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Viernes, 28 de febrero de 2014
AĂąo 2014 ÂŚ NÂş 152 Jimena Cucho Misaico
PerĂş asume el reto: un compromiso climĂĄtico &RPR SDtV DQÂąWULyQ GH OD &23 20, HO 3HU~ WLHQH HO URO GH IDFLOLWDU HO DFHUFDPLHQWR GH SRVLFLRQHV SRODUL]DGDV SDUD DOFDQ]DU XQ FRPSURPLVR FOLPiWLFR JOREDO GLFH HO PLQLVWUR GHO $PELHQWH 0DQXHO 3XOJDU 9LGDO 3HUR D VX YH] HQ WDQWR PLHPEUR GH OD &RQYHQFLyQ GH ODV 1DFLRQHV 8QLGDV FRQ XQD DOWtVLPD ELRGLYHUVLGDG GHEH MXJDU XQ URO GHVWDFDGR HQ OD UHXQLyQ DPELHQWDO PiV HVSHUDGD GHO DxR (QWUHYLVWD SiJ
Lo prometido ya no serĂĄ deuda Roberto Bissio*
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esde que terminĂł el colonialismo a mediados del siglo XX el compromiso de las economĂas avanzadas de contribuir a un mejor futuro en los paĂses entonces llamados subdesarrollados ha sido uno de los pilares de la precaria arquitectura internacional. La propia carta de las Naciones Unidas compromete a sus miembros a “cooperar, juntos o por separadoâ€? para lograr “mejores condiciones de vida, pleno empleo, desarrollo y progreso econĂłmico y socialâ€?. En octubre de 1970, la Asamblea General de las Naciones Unidas, tomando como base los cĂĄlculos del economista holandĂŠs Jan Tinbergen (premio Nobel en 1969) sobre cuĂĄnta inversiĂłn serĂa necesaria para cerrar gradualmente la brecha entre paĂses pobres y ricos, resolviĂł que “cada paĂs econĂłmicamente avanzado progresiYDPHQWH DXPHQWDUi VX DVLVWHQFLD R²cial al desarrollo (AOD) y se esforzarĂĄ por llevarla a un mĂnimo de 0.7 por
ciento de su producto nacional bruto a mediados de la dĂŠcadaâ€?. A casi cuarenta aĂąos de vencer este plazo, solo cinco paĂses (Dinamarca, Luxemburgo, Noruega, Suecia y Holanda) han cumplido esta promesa, reiterada cada aĂąo y en cada conferencia internacional. El Reino Unido se sumarĂĄ a la lista en 2015, pero para entonces Holanda se habrĂĄ salido de ella, ya que el presupuesto de la nueva coaliciĂłn de gobierno prevĂŠ cortarla hasta 0.5 por ciento. ÂżPara quĂŠ sirve una promesa que nunca se cumple? Para responder esta pregunta, el gobierno holandĂŠs enviĂł el 14 de febrero al parlamento los resultados de un estudio de un equipo LQWHUPLQLVWHULDO TXH VLJQL²FDWLYDPHQWH no estuvo presidido por el Ministerio de Relaciones Exteriores, del cual depende la cooperaciĂłn holandesa, sino por el de Finanzas. El tĂtulo del informe adelanta OD FRQFOXVLyQ ¨+DFLD XQD QXHYD GH²QLciĂłn de la cooperaciĂłnâ€?. O sea, como no podemos cambiar la promesa, cambiemos los tĂŠrminos de lo prometido. (Q OD GH²QLFLyQ DFWXDO GHO &RPLWp GH $VLVWHQFLD DO 'HVDUUROOR '$& GH OD 2UJDQL]DFLyQ SDUD OD &RRSHUDFLyQ \ HO 'HVDUUROOR (FRQyPLFR 2&'( HO FOXE de los paĂses ricos con sede en ParĂs, la 2$' FRPSUHQGH WRGRV ORV ÂłXMRV KDFLD los paĂses y territorios considerados “en
desarrolloâ€? provistos por instituciones pĂşblicas y destinados a promover el bienestar y el desarrollo econĂłmico. Si se trata de prĂŠstamos y no de donaciones, para poder ser contabilizados como “asistenciaâ€? ĂŠstos deben ser “blandosâ€? (con tasas de interĂŠs por debajo de las del mercado) y contener un componente importante de donaciĂłn. El estudio propone cinco alternativas GLIHUHQWHV SDUD UHGH²QLU OD D\XGD SHUR todas ellas tienen en comĂşn la posibiliGDG GH ¨LQFOXLU LQVWUXPHQWRV ²QDQFLHURV LQQRYDGRUHVŠ HQ OD GH²QLFLyQ \ PD\RU laxitud en las reglas sobre prĂŠstamos, de manera de poder contabilizar un componente de ayuda mayor o incluir en la de²QLFLyQ FUpGLWRV DFWXDOPHQWH H[FOXLGRV Una de las alternativas propuestas consiste en excluir de la lista a los paĂses llamados de “ingresos mediosâ€?
6L VH JHQHUDOL]DUD OD SURSXHVWD KRODQGHVD HQ YH] GH XQD DVLVWHQFLD RÂąFLDO DO GHVDUUROOR DGLFLRQDO VROR KDEUtD XQ FDPELR GH HWLTXHWD GH ORV PLVPRV PRQWRV DFWXDOHV
(toda AmĂŠrica Latina, salvo HaitĂ) y concentrar la cooperaciĂłn, reducida a 0.25 por ciento, en los paĂses mĂĄs pobres. Otra alternativa propone este mismo porcentaje para los paĂses mĂĄs pobres y llegar al 0.7 contando como ayuda a los paĂses de ingresos medio WRGR WLSR GH LQVWUXPHQWRV ²QDQFLHURV incluyendo crĂŠditos, y “la promociĂłn de inversiones por parte de compaĂąĂas holandesasâ€?, en particular las vinculadas al agua y el saneamiento donde tendrĂan una ventaja comparativa. El informe lamenta que con las reJODV DFWXDOHV ¨HO ²QDQFLDPLHQWR S~EOLFR a iniciativas privadas a travĂŠs de garantĂas o exoneraciones de impuestos estĂĄ omitido de las estadĂsticas de ayuda, DXQTXH HVWRV IRQGRV DSDODQFDQ ÂłXMRV ²QDQFLHURV SULYDGRVŠ 6L HVWD UHJOD VH cambia, muchos paĂses podrĂan llegar a la meta del 0.7 simplemente contabilizando como ayuda las actividades de sus trasnacionales o, peor aĂşn, las grandes corporaciones podrĂan acceder al presupuesto de la ayuda y asĂ privatizar las ganancias si sus inversiones son exitosas y socializar las pĂŠrdidas si fracasan. El informe constata que actualmente Holanda gasta en “bienes pĂşblicos internacionalesâ€?, como la mitigaciĂłn del cambio climĂĄtico, la seguridad mundial o la asistencia social a refugia-
dos y migrantes, que no se consideran como “asistencia al desarrolloâ€? y propone cambiar esta situaciĂłn contabilizĂĄnGRORV FRPR D\XGD &RQ HOOR DJUHJDUtD a su cuenta de AOD unos 300 millones de euros anuales que gasta en “cascos azulesâ€? de las Naciones Unidas y otros 330 millones presupuestados como contribuciones futuras al cambio climĂĄtico. El informe registra que “probablemente haya objecionesâ€? de los paĂses en desarrollo a estas propuestas y que ĂŠstas “pueden comprometer otras discusionesâ€?, pero no explica por quĂŠ. La razĂłn no es, sin embargo, difĂcil de adivinar. En 2009, las economĂas avanzadas prometieron durante la cumbre de &RSHQKDJXH LQFUHPHQWDU VXV FRQWULEXciones a mitigar el clima hasta llegar a 100,000 millones de dĂłlares anuales de D\XGD HQ &RQ HOOR VH GXSOLFDUtDQ los 100,000 millones anuales de AOD actuales. Si la propuesta holandesa se generalizara -y hay evidencias de que otros paĂses estĂĄn sopesando las mismas opciones- en vez de una asistencia adicional solo habrĂa un cambio de etiqueta de los mismos montos actuales. 2 VHD FRPR FDQWDED &DUORV *DUdel, “Hoy un juramento, maĂąana una traiciĂłnâ€?‌ * Director del Instituto del Tercer Mundo (ITeM).