Escenas de México

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Por Suzy Berenice Gonzรกlez Hernรกndez


México es

un país muy diverso, lleno de colores y de vida que resulta de su cultura y sus tradiciones. En cada rincón de este país siempre se encontrará algo extraordinario para ver y experimentar, desde su capital hasta la provincia y desde las escenas de la vida cotidiana hasta las que se presentan en festividades especiales este país tiene grandes paisajes por presentar y un sin número de historias por narrar…

Qué belleza la que tú presentas bajo de ese traje Oaxaqueña de los ojos negros y la piel morena cuando bailas en la Guelaguetza cubierta de encajes yo te admiro y por ti suspiro al verte danzar. Juchitán de la región istmeña representas a la tehuana hermosa con sus joyas, sus finos bordados parece una diosa al compás de su ser su mediou xhiga por Tehuantepec. Tuxtepec, linda tuxtepecana cadenciosa como si fueras niña con listones de multicolores adornas tu piña cuando bailas la Flor de la piña descalzo tu pie. Yalalteca de la región serrana que engalanas al bello Guelatao con rebozo envuelto a la cabeza vestido de lana cuando bailas el Toro serrano allá en Lachatao abnegada es la mujer mixteca que te adornas con la palma en la sien con tu ayate, vestido de manta con rebozo negro con huarache el Jarabe mixteco que bonito son. Cuicatlán región de la Cañada donde cantan triste la tortolita con estampa de mujer altiva las mazatequitas simbolizan el jugoso mango que por ahí se da. Costeñita costeña de mi vida que garboza le das al zapateado tus chilenas, tus sones picantes, pícaras miradas dan prestigio a tu Pinotepa fama nacional. Gran virtud es la mujer del Valle seductora en tu gracioso andar cuando baila los sones de Ejutla moviendo su talle en el hombro lleva barro negro de Coyotepec.

Mujer

“Mujer Oaxaqueña” Compositor: Rodolfo Villegas Bolaños

Foto: Mujer, sabiduría y tradición Valles centrales, Oaxaca.


Quién dijo miedo a la muerte, si para morir nacimos. Dicho popular mexicano

Niña, cuando yo muera, no llores sobre mi tumba; cantame un lindo son, ¡ay mamá! cántame La Sandunga. Lucero de la mañana, la flor de todos los sones; canta La Martiniana, ¡ay mamá! que alegra los corazones. No me llores, no, no me llores no; porque si lloras yo peno, en cambio si tú me cantas, yo siempre vivo, yo nunca muero.

Muerte

U

Si quieres que no te olvide, si quieres que te recuerde, toca sones alegres, mi vida, música que no muere. Foto: A las puertas de la muerte Centro, ciudad de Oaxaca.

no de los más grandes temores del ser humano es, ni duda cabe, la muerte, al qué pasará cuando dejemos nuestro cuerpo físico, si realmente tenemos una alma o espí ritu que trasciende a otros planos etéreos, si vamos al encuentro con Dios, cualquiera que sea nuestro concepto de él, si tendremos un juicio por nuestras acciones, buenas o malas o, en su caso, si reencarnaremos, si nuestra alma no ha evolucionado la suficiente como para covertirse en un ser de luz y debemos continuar con la rueda de las mil y una reencarnaciones.

“La martiniana” Compositor: Andrés Henestrosa

Todas estas reflexiones alrededor de la muerte y esta incertidumbre es la que le da un tono especial a todos los conceptos culturales de ella, por tanto, este dilema es el que nos proporciona el sentimiento de miedo a la muerte, por esperada, en muchas ocasiones por injusta, según algunos conceptos humanos y por sobre todas las cosas, por democrática y definitiva. Por Marco Antonio Gómez Pérez


Vida

Foto: ella y la inmensidad Hierve el agua, Oaxaca.

N

uestros viejos abuelos mantenían un trato íntimo con la Tierra. Para ellos la Tierra era un ser que estaba vivo, que sentía y que nos amaba. Como todos los seres vivos, la Tierra posee partes más sensibles que otras. Indiscutiblemente que en los Valles de Oaxaca emana, desde lo más profundo de sus entrañas, una energía que irradia a todos los seres vivos y se conecta con el cielo. Ancestral puente divino y místico. Oaxaca es un lugar donde

la Tierra y el cielo se besan. Hierve el Agua es un sitio esencial en esta relación amorosa entre el ser humano, la tierra y el universo. De eso se trata Hierve el Agua: un legado de la naturaleza. Desde la cima de las montañas caen imaginarias cascadas brotando en espuma blanca y limpia. Sobre la cima hay espejos espontáneos de agua entre verde y celeste, mineralizada, efervescente, energética, pura.

Algunos árboles aún verdes rompen el paisaje seco. Mientras caminas de repente te encuentras con brotes de agua que salen de la rotura del suelo pedregoso en forma de pequeños géiseres. Y esos brotes disparan agua efervescente que se escurre por angostos ríos como finos hilos. Los finos hilos de agua desembocan en los espejos de agua o caen sobre las cascadas formadas en milenarios años. Por Guillermo Marín


Se dice que... Cholula tiene 365 iglesias, según cuenta la leyenda surgida en la época de la conquista. A la ciudad por más de dos mil años, sus pobladores le construyeron y destruyeron templos y pirámides dedicados, primero a los dioses precristianos, Cholula estaba destinada a convertirse en

el ejemplar y nuevo reino del cristianismo. La ciudad más piadosa y devota ciudad entre todas las otras conquistadas de la nueva España. Así lo pretendieron también, en tiempos precristianos, los sacerdotes y señoríos, obligando a sus pobladores a creer que esta ciudad está dedicada a los dioses.

Foto: Cholula y su bella agonía Pirámide de Cholula, Puebla.

Raíces


Cultura Foto: Imponente Catedral Zócalo de Puebla de los Ángeles.

C

uenta la leyenda que Fray Julián Garcés, Arzobispo de la diócesis de Tlaxcala, soñó en vísperas del día de San Miguel, el 28 de Septiembre de 1530, con un campo lleno de flores y manantiales, hermoso lugar donde podrían habitar los mismos ángeles, quienes en su sueño, le mostraron la ubicación. Comentó en varias ocasiones con sus

compañeros franciscanos el sueño y surge entre ellos la idea de localizarlo. Los ángeles volvieron al auxilio de los poblanos. Por algo se les había mandado, cuando se hacían los esfuerzos tremendos para subir a la torre de la catedral, la campana mayor: Doña María Palafox; de la noche a la mañana, el pesado instrumento estaba ya colgado sin que manos humanas intervinieran en el asunto.


Foto: Nuestro espíritu Escuela del Aire, Zapopan, Jalisco.

Hombre “Divisaron el tunal y, encima de él, el águila con las alas extendidas hacia los rayos del sol…”. Era la señal anunciada por sus dioses para establecerse; fue el fin de su vida nómada.

El águila real, ese ser extraordinario, ha sido símbolo de la identidad mexicana desde su origen, porque ha representado los ideales y valores que sustentaron la fundación de Tenochtitlán y la Independencia de México, otorgándole su carácter de nación soberana.


Tradición Foto: Tradiciones arraigadas Guadalajara, Jalisco.

A

ún y con la llegada de nuevos paseos turísticos a esta ciudad, las tradicionales Calandrias perduran en el gusto de visitantes mexicanos y extranjeros al trote de sus caballos por lugares tradicionales de la Perla Tapatía. Los conductores de las Calandrias tienen una vocación innata a su profesión, en algunos casos con tres generaciones, quienes nutren los viajes contando la historia y anécdotas de los distintos lugares que perciben en su andar.


Foto: Vitrales para México Castillo de Chapultepec, D.F.

Historia Estos vitrales fueron mandados hacer específicamente por Porfirio Díaz hacia el año de 1900, los vitrales están firmados por la casa C.H. Champignelle Fils, 96 rue Notre Dame des Champs, París. Cuatro figuras femeninas fueron representadas, cargándolas con los atributos de la naturaleza, la caza y la agricultura.


Futuro

MÉXICO, de mar a mar te viví, traspasado por tu férreo color, trepando montes sobre los que aparecen monasterios llenos de espinas, el ruido venenoso de la ciudad, los dientes solapados del pululante poetizo, y sobre las hojas de los muertos y las gradas que construyó el silencio irreductible, como muñones de un amor leproso, el esplendor mojado de las ruinas. Pero del acre campamento, huraño sudor, lanzas de granos amarillos, sube la agricultura colectiva repartiendo los panes de la patria. Otras veces calcáreas cordilleras interrumpieron mi camino, formas de los ametrallados ventisqueros que despedazan la corteza oscura de la piel mexicana, y los caballos que cruzan como el beso de la pólvora bajo las patriarcales arboledas. Aquellos que borraron bravamente la frontera del predio y entregaron la tierra conquistada por la sangre entre los olvidados herederos, también aquellos dedos dolorosos anudados al sur de las raíces la minuciosa máscara tejieron, poblaron de floral juguetería y de fuego textil el territorio. No supe qué amé más, si la excavada antigüedad de rostros que guardaron la intensidad de piedras implacables, o la rosa creciente, construida por una mano ayer ensangrentada. Y así de tierra a tierra fui tocando el barro americano, mi estatura, y subió por mis venas el olvido recostado en el tiempo, hasta que un día estremeció mi boca su lenguaje. “México (1940)“ Pablo Neruda

Foto: Perspectiva moderna mexicana Museo Soumaya, Polanco, D.F.


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