Reportaje Gráfico - Pop Art Modelos para Monumentos: Claes Oldenburg Twitter. Escritura Temporal: Roberto Cruz Arzábal Glosario Tuiterario: Eréndira Plata
Tuits de: @CabralHorus @Alina_HA @javier_raya @bichosa @albertochimal @adeljar @lauriluciernaga @coromes @reiben @mergruen @LeContrefacteur @serguei1985 @alexsocop @azul_silencio @somnivoro @raxxie Pegaso Zorokin Parte 1 [Novela por entregas]: Gerardo Arana
Fanzine Digital de Literatura
Sobre “El Sexto”: José Miguel Barajas
No.6
- Fanzine mensual de publicaci贸n digital Para mayor informaci贸n visita: M O L I N O D E C U E N T O . B L O G S P O T. C O M radiadorfanzine.blogspot.com
No. 6 Marzo de 2012
DIRECTORIO °Editor Daniel Malpica*
°Selección Twittérica y Prólogo Emmanuel Vizcaya
°Guardas
Claes Oldenburg
°Gravitación Extendida [Columna] Erik Alonso
°Tracklist
ElAle Guerrero de la Portales
°Diseño y Complementos *
ÍNDICE
radiadorfanzine.blogspot.com
M O L I N O D E C U E N T O . B L O G S P O T. C O M
(Colaboradores**)
**Los textos aquí publicados son propiedad
intelectual de los autores, así como la responsabilidad de su contenido.
@CabralHorus @Alina_HA @javier_raya @bichosa Modelos para Monumentos: Claes Oldenburg Glosario Tuiterario: Eréndira Plata @albertochimal @adeljar @lauriluciernaga @coromes @reiben Twitter. Escritura Temporal: Roberto Cruz Arzábal Nueva Pestaña: El Otro Canal ¿De qué tiene miedo El Sexto?: José Miguel Barajas Twitter Poem: Daniel Malpica @mergruen @LeContrefacteur @serguei1985 @alexsocop @azul_silencio @somnivoro @raxxie Gravitación Extendida: Erik Alonso Nueva Pestaña: Concretoons Pegaso Zorokin Parte 1 [Novela por entregas]: Gerardo Arana
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Twitteratura
EDITORIAL
Creo que el verdadero nombre del timeline debería ser timelife. La vida. La realidad inmediata. Actualización. Renovación. Pero aquí el botón que estamos presionando es el de esta nueva plataforma para la comunicación escrita y que incluye, naturalmente, a la literatura. ¿El término ‘twitteratura’ existe? ¿El twitter ha inventado algo, o sólo hace más evidente una línea escritural que ya se conocía? ¿Tuits? ¿Cuentuitos? ¿Poetuits? ¿Poemínimos? ¿Greguerías? ¿Membretes? ¿Aforismos? Este universo es inagotable. (Pero qué les puedo decir yo, que apenas hace días abrí mi cuenta y aún me crujen los dedos). ¿Qué papel juega la inmediatez en este tipo de manifestación escrita? [Radiador] o de la Twitteratura, pone las preguntas sobre la mesa (no sé si se resuelvan o acaso aparezca el doble de ellas) e intenta desplegar un panorama de lo que sucede ahora con la literatura y las redes sociales. Aquí encontrarán ensayos, artículos y gratos ejemplos de cómo ser un buen tuitero, hasta alcanzar la honrosa categoría de ‘Jedi del timeline’. Disfruten *Este prólogo ha sido escrito en 1,052 caracteres, y equivale a 8 tuits* @EmmanuelVizcaya
https://twitter.com/#!/EmmanuelVizcaya
Elecrtrik Bird Tracklist
por ElAle Guerrero de la Portales
Tafo feat Nahid Akhtar Karye Pyar: http://youtu.be/ToUHhsYEX68
J.C. Burris Hand Jive:
http://youtu.be/0iQxpicCnB8
Wganda Kenya La Trompeta Loca: http://youtu.be/fjAGXSeZzGM
Robert Nighthawk Went Down to Eli’s: http://youtu.be/oypAbJj-fEs
Raymond Fairchild Whoa Mule: http://youtu.be/eR-ZBOkeo_U
DeZurick Sisters Little Golden Locket: http://youtu.be/jVGfPfhOUc8
Tuva Throat Singing Tradicional Siberian Music: http://youtu.be/VTCJ5hedcVA
@CabralHorus
Horacio Héctor Cabral https://twitter.com/#!/CabralHorus (Buenos Aires, Argentina, 1962)
Estoy convencido. Escribir un tweet, es como escribir un mensaje meterlo en una botella y arrojarlo al mar. Sólo el azar hará que te lean. Rutinariamente escribía epitafios por encargo. Una mañana escribió el último, se lo había encargado su alter ego. Envidiaba a los hombres que tienen mujeres que mueren por ellos. Entró al bar donde ella esperaba y la asesinó. Así tuvo quien moría por él. Deseaba una mujer audaz, capaz de hacerlo volar, la mujer de sus sueños, pero el desdichado sufría de insomnio.
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@Alina_HA
Alina Hernández Aguilar https://twitter.com/#!/Alina_HA (Cárdenas, Michocacán, 1988)
*Serie: La noche en silencio* Paso las noches menos silenciosas. Las noches son de barrio, de ambulancias, de borrachos, de temblores. La noche pasa sin reparar en mí. La noche es ruido, yo soy silencio. Debe ser porque siempre estoy descalza. Trato de escuchar al fantasma que vive en mi casa. Lo adivino porque en la mañana encuentro sus corbatas. No lo oigo, no debe estar. Cuando llega lo siento meterse a mi cama; a los fantasmas también les gusta hacer cucharita. Mi fantasma debe intuirme también. Me delatan mis trastes sucios. En mi casa no hay oscuridad nunca. Es una casa que no se apaga y que no se calla. Siento que no hay paredes que dividan “adentro” de “afuera”, y yo estoy en todos lados. Tiritar, respirar, rozar. Todo lo que hago en la noche es como no hacer nada. En la noche no tengo evidencia de mí.
[06]
@javier_raya
Javier Raya https://twitter.com/#!/javier_raya (Ciudad de México, 1985)
Vivo en un libro soñado donde escribo que estoy despierto y que, despierto, escribiré un libro mientras sueño. Torpeza comprensible de superponer en la memoria las imágenes del gato soñado y el gato recordado. Brumoso contorno. No hay diferencia entre el gato visto y el gato recordado; ambos son fugaces y llenos de sí como un color que se sueña. Leer es una forma de escribir el imposible libro del inconsciente. Elegir también lo que habitará los sueños: leer. Quiero la conformidad del arrase; como el sueño donde las piernas se disuelven y nos devora el tigre. Ser lo devorado. No hablas tú: lo que escribes es tú. Digo yo: escucho un tú que me nombra. Quien dice yo dice tú detrás de una puerta. El yo, si existe efectivamente, es un eco de lo que ocurre en lo que no es yo. Fabricar un yo para sí mismo como un arma de autodestrucción masiva. El yo es una enfermedad curable si se detecta a tiempo. Los otros ven el tú donde yo no está. El yo, de existir, sería un eco de lo que ocurre en lo que no es yo. Quien dice yo, miente. El yo se llama nadie. [07]
@bichosa
Adriana Ramírez Caballero https://twitter.com/#!/bichosa (Chihuahua, 1991)
Las horas largas pasan igual que las cortas. Limpiar mi cuarto con fines de lucro. La moda es actuar como alguien más, no importa quien sea, lo que interesa es que no sea usted mismo. La lluvia es como las lagrimas, por tres gotas ya están haciendo un escándalo. Estoy a una bala de distancia de no seguir en su juego. Tanto libro me hace pensar que en los siglos anteriores, la tierra giraba lento. No se si somos más afortunados en las situaciones que nos toca vivir o en las que elegimos no estar.
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Oldenburg
Claes
[Pop Art]
Modelos para Monumentos:
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“Defiendo una cultura
que debe su forma a la vida, que se retuerce, se expande y acumula y escupe y gotea y que es pesada, brusca y dulce e idiota como la vida misma. [...] Un arte de la conversacion entre la acera y el bastón de un hombre ciego. [...] Estoy a favor de un arte que se puede usar como un plano, al que se puede pellizcar como el brazo de tu amante o besuquear como a un perro faldero. Un arte que se dilate y rechine como un acordeón, que se puede manchar con comida como un mantel viejo. [...] Un arte que aparece entre el vapor que sale de las arcantarillas en invierno. [...] Estoy a favor del carbón negro y de la escoria. Estoy a favor del arte de los pájaros muertos. Estoy a favor del arte de los arañazos sobre el asfalto, de las pintadas en las paredes. [...] Estoy a favor del
arte del murmullo de la cantina, de echarles sal a los huevos, de insultar. [...] Estoy a favor del arte de los cucuruchos de helado que han caído a la calle. Esoy a favor del arte majestuoso de los excrementos de los perros, que se alzan como catedrales. [...] Defiendo el arte preparado para comer, [...] el arte de las rebajas del año. [...] Defiendo el arte de los maullidos y los ronroneos de los gatos y el arte de sus mudos ojos magnéticos. [...] El arte del óxidos y el moho. [...] El arte de las cosas perdidas... y de los ositos de peluche.[...] Defiendo el arte de las cajas abandonadas, envueltas como si fuesen faraones. [...] El arte listo para comer y... para cocinar... el arte del coma usted mejor...”
o i r a r e t i u T o i r a Glorésndira Plata por E
n
/#!/lacandidaere https://twitter.com
@
lacandidaeren: ¡Paren las prensas! ¡Que me quiero retractar!
@lacandidaeren: Quiero tirar una botella al mar con un mensaje. Pero primero la voy a vaciar. Los tuits son como mensajes embotellados y lanzados al mar. Como suele suceder con la contaminación oceánica, la mayoría es simplemente basura; pero las botellas que corresponden al 0.000001%, son halladas y vierten su mensaje contundente dentro del imaginario particular de algún náufrago. @lacandidaeren: Henry Miller is a loaded gun. Twitter es el universo de la volatilidad. La temporalidad de un tuit puede extenderse hiperbólicamente, siempre y cuando siga siendo leído. O puede detenerse abruptamente y los 140 caracteres pasan desapercibidos. Ninguna de estas condiciones corresponde necesariamente con la calidad de la idea. @lacandidaeren: Allá afuera el mundo sudando vida, sorpresas, encantos y colores... Y yo aquí en casa, sin más oficio que deponer mi endometrio. @lacandidaeren: Las arañitas cafés que parecen piedritas pueden convertirse en tarántulas. “Pánico con zapato y oscuridad”. Óleo sobre tela, 2011. La interacción inteligente que se le atribuye a Twitter es un espejismo. O mejor dicho, es una paranoia colectiva. Es una mentira parcial que se derrumba con tan solo echar un vistazo a los Trending Topics, que suelen hacer gala de motivos discriminatorios o fanatismos delirantes hacia algún suceso intrascendente. Sin embargo, con un poco de atención y paciencia, el usuario puede descender hasta las fractales interiores de la vorágine tuitera, y encontrar a esa gente normal que está compartiendo ideas brillantes.
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@lacandidaeren: La Sangría: el recurso que se desvanece tristemente por el abismo. En ambos, texto y tequila. @lacandidaeren: Tener un cuerpo es como ser dueño absoluto de un cachito del universo. Para volvernos locos de poder. No es una red social amistosa. De hecho, una de las cualidades más aceptadas por los usuarios es no responder al Replay. No obstante, el nivel de intimidad es inaudito: leyéndose mutuamente sin haber compartido experiencias tangibles, dos arrobas o más, pueden llegar a conocerse profundamente. Es una red de convergencia donde fluye la identificación. @lacandidaeren: Cuando en su lecho de muerte se pregunte qué cosa significativa hizo en la vida, se dirá: “le puse un alerón y puertas delorian a mi vocho” @lacandidaeren: Me voy a introvertir. Será una intensa espeleología por los pasillos de mi pequeño hospital psiquiátrico. No es un lugar auténticamente politizado; su influencia ciudadana, con base en el escándalo, proviene de la presión que ejerce. Los comentarios masivos no suelen ser acertados, pero son incisivos y mordaces, lo cual sustituye la corrección ética o analítica. @lacandidaeren: Y nos hace falta organizar una revolución. Así que, como diría Aquiles Serdán, ¡yo pongo mi casa! Conspiremos. El elixir que mantiene a Twitter como la fuente informativa más eficaz es, sin duda, la cultura pop. Para bien o para mal, está mal visto que el tuitero no sepa de qué se está hablando y, consuetudinariamente, tiene prohibido preguntar; para eso están Wikipedia y Yahoo Respuestas. Esta condición crea una dualidad en la que el tuitero es único responsable de la información que maneja, pero a la vez puede perder un necesario ángulo de perspectiva que le permita distinguir entre lo que le interesa en verdad y lo que aprende para mantener la atención del otro. @lacandidaeren: Los pajaritos cantan... como si audicionaran para Hitchcock. @lacandidaeren: Mi maquillaje de día: La chica presentable. Mi maquillaje de noche: El mapache que escapó. Double Feature, by L’Oréal, Paris. @lacandidaeren: Fui a comprar una pila AA con una ilusión en el corazón. Ahora que el tic tac del relojito es notable, voy a la tienda por un martillo. [18]
@lacandidaeren: El mensaje de los poltergeist es bonito: mientras todos te cierran las puertas, ellos te las abren
@albertochimal
Alberto Chimal https://twitter.com/#!/albertochimal (Toluca, México, 1970)
*Serie: Buenos días, buenas noches* Buenos días, como dice rugiendo el dios del vapor (o del fuego domado, o del sueño arrebatado a la fuerza) desde el interior de la cafetera. Buenas noches, como se atribuye a ese locutor, popularísimo, que pone su anverso ante las cámaras para ocultar que no tiene reverso. Buenos días, como canta la soprano para culminar la mejor interpretación de su vida en el escenario vacío, antes de que empiece el ensayo. Buenas noches, como dice la criatura al otro lado de la ventanilla del avión, mientras usted se agarra del ala para no caer. Buenos días, como han escrito en miles de variantes imperfectas los siete monos que golpean al azar las teclas de sus máquinas de escribir. Buenas noches, como dijo el hombre en el polvorín antes de encender el cerillo. Buenos días, como dicen los zorros en el bosque al imprudente que los mira: desde ahora los llevará consigo, como pintados sobre los ojos. Buenas noches, como dijo el primer átomo, el que nunca quiso juntarse con ningún otro y sigue allá, único, flotando en el vacío sin forma. Buenos días, como dicen los espíritus al chamán. Se refieren a todos los días del mundo: ya están contenidos en el espacio de los sueños. Buenas noches, como dice Bast, diosa de los gatos, a las criaturas que todavía le rezan mientras buscan comida o huyen de perros y hombres. Buenos días, como me dijo hace minutos, en un sueño, Catalina II, la Grande, emperatriz de Rusia. (Fue tanta la sorpresa que se despertó.) Buenas noches, como dicen (otra parte de su disfraz) las plantas comehumanos que se
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hacen pasar por monitores y pantallas táctiles. Buenos días, como te dice el telépata desde no se sabe dónde. Tampoco sabrás con qué fin, ni de quién será realmente tu próxima idea. Buenas noches, como dijo (creyendo que todo era broma) el hombre que apretó el botón etiquetado FIN DEL MUNDO. Buenos días, como dice a veces el polvo sobre las tumbas, en recuerdo de los tiempos de la vida.
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@adeljar
Adelaida Jaramillo https://twitter.com/#!/adeljar (Guayaquil, Ecuador, 1973)
Yo soy la puerta de la salvación, tu salvación, y mis piernas se abren con la misma llave. Yo soy la puerta de la izquierda: la segunda, la tercera y la cuarta. Recuerdo bien que no quisiste a la primera. Yo soy la puerta de la noche sin estrellas, que llora y te sacude con los truenos de tu propia tormenta. Yo soy la puerta del cielo con todo dispuesto como en tu casa: la mujer, el mueble y el espejo, que refleja la puerta por la que debes pasar primero. Yo soy la puerta con la ventana abierta que no necesita una llave, una historia, una rosa o un beso. Me conformo con que pases. Yo soy la puerta que tocas y te responde, pero no te abrirá nunca más. Yo soy la puerta del carruaje negro que carga una caja larga, un cochero con sombrero de copa y un señor con capa que me ha dicho: ya es hora. Yo soy la puerta abierta. La ventana abierta. ¡La mente abierta! ¡La llave abierta! ¡La risa abierta! ¡La agenda abierta! ¿Por qué no te abres? Yo soy la puerta delante de la puerta, delante de la puerta, que guarda la caja, adentro de la caja, adentro de la caja que no contiene nada. Yo soy la puerta pequeñita por cuyo cerrojo espías la vida que no escogiste tener. Yo soy la puerta del armario de tu conciencia blanca que hoy se vistió de verde, de rojo y de púrpura para salir. Yo soy la puerta que empujas para encontrarte con tu amante, pegarte un polvo y correr a la casa de tu otra amante cuya puerta es más pesada. Yo soy la puerta que ensaya ser ventana, que juega ser teléfono, que sueña con ser niño y que despierta siendo un tronco. [21]
Yo soy la puerta del Sol que al abrirse te ciega y te enga帽a, para luego pedirte perd贸n. Yo soy la puerta al final de la escalera sin fin, ni pestillo, que conserva intactas tus esperanzas. Yo soy la puerta que te dej贸 pasar y ahora vive arrepentida.
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@lauriluciernaga
Lauri García Dueñas*** https://twitter.com/#!/lauriluciernaga (San Salvador, 1980)
Yo lo que les deseo es que encuentren muchos de esos fragmentos que uno subraya en los libros. Yo escribo, no sé si los demás me leen. La escritura es, tal vez, creer a ciegas que alguien escucha. Pero si la Humanidad inventó la música, no hemos fracasado por completo. En el fondo, yo solamente ando buscando un chico con quien salir al balcón a fumar en ropa interior. No creo que haya revolución que no empiece por La Casa. Los que escuchan heavy metal y lo disfrutan tienen un nivel espiritual superior. No quiero ser lo que la gente espera de mí. Quiero que nadie espere nada y yo pueda descansar en un pastito breve de luz. La verdad: yo quiero un país, no un presidente. Pero yo prefiero caminar viendo cafés, hojear libros, escribir en la libreta, tontear. El mundo adulto se me hace un gigante descortés. Perder un amante podría pasar desapercibido. Pero perder un interlocutor literario huele a muerte. Es una tristeza blanca, irreparable. Negarte, decir ya no, pero en el fondo, con una certeza blanca, saber que todavía. Mi ventana es solamente el marco de la tempestad que se avecina. Mi memoria sos vos antes de la lluvia. Me gusta que hoy ‘el mundo’ exista al otro lado de la puerta y que ni El Muchacho ni yo sepamos de ese mundo. Los jedi de mi timeline Por: @lauriluciernaga [23]
@lauriluciernaga ***
*Los jedi de mi timeline* Ellos y ellas me enseñaron qué es el twitter: @javier_raya @reiben @diamandina @Ictericia @nieblaenllamas @Amaniitta @DulceDeMango @DianitaGL @loulourevisited @claudiaguns @nereisima @lacajadelachina @BabeDeJour @Cynnderela @dulcemorfina @mattelle @agatatatata4
https://twitter.com/#!/javier_raya https://twitter.com/#!/reiben https://twitter.com/#!/diamandina https://twitter.com/#!/Ictericia https://twitter.com/#!/nieblaenllamas https://twitter.com/#!/Amaniitta https://twitter.com/#!/DulceDeMango https://twitter.com/#!/DianitaGL https://twitter.com/#!/loulourevisited https://twitter.com/#!/claudiaguns https://twitter.com/#!/nereisima https://twitter.com/#!/lacajadelachina https://twitter.com/#!/BabeDeJour https://twitter.com/#!/Cynnderela https://twitter.com/#!/dulcemorfina https://twitter.com/#!/mattelle https://twitter.com/#!/agatatatata4
Palíndromistas profesionales: @MerlinaAcevedo https://twitter.com/#!/MerlinaAcevedo https://twitter.com/#!/aasianin @aasianin El infante terrible: @Ashauri
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https://twitter.com/#!/Ashauri
@coromes
Elodia Corona Meneses https://twitter.com/#!/coromes (Chipiltepec, Estado de México, 1968)
Se tomó una siempreviva con alkaseltzer, las burbujas en subibaja como las ideas del astro ríen. Un suspiro enganchó una estrella que rodó en el río. Su mente debía olvidar el olvido. Por mis oídos transitan inauditos sonidos: internos, fuertes, altos, bajos, llenan de bienestar inmediato a mi organismo, mejor que los fármacos. En horas vacías de movimiento inerte, a gusto muere el tiempo. A su antojo, el control remoto mueve mi dedo, mi cuerpo permanece inmóvil en la tumba del sofá.
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@reiben
Rafael Zamudio https://twitter.com/#!/reiben Yo te quiero aunque eso sirva de nada. Amar es otorgarle al otro la capacidad de destruirte confiando en que no va a destruirte. Fumo para ser un tren. Me entrecomillo a mí mismo para deshacerme de mis palabras. Te voy a cucharear como nunca te han cuchareado en tu vida. Eso de celebrar el paso simbólico del tiempo, como si existiera algo más que el presente. Cuando pienso en lo que será tenerte de frente por primera vez, me preocupo mucho por dónde van a parar mis manos, qué voy a tocar primero. Smells like quesadillas con chorizo spirit. Sí, tengo ese complejo pendejo de querer ser super cool underground pero dentro del mainstream. Soy de esa clase de gente que te cae mal.
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Twitter.
por Roberto Cruz Arzabal
https://twitter.com/#!/cruzarzabal
Escritura Temporal [27]
E
n su recientemente publicado ensayo Literatura de izquierda, Damián Tabarovski define a la literatura modelos de pensamiento hegemónico. También muestra una de las taras más interesante del siglo más comunes en la crítica de poesía no verbal, la insistente visión de que en como aquella que tiene todos los casos se trata de artefactos poéticos que apelan a la vanguardia por principio cuestionar sus y la novedad como valor estéticos. Si bien es cierto que una buena parte propias certezas. El argentino de la producción poética de este tipo se debe al empuje crítico de las está pensando sobre todo vanguardias históricas también es cierto que la renovación histórica no en la producción de narrativa es la única medida con la que se pueden valorar este tipo de poemas. pero no es difícil trasladar su En innumerables ocasiones he escuchado la opinión de poetas y definición hacia ciertos registros críticos sobre la falta de valor artístico que padecen muchos poemas de la poesía contemporánea que llamados, puesto que, se asegura, el riesgo que corren al dudar de se escriben más allá de la página y algunas certezas no es novedoso; que ese experimentalismo, dicen cuya tradición podría resumir buena los críticos y poetas, es odre viejo. Como si la antigüedad de los parte de la trayectoria de la poesía procedimientos retóricos, valor al que, por otra parte, apelan al durante el siglo XX. defender los metros tradicionales, fuera un límite y no un acicate Una de las características del para la renovación poética. lenguaje literario, especialmente de la Quienes desconfían de los modos alternos de lo lírica como género, al menos desde los literario y lo poético –por llamarlos de alguna manera–, trabajos de la escuela formalista, es la apelan usualmente a las fronteras que lo definen como llamada desautomatización del sentido, tal en la cultura moderna: la voz, el metro, el libro, las que, reducciones aparte, no es otra cosa que disciplinas, la autonomía social, en resumen, la pureza y el cuestionamiento continuo de las certezas el sentido. Los instrumentos de la crítica humanista pocas del lenguaje. Así, un poema puede estudiarse veces funcionan para entender esta producción textual a partir de los elementos que pone en crisis; en tanto que suponen la interpretación y la producción por ejemplo, un poema cargado de metáforas de sentido como el único fin de la lectura. Para volver novedosas pone en crisis (es decir, duda de al argumento de Tabarovsky, la escritura no tradicional las certezas) del aspecto léxico de la lengua, un pone en crisis no tanto las representaciones sociales poema visual, duda de las certezas materiales de lo sino la representación misma, no tanto el entorno de poético, como las que aseguran que «los poemas son lo literario sino lo literario en sí. Al poner en crisis artefactos exclusivamente verbales» o «el fundamento la percepción y la construcción de lo literario, la material de la poesía es el sonido de la lengua». escritura que sale de los márgenes coloca el cuerpo Una de las primera reacciones que los lectores de quien escribe y quien lee en el centro de la más tradicionales –ibaa decir conservadores¬– tienen enunciación. Esto que puede parecer un gesto al enfrentarse a los poemas que existen fuera del marco meramente hedonista (lo que no es poco en exclusivo del lenguaje y la página es la idea de que no se una sociedad de consumo) puede ser también trata de poemas sino de otro tipo de ejercicios, si cabe, un gesto politizado que apela a la finitud de lo artísticos. Es la misma reacción que suelen tener frente a material frente al desvanecimiento material buena parte del arte contemporáneo. Esto demuestra, por un como estrategia del capitalismo financiero. lado, la incomodidad que generan los experimentos artísticos aún en nuestros días, una incomodidad que está relacionada con Pensemos entonces en el la búsqueda de certezas y espacios de comodidad en lo literario; cuerpo del lenguaje, en su soporte, sus y por otro lado, la existencia de procesos culturales paralelos letras, sus oraciones y su sintaxis, su como el fonocentrismo y la asunción de la cultura impresa, ambos visualidad y su espacialidad. El cuerpo del lenguaje es un material maleable, tan flexible como las posibilidades de [28]
significación que engendra. El cuerpo del lenguaje puede replicar el cuerpo de quien lo enuncia. Tanto el libro como los procesos discursivos de la modernidad afianzaron dos posibilidades contradictorias de lo El pensamiento moderno y humano: la sujeción a sistemas de vigilancia y control o la cartesiano privilegia la lectura lineal, liberación del individuo. Es evidente que ninguna posibilidad introspectiva y ordenada, mientras es inherente o esencial a los dispositivos de enunciación. que otros modelos de pensamiento No se trata de que todos los libros puedan ser germen resistentes a la modernidad capitalista de opresión y liberación al mismo tiempo, sino que utilizan otros modos de relacionarse con la posibilidades existen en el modo en el que se lo textual, pensemos en La Nueva Corónica construyen los dispositivos para que a partir de y buen gobierno de Guamán Poma de Ayala ellos el individuo se relacione con el mundo. y su infiltración del discurso hegemónico por No es el panóptico sino la mirada lo que el discurso indígena mediante la construcción genera la opresión; no es necesariamente de un dispositivo libresco que, si bien se el libro como formato lo que puede ser lee linealmente, se presenta en un formato liberador, sino su dislocación. El libro verbicovisual. como formato es una construcción Al caracterizar fenomenológicamente autoritaria, pero también es lo literario tradicional se asegura que éste es una una construcción abierta a expresión temporal de la conciencia. Se lee en el posibilidades distintas de tiempo como se habla en el tiempo. La linealidad navegación que pueden literaria se basa en la asunción de esta temporalidad potenciarse. como un absoluto cuya finalidad es el sentido único. Para subvertir el pensamiento lineal, la escritura no tradicional se puede servir de opciones pensadas desde la radicalidad, ya sea la especialidad, ya sea la temporalidad evanescente. Esto es, por ejemplo, lo que hace Ulises Carrión mediante sus bookworks. Para Carrión, originalmente escritor, posteriormente convertido en artista visual y conceptual, el libro puede ser visto como un objeto autónomo que no contenga necesariamente lenguaje verbal, sino cualquier tipo de signos. El libro convertido en un signo completo, un signo cuya forma y sustancia de la expresión sean el libro como signo encarnado. De acuerdo con Carrión, el libro existe como volumen en el espacio, y el espacio existe fuera de la subjetividad. El bookwork no apela primordialmente a la construcción de sentido (aunque no lo niega) sino a la producción de presencia, es decir, al «efecto de tangibilidad que viene de los medios de comunicación [y] está sujeto, en el espacio, a movimientos de mayor o menor proximidad, y de mayor o menor intensidad». La presencia es un fenómeno espacial y corporal, está relacionado con la percepción de los cuerpos frente a otro cuerpo. Frente al cuerpo como res extensa del pensamiento cartesiano, Carrión propone al libro como signo encarnado que complementa, opone y toca el cuerpo del lector en un juego que parece replicar las posibilidades de cercanía y lejanía del aura y la huella. Si el dispositivo libro como objeto autónomo es una radicalización contra el pensamiento lineal moderno, otra opción radical a la linealidad sería el [29]
estetizada o de quiebre, sino polo opuesto de la materialidad: la temporalidad exclusiva, el flujo del tiempo sin que esto es una asidero. En este sentido propongo observar cierta producción verbal desarrollada posibilidad latente en twitter. La escritura de 140 caracteres obvia (los absolutos, por supuesto, que ciertos individuos son inconcebibles) la materialidad de la escritura y centra el discurso en la desarrollarán con temporalidad de lo textual. No se trata de una temporalidad cuya producción mayor o menor felicidad. de significado sea lineal, aunque la expresión sí lo sea. Al leer un timeline no La velocidad, en este reconocemos una línea discursiva única sino que saltamos entre temas y caso, no es enemiga del usuarios, es el salto rizomático llevado a su expresión de continuidad. Así pensamiento y la reflexión, siguiéramos una sola cuenta, quien escribe pocas veces lo hace desde tampoco es un impedimento una sola perspectiva. El timeline es, más que linea, flujo. Flujo de para narración, mucho menos construcción autobiográfica y de construcción fictiva, lo que leemos para la irreverencia. es una producción de sentido discursivo sustentado en la lectura. Independientemente Lo que leemos existe mientras lo leemos arrojado a la pantalla. de que se trate de una escritura con Como la luz, el timeline puede ser onda o partícula, o ambas a la posibilidades estéticas (que existen vez. y son recurrentes), la producción de De acuerdo con Cristina Rivera Garza la escritura en presente parece ser uno de los nodos twitter podría incluirse dentro de lo que Josefina Ludmer de esta escritura que nunca duerme. considera escrituras postautónomas, “aquellas que, La escritura en twitter no constituye en escapando a los confines y tretas de lo literario, se abocan sí misma un género literario (desecho por su parte a la producción de presente”. La escritura la etiqueta oficial twitteratura) sino un de presente en twitter prescinde de la materialidad de formato de escritura fluido y constante, un cuerpo que nos cuenta historias, al hacerlo crea twitter es la forma de la expresión del discurso un efecto de cercanía semejante a lo que Benjamin temporal, como tal, prefiero la escritura que, identifica como la huella. La escritura en twitter es situada en la velocidad de la escritura, es capaz una textualidad de la velocidad. Siguiendo, y no, de emprender la guerra contra el lenguaje, es a Paul Virilio, la escritura de la velocidad es una decir, una escritura que por principio dude de su escritura de la guerra, de la impermanencia enunciación, que se corrija sobre la marcha y se y la incertidumbre; como tal, cierta contradiga, una escritura que sea una dromología textualidad escrita en twitter es una guerra del lenguaje con el lenguaje. Para Alberto Chimal “la escritura digital permitió que el trabajo con el texto se volviera provisional, tentativo, vacilante: experimental”, así, en twitter, la escritura muestra sus posibilidades metalingüísticas y poéticas en un movimiento continuo, ya sea cuando un autor que crea sujetos vacilantes, ya sea en la creación abierta y disparatada que resulta de la escritura colectiva. Esto n os significa que todos los TL sean una escritura [30]
http://www.otrocanal.cl/
¿De qué tiene miedo El Sexto? [32]
por José Miguel Barajas
Lo peor que puede pasarle a alguien dentro del sistema de justicia es estar solo. Rebobinar
Y
o no puedo hablar de Cuba; tampoco voy a intentarlo. De lo que quiero y puedo ocuparme es de las tribulaciones de un joven artista cubano: Danilo Maldonado Machado, El Sexto. Lo conocí primero de oídas, mitológico como el quinto Beatle, la tarde del miércoles 5 de octubre de 2011 en México DF. Luego vi, gracias a unas fotos y videos de un proyecto de ensayo sobre arte alternativo en Cuba, su muy particular rúbrica que en varios espacios de La Habana, desde 2009, dice: “El Sexto”, más una estrellita con cola de cometa atraída de El Principito. Fernando Pessoa entendió muy pronto que el arte es la prueba más fehaciente de que la vida no basta. Ya el Cautivo de Argel en el prólogo a su Ingenioso Hidalgo
recordó al lector lo que comúnmente se decía: “debajo de mi manto al rey mato”, y el tenedor de libros de Vasques & Cía., al hablar de los hombres de acción, comprendió que “el arte es la expresión intelectual de la emoción distinta de la vida, que es la expresión volitiva de la emoción. Lo que no tenemos, o no osamos, o no conseguimos, podemos poseerlo en sueños, y es con esos sueños con los que hacemos arte.” ¿Pero qué pasa cuando ese arte es instigado a abandonar sus sueños porque se ha querido convencer a quien lo hace de que no “es un contrarrevolucionario, ni un artista ni es nada, sino un drogadicto y un manipulador de menores”? Mejor lo dijo Luis Lugo en su “Epitafio para la fantasía”: “El rey bajó el pulgar /le dan muerte al unicornio”. [33]
Cuando hubo concluido la exposición del proyecto de ensayo aquel miércoles 5 de octubre de 2011, nuestra joven expositora dijo que antes de venir a México había conversado con El Sexto y al parecer éste le había dicho que tenía miedo. “¿De qué tiene miedo El Sexto?” pensé, y arrebatado por el momento me comprometí con ella, sin saber siquiera cómo, ni cuándo, ni de qué manera, a escribir algo al respecto. Ahora sé que uno solo de sus graffitis hablaría mejor que yo: “Para ganarme a mí tú necesitas armas, necesitas policías, necesitas cárceles. Para ganarte a ti yo solo necesito un spray y este papelito”. El Sexto temía lo que la bloguera Yoani Sánchez denunció días después de ese mismo octubre en su cuenta Twitter: “Confirmada detención del graffitero El Sexto. Segurosos lo metieron a la fuerza en un Lada Blanco anoche. Paradero [34]
desconocido”. A quien desee encontrarlo, bástele con teclear en la red “El Sexto héroe graffitero” para enterarse de que, por ejemplo, días después fue liberado, de cómo se ha vuelto una especie de Zorro, un Fuenteovejuna cuyos graffitis han intentado cubrir con pintura rosa o de que si él pudiera dar un mensaje a los dirigentes de Cuba, “el mensaje es que la evolución es imparable”. No soy un intelectual; tampoco acuso. Sólo intento, como El Sexto, hacer de lo que sueño arte vivo y defenderlo siempre que sea necesario. Lo que sí espero –para él– mientras escribo estas líneas es que algún día esa estrellita con su cola de cometa se desprenda del muro, cual barco de la Mulata, y lo lleve lejos, a ese país de nieves eternas donde –dicen– alguien lo espera
Twitter Poem: ★ ★ ★ https://twitter.com/#!/LosAbisnautas a Iván Ortega-López
La respuesta está a partir de Daniel 2:31. La historia según Pao-cheng es uno de esos juegos conceptuales donde nunca puedes dejar de jugar. Un día me encerraron en esa biblioteca y oriné todos los libros... desde ese día escribo para reponer las pérdidas. Señor Papa, sé que el confesionario es para obrar mejor pero ya salir con chorro me parece demasiado. Pobre de mis tuits unidimensionales eclipsados por la twitteratura geómetra @l_I__I_l:
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Leyendo Club Nintendo... sigo buscando el password que te lleva al Nandino. Regla #904 del Twitter: no hablar del twitter en el twitter es muy twitter. Pocas cosas son tan devastadoras como un unfollow... me voy por un chocotorro. @felipecalderon se cagó en los pantalones, ese fue su gran poema, fue su gran poema... y fue hermoso. “La epilepsia no es un súper poder” Blanca [Street Fighter 2]. Los tokens en Farabeuf para PSP pueden prestarse a muchas interpretaciones... Gracias Sep por enseñarnos que generar ideas no es potencialmente correcto [35]
29 de mar @El_Universal_Mx : @LosAbisnautas y @gerarana exhuman el cadáver de Octavio Paz y dejan un huesito en Liverpool 16. A José Limón le da el patatuz “Coca-cola: denominador común que aglutina a apocalípticos e integrados, liberales y conservadores” J.J. sobre Warhol. Jugando maquinitas, que nos caen los chundos! Yo apenas dije verde y este pedo ya era una selva desde hace siglos. No pude instalar el condón desde mi puerto USB, lo siento, pero me la aventé a la brava con la Firefox 29 de mar @El_Universal_Mx : @gerarana y @LosAbisnautas vuelven a atacar! Limón condena y persigue. Forense indica que hueso de Paz resultó de pollo Feliz año nuevo Persa, disfrútenlo, porque aquí se nos viene abajo el país [y no sólo por el temblor]. Dr.House se reproduce como ladillas en el escroto de los psiquiatras, en efecto, sólo son divertidas cuando las pasan por la Tv. “o se escribe con sangre o se escribe con polvo” Enrique Lihn 29 de mar Balacean manuscrito de Langagne, se presume amenaza por Narcotráfico. Limón y Salinas fingen demencia. @gerarana y @LosAbisnautas desaparecidos Twitter: convirtiendo lerdos en autoridad desde el 2006
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@mergruen
Erika Mergruen https://twitter.com/#!/mergruen (Ciudad de México, 1967)
Las BUENAS y las TARDES asan palabras en la hornilla. Las volutas de humo se elevan: ellas narran las historias nunca escritas. Los BUENOS se visten de blanco, los DÍAS de amarillo. Todos salen. Bajo el sol juegan a la Ronda del Huevo Frito. Los BUENOS recolectan gotas de rocío. Sólo los DÍAS saben que las gotas son los cuerpos abatidos del granizo. Mediodía: En la encrucijada BUENOS DÍAS y BUENAS TARDES se observan. No saben quién es el reflejo del otro. Por la noche, los BUENOS se transformaron en anémonas. Los DÍAS, azorados, corren a buscar una pecera. Los BUENOS piden la clara; los DÍAS, la yema. Ríen y mastican mientras que en el basurero un fantasma cacarea. Se espolvorean, se amasan y salen a tomar el sol. Los BUENOS serán corteza; los DÍAS, la miga. Ustedes sean mantequilla, miel, jamón... Los BUENOS dicen: las gotas de rocío son los espíritus de los granizos. Los DÍAS dicen: qué importa, ahí está el sol para el exorcismo. Los BUENOS mordieron al sol creyendo que era una manzana. Yacen por ahí. Los DÍAS bailan y buscan nuevas recetas en los cuentos de hadas. Piden un deseo y soplan a la vela. Despliegan las alas y se elevan. Las TARDES también piden y soplan. A lo lejos, las BUENAS se despeñan. Toman el plumón ndeleble: las BUENAS se pintan branquias y escamas, las TARDES dibujan pirañas en el viento. Están listas para la tormenta.
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Las BUENAS doblan, aves y barcos surgen del papel. Las TARDES arrugan, dicen que los dobleces de la papirola de una piedra son irrepetibles. Tras su gira, HOLA, la de faldita y tacón de aguja, entra al recinto. Mienta maravillas. Las BUENAS la celebran, las TARDES la envidian. Las BUENAS se revuelcan sobre la diamantina. Salen. Bajo la luz del sol son hadas. Las TARDES, escépticas, alistan la manguera. Las BUENAS sumergen los pies en la bañera, elevan los brazos, dicen que van a florecer. Las TARDES callan, como lo haría una zarza. Las BUENAS trinan. Combustión. Las TARDES trinan. Combustión. La parvada de aves Fénix se alejan del mediodía. Sobre el piso BUEN dibuja un avión con tiza, DÍA lo alimenta con una teja. Ambos emprenden el vuelo en busca del mediodía. En un mundo paralelo nadie se saluda: las BUENAS y las TARDES son los animales fantásticos de ciertos cuentos. Por el bien de todos, los BUENOS deciden autoinmolarse: saltan al exprimidor. Los DÍAS beben sin grandes expectativas. BUEN y DÍA se toman de las manos: diestra con diestra, siniestra con siniestra. Su signo del infinito reverbera, pero nadie escucha. Las BUENAS y las NOCHES cenan, comparten el queso y el pan. En el cielo la luna mengua, y aparecen las migajas que llamamos estrellas. Las BUENAS dice Yin, las TARDES dicen Yang. Las NOCHES, desde ya, soplan al rehilete de la imposibilidad. Las BUENAS dicen Feta, las NOCHES dicen Manchego. La luna les sonríe con su bondad de Edam. Las BUENAS toman la azucarera, abren la ventana y espolvorean. Las NOCHES transforman los granos de azúcar en estrellas. Las BUENAS lavan los trozos de sol. Las TARDES preparan el almíbar. Las NOCHES llegarán hasta que esté lista la conserva. [38]
@LeContrefacteur
Mauricio Sosa Santibáñez https://twitter.com/#!/LeContrefacteur (México, 1985)
¿Sufre de alguna condición pre-existente? - preguntó el vendedor de seguros. Sí - respondió el filósofo - soy un Ser para la Muerte.– Para ella el amor era como un contrato donde las palabras ocultaban, al pie de página, todas las restricciones y cláusulas en letra diminuta. El naufrago, desesperado, recorrió la isla; sólo para encontrarse con todos los mensajes que había enviado en una botella hacia el mar. La vida es lo que pasa entre el instante que apagas la luz (y luego, apagas la luz) para irrumpir, de golpe, en la noche larga. Él no recordaba su nombre, ni ella el suyo; pero la sonrisa de ambos reveló la complicidad de amantes hipotéticos que esperan el anochecer.
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@serguei1985
Serguei Vassallo Fedotkin https://twitter.com/#!/serguei1985 (Hermosillo, Sonora, 1985)
Dejarse caer no es tragedia si hay luz en el fondo del pozo. Que no rebase la ansiedad a nuestro tren. Un aeropuerto puede ser un gran santuario de emociones. Es más poderoso que una iglesia, porque sí es la antesala al cielo. “Que no amanezca nunca más”, pensó Erika en sueños. Dos horas después, se levantó para anudar las cortinas de su cuarto. Viajó al desierto para curarse del insomnio, pero tropezó con Las Vegas y las luces le estaban contraindicadas. El horizonte al final de la carretera siempre debe sernos inalcanzable, o no tendremos a dónde dirigirnos cuando nos terminemos el camino. Todo mi “yo” por servirte se acabó. Tuviste que matarme en ti para perdonarme la vida. La depresión necesita ser alimentada por un silencio digno de los cementerios, donde las personas yacen muertas en vida.
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@alexsocop
Alexander Socop Arango https://twitter.com/#!/alexsocop (Quetzaltenango, Guatemala, 1988)
Si hoy fuera un jazz, sonaría a vos Tengo un corazón que ronronea y maúlla. Está allá, bien lejos, sobre ésa casa. Y cuando despertó, la tierra ya no estaba allí —Un astronauta— No sé ni por dónde empezarte Quitáme la paz El suspiro es el retortijón del alma De monedita de oro lo único que tengo es la dureza
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@azul_silencio
Alisma de León https://twitter.com/#!/azul_silencio (Reynosa, Tamaulipas, 1974)
*Serie: De vida, muerte y otras pequeñeces* Al final somos un nombre escrito entre ladrillos. O en mármol. O en un simple pedazo de madera. Aquí sólo pasa la noche. Llegará la noche en que abra los ojos y me dé cuenta que la realidad existe, pequeñita, en medio de la nada. He visto desaparecer los mejores silencios. No me fui, sólo estoy habitando el silencio. Hablar con alguien que sólo sabe de silencio. Con la muerte, por ejemplo. La noche se parece tanto a la muerte. La noche no entiende eso que los demás llaman insomnio. La noche es un pobre gato negro adornado para navidad. Requiero la paciencia de ese gato negro que aguarda en la esquina para cruzarse conmigo. Los gatos vinieron a robar mis vidas, pero olvidaron una: Justo en la que siempre caigo de cabeza. Hay quien guarda flores entre las páginas de los libros; yo ahí coloco mis fantasmas. Una va acumulando fantasmas para tener qué recordar. —¿Pero qué estoy haciendo?— se preguntó el agua al evaporarse. —Siempre tendremos la música— dijeron los ojos al cerrarse.
[42]
@somnivoro
Rodrigo Gardea-Montiel https://twitter.com/#!/somnivoro (Ciudad de México, 1985)
La luna llena, el Sol no tanto. Oro, el ave vale oro El agua es una puerta al infinito. De los sauces aprendí a llorar en silencio. Quién fuera dinosaurio para estar ahí todavía después de que despiertes. Tómalo todo de quien viene. Yo tomo el aire que viene solo, solo llega. ¡Ama! Daré mi fe a efímera dama.
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@raxxie
Raquel Castro Maldonado https://twitter.com/#!/raxxie (Ciudad de México, 1976)
Me topé en la calle a mi abuelo. Murió antes de que yo naciera, pero lo reconocí por su tono sepia, idéntico al de la foto sobre el piano. Salí un ratito. Hablé con mi madre muerta, le dejé flores. Me quejé del Diablo con mi papá. Lloré por el caracol asesinado. Anoche me visitó mi abuelo. Me contó que jamás visita a mi abuela en el panteón: Los fantasmas, me dice, le tenemos miedo a los muertos. Mi amigo imaginario no me pide dinero prestado: me pide, en cambio, sueños y miedos. Y nunca me los devuelve. Mis amigos imaginarios se hicieron amigos entre sí y no me invitan a sus fiestas imaginarias. Mis amigos imaginarios hicieron una fiesta imaginaria y no me invitaron. “Ni te imaginas lo que pasó”, presumen. Que ya estoy grande para tener amigos imaginarios. Que es tiempo de madurar y tener colegas, jefes y clientes imaginarios. Ayer vimos a los borreguitos fantasmas. Los reconocimos porque flotaban entre la niebla del panteón y porque en vez de “beee” hacían “buuu”. Yo tuve un borrego. Primero se llamaba Andrea. Después se llamó Barbacoa. Es una historia triste. Amor Cólera. Por más que tratas de evitarlo, la cagas, y la cagas, y la cagas. Amor Catarata: Ves borroso lo que para los demás es muy claro. Amor Gingivitis: Se te nota en la sonrisa.
[44]
[gravitación extendida]
por Erik Alonso
LA LITERATURA NO ES UN GÉNERO LITERARIO
N
o tengo twitter. No me interesa el twitter. No sé si algún día tendré una cuenta. No podría afirmar que me disgusta. Me da más o menos lo mismo. A veces, para evadir cualquier discusión, digo que no me registro en la famosa red social por el temor a quedarme inmerso en sus fauces, a ser un adicto que escribe en ciento cuarenta caracteres por minuto. Aunque a decir verdad, me importa poco. A veces husmeo las cuentas de algunas personas que me interesan, es perfecto que no necesites de una cuenta para ver como avanza ese río de falsas nimiedades, de momentos que se acumulan y se van tirando los unos a los otros. No es que ignore el mundo del tweet; no se puede. Leo en los periódicos que los tuiteros tal, que los tuiteros esto, que se avisan del alcoholímetro, que Anahí es la mexicana con más seguidores, que la vida se está reinventando y que es muy idiota quien no lo esté siguiendo minuto por minuto. Se me hace genial que la vida quepa en una caja de zapatos, que alguien diga que se lava los dientes aunque no le esté haciendo en realidad, que la vida sea breve y se olvide a cada rato. La gente es visceral cuando se trata de lo nuevo: te gusta o no, estás adentro o estás afuera. Como si no existieran los puntos medios. Te exigen la respuesta que quieren oír, para vanagloriarse de su buen criterio, de la manera genial en que evaden el sistema. Para ellos, el sujeto es la mente creadora que lo da todo para inventar el mundo, en ellos sólo existen los autores. No entienden cuando Duchamp dice que la pintura está en los ojos del espectador, no toleran cuando Borges dice que un clásico es lo que la gente lee como un clásico. No entienden que twitter es lo de menos, que lo genial es cuando alguien hace de eso un medio excepcional, cuando no se cuantos jóvenes egipcios se comunican por ahí cuando se han caído las redes telefónicas, cuando unos utilizan, cual Perecs virtuales, las limitantes como posibilidades creativas, cuando lo de menos es lo de más.
Claudio Magris dice que cualquier anotación, ya sea el nombre de una calle o la de una casualidad ocurrida durante un viaje, surge a partir del miedo a olvidar, a perder la vida al segundo siguiente. Somos maquinas fallidas que olvidamos lo que desearíamos guardar, que mientras acumulamos recuerdos vamos tirando otros tantos. Escribir es, entonces, el gesto caduco que representa nuestro fracaso de ante mano. No podemos detenernos y la vida se nos deshace entre las manos: escribimos para no olvidar, aunque terminamos desperdiciando la vida por estar pensando en el segundo siguiente, en cómo lo vamos a contar. He visto a los críticos más beligerantes del twitter, caer uno a uno, en sus redes virtuales, ser presas de la retorica de su tiempo, de los errores que siempre pensaron que podían evitar y que al final, como todos, terminaron cometiendo sin darse cuenta. Se ha vuelto un lugar común decir qué es el arte, se ha vuelto otro lugar común clasificarlo todo, hacer la receta ficticia que nunca nos da los mismos resultados. Esto es un cuadro. Esto es literatura. Esto no. Clasificamos ante el miedo a lo desconocido. Como en ese cuento de Juan José Arreola donde una comunidad hormigas, buscando su comida, encuentra un prodigioso miligramo. Después de eso, en vez de seguir recolectando sus alimentos, se dedican a buscar miligramos similares hasta que, cegados por la búsqueda infructuosa, mueren de hambre. Habría que pensar en el arte como ese prodigioso miligramo: algo que surge por casualidad de entre las cosas de todos los días, de algo que necesita de nuestra mirada para ser prodigioso en realidad. Habría, seamos extremistas, olvidarnos de todos los artistas de la historia
Revisa sus columnas anteriores desde [R] http://www.wix.com/losabisnautas/radiadorfanzinedigital [45]
http://concretoons.net84.net/ctoonspd.html
Gerardo Arana (Querétaro, 1987)
Pegaso Zorokin de Gerardo Arana Primera edición 2012 Molinos de: Editorial Artesanal / [Radiador] Diseño e Ilustración: Daniel Malpica
-Esta novela fue dada para su publicación por entregas-
Pegaso Zorokin [Parte 1]
He matado. Voy a desafiar a mi semejante A cuchilladas, sin piedad. He matado He sido mรกs listo Tengo sentido de la realidad. Yo poeta he actuado he matado. Blaise Cendrars
Met Z
“La piedra había sido removida” Marcos 14:6 Pegaso Zorokin se había enamorado y había decidido dejar las drogas. La idea ha decir verdad no lo convencía del todo. Se lo había prometido a su chica. En la escuela todos se drogaban. No tenía porque estar mal drogarse. Pegaso pensaba en voz alta derribado en el diván. El Met apenas había dejado cicatrices en su rostro. Pegaso Zorokin no lucía nada mal para tener veintidós años. Antes de salir a ver a María se pintó el pelo de azul y se echó a reír. Se miró en el espejo y se quitó la barba con un cuchillo. Se parecía tanto a ella. A su mujer, a su pájaro azul. Los dos se parecían tanto. María tenía un solo inconveniente. A ella no le gustaba que él se drogara. Ansioso se realizó varios cortes en la muñecas y se hizo una cicatriz vertical en el ojo izquierdo. María no tenía por que enterarse. El muchacho encendió su pipa reloj. Las manecillas giraron furiosas. Sostuvo el humo de opio entre los dientes. Se vio en el espejo hasta que su pecho quedó iluminado. La pipa se quedó suspendida en medio de la alcoba. El tiempo retrocedía. Pensó en regresar el tiempo. En no encender la pipa. Un pulso volcán se lo impedía. Demasiado tarde Zorokin, la tierra finalmente se había transformado. Pegaso se puso sus botas de zinc y encendió su automóvil. El mago se veía guapísimo conduciendo. Pegaso Zorokin había fallado una vez más. No era sencillo dejar la droga. Zorokin llevaba toda su vida encendido. Cuando su profesor de botánica le enseño a conducir venenos Pegaso tenía tan sólo nueve años. Él hacía sus drogas en un matraz. A sus doce años Zorokin había recibido un premio por inventar el Met Z. Estando bajo el curso de la substancia habían muerto todas las chicas de su salón. Era importante dejar las drogas. Era importante dejar de hacer drogas. María lo valía. ¿Por qué era tan difícil para Zorokin entenderlo? Ahora el opio licuaba su mente. El mago se sentía vivo. Zorokin conducía con destreza su volvo negro. Puso a Can en el estéreo y aceleró. Apenas llegó a casa de María se vio en el espejo del auto. Pegaso estaba nervioso. Tenía los ojos azules y escamas
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entre los dedos. María se daría cuenta. Él había roto su promesa. Antes de llegar al apartamento de María abrió su maletín, buscó unas tijeras y se cortó los párpados. Se puso imanes detrás de los oídos y encendió un cigarrillo. Tendría que mentirle a María. Se vio una vez más al espejo. Qué imbécil. Se había cortado los párpados. Había vuelto al opio. Su chica iba a enojarse. Pegaso estaba furioso. No quería que María lo viera así. El muchacho volvió a encender el Volvo y lo estrelló contra un puente. Pegaso salió del auto en llamas y fue a la ciudad a comprar gafas. El muchacho atravesó todo paseo de los insurgentes y se detuvo en el parque México. Hace apenas tres días le había prometido que no se drogaría. El opio había llegado a él. Cómo explicarlo. El mago furioso destrozó una estatua de mármol. Era el general Vicente Guerrero. Cuando el insurgente estalló una espada de cobre cayó al suelo. Zorokin la levantó. Los puños le sangraban. La empuño y trató de derretirla. Hágase mi voluntad gritaba Zorokin soñoliento. Y un magma ardiente le escurría entre los dedos. Una patrulla se detuvo frente al parque. Zorokin pegó un salto desde los escalones. Sus puños brillaban plateados. La espada se había derretido. Tomó al oficial del pecho y lo hizo arder al rojo vivo. Las balas de la cartuchera estallaron. Zorokin se echó a llorar. Lo había hecho otra vez. Al menos no había sido tan grave. La última vez había destruido un helicóptero del estado. Los jóvenes mataban en su país. Los jóvenes se drogaban en su país. Pobre Zorokin mago salvaje adicto a la piedra. Pegaso Zorokin se sentó en el parque y retrocedió los tiempos. Esta vez lo logró. Logró retroceder el tiempo. El oficial está vivo. La estatua del general Guerrero se reconstruye, la espada regresa a su lugar. Zorokin llega a la plaza. El oficial vuelve a acercarse. Joven, necesito revisar su bolso. Pegaso Zorokin abrió el bolso. Dentro sólo habían cosméticos y un libro de Boris Vian. Son mis libros de la universidad le dijo Zorokin y se echó a llorar. Tenga cuidado le dijo el oficial. Pegaso Zorokin asintió. Que estupidez haber regresado el tiempo. Debió haberlo dejado muerto. Absorberle tálamo y ya delirante desaparecer su cadáver. Zorokin entró a un Sanborns se tomó un americano y compró unas gafas de Armani. Recorrió caminando la ciudad. María se daría cuenta. María lo sabía todo. El pensamiento enloquecía a Zorokin. La Ciudad de México lo hechizaba. El transcurrir del tiempo y las cosas lo seducía. María sabrá que volví a drogarme. María lo sabría. Ella también había sido drogadicta. El mismo Pegaso le hacía drogas cuando eran niños. María se había limpiado. Hacía
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años que María no conducía una sola substancia por su organismo. Ahora María sólo comía peras y almendras. El le juró que no volvería a drogarse. A los tres días rompió su promesa. Pegaso Zorokin apareció en la puerta de María con gafas negras. Pegaso le hizo el amor por primera vez y cuando despertaron encontraron un diamante flotando sobre la cama. Pegaso le pidió autorización para guardarlo. El Met Z , su droga favorita, se preparaba con ese cristal. María le quitó las gafas y se hecho a llorar. Fumaste opio otra vez le dijo severa. No lo vuelvo hacer le contestó el mago. Pegaso sintió repulsión y trató de regresar el tiempo. Zorokin no tenía fuerzas. El muchacho, con los ojos llenos de lágrimas comenzó a desaparecer. María se sentó en el diván. Pegaso le dio la espalda. El diamante lo atraía con fuerza. Encendió un cigarrillo y se levantó del suelo. Zorokin rezó un padre nuestro y descendió para abrazar a María. María guardó el diamante en su relicario. El relicario era de magma detenido. Solo ella sabía abrirlo. Zorokin se había vuelto a poner las gafas. Sudaba. Se encontraba ansioso. Con la fuerza de los dientes se había cortado la lengua. El filtro del camel estaba lleno de sangre. María se acercó a limpiarle el pecho. Por favor vete Pegaso. Dame el relicario. Le dijo Zorokin bañado en sangre. María lo puso en sus manos. ¡Ábrelo! le gritó el mago con los colmillos de fuera. Con su mano derecha apretó el cuello de María y comenzó a asfixiarla. Zorokin lloraba. Tenía sólo tres dientes y cientos de alfileres clavados en el paladar. La lengua brincó de su boca. La lengua estaba llena de perforaciones. María sumergió sus dedos en el cofre ardiente. Su mano se inflamó de sangre. Sus ojos crecieron. A través del cofre su mano se hizo de hueso. Sus ligamentos azules se separaron de la carne. María sacó el diamante. Pegaso desdobló la cuchara que llevaba en la muñeca y puso el diamante sobre ella. El diamante se encendió al rojo vivo. Ella sabía como se sentía Pegaso. Sus mano izquierda estaba destruida. Pegaso se quedó dormido, la cuchara estaba deshecha. A Pegaso le crecieron los párpados. Las heridas del Met sanaron. Los dientes se compusieron. Tienes razón Zorokin los drogadictos se parecen mucho a los santos. Le dijo María y le beso la frente. Los drogadictos son hombres ansiosos por transformarse en Dios. Luego removió la piedra. El resucitado dormía. María buscó a su tortuga y la destruyó en mil pedazos. Entonces empezó el libro.
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Tortuga en obra negra
La destrucción era mi única Beatriz. Mallarme El señor Salinger, narrador del abismo, antes de comenzar un relato estrellaba una tortuga contra las paredes de su habitación. Destruir es aproximar vida a la muerte. Interesante proceso creativo el del señor Salinger. El crimen, abominable, sus cuentos, ya lo sabemos, geniales. Raros y geniales. Como no iba a ser, el señor Salinger, antes de narrador era especialista en destrucción. Destruir es narrar a la inversa. Siempre hay una obra escondida en su propia destrucción. Para descubrirlo se necesita valentía y humildad. Sobre todo humildad. De su método no queda mucho que decir. No hay nada más terrible que una creatura encontrando muerte en su propio dormitorio. Un sacerdote estalla con todo y su templo, sus esqueletos quedan en obras. Una nueva obra negra, un nuevo relato. Sí, el proceso es horrible. En unos instantes, al confundirse domicilio y habitante se forma un organismo que es transformación de carne, astillas y estallido. Si hay un cuentista cerca, el suceso no pasará desapercibido. Todo texto literario, lo sabemos bien, anticipa un modo de construir relaciones con el mundo. Hace unas semanas, bajo las copas de un olmo, entre espigas y manzanas doradas se me apareció una horrible tortuga. En su caparazón llevaba escrito con plumón negro: Salinger 1987. Con la tortuguita entre las manos corrí a mi habitación, la estrellé con un martillo y me senté a pensar junto al cadáver. Pensé muchas cosas, las agrupé y les di un sentido. Entonces empecé el libro.
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Cámara de luz blanca.
Ese es mi símbolo, la máquina de hacer palabras. El doctor, enamorado por la fenomenología crística de Steiner y siguiendo la arquitectura intuitiva como método, llamaba a su máquina Jerusalén. A decir verdad su proceso creativo fue interesante. El doctor abandonó sus propios planos a una semana de haber comenzado su invención. Decía saberse su máquina de memoria. Durante el ensamblaje fue escalofriante descubrir que en uno de los periscopios de la máquina se podían escuchar murmures humanos. Frases debilitadas que no expresaban mucho. Las escuché por accidente mientras desempolvaba su invento. Cientos de telarañas inundaban como espuma su relojería de hierro. El doctor Galo había dedicado tanto tiempo a la construcción de la máquina que supongo terminó esperando grandes resultados. Fue entonces que empecé a sospechar que el Doctor Galo en realidad se estaba engañando a si mismo, esperando un accidente o una revelación de la materia. Ya ha ocurrido en la historia. El Doctor se negaba a aceptar que hace mucho tiempo la humanidad ya había superado la edad de los descubrimientos. Su necedad era la única fuerza que lo mantenía esperanzado. Creo que el Doctor intentaba inventar de la nada, así como lo hacían los grandes inventores de las enciclopedias de Salvat. Cuando me confesó los propósitos de su invento yo intentaba explicarle las diferencias entre crear e inventar. En medio de mi discurso me interrumpió y me dijo: Auguste, Jerusalén es la máquina de los inventos, como verás, estoy ocupado. Sonrió con cierta demencia, mordió un lápiz y con un tenedor se dedicó a aflojar un tornillo. Una máquina que haría más inventos, qué estupidez. El riesgo de seguir la intuición como método es que el fracaso puede ser realmente desalentador pues es la esperanza y no un procedimiento científico lo que se encuentra en juego.
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No puedo ser duro con él. Lo de Jerusalén ha mantenido su mente en forma una buena temporada. Una mente creativa es una mente sana me repetía viéndolo pasar la tarde entera inclinando péndulos en posiciones distintas. Anda Auguste, me decía a mí mismo, deja que tu esposo enloquezca, deja que tenga una infancia feliz. Mientras él desarrollaba su invento yo trabajaba en un libro de cuentos. Al libro no le encontraba solución. El libro cada vez se parecía mas a su máquina y eso me causaba terror. La máquina me tenía muy distraído, con aquel instrumento ahí me era muy difícil escribir. El desorden es muy tentador y el problema es que los libros de cuentos requieren cierta organización, cierta empatía con los procesos de vida. Los cuentos, siempre lo he creído, son campos de experimentación moral. Campos minados nos diría el señor Beckett. Jerusalén, ese desorden de funciones y piezas, una vez delimitada su área se me figuraba como un rinoceronte dando siempre la espalda, un rinoceronte sentado en medio del departamento. Al rinoceronte le siguieron muchas corazas y escudos y pronto tuve en la sala un caballero muerto por la asfixia de su armadura. Desde que el Doctor empezó a trabajar me veo obligado a cerrar las ventanas. Teme que una nube arruine su invento. A veces no sé si el Doctor es científico, poeta, niño o simplemente un imbécil. Un científico imbécil que encontró en la poesía el procedimiento para recuperar su niñez. Un día el Doctor Galo me despertó a las tres de la mañana. Había terminado la máquina. Quería que yo estuviera presente en la primera demostración. Era la primera vez que Jerusalén era puesta a funcionar. Jerusalén, el invento de inventar inventos. Se dirigió al librero, eligió un libro y lo metió en una de las ventanas negras de la máquina. El libro era uno de mis favoritos. Y pensé entonces que esa máquina era o iba a ser una guillotina. Sacó de sus bolsillos una placa de Sheriff e hizo lo mismo, luego se acerco a mí (quien no tardaba en echarme a llorar) y me desprendió del pañuelo de estrellas que llevaba apretado contra el pecho. Lo dobló con cuidado y lo puso en otro de los muelles. ― Amor, quiero que sepas que ese libro me encanta. El doctor tira del gatillo de un arpón mutilado. Acciona tres botones. Pisa un pedal de piano, sopla sobre un péndulo y una nube de aserrín triturado
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se esfuma en la atmósfera de la sala. Ese libro de Beckett realmente me gustaba. Jerusalén hizo un gran escándalo. Entre el humo, las chispas y un grito sordo y terrible, en una de las bandejas de impresión apareció un grupo de hojas. Aunque la mayoría de las hojas eran negras podían leerse algunas palabras. Sólo algunas palabras. El doctor Galo levantó las hojas del suelo, las estudió sin mucho interés y se lamentó intensamente diciendo que había inventado una máquina de hacer poemas. El doctor se encerró en su habitación. Entonces empecé el libro.
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Anarcosentimentalismo.
Veamos. Un hombre le narra a otro una historia. El hombre que narra va dejando pistas para ser descubierto. En el relato da cuenta de su presencia describiendo su entorno, su capacidad de encontrar sentido, relaciones y el lugar que ocupa en el mundo. Resulta interesante encontrarnos contándonos historias. Historias e historias sobre las historias. Al final no somos más que las historias que nos contaron. La historia que nos contamos. Resulta interesante estudiar al hombre cuando está a punto de contar una historia. He aquí el hombre nos dice cada relato. He aquí el hombre que fue pensado y pensó este relato. Estudié psicología porque siempre consideré que lo más importante que puede alcanzar a entender a un hombre es al hombre mismo. Me estaba equivocando. En mis años universitarios, al atender mis cursos, era evidente que me estaba engañando. Para mí la demencia era hermosa. La frecuencia bipolar la estructura de un cuento. El pasado una novela. Supe que sería un mal psicólogo cuando me descubrí, en mis prácticas profesionales, contando las sílabas de las confesiones de adolescentes desesperanzados. Mis padres no me entienden. Octosílabo. A veces siento ganas de matarme. Endecasílabo. Pueden revisar mi portafolio, las anotaciones de las bitácoras de mis pacientes están divididas en sílabas y separadas en estrofas. En mis años de estudiante editaba el contenido de las entrevistas obtenidas en terapias y las llevaba a un taller de poesía con un escritor afeminado que preocupado por mí trato de drogarme y acostarse conmigo. Mi tesis de licenciatura fue un estudio de la personalidad de su personaje favorito de Dostoievski. Creo que de mí no hace falta decir más. Ese es el problema, pero ese es mi problema y no el problema de mi cuento. Por cierto, este es un cuento, le pido que lo considere como principal argumento. Necesito que sea un cuento pues ese es el ejercicio. Siempre he creído que los cuentos, en cuestiones prácticas, no tienen otra función que la de preparar a la gente para vivir. Todo texto literario, lo sabemos bien, anticipa un
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modo de construir relaciones con el mundo. Esto es un cuento y estoy consciente que los cuentos necesitan un conflicto. Recapitulemos entonces. El problema de este texto es que soy psicólogo y utilizo la literatura como método. Ordenemos el cuento. Ordenemos pensamientos. El problema es que hace una semana, consciente de lo peligroso del método, le pedí a una de mis pacientes que me trajera sus textos. El problema es que se lo pedí a María. Problema suficiente para una novela, para un libro de ensayos o para un cuento. Cuando los personajes son ideas y la estructura de la narración está inspirada en la personalidad de un delincuente, todo indica un desastre. María fue mi experimento. María me odiaba pues tenía que despertarse todos los sábados por la mañana para atender a la consulta. Su padre la esperaba leyendo el periódico en un deportivo. De María sabía varias cosas pero no sabía que escribía. María tenia malos pensamientos y la determinación para llevarlos a cabo. Eso lo supe apenas entró a mi consultorio. María una vez huyó de casa para destruirse. Quería atravesar Norteamérica deteniéndose a fumar un cigarrillo en cada gasolinera. No alcanzó a salir de la ciudad de México. Decía cosas para asustarme, para que yo me desesperara y renunciara a las consultas. Yo no le caía bien a la adolescente. La niña quería intimidarme. A mí me dieron unas ganas tremendas de cogérmela. Esa niña era la luz negra. Un ángel renegado. Un ángel bello, malvado y extraño. Sus padres decían que era delincuente. Su padre la obligó a asistir a terapia. Su exnovio, un estudiante servio croata fue encontrado responsable de romper los cristales de un HSBC. Ella lo amaba. Ella le decía Pegaso Zorokin. María usaba un pañuelo de estrellas. Siempre llevaba un lápiz amarillo. Se decía aficionada al desastre. Nick Cave le resultaba irresistible. El cine alemán la hechizaba. Creía en los fantasmas. Creía que los fantasmas nos estaban buscando. Había tenido tres novios. Uno había intentado matarse. Uno la había intentado estrangular. A otro le había enseñado cómo. María, aunque estoy seguro de que dudaría en el último instante, sabía cómo matar. María creía que teníamos derecho a las drogas y a elegir nuestra muerte. María no creía en Dios. La adolescente creía que el hombre había venido al mundo a destruir esta idea. Nadie iba a detenerla. Tenía diez y nueve. No fumaba. El cáncer le causaba terror. Se sabía los pasajes de Juventud de Schumann. Un día le robó el revólver a su padre y se encerró tres días en su cuarto. Una rata infeliz del Distrito Federal. Un ángel de entre los subterráneos. Una criatura transterranea. Sus padres
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la descubrieron una vez besando a otra chica. No se alcanzaron a quitar la ropa. Dragon Ball Z le encantaba. Su recuerdo más intenso fue aquella mañana que acompañó a su padre al teatro. Su padre tenía que interpretar al demonio para una obra. Desde niña tenía un perrita. Ella sospechaba que era medio retrasada mental pero lo quería mucho. Ese día en el teatro su padre se vio más de una hora y media en un espejo. Tenía que hacer al diablo y sabía que el diablo vivía en él. María decía estar enamorada de él. Lo decía para asustarme, decía muchas cosas para asustarme. María sabía que si deseaba algo lo suficiente lo podía obtener. Era muy bonita, muy bonita. Admiraba a los suicidas y no creía que los ángeles se detuvieran a pensar detrás de nosotros. Además de tener los dientes escalonados confesaba disfrutar el vacío mental que generan los chutes de aire comprimido. Le fascinaba la ciencia ficción. Había participado en una orgia. María se hacía los jeans con navajas y sabía que nunca es tarde para tener una infancia feliz. María estudiaba economía y se sabía de memoria sus ideas favoritas. Además, María escribía. Narrativa. Cuento. Me emocionó tanto que María escribiera. Apenas me confesó que escribía no pude evitar pedirle que a la siguiente consulta trajera sus cuentos. Sus textos más allá de documentación terapéutica funcionarían como el corpus de mis experimentos. María, el sábado siguiente apareció con un fólder amarillo. Me pidió que los leyera. Ante la indicación no pude esperar, abrí el fólder amarillo y me sumergí en la lectura del primero de los cuentos. No sólo leí el primero, también leí el segundo y el tercero. Estuve quince minutos callado, ella no decía nada, nada más tenía que decirse. Leí sus cuentos una y otra vez. Leí tres veces cada uno. Eran sus pensamientos. Pensamientos que tenían la desastrosa tentativa de imponer designios limitados sobre el tiempo del mundo. Ella les decía cuentos. Entonces me di cuenta de que sus cuentos se podrían leer como ensayos pero que tendrían que, irremediablemente, ser comentados como poemas. Túneles donde es imposible ver más allá del túnel mismo. Me concentré en su último cuento, escrito, estoy seguro, con frases robadas de otros libros. En el relato se contaba la historia de un novelista de libros vaqueros que después de leer al escritor Samuel Beckett decide abandonar su obra y elaborar pensamientos de trama profunda. Seguí leyendo hasta que me encontré con una hoja negra al final del fólder. No le dije nada, nada podía decirle, sólo la vi mordiéndose las uñas y pensé: es la primera vez que conozco una escritora de verdad. Le quise preguntar cosas, cosas que
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se les preguntan a los cuentistas, pero ella emocionada, confundiendo mis preguntas, me habló del amor, de la historia y de un grupo de música que le emocionaba. Yo la escuchaba dejando mi marca dental en un lápiz, como queriendo que ese lápiz ella mucho antes lo hubiera mordido. El lápiz con el que empezaría mi libro.
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Un editor en apuros. Samuel Beckett no debió sentirse muy acompañado mientras escribía sus libros. Pegaso Lascureín El villano simplemente no aparecía. Por un momento pensó que sería el cuidador de gansos, pero no, en el balde de zinc que cargaba sólo habían huesos de manzana. El herrero, aunque de andar sospechoso, había olvidado su mazo de acero. El violinista sin cejas abre su estuche en la mesa. En el estuche sólo hay partituras y pastillas de menta. Cada vez más decepcionado cayó en cuenta de que una a una se iban agotando las posibilidades. La posibilidad de un asesino. La posibilidad de un crimen. Y sobre todo, la posibilidad de ver a Pegaso Zorokin resolver una peligrosa aventura. La tranquilidad anterior al asesinato, pensó tratando de explicarse la serenidad de Silver City. Estaba seguro de que en algún momento aparecería un bandido escondiendo su rifle bajo una capa negra. Aún así la situación empezaba a preocuparle. Los prisioneros prefirieron tomar la siesta a cavar un túnel para escapar de la comisaría. La ventana de la guillotina no tenía filo. En la carreta del alcalde no había un sólo baúl con explosivos. Los apaches se quedaron en sus campamentos. Los pumas no salieron de cacería. Los duelos de naipes se resolvían sin inconvenientes. La niebla no tenía la suficiente espesura para ser considerada una amenaza. No hubo derrumbe que perturbara el sistema nervioso de la mina. Los recolectores de hueso tallaban miniaturas de calcio. Los mexicanos bebían con mesura. Las putas parecían tranquilas y no se había extraviado ni una sola vaquilla. La maldad tiene métodos silenciosos, se dijo encendiendo un cigarrillo. En el salón de juegos del hotel un aire de tranquilidad esfumaba toda sospecha. En cualquier momento la caja del piano va a estallar en mil pedazos, estimó desesperanzado. Pero el piano no perdió una sola astilla. En cualquier momento una estampida de búfalos tiene que atravesar los cristales del hotel. Pero aquella tarde los búfalos, pastando indiferentes, no parecían interesados en el vandalismo.
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— Bueno, pero ¿Qué demonios está ocurriendo en Silver City?— exclamó por fin el editor desesperado. No podía creerlo. Mordió un lápiz y leyó para si uno de los diálogos de Pegaso Zorokin, el intrépido protagonista. “Mi pregunta, ah, sí, sí, yo tenía una pregunta, aún puedo pensar en ella, a veces la veo, pero pasa, más ligera que el aire, la conozco bien, la he seguido de noche. A veces también me pregunto por la noche” El vaquero resolviendo traumas rusos y el editor desarmando su pluma fuente un tanto desesperado. Una situación nada deseable para un profesionista comprometido con un estricto programa editorial. Pegaso Zorokin, el apuesto vaquero, por primera vez en años se encontraba desocupado. El forajido ahora bebía vodka, hablaba del insomnio y criticaba a las sociedades instruidas. Después de extenuantes descripciones, el personaje había pasado las últimas treinta páginas monologando. Los demás personajes le escuchaban tristes y desesperanzados. El editor, bastante confundido, salió de su oficina con el legajo de papeles y se los leyó en voz alta a su secretaria quien le miró sin saber muy bien que decirle. “Si he llegado hasta este punto, les dijo el vaquero, al lugar donde cuento mi historia, donde se me permite contar una historia y decir que esa historia es mía, lo único que busco es la certeza de que no cambie nada al vivirla y al contarla. Esa, amigos míos, es mi única forma de saber que yo y mis amigos fuimos felices. Entonces me sentiré bien. ¿Nos sentimos bien verdad? Le preguntó a María quien le miraba un tanto asustada. Sin embargo amigos, continuó el triste forajido, he llegado hasta aquí y eso ya es algo, aquí, ustedes, para siempre ustedes, los que nunca cambian, a los que yo no me atrevería a cambiar (...)” Al editor le dolía la cabeza y sin esperar comentarios de su secretaria se encerró en su oficina, se sentó en su sillón y dejó descansar los papeles entre sus piernas. Buscó un cigarro en sus cajones, volvió a abrir el manuscrito. “¿Se puede pensar y actuar a un mismo tiempo? Se preguntaba Pegaso Zorokin ¿Se puede vivir un pensamiento? ¿Se puede escribir una novela mientras se anda de paseo? Narración o muerte, acción o conciencia. Dios mío. Todo eso lo dijo Pegaso Zorokin en el
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justo instante en el que cerró la puerta del hotel, una mujer le besaba la mano y miraba la pista de tenis del hotel abandonado.” Ese era ahora Pegaso Zorokin, el vaquero que en sus buenos tiempos atravesaba Norteamérica deteniéndose a fumar un cigarrillo en cada gasolinera y echando un buen polvo en cada hotel de paso. Era una pena. El vaquero se había apropiado de una trama enrarecida. Más que una aventura había una pesadilla, los polos se habían invertido en la narración, del medio oeste al Gulag. Sustituyendo la velocidad de la acción por el abismo de la conciencia. Cuando los personajes son ideas y la estructura de la narración está inspirada en la personalidad de un delincuente, todo indica un desastre. Un libro que destripar en la guillotina negra. Y así, con la misma determinación con la que Pegaso Zorokin cerró la puerta, el editor confundido saltó un par de páginas buscando las últimas líneas del libro de cuentos, temiendo que el vaquero, uno de los personajes literarios más rentables del mercado editorial americano, fuera a matarse “María, el tiempo se esfuma mi amiga, tú y mi madre pueden quedarse con los derechos de todos mis crímenes, ya habrá quien quiera hacer una película. Le dijo el vaquero apretando el pañuelo de estrellas que llevaba en el pecho. María, le gritó apuntándole con la pistola, yo y todos los otros que te aman sí te aman. Una ventisca de arena derribó su sombrero. Pegaso Zorokin, con la pistola en la mano y el corazón en el pecho olvidó toda su vida. ¿Qué es esto? ¿Desde cuándo? gritó Pegaso Zorokin y descargó su pistola contra un cielo azul y terrible” —¿Qué es esto? — se preguntó en voz muy alta el editor abrumado. Tomó su gabardina y salió a buscar a Anselmo Villarreal, el famoso escritor de libros vaqueros. No debió de prestarle ese libro. Anselmo no debió de empezar ese libro.
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Insanis
La materia intrigada produce sueños. Los sueños son extraños, son sueños forzados. A fuerza de gravedad inventada los astrales se desprenden. El sueño parece líquido, el mundo substancia. Aparecen nuevos sentidos. La vista fue superada. La voluntad es un sentido operante. El insomnio una fuerza que imanta La imaginación, un órgano de expresión capaz de fabricar objetos dispares. Si la mente enferma el mundo enferma. La conciencia destronada por corceles y motores. Baudelaire enciende una pipa de opio. Brauner inventa una mesa escarabajo. Miró sueña despierto. Varo escribe un poema. Román Miranda separa sus lápices. Pegaso Zorokin reúne sus cuentos. Llama a su orden Insanis. Son inicios de siglo. Es la Nueva España. Hay una guerra civil y surgen los nuevos pintores del mundo. Nos acercamos a sus cuadros, nos sentimos en el XIX. Retrocedimos 100 años. En la obra de Campos no hay futuro, hay retroceso, ideas retrocediendo al futuro. A los años luz, a la vida pulsar, al realismo punk, al cyber imaginismo. Su fabricación conceptual nos fascina, su dominio técnico nos plantea su formación. El muchacho Word en mano es un photoshop viviente: capaz de gradar, amplificar, desproporcionar y tender redes de malla sobre sus objetos. En sus cuadros impera la intromisión y la rebeldía frente a la naturaleza. La imaginación quedó trastornada. Todo se va la izquierda, al neopasado. Hay ciencia ficción, hay realismo, todo está absorbido, ha nacido un artista americano. Pegaso dibuja. El flujo narrativo es vasto, su capacidad figurativa enorme. Las cosas que suceden en la obra de Pegaso suceden rápido, las ideas están bien templadas. Si ha visto dibujar a Pegaso sabrá que el muchacho es capaz de transformar una mujer en pez robot zombi en menos de cinco minutos. Un punk de dos metros despierta insomne: quiere destruir un piano. Pegaso Zorokin nos invita a su mundo. Un mundo desproporcionado donde conviven fumadores, seres descompuestos, francotiradores y sueños horrendos. Su carrocería es el insomnio, su biomorfía puro surrealismo espeso. Material para el psiquiatra. Para enloquecer a un médico. Para desesperar a un editor. Para hipnotizar a los estudiantes de letras. Fue hasta que conocí a Pegaso que empecé el libro.
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los picos de los pájaros brillan como el campanario de una iglesia “oh hay pájaros en la iglesia” así dicen los niños en la calle y cuando el sol salió el vuelo de los pájaros fue el aplauso de lyn may en el teatro blanquita entonces salí a comprar cigarros y hablé a casa de mi chava me contestó su padre: “¿busca trabajo?” colgué sin decir nada ella y yo habíamos hecho el amor de pie, sentados, de lado, en la cama, en una mecedora, en el closet, en el piso ah sí claro la manera en que entra la tarde en la mañana constituye un baile y yo me puse a imaginar tres kilos de dibujos y cuando ella y yo dejamos de hacer el amor y cuando ella y yo olvidamos hacia dónde íbamos compartimos nuestro aburrimiento contándonos las fábulas más viejas nos separamos y todo fue como una tarjeta postal recordando el invierno de la división y otros muertos Joel Plata
M O L I N O D E C U E N TO . B L O G S P OT. C O M