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Viernes, 5 de setiembre de 2014
AĂąo 2014 ÂŚ NÂş 179
EconomĂas ilegales en AmĂŠrica Latina Poca importancia se le ha dado en AmĂŠrica Latina a los mercados ilegales dentro de la economĂa, cuya cifra es similar a la inversiĂłn extranjera que la regiĂłn recibiĂł en 2013. Esto podrĂa deberse a la invisibilidad que producen sus metodologĂas, indicadores y fuentes, pero tambiĂŠn a las implicaciones morales, legales, polĂticas y culturales nacidas en el marco de la estrategia de “guerra a las drogasâ€?. (PĂĄg. 2-3)
El soberano, sus acreedores y la ley Roberto Bissio*
P
ara cumplir sus cometidos, los soberanos se endeudan. En un pasado no tan lejano esta deuda soberana podĂa ²QDQFLDU DYHQWXUDV PLOLWDUHV R OD YLGD dispendiosa de los monarcas y sus cortes. En el mundo contemporĂĄneo, en el que la primera obligaciĂłn de los (VWDGRV HV UHVSHWDU SURPRYHU \ SURWHger los derechos humanos, es la necesidad de un desarrollo que maximice HO ELHQHVWDU OD TXH MXVWL²FD HO HQGHXdamiento soberano. Hay un enorme progreso ĂŠtico y polĂtico entre el Estado absolutista y aquel basado en la soberanĂa popular organizada democrĂĄticamente. Sin embargo, a la hora en que el soberaQR HVWi HQ GL²FXOWDGHV SDUD SDJDU VXV deudas, el mundo sigue siendo un territorio sin ley. En 1307, Felipe IV de Francia solucionĂł su quiebra acusando a sus acreedores, los caballeros templarios, GH KHUHMtD \ VRGRPtD \ HQYLiQGRORV
a la hoguera. Si, en cambio, la fuerza estaba del lado de los acreedores, pVWRV QR YDFLODEDQ HQ XWLOL]DUOD FRQWUD el deudor soberano en falta (default), como hicieron los ingleses, alemanes e italianos en 1902, bloqueando con sus barcos caĂąoneros los puertos de Venezuela para cobrar su deuda, con un saldo de decenas de muertos en los bombardeos. La reacciĂłn popular latinoamericana contra este abuso fue enorme pero un solo gobierno se solidarizĂł con el agredido y el canciller argentino Luis MarĂa Drago enunciĂł el 29 de diciemEUH GH OD GRFWULQD TXH KR\ OOHYD VX nombre y que considera ilegal el cobro YLROHQWR GH XQD GHXGD OR TXH REYLDmente protegĂa a los Estados pequeĂąos de la arbitrariedad de potencias que actuaban como juez, parte y ejecutor. Nada mĂĄs se ha hecho desde HQWRQFHV SDUD UHVROYHU GH PDQHUD OHgĂtima e imparcial las disputas entre acreedores y deudores soberanos. En 1956, el gobierno argentino no pudo pagar las deudas de corto plazo contraĂdas por el gobierno del general Pedro Aramburu al derrocar a Juan PerĂłn el aĂąo anterior. Argentina acepWy OD LQYLWDFLyQ GH )UDQFLD GH QHJRFLDU una soluciĂłn con los paĂses acreedores y asĂ naciĂł el Club de ParĂs, en el que
los soberanos acreedores negocian con los deudores soberanos las deudas de gobierno a gobierno. Es un mecanismo informal y parcial en el que cada pequeĂąo paĂs deudor debe sentarse a negociar en condiciones muy desiguales DQWH ORV JRELHUQRV GH GLHFLQXHYH SDtVHV SRGHURVRV (VWDGRV 8QLGRV YDULRV de Europa occidental, CanadĂĄ, JapĂłn, Israel y Rusia). En casi cincuenta aĂąos, el Club ha renegociado cuatrocientas WUHLQWD YHFHV OD GHXGD R²FLDO GH QRYHQWD SDtVHV DFUHHGRUHV SRU XQ PRQWR total de 583,000 millones de dĂłlares. Pero en las Ăşltimas dos dĂŠcadas la deuda soberana ha cambiado y los gobiernos ya no le piden prestado a otros gobiernos sino que ofrecen bonos al pĂşblico nacional e internacional. Un Estado puede prestar a otro con la seguridad de que el cobro estarĂĄ respaldado, ya no por sus caĂąoneras pero
El G-77 y China acaban de presentar en la ONU un proyecto de resoluciĂłn SDUD ÂąUPDU HQ XQD convenciĂłn que establezca un marco regulatorio legal para la reestructuraciĂłn de la deuda soberana.
Vt SRU OD SUHVLyQ FROHFWLYD GHO &OXE GH 3DUtV Â&#x2DC;4Xp VHJXULGDG WLHQH HO LQYHUVRU particular? La lĂłgica del mercado es implacable. Si el deudor es percibido como riesgoso, el comprador de boQRV YD D H[LJLU WDVDV GH LQWHUpV DOWDV Los paĂses que mĂĄs necesitan el dinero pagan mĂĄs caro por ĂŠl. Para bajar las tasas de riesgo, los paĂses emiten bonos en monedas â&#x20AC;&#x153;fuertesâ&#x20AC;? (dĂłlares, euros o yenes), se recurre a la intermediaciĂłn de grandes EDQFRV LQWHUQDFLRQDOHV \ ²QDOPHQte, se renuncia a la soberanĂa jurĂdica, estableciendo las leyes y tribunales GH 1XHYD <RUN /RQGUHV R 7RNLR SDUD OD resoluciĂłn de cualquier problema con los acreedores, con lo que los sistemas ²QDQFLHURV GH HVWDV FLXGDGHV SURVSHran a costa de las necesidades de los paĂses en desarrollo. Los bonos ya fueron usados en el siglo XVI por Felipe II, quien pasĂł a la historia como el mejor rey de EspaĂąa, a pesar de tres declaraciones de default y subsecuentes restructuraciones de su deuda externa. Pero este meFDQLVPR VH PXOWLSOLFy H[SORVLYDPHQWH en las dos Ăşltimas dĂŠcadas, al punto de que hoy se estima en cincuenta y cinco billones (millones de millones) de dĂłlares el total de bonos soberanos FLUFXODQGR FLHQ YHFHV PiV TXH WRGD OD
deuda de gobierno a gobierno renegociada por el Club de ParĂs en su historia. 3HUR WRGD HVWD DUTXLWHFWXUD ²QDQciera depende, en Ăşltima instancia, de RVFXURV MXHFHV FRPR 7KRPDV *ULHVD GH quien el 1HZ <RUN 7LPHV dijo que â&#x20AC;&#x153;no termina de entenderâ&#x20AC;? cĂłmo funcionan los bonos bajo su jurisdicciĂłn y cuya IDPRVD UHVROXFLyQ D IDYRU GH ORV IRQGRV HVSHFXODWLYRV ¨GLItFLOPHQWH SXHGH LQVSLUDU FRQ²DQ]D HQ HO VLVWHPD OHJDO estadounidenseâ&#x20AC;?. /D ,QWHUQDWLRQDO &DSLWDO 0DUNHW $Vsociation (ICMA), que agrupa a los intermediarios de bonos soberanos, estĂĄ UHFODPDQGR QXHYDV UHJODV GH MXHJR \ HO *UXSR GH ORV \ &KLQD DFDEDQ GH presentar en las Naciones Unidas un proyecto de resoluciĂłn para negociar y ²UPDU HO DxR SUy[LPR XQD ¨FRQYHQFLyQ multilateral que establezca un marco regulatorio legal para los procesos de restructuraciĂłn de la deuda soberana, FRQ PLUDV D DXPHQWDU OD H²FLHQFLD HVtabilidad y predictibilidad del sistema ²QDQFLHUR LQWHUQDFLRQDOŠ /D YRWDFLyQ VHUi HO PDUWHV GH VHtiembre y su resultado puede marcar un cambio en la historia de la deuda, TXH HV XQD H[SUHVLyQ ²QDQFLHUD GH OD historia mundial de la inequidad. 'LUHFWRU GHO ,QVWLWXWR GHO 7HUFHU 0XQGR ,7H0