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AĂąo 2014 ÂŚ NÂş 159
Viernes, 18 de abril de 2014
Diålogo en Venezuela El esperado encuentro entre el gobierno y la oposición tuvo OXJDU ¹QDOPHQWH HO GH DEULO en el palacio presidencial de 0LUD²RUHV FRQ ORV FDQFLOOHUHV GH %UDVLO &RORPELD \ (FXDGRU FRPR WHVWLJRV )XHURQ VHLV KRUDV GH GHEDWH WUDQVPLWLGR en cadena de radio y televisión FRPR SULPHU SDVR SDUD EXVFDU HQWHQGLPLHQWRV VREUH OD FULVLV HFRQyPLFD VRFLDO \ SROtWLFD que vive Venezuela desde hace PiV GH GRV PHVHV 3iJ
La primavera del FMI Roberto Bissio*
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D LJXDOGDG KL]R HQWUDGD R²cial en el discurso del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) la semana pasada, durante la reuniĂłn de primavera de los gobernadores de estas instituciones, creadas hace setenta aĂąos en la conferencia de Bretton Woods. En lo que algunos ya estĂĄn denominando “la primavera del FMIâ€?, en alusiĂłn a las revolucionarias “primaveras ĂĄrabesâ€? o tal vez a la ya mĂĄs lejana “primavera de Pragaâ€? de 1968, nuevos vientos conceptuales hicieron irrupciĂłn en el organismo multilateral, mĂĄs conocido en el mundo como celoso guardiĂĄn de la disciplina monetaria que por sus innovaciones conceptuales. En su discurso ante varios cientos de ministros de EconomĂa y gobernadores de bancos centrales de todo el mundo y en su “agenda mundial de polĂticasâ€?, HO LQIRUPH R²FLDO D ORV PLHPEURV OD directora gerenta del FMI, Christine Lagarde, enfatizĂł que la desigualdad
es un obstĂĄculo para la economĂa y no un aliciente. “Me dicen que por quĂŠ me preocupo por las desigualdades, que ese no es tema del Fondoâ€?, admitiĂł en entrevista con el New York Times. Y su respuesta a esta observaciĂłn es que “el )0, VH RFXSD GH OD HVWDELOLGDG ²QDQciera y todo lo que la pone en peligro, ²QDQFLHUD R PDFURHFRQyPLFDPHQWH HV parte de nuestra obligaciĂłnâ€?. Por su parte, en el prĂłlogo al informe sobre Perspectivas de la EconomĂa Mundial, Olivier Blanchard sostiene que “a medida que los efectos de la crisis ²QDQFLHUD VH GLVLSDQ OHQWDPHQWH HO SDnorama puede pasar a estar dominado por otra tendencia: el aumento de la desigualdad de ingresosâ€?. Desde su autoridad como economista jefe del FMI, Blanchard explica que “hasta hace poco no se creĂa que [la desigualdad] tuviera fuertes repercusiones en los resultados macroeconĂłmicosâ€?, pero tal suposiciĂłn “estĂĄ cada vez mĂĄs en tela de juicioâ€?. Christine Lagarde promete que, en adelante, “el FMI proveerĂĄ asesoramiento polĂtico sobre temas crĂticos como el envejecimiento, los cambios ambientales y la desigualdadâ€?. Sin embargo, esta primavera conceptual, cimentada en varios informes de los equipos de investigadores del organismo, todavĂa estĂĄ
lejos de encarnarse en las condicionalidades concretas del FMI a los paĂses a los que “rescataâ€? o las recomendaciones sugeridas en sus inspecciones regulares a los miembros. Deborah James, directora del Center for Economic and Policy Research (CEPR) de Washington, sostiene que “las polĂticas que el FMI impone todavĂa hoy estĂĄn exacerbando las desigualdades de una manera impresionanteâ€?. Ucrania, por ejemSOR DFDED GH ²UPDU FRQ HO RUJDQLVPR XQ prĂŠstamo de 27,000 millones de dĂłlares, a cambio de los cuales se compromete a adoptar un plan de austeridad que incluye rebajas masivas en las pensiones y cuarenta por ciento de aumento en el costo del gas con el que los ucranianos cocinan y calientan sus hogares. En 2011, el FMI ya habĂa prometido que sus condiciones serĂan “adecuadas
El resultado inevitable GH OD LQ²XHQFLD GHO )0, HV PiV H[FOXVLyQ SREUH]D \ GHVLJXDOGDG Una de cada cinco protestas callejeras HQ WRGR HO PXQGR WLHQH DO )0, FRPR FDXVD
a las necesidades de cada paĂs, mĂĄs claras y menos numerosasâ€?. El grupo de estudios Eurodad analizĂł los prĂŠstamos RWRUJDGRV SRU HO RUJDQLVPR ²QDQFLHUR despuĂŠs de esa promesa (veintitrĂŠs operaciones en veintidĂłs paĂses) y concluyĂł que el nĂşmero de condiciones en realidad aumentĂł. En todos los casos el FMI LPSXVR PHGLGDV ²VFDOHV WDOHV FRPR OLmitar los gastos pĂşblicos, la inversiĂłn en servicios pĂşblicos de educaciĂłn, salud y seguridad social, y los salarios que paga el Estado. AdemĂĄs, en cinco paĂses exigiĂł la introducciĂłn de impuestos regresivos (que aumentan la desigualdad), como el impuesto al consumo (IVA o IGV). En casi todos los casos las condicionalidades del FMI se complementan con otras impuestas por el Banco Mundial, para los paĂses en desarrollo, o el Banco Central Europeo y la UniĂłn Europea, para los casos de Grecia y Chipre. -HVVH *ULI²WKV GLUHFWRU GH (XURGDG observa que veinte de los veintidĂłs paĂses “ayudadosâ€? por el FMI ya habĂan requerido ayudas hace menos de diez aĂąos y la mayorĂa de ellos estĂĄn reincidiendo en menos de tres aĂąos. “Eso quiere decir que el FMI estĂĄ ayudando a paĂses que son LQVROYHQWHVŠ H[SOLFD *ULI²WKV ¨FXDQGR su cometido es apoyar a quienes tienen problemas coyunturales de iliquidezâ€?.
La consecuencia es que las restructuras inevitables de las deudas se postergan y el paĂs endeudado se desangra lentamente. Deborah James enfatiza que el FMI deberĂa ser mĂĄs activo para promover la cancelaciĂłn de la deuda de paĂses como Jamaica, con una deuda mucho mĂĄs grande que el total de su producto anual y que se empobrece con cada acuerdo con el organismo. “Es necesario un mecanismo mundial para resolver los problemas de las deudas soberanasâ€?, agrega. (O &(35 HVWXGLy OD ¨LQÂłXHQFLD EODQdaâ€? que el FMI ejerce a travĂŠs de sus consultas regulares con los gobiernos europeos y encontrĂł, entre 2008 y 2011, “un patrĂłn consistente de polĂticas macroeconĂłmicas que buscan achicar el gobierno y reducir el gasto pĂşblicoâ€? mediante polĂticas que “reducen la protecciĂłn social para amplios sectores y reducen la parte de los trabajadores en el ingreso totalâ€?. El resultado inevitable es mĂĄs exclusiĂłn, mĂĄs pobreza y mĂĄs desigualdad. Una de cada cinco manifestaciones callejeras en todo el mundo, segĂşn la base de datos de la Universidad de Columbia, tiene al FMI como causa. * Director del Instituto del Tercer Mundo (ITeM).