Revista La Primera - 09 Marzo 2014

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LIMA, DOMINGO 9 DE MARZO DE 2014

EDITOR: PACO MORENO

www.laprimeraperu.pe

El último sonero

Cheo Feliciano alcaldesa encara con firmeza este duro reto, pero se encuentra con una barrera de oportunistas de vil calaña.

NUEVOS AIRES EN LA PARADA

La agonía del

monstruo

FOTO: JUAN PABLO AYALA

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PR MERA Pregúntale al alcalde

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Opinión Paco Moreno

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onozco La Parada desde niño, desde aquellos tiempos en que, por culpa del gobierno aprista a mamá no le alcazaba el dinero para hacer el mercado para cinco hijos en un barrio de San Borja, donde vivíamos. Yo acompañaba a mamá los sábados por la mañana a comprar los alimentos de la semana y ella siempre me decía: “ten cuidado”. Faltaba algunos años para los noventa y La Parada era el caos total, nido

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A Jorge del Castillo y no le importó La Parada. Luego fue elegido Ricardo Belmont y La Parada siguió siendo una mugre. Llegó Alberto Andrade y tampoco hizo nada. Castañeda enmudeció más y nunca habló del problema. 

de ratas y choros, informalidad, suciedad, olores inmundos. —Mamá, ¿por qué no compramos en el mercadito de la avenida Aviación? —Porque todo cuesta el doble. —¿Por qué no vamos a otro mercado? —Porque todo está caro. —¿Algún día cambiará esto? —Pregúntale al alcalde. El alcalde de aquel tiempo era Jorge de Castillo, quien dio luz verde a La Parada. No cambió nada.

Luego fue elegido Ricardo Belmot y dejó que La Parada siguiera en lo mismo. Llegó Alberto Andrade y tampoco hizo nada y Castañeda ni siquiera quiso hablar sobre el problema. Hay que reconocerlo,una mujer tuvo que ponerse los pantalones. En el 2012, hubo graves problemas, muertes y escenas escabrosas; pero este año la clausura de La Parada, al menos, salió bien. Por eso sacan lo del préstamo y ahora buscan otras cosas. Cuando hace algo malo, la critican; cuando hace algo bueno, igual. Así no juega Perú.

Citas

Los más comentados

citables

Yehude Simon “Susana tiene el coraje de enfrentar problemas reales de Lima. Lo de La Parada debería ser celebrado por todos; pero la mezquindad ganó.”

   NO RENUNCIARÉ “…tengo que respetar la decisión del presidente y si me solicita o me plantea la necesidad de salir del gabinete, por la razón que considere pertinente, lo voy a hacer con la frente en alto, y con mucha tranquilidad.” (Carmen Omonte).

No robo, por eso me presto.

   PLANILLA CASH “Villarán no está contratando de manera especial con la Caja. Villarán se está sometiendo a un procedimiento que desde el año 1998 tiene la Caja Metropolitana, que es el Préstamo Planilla Cash, que significa que todo trabajador de la municipalidad –ojo, trabajador también es la alcaldesa– tiene beneficios, si está en planilla o si recibe una aportación mensual de la administración municipal es sujeto de préstamo”. (Antonio Salazar).

RESPONDEAGARCÍA “Para empezar es absolutamente falso que nosotros hayamos recibido dinero de Venezuela y es una opinión difamatoria contra nuestropartidopolítico.Segundo, hemos tenido una posición similar a toda América Latina, salvo despuésalgunosenfrentamientos verbales con el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos y en algún momento con Sebastián Piñera, todos los presidentes se han pronunciado en la misma línea.” ( Sergio Tejada).

Carmen Omonte “No tengo ningún temor en aclarar y afrontar las cobardes denuncias de Carlos Bruce. Estaré en breve en medios. La transparencia es primero.” Rennán Espinoza “Si le vendo al Estado o tengo una mina, es obvio que no debo ser congresista. Y si esto me pasó, mejor renuncio. A todos por igual.” Julio Gagó

“He solicitado licencia al cargo de vocero de la @BankadaFP hasta que culminen las investigaciones sobre denuncias en mi contra.”

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LIMA, DOMINGO 9 DE FEBRERO DE 2014.

EDITOR: PACO MORENO

Hecho el Depósito legal Nº 2005-2098

Dpto. de Distribución: Telf. 460-7928

PARTICIPAN EN ESTA EDICIÓN: Raúl Wiener, Ramiro Angulo, Javier Solís, Gustavo Palomino, Eduardo Santana. Arte y Diseño: Julio Arroyo S, Gráfico: Hugo Curotto Un billón

E 741 MIRAFLORES TdeELÉFONOS pie por ASPARDO : 447-1218 / 447-3092 A NUEVAAV. FJOSÉ LDIRECCIÓN: las mujeres

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LOS AUTORES DE NOTAS DE INVESTIGACIÓN Y/U OPINIÓN SON LOS ÚNICOS RESPONSABLES DE SU ELABORACIÓN Y CONTENIDO. LA CASA EDITORA NO SE SOLIDARIZA NECESARIAMENTE CON ELLOS.

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Alan García

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laprimera@laprimeraperu.pe

“El gobierno no defenderá la democracia en Venezuela porque saldrían los recibos de los millones que le dio el chavismo en el 2006 y 2011.”


R EVISTA Miguel Ildefonso

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l Mercado Mayorista se fundó en 1945, acabada la Segunda Guerra Mundial.Hoyseconoce como La Parada a toda la zona comprendida, más o menos, entre San Pablo y Gamarra, porque allí quedaba el paradero final de los transportes interprovinciales. Con los años, los cerros colindantes, como el San Cosme, se fueron llenando de migrantes, empujados a salir de sus pueblos por la pobreza. Con ellos creció el mercado informal. Al inmenso Hotel Lima, ubicado en la avenida 28 de Julio, en donde se alojaban impetuosos comerciantes provincianos, llegó un día de 1954 un alucinante pintor puneño, Víctor Humareda, y se quedó a vivir allí, como si fuera su mansión, hasta que murió en 1986. Paraeseaño,conelcontexto de la guerra interna, el hotel ya estaba moribundo; y no tardó en cerrarse y ser absorbido por el pujante comercio textil de Gamarra, convirtiéndose, en los albores del nuevo milenio, en un gran complejo de talleres y tiendas. EL ÚLTIMO DE SIETE HIJOS Yo nací en el Hospital Almenara un verano de 1970. El último de siete hijos, de una familia que venía de la sierra central. Mi madre, Doña Yolanda, entraría feliz a su casa en la novísima Urbanización Apolo, a solo unas ocho cuadras de La Parada, cargando a su único hijo limeño; y allí, en el corazón de La Victoria, en el nuevo corazón de Lima y del Perú, yo crecí, entonces, con el surgimiento de la chicha, oyendo a Chacalón en “San LorenzodeQuinti”yaLosShapis en “Así es mi Tierra”. EL PELOTERO Para inicios de la década del noventa muchos de mis amigos del barrio, con quienes jugábamos fulbito con Lucho La Fuente, el Cholo Aparicio y Rubiños, “Los Mundialistas”, se habían mudado. Ellos eran hijos de negociantes mayoristas; y ahora tenían casas en San Borja o La Molina. Mi familia clase mediera también terminó por irse, pero recién entrado el nuevo mile-

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El alucinante pintor de La Parada » VÍCTOR HUMAREDA se quedó a vivir en un hotel de la zona, como si fuera su mansión, hasta que murió en 1986.

FOTO: HERMAN SCHWARZ

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van cerrando aún más, piensan en el bien acuerdos colectivos y no las distintas ecoe común. Aun falta para qu an de acuerdo; ng po se en nomías que exist sucediendo con tá es e es por eso que lo qu es importante para el exMercado Mayorista . saber hacia adónde vamos

tel Lima, La Parada, Lima y el Perú. ¿Pero qué había en esa risa brutal? ¿De qué reía el extravagante pintor con esa carcajada que lo dejó sin habla al final de sus días? Pueden verlo en las fotografías que le hiciera Herman Schwarz, bailando tango, imitando a Toulouse Lautrec. EL RETRATO DEL CAMBIO La obra de Humareda no solo es la representación de una abigarrada ciudad, de personajes sórdidos y marginales, sino es el retrato del cambio, de la transformación de lo viejo a lo nuevo. Lo decadente de su iconografía es vencido por la intensidad viva de sus colores, colores de esa nueva cultura emergente que llamamos “chicha”, ese nuevo Perú que se cimentó entre las inmensas grietas y falencias de un proyecto moderno iniciado justamente cuando moría el pintor: El neoliberalismo.

nio; y hoy, pasada la primera década del 2000, mi casa es, como la del pintor puneño, no solo una vivienda sino un gigante taller textil. Imagino

Humareda no

estaba en contra del cambio, del paso a la modernidad, más bien lo celebraba. No se aferraba a lo antiguo por mera nostalgia; pero sí, estaba en contra de la deshumanización, del progreso ciego y avariento.

mi cuarto con una de esas grandes máquinas trabajando las veinticuatro horas, atiborrado de telas e hilos. A ese cuarto, antes atiborrado de papeles y libros, había vuelto yo luego de unos años de estadía en Estados Unidos, y allí, lleno de nostalgia y quizá de amargura, escribí un libro de narrativa, Hotel Lima, inspirado no solo en Humareda, sino en lo que representaba La Parada como fenómeno de nuestra fragmentada y fracturada Modernidad. El libro se editó para los veinte años de la muerte de aquel pintor enamorado de Marilyn Monroe. Si para inicios del siglo XX, el escritor iqueño Abraham Valdelomar era el Palace Concert y el jirón de la Unión

y Lima y el Perú, celebrando con sarcasmo el fin de la vieja aristocracia; a fines del siglo XX, para Humareda era el Ho-

CHISPA

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DEL DINERO DEVORÁNDOLO TODO La carcajada de Humareda no era sarcástica sino patética; él pintó la violencia que vio en la vida cotidiana de La Parada, de Barrios Altos, el Rímac y el Centro de Lima, pero no solo eso, sino que avizoró la

Menos mal que no tengo acciones en La Parada.

terrible pesadilla del dinero devorándolo todo, la belleza arrasada por el capitalismo salvaje y globalizado. Mi libro acaba con la imagen del pintor atrincherado en el viejo Hotel Lima, que se transformaba en talleres textiles de última tecnología, pero rodeado de basura; él, aferrado a su póster de Marilyn, terminaba sus días desencantado al ver que incluso lo emergente y nuevo, era absorbido por la usura. Humareda no estaba en contra del cambio, del paso a la modernidad, más bien lo celebraba. No se aferraba a lo antiguo por mera nostalgia; pero sí estaba en contra de la deshumanización, del progreso ciego y avariento. La Parada aún sigue siendo el retrato simbólico de lo que es el Perú, en donde cada grupo (o casta) quiere perpetuar su poder, avasallar y no dialogar, negociar bajo la mesa y no bajo la ley. Somos un país de grupos que se van cerrando aún más, que transgreden los acuerdos colectivos y no piensan en el bien común. Aun falta para que las distintas economías que existen se pongan de acuerdo; es por eso que lo que está sucediendo con el Mercado Mayorista es importante para saber hacia adónde vamos.


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Raúl Wiener

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as imágenes televisadas que pude ver en octubre de 2012, me retrotrajeron rápidamente 43 años atrás cuando en una mezcla de curiosidad literaria y sensibilidad juvenil me interné en el submundo de La Parada y recorrí sin conciencia del peligro el mercado y las zonas aledañas para encontrarme con una forma de ser limeño que no existía en otras partes de la ciudad. Yo había iniciado no hacía mucho una militancia universitaria de izquierda que en poco tiempo salió de los claustros y se convirtió en activismo en los barrios populares, que por entonces se llamaban barriadas, y fue cuando me dieron la responsabilidad de una célula que tenía que atender, “contactos” en el cerro San Cosme, a los pies de los grandes mercados Mayorista y Minorista de La Victoria. Nuestra tarea fue ponernos en relación con el cura de la parroquia de la zona, que era un sacerdote belga, que hablaba todavía muy mal el español, y que se movía rodeado de niñas y niños, y era el que convocaba a los pobladores a reuniones políticoculturales los días domingos. Nosotros debíamos llevar grupos de teatro o música, o películas para espacios cerrados, presentaciones que eran seguidas por una intervención explicativa que corría a mi cargo, mientras mis compañeros contactaban individualmente a los asistentes.

CALLES INTRINCADAS DE SAN COSME En realidad nunca logramos construir nada serio en esas calles intrincadas de San Cosme y nunca volvería a saber de las personas que conocí en esa época. Solo el cura belga volvería a aparecer en mi vida como amigo de mi cuñado y luego como eterna y discutida autoridad de una Universidad Privada. Pero cuando lo conocía todavía era tan inocente como para citarnos a las ocho de la noche en una de las entradas de San Cosme al lado de una de las áreas de ingreso de los camiones que llevaban productos a los mercados.

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Pero, miren cómo resis su muerte, cómo salen pol

oportunistas a enfrentar la cla la gran prensa se niega a soste cambio fundamental para una ABAJO DEL CERRO El hecho es que por este bautizo fallido en la política extrauniversitaria, me llené de preguntas sobre lo que pasaba abajo del cerro. Y como no imaginaba que alguien quisiera compartir mi inquietud empecé a recorrer por mi cuenta un espacio que a cada paso me brindaba una sorpresa. Vuelvo a decir que los duros rostros de la primera e incompleta clausura de La Parada, como los que han reaparecido en estos días, son similares a los que observé

en las tantas veces que me dirigía hacia ese lugar que parecía la antítesis de la tierra prometida. OLOR BRUTAL DE LA BASURA Lo primero que te impactaba no era el muestrario de gente: comerciantes, ayudantes, estibadores, transportistas, compradores, delincuentes, prostitutas, mendigos, policías, etc., sino el olor brutal de la basura que contenía siempre el aroma de las verduras podridas a pleno

sol. Estaba en todas partes, pero había sitios donde se acentuaba la podredumbre de las lechugas y en otros en que podía sentirse un olor más seco. Los apiñamientos de desechos estaban por todas partes y expuestos a la vista. Sobre ellos circulaban perros hambrientos y si uno se detenía un rato podía ver a enormes ratas moviéndose de un basural a otro. ESPERAN POR SU PRESA Pero la vida seguía desarrollándose sobre esa inmundicia; y, si uno se sobreponía a la fetidez, podía mirar en las esquinas a pe-

queños ladrones esperando por su presa y a otros más viejos con rostros cortados indicando los límites de sus territorios. En medio del mercado habían hoteluchos que se multiplicaban en las calles aledañas, alrededor de los cuales ofrecían sus servicios prostitutas que no eran mujeres de la noche sino de todo el día, y hombres que discutían el precio por acostarse con ellas. Eran personas desgastadas por el oficio y la degradación que las rodeaba, muy gordas, muy pequeñas, desgarbadas, sin ningún encanto, como si fueran parte de un desfile de Fe-

llini. Pero en mi imaginación de 20 años, me planteaba si alguien distinto a ellas podía reducir tanto su dignidad como para venir a ofrecerse en esa última parte de los bajos mundos.

OTRA VEZ EL PINTOR Había leído historias prostibularias de autores entrañables y luego sentiría el impacto de la historia del hotel Lima y el pintor Humareda que eligió vivir y pintar a pocas cuadras de La Parada, en medio de putas que eran sus amigas y confidentes, y por todo eso tendía a creer que estaba re-


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FOTO: JUAN PABLO AYALA

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corriendo una fuente de inspiración indiscutible y que me llenaría de una potencia muy grande para describir los bajos fondos de mi ciudad. Incluso tuve la osadía de llevar a mi compañera a hacer un recorrido nocturno por la calles cercanas al mercado para mostrarle mis descubrimientos, y luego de algunas cuadras en las que vimos personas dormir en las calles, una al lado de la otra, cubiertas con frazadas viejas y cartones, y resentimos los pulmones por el hedor de los alimentos descompuestos al final del día, estuve a punto de ser cacheteado

que volver a pasar cerca de ella y me di cuenta que era un ancla contra el progreso. Y era además el lugar por el que pasaban casi todos los alimentos que nos llevábamos a la mesa. EN EL MINISTERIO DE VIVIENDA En 1974, trabajando en el ministerio de Vivienda, fui encargado de representar a esta entidad en una reunión sobre el nuevo mercado mayorista de Lima en Santa Anita, en la que participaban todo tipo de autoridades y había un montón de estudios que nos fueron entregados en gruesas copias anilladas. La idea del nuevo mercado venía de tiempo antes desde que se concluyó que La Parada no era renovable ni modernizable. Me parecía una conclusión obvia, de la que podía dar pruebas fehacientes. Pero desde aquella reunión hasta hoy, han pasado 40 años. Santa Anita fue concluida en los años 90, es decir hace más de veinte años; y si no fuera por Susana Villarán tendríamos que aceptar que el viejo monstruo era invencible. Miren cómo resiste su muerte, cómo salen políticos oportunistas a enfrentar la clausura, y cómo la gran prensa se niega a sostener este cambio fundamental para una nueva Lima. Quizás algunos tengan instalada una Parada en el alma, con todos los olores y desvalores de la que yo recorrí cuando era joven.

CRONOLOGÍA DE LOS SUCESOS DE LA PARADA

El pedregoso camino al orden y progreso

Susana Villarán decidió pasar a la historia como la alcaldesa que se encargaría de poner orden allí donde el caos y la informalidad se habían arraigado con mayor profundidad. Para ello anunció una ambiciosa reforma del transporte que hoy muestra pocos resultados y se propuso trasladar el principal centro de abastos de Lima de La Parada a Santa Anita. El proceso ha sido tortuoso, pero hoy parece llegar a su fin con un saldo relativamente positivo para la alcaldesa. Aquí una cronología de los hechos:

 LOS SIETE PASOS DEL CAMBIO

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. Villarán se presenta ante el Concejo Metropolitano y anuncia el traslado de los comerciantes de La Parada al nuevo Mercado Mayorista de Santa Anita. (4 de septiembre del 2012).

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. Comerciantes de La Parada inician un paro en protesta por el traslado. (19 de septiembre del 2012).

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. La Municipalidad declara zona rígida las calles adyacentes a La Parada. En un operativo policial en el que participan 3 mil efectivos se instalan 12 bloques de cemento. Producto del enfrentamiento hay cien detenidos, dos muertos y 24 heridos. (27 octubre de 2012)

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. El Juez Malzon Urbina, titular de 56 Juzgado Penal de Lima acepta el hábeas corpus presentado por los comerciantes de La Parada, por el bloqueo de los accesos. El magistrado ordena el levantamiento de los bloques de cemento. La municipalidad decide apelar el fallo. (2 de abril del 2013). Gana la Municipalidad y Malzon es destituido del Poder Judicial.

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. Luego de varios meses de dimes y diretes entre las autoridades de la Municipalidad de Lima y los comerciantes, la gestión de Villarán decide clausurar el mercado de La Parada. Se sellan las puertas pero cientos de comerciantes se resisten a abandonar las instalaciones. (2 de marzo de 2014).

. La Municipalidad de Lima inaugura el nuevo Mercado Mayorista de Santa Anita (19 de septiembre del 2012). . La comuna decide colocar bloques de cemento en las inmediaciones de La Parada, para evitar el ingreso de camiones con mercadería. Se produce un enfrentamiento entre vándalos y policías que afecta a Gamarra. El saldo es de 2 muertos y 108 heridos. (24 de octubre de 2012).

y de acabar solo en esas calles sin destino. DESCRIPCIÓN SOBRE EL INFIERNO Nunca di testimonio público de mis aventuras por esos lares, por la sencilla razón de que comprendí que nadie se identificaría con mis razones para caminar sin compañía por lo más parecido que podía haber para una descripción sobre el infierno. La repulsión-atracción que podía causarme La Parada con 20 años, se trocó en repugnancia cuando en años posteriores tuve

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{ Dimes y diretes { Muchos golpes bajos recibe la alcaldesa en estos días; pero hay quienes reconocen su trabajo y honestidad.

Buscan distraer    “Lo que quieren hacer es un juego político para debilitar a una gestión que es exitosa. Nosotros respaldamos como Frente Amplio a la alcaldesa Susana Villarán y creemos que lo que quieren con el asunto del préstamo es distraer a la opinión pública para que no se fijen en lo fundamental, que es la recuperación de los espacios públicos de La Parada, el funcionamiento del nuevo Mercado Mayorista de Santa Anita y la reformas fundamentales para la transformación de la ciudad”. (Manuel Dammert)

Los que no se prestan se han llenado los bolsillos    Sobre La Parada. “Es algo que debió hacerse desde hace décadas, pero nadie tenía los pantalones para hacerlo. Es una medida imprescindible para la organización de la ciudad, para asegurar una distribución de alimentos en condiciones adecuadas. Creo que es una obra imprescindible, pero por falta de coraje, los alcaldes de hace 50 años no se atrevieron a hacerlo y ahora lo hace Susana Villarán. Ahora sobre el préstamo, no veo ninguna irregularidad de que la alcaldesa se haya prestado. Los que no necesitan prestarse es porque se ha llenado los bolsillos con dinero de la ciudad o del país. No veo por qué se puede juzgar el préstamo que ha hecho la señora Villarán, si es como el de cualquier ciudadano. Esto es más de lo mismo, por la misma gente que buscó la revocatoria, aliados con las mafias de transporte y se oponen a las reformas de la alcaldesa.” (Nelson Manrique)

Esto es una vergüenza

La clausura debió hacerse hace rato    “Esto forma parte de las reformas de la municipalidad, sobre un terreno que es de su propiedad, que ha sido usurpado por comerciantes que nunca formaron parte del Mercado Mayorista Nº 1. Hay una reforma en marcha del comercio mayorista. La clausura debió haberse hecho hace rato. Necesitamos un mercado con mayor seguridad, salubridad, orden, formalidad, efectivamente es lo que la ciudad requiere; y en ese marco la gestión Villarán termina de manera positiva una clausura,

sin violencia, tratando de sacar a los usurpadores de la mejor forma. Evidentemente eso iba a levantar la imagen y la percepción de los ciudadanos de Lima sobre la alcaldesa. En base de eso sale una jugada política por parte de la oposición con el fin de desinflar el logro conseguido. Nunca se había visto en los últimos años que a una gestión llena de reformas y cambios, y sobre todo liderada por una mujer. Ahora la atacan porque ha concretado una gran obra.” (Sigifredo Velásquez)

Son legales    “Debería sentir vergüenza por haber solicitado un préstamo a una entidad que tiene un gerente nombrado por ella. Esto es una vergüenza. Es como si nosotros, los parlamentarios, utilizáramos los recursos del Congreso para hacernos préstamos. Ella tiene que rendir cuentas, porque la honestidad no solo se pregona, también se practica”. ! Buena!, ¿qué dirá el jefe del partido? (Javier Velásquez)

Que explique en el Congreso    “Acabo de reiterar el pedido y la comisión de Fiscalización del Congreso acordó citar a Villarán a fin de que pueda explicar por qué se hizo un préstamo de la caja municipal, cuando la Ley Orgánica de Municipalidades se lo prohíbe. En Tumán, Chiclayo, hubo un alcalde que se prestó dinero de una cooperativa de la municipalidad y fue vacado. Si en provincia se aplica la ley, por qué no en Lima. Acá nadie tiene corona.” (Julio Rosas)

Se retiene el sueldo    “La lógica, definida en el 1998, hace 15 años, para prestar a funcionarios es que se cobra contra planilla. Es decir se retiene el sueldo.” (Marisa Glave)

CHISPA

Lescano en la otra orilla    “Ha venido una fiscal de prevención del delito y aquí se está encomendando este operativo al ejecutor coactivo. Y quien estaba dirigiendo la operación es la fiscal de prevención de delito, que no toma ningún conocimiento y no dice absolutamente nada. De tal manera, que parece una operación que está incumpliendo los procedimientos

legales. Tenemos que citar a los responsables al Congreso.” (Yonhy Lescano, el día de la clausura)

   ”Ningún funcionario ha tenido algún beneficio especial. Ellos no acuden a nosotros por eso, sino porque les descontamos automáticamente de sus planillas. En los últimos dos años colocamos S/.16.3 millones en créditos a funcionarios municipales por eso, porque es más fácil pagar. Los préstamos a los regidores y a la alcaldesa son totalmente legales. No existe conflictos de intereses, porque si bien la alcaldesa de Lima nombra al directorio de la Caja Metropolitana, éste no evalúa los créditos. El encargado de dicha función es el analista de Banca Personal que, siguiendo la pauta normativa del producto ‘Planilla Cash’, revisa los antecedentes crediticios. En este caso, la alcaldesa Susana Villarán es 100% confiable y cuenta con capacidad de pago.” (Óscar Vivanco, gerente general de la Caja Metropolitana)

Por si acaso, en La Parada no he vendido fotocopiadoras...


R EVISTA PR MERA » A diez años de su muerte, un breve paseo por la

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vida de Charles Bukowski, el antihéroe perfecto.

Eduardo Santana EL FINAL “Estamos aquí para desaprender las enseñanzas de la iglesia, del estado y nuestro sistema educativo. Estamos aquí para tomar cerveza. Estamos aquí para matar la guerra. Estamos aquí para reírnos del destino y vivir tan bien nuestra vida que la muerte tiemble al recibirnos”. Cartero En la mañana de un miércoles 9 de marzo de 1994, la muerte, personaje central descrito como un “glorioso vértigo de carne” en su última novela, no aguantó más y se largó con Charles Bukowski al infierno que no existe. Después de gastar la mitad de su vida en trabajos que nunca quiso y de consagrar la otra mitad entre cerveza y whisky, que llegara a los 73 años puede considerarse una pataleta del azar, la lotería de babilonia recordando que estamos fijos en ella. Dueño de una prosa de oraciones cortas como jabs de boxeador borracho y honesto directos a la quijada del lector desprevenido (y cómo no, si escribir a máquina es boxear con los dedos), no colgó los guantes incluso luego de ser diagnosticado con leucemia, con más de siete décadas sobre la espalda. Prueba de ello es que terminó Pulp, su última novela, después de varias sesiones de quimioterapia que lo mantuvieron en el hospital gran parte de 1993. En el cementerio Green Hills Memorial Park de California, la lápida que marca el territorio preferido por los peores gusanos lleva grabada una frase que confirma la sospecha que subyace a la lectura de Bukowski: “Don’r try” (“No lo intentes”). Antítesis de todos de los discursos de la época moderna y advertencia de lo inútil, salvaje y feliz que resulta despertarse todos los días. En sus palabras, “un pesimismo optimista”. Algo parecido a la felicidad porque, a pesar de lo que el análisis superficial puede suponer, Charles no era un desdichado. La conciencia del vacío y de su situación le permitía reiniciar el juego de ajedrez a su antojo, como solía relatar. “Si estás perdiendo el alma y lo sabes, entonces tienes otra alma para perder”. Quizá gracias a esta facultad hoy hablamos de Bukowski y no de un suicida anónimo. Facultad aplicada,

e r a e p s e k a h S o z i h o l nunca

además, siempre con humor, como evidencia lo narrado por una de sus amigas, Tina. Una noche de mediados de los 70, tiempo en el que escribía su columna “Escritos de un viejo indecente” en Los Angeles Free Press, bebía con sus amigos Brad y Tina Darby (el

administrador de un sex shop y su novia, una stripper). Les dijo que todo escritor que se preciara debería estar dispuesto a comerse sus palabras, lo que aconteció después es explicado por Tina: “Se comió un ejemplar de Free Press entero y luego vomitó en mi alfombra”.

EL INICIO “Juego de niños, eso es todo lo que hace la gente, juego de niños. Van del coño a la tumba sin que les roce siquiera el horror de la vida”

Púrpura como un iris

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Su padre, un sargento estadounidense, trabajaba como civil en Alemania cuando se casó con la madre del escritor, una costurera del lugar. Heinrich Karl Bukowski, como lo bautizaron entonces, nació en Andernach, un pueblito al norte de Frankfurt y a la orilla izquierda del Rin, el 16 de agosto de 1920. Tras el colapso de la economía alemana, en 1923, la familia migró a Estados Unidos. Se instalaron en California, lugar donde Bukowski pasó casi toda su vida. Luego de una niñez afectada por la severidad de los castigos de su padre, su adolescencia llegó acompañada de un inclemente caso de acné que marcó su forma de relacionarse con el resto del mundo. “Mi cara estaba llena de granos del tamaño de pequeñas manzanas. Era ridículo e increíble. “El peor caso que he visto en mi vida” dijo uno de los doctores, y era bastante viejo”. Con una realidad tan poco atractiva, se fascinó por la literatura apenas la descubrió. Entonces llegó a sus manos la novela de Jhon Fante, “Pregúntale al polvo”, situada en las calles donde creció. La observación de la amalgama entre realidad y ficción (algunas de las escenas transcurrían en la acera frente a la biblioteca donde encontró el libro) motivó su afán por acumular experiencias para tener algo qué escribir. Luego de varios fracasos laborales, producto de su casi nula capacidad de compromiso, y del abandono de su novia a causa de una úlcera que le impediría volver a trabajar por un tiempo, iniciaron los primeros triunfos de su prosa y poesía. Bukowski, que había vivido hasta entonces como un fracasado (caprichosos cánones sociales de por medio), recuperaría el tiempo perdido con empeño. A finales de los años 70, su número empezó a aparecer en un listín telefónico de Hollywood. No lo cambió. “(…) seguiré en el listín/ de Pacific Telephone/hasta que haya follado más o menos/como cualquier hombre de mi edad”. No existen datos precisos de si satisfizo o no la totalidad de sus postergadas necesidades sexuales; sin embargo, con seguridad podemos afirmar que la literatura le bastó para sortear con comodidad todas las demás. Ya sin hambre y con dinero para alcohol, la fama siguió alimentando su legión de admiradores y cada borrachera pública y escandalosa multiplicaba la venta de sus libros. Algo así como la farándula peruana pero con literatura en lugar de Karma de Carabayllo. Acababa de nacer el personaje y maldito preferido de finales del siglo. El último.


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PR MERA En 1971 grabó el admirable larga duración José Cheo Feliciano con un sexteto de alta joyería y entonó así su renacimiento:

OTRAS DISQUISICIONES Víctor Hurtado Oviedo

«Como silencio guardé, / cantaron otros soneros, librando los nueve ceros / que una vez les dediqué».

A

l gran José Cheo Feliciano lo ha perseguido la confusión, como una doble sombra bajo una doble Luna. Cheo nació negro, crespo y uníparo, pero la homonimia le ha regalado un siamés inverosímil: blanco, lacio, ciego y guitarrista. Eso no se hace. Han pasado años, ha pasado todo el tiempo, y Cheo no ha podido desprenderse del gemelo, que es el negativo blanco de un mulato. Lo que ocurre es que uno y otro, otro y uno, son antítesis que se parecen demasiado: ambos se llaman José Feliciano y son portorriqueños, cantantes y famosos. A Cheo le toca vivir así con la diaria, obstinada sorpresa de saber que José Feliciano es único, aunque son dos (su misterio no llega a trinidad, pero va cerca). «Crisis de identidad» llamó a esta maraña un sicólogo cuyo nombre se ha olvidado. ¿Qué diría de todo esto don José Ortega y Gasset, el de la célebre sentencia (Meditaciones del Quijote) «yo soy yo y mi circunstancia». Nada; más bien, Cheo corregiría: «Yo soy yo, el otro y las circunstancias de ambos». No importa cuánto hagan, los dos Josés vivirán reflejados en el farsante espejo de sus nombres hasta que ni la muerte los separe: «Aquí yace José Feliciano, el otro». Y, sin embargo, ¡son tan diferentes! José es, para Cheo, la antimateria del estilo. Cuando lo llama la sangre, Cheo sale a romper cueros con las manos pues siempre quiso ser tumbador y bongocero, y no cantante; en cambio, José es un ciego de tímpano dorado, instrumentista opulento que martilla prodigios sobre el yunque de aire de la guitarra. Cheo es una pantera de la selva afrocubana; José, rara vez entra en la rumba (sus parajes son el rock y la balada). Antaño, la voz de Cheo era profunda y seca, matizada e insinuante, de un timbre negro bellísimo que compartió con viejos maestros del yaz; la voz de José es desesperada, ultrajada, acuchillada, cortante y aguda, ideal para exigir milagros (y lograrlos), y deshecha en quiebros, como la de un cantaor de las marismas sevillanas rezando en el mar Caribe. Ambos han grabado boleros, mas Cheo es bolerista finísimo, elegante, y, cuando los entona, se pone un esmoquin sentimental así como Erasmo se vestía de gala para leer a los clásicos; en cambio, José se curva hacia el bolero-venganza, puñalero, de cantinas y aserrín, de copas rotas y vidrios por doquier, de sangre para todos (si Shakespeare hubiera compuesto un bolero, José

El último sonero » Cheo Feliciano es el clásico glorioso que cierra el siglo del bolero.

Feliciano se lo hubiese cantado), de traiciones increíbles (lo son) y de un llanto atroz y adefesiero que —cual milagro eucarístico profano— brinda con un coctel de cerveza y lágrimas. En el bolero, Cheo cultiva la flor; José, la cebolla. Así pues, ya que se confunden tanto, podrían cantar a dúo Somos diferentes. Cheíto el Grande nació en el barrio de Pancho Coímbre, en la sonera ciudad de Ponce, el 7 de julio de 1935. Lo acunó la pobreza, siempre atenta con los niños, y Cheo le correspondió durante años, tan fino él. De joven, Cheo cumplió con lo que todos esperamos del buen pobre: no andar codiciando los bienes ajenos. Claro está, así no se prospera, pero se da buen ejemplo, que es lo que realmente importa; además, en Puerto Rico nadie hay tan pobre que, con solo ir a una playa, no pueda bañarse en agua de colonia. Muy joven, lo llamó la fama, pero le dejó una dirección harto imprecisa: Nueva York, Barrio Latino, que es como el París de los modestos. Allí le salió el diablo del cuerpo, y Cheo se arrimó a los grandes por si alguien le abría una oportunidad para sus fieras tumbadoras. No fue así. El gran Tito Rodríguez, lo empleó como su

remplazo vocal en los demoledores recitales del Palladium. El mismo Tito lo recomendó entonces como cantante para el Sexteto de Joe Cuba. Con este grupo de bárbaros rumbones permaneció diez años (1957-1967), que fueron su escuela, su universidad y su desgracia.

La brusca aventura del éxito lo acercó a las cuatro puertas que anunciaba Daniel Santos. Desbaratado por el desorden, Cheo se echó al júbilo asesino de las drogas y terminó en el hospital y la cárcel. Solo le faltaban la iglesia y el cementerio, pero resucitó. En 1970 estaba de vuelta.

MA, pero MUY JOVEN LO LLAMÓ LA FA : Nueva le dejó una dirección harto imprecisaParís de el York, Barrio Latino, que es como del cuerpo, los modestos. Allí le salió el diablo r si alguien y Cheo se arrimó a los grandes po fieras tumle abría una oportunidad para sus dríguez, lo badoras. No fue así. El gran Tito Ro los demoempleó como su remplazo vocal en mo Tito lo ledores recitales del Palladium. El mis te para el recomendó entonces, como cantanpo de bárSexteto de Joe Cuba. Con este gruaños (1957baros rumbones permaneció diez iversidad y 1967), que fueron su escuela, su un su desgracia.

Dos años después lanzó otro disco terminante: Con una pequeña ayuda de mi amigo (el generoso compositor Catalino Curet Alonso), definitiva baraja de boleros y guaguancós. Ambos discos le hubieran valido, solos, una doble eternidad, pero, en 1972, Cheo se alzó a una de las cumbres de la música romántica cantada por un hombre. Si hay un disco de boleros que rebasará la cuesta del siglo, ese ha de ser La voz sensual de Cheo, porque los diez temas que incluye son tan absolutamente perfectos, que girarán en el eje del tiempo como un rosario de astros. Sin embargo, hay que decirlo todo. A fines de los años 70, Cheo Feliciano comenzó a perder su voz espléndida; pero fue ya tarde para el fracaso porque la lenta agonía que empezaba nunca disolvería de la memoria al último sonero del siglo: al que —tigre en el guaguancó y señor en el bolero— había logrado la extraña arquitectura de meter la esquina rumbera en el salón. El Cheo eterno es ese: furor caliente y elegancia; descargas tremendísimas con el loco de Joe Cuba y violines suntuosos con el maestro Calandrelli. Habría que trepar muy alto en el árbol de la sabiduría para encontrar las ramas de donde emergió Cheo. Una es Tito Rodríguez, el mismo que pasaba del rumbón violento Chencher-en gumá al bolero e himno Inolvidable, como quien cambia de mano un cigarrillo. Otra rama es Benny Moré, Jano de la música caribe, con una cara negra para las noches de África que aún golpean en Babarabatiri, y una cara mestiza para ¡Oh vida!, el bolero cálido, lento y rumoroso. «Para quedar, un libro basta», ha dicho Ernesto Sábato. Cheo quedará tres veces para siempre, con tres discos soberbios. Es un clásico. Ojalá que el siglo XXI nos traiga alguien que alcance a Cheo y que nos rescate del naufragio espeso de tanta pequeñez barata, de tantos hijastros de papá que solo han heredado la precocidad de ser, de jóvenes, los mediocres que serán siempre. Oírlos es perder el tiempo mientras ganan dinero. Por la forma en que ejecutan los boleros, deberían colgarlos de sus cuerdas vocales. Pasó la era de los dinosaurios; ahora sufrimos el minuto de las lagartijas. Que el ángel de la música no nos abandone. Así será pues el bolero nos ama. No puede evitarlo: es un sentimental.


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