R EVISTA PR MERA AÑO: 1 Nº 15
LIMA, DOMINGO 4 DE MAYO DE 2014
EDITOR: PACO MORENO
www.laprimeraperu.pe
Un año sin el guerrero
Tanta
falta hace este hombre de convicciones firmes que luchó por un Perú limpio de corruptos.
2
R EVISTA
DOMINGO 4 DE MAYO DE 2014
Opinión Paco Moreno
PR MERA
Un derechista votaba por él
¿Hubiera sido buen presidente de la República Javier Diez Canseco? Yo creo que sí, porque fue un hombre que, sin dejar de lado la actitud sana para consensuar, se mantenía firme en sus propuestas de cambio radical contra los enemigos de la Patria. El problema fue que la dupla ideal BarrantesDiez Canseco o Diez Canseco-Barrantes no pudo concretarse por lo mismo de siempre: la desconfianza entre compañeros de clase. Tara de la izquierda, extendida en la
Citas
citables
Hace mucha falta Diez Canseco en este Congreso, que parece un club donde se piensa con el bolsillo y se vive para ganar dinero. Le hizo bien a la política y mal a los corruptos. derecha. Diez Canseco fue, después de Barrantes, el más presidenciable de los hombres de izquierda. Lo intentó en el 2006, pero los electores, que en su FOTO: RODOLFO CONTRERAS
Me gusta el fallooooouuuuu
mayoría siempre le hacen caso a la televisión, no respondieron como debían. Perdieron. Sin embargo, los políticos de derecha o los que dicen que no son de derecha ni de izquierda, que finalmente es lo mismo, lo han respetado de lejos y de cerca. Un derechista recalcitrante, pero serio, me confesó que siempre ha votado por Diez Canseco para el Congreso. “Él es el más honesto de todos. No hay pierde. Yo siempre voté por él”, me dijo. Diez Canseco, quien no pasó pobreza, siempre es-
tuvo al lado de los pobres. Incluso de los pobres diablos, para enfrentarlos. Fue luchador, generoso y valiente, por las causas justas. Era de aquellos que extendía sus mano amiga a los que menos tenían, a los enfermos, a los niños y los ancianos, sin cámaras ni notas de prensa. Hace mucha falta Diez Canseco en este Congreso, que parece un club donde se piensa con el bolsillo y se vive para ganar dinero. Le hizo bien a la política y mal a los corruptos. Vivió bien y se fue temprano.
Los más comentados Buenas ventas Respeto la libertad de expresión. No comulgo ni con la censura ni con la manipulación de información. Suerte con la edición, buenas ventas! (Nadine Heredia).
Golpe de Estado
“La sentencia podría ser calificada como un golpe de estado no solo contra el Consejo Nacional de la Magistratura sino contra otras instituciones, pues ha ordenado que se habilite plazas y presupuestos cuando esa no es función del Tribunal Constitucional” (Pablo Talavera, presidente del CNM).
Miedo Sergio Tejada dice: le tienen miedo a la figura política de Nadine ¿miedo? miedo tenía tu Presidente para ir a Locumba según tu Presidenta. (Héctor Becerril). Locumbazo Ahora resulta que Nadine es autora mediata del locumbazo.(Javier Villa Stein)
Zamarro
“Alan García es un zamarro, todo el Perú lo sabe (…) Quién duda que el Apra tiene sus tentáculos en la Fiscalía, en el Poder Judicial” (Daniel Abugattás).
¿Inclusión?
Y nada hacen sobre la Remuneración Mínima y los beneficios para los trabajadores de bares y restaurantes. ¿Inclusión? (Alan García). Una tontería
“Sería una tontería denunciar a la primera dama de la República (por haber insinuado que gracias a que movió sus tentáculos en el Poder Judicial logró limpiarse de las investigaciones de la Megacomisión”. (Alan García).
R EVISTA PR MERA AÑO: 1 Nº 3
LIMA, DOMINGO 9 DE FEBRERO DE 2014.
EDITOR: PACO MORENO
Hecho el Depósito legal Nº 2005-2098
Dpto. de Distribución: Telf. 460-7928
www.laprimeraperu.pe
Editor: Paco Moreno, Arte y Diseño: Julio Arroyo S, Edición Gráfica: Hugo Curotto. Un billón pie por : 447-1218 / 447-3092 FAX: 444-0883 DIRECCIÓN: AV. JOSÉ PARDO 741 MIRAFLORESdeTELÉFONOS las mujeres LOS AUTORES DE NOTAS DE INVESTIGACIÓN Y/U OPINIÓN SON LOS ÚNICOS RESPONSABLES DE SU ELABORACIÓN Y CONTENIDO. LA CASA EDITORA NO SE SOLIDARIZA NECESARIAMENTE CON ELLOS.
LA NUEVA FASE
www.laprimeraperu.pe
laprimera@laprimeraperu.pe
Evalúan retirarse Invoco al Congreso a elegir a los miembros del TC. Perú Posible está evaluando retirarse de la Comisión si no elegimos de una vez por todas. (José León).
R EVISTA
PR MERA
Miguel Ildefonso Hace semanas, aquí mismo escribí sobre el cierre del Mercado Mayorista y el pintor Víctor Humareda que vivió durante décadas en el ex Hotel Lima ubicado también en La Parada. Conté brevemente, además, cómo mi casa, allí en La Victoria, al igual que ese viejo hotel, terminó albergando talleres textiles. Es esta casa que quiero recordar ahora. Muchos años antes de ser devorada por la creciente industria de Gamarra, la casa donde nací era de un piso. Tenía un buen diseño, con jardín exterior e interior, como todas las casas de la nueva urbanización Apolo, situada entre las avenidas Aviación y México. Se llama Apolo porque fue financiada por la “Alianza para el Progreso”, política exterior de Kennedy y en homenaje a la nave espacial. Cierto día de 1965 el senador Robert Kennedy, en una visita al Perú, llegó hasta mi urbanización para develar el busto de su hermano fallecido, en el parque que habían bautizado con su nombre. Yo nací años después; Apolo era un poco como Macondo, con su barrio de gitanos, con vecinos que provenían de muchos lugares y pelícanos que transitaban como personas. Abría la puerta de mi casa y mientras jugaba podía oír algo de japonés, de italiano y, sobre todo, la jerga que inventaban mis amigos. Fue en ese parque Kennedy donde di mi primer beso (todavía no existía el verbo “chapar” como sinónimo del ósculo). Tenía trece años y ella se llamaba Sofía. Y, sí, tuve allí una niñez cargada de felicidad. Pero, claro, vino la violencia extrema, el tiempo oscuro, y fue ahí que descubrí la literatura. Casi ni me di cuenta cuando, a fines de la década del ochenta, mi casa creció hasta llegar a tres pisos. Yo me la pasaba leyendo encerrado en mi cuarto. Mi padre veía que sus hijos mayores se estaban casando y aumentaba la familia. Por eso, con su jubilación y con el dinero obtenido de la venta de una propiedad que tenía en Ate Vitarte y de otra en
DOMINGO 4 DE MAYO DE 2014
3
Aquí
los recuerdos del hijo de un arrendatario que tenía malos inquilinos. Apoya la llamada “Ley de Inquilinato”.
Cien años de
morosidad provincia, pudo hacer esa proeza de construcción en plena crisis. Pasó otra década más; y para inicios del 2000 mi padre prácticamente vivía solo en la inmensa casa. Ya todos los hijos se habían ido a vivir a sus nuevos hogares. Entonces fue que decidió alquilar el primer piso. Y es aquí donde detengo esta pequeña rememoración, porque lo que sucedió después es lo que les sucede a miles de propietarios cuando alquilan su casa, o un piso, o un cuarto, y les toca inquilinos que luego no se quieren ir una vez vencido el contrato, o cuando dejan de pagar la renta durante meses. Según los estudios, como el del Banco Interamericano de Desarrollo, el Perú está entre los países de la región con un menor porcentaje de familias que ponen sus viviendas en alquiler. Esto no debe interpretarse necesariamente como algo bueno. Veamos los cerros que no cesan de poblarse, por ejemplo. Pero, aparte de las viviendas que nacen de la
informalidad o la ilegalidad, otra causa de lo que señalan esos estudios, es porque no hay una buena regulación que defienda al arrendador. Pero eso era hasta ahora. Por fin. LA NUEVA LEY El 3 de abril el pleno del Congreso aprobó el Proyecto Ley Nº 01106 sobre Registro de Deudores Judiciales Morosos, que faculta el desalojo a los inquilinos en quince días, lo que antes podía durar
llama Apolo porque fue financiada por la “Alianza para el Progreso”, programa político de Kennedy y en homenaje a la nave espacial.
Se
hasta cinco años. Previamente hay que demostrar la causal de desalojo, que son dos básicamente: El vencimiento del contrato y la falta de pago de renta de dos meses y medio. Sea porque se quiere reimpulsar el boom de la construcción inmobiliaria, sea porque la morosidad de los arrendatarios subió en 70% el año pasado, hay que aplaudir este Proyecto de Ley, porque no solo se trata de negocios y dinero, sino de hacer justicia y de no seguir permitiendo que crezca la cultura de la viveza y de la impunidad. Los estudios dicen que el 68% de construcciones de viviendas en el país son informales. Y sí, las causas son históricas, como la inmigración a las ciudades por la pobreza, y una serie de etcéteras. Pero si queremos consolidar las instituciones para que el país tenga un desarrollo sostenible, hay que apoyar estas iniciativas. Sino seguiremos viendo cómo el delito o el crimen se llaman aho-
nací años después; Apolo era un poco como Macondo, con su barrio de gitanos, con vecinos que provenían de muchos lugares y pelícanos que transitaban como personas.
Yo
ra “errores”, o cómo mediante artilugios se evade a la justicia. Antes que el país involucione y se rija por la ley del más fuerte, como en el viejo Oeste Norteamericano; o antes de estar totalmente bajo el imperio de las mafias, hay que dejar un poco tranquila a Florcita y pensar en construir no solo inmensos bloques de cemento, sino un país moralmente grande.
4
DOMINGO 4 DE MAYO DE 2014
Raúl Wiener Yo estaba a punto se salir hacia el trabajo, cuando recibí el mensaje que me decía lo siguiente: Yo creo este es un problema real. Quizás la gente percibe que ella trata de decir que es como ellos, pero no lo es, y lo que debería decir es que optó por trabajar para, con y en función de ellos, sin pretender ser idéntica. Tengo la impresión que hay algo afectivo, que camina mal y si no cambia, también irá mal. No es solo cartesiano el tema. Ando con un problema de salud esta semana y fuera de circulación, pero hay que pensar esto. Un abrazo,
R EVISTA
PR M
Los últimos días
RECUERDO SENTIDO de la despedida de amigo y de uno de los hombres más respet
JDC. Estaba preocupado del tema de la revocatoria y de cómo podíamos ayudar a Susana, pero lo que me llamó la atención de la nota fue la referencia al “problema de salud”. Había estado con él una semana antes en una reunión de celebración por mi propia recuperación, que organizó con algunos amigos, y luego había viajado al Ecuador. Marqué el celular: —Hola, compadre, me contestó. —¿Qué problema tienes, Javier?, ¿dónde estás? Voy a verte. —Tengo una diverticulosis, pero ya me están tratando. Ya uno no puede ni hacer sus necesidades tranquilo. —No te olvides que yo he tenido cáncer al colon y luego a las vías urinarias. Así que debo ser un campeón de las vías bajas. —Ja, ja, ja, estoy en la clínica El Golf. Y fui en ese mismo momento. Lo recuerdo como si fuera ayer. Era el 30 de enero de 2013 y cuando lo vi en su pijama hospitalario fuera de la cama, viendo la televisión desde el sillón, pensé que no era un cuadro grave como había temido y hablamos de todo y de lo que había que hacer cuando superara ese trance. Los que nos enteramos que estaba internado guardamos silencio por varios días que yo
creí que fueron muchos, en tanto nos fuimos enterando de la seriedad de la situación. Debe haber sido el 8 de febrero en que salía de una conferencia en La Casa del Maestro, en el Paseo Colón, que escuché que la radio daba la noticia de la declaración del congresista Javier Diez Canseco informando al país que los médicos le habían diagnosticado un cáncer. La nota concluía con dos señalamientos: “que contando con la fuerza y el cariño de muchos” podrá superar este momento difícil para seguir cumpliendo con el mandato que recibí de mis electores” y que “esperaba de los medios saber respetar la privacidad de estas circunstancias”. La información había dejado de pertenecer a un círculo íntimo
FOTO: HUG
MERA
DOMINGO 4 DE MAYO DE 2014
5
de Javier
tados de la política.
GO CUROTTO
y había caído como una sonora cachetada sobre todo el país. De pronto empecé a sentir, lo que ya sabía, pero que empezaba a vivir de una forma inusitada. A Javier lo querían la gran mayoría de los peruanos, en todos lados me preguntaban por él, los taxistas conversaban de su enfermedad, los médicos que me atienden decían que era una gran persona, muchas gentes que no son de izquierda coincidían que era el mejor de
los políticos. Los medios cumplieron el pacto de privacidad y lo único que se leyó fueron expresiones de afecto por su pronta recuperación. Las visitas se restringieron en ese mismo mes de febrero y tuve varias noticias de bruscos empeoramientos. Pero cuando pude estar nuevamente con él, lo vi recuperado y dispuesto a conversar de política. Pensé que cada uno de sus amigos teníamos un percepción de lo que pasaba, un miedo profundo y secretas esperanzas.
EL HOMENAJE El 6 de marzo fue el gran homenaje a Javier Diez Canseco en el auditorio del Colegio Médico en Miraflores, con capacidad para 1,500 personas que abarrotaron sus instalaciones y dejaron fuera a una cantidad similar. No recuerdo a un enfermo al que tantos deseaban que sane. Fue un acto hermoso, con música y pequeños discursos recordatorios. No era solo una reunión de izquierda. De ella participó hasta Lourdes Flores y otras personas de diversa filiación política confundidos dentro del público. Sé que Javier pudo ver el video del acto y por eso pudo comentarlo días después en su columna del diario La República. El hombre que siempre fue solidario con todo el que lo necesitara, estaba rodeado de solidaridad. Ese mes de marzo fue la revocatoria que finalmente no revocó a Susana Villarán, que a su manera aprendió lo que tenía que hacer para cambiar la dura opinión de algunos sectores populares, fue también el de la muerte de Hugo Chávez, el nombramiento del Papa Francisco, noticias todas ellas que Javier debió conocer en su lecho de enfermo.
e se le veló en Los días en los qu el momento sy la Casona de San Marco raron un fene ge a final de la despedid e ocurre muy nómeno político-social qu pocas veces.
LA ÚLTIMA VEZ Ese mes cumplió 65 años y fue en el que pude ingresar a su cuarto por última vez, cuando ya estaba enterado del resultado de la biopsia que empeoraba el diagnóstico y el pronóstico de su enfermedad. Los días siguientes fue solo esperar, recibiendo informes en la sala de espera de la clínica sobre los días que pasaba bien y en los que se producían crisis, que eran casi equiparados. Por lo menos así los recuerdo. Supimos del primer fallo judicial a su favor y nos abrazamos con Liliana con una sola frase: ganamos. Sí, en ese momento todo lo que reivindicara la trayectoria de Javier y destrozara la maquinación perversa en su contra, parecía lo más importante que se podía hacer por su salud espiritual. Por eso era una victoria que celebrábamos todos los que veíamos que su vigorosa existencia se iba apagando sin que pudiéramos detener al cáncer que avanzaba paso a paso. El 4 de mayo en la mañana supimos que había empeorado y tuvimos un mal presentimiento. En la tarde estuvimos en la clínica y supimos que estaba sufriendo una retención urinaria que era una señal luctuosa. No perdíamos la esperanza porque recordábamos que había superado una neumonía entre febrero y marzo. Pero esa noche nos retiramos con una sensación ominosa. Julio Castro que era médico y camarada de Javier repartía tarjetas con su número teléfono para poderse comunicar con él por cualquier noticia, que todos sabíamos cuál era. Poco después, mientras escribía en la computadora, recibí una llamada del diario que me informaba que estaban diciendo en la radio que Javier había muerto. Llamamos a Julio y ya no hubo dudas. Volvimos a la clínica para esperar que sacaran el cuerpo, enterarnos del plan de actividades del día siguiente y abrazarnos entre amigos. Al salir la televisión quería declaraciones. Pero nos negamos cortésmente a decir algo. Era demasiado lo que habíamos perdido. Y no podíamos agregar algo a lo que acababa de acontecer.
Era inconforme como nadie
Vehemente cuando creía en algo, pero también tenía capacidad para descubrir en lo que estaba equivocado y corregirse sin concesiones.
A
lguien ha dicho que Javier era irremplazable para la izquierda. A la vista de lo que está sucediendo un año después de su partida, hay que convenir que por ahora el epitafio responde a la verdad. Y es que lo más sorprendente de la vida de Javier Diez Canseco no es que fuera un hijo de la oligarquía que se convirtió a la revolución de los pobres y explotados, como hubiera otros, sino que pudo alcanzar la dimensión de líder emblemático y que, como se ve, a ninguno de los otros dirigentes le alcanza la altura intelectual, el coraje y la firmeza emocional para ocupar su lugar. Así será, por lo menos por ahora. Javier era impaciente, porque no podía ver que se fuera el tiempo sin tomar decisiones y sin empezar a hacer algo para salir de los entrampamientos. Era vehemente cuando creía en algo, pero también tenía capacidad para descubrir en qué estaba equivocado y corregirse sin concesiones. Era valiente como para caminar solo en la plaza de Ayacucho, erizada de francotiradores militares, para cumplir con una cita con la alcaldesa Zamora, luego asesinada. Tenía fuerza para obligar a un ministro a tratar correctamente con los campesinos a los que acompañaba a hacer un reclamo. Para investigar a gobiernos corruptos como los de García y Fujimori, con
lo que se ganó el odio eterno de estos mandamases de la política criolla. Entre sus compañeros de la izquierda se le conocía por su severidad con los errores, su fraternidad en el trato diario y su nobleza con los que necesitaban su aliento. Era solidario con los enfermos. Lloraba las pérdidas, como lo vi despedir a Tito Flores Galindo y a Pepe Martínez. Pero lo que lo hacía feliz era ver a los que lograban recuperarse y sobrevivir, como me ocurrió a mí, y no pasó con él. Era inconforme como nadie. Cómo no lo sabré si los textos que se me encargaban no lo dejaban satisfecho a pesar de las correcciones que hacía después de oír sus críticas. Tres o cuatro veces antes de la aprobación y todavía ver que estaba buscando algo que ni él sabía lo que era, menos yo. Era un orador que encandilaba a las masas, pero en lo personal tenía una completa sencillez. Jamás se le pudo oír que dijera que era el de los votos y que por eso los demás éramos menos que él. Nunca entendió a Humala, tal vez porque intuía que la asociación con el comandante radical no iba a tener buen final. A mí me pedía que se lo explique y hacía lo posible por interpretar los lados más oscuros del personaje. No sabíamos que detrás de la resistencia de los Humala-Heredia a que Javier estuviera en la lista parlamentaria guardaba un rencor de cinco años atrás, cuando el dirigente socialista fue candidato presidencial y tuvo duras críticas al nacionalista.
El rencor secreto de Nadine afloró la noche vergonzosa de la votación en la que un Congreso estructuralmente corrupto quiso declarar en “conflicto de interés” a uno de los pocos honestos de verdad que había entre sus miembros. Al final, Javier nos tenía reservada la batalla por su honor que la dio a pie firme en el Congreso, sin amparos ni trampitas que aplican otros que sí tienen razones para no dar la cara, y otra jornada ejemplar con su entereza ante la enfermedad y la proximidad de la muerte, que no le impidió seguir escribiendo hasta la última semana de su vida no para lamentarse sino para seguir en la trinchera de los trabajadores y el pueblo. Los días en los que se le veló en la Casona de San Marcos y el momento final de la despedida generaron un fenómeno político-social que ocurre muy pocas veces. Miles de personas, muchos que nunca lo trataron directamente, gente que vino de provincias, enfermos que se levantaron para despedirlo, toda la izquierda pero también muchos otros sectores políticos. Con la sola excepción de los que se confabularon para denigrarlo y probablemente le aceleraron la enfermedad que le estaba germinando. Para esos se cerró la puerta y muchos los recordarán como expresión de la mezquindad política. Javier se fue el 4 de mayo del 2013, con 65 años, con la frente en alto.
6
DOMINGO 4 DE MAYO DE 2014
R EVISTA
PR MERA
Ciudadano del mundo Javier Diez Canseco fue un activo político que no solo ayudaba a resolver los problemas de casa sino que tenía una mirada más amplia y siempre ponía el hombro para apoyar los procesos que empujaban los compañeros de otras tierras.
Hugo Cabieses
E
ra fines de agosto de 1979 en Lima, sonó el teléfono y en línea estaba Javier, el internacionalista: “Patequeso ¿conseguiste a los cuatro profesionales que le hemos prometido a los sandinistas?”. Respondí que no y que nadie había aceptado. “Busca a Oscar (Ugarteche) y convén-
celo para que vaya contigo a Nicaragua”. Le expliqué que yo no podía ir porque estaba trabajando con los holandeses, me acababa de separar y tenía muchas deudas. “No importa yo hablo con Dirk (Kruijt) y Menno (Velinga) que son amigos. Además solo es por unos meses y eres economista que es lo que necesitan. Tú habla con Óscar y me avisas”. Ni modo. Así era Javier en todo: persuasivo, impulsivo, tajantemente afectuoso, siempre con las luces altas, sobre todo,
cuando se trataba de asuntos internacionales. Y la Nicaragua sandinista era una luz en el horizonte, 20 años después del triunfo de la Cuba revolucionaria de su amigo Fidel. Alucinado con el principio de que la solidaridad es la ternura de los pueblos, desde muy joven, Javier lo hacía causa y tarea cotidiana. Cuando el sábado 4 de mayo del 2013 Javier nos dejó para irse a otras dimensiones, muy pocos recordaron que al ser injustamente sancionado por la mayoría del actual Con-
greso, inventando una patraña demostrada por la justicia, ocupaba el cargo de presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento que le dio la espalda y al que le dedicó 30 de sus 45 años de vida política. Pero no solo eso, Javier al morir era el coordinador de la Secretaría Andino-Amazónica del Foro de Sao Paulo que fundó en 1990, en el Hotel Danubio de esa ciudad, con Luiz Inácio Lula da Silva, Marco Aurelio García, Cuauhtemoc Cárdenas, Roberto Regalado y
otros latinoamericanistas. Por si fuera poco, Javier antes de morir presidía el Comité de Solidaridad con el Pueblo Saharaui y la Liga parlamentaria Perú-Argelia. Tal era su consecuente militancia internacionalista, solidaria e integracionista con las luchas de los pueblos de todo el mundo. RUMBO A PANAMÁ Y MANAGUA La Revolución Popular Sandinista (RPS) había triunfado el 19 de julio de 1979 y, a los
pocos días de la llamada de Javier, junto con Oscar Ugarteche estábamos rumbo a Panamá y Managua para apoyar este proceso. Todavía guardo el pasaporte en el que una niña linda uniformada, con botas sin pasadores y de ojos verdes, nos estampó un sello azul de migraciones que dice: “NICARAGUA espera por vos con la sonrisa de Lagos, Volcanes y el sol brillante y vivificante de la Libertad. AÑO DE LA REVOLUCIÓN”. El poeta Chichí Fernández era el jefe de la instancia migratoria del Ministerio del Interior que dirigía el comandante Tomás Borge
DOMINGO 4 DE MAYO DE 2014
y que en el frontis decía “Somos los guardianes de la alegría del pueblo”. Estuve esa vez en Managua hasta diciembre de 1979 apoyando en temas macroeconómicos y de participación de los trabajadores en las empresas confiscadas a Somoza, en tanto que Oscar Ugarteche fue al Banco Central y al Fondo Internacional de la Reconstrucción para lograr la condonación de las deudas corruptas que había dejado el dictador. Oscar se quedó hasta el primer semestre de 1980 y trajo a trabajar con él a una amiga internacionalista y brillante documentalista, a su vez amiga de Javier: Maruja Bedoya. Retorné a Lima y en setiembre de 1980, luego de unos meses en la Universidad de Utrecht para concluir un libro elaborado con los holandeses, viajé nuevamente a Managua invitado por el jesuita Xabier Gorostiaga, amigo de Javier que apoyaba al gobierno sandinista. Javier me dijo: “vas como economista e internacionalista en representación de VR (Vanguardia Revolucionaria)”. Vino un largo periodo que duraría hasta diciembre de 1986, en los que trabajé para el MIPLAN (Ministerio de Planificación), fundamos con Xabier Gorostiaga el INIES (Instituto Nicaragüense de Investigaciones Económicas y Sociales) y luego la CRIES (Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales); fui investigador en temas rurales de la UNAN (Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua), representé a VR primero y luego al PUM (Partido Unificado Mariateguista), desde 1984 que fundamos la célula en el exterior “Esteban Pavletich”, me casé jurando “por los Héroes y Mártires de la Revolución Popular Sandinista” y tuve dos hijos, fui miliciano carnetizado, fundamos con otros y otras la Asociación de Peruanos Residentes en Nicaragua “José Carlos Mariátegui” y fui un referente para Javier cada vez que llegaba por Managua, solo o con su esposa Liliana Panizo. Pero la militancia internacionalista de Javier era de larga data y, como hemos informado, se proyectó hasta que nos dejó. En 1970-1980 a favor de los movimientos de liberación, Cuba revolucionaria, el parto de Nicaragua sandinista. Con Esteban Pavletich que aún vivía Javier fundó en 1977 el COSALC (Comité de Solidaridad con los Pueblos de América Latina y el Caribe), y contra las dictaduras militares latinoamericanas, especialmente las de Brasil, Bolivia, Chile, Uruguay y Argentina.
Junto
con otros dirigentes de la izquierda peruana Javier fue deportado por la dictadura de Morales Bermúdez a Jujuy en en 1978 durante la dictadura sangrienta de Videla. Participó activamente y promovió la solidaridad con los combatientes de Vietnam contra la invasión norteamericana, con el pueblo palestino en defensa de sus territorios y a favor del gobierno socialista de Salvador Allende. Junto a otros dirigentes de la izquierda peruana Javier fue deportado por la dictadura de Morales Bermúdez a Jujuy en este último país en 1978 durante la dictadura sangrienta de Videla. Participó activamente y promovió la solidaridad con los combatientes de Vietnam contra la invasión norteamericana, con el pueblo palestino en defensa de sus territorios y a favor del gobierno socialista de Salvador Allende. FUNDA APRODEH En 1980-90 fue su incansable lucha en defensa de los derechos humanos, fundó APRODEH (Asociación Pro Derechos Humanos) en Lima, en Washington fue un impor-
tante referente para WOLA (Washington Office on Latin America) y fue presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados. Durante esa década abogó y luchó en foros internacionales por la democratización en Nuestra América, en defensa de Nicaragua Sandinista y Cuba Revolucionaria. En 1990-2000, como promotor y fundador del Foro de Sao Paulo (FSP) por democracia sustantiva y alternativas al neoliberalismo, mientras en el Perú se instalaba la dictadura cleptocrática y genocida fujimontesinista y se deshacía la Izquierda Unida. Javier fue un referente en casi todas las reuniones del FSP y su Grupo
de Trabajo. En cada una de las declaraciones y planes de acción que se trazó el FSP desde su fundación, allí estaban las sugerencias de Javier. En 2000-10 promovió el apoyo a los gobiernos democráticos, progresistas y de izquierda, diez gobiernos que asumieron por la vía electoral, todos ellos de partidos o movimientos del FSP , y luchando en defensa de los derechos indígenas y los recursos naturales. Como ha escrito Roberto Regalado refiriéndose a su rol en el FSP: “Desde el primer momento, Javier recibió, y en todo momento mantuvo, el respeto y el cariño de quienes compartimos con él aquella crucial experiencia, en la cual se destacó como miembro de las comisiones designadas para redactar los documentos y en la voz autorizada que abogaba (con cordura, con mesura, pero sin cesión de principios), a favor de las formulaciones, declaraciones y acuerdos que llevasen a la práctica el concepto de unidad dentro de la diversidad”. En 2011-13 el Javier de siempre, el internacionalista, fue siempre solidario e intransigente con las dictaduras, las injusticias, las desigualdades y la corrupción. Respecto a esto
último, el 25 de noviembre del 2012, en una de sus últimas intervenciones antes de partir, con ocasión del Seminario Internacional “Procesos de cambio en América Latina: participación, redistribución e integración. Logros y nuevos desafíos” organizado por la Secretaría Andino Amazónica del Foro de Sao Paulo (SAAFSP), que él coordinaba, dijo lo siguiente: “Las fuerzas que están en el Foro de Sao Paulo tienen que tener también, como lo plantean las fuerzas que lo integramos en el Perú, la necesidad de mantener una batalla firme contra la corrupción y contra la impunidad. Y el Perú no puede dejar atrás la realidad de que en América Latina, después de mucho tiempo, hay dictadores que están respondiendo por sus delitos. Así, como está preso Fujimori aquí, está preso Videla (86 años, pero preso) y en una cárcel común por los crímenes cometidos en Argentina, por la dictadura que causó. Y, como él, está preso García Meza, que liquidó y asesinó al Comité Central, prácticamente entero, del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, a los dirigentes de la Central Obrera Boliviana, durante la dictadura que encabezó en Bolivia, y que hoy día está cumpliendo sus 25 años de cárcel en la prisión de El Alto en las alturas de La Paz, en una cárcel común como corresponde a un dictador. No cambiará su suerte con negociación alguna, un criminal y
7
un ladrón como Alberto Fujimori, que tiene que cumplir con el país y devolverle al país, siquiera con la cárcel, los derechos que se apropió de nuestra patria”. TAMBIÉN LIBIA Tuve el gusto y el honor de acompañar a Javier, de literalmente cargarle el maletín, en varias de estas aventuras solidarias con otros pueblos. Desde que en 1972 me diera los contactos necesarios para conocer e informar sobre la experiencia del Chile de Allende, pasando por los encargos de representar a VR y luego al PUM en Nicaragua, incluyendo viajes a Libia, en donde conocimos a los hermanos saharauis. Acompañé a Javier en sus tareas del FSP en varias oportunidades en México, Sao Paulo, Managua, Cuba y Montevideo, incluyendo dos eventos realizados en Lima, uno a principios de 1990 para contrarrestar la ofensiva del “Encuentro Mundial de la Revolución de la Libertad” que organizó Mario Vargas Llosa y otro en febrero de 1992 sobre “Integración y Desarrollo Alternativo en América Latina” para enfrentar las políticas neoliberales del Consenso de Washington. Ahora me ha dejado una tarea que me queda grande: coordinar la SAA-FSP, tarea que cumpliré hasta que los partidos y movimientos integrantes del FSP de los países andinos decidan otra cosa.
UNA ANÉCDOTA
¿No sabes que soy cojo? Son cientos las anécdotas con mi amigo Javier en
varias partes, pero quiero recordar una. Estando en Managua a finales de 1983, me pidió que lo llevara a una casa de seguridad del FMLN que quedaba en la carretera a León. Javier se reuniría con el comandante guerrillero “Leonel Gonzales”, dirigente de ese frente salvadoreño. Llovía a mares y el barro de la pista para mi casa que quedaba en Esquipulas por la carretera a Masaya, en donde Javier estaba hospedado, llegaba a la mitad de las botas. Por supuesto, mi automóvil no arrancaba. “Muy fácil, bájate y empuja”, le dije a Javier. La respuesta fue rápida: “primero, ¿por qué carajo el partido tiene un carro que no arranca?, segundo ¿por qué un diputado de la República debe empujar? y tercero ¿no sabes que soy cojo?”. Solté la carcajada y me bajé a empujar mientras Javier manejaba el carro con el que llegamos con 10 minutos de retraso. En castigo y por principio de compartimentación me quedé afuera cuidando el carro y no pude conocer al comandante guerrillero salvadoreño: era el actual Presidente del Pulgarcito de América, Salvador Sánchez Ceren. Seguiré cargándote el maletín, querido Javier.
8
DOMINGO 4 DE MAYO DE 2014
R EVISTA
PR MERA
OTRAS DISQUISICIONES
también la bandera blanca de
Son
Víctor Hurtado Oviedo
los viejos poetas, como el estandarte de la multitud de América que se llamó Walt Whitman: barbas engendradas por el largo amor hacia la gente; melena popular abierta en alas de palomas, no de águilas.
H
acia 1940, con su refulgente petrarquismo de arrabal, Agustín Lara fundó un bolero. Admitamos que otros músicos componen temas, pero también que don Agustín los fundó como los romanos inventaron ciudades: para la eternidad. Aquella ciudadcanción es Cabellera blanca. El aroma crepitante de sus versos antiguos, la lenta ondulación de su marea de pasos, nos traen la historia de una anciana venerable (en los boleros, que tanto repiten la imaginación, toda anciana es la madre y, por tanto, el reverso didáctico de la «mujer mala»). Los respetuosos versos dicen así:
da la muerte: «Las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de oro», escribió Cervantes; y, por la expiración de Laura, el desolado Petrarca especuló también con los metales («el cabello de oro acabado en plata»; soneto XII):
Junto a la chimenea, / donde hay feria de luces, reza la viejecita / sus cosas de costumbre; y surge de la hoguera, / entre rojos destellos, la cadena de duendes / que peina sus cabellos: cabellera de plata, / cabellera de nieve, ovillo de ternura / donde un rizo se atreve.
Mi asiduo ladeo a la metáfora se pierde por entre entidades tan súbitas como un convoy de duendes y una bobina de ternura. Mejor elijamos la «cabellera de plata»: luce abolengo. Las canas son el espejo plateado de la sabiduría y el tesoro de la senectud. Son también la bandera blanca de los viejos poetas, como el estandarte de la multitud de América que se llamó Walt Whitman: barbas engendradas por el largo amor hacia la gente; melena popular abierta en alas de palomas, no de águilas. Barba apostólica, la de Fabián Dobles: de pastor bíblico que apacentó en sí misma la lana purísima de su rebaño de palabras. Cabello blanco, con olas para un marinero en tierra, el de los noventa y cinco años de Rafael Alberti; seda incrédula santificada por un aleteo místico para el poeta que escribió Sobre los ángeles: «¿Cuándo la nieve al mirar distraída movió bucles de fuego?». ¡Ah, las canas de los poetas: son tan literarias! No son únicas. En los viejos también habita el símbolo de la severidad, como las canas teologales del Dios anciano en el libro de Daniel (7, 9): «Sus cabellos, puros como la lana; su trono, llamas de fuego». A esta calcinante imagen de padre judicial y juez sin hijos, están hechos los políticos planetarios, hasta los que no son viejos, como Bill Clinton. Nuestro presidente de los Estados Unidos encaneció joven, lo cual lo ayudó mucho para hacer juego con la Casa Blanca. El tono de su canicie ambigua oscila hoy entre
«e i cape’ d’oro fin forsi d’argento».
Los heraldos
blancos
» LAS CANAS SON POESÍA, poder y plata, y hasta nueva razón para vivir.
un rubio inseguro y un blanco de centro. El lema de su evasivo pelo podría ser: «En la duda, abstente, y, en la abstención, duda». Por el contrario, hosco y tenaz, mucho más seguro de sus tan pocas cosas, de pelo cano y cabeza en blanco, es el otro, Borís Yeltsin, úrsido tambaleante, reversible, reciclable, revodkable y síndico de quiebras de Moscú y países de la localidad. El estrecho iglú de su cabello es de una blancura siberiana, como si Yeltsin le hubiese desterrado el color junto con el viejo carné del partido. ¡Admirable coherencia de hombre y cabello!: hasta cuando se peina, Borís Yeltsin comienza en la izquierda y termina en la derecha. Temidas y famosas fueron tam-
bién las canas de Karl Marx: barbas de Zeus hebraico, de olímpico Yavé; telón dialéctico de blanco, negro y socialdemócrata; estopa jaspeada por la tinta profética con la cual el áspero emigrado nos escribióadivinó la historia; pero ocurre que la historia es firme analfabeta, no entiende los magnos guiones del futuro y, como todos, en vez de leer el libro, espera a que hagan la película. Sin embargo, el doctor Marx ignoraba esa ignorancia y seguía escribiéndonos presagios y lanzando excomuniones ateas; engordando manuscritos y hemorroides; fumando cual locomotora victoriana y educando su enfisema; echando fuego al fuego y mesándose la barba de Papá Noel ultraescarlata,
quien sacaría, de su bolsa revuelta, la revuelta mayor, la lotería gorda de los olvidados, la muñeca pobre de la libertad y el trencito rojo de la historia. Todo fue un fumar en vano, doctor Marx. Karl Heinrich y su barba se murieron, nicotinos, creyendo que, para imponer la justicia, había que luchar con los pobres y contra los ricos; no supieron que, para imponer la justicia, habría que luchar contra los ricos y contra los pobres. Así no se puede ganar. Los pobres tampoco leen historia y siguen esperando a Papá Noel. Se equivocaron de barba. Las canas, tan líricas, proféticas y omnipotentes, son, en realidad, mera alquimia metalizada del tiempo y heraldos blancos que nos man-
Siglos de desencantos y boleros se alzaron como un arco de guadaña sobre el mundo, y la pobre plata de la frente es ahora simple desenlace del cabello y sumario del ocaso; ni sabiduría ni poder: sólo previo brillo de la muerte; pero tanta admonición fatal termina por engendrar una respuesta: el cinismo abolerado del mejicano Alberto Domínguez (Hilos de plata): «Cuando aparezcan los hilos de plata / en tu juventud, como la Luna cuando se retrata / en el lago azul, entonces nadie podrá / robarme tu cariño».
¡Vaya sinceridad, poeta: esperas la vejez de la dama para que huya la despavorida competencia! No obstante, es lo contrario: no caigas tú en la prestigiosa estupidez de la «hermosura» y oye concursos de «belleza», donde candidotas coquetontas responden bellascadas y formulan tonteorías. No hay bellos ni feos pues la «hermosura» es asunto de iluminación: todos somos iguales cuando se apaga la luz. Por fortuna, las canas —la hoja blanca donde nos escribimos el fin— son mucho más que la nada futura: son también la vida pasada; y, si vivimos con alguien que nos hace felices, las canas de él o de ella son un hilo nuevo para tejer cada día. Entonces no hay «belleza» ni juventud perdidas. Como dijo un poeta a su amada, «la vida que te falta es la vida que me diste».