisa y huyendo de los excesos retóricos que tanto gustan a alguno de sus co m p a ñ e ros de generación, el escritor leonés ha sabido dotarse de una pro s a que es al mismo tiempo re f i n ada sin ser pedante y fluida sin ser banal. Gracias a ella, y a la amenidad con la que traza su ácido re t rato de los últimos días del fra n q u i s m o, El buque fantas ma se deja leer, más de diez años después de su lanzamiento al mercad o, con gusto e incluso con risas. Que no es poco, en los tiempos que corren. Javier Sánchez Zapatero ❮

TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 2 de octubre de 2005

Laboratorio negro en Alicante l crimen, la intriga y la ave n t u rason los principales protagonistas de una compilación que s u rge del tra b ajo elaborado por el Taller de Novela Ne g ra, un evento que se viene ce l e b rando en la Un i vers i d ad de Alicante desde hace unos años. Ca p i t a n e ado e ideado por el escritor y periodista Mariano Sánchez Soler y su banda organizada, nace una iniciat i vade escribir historias negras y policíacas además de tra b ajar los principales resortes de un género en todas sus vertientes. El pro g rama del taller, –de unas treinta horas de duración– apasionadamente elaborado y donde se tra b ajan los inicios de la novela criminal co n E d gar Allan Poe y su Doble Crimen de la Calle Morgue, además del nacimiento de la novela negra con la aparición de Dashiell Hammett, la ebullición de Raymond Chandler y la calidad innegable de Jim Thompson, resulta ser un pre t exto apetecible para empezar a conocer y ad e n t rarse en el estudio del género. Todo este re corrido histórico se combina con el estudio de distintos aspectos narrat i vos y literarios, como el punto de vista del escritor en este tipo de literatura, las novelas de procedimiento policial, así como el truncamiento de dichas re gl a s d e n t ro de algunas novelas más novedosas. Este estudio ex h a u s t i vo de toda la edad de oro del género negro y policiaco, le sirve a Sánchez Soler para dedicar las últimas sesiones del taller a analizar la llegada del género en España y su época de t ransición, desde la aportación de Manuel Vázquez Montalbán hasta Lo renzo Silva, pasando por a u t o res como Jaume Fuster, Fra n c i s co González Ledesma, Eduardo Mendoza y Juan Madrid. Todo ello co m p l e m e n t ado –por si fuera poco–, por la asistencia y co l a b o ración al taller de una serie de

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VARIOS AUTORES EDITOR: MARIANO SÁNCHEZ SOLER Cosecha negra Aguaclara, 2005 190 pp. / 15 euros

autores, escritores y estudiosos que ofre cen su testimonio de cómo debe enfo c a rse la práctica de un g é n e ro tan maltrat ado y denostado por la crítica literaria. Con estos ideales, la intención de Sánchez Soler –poco amigo de los convencionalismos y de los protocolos– es rechazar lo puramente descriptivo y ac ad é m i co para llegar a la participación de estos n ovísimos autores en el taller para contar y escribir historias. Para ello, con el fin de intervenir desde un punto de vista práctico, el escritor y periodista decide plantear a sus alumnos un caso policial que deben re s o l ver cada uno por su cuenta –eso sí respetando unas re glas y con la pretensión de crear una historia– para llegar a la resolución de un enigma. Fruto de estos re s u l t ados y con este carácter participat i vo e interdisciplinario surge esta antología, donde además de los ensayos sobre la literatura del crimen a cargo de los expertos invitados al taller, Andreu Martín (‘Escribir (por ejemplo, novela negra)’), Justo E. Va s co (‘Novela negra y soc i e d ad’) y la aportación de David C. May (‘Algunas re f l exiones sobre novela negra y literat u ra norteamericana’), colaboran los auténticos protagonistas con quince ficciones negras llenas de re l atos emocionantes. Cosecha negra es, en definitiva, un producto del gran trabajo que se viene realizando en el taller de novela negra de la Univers i d ad de Alicante, un volumen que ofre ce una excelente oportunidad para aquellos jóvenes escritores que quieran intere s a rse y darse a co n o cer en una nueva ge n e ración de la narrat i va negra española. Àlex Martín Escribà ❮

Realismo mágico entre dientes r esulta sorprendente que «neguijón» pueda servir de título a una novela que esco n d e re fe rencias científicas y humanas tan desco n o c i d a s . FERNANDO El término sirve IWASAKI de triple lema a la Neguijón o b ra del escritor Alfaguara, 2005 peruano afincad o 170 pp. / 13,50 euros en España Fe rnando Iwa s a k i . R e p ro d u cela definición del Diccionario de Autoridades («En los dientes se engendra un gusanillo pequeño que llaman neguijón»), una cita de El Quijote y un fragmento de El Sueño de la muerte, de Francisco de Qu evedo. Las tres citas aluden a un mito fisiológico que el hombre e u ropeo respetó hasta el siglo XVIII, como se comprueba en la «réplica en marfil de una muela humana», de l870, cons e r vada en un museo alemán. La idea de que es posible localizar al gusano que co r roe y destruye los dientes le sirve de pre t exto a Fernando Iwasaki para plasmar un panorama de lo que era la medicina odontológica en el siglo XVII,

ce n t rada en la ciudad peruana de Lima. El autor ha co n fe s ado cómo (ante la imp o s i b i l i d adde presentar su tesis doctoral en la Un i ve rs i d adde Sevilla con el título de Lo maravilloso y lo imaginario en Lima colonial) decidió elaborar una novela que re s p o n d i e ra a la vieja co n ce pción del realismo mágico: «Me hacía ilusión sugerir que la mariposa hispanoamericana del realismo mágico alguna vez fue un gusano barro co español». Desde esta pers p e c t i va, Fe r n a n d o Iwasaki re c rea el mundo de España y de Perú a comienzos del siglo XVII. Tal rec re ación se lleva a cabo teniendo co m o trasfondo sociológico el mundo de las enfe r m e d ades de los dientes. O, si se quiere, la labor quirúrgica de los responsables por intentar eliminarlas. En la Lima de l616 apare cen tres pers o n ajes españoles que esperan angustiados la intervención odontológica que llevará a cabo Gregorio de Utrilla, un sacamuelas sev i l l a n o. Los tres han coincidido en la célebre Cárcel de Sevilla a finales del siglo XVI. La obsesión del sacamuelas Gre gorio de Utrilla es descubrir in situ dentis el neguijón, el gusano que corroe muelas y dientes. Este obsesivo conve n c i m i e n t o se co nvierte en el punto de partida para describir las intervenciones médicas más espeluznantes, aquellas que la medicina del siglo XVII llevaba a cabo con toda nat u ra l i d ad. Sólo existía un posible co n s u e l o, que Gregorio de Utrilla ponía en funcionamiento ante las operac i o n e s

más dolorosas: Cristo sufrió mucho más en la cruz. A esta terapia psico l ó g i co- religiosa se acoge, por ejemplo, el inquisidor Tortaj ada, cuya amputación de su pierna se convierte en uno de los pasajes más desga r rados de la novela. La presencia del inquisidor To r t aj ada le sirve al autor como símbolo del sentimiento religioso del momento, complem e n t ado con la imagen de la beata Luisa Melga re j o, documento peculiar de los a l u m b rados del siglo XVII. El pasado de la Cárcel de Sevilla (alguno de cuyos sucesos le sirve a Fernando Iwasaki para h acer una curiosa re c re ación del ex p u rgo bibliográfico de El Quijote) y el presente de la ciudad de Lima sirven de haz y envés de un momento decisivo de la historia de España. Pero no debe olvidarse que el realismo mágico que subyace a la n ovela, basado en la truculencia de los métodos quirúrg i cos del momento, es fruto de la consulta de una ex h a u s t i va b i b l i o g rafía (enriquecida con la re p rod u cción de instrumentos quirúrg i cos del momento) citada con precisión al final de la obra. Un bibliografía en la que resulta inexplicable la ausencia de la Rela ción de la Cárcel de Sevilla de Cristóbal de Chaves. Una obra, en fin que, sin presentar una acción apasionante, causará un impacto emocional inesperado en cualquier lector por la truculencia de las experiencias descritas. Nicolás Miñambres ❮


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