La Revista - 21 Setiembre 2014

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Lima, jueves 29 de mayo de 2014

diario

Director: CÉSAR LÉVANO

AÑO: 1 Nº 35

LIMA, DOMINGO 21 DE SETIEMBRE DE 2014

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EDITOR: PACO MORENO

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Director: CÉSAR LÉVANO

Opinión Paco Moreno

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lgunos días después de que mineros ilegales asesinaran a cuatro asháninkas, el defensor del Pueblo, Eduardo Vega, pidió públicamente al Ministerio del Interior medidas eficaces para proteger la vida del dirigente Washington Bolívar, de la comunidad nativa Mariscal Cáceres de la provincia ucayalina de Padre Abad,y la respuesta no se escuchó de inmediato. El ministro del Interior, Daniel Urresti, quien es un hombre al que le agrada mostrar su labor por los

Las muertes que interesan que no le importa la muerte de los nativos, pero nos quedamos horas y horas viendo cómo un tal, Guty Carrera, le fue infiel a su pareja o viendo las tonterías que hacen los desequilibrados de los canales 5 y 2 a partir de las once de la noche de lunes a viernes. Sobre todo, el de canal 2. Hemos tenido un presidente de la República, creador de la teoría del perro del hortelano, que permitió, en 2009, madurar una protesta de nativos de Bagua, tanto que derivó en la muerte de 33 peruanos entre policías y civiles. Además, hasta ahora

medios de comunicación, no respondió de manera rápida al pedido del Defensor para decir que la Policía protegerá la vida del nativo amenazado de muerte, pese a que habían sido asesinados ya cuatro en Ucayali se demoró días. Somos aún una sociedad en la que las muertes de los nativos, andinos o amazónicos, no genera portadas, ni grandes despliegues de la gran prensa, y pasan inadvertidas con notas breves en las páginas interiores y por consiguiente no les interesa mucho. Somos una sociedad a la

Citas

   LAS VOCES

de los nativos no se oyen porque tenemos una clase dirigente que escucha solo a los que tienen la billetera gorda. Falta tanto para actuar como nacióncivilizada. no ha aparecido el cuerpo de un mayor de la Policía. Este personaje quiere volver para oír solo a los que le conviene. Las voces de los nativos no se oyen.La clase política solo oye a los que tienen la billetera gorda. Falta tanto tiempo para actuar como una nación civilizada.

BmYf \] dY Hm]fl] “La muerte de los asháninkas fue más noticia internacional que nacional.”

Para que no se repita    “Nuestra institución considera importante impedir que se repitan hechos tan lamentables como los que acabaron con la vida del jefe de la comunidad de Alto Tamaya-Saweto (Ucayali), Edwin Chota, y los dirigentes Leoncio Quincima, Jorge Ríos y Francisco Pinedo”. (Defensor del Pueblo).

Nos avergüenza    “Los responsables (del crimen) son, al parecer, mafias que tienen intereses económicos en la tala ilegal de madera, que se enfrentan a comuneros, quienes lo único que hacen es cuidar sus bosques. Este suceso nos avergüenza como sociedad”. (Presidente Ollanta Humala).

UNO

PARA EL “TUIT”

citables

Trabajamos para ella    “El Gobierno tiene el objetivo de lograr plena inclusión social y que el Estado esté presente en esas zonas del país, incluyendo a las comunidades amazónicas. Todos los funcionarios públicos deben trabajar en forma mancomunada para el beneficio de las comunidades nativas amazónicas (…) El sector Vivienda diseñará módulos para mejorar la calidad de casas rurales e instalará un tambo.” (Primera ministra Ana Jara).

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KYdnY\gj @]j]ka “Villarán no le ganará a Luis Castañeda, yo sí.”

KmkYfY NaddYj~f “Nos va a pasar como la otra vez, uno puede ir puntero y después las cosas cambian. No estoy esperando un milagro.”

A mí me gustan los animales. Al que quiero exterminar es a El perro del hortelano.

=fjaim] ;gjf]bg “Aclaremos de una vez el tema de Orion: Premiamos en el 2010 a la mencionada empresa por adquirir vehículos modernos y no contaminantes.”

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Hecho el Depósito legal Nº 2005-2098

Dpto. de Distribución: Telf. 460-7928 7.5 ALTO X7X5 ANCHO

Editor: Paco Moreno, Arte y Diseño: Julio Arroyo S, Edición Gráfica: Raquel Baldarrago.

DIRECCIÓN: AV. JOSÉ PARDO 741 MIRAFLORES TELÉFONOS: 447-1218 / 447-3092 FAX: 444-0883 LOS AUTORES DE NOTAS DE INVESTIGACIÓN Y/U OPINIÓN SON LOS ÚNICOS RESPONSABLES DE SU ELABORACIÓN Y CONTENIDO. LA CASA EDITORA NO SE SOLIDARIZA NECESARIAMENTE CON ELLOS.

>]jf~f 9dlmn] “Heresi está pecando de soberbia porque ha subido unos puntitos.”

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EDUARDO SANTANA

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a comunidad asháninka de Saweto reclamó por más de diez años la titulación de sus tierras y la protección del Estado ante las amenazantes incursiones de madereros ilegales que depredaban ese territorio que ancestralmente les pertenece. Los ilegales los amenazaron de muerte y, desde el 2005, el líder de la comunidad, Edwin Chota, notificaba a las autoridades sobre el peligro, pero nadie hizo nada y el primero de setiembre fue asesinado junto a otros tres dirigentes. Cuatro mujeres siguen esperando en Ucayali los resultados de unos exámenes de ADN a los restos de las víctimas que la policía logró recuperar. Sus esposos fueron asesinados el primero de setiembre y sus cuerpos están irreconocibles porque los criminales los descuartizaron y abandonaron los restos a expensas de los animales selváticos,. Uno de ellos no necesitaría del examen: el líder de la comunidad asháninka de Saweto (distrito de Masisea, en Ucayali), Edwin Chota. Fue reconocido gracias a la ropa que llevaba puesta, la misma con la que se despidió el 31 de agosto, cuando junto a Leoncio Quinticima, Jorge Ríos y Francisco Pinedo, salieron de Saweto para reunirse con los jefes de la comunidad brasileña vecina. Las viudas, Ergilia Ríos, Juanita Ríos, Lita Rojas y Julia Pérez, llevan consigo a algunos de sus hijos para poder comparar su sangre con la de sus probables esposos y esperan, también, la presencia de un antropólogo forense. El antropólogo forense debía llegar durante la semana, cuenta por teléfono José Borgo, de la ONG Pro Purús, algo inquieto. Es testigo de la inacción del Estado frente a los esfuerzos que la comunidad asháninka inició hace diez años para defender sus territorios de la tala ilegal. Borgo también participó de esos esfuerzos y lo seguirá haciendo; después de la llamada, emprendió otro viaje a Saweto. “Haré lo posible por ir con el fiscal del Medio Ambiente”, dice. EL INICIO En el 2002, Chota inició las gestiones para titular las tierras de su comunidad, era la fórmula legal de impedir que los madereros ilegales continúen depredando el espacio que siempre perteneció a los pobladores de Saweto. Desde ese momento, recibió constantes amenazas de los madereros. Él, su familia y su comunidad estaban en peligro. Así, pidió garantías personales ante la prefec-

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Nadie escuchó a

Saweto tura de Ucayali en 2005. EL FINAL Sin embargo, las amenazas no cesaron. Chota, incluso, fue atacado con armas de fuego en 2010. ¿Su respuesta? Siguió presentando detalladas denuncias de tala ilegal que incluían datos georeferenciales recogidos mediante GPS’s. En abril de este año firmó su última denuncia, y su propia sentencia de muerte, dirigida a Marcial Pezo, director ejecutivo Forestal y de Fauna Silvestre de Ucayali y a Patricia Lucano, fiscal especializada en Medio Ambiente. Ni Pezo ni Lucano llegaron a Saweto, pero sí lo hicieron sus predecesores y mataron a Chota y a sus tres compañeros de lucha, cerca de la frontera con Brasil, camino a una reunión con una comunidad indígena brasileña, con un único punto en la agenda: defender sus territorios de los madereros ilegales y el narcotráfico. La reunión nunca se concretó. EL LAMENTO ¿Por qué nunca se protegió a una comunidad que denuncia amenazas desde hace diez años? ¿Por qué el 80% de la madera exportada por el Perú sigue produciéndose de forma ilegal? ¿Por qué en más de diez años los pobladores de Saweto no han podido titular sus tierras? Las respuestas posiblemente estén en manos de Francisco Berros-

   ¿POR QUÉ NUNCA se protegió a una comunidad que denuncia amenazas desde hace diez años? ¿Por qué el 80% de la madera exportada por el Perú sigue haciéndose de forma ilegal? ¿Por qué en más de diez años los pobladores de Saweto no han podido titular sus tierras? pi, exfiscal del Medio Ambiente en Ucayali. Berrospi aseguró en una entrevista televisiva que las mafias de tala ilegal estarían coludidas con autoridades que impiden el curso regular de las denuncias de Chota. Agregó que todas las denuncias hechas por el dirigente asháninka fueron archivadas por el Ministerio Público y que los fiscales que lo precedieron exigían que la comunidad pague el transporte hasta Saweto, a donde se llega después de tres días de viaje por ríos o en helicóptero. Los pobladores de Saweto no pudieron costear los viajes y todos los detalles, las georeferencias, las

fotografías, y las esperanzas de la comunidad terminaron en el archivo de una entidad estatal. Berrospi tampoco viajó a la zona porque, según explicó, los funcionarios de la Dirección Ejecutiva Forestal del Gobierno Regional de Ucayali ponía trabas a la investigación y al viaje. Jean Pierre Araujo, especialista en derecho ambiental de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, conversó con nosotros y aseguró que es responsabilidad del funcionario público atender estas denuncias, “y si necesita mayores recursos económicos, es su obligación buscar que la administración pública le provea estos medios”. “Si (los fiscales a cargo) no fueron lo suficientemente diligentes, podrían ser procesados por la Oficina de Control de la Magistratura y si la falta es tan grave podría implicar, incluso, su destitución”, agregó. Y, ¿AHORA? Las cuatro mujeres siguen esperando saber si esos cuatro cuerpos que reposan en la morgue de Ucayali son sus esposos. No se irán hasta que suceda. Ya anunciaron que tomarán la posta dejada por ellos y lucharán por titular sus tierras y sacar de ellas a los madereros ilegales. Araujo asegura que la comuni-

dad necesita “seguridad jurídica para que ellos mismos puedan hacer el manejo forestal. Una de las alternativas es hacerlo con un socio o un empresario, pero asegurando la sostenibilidad de los bosques”. “Es importante capacitar a las comunidades para que ellas mismas puedan emprender su negocio”, agregó. Cuando le preguntamos a José Borgo sobre la inacción de las autoridades, hace un breve silencio y comenta: “cuando un privado denuncia que se meten en sus territorios van rápido y atienden su denuncia; en todas las veces que Chota lo ha denunciado no le han hecho caso; por eso está muerto ahora”. Ergilia Ríos, una de las viudas, aún dolida por la muerte de su compañero, asevera enérgica que “las mujeres asháninkas de Saweto ahora estamos tomando el liderazgo de la comunidad para continuar la lucha por el territorio para nuestros hijos”. Medios internacionales dieron mayor cobertura a las denuncias de Chota y a su muerte, que ha servido para que los peruanos nos enteremos, por unos segundos en las pantallas de los noticieros, que existe un pueblo en Ucayali, que lucha desde hace diez años para defender lo que es suyo, que se llama Saweto, y que sus líderes han sido asesinados porque en el Estado nadie les hizo caso.


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Del baguazo

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a la masacre de

asháninkas

Raúl La selva ha vuelto a ensangrentarse y una vez más Wiener descubrimos que las comunidades y los pueblos que la habitan son como pequeños estados, que para salir adelante tienen que defenderse solos.

C

uando ocurrió el “baguazo”, y el país no salía de su espanto, Alan García apareció para preguntarse en público cómo era que apenas 300 mil indígenas amazónicos, querían quedarse con 12 millones de hectáreas, lo que vendría a ser 40 hectáreas para cada uno de ellos. Y agregó, en tono despectivo; ¿qué se creían?, ¿ciudadanos de primera categoría? Incapaz para los sentimientos y para comprender el efecto de sus malas decisiones, el ego colosal recordó además que la Constitución establece que los recursos del subsuelo: minería e hidrocarburos, son de “todos los peruanos”, a través del Estado, por lo que el gobierno está mandando a echar al que está sobre el suelo para dárselo a empresas que exploten el subsuelo. Obviamente, para García lo que acababa de pasar con sus muertos policías, sus muertos selváticos y sus muertos de las ciudades amazónicas, no podía ser sino el resultado de un gran engaño a esta población que él colocaba en segunda o tercera categoría. Esas creencias en apus, en ríos protectores, en el diálogo con la naturaleza, en propiedad de los pueblos sobre territorios abiertos, eran ignorancia, atraso y manipulación de la gente. Y ahí seguía un lista de culpables: nacionalistas, chavistas, izquierdistas, dirigentes

indígenas, etc., y nadie del gobierno y las fuerzas de represión. A esta declaración se le llamó “autocrítica”, pero lo único de lo que se criticaba era de la falta de comunicación para que los amazónicos aceptaran el imperio de las petroleras, las madereras y las grandes inversiones agrícolas y ganaderas. Por cierto, si García les decía a los aguarunas, ashánincas y demás etnias selváticas que sus bosques ya no eran sus bosques porque

había que pensar en negocios que dan dinero, y que los ríos ya no estaban bajo su cuidado, no hubiera convencido a nadie porque las creencias de la gente de la selva son muy profundas. Nadie, ni el presidente ni sus opositores, puede venir a contarles historias sobre cómo son las cosas que han vivido por generaciones. Si se rebelaron es porque se sentían amenazados por un gobierno que era todo soberbia y que actuaba poniendo en un pedestal a la inversión

extranjera y más abajo que al resto de la sociedad a los pueblos de la selva. EL PRESENTE García sigue paseando oronda su humanidad y verborrea, como si en la conciencia no le pesaran en lo más mínimo las víctimas de sus dos gobiernos. Y en Amazonas se escenifica desde hace meses un proceso por los hechos de Bagua del año 2009, donde los únicos culpables son los amazónicos.

   EL TEMA ES EL MISMO para su visión de las cosas, aunque haya muchos que hace cinco años se asustaron de la protesta pacífica de los nativos que bloquearon varias carreteras y creyeron que había que sacarlos por la fuerza, ahora ensalsan a estos dirigentes muertos, por luchadores por el ambiente, como si los de Bagua no lo hubieran sido.

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siquiera a los que pudiera seles probado una particin directa en algunas de las es de los policías, sino los ntes, los que estaban en en la negociación de la luuno de ellos que fue herivemente en el momento de rvención policial y que sus añeros creyeron muerto, lo umentó su indignación. justicia de García está prodo a los que salieron en sa de una forma de vida tral y que encontraron que ado que antes los mantuvo olvido ahora se acordaba de

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nos enteramos de la noticia del asesinato de cuatro dirigentes de la comunidad Alto Tamaya-Saweto, de la etnia asháninca, en manos de madereros ilegales de Ucayali, que diversas informaciones ligan al narcotráfico, alrededor de un nuevo concepto: la narcomadera de la selva. El más conocido de los muertos se llamaba Edwin Chota Valera de 53 años, jefe de la comunidad, que un año y medio antes había denunciado la existencia de amenazas contra su vida, que finalmente se hicieron trágica realidad. ¿Pero qué significa un asesinato de estas características? Varias cosas: que los pueblos amazónicos tienen una sabiduría profunda, que a los gobernantes peruanos les cuesta mucho comprender y asumir, y que ha chocado esta vez con los intereses de los ladrones de madera, como en el 2009 se contraponía a las ambiciones depredadoras de las grandes empresas. El tema es el mismo para su visión de las cosas, aunque haya muchos que hace cinco años se asustaron de la protesta pacífica de los nativos que bloquearon varias carreteras y creyeron que había que sacarlos por la fuerza, y ahora ensalzan a los nuevos muertos como luchadores por el ambiente, como si los otros no lo hubieran sido.

ellos para aplastarlos. Los que se defendieron como siempre supieron defenderse y recibieron del presidente del país el calificativo de “salvajes”. ¿Quién responde por las decisiones erradas que llevaron a la tragedia?, ¿quiénes mintieron diciendo que sin ley de la selva se caía el TLC?, ¿quién decidió un desalojo por sorpresa a los nativos que tenían la carretera y mandó tropas nuevas directamente para el ataque con los resultados que se conocen? A la justicia ninguna de estas cosas le importa, porque su

razonamiento es mucho más elemental: el gobierno tenía derecho a atacar y los amazónicos no lo tenían para defenderse. Es la incomprensión fundamental de lo que es la existencia de pueblos que viven al lado de nosotros, pero que tienen leyes y costumbres que a veces no entendemos y que personas como Alan García jamás entienden. ASESINATO EN LA SELVA Cuando tantas heridas están abiertas por las incomprensiones de lo que es la Amazonía y la población que vive en sus bosques,

   GARCÍA sigue paseando oronda su humanidad y verborrea, como si en la conciencia no le pesaran en lo más mínimo las víctimas de sus dos gobiernos. Y en Amazonas se escenifica desde hace meses un proceso por los hechos de Bagua del año 2009, donde los únicos “culpables” son los amazónicos.

NUNCA PODRÁN La selva ha vuelto a ensangrentarse y una vez más descubrimos que las comunidades y los pueblos que la habitan son como pequeños estados que tienen que salir adelante y defenderse solos. Por eso mismo nunca van a aceptar que vengan a imponerse sobre ellos. Sea que unos lleguen diciendo que lo hacen en nombre de leyes que se dictaron sin tenerlos en cuenta, o sea que ingresen fuera de toda ley para robarles lo que siempre han considerado suyo. Los ashánincas como otro pueblos de la Amazonía tienen una historia propia que muchas veces se olvida, por ejemplo el enorme trauma de la guerra interna que pasó por encima de ellos. Pero han sobrevivido. No han podido con ellos. Y no van a poder nunca.


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Uno de los especialistas que más sabe sobre la vida en la Amazonía es Róger Rumrrill. En esta conversación destaca la vigencia de la utopía social indígena y analiza el hecho de que en Lima no nos conmueva tanto la muerte de cuatro líderes asháninkas en Ucayali. PACO MORENO

—¿Por qué cree que la muerte de los cuatro asháninkas pasa de manera casi inadvertida, sin amplia cobertura en la mayoría de los medios de comunicación? —El Perú es posiblemente el país más hipercentralista de América Latina y, como en el mito de Inkarrí, Lima habla por todo el Perú; y como decía el Amauta José Carlos Mariátegui en la segunda edición de los “7 Ensayos de interpretación de la Realidad Peruana” en 1934, la Montaña (como se denominaba a la Amazonía en esa época), “es un dominio colonial del Estado peruano”. Ochenta años después, la situación no ha cambiado. Las muertes pasan inadvertidas porque desde el imaginario limeño y centralista, desde una mirada exitista que considera a la Amazonía como una tierra incógnita, una región salvaje llena de riquezas para extraer y saquear, la visión y percepción sobre los pueblos indígenas es la del “buen salvaje” romántico y roussoniano, primitivo e idílico. Pero cuando este indígena se rebela, protesta y exige justicia frente al olvido del Estado y la expoliación y el abuso, este indio se convierte en un enemigo de la modernidad y el desarrollo, en una ciudadano de tercera clase, en un perro del hortelano, según el “filósofo” postmoderno, Alan García Pérez. Los indígenas amazónicos son invisibles de vivos y también de muertos. —¿Cree usted que somos un país que marcha de espaldas a la Amazonía? —No solo de espaldas, sino muchas veces en contra de la Amazonía. Fran-

cisco Ballón en su estudio “La Amazonía en la Norma Oficial Peruana: 18211990” señala que en el lapso de 100 años, entre 1821 y 1990, se dieron más de 18 mil leyes para el desarrollo de la Amazonía, normas sonambúlicas, como dice Ballón. En el año 1912 el dictador Augusto B. Leguía promulgó la Ley 1220 de Tierras de Montaña, que invisibilizaba a los indígenas y ponía en remate la Amazonía al mejor postor porque, según la referida norma, la Amazonía estaba vacía. Ni más ni menos que la ley del perro del hortelano de Alan García. La Amazonía es la gran renta estratégica del Perú en el siglo XXI porque posee las riquezas vitales de la economía global en crisis: agua, biodiversidad, minerales estratégicos y los conocimientos y sabe-

   Según el “filósofo” postmoderno, “Doctor” Alan García Pérez, cuando este indígena se rebela, protesta y exige justicia frente al olvido del Estado y la expoliación y el abuso, este indio se convierte en un enemigo de la modernidad y el desarrollo, en una ciudadano de tercera clase, en un perro del hortelano.

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res indígenas fundamentales para el manejo y uso sostenible de la Madre Naturaleza, Sin embargo, cortoplacistas, rentistas, extractivistas y primario-exportadores, las clases dominantes que manejan el Estado peruano han puesto a remate esas riquezas al capital

multinacional. Como en la fábula de Esopo, nos estamos comiendo la gallina de los huevos de oro del banco genético amazónico. —Además de los asháninkas, ¿qué otras comunidades están en peligro de los que talan árboles de manera ilegal? —En realidad, todos los

pueblos indígenas amazónicos pertenecientes a 13 familias etnolinguísticas y con una población de 350 mil habitantes están bajo amenaza y con riesgo de perder sus tierras y territorios y por lo tanto de su supervivencia como pueblos. Los tres adversarios más peligrosos son el

Estado peruano, las multinacionales extractivistas y las iglesias fundamentalistas que han iniciado un proceso de neoevangelización en la Amazonía. De estos tres, el Estado y el gobierno actual, aunque parezca increíble, son los más peligrosos porque no apoyan la titulación de 613 comuni-


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   EN REALIDAD, todos los pueblos indígenas amazónicos pertenecientes a 13 familias etnolinguísticas y con una población de 350 mil habitantes están bajo amenaza y en riesgo de perder sus tierras y territorios y por lo tanto, de su supervivencia, como pueblos. dades nativas que son pasto de los madereros legales e ilegales; el gobierno acaba de promulgar la Ley 30230 que rompe todos los candados de la seguridad jurídica de las tierras y territorios indígenas y mira impávido y hasta con complicidad el tráfico de títulos de las comunidades nativas a cambio del saqueo de los bosques comunales. —¿Qué nos falta para ser un país integrado? —La grave y profunda fractura que divide al Perú es social, económica, política y

cultural. Es el resultado de tener una nación multilingüe y multicultural y un Estado monocultural de origen criollo y colonial. El Estado que tenemos es disfuncional a la nación peruana. Dos ejemplos de esta fractura y disfuncionalidad son la contradicción existente entre el derecho consuetudinario de los pueblos indígenas y el derecho positivo de origen romano, además de la educación monolingüe en un país donde solo en

la Amazonia se hablan 63 lenguas. La agenda pendiente del presente y del futuro es trasformar este Estado monocultural y adecuarlo y hacerle funcional a la nación peruana multilingüe y multicultural. —El Defensor del Pueblo ha tenido que pedir públicamente garantías para la vida de Washington Bolívar, dirigente de la Comunidad Nativa de Mariscal Cáceres, Ucayali, y solo así el Ministerio del Interior las ha ofrecido. —El ministro del Interior, Daniel Urresti, estoy seguro no tiene nada que decir sobre los pueblos indígenas amazónicos, porque él, como casi todos los ministros y la mayoría de los políticos peruanos, es un no contactado y en aislamiento voluntario de la realidad del Perú y en particular de la Amazonía y de los pueblos indígenas.

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LA UTOPÍA SOCIAL INDÍGENA SIGUE VIVA

Los paradigmas y utopías de Occidente han colapsado —¿Las comunidades nativas amazónicas tienen mucho que enseñarnos a nosotros, digamos, o nosotros que enseñarles a ellos? —Todos los paradigmas y las utopías de Occidente han colapsado. Pero la utopía social indígena sigue viva y vigente en el Tercer Milenio. Utopía indígena que sacraliza a la Madre Naturaleza y la respeta y coexiste en armonía con ella, en una concepción cosmocéntrica y espiritual del universo. Por el contrario, la cosmovisión occidental y eurocéntrica, considera a

la Madre Naturaleza como un simple materia, un insumo, un bien transable y mantiene con ella una relación incestuosa y destructiva. Entre una y otra cosmovisión se juega el destino humano en el Tercer Milenio. Por esa misma razón el tiempo es circular en las cosmovisiones indígenas y el futuro no está adelante, sino está atrás y el pasado delante, porque lo conocemos, porque es la memoria histórica y toda la experiencia vivida para poder vislumbrar el futuro.


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OTRAS DISQUISICIONES

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   EN SU LIBRO LAS CRÓNICAS DEL DOLOR (II, 1), la periodista científica Melanie Thernstrom recuerda otra de las anécdotas del muy ameno poeta romántico alemán Heinrich Heine (1797-1856), quien malvivió asaltado por las enfermedades y las policías políticas (o sea, otras enfermedades). El buen Herr Heine era un optimista incurable sitiado por enfermedades que no lo eran.

Víctor Hurtado Oviedo

La ciencia siempre está de nuestro lado, aunque muchas veces no la veamos porque solemos mirar hacia otra parte.

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ue uno sepa (es decir, nada), los diccionarios de filosofía no detienen su erudito andar para incluir la palabra dolor entre sus temas, y tampoco les gusta la palabra tortura (que viene de torcer). Hay algo así como una pérdida de elegancia en detenerse en dos palabras que han dado vueltas –torciendo– alrededor del verde campo de la filosofía. En su libro Las crónicas del dolor (II, 1), la periodista científica Melanie Thernstrom recuerda otra de las anécdotas del muy ameno poeta romántico alemán Heinrich Heine (1797-1856), quien malvivió asaltado por las enfermedades y las policías políticas (o sea, otras enfermedades). El buen Herr Heine era un optimista incurable sitiado por enfermedades que no lo eran. Para demoler un poco el dramatismo de los sentimientos (es decir, la especialidad de todos los románticos), Heinrich solía afirmar que un dolor de muelas era más insoportable que un dolor psicológico. Muchos años después, otro poeta, Jorge Luis Borges, confesaba que él no era un hombre valiente, como sí lo fue su bisabuelo Isidoro Suárez, quien dirigió a los independentistas en la batalla de Junín, el agitado prólogo de la batalla final, la de Ayacucho. “No soy valiente: que lo diga mi dentista”, decía Borges. Heine y Borges: las metáforas vuelven –que lo digan los poetas–. La historia del dolor es la historia de un dúo de malas compañías en el que el dolor físico se mira en el moral como un espejo roto se ve en las cortantes trizas del otro. Los mitos nacen de los misterios, y los misterios, de la ignorancia. Si no sabemos el origen del rayo, terminaremos creyendo que el dios Thor nos lanza

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La anestesia

es un humanismo

martillos por algo impropio que hemos hecho o –más misterioso aún– por algo que haremos. Si nos adelantan el pago por nuestros pecados, al menos tenemos el derecho a usarlos. Quizá haya sido el genial, el epicúreo Thomas Jefferson quien formuló –sin aludir al dolor– la primera insurrección filosófica contra el dolor, en la Declaración de la indepen-

dencia de los Estados Unidos, del 4 de julio de 1776. En el Preámbulo, Jefferson escribió que los seres humanos tenemos “el derecho a la búsqueda de la felicidad”. Aunque es un poco tarde para añadirle un codicilo a la Declaración, podríamos agregar que no hay felicidad con dolor, y menos con la locura de un “dolor feliz”. Durante demasiados siglos

y en todas partes, el dolor fue una manifestación del mal humor de los dioses: un mensaje dirigido al corazón, y a veces a las muelas. Más que predicadores-resignadores hizo Horace Wells –un simple dentista de memorable nombre poco recordado–, cuando, en 1846, usó óxido nitroso para anestesiar a un paciente. Horace no patentó su uso pues

creía que el derecho a no sentir dolor debía ser “tan gratuito como el aire” (Miguel Artola: Los pilares de la ciencia, cap. XVI). La ciencia siempre está de nuestro lado, aunque muchas veces no la veamos porque solemos mirar hacia otra parte. Quizá debamos añadir el nombre de un simple dentista a la Declaración de la independencia de los Estados Unidos.

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