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Atención temprana es vital para el niño

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el paladar hendido y el labio leporino son defectos congénitos. Ocurre cuando el labio superior y el paladar no se desarrollan correctamente. Esto sucede en los primeros meses de embarazo. Un bebé puede tener paladar hendido o labios leporinos o ambos.

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El labio leporino se presenta cuando el tejido que forma el paladar y el labio superior no se unen antes del nacimiento. Esto causa una abertura en el labio superior. Esta abertura puede ser pequeña o puede ser una grande que va desde el labio hasta la nariz. Puede ser en un lado u otro del labio, o con menor frecuencia, en el medio del labio.

Nacen en México aproximádamente entre 3,500 a 4 mil niños al año con estas características; “son estadísticas tentativas, creemos que es mucho mayor el impacto de los niños”, dice el Dr. Silverio Tovar Zamudio, Cirujano Plástico con más de 30 años de experiencia en cirugía de paladar hendido y labio leporino.

Posibles causas

“La número uno es la carga genética y la desnutrición. Se dice que es multifactorial, porque hay otros factores, sin embargo, se ha detectado que afecta más a la gente muy vulnerable, sin recursos, gente del campo. Otro factor frecuente que se ha detectado es que coincide en hijos de matrimonios entre jovencitas con hombres muy adultos”

Tratados antes de nacer

Los bebés requieren el tratamiento desde antes de nacer, desde apoyo emocional a la madre, refiere el doctor Tovar: “hay un impacto tremendo en la madre, nos interesa mucho que ellas vayan sabiendo cuál es el tratamiento. Cuando vienen con el paladar abierto, no tienen la capacidad de succionar correctamente y tiene que aplicarse placas especiales en la boquita, los tres primeros meses son fundamentales para que el niño crezca, se nutra y tengamos la oportunidad de operarlo”

Cirugías de rigor

“El labio se opera entre los 3 y 6 meses y el paladar entre el año y año y medio, hasta los 7 u 8 años, requiere ponerle huesito porque estaba abierta las encías y si todo va muy bien, la última es la de la nariz. Pero si no se hizo un buen trabajo, se requiere de más para corregir”

Las secuelas y el costo

“El porcentaje de secuelas es muy alto cuando no se hace un buen procedimiento, entonces la repercusión emocional es muy tremenda, tanto física como emocional- mente, ya que si el labio no está bien reparado, hay cicatriz y retracción en la nariz, y si no está bien los niños hablan gangoso y esto les impacta emocionalmente”

Llegan niños ya tratados, pero “no tratados bien, y entonces en lugar de utilizar 5 pesos se tienen que utilizar 10, 20, ya que el tratamiento cuesta entre uno a dos millones por niño. Si no hacemos una buena cirugía, eso retrasa mucho y aumenta los costos"

Un largo recorrido y compromiso

Se necesita de todo un equipo de trabajo, porque no es solo el cirujano, participan muchas disciplinas como dentistas, otorrinolaringólogo, terapia de lenguaje, psicología, nutrición, es un equipo de más de 18 especialistas, desde que inicia el tratamiento hasta que se termina, el cual dura hasta que el niño es joven, aproximadamente a los 18 años. “Es necesario un compromiso de los padres para que no abandonen el tratamiento, ya que el objetivo número uno como médicos es recuperar al niño al 100%”.

NaceN eN MéXico

APROxIMAdAMENTE

ENTRE 3,500 A 4 MIL NIÑOS AL AÑO CON ESTAS CARACTERíSTICAS; “SON ESTAdíSTICAS TENTATIVAS, CREEMOS QUE ES MUCHO MAyOR EL IMPACTO dE LOS NIÑOS”

“No hay razón para hacer mal las cosas” Unión Provida, Fundación Flehisman y la Bene, están muy comprometidos con este tema. “Yo llevo 3 años apoyando al proyecto con más de 300 atenciones. No sé por qué Dios nos manda niños así, pero lo que sí sé es que no hay razón para que el cirujano haga mal las cosas y todos los que colaboramos con la fundación estamos comprometidos en hacerlo bien. Mi motivación siempre es que los niños queden perfectos, y seguiremos apoyando esta causa; concluyó el especialista.

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