Revista La Primera - 16 Marzo 2014

R EVISTA PR MERA AÑO: 1 Nº 8

LIMA, DOMINGO 16 DE MARZO DE 2014

EDITOR: PACO MORENO

www.laprimeraperu.pe

¿Por

qué los apristas han vuelto a las andadas y atacan vilmente a Sergio Tejada?

El retorno de

los búfalos CÉSAR VALLEJO Y PAUL CELAN

Dos genios de la poesía en la cruz del dolor y la esperanza

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Opinión Paco Moreno

L

a clásica de los acusados que se sienten culpables es tratar de desviar la atención, hacerse las víctimas, y, en acto desesperación, tratar de ensuciar el caso cueste lo que cueste.

Mientras la Megacomisión hacía su trabajo por acuerdo del Pleno del Parlamento, en la fachada de la llamada Casa del Pueblo de la avenida Alfonso Ugarte, un letrero gigantesco gritaba: Megacorrupción igual Megacorrupción.

PR MERA

R EVISTA

Ensuciarlo todo

Los insultos contra Sergio Tejada fueron cada vez más fuertes y hasta llegaron a decirle “sicario” y otros calificativos irrepetibles. Las amenazas tampoco están ausentes en la campaña de desprestigio contra el nacionalista, pero este sigue con el encargo de investigar pese a todo.

La Megacomisión tuvo menos personal que la actual comisión que investiga el caso López Meneses.

Pero los apristas hablan de gastos millonarios.

Los nueve informes de la Megacomisión aún es-

peran el debate y la aprobación en el pleno del Congreso; pero los apristas están como locos. Han caído en la desesperación porque los informes de la Megacomisión han agarrado carne.

El plan aprista es asustar a Tejada, sacarlo de lo importante; ensuciarlo todo porque el mensaje que quieren dar es que todos están manchados como ellos. La cosa es grave porque los apristas han ido muy lejos. Entrar en la vida privada y lanzar acusaciones con medias verdades es la clara

prueba de que el temor ha llegado hasta el hueso.

La campaña contra Tejada no ha terminado. Seguirá, pero los ciudadanos se dan cuenta de qué están hechos Tejada y sus detractores.

Citas

Los más comentados

citables

Carmen Omonte “Comisión de Ética acordó aceptar mi pedido para presentar mis descargos en etapa preliminar. Confío que prime la justicia.”

 “Mellamapoderosamente la atención que alguien tan curtido, con tal piel de chancho, como García, esté ahoratemblandocuandoélesel famoso de la frase “quien no la debe no la teme”. Si ahora está tantemeroso,tandescontrolado que ha perdido la chaveta, es porque la debe. Y él lo sabe.

Jugar y estar vinculado con el narcotráfico, no es broma. Ya sabe que eso está penado con cárcel” ( Daniel Abugattás).

Luciana León “Que Tejada se vaya a tocar su música de ejemplo, de moral a otra parte, porque ahora ya todos saben quién es!”

Seguimos en las andadas, porque la bufalada nunca muere

   “¿Acaso ellos han ido a agredir?, ellos han ido a expresar su opinión. No era un evento académico, era un evento político y de esta manera (Tejada) está descalifando los informes. ¿Acaso nuestros militantes no tienen derecho a reaccionar? No justifico la violencia pero tampoco justifico a quienes la provocan.”

(Javier Velásquez).

  “Lo que estamos viendo es unacampañaabusiva,unacampaña grosera que se viene haciendo contra Nadine Heredia al tratar de circunscribirla solamente al ámbito de lo que es un título honorífico de primera dama; y no darle el peso a lo que es el trabajo de Nadine como presidenta del PartidoNacionalistaPeruano,que es el partido de gobierno, el que ganó las elecciones nacionales” (Ollanta Humala).

La campaña contra Tejada no ha terminado.

Seguirá, pero los ciudadanos se dan cuenta de qué están hechos Tejada y sus detractores. 

Fredy Otárola “La Primera Dama no rompió Protocolo en Chile pues fue invitada por la Cancillería chilena.”

Sergio Tejada

“Hace un momento fui agredido por militantes apristas.

Solo demuestran que carecen de argumentos frente a los hallazgos de la Megacomisión.”

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LIMA, DOMINGO 9 DE FEBRERO DE 2014.

EDITOR: PACO MORENO

Hecho el Depósito legal Nº 2005-2098

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Luis Thais

“Que bueno hubiese sido que las recomendaciones de diálogo de Mulder a la alcaldesa sobre La Parada, las hubiese cumplido el gobierno aprista en Bagua.”

R EVISTA Raúl Wiener Era finales de los años 70 y las elecciones para el Centro Federado de Economía de la Universidad RicardoPalmahabíansidopactadas para los siguientes días, cuando mi amigo y camarada Enrique Picasso llegó al lugar donde estábamos reunidos y nos contó que el APRA, preparaba una acción de fuerza para destruir las ánforas y quemar las papeletas de votación si salía perdedora y que estaba trayendo gente de la Villarreal y la Garcilaso para imponerse.

Enrique nos pedía apoyo, que formáramos una fuerza lo más grande posible con estudiantes de San Marcos, la Católica, la UNI, para impedir el fraude. Estuvimos esa noche desde muy temprano, apenashabíaacabadolavotación.Y había efectivamente mucha gente que era de otras universidades, junto a los grupos que lanzaban consignas a favor de cada uno de los candidatos, el de la izquierda y el del APRA. La votación se alargó hasta después de las nueve de la noche. Y con el paso de las horas la tensión fue creciendo. Los personeros de las listas se acercaban cada tanto a coordinar con sus contactos de afuera y entregarles el resultado de las mesas que se iban cerrando.

Así que cuando faltaban todavía dos mesas por contar ya supimos que Picasso ganaba porque había sacado una ventaja insuperable.

Algunos empezaron a vivar, pero todavía no se había emitido el resultado oficial y firmado las actas respectivas. Fue ahí que vimos moverse a los del bando contrario que se iban coordinando y agrupando fuerzas. De pronto, uno de ellos gritó: Abajo el fraude; Viva el comunismo; Muera el APRA; y unas veinte personas empezaron a trepar las rejas para asaltar el salón donde se estaba concluyendo el escrutinio. Tratamos de correr sobre ellos para detenerlos y sonaron disparos y empezaron a llover piedras.

Una de ellas cayó en la cabeza del candidato y lo hizo sangrar profusamente.

Al no saber lo que teníamos qué hacer, salimos corriendo en medio de pedradas y tiros al aire, mientras los matones arrasaban con las ánforas, quemaban los documentosylascédulasdevotación.

Con nuestro herido llegamos a un centro asistencial y con la cabeza cosida lo llevamos a la televisión para hacer la denuncia. No nos hicieron caso. El hecho es que los dos sectores se proclamaron ganadores de una votación que

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ASÍ HACÍAN de las suyas los búfalos apristas.

Al no saber

lo que teníamos qué hacer, salimos corriendo en medio de pedradas y tiros al aire, mientras los matones arrasaban con las ánforas, quemaban los documentos y las cédulas de votación.

Este es AGP,

¿qué les parece? no terminó de contarse. Por lo que sé, el Centro Federado se volvió un fantasma, los bienes desaparecieron y los estudiantes perdieron su organización gremial.

Esta historia está repetida en otras casas de estudios superiores condiversosaditamentos.Secuenta por ejemplo que García iba a la Católicaconunmisteriosomaletín cuyo contenido nunca se revelaba, pero que un día se descubrió que llevaba armas para distribuir entre sus compañeros.

El día de la juramentación de la Constituyente de 1978, en la que había tres fuerzas relativamente equiparadas: APRA, izquierda y PPC, se planteaba una prueba de

fuego para el partido de Haya de la Torre que había hecho varios pactos con la derecha en el pasado, en nombre de las circunstancias y que había reclamado las reformas de Velasco como ideas originales de su movimiento, y que ahora aparecía como el “centro” en una AsambleaquerediseñaríaelEstado y fijaría las bases constitucionales del país de los siguientes años.

La izquierda iba a reclamarle a la Asamblea un gesto de soberanía frente a la dictadura represiva y entreguistadeMoralesBermúdezy el PPC a evitar la “izquierdización” del nuevo ente democrático.

Atacó con su fuerza de choque a los simpatizantes de la izquierda

que ocupaban una parte de la Plaza Bolívar y convirtieron los alrededores del Congreso en un campo de batalla. La crónica de ese episodio, reseñado por la revista “Oiga” muestra a Alan García con su famosa casaca de cuero negro, cuyas mangas le llegaban al antebrazo y no a la muñeca, dando órdenes a los matones y entrando y saliendo del local del Congreso donde se desarrollaba la instalación.

El APRA selló así una distancia brutal con los poco más de treinta diputados izquierdistas y consagró una alianza con el partido de Bedoya que fue básicamente colaboracionista con el régimen

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militar en retirada y que les costaría perder ante Acción Popular (que no participó de la Asamblea) en la elección de 1980.

Unos años antes, en el decisivo 1975, el APRA sacó sus grupos de acción a las calles durante una huelga de policías y les dio la consigna de incendiar los diarios y alentar los saqueos. Lograron quemar Correo, que quedaba en la avenida Wilson, pero no pudieron con Expreso, cuyos periodistas y trabajadores resistieron armando trincheras en la calle con las bobinas de papel.

TIEMPO DESPUÉS Los famosos búfalos del APRA eran parte de la estructura política

y un instrumento para disputar espacios sociales. Funcionaban en las calles, en los sindicatos, en las universidades. Pero con el correr de los años se decidió bajar su actividad al hacerse evidente que la imagen de un partido violento era mal vista, como ocurrió con la derrota de Armando Villanueva en la elección de 1980. El primer gobierno de García recurrió a sistemas paramilitares como el Comando Rodrigo Franco. Con los años, sin embargo, la bufalería clásica que operaba detrás de objetivos del partido, se ha ido quedando como un recuerdo más o menos borroso. Poco a poco lo que se ha ido configurando es una especie de guardia personal del actual jefe y eterno candidato de la estrella.

En las elecciones de 2006, se pudo ver en acción a la guardia de corps de García masacrando a ciudadanos cusqueños. Tres personas quedaron heridas de bala y varios otros sufrieron contusiones severas. El grandote hizo como que no vio lo que pasaba. En el Hospital del Seguro alguien lo llamó corrupto, y no fue la guardia presidencial, sino sus hombres de confianza los que abollaron al espontáneo.

Y se podría seguir hasta llegar a la pandilla que el martes quiso reventar el evento al que asistía Sergio Tejada, para discutir sobre los avances del informe de la Megacomisión sobre delitos económicos 2006-2011, que involucran a Alan García.

Los que salieron esa noche a vociferar sobre la supuesta hija no reconocida del congresista siguiendo lo dicho por su líder máximo y que se proponían boicotear una reunión de debate político, tenían el viejo rostro de los destructores y apanadores de otras épocas. Pero a la vez se les veía como una fuerza procorrupción que actuaba por los intereses muy particulares y discutibles de Alan García.

Pero fue Velásquez Quesquén el que dijo que este tipo de respuestas se seguirán dando a sus enemigos. Estamos avisados.

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PAUL CELAN Y CÉSAR VA

Dos genios cruz del do

Extraño parentesco une a Paul Celan, el lírico m mán de la segunda mitad del siglo XX, que conoció en los campos de concentración nazis, con César nocer en 1912 en Perú, la matanza de cientos de das azucareras, la explotación imperialista en las m urbe semicolonial y la amenaza fascista, escribió

César Lévano Director

Curiosa paradoja hay en César Vallejo. Huía de lo episódico, de lo transitorio, pero siempre vuelve a la actualidad. El 25 de enero de este año, el diario español El País publicó una entrevista con Raúl Ortiz, quien hace medio siglo llevó a cabo la impecable traducción de la novela Bajo el volcán de Malcolm Lowry. Comenta el cronista Juan Cruz: “Todo ello está escrito con el desgarro de César Vallejo y con la elegancia devastadora de T.S. Eliot.”

Una semana después, el 1 de febrero, el mismo cotidiano publicó un obituario del fallecido Félix Grande en que se declara que Vallejo “está en el esqueleto feraz” de la poesía del gran poeta español.

Hace poco, el filósofo español Juan Barja, después de una disertación en Alemania sobre el poema de Vallejo “Acaba de pasar el que vendrá”, sugirió a un miembro del público estudiar en ese texto la posible influencia del filósofo alemán Martin Heidegger, por la idea de la simultaneidad de los tiempos.

Esa poesía está en Poemas Humanos, y su creación es anterior a las paradojas de Borges. Vallejo pudo cono-

cer textos de Heidegger de los años 20 del siglo pasado, antes de la vergonzosa adhesión del autor de Ser y tiempo al régimen de Hitler.

HEGEL EN VALLEJO Esa consideración filosófica me trajo el recuerdo de una conversación que sostuve con

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ALLEJO

s de la poesía en la olor y la esperanza

máximo del idioma aleó la tortura y la muerte r Vallejo, quien tras coe obreros en las hacienminas, la pobreza en la –como dijo el gran crí-

tico colombiano Rafael Gutiérrez Girardot– “el único intento de expresar la complejidad del mundo contemporáneo”. El texto muestra aristas desconocidas de la creación vallejiana: su rechazo a la mera descripción y la queja sensiblera; la tempranía de su inquietud filosófica: ontológica, dialéctica, y su búsqueda de la palabra, más allá de las palabras. Y, como en Kafka, como en Celan, la esperanza a pesar de todo.

e hace años He sostenido desd Los heraldos que el primer poema dea, la masacre de

rr negros expresa, no na en 1912 en las a obreros cañeros ocurrid nas a Trujillo. ci haciendas azucareras ve

Ernesto More hace varias décadas. Tomábamos sendos cafés en La Colmena cuando el gran puneño me explicó: “Antes del viaje de Vallejo a Europa, nos reuníamos con Adán Felipe Mejía El Corregidor, y él nos hablaba de la dialéctica de Hegel”.

En el libro de don Ernesto Huellas humanas (1954) descuellan estas palabras referidas a El Corregidor: “Conocía a San Agustín, al de Aquino, a Hegel y a Marx”. En Trilce se pueden encontrar abundantes ecos hegelianos. Esos rastros están en toda la

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Esa consideración filosófica me tra-

jo el recuerdo de una conversación que sostuve con Ernesto More hace varias décadas.

Tomábamos sendos cafés en La Colmena cuando el gran puneño me explicó: “Antes del viaje de Vallejo a Europa, nos reuníamos con Adán Felipe Mejía El Corregidor, y él nos hablaba de la dialéctica de Hegel”.

obra ulterior de Vallejo.

En el poema comentado por Juan Barja se lee: “Acaba de pasar el que vendrá / proscrito, a sentarse en mi triple desarrollo”.

El colombiano Rafael Gutiérrez Girardot, de vasto y hondo conocimiento de la filosofía y la poesía alemana, ha expuesto en libros y conferencias, cuán lejos estaba Vallejo, desde muy temprano, de la genialidad meramente instintiva, silvestre. Víctor Raúl Haya de la Torre contó, en la entrevista que con César Hildebrandt le hicimos para Caretas en 1971, que Vallejo conocía y recitaba de memoria sonetos del siglo de oro de la literatura española. Su genio no se nutría solo del instinto; se enriquecía con el cultivo. Gutiérrez Girardot descubre la influencia filosófica de Nietzsche desde los versos juveniles del poeta.

He sostenido desde hace años que el primer poema de Los heraldos negros expresa, no narra, la masacre de obreros cañeros ocurrida en 1912 en las haciendas azucareras vecinas a Trujillo. Vallejo era en esos días ayudante de contador en la hacienda Rosa, que tenía cuatro mil obreros. Según crónicas de la época, cien peones de la hacienda Roma parecieron victimados por los fusiles y las bayonetas de la represión, que a caballo perseguían huelguistas entre los cañaverales. Vallejo, el joven poeta de 20 años, ¿no se estremeció con esa hecatombe? Opino que el asombro y la cólera se reflejan en versos como

“Hay golpes en la vida tan fuertes… Yo no sé” o “serán tal vez los potros de bárbaros atilas / o los heraldos negros que nos manda la Muerte.”

En la ya mencionada entrevista con Haya, este nos dijo que a Trujillo llegaron por esa época “los primeros llamados de atención a los problemas sociales. La huelga del valle de Chicama, por ejemplo, que fue muy sangrienta, el año doce (1912).

Solamente en Puerta Blanca se decía que habían muerto cuatrocientas una personas.” Por esa puerta blanca habían pasado los heraldos negros.

Gutiérrez Girardot lanza una ráfaga de luz sobre la influencia de Friedrich Nietzsche en Vallejo, que se ve en la penetración ontológica –no egocéntrica, no epidérmica, no costumbrista- de Vallejo. En su ensayo Celan y Vallejo: la poesía ante la destrucción, leído primero en un Seminario de Romanística de la Universidad de Bonn, Alemania, y reiterado en coloquio de la Universidad de Los Ángeles, California, Estados Unidos, escribe el colombiano: “Para César Vallejo la Nada no es un estudio previo para llegar a lo Bello (como creía Mallarmé) o un punto de partida para recuperar y afirmar una realidad perdida, sino un poder omnipotente pero incógnito, un Dios negativo. Del Nihilismo dijo Nietzsche que es ‘el más terrible de todos los huéspedes’, que en él, falta la meta; falta la respuesta al ‘para qué’.”

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El aporte de Rafael Gutiérrez Girardot al estudio de César Vallejo* Evelyn Canabal Torres

Los siguientes son fragmentos de un vasto ensayo de la autora.

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Vallejo y su gran amigo Ernesto More. En Lima, “El Corregidor” Mejía les había hablado de la dialéctica de Hegel y de Marx.

LA PALABRA DE LAS PIEDRAS En la bibliografía literaria mundial crece incansablemente el número de libros y estudios que examino en los nexos de nuestro poeta máximo con los grandes temas actuales del pensamiento. Sobresale la calidad de quienes trazan paralelo entre Paul Celan y Vallejo.

Celan nació en 1920 en Czernowitz, que hoy pertenece a Ucrania. Era miembro de una familia judía de habla alemana. Cuando Hitler se hizo del poder en Alemania, los padres del poeta fueron enviados a un campo de concentración, donde desaparecieron.

Paul mismo padeció encierro y tortura a manos de los nazis.

Un poema de Celan sirve ahora en Alemania para la educación antinazi: Todesfuge (Fuga de la muerte). Es una imagen del arte musical de la Fuga, aplicada a una experiencia cruel: los nazis hacen cavar, al compás de música, una fosa común a los prisioneros que van a matar. No hay crónica puntual, no hay queja, no hay grita en el poema. Hay dolor, hay melodía, hay ritmo. Comparo esa técnica con la del poema Los heraldos negros.

El pensador alemán Theodor Adorno escribió que “la obra de Celan emula un lenguaje que está por debajo de la impotente charlatanería de los seres humanos, incluso de la vida orgánica como tal: el lenguaje de las cosas

muertas, de las piedras y las estrellas”.

Gutiérrez Girardot y otros críticos señalan la insistente presencia de la piedra en los versos de Celan y de Vallejo. James K. Lyon tituló su ponencia en un coloquio en Alemania: El lenguaje de la piedra de Paul Celan: la geología del lenguaje poético.

En el primer capítulo de Los ríos profundos, José María Arguedas recuerda su viaje de niño al Cusco y evoca canciones quechuas que hablan de “puk’ tik yawar rumi”: piedra de sangre hirviente, y de que entonces dijo a su padre: “Papá, cada piedra habla.”

El poeta y ensayista argentino-estadounidense Luis Alberto Madroggio señala la afinidad pétrea entre Vallejo y Celan. En su texto Esperanza en la pie-

En la bibliografía literaria

mundial crece incansablemente el número de libros y estudios que examino en los nexos de nuestro poeta máximo con los grandes temas actuales del pensamiento. Sobresale la calidad de quienes trazan paralelo entre Paul Celan y Vallejo.

dra del silencio: la poesía de César Vallejo y de Paul Celan escribe: “La centralidad de la piedra en el imaginario de César Vallejo y Paul Celan para expresar lo inexpresable es otra coincidencia entre estos dos grandes poetas, como digna manifestación de su poética de desesperación de post-modernismo.

Así como el cisne o el azul pudo haber sido un símbolo emblemático en el modernismo, la piedra lo fue para Vallejo y Celan. No sólo en el sentido sicológico de la petrificación ante el horror de la realidad vivida, sino también como metagoge que abarca toda la gama de vivencias y sentimientos”.

En 1931, en declaración a César González-Ruano, Vallejo manifestó su rechazo a la palabrería adjetivesca: “-La precisión me interesa hasta la obsesión. Si usted me preguntara cuál es mi mayor aspiración en estos momentos, no podría decirle más que esto: la eliminación de toda palabra de existencia accesoria, la expresión pura, que hoy mejor que nunca habría que buscarla en los sustantivos y en los verbos… ¡ya que no se puede renunciar a las palabras!...”

Celan, atormentado por los horrores del nazismo, se sumergió en el Sena en 1970. Vallejo murió sumido en el dolor de la España republicana, antifascista.

Sus poesías son exploraciones de la historia en el lenguaje conciso de la poesía auténtica.

n los diversos encuentros y congresos dedicados a la obra vallejiana son frecuentes las ponencias que tratan sobre esas características superficiales y esos lugares comunes que han abrumado la obra de Vallejo desde hace varias décadas: “el triste destino del pobre cholo inculto y provinciano que logró la poesía más vanguardista de la vanguardia” o “cómo el cristianismo incaico oculto en su poesía es el verdadero origen de la teología de la liberación”, o “el visionario marxismo incaico y su vigencia ante la caída del Muro”, la influencia de la madre y la muerte en él y la presencia de la angustia del indio en su poesía.

Y es que así ha sido siempre la crítica de Vallejo. Una gran diversidad de lugares comunes, adulaciones afectuosas o meras anécdotas (a las cuales han recurrido los mismos amigos del poeta para “explicarlo”). Pero no solo ha proliferado las crítica impresionista y olvidable. También abundan las polémicas lecturas marxistas-leninistas o cristianocatólicas que se han limitado en la mayoría de los casos a acusar a la ideología contraria de irrelevante o de pasajera.

Gutiérrez Girardot ha sido uno de los primeros críticos que insistió en borrar la imagen tradicional de Vallejo como cholo desprovisto y en desarmar la burda opinión de que el sufrimiento de Vallejo se debe y se explica por su raza. Ningún otro crítico latinoamericano ha señalado con tanta claridad que el peligro de

los prejuicios raciales y nacionalistas va más allá de la reducción del genio poético a un privilegio racial.

También ha sido uno de los primeros en desenmascarar a ciertos críticos tradicionales. Expuso como farsante a Larrea y de trivial a Monguió, así como “sumaria y provincial” la interpretación de Espejo Asturrizaga quien no hizo sino tratar de engrandecerse a costa del poeta.

Gutiérrez Girardot afirma con razón que no hay en la lengua española otro libro como España, aparta de mí este cáliz pues es “el único intento de expresar la complejidad del mundo contemporáneo, la complejidad de la Nada – como Nihilismo y como destrucción por la guerra”.

(Celan y Vallejo, 52-53).

Las tres incursiones de Gutiérrez Girardot por la obra de Vallejo son puertas abiertas para una tarea fascinante y deleitosa: la tarea de guardar silencio y escu- char la complejidad de ese diagnóstico poético de nuestro tiempo inigualado hasta ahora en la lengua española.

*Transcripción del libro Caminos hacia La Modernidad de Vervuert Verlag, am Main, 1993.

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PACO MORENO

EL ABUELO ElúnicohijodeDavidTejadaMercado es David Tejada de Rivero, el abuelo de Sergio. Fue militante aprista desde niño, por influencia paterna y materna. Su madre fue de las primeras feministas apristas junto a la poetisa Magda Portal.

De ahí que su primer grito infantil fue ¡Viva el Apra! Como dirigente estudiantil, luchó por ideales populares y hasta fue encarcelado en El Sexto por su activismo contra el golpe de Odría.

Lo deportaron a Chile y allí, siendo peruano, ocupó el cargo de presidente de la Federación de Estudiantes. Hacia 1953, vuelve al Perú y sigue militando en el Apra y, a mediados de la década del sesenta, se dedica de lleno a su profesión y llega a ser subdirector general de la Organización Mundial de la Salud

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» De estirpe aprista y

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or las venas del presidente de la Megacomisión, Sergio Tejada, quien se defiende de un ataque bajo de los apristas, corre sangre aprista y socialista. Es el Tejada político más joven, el último de una estirpe que tuvo amistad y estuvo cerca de la lucha de los jóvenes Haya de la Torre y Mariátegui, una estirpe que apoyó y admira al general Velasco, que integró el gabinete del primer gobierno del García populista, fundó el Partido Socialista Revolucionario (PSR) y que acompaña de manera entusiasta el proyecto de Humala desde el 2005.

EL BISABUELO El bisabuelo de Sergio fue David Tejada Mercado, el que aparece en la foto de esta página que debe ser de un fin de semana de 1923 en Vitarte, en la cual Mariátegui sostiene la imagen de su amigo Haya. El bisabuelo de Sergio fue rebelde como el Haya juvenil.

Luchador incansable. Cuando apenas había pasado los 20 años, enseñaba ya matemáticas a los obreros de Vitarte en la Universidad Popular González Prada.

Cuando Haya funda el Apra, el bisabuelo de Sergio, milita en el partido y activa las primeras bases apristas en Arequipa. Fue perseguido en tiempos de la clandestinidad y tuvo que huir a Chile, donde siempre luchó por las causas populares, apoyando la campaña del Frente Popular de Pedro Aguirre Cerda, cuyo ministro de Salud fue Salvador Allende.

En los 40, se aleja del partido cuando Haya no habla ya del antiimperialismo sino de interamericanismo democrático “sin imperio” . Tejada Mercado rompe con el partido después de la traición al último intento insurreccional aprista del 3 de octubre de 1948.

Vuelve a la política activa tres décadas después cuando integra, a los 74 años, junto al padre de Sergio, el núcleo fundador del PSR que lideraran los generales Leonidas Rodríguez Figueroa y Jorge Fernández Maldonado, dos de los coroneles que apoyaron desde su inicio el proceso velasquista.

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socialista, el presidente de la Megacomisión sufre paradójicamente, una furiosa embestida del partido de la estrella.

Tejada y sus raíces apristas (OMS). Cuando García llega el poder en 1985, convoca al abuelo de Sergio para su primer gabinete. Fue dos veces ministro de Salud en aquel gobierno.

Siempre estuvo muy cerca de Alan, tanto que uno de sus hijos se llama Alan Tejada.

Siempre prudente, se abstiene por ahora de declarar públicamente y se reserva de hacerlo cuando lo crea oportuno.

No obstante, se solidariza plenamente con su nieto Sergio, al que admira y le aconseja en esta hora difícil en que lo atacan, “solo porque pisas callos de paquidermos enfermos”, en una época en “…que los valores éticos y morales no cuentan sino que predominan las ambiciones enfermizas”.

EL PADRE El padre de Sergio se llama David Tejada Pardo. Siempre fue socialista pero muy respetuoso del aprismo primigenio, al punto que en Izquierda Unida lo tildaban de proaprista. En la secundaria, en Estados Unidos, se entusiasma con el gobierno del gene-

ral Velasco, se nutre del pensamiento revolucionario latinoamericano y se hace socialista.

Decide continuar sus estudios en Chile donde, igual que su padre, militó en el Partido Socialista y cayó preso.

Estuvo en el estadio en la lista para el pelotón de fusilamiento de los esbirros de Pinochet y se salvó de la muerte gracias a la intermediación de su suegro, Luis Galindo Chapman, quien llegó a ser Ministro de Trabajo y Comandante General de la FAP. Cuando estuvo cerca de la muerte prometió fundar un partido en el Perú.

Así contribuye al nacimiento del PSR, junto con el bisabuelo de Sergio. Tenía 23 años cuando fundó aquel partido, en el que estaban Antonio Meza Cuadra, Chema Salcedo, Marcial Rubio, Rafael Roncagliolo y hasta Guido Lombardi, el de RPP. El partido estuvo en la clandestinidad hasta la Asamblea Constituyente, siendo el padre de Sergio su primer secretario nacional de organización y el más joven miembro de su Comisión

Política. Un año antes del golpe de Fujimori en 1992, después de renunciar públicamente como Viceministro de Salud, el padre de Sergio se va al extranjero y por eso Sergio estudia en México y luego termina la secundaria en Bolivia.

Cuando cae Fujimori, el padre de Sergio vuelve a Lima y de la mano de su hijo fundan el Partido Socialista Democracia Total, que hizo una alianza con Unión por el Perú (UPP), jugando un papel decisivo para que ese partido le diera su inscripción y logo a Humala .en el 2006.

Así padre e hijo llegan al Partido Nacionalista Peruano, como socialistas de vocación nacionalista para la unidad latinoamericana. Sergio, el Tejada más famoso en política, viene pues de estirpe histórica, de apristas de verdad, socialistas de convicción y nacionalistas de corazón.

Cumple ahora un gran papel, nada menos que presidir la comisión investigadora del último gobierno de García, sin miedo ni arreglos bajo la mesa. Por eso vienen los ataques arteros.

DAVID TEJADA PARDO

La voz del padre

“Todas las evidencias parecen indicar que García lidera un grupo cerrado que es lo más parecido a una asociación ilícita para delinquir que se ha apropiado del nombre de un partido histórico, que en sus orígenes luchó con consecuencia y que ofrendó cientos de vidas por un Perú mejor. El Apra ha caído a lo más bajo. Arriadas totalmente sus banderas programáticas primigenias, muchos de sus dirigentes están muy lejos de la franciscana pobreza de Haya de la Torre. Ahora la plata les llega sola. Como muy bien dice mi padre, estos paquidermos enfermizos atacan a mi hijo por el solo hecho de cumplir, serena y responsablemente, con el mandato que le ha dado la representación nacional. Con total irrespeto a la privacidad de las personas, sacaron a la luz lo de la hija cuya madre no quiso que la reconociera”, dice el padre de Sergio y añade que los apristas siguen con la campaña porque tienen miedo.

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PR MERA ¿Cómo historiar esa vida tormenta? ¿Quién será el Homero de este Odiseo caribe? Mientras llega, recordemos que Daniel tejía su destino de artista cruzado con el de su gente, en una trama fecunda que lo hacía cantar y crear lo que otros ansiaban oír: furias y penas; gozos y sombras; el dulce bolero, la rumba buena y el rico son.

De noche, en el cabaret fortuito, ya descenso del altar de la tarima, Daniel Santos rondaba mesas e inquiría: —¿No hay un palo [trago] para Daniel?

Sentábase entonces a conversar con el amigo instantáneo, para intercambiar memorias (uno se enriquece con los recuerdos de otros) porque, para el pecador sincero, cualquier hombre es confesor.

Durante años y años, Daniel Santos paseó su música andariega, ritmo andante, canto rodado. Con el tiempo, su pelo relampagueó como una antorcha de nieve, y el peso de los años se asentó sobre él con una gordura atenta a los detalles. De lejos parecía un luchador social; de cerca, un luchador, no más. Cierto es que, ya de viejo, Daniel cayó en el doloroso error de regrabar sus temas con orquestas musicaídas, de esas que anemizan bailes. También estrenó canciones de letras minúsculas, con atroz malbarato de estilo:

OTRAS DISQUISICIONES Víctor Hurtado Oviedo

A

ntes de oír a Julio Iglesias, yo creía que la sordera era una desgracia. Hoy, su hijito habemus (los paquetes vienen en paquetes). No el arte, mas sí la biología, habrá de agradecer a esa estirpe destemplada: Julio Iglesias y su hijo prueban que el talento no se hereda, pero la falta de talento sí: genética inexorable contra una dinastía-falsete. Hasta en la música hay que ser republicanos. En el juego de la vida, otros dieron más, aunque sus días corriesen como dados cargados por la desgracia. Así fue para un hombre de cantar desobediente e intensa patria que llevó el escándalo en el cuerpo como las panteras llevan la noche en la piel.

DonDanielDoroteoSantosBetancur abrió el viaje impaciente de su vida en el barrio bravo y mítico de Tras Talleres, de San Juan (Puerto Rico), el 6 de junio de 1916. Su padre, zapatero, fue venerable ministro aborigen de una religión rubia y germánica (el atolondrado vástago le sacaría canas santas). Ya bien instalada en la pobreza, la familia emigró hacia Nueva York, donde nunca falla la esperanza (el éxito es otra cosa). Allí, Daniel estudió con inapetencia tenaz. Para él, toda escuela era secundaria pues lo llamaba el clamor felino de las calles. Ya entonces, su voz se alzaba como un vendaval sin rumbo que lo empujaría a la fama.

De las esquinas, su vida-disturbio pasó a los bares cantables del Bronx latino, donde hombres de vocales redondas naufragaban en ron asidos al mástil de una botella. (Fue un error de juventud, como todos los que se cometen a tiempo.) Daniel Santos atendía las mesas, las limpiaba, y limpiaba las mesas de los que yacían sobre ellas.

Entre servicios y broncas, cantaba, y el aserrín del piso vibraba entonces como notas de seis puntos escritas al pie de las letras del bolero y del son. Daniel vivía pasando, no más, hecho al trago nutricio, abismado en esa pobreza neutral en la que el sueldo es igual a las deudas.

Una noche brillante, el músico maestro Pedro Flores lo oyó cantar y lo sumó a su conjunto. Don Pedro le desbastó la voz y lo indujo a ese cantar ilustre, punzado y guerrero que creó a Daniel Santos; no obstante, Daniel puso lo suyo: la esencia del artista legítimo y las erres motorizadas y violentas:

«Virrrrrrgen de medianoche...».

También nacieron de él las oes serpentinas y larguísimas, transfiguradas por el milagro chulo de su voz:

«Déjameseguirporelcamino,solo,como el viajero que va rumbo al polo».

Palo para Daniel

» Daniel Santos fue una impaciencia ardiente de patria y música maestra.

«...si yo vuelvo y no encuentro a mi mamaaaoooooo».

Daniel talló su nombre en la memoria del pueblo: antes, en los barrios sabrosos de la Gran Manzana; en su Puertorro amadísimo, después.

Sin embargo, en 1941, iluso de otras victorias, se alistó en las fuerzas armadas de los Estados Unidos y dijo «¡Adiós!» a los muchachos. Daniel pasó la guerra mundial en Hawái, cantando y componiendo –creador siempre fecundo y agradecible– y, en plena guerra, armando «descargas» musicales que –como sugiere ese nombre– dejaban a todos medio muertos. Luego volvió. Daniel era entonces un joven de tez atardecida; de ojos diagonales

y taínos, y de cabello nigérrimo en rizos de memoria africana. Delgado y cortés, no cedía al capricho ajeno, teniendo propio. Se le alborotaba el carácter y perdía la conducta ante el mandón, y nunca aceptó que su patria borinqueña estuviese sujeta al fraterno abrazo del Buen Vecino (sobre todo, fraterno; pero, sobre todo, abrazo). Un año antes de morir, dijo así al periodista mexicano Ernesto Márquez: —No tengo nada contra los americanos, ¡pero es de mi patria, coño, de la que se han apoderado! Puerto Rico es una colonia, y eso está jodido.

Del Cuarteto Flores emergió perfecto. En adelante, su hado movedizo lo condujo a otros ámbitos de gloria.

En Cuba cantó con la infinita Sonora Matancera. Fulguró en la República Dominicana, México, Venezuela, Colombia, el Perú... Viajar, cantar, opinar fueron sus años. No hay mapa para sus pasos perdidos. Dijo también: —Yo no creía ni en la luz eléctrica.

Lo mismo que le decía al policía se lo decía al presidente. Cosas de juventud, m’hijo. Caí en la cárcel más de cien veces; tuve infinidad de mujeres; estuve en el pleito de los cubanos del lado de Fidel; también, en el pleito de los dominicanos contra Trujillo.

He tomado mucho licor; he inhalado cocaína; me he casado doce o trece veces (ya no me acuerdo)... ¿De qué me voy a arrepentir, chico? Me arrepiento de lo que no hice.

Habría que reparar esos versos boreales en un taller de poesía.

Si partir es morir un poco, morir es partir bastante. A los 76 gozados años, don Daniel partió el 27 de noviembre de 1992 desde la Florida. Daniel Santos detestaba los entierros, pero supo no faltar al suyo.

Daniel nunca sintió la extraña vocación de yoga de entregar el cuerpo al placer espiritual. Donó su voz al encanto lírico de los vencidos y al pobre que viene al mundo con hambre de derrota. Cantó a la alegría sin porqué y también celebró el bolero como una misa negra. Hombre rebelde y camusiano sin saberlo, es uno de esos bravos necesarios. Fue como un poeta maldito, cual un Rimbaud hirviente en los calores de trópico, y padeció la tragedia de no hallarse: ni en la fiesta, ni en el matrimonio, ni en el licor, ni en el viaje ni en el pleito; ni siquiera en la propia rebeldía, que suele ser madre y maestra de la dignidad. ¡Cuánto debió de asombrar la vida sin coronamiento a este perseguidor!

Y unque para todos los martillos, solitario de tanta multitud, Inquieto Anacobero, Jefe, tabernícola, vaso en alma de cristal, patriota de tantas patrias, zarza que ardió por consumirse, señor de la caída en el pecado, profeta Daniel, Santos de mi devoción, tu enorme cuerpo de buda amulatado aún lanza sombras frescas al recuerdo y canta:

«¡Como me da la gana soy!».