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culturas

N° 18 Suplemento de

artes y letras

TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 6 de marzo de 2005

5 El DA2 presenta hasta el 3 de abril una exposición que indaga en la capacidad del arte como espejo de la realidad

LAOCOONTE DEVORADO

Arte y violencia política 3 JACQUES TATI

4 JEAN CLAUDE

La Filmoteca programa un ciclo con las cuatro primeras películas del director francés, que critica con humor la sociedad contemporánea.

El artista presenta en el DA2 ‘La Sala Octogonal’, una obra que actúa como un gran retablo para los tocados por el don de la ebriedad.


N°18

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TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 6 de marzo de 2005

a exposición ‘Laocoonte Devorado’ ofrece días un espacio para la reflexión acerlcaestos de la violencia política, un tema que, en sus diferentes manifestaciones (terrorismo, invasiones, declaraciones de guerra o violencia estructural) engrosa cada día la agenda de los medios informativos. La mirada que puede ofrecer el arte, los artistas, es muy necesaria desde el momento en que representa un territorio que puede salirse de los márgenes establecidos por un tipo de censura de

baja intensidad que deja fuera de la difusión masiva los discursos no convencionales. El espacio artístico, el museo, funciona así como lugar para potenciar las voces que, aunque nunca llegarán al gran público, recogen corrientes y estados de ánimo que se plasman en objetos estéticos. También ofrece una mirada sobre la violencia Joe Sacco, un autor de cómic del que ya les hemos hablado aquí, el hombre que convierte en historietas las historias de los más perjudicados por los actos

Recortes 1

PRIMER ACTO, HISTORIA DEL TEATRO CONTEMPORÁNEO «Los 300 números que se han publicado de la revista de teatro Primer Acto, entre 1957 y 2003, se han digitalizado en una edición facsímil. Un trabajo que se suma a los de Pipirijaina y El Público realizados por el Centro de Documentación teatral del INAEM y las respectivas publicaciones. La histórica revista ya está, de esta manera, al servicio de cualquier lector o interesado para que, de una forma muy sencilla, pueda viajar por alguna de las 300 portadas, buscar artículos por el contenido o, por ejemplo, disfrutar de una entrevista con el artífice de esta vertiente de nuestra historia cultural: Pepe Monleón». Extraído de la web de Arce (Asociación de revistas culturales de España), donde pueden leerse algunos de los últimos artículos de las publicaciones asociadas, las más relevantes en el terreno cultural. Cine, pensamiento, arquitectura, literatura... para estar al día de lo más interesante del quiosco.

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DIAGONAL, UN PERIÓDICO HORIZONTAL «Nuestro modelo comunicativo tiene como rasgo fundamental la búsqueda de la horizontalidad, que entendemos como intercambio permanente, construcción colectiva, o comunicación realmente participativa. Conseguir esto en un medio escrito que además busque producir informaciones rigurosas, interesantes y de calidad es realmente difícil, pero se trata de un reto que no se puede quedar sólo en unas buenas palabras. En la práctica, esto se concreta en la constitución de una amplia una red de informadores permanentes en los colectivos sociales (o corresponsales), cuyas funciones principales sean recopilar informaciones de su espacio (geográfico o sectorial) y mantener una comunicación constante con la redacción». Por ahora se distribuye quincenalmente en la Comunidad de Madrid, aunque prevén tener distribuidores en otros puntos del país, y su planteamiento recuerda al viejo semanal (y tan añorado) ‘El Independiente’, algo a medio camino entre la información y el análisis. Diagonalperiodico.net.

políticos extremos. El mediador es su última crónica publicada en España. Nos acercamos, también en el terreno artístico, a la obra de Jean Claude, un intenso canto a lo pasajero de la celebración y a la necesidad de la ebriedad como forma de reencontrarnos con nosotros mismos. Completan el suplemento Jacques Tati, un cineasta irrepetible, una aproximación al movimiento Dadá y una lectura sin ira del fenómeno literario de los últimos tiempos, Dan Brown.

Antonio Marcos

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EL ‘BLOG’ DE GUILLEM MARTÍNEZ «En abril de año pasado publiqué el libro Pásalo –la portada era más fea que Pichote–, un libelo en el que explicaba los sucesos del 11-M/13-M como, a) la culminación lógica de la instrumentalización del terrorismo por parte del PP, y b) el fracaso absoluto de la cultura de la Transición –trailer: los mecanismos de nuestra cultura, tendentes a eliminar conflictos, impidieron la percepción, la descripción y la solución de aquel conflicto; nuestra cultura impidió que los medios y los intelectuales tuvieran juego de piernas; nació un nuevo juego, de piernas, a través del SMS, esa cosa tan corta y que fue más larga que la aportación de nuestros medios–». Es un ejemplo del recientemente creado ‘blog’ de Guillem Martínez, al que algunos conocerán por sus crónicas veraniegas en ‘El País’, otros por sus colaboraciones en ‘Interviú’ o también por un estimulante libro coordinado por él, Franquismo Pop, publicado en la colección Reservoir Books, de Mondadori. Un análisis político desde otra perspectiva (guillemmartinez.com).

4 LA VUELTA AL MUNDO EN OCHENTA HORAS Si la semana pasada hablábamos de Julio Verne, ahora sale un nuevo ‘güilifog’, Steve Fossett, que en un avión (Virgin Atlantic Global Flyer) diseñado por Burt Rutan acaba de dar la vuelta al globo en solitario y sin repostar. Parece que sudó tinta en el Pacífico porque iba a quedarse sin combustible, pero los vientos de cola le han llevado hasta su objetivo. La tierra es cada vez un planeta más pequeño para los aventureros. Más en Microsiervos.com.

5‘LaTEBEOS EN TELEVISIÓN aventura del saber’ es un interesante programa de televisión. Lástima que se emita a las diez de la mañana, cuando la audiencia es más bien escasa. La pasada semana comenzó una serie de documentales sobre dibujantes y humoristas, una serie de diecisiete espacios que se emitirán cada viernes.

Visión de túnel, la página donde el guionista Antonio Trashorras recopila imágenes de ilustradores, presenta algunos de los trabajos de Jack Unruh, un artista con un aire grotesco y con una querencia especial por los peces


CINE

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JACQUES TATI

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El tío de la pipa en la ciudad moderna Después de su reestreno en salas comerciales y su edición en formato digital, la Filmoteca de Castilla y León programa a partir de mañana, en el Teatro Liceo, los cuatro primeros largometrajes de Jacques Tati. acques Tati es uno de esos bichos raros que ha dado la historia del cine. Sólo dirigió seis largometrajes que quedan como joyas porque fueron a la vez fundamento y cierre de un estilo, el suyo. Comedia, puesta en escena de cine mudo y un sentido sencillo pero profundo de la crítica social son sus rasgos determinantes. Jacques Tatischeff (19081982), de origen ruso, boxeaba bien, jugaba al tenis e incluso al fútbol, pero donde destacó realmente fue en el el rugby. Con un gran dominio de su cuerpo, en los años treinta prueba fortuna en las variedades francesas especializado en el mimo de pantomima deportiva. Tati ve en el cine el medio para llegar a más espectadores, el medio de Buster Keaton, de Chaplin, cómicos con los que tendrá afinidad en su manera de ver el cine y en algo fundamental: la creación de un personaje carismático, Mr. Hulot, interpretado por el propio Tati, un ser despistado, amigo de la conversación y el trato cercano, vestido con su gabardina, su sombrero ‘demodé, su paraguas y su pipa. Aparece por primera vez en Las vacaciones de Mr. Hulot (1953) y se convierte en la base sobre la que Tati va a desarrollar la tesis central de su obra: la oposición entre la naturalidad del ser humano y la artificiosidad de la ciudad moderna, que uniformiza y constriñe a la gente. Tati realiza sobre este tema sus dos películas más trascendentes, Mi tío (1958) y Playtime (1967). Entre ambas hay una década de diferencia y el autor incluye algunos matices, pero se inscriben en esa crítica a la instrumentalización de la vida favor de la eficiencia. La arquitectura, como plasmación concreta de unas formas de vida cambiantes, se sitúa en el punto de mira y los edificios se comportan como auténticos personajes. Pero Tati no se muestra en contra de la arquitectura ni de la tecnología de un modo absoluto, sino que considera que todo depende de la actitud con la que se vive. Si en Mi tío, la casa ‘inteligente’ e hiperdiseñada de los Arpel se contraponía directamente con el caótico torreón construido por agregación en el

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Sobre Mr. Hulot, Tati desarrolla la tesis central de su obra: la oposición entre la naturalidad del ser humano y la artificiosidad de las ciudades modernas

A la derecha, Jacques Tati caracterizado como Mr. Hulot. Abajo, fotograma de Playtime

que vivía Hulot, en Playtime los personajes acaban convirtiendo un moderno salón de fiestas en un lugar para la diversión fuera de corsés. Tati parece decirnos que las ciudades no se deshumanizan solas, el arquitecto no tiene la culpa de todo, sino que sus habitantes también debemos asumir nuestra responsabilidad en hacerlas humanas. En otras pala-

bras, debemos convivir por muchas ventajas que nos ofrezca la tecnología para no hacerlo. Tati sigue siendo contemporáneo. El cineasta fue extremadamente detallista con su trabajo. Para Playtime construyó una ciudad, Tativille, con sus edificios, aeropuerto... una ciudad que sólo algunos años más tarde crecería de verdad en la zona parisina de La Defense, un barrio de negocios que recoge toda aquella es-

tética dura del estilo internacional, del racionalismo que establece zonas delimitadas para el trabajo, el hogar y el ocio. Trafic (1971), cuya copia no está disponible en España, cerrará esta especie de puesta en cuestión del programa del racionalismo arquitectónico que promulgara Le Corbusier en 1943. «No creo tener derecho a criticar la arquitectura de hoy en día. Simplemente me contento con hacer un film sobre nuestra época. Actualmente se construyen grandes edificios de cristal, pertenecemos a una sociedad que le gusta meterse en una vitrina. Pero yo no voy a criticar, por ejemplo, la creación de escuelas más soleadas para los niños», afirma. El cine de Tati va más allá de una crítica fácil, porque conlleva todo un programa estético coherente. Los planos secuencia con cámara fija, la práctica ausencia de diálogos, el uso de la música, la concepción del decorado como un personaje más, un sentido del humor que tiene mucho que ver con el puro mimo pero también un gran componente humanista, un dominio admirable del gag visual, todo suma a sus películas. En ellas, tenemos la sensación de que puede ocurrir cualquier disparate que nos haga reír como en los filmes de Buster Keaton y a la vez disfrutamos por los ojos con sus arquitecturas inventadas, sus juegos de colores y con ese tipo entrañable al que todos hubiéramos querido tener por tío que es Mr. Hulot. Antonio Marcos 


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Un retablo para el don de la ebriedad JEAN CLAUDE i el vino es un sacramento, el bar es una iglesia y la ebriedad es un don, Jean Claude acaba de pintar el retablo de su altar mayor. Y en esta religión tan pagana, todos sus santos disfrutan de experiencias extáticas. Compuesta por ocho grandes paneles que conforman un espacio cerrado, ‘La Sala Octogonal’ que el artista presenta en el DA2 hasta el 3 de abril, es un monumento a la fugacidad de la celebración, un deseo por reflejar el instante gozoso, a veces esquivo, que cada uno intenta atrapar cuando sale de noche. En los antiguos retablos, el motivo central se flanqueaba de abigarrados retratos de los donantes en los laterales, relevantes miembros de la sociedad. Aquí el centro es el espectador en medio de ese espacio octogonal inspirado en la disposición original de los cuadros de Velázquez en el Museo del Prado. Y los que fueran donantes aquí son comulgantes, protagonistas ellos mismos de una escena no jerarquizada, rostros con nombres y apellidos (pregunten por la plaza del Oeste) cuyas historias componen un gran relato por mucho que nunca vayan a ocupar los lugares en los que siguen los mismos donantes de siempre. La propia elaboración material de la obra, pastel sobre madera, puede interpretarse como una búsqueda de lo no ostentoso, una huida de lo noble. Dividiendo la escena en dos partes transversales, una especie de barra de bar. Quizá esta sala sea un gran bar, el auténtico ‘locus amoenus’ de nuestra cultura, el lugar para el esparcimiento, para olvidar los corsés. Y con que acierto está representada la simultaneidad de pequeños acontecimientos que tienen lugar allí: gente que bebe, brinda, hace burla, sonríe, se besa, conversa, fuma, hace música e incluso duerme. El artista, en escorzo y con casco de minero, parece observar, buscar desde una posición secundaria, como en uno de sus juegos de palabras, ‘atenta mente’. Las constantes de la obra de Jean Claude están aquí: una técnica que le permite ser preciso tanto en los detalles como en las atmósfe-

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Quizá esta sala sea un gran bar, el auténtico ‘locus amoenus’ de nuestra cultura, el lugar para el esparcimiento, para olvidar los corsés. Y con que acierto está representada la simultaneidad de pequeños acontecimientos que tienen lugar allí ras, el conocimiento de la pintura clásica, esa especie de ‘horror vacui’ que es en realidad una pulsión por su oficio, su preocupación por el paso del tiempo, los mensajes ocultos tras los iconos de la cultura popular y comercial, la subversión de valores establecidos mediante la ironía y la capacidad de ofrecer una alternativa no basada en el enfrentamiento sino en el entendimiento. Antonio Marcos 


ARTE

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La mirada del arte sobre el terror El DA2 presenta la exposición ‘Laocoonte Devorado’, una necesaria contribución del mundo del arte al debate sobre la violencia política, un tema central en la construcción de la sociedad contemporánea a violencia, también la violencia política, no es patrimonio de nuestro tiempo, pero quizá nunca haya estado tan extendida a escala global. A partir de la segunda guerra mundial, el mundo ha vivido en permanente tensión: a la política de grandes bloques enfrentados y neutralizados por su mutua amenaza militar ha seguido la amenaza del terrorismo internacional, una amenaza que sirve a los mismos propósitos de control. Por no hablar de la violencia estructural, que empuja a millones de personas a desplazamientos fuera de su territorio. Producida por el Artium de Vitoria, la muestra reúne la obra de más de treinta artistas de todo el mundo para que ofrezcan su necesaria mirada sobre la violencia política. «No se trata de que los artistas manifiesten su compromiso político, sino de que pongan sobre el tapete una idea, un punto de vista o una opinión que al estar expresadas con el lenguaje del arte posibiliten un acercamiento diferente a asuntos espinosos», afirma el comisario de la muestra, Javier González de Durana. No se trata tanto de encontrar respuestas, sino de

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Obras de Jon Mikel Euba, Antoni Muntadas, Gabriele Basilico y Bill Viola. Dentro del texto, la pieza de Marc Bijl. En la primera página del suplemento, obra de Rudolf Herz

plantear preguntas, con la capacidad que tiene el arte para ver más allá de los discursos establecidos. Como en toda propuesta colectiva, el resultado de esa indagación es dispar. Resultan muy estimulantes las obras que analizan el reflejo de la violencia en los medios de comunicación. Johan Grimonprez denuncia con su videoinstalación ‘Dial History’ la convivencia con la catástrofe a través de la televisión, cuyo punto culminante fue el atentado contra las torres gemelas. Simeón Saiz Ruiz parafrasea a Gerhard Richter con unas borrosas y pixeladas pinturas que

cuestionan hasta qué punto sabemos qué pasa realmente cuando vemos un suceso en televisión. Ignasi Aballí cuelga una serie de titulares de periódico cercenados y sacados de contexto, con cifras de catástrofes y hechos violentos, que funcionan como una clasificación que carece de sentido sin algo que explique los números. Antoni Muntadas coloca sucesos atroces dentro de la lógica de que el espectáculo debe continuar. Annika Larsson ofrece con Poliisi una de las piezas más inquietantes. Una sala cerrada, con fuerte música tecno y una proyección en la que miembros de la policía presentan una imagen de autoridad e invulnerabilidad, con una estética cercana a Robocop. También inquieta la instalación de Bill Viola en la que personas amordazadas hablan en la oscuridad. Jon Mikel Euba, uno de los artistas vascos que más ha trabajado en relación a los prejuicios atribuidos a gestos y actitudes, alude en Gora a la carga significativa que se puede añadir a las palabras en una situación de confrontación. Gabriele Basilico muestra sus primeras fotografías en color con una serie sobre Beirut que refleja la erosión producida por la tragedia, y especialmente bella es la película de animación de William Kentridge sobre la identidad y el exilio. A. Marcos 


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TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 6 de marzo de 2005

NOVEDADES

David Hume y la religión DAVID HUME Escritos impíos y antirreligiosos Edición de José Luis Tasset Akal, 2005 144 pp. / 14 euros

 David Hume es un autor cada día de más actualidad en nuestro país. Su obra ha sido destacada desde el punto de vista epistemológico, ético y político. Sus grandes textos de filosofía de la religión hace tiempo que están traducidos. Pero su tarea de análisis y crítica del fenómeno religioso encuentra un lugar más combativo y directo en los pequeños ensayos que dedica a este asunto y en algunas de sus cartas. El presente volumen de escritos breves sobre religión recoge, entre otros, obras maestras como ‘Del suicidio’ o ‘De la inmortalidad del alma’ (editados en castellano ya, pero nunca hasta ahora en el contexto de una amplia discusión sobre la filosofía de la religión de Hume), ensayos aún inéditos como ‘De los caracteres nacionales’ (en el que se incluye una muy dura crítica del clero y sus inquietudes vitales) y, finalmente, una carta inédita en castellano en la que David Hume muestra toda su fogosidad anticlerical y la riqueza de su crítica antirreligiosa. En sus páginas el lector encontrará a un David Hume combativo y radical, laico, maestro del pensamiento secularizador, muy lejos de la imagen conservadora y puramente escéptica de su filosofía que ha predominado hasta hoy día en nuestro país.

Un libro inédito de Don DeLillo DON DELILLO Contrapunto Seix Barral, 2005 72 pp. / 16 euros

 Publicado exclusivamente en la desaparecida revista norteamericana ‘Grand Street’ e inédito en forma de libro hasta la fecha, Contrapunto trata temas presentes en toda la obra de Don DeLillo: la vida del artista, la naturaleza solitaria de la creación artística y la obsesión por su evolución en el tiempo, o la relación del artista con su público. Realzado por fotografías y fotogramas capturados ex profeso para ilustrarlo, el texto se centra en tres películas: Atanarjuat: El espíritu del ártico, Treinta y dos cortometrajes sobre Glenn Gould y Thelonius Monk: Straight, No Chaser; en un libro, El malogrado, de Thomas Bernhard, y en una vieja fotografía de Monk, Charles Mingus, Roy Haynes Charlie Parker. DeLillo está considerado como el escritor más influyente para la generación de autores norteamericanos contemporáneos.

Los prodigios de Dadá CARMEN RAMÍREZ Dadá Prodigioso Cuadernos literarios La Placeta. Fundación El Monte, 2003 180 pp.

adá es inasible / como la imperfección. / No hay mujeres bonitas, / como tampoco hay verdades». Estos versos de Picabia escritos en 1920 son buena muestra de lo que los ismos y Dadá se propusieron: un holocausto formal que desechó la servidumbre y el academicismo para dinamitar los pilares del arte, no sin alguna concesión al tiempo pasado, aunque sólo fuera para negar sus dogmas. Dadá aparece influido por la crisis finisecular y responde de manera radicalmente ofensiva al encorsetamiento de la sociedad decimonónica, tributaria a su vez de la legitimación racionalista del Siglo de las Luces. Es lo que ha querido señalar la profesora de la Universidad de Sevilla, Carmen Ramírez, en este estudio en el que revisa los prodigios de Dadá. Picabia, Albert-Birot, Ribemont-Dessaignes y Tzara conforman este primer volumen centrado en los actores que intervinieron en el origen y la puesta en marcha de la maquinaria vanguardista. El libro se compone de una semblanza biográfica de estos creadores-escritores y de un repertorio de poemas y prosas que respetan los logros tipográficos originales. El azar había señalado la palabra ‘dadá’ en un diccionario, convirtiéndose en la voz del movimiento. El propio Tzara señalaría que había surgido «sin saber cómo». Nunca serían conscientes de hasta donde consiguieron llegar, y es que, si por algo debe ser valorado el movimiento Dadá es por abrir los ojos de quienes deseaban mirar desentrañando una nueva realidad que hasta entonces no había sido digna de cantar. Dadá anunció las vanguardias y anticipó la nueva sensibilidad del siglo XX. Un siglo convulso donde estos creadores preparan una inesperada catarsis; son tiempos de destrucción donde prima la invención permanente, la fuerza viva, la energía creadora.... El impulso estético se convertirá de esta manera en la única apuesta ética viable y por ello no se puso freno en la manipulación del lenguaje natural y en la experimentación. Todo ello intentando un arte don-

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de tuviera cabida la totalidad de la expresión artística: narrativa, poesía, pintura, escultura, música, fotografía, cine, baile, teatro, moda... La instantaneidad marcaría el ritmo de sus creaciones, el de una poesía elaborada al límite de la poesía misma. Dadá es la «desintoxicación del mundo pestilente», una destrucción para recomponer la libertad plena. En el complejo edificio Dadá hombres con diversas inquietudes asumen la provocación y la experimentación contínua entre el impulso creativo y el nihilismo. Son artistas polifacéticos que proceden, no obstante, de la burguesía acomodada y tienen acceso a los medios necesarios para sus composiciones. Desde el dadaísmo incipiente del Cabaret Voltaire, las primeras revistas de Zurich, la publicación en París de textos dadás en SIC y en Littérature hasta el rosario de manifestaciones desde 1920, Dadá se había agotado en las formas, pero no en el espíritu. Tzara se comprometió sólo momentáneamente, con el movimiento surrealista (1929), luego con el partido comunista, y al fin con los desastres de las guerras en Europa y en España; análogas trayectorias observamos en los demás. «Nosotros queremos nosotros queremos nosotros queremos mear en varios colores». El escándalo y su autoagotamiento se intuía en esos actos que acababan entre insultos y sillas vacías. Ello, no obstante, perdurará en el recuerdo colectivo. Así ciertos ecos o referencias encontramos medio siglo después en los ‘Artefactos’ de Nicanor Parra. Tendremos que esperar para poder disfrutar de una segunda entrega dedicada a Aragon, Breton, Soupault, Cocteau, Satie y Man Ray. Estos últimos suponen el impulso definitivo, la consolidación de la heterogeneidad y la escisión del grupo. Como vemos más que un hecho aislado Dadá manifestará la crisis de su momento y trabajos como el presente son buena prueba del camino que la literatura ha tenido que experimentar hasta hoy en día. María Jesús López Navarro 


LIBROS

TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 6 de marzo de 2005

Charo Alonso, después de haber leído febrilmente las dos novelas que copan las listas de libros más vendidos en todo el mundo, apunta una tesis: Dan Brown es una marca de fábrica, una entelequia ncaramadas a la lista de los libros más vendidos del planeta, la dos novelas publicada en España por Dan Brown desafían a la crítica, a la lógica y a mi ya muy menguada capacidad de raciocinio sobre los gusto literarios del gran público en general y de mi modesta persona en particular. Y es que leer tan rápido como lo hago no puede ser bueno para nadie, como tampoco lo es este fenómeno mediatico que consagra a dos novelas insoportablemente mal escritas, faltas de todo rigor narrativo y capaces de sonrojar a cualquier lector medio de ficción quien, a pesar de todo, continúa devorando página tras página las aberraciones de Brown de forma obsesiva y bulímica. Lo confieso, nunca he deseado tanto que mi bebé, un ángel que se duerme pronto para que su madre lea como una maniaca y sólo lanza un berrido cuando la serie de CSI esta en su punto álgido, haga siestas maravillosas. Lo confieso, leí El Código Da Vinci intuyendo el final, obviando las infinitas contradicciones y la imposibilidad absoluta de que a la pareja protagonista, tan

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El enigma de Dan Brown previsible y estereotipada, le sucedieran tantas cosas en tamaña cantidad de lugares en tan escaso tiempo; lo leí enfebrecida por la acción, la intriga, las reflexiones religiosas, los elementos criptográficos y las alusiones a los templarios... con asombro y dedicación, lo confieso, pero fue caer en mis manos Ángeles y Demonios, aparecida en Estados Unidos en 1999, cuando me volví absolutamente paranoica. Estoy convencida de que Dan Brown no es más que una marca de fábrica, un criptograma, una entelequia sumamente dotada para la intriga, la acción vertiginosa, la criptografía, los misterios históricos, religiosos y artísticos. Verdaderamente notable, Brown maneja espacios, el Vaticano en este caso, de forma magistral, convirtiendo sus vertiginosos paseos por Roma, tras la pista de un asesino misterioso que atenta contra los favoritos para suceder a un Papa muerto, en una trama enfebrecida y, finalmente, agónica e inverosímil que agota al lector y le proyecta más allá del ridículo. Emociones fuertes aparte y delirios finales absurdos, el lector de Brown agradece su capacidad para ponerle de nuevo en el disparadero, pero se siente absolutamente engañado cuando constata que los elementos de la trama de Ángeles y Demonios coinciden milimétricamente con los de la posterior y más depurada El Código Da Vinci. Son muchos los ejemplos: en ambas novelas el criptógrafo Robert Lang-

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Resulta paradójico constatar como un autor capaz de manejar tan sabiamente una intriga deslumbrante caiga en tópicos tan absurdos, errores históricos y finales ridículos don y sus partenaires femeninas bellísimas, atléticas e inteligentísimas, inician una carrera desmedida contra el tempo literario tras una llamada y un crimen violento en el que desaparecen las figuras paternales de ambas damas, muertes claves para resolver un enredo cuyos hilos uno no puede por menos de intuir, tras una mera lectura, incluido en el ordenador de este escritor extraño que es Dan Brown. Es cierto que embarcarse en una serie de libros protagonizados por el mismo héroe supone un juego de constantes, sin embargo, ambas novelas están imbricadas en una trama común excesivamente fácil: da la impresión de que se ha trazado un modelo y ambas his-

torias se ciñen a el desesperadamente, sin concesiones a la inteligencia del lector. Resulta paradójico constatar como un autor capaz de manejar tan sabiamente una intriga deslumbrante y ofrecernos tan fascinante visión del secreto espacio del Vaticano y sus habitantes, pueda caer en tópicos tan absurdos, reiteraciones tan evidentes, errores históricos y finales ridículos. Brown parece embebido en su propio talento para configurar fantásticas teorías sobre conspiraciones secretas, Templarios e Iluminati, descuidando detalles tan nimios como la coherencia y la construcción de personajes. Pirotecnia ocultista La pirotecnia ocultista es tan atractiva que ciertos detalles pasan desapercibidos, una característica muy propia de cierta visión americana convencida de que no vamos a reparar en minucias tales como armas inexistentes o villanos satanizados que rozan el ridículo. Porque el primer ejecutor de Brown es un asesino cruel, sexual, heredero de un pueblo oprimido que habla en árabe clásico y que tiene todas las taras que la generalización mas abyecta dedica a los árabes desde que sustituyeran en 1992, tras la primera guerra del golfo, a los nazis y a los rusos en el paranoico imaginario colectivo. Otra constante, en las novelas de Brown, el antagonista es siempre doble: por una parte el ejecutor material y cruel, y por la otra, el cerebro dedicado

a urdir la siniestra trama salpicada de pistas culturales y criptográficas, inmejorables, que deben resolver el cinematográfico galán académico y su hermosa e inteligente acompañante femenina. Repugnante. Estoy repelida y fascinada a partes iguales por el innegable talento de Brown para urdir artefactos tan complejos adornados de tópicos aberrantes. Por eso fantaseo con la idea de que tras el signo de Dan Brown se ocultan varios genios alucinados dedicados a la fabricación de tramas atractivas que esconden secretos propósitos. Tal vez estemos ante una conspiración de carácter evangélico decidida a dinamitar los principios de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, después de todo, en ambas novelas el héroe americano esta siempre dispuesto para salir, en medio de la noche, a resolver los problemas de la vieja Europa siempre en lucha con su herencia cultural católica siempre llena de manipulaciones y secretos que perpetúan su poder secular. O quizás, lo único que me pase es que he leído ambas novelas excesivamente rápido y se me ha contagiado la paranoia de ver conspiraciones secretas en todas partes, ejes del mal en los juguetes de mi niña y signos reveladores en sus balbuceos. O quizás es que me duele haber pasado un rato tan bueno con dos libros tan malos. Otro enigma. Charo Alonso 


8  culturas CÓMIC

JOE SACCO

TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 6 de marzo de 2005

Un reportero de cómic

El autor americano aporta al cómic una visión periodística de los conflictos bélicos contemporáneos, decantándose por la intrahistoria, lo que no sale en televisión. El mediador es su último trabajo. oe Sacco es un reportero atípico, no escribe crónicas de guerra, las dibuja. Desde estas páginas hemos venido comentando los nuevos caminos que en los últimos años ha emprendido el medio comicográfico. Éstos, discurren básicamente en dos direcciones: las que proponen cambios formales (cómo se cuenta una historia) y las que plantean nuevas vías argumentales (qué historia se quiere contar). La importancia de Joe Sacco reside (aunque no exclusivamente) en sus aportaciones en esta última dirección, en su utilización del lenguaje gráfico-narrativo para expresar un mensaje muy diferente de aquel que suele rellenar las páginas de los comics. Sacco no nos habla de héroes superpoderosos, sino de personas reales en situaciones extremas; no nos remite a un pasado histórico idealizado, sus historias son crónicas contemporáneas sin espacio para el sentimentalismo artístico. Joe Sacco es un periodista, un cronista de los conflictos recientes que han incendiado nuestro orbe en los últimos lustros: las guerras yugoslavas, el enfrentamiento palestino-israelí o la crisis chechena, ofrecen la materia prima sobre la cual el autor americano te-

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je sus reportajes descarnados y sinceros. La última de sus obras publicada en España, hace ya unos meses, es El mediador –Planeta–. En ella asoman algunas de las marcas autoriales características de este creador: ese dibujo a medio camino entre el realismo y la caricatura, minucioso, espeso en sus texturas y muy influenciado por la vieja línea underground de los Crumb o Shelton; la narración en primera persona a través de un Joe Sacco-personaje, trasunto del propio autor; el cambio constante en el punto de vista de la narración, dando la palabra a los personajes, protagonistas reales de los acontecimientos relatados, etc. En el fondo, se trata en muchos casos de la adecuación al lenguaje del cómic de recursos, por otro lado habituales, en el mundo periodístico. Sin embargo, algunas de las peculiaridades mencionadas, dotan al discurso de Sacco de una impronta personal que lo distancia parcialmente del relato objetivo, de la fría crónica de guerra: su personaje, omnipresente, son los ojos que nos filtran la realidad. Paradójicamente, esa subjetividad, apoyada por la aparición de infinidad de testimonios y

personajes reales, dota a los comics de Sacco de su aplastante veracidad. El lector se cree cada palabra de un autor que huye de las falsas retóricas y de la asepsia del cronista: Sacco ha estado allí y quiere contarnos lo que le contaron, lo que le aterró. Todo ello desde una actitud artística que prima el contenido narrativo y la dosificación informativa (otra marca de la casa), frente a valores como el efectismo visual o la manipulación artística. Autoconciencia artística En El mediador, esa tendencia a la presencia autorial es más patente que en algunas de sus obras anteriores (Gorazde o Palestina), pero desde una autoconciencia artística que funciona en perjuicio del resultado final. Preferíamos al Sacco-cronista, presente, sencillo y didáctico, que al Sacco-autor, creador de historias

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Lo que le hace grande es su facilidad para mostrarnos la intrahistoria, su potencial didáctico a la hora de iluminar los hechos esenciales entre el habitual maremágnum de fechas, lugares y datos historicistas que suelen regalarnos los medios de comunicación

reales filtradas por mecanismos literarios. No obstante, pese a esta ligera carga retórica, El mediador, el relato del confidente cazafortunas, mercenario en tiempos de guerra, destila un emocionante olor a autenticidad. Si sabemos leer bajo la acumulación de anécdotas y testimonios que despliega cada capítulo (la técnica de organización preferida por Sacco), alcanzaremos a entender muchas de las claves del conflicto serbo-bosnio, que más allá de las cifras de muertos y la anécdota atroz, apenas alcanzábamos a intuir a principios de los 90. Es lo que hace a Joe Sacco uno de los más grandes del panorama comicográfico presente: su facilidad para mostrarnos la intrahistoria, su enorme potencial didáctico a la hora de iluminar los hechos esenciales entre el habitual maremágnum de fechas, lugares y datos historicistas que nos suelen regalar los medios de comunicación. Frente a esa visión, quizás necesaria, el americano nos llena de verdad con la suya o, mejor dicho, con la que a él le contaron los verdaderos protagonistas de la historia, las víctimas, los verdugos y los mediadores. Rubén Varillas 


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