Política formación Docente

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Universidad Centroamericana Vicerrectoría Académica Dirección de Posgrado y Formación Continua

Políticas de Formación Docente

Managua, 2006.

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INDICE 1. Antecedentes........................................................................................2 2. Algunos elementos para un diagnóstico del profesorado de la UCA...............3 A. Docentes de pregrado..................................................................3 B. Docentes de posgrado..................................................................5 3. Fundamentación teórica….......................................................................6 4. Principios y perfil del profesorado de la UCA.............................................9 5. Obstáculos de la Formación docente.......................................................10 6. Concepción de formación......................................................................11 1. El concepto de desarrollo profesional............................................11 2. El horizonte de la formación de los y las docentes..........................13 3. Los roles de la formación para el desarrollo profesional...................14 4. Principios organizadores de la Política de Formación Docente………....15 7. Componentes de la Política de Formación Docente ..................................16 1. Ámbitos de la formación.............................................................16 2. Sujetos y niveles de la Política de Formación Docente.....................17 3. Estrategias de implementación de la Política de Formación……..........18 8. Condiciones para la implementación de la Política de Formación.................18 9. Evaluación de la Política de Formación Docente….....................................19 10. Objetivos de la Política de Formación Docente .......................................19 Bibliografía…………………………………………………………………………………………………………….21

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1. Antecedentes La Universidad Centroamericana, como universidad jesuita que trata de contribuir con el cambio social del país a través de la formación de profesionales con talento y talante, ha definido entre sus objetivos la capacitación profesional de su personal docente. Ésta se concibe como un medio para potenciar la calidad de los y las docentes que en ella laboran y orientar de manera estratégica el logro de su desempeño eficiente, científico y pedagógico. La Capacitación Profesional es un proceso del quehacer académico de la Universidad Centroamericana que promueve el aprendizaje permanente en procura de la superación profesional en general y particularmente de los académicos que laboran en la UCA; por esa razón se constituye en un componente estratégico dentro de los procesos de reforma universitaria (Normativa de Capacitación Profesional, enero:1999). La Capacitación Profesional ha tenido como objetivos: o o

o

o

Abrir espacios y oportunidades de superación a los y las profesionales en general. Contribuir a la actualización permanente del personal académico de la UCA, a fin de aportar al fortalecimiento de la calidad de las funciones básicas de docencia, investigación y proyección social. Promover la reflexión sobre las prácticas educativas, con el interés de mejorar la calidad de los servicios que brinda la Universidad y el desarrollo de su personal académico. Procurar el avance en los campos de la ciencia, la técnica y la cultura, con prioridad en aquellos referidos al área de la Pedagogía y Metodología de Aprendizaje y las disciplinas de las carreras que imparta la UCA.

En esta tarea en el período 1999 – 2004 la Dirección de Posgrado y Formación Continua ha coordinado, ejecutado y acompañado la siguiente oferta de cursos de capacitación profesional: Tipo de curso Cursos pedagógicos, metodológicos y de especialización Cursos de fortalecimiento de la Identidad Institucional Movimiento Pedagógico

No. de cursos 34

Participantes 728

5

240

32

1705

Esta oferta de cursos ha significado un total de 1407 horas de capacitación. Se han realizado con los y las docentes de pregrado dos diagnósticos de necesidades de capacitación y formación docente. Después de siete años de ejecución del Programa de Capacitación Profesional, la Vicerrectoría Académica constituyó una comisión de trabajo con el propósito de formular una Política de Formación Docente que permitiera, a la luz de los logros alcanzados, continuar profundizando en la formación profesional docente desde un ámbito más integral, a partir de una política que articule los distintos esfuerzos de la institución por fortalecer una educación de calidad.

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Una Política se entiende comúnmente como un lineamiento general que responde a una posición sobre un conjunto de aspectos, en el caso que nos ocupa la formación de los y las docentes de la UCA. Una Política debe estar claramente delimitada, debe incorporar los elementos que la componen pero sobre todo debe dejar claramente establecido sus fundamentos: los valores y principios que la sustentan, las concepciones de las que parte; los elementos que la integran; los compromisos de la Institución; los sujetos que participan; y los mecanismos y recursos que se requieren para impulsarla. Desde esta perspectiva, una Política, requiere ser concretada a través de planes estratégicos y operativos diversos y por ello, aún cuando está sujeta a una evaluación y actualización permanente, es atemporal. La política de formación docente de la UCA está enmarcada en el Proyecto Educativo Común de la Compañía de Jesús en América Latina y en el proceso de Planificación Estratégica Institucional 2006 – 2010, teniendo claro que como toda Política, su alcance excede el período del Plan Estratégico Institucional. La política de formación docente parte de la convicción de que la calidad de la formación universitaria va más allá de la clase y el profesor/a. La calidad en la docencia en una Universidad está relacionada con el ambiente o clima creado como consecuencia de la misión de la Universidad, sus valores y prioridades, su salud mental y financiera, los incentivos a la docencia, entre otros, de esta manera es necesario entender la Política dentro de un enfoque holístico de la Universidad, en el que todos los elementos y las unidades están interrelacionados y se influencian unos a otros por lo que no pueden ser consideradas como cuerpos autónomos y separadas del conjunto. 2. Algunos elementos para un diagnóstico del profesorado de la UCA A. Docentes de pregrado: A continuación presentamos algunos datos sobre el grado académico, la experiencia docente y la experiencia profesional de los y las docentes de pregrado de la UCA. Esta información está organizada por Facultad y ha sido obtenida de la encuesta de Auto evaluación del desempeño docente del II cuatrimestre 2005. Cuadro no. 1. Grado académico de docentes de pre grado por Facultad Facultad

Ciencias de la Comunicación Ciencias Jurídicas Ciencias Económicas y Empresariales Ciencia Tecnología y Ambiente Humanidades Estudios Básicos Totales

Grado Académico Licenciatura

Especialidad

Maestría

Doctorado

Totales

11

7

9

27

10 21

3 10

13 48

8 3

34 82

12

16

28

4

60

17 4 75

7 2 45

29 5 132

2

55 11 269

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Fuente: Encuesta de Auto evaluación del Desempeño Docente II Cuatrimestre 2005.

4


Del total de docentes que realizaron la encuesta un 6.3 % tiene grado académico de doctorado, un 49.8% tiene grado académico de maestría, un 16.9 % tiene grado académico de especialización y el 28.3 % tiene grado académico de licenciatura. La facultad que tiene el mayor porcentaje de docentes con grado académico de doctorado es la Facultad Ciencias Jurídicas con un 23.5 %. La Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales tiene el mayor porcentaje de docentes con el grado de maestría con un 58.5 %, igualmente la Facultad de Humanidades y la Facultad de Ciencia, Tecnología y Ambiente tienen la mitad o más de sus docentes con grado de maestría, un 52.7 % y 50 % respectivamente. La Facultad de Comunicación es la que tiene el porcentaje más bajo de docentes con grado académico de maestría, con un 33.3 %. Cuadro no. 2. Número de docentes según años de experiencia docente por facultad. Facultad

Experiencia Docente

Ciencias de la Comunicación Ciencias Jurídicas Ciencias Económicas y Empresariales Ciencia Tecnología y Ambiente Humanidades Estudios Básicos Totales

0-9 años 10-19 años 20-30 años 11 7 14 15 31 34 23 16 19 16 1 4 99 92

9 3 13 17 18 6 66

Totales 27 32 78 56 53 11 257

Fuente: Encuesta de Auto evaluación del Desempeño Docente II Cuatrimestre 2005.

Con relación a la experiencia docente se establecieron tres intervalos de años de experiencia, un primer intervalo hasta 9 años, un segundo de 10 a 19 años y un tercero de 20 años y más de experiencia docente. Un 38.5 % de los docentes se ubica en el primer intervalo siendo el promedio de experiencia docente 6 años. Un 35.8% de los docentes se ubica en el segundo intervalo siendo el promedio de experiencia docente 14 años, en el tercer intervalo se ubica un 25.7 % de los docentes con un promedio de 27 años de experiencia docente. Las facultades con un porcentaje importante de docentes en el tercer intervalo son respectivamente, la Facultad de Humanidades con un 34 %, la Facultad de Comunicación con un 33.3 % y la Facultad de Ciencia, Tecnología y Ambiente con un 30.3 %. Estudios Básicos es la unidad académica que tiene el mayor número de docentes en este intervalo un 54.5 % Cuadro no. 3. Número de docentes según años de experiencia profesional por Facultad. Facultad

Ciencias de la Comunicación Ciencias Jurídicas Ciencias Económicas y

Experiencia Profesional 0-9 años 10-19 años 9 10 14

5

20-30 años 7 9 26

Totales 11 13 41

27 32 81


Empresariales Ciencia Tecnología y Ambiente Humanidades Estudios Básicos Totales

17

16

21

54

15 12 77

25 3 86

21 8 115

61 23 278

Fuente: Encuesta de Auto evaluación del Desempeño Docente II Cuatrimestre 2005.

La presente información sobre los años de experiencia profesional de los y las docentes presenta la incertidumbre de que sí los docentes al llenar la encuesta igualan su experiencia en la docencia con su experiencia profesional, lo que definitivamente no nos dice con certeza la experiencia profesional que poseen. Un 41.4 % de los y las docentes de la universidad expresan tener una experiencia profesional de más de 20 años, siendo el promedio de 25 años. La Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales es la que cuenta con el mayor porcentaje de docentes en este rango con un 50.6 %, seguida por la Facultad de Comunicación con un 41 % y la Facultad de Ciencias Jurídicas con un 40.6 %, siendo las facultades que reúnen el mayor porcentaje de docentes en este intervalo de años de experiencia profesional. B. Docentes de posgrado: En el caso de los profesores/as de posgrado sólo hay registros del grado académico y la procedencia del docente, no hay registros a cerca de su experiencia docente y profesional. A continuación presentamos la información registrada de los y las docentes que han impartido cursos en el nivel de posgrado en el período 2000 – 2004. Cuadro no. 4. Docentes de posgrado según grado académico y procedencia. Programa Relaciones Internacionales Economía Administración y Dirección de Empresa Gerencia de Agro negocios Desarrollo Rural Derecho Penal y Derecho Procesal Penal Derecho de Empresas Psicología y Liderazgo Industrial Literatura Hispanoamericana Totales

Grado Académico Doctorado Maestría Licenciatura 12 15 1

Procedencia Total Nacional Extranjero 28 12 16

5 13

41 51

46 64

31 38

15 26

6

3

9

2

7

5 27

13 3

18 30

5 13

13 17

25 1

6 6

31 7

15 4

16 3

8

6

14

10

4

102

144

247

130

117

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Fuente: Secretaría Académica DPFC 2000-2004.

De estos datos presentados anteriormente destaca el hecho que un 41.3 % de los y las docentes del posgrado tienen el grado académico de doctorado, esto significa menos de la mitad de los y las docentes del posgrado, y por otra parte el 64.7 % de los y las docentes que tienen el grado académico de doctorado son extranjeros y no pertenecen a la planta docente de la universidad.

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3. Fundamentación teórica. Nuestro mundo se encuentra sumido en un proceso que muchos consideran un cambio de civilización. Ese proceso está provocando cambios muy rápidos en todos los ámbitos de la sociedad humana y uno de los más afectados es, sin duda, el de la formación superior. A juicio de Race (1999), cuatro factores, y su interacción, están provocando ese cambio acelerado: o o

o o

La explosión del conocimiento. La revolución en las comunicaciones, caracterizada por una cada vez más masiva presencia de las tecnologías de la información y la comunicación en la enseñanza superior. El rápido incremento del conocimiento sobre cómo se aprende de una manera efectiva. El fortalecimiento del que aprende, como consecuencia del cambio de paradigma de la docencia al aprendizaje.

Frente a ese panorama emerge con fuerza la figura del profesor/a universitario como columna vertebral de la nueva universidad que hay que construir. Sin embargo, para que cumpla ese rol el y la docente deberá reconstruir una identidad profesional que se adapte a los nuevos papeles y funciones que desarrollará en los nuevos escenarios de actuación (Rodríguez, 2003). Algunos autores hablan de la doble identidad profesional del profesor/a universitario. Esta doble identidad supone que éste ha de ser experto en su disciplina y experto en la docencia de la misma. Por ello su formación tiene que permitirle desarrollar una comprensión crítica del proceso de aprendizaje enseñanza y del escenario institucional en que éste tiene lugar. Así mismo, es necesario que proporcione al/la docente una formación crítica y adaptada al contexto, que le ayude a cambiar y mejorar el sistema, más que a adaptarse a él. Elton (2001) habla de la necesidad de superar el nivel artesanal o “pre profesional” del ejercicio docente, y plantea que no cualquier docencia es válida en la universidad, sino aquella que conlleva la excelencia, lo que implica una formación que aporte los referentes teóricos, técnicos y prácticos que aseguren la eficacia y la satisfacción laboral. Según Imbernón (2000), necesitamos un nuevo profesor/a universitario porque se necesita una nueva universidad. Donnay y Romainville (1996) presentan la formación pedagógica de los profesores/as universitarios como una herramienta para la resolución de los problemas que el profesor/a, ya sea principiante o experimentado, encuentra. El oficio del profesor/a no es lo que era, ni lo que será. Para determinar las necesidades de formación, hay que comenzar por estudiar las condiciones de trabajo y establecer como objetivo final de la formación lograr que el perfil del profesor sea el de un profesional reflexivo que sigue aprendiendo a partir de su experiencia práctica. La formación pedagógica del profesor/a le tiene que enseñar a organizar las interacciones estudiantes – contenidos que tienen lugar en determinados contextos, que el profesor prepara para hacer posible el aprendizaje. Adicionalmente debe permitirle determinar: ¿Qué tienen que aprender los estudiantes y por qué (objetivos y

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contenidos)?, ¿Cómo debe gestionar las condiciones de aprendizaje (métodos y recursos)? y ¿Cómo debe gestionar lo aprendido (evaluación)? El informe de seguimiento de la Conferencia Mundial sobre Educación Superior de 1998 (Fielden, 2001), señala que el profesorado universitario en su papel docente deberá afrontar cambios muy significativos en sus patrones de actuación: presionado por razones financieras deberá hacer más con menos, atenderá estudiantes cada vez más diversos con muy diferentes metodologías y tecnologías docentes. Así mismo, la rendición de cuentas formará parte esencial de la propia actividad docente. Por ello y para ello, el docente universitario debe poseer las siguientes características: o o o o o o o o o

o o

Identificar y comprender las diferentes formas que existen para que los estudiantes aprendan. Poseer conocimientos, habilidades y actitudes relacionadas con el diagnóstico y la evaluación del alumnado a fin de ayudarle en su aprendizaje. Tener un compromiso científico con la disciplina, manteniendo los estándares profesionales y estando al corriente de los avances del conocimiento. Conocer las aplicaciones de las TIC al campo disciplinar, desde la perspectiva tanto de las fuentes documentales, como de la metodología de enseñanza. Ser sensible ante las señales externas del mercado sobre las necesidades laborales y profesionales de los graduados. Dominar los nuevos avances en el proceso de enseñanza – aprendizaje para poder manejar la doble vía, presencial y a distancia, usando materiales similares. Tomar en consideración los puntos de vista y las aspiraciones de los usuarios de la enseñanza superior, especialmente de los estudiantes. Comprender el impacto que factores como la internacionalización y la multiculturalidad tendrán en el currículo de formación. Poseer la habilidad para enseñar a un amplio y diverso colectivo de estudiantes, con diferentes orígenes socio económicos y culturales, y a lo largo de horarios amplios y discontinuos. Ser capaz de impartir la docencia tanto a grupos numerosos, como a pequeños grupos sin menoscabar la calidad de la enseñanza. Desarrollar un conjunto de estrategias para afrontar diferentes situaciones personales y profesionales, como por ejemplo el pluriempleo, la variedad de tareas a desarrollar en los diferentes empleos, entre otras.

Otra manera de expresar las competencias que se espera de los docentes universitarios es como lo hacen Smith y Simpson, 1995, sintetizando los resultados de numerosas investigaciones de la década de los 90: Scholastic Skills Planning Skills Planning Skills

o o o o o

Management Skills o Presentation and Communication

o o

Demuestra dominio del contenido de su materia. Incrementa la motivación de los estudiantes a través de su entusiasmo personal por la materia. Promueve el compromiso personal de los estudiantes con métodos de enseñanza centrados en el estudiante. Selecciona el material del curso teniendo en cuenta los conocimientos previos, el nivel y los intereses del alumnado. Propone, comunica y gestiona expectativas adecuadas de logros en el curso. Consigue un ambiente de aprendizaje que favorezca un aprendizaje óptimo. Hace un uso correcto y eficaz del lenguaje escrito y oral. Fomenta la cooperación y colaboración entre los

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Skills o Evaluation and Feedback Skills

o

o Interpersonal Skills o

estudiantes. Ofrece de muy diferentes maneras un feedback adecuado a los estudiantes. Desarrolla un enfoque reflexivo de la docencia a través de la continua evaluación y modificación de sus planteamientos docentes. Demuestra que cree que todos los estudiantes son capaces de aprender. Demuestra respeto y comprensión a todos los estudiantes.

La Política de Formación Docente de la UCA debe identificar las características fundamentales que debe esperar de sus docentes. Sin embargo es preciso tener conciencia de la dificultad de exigir todas esas características en una sola persona, por ello, cada vez se ve más necesario la configuración de equipos de trabajo en los que pueda darse la especialización en algunas de esas características. Otros elementos que precisan definir una Política de Formación Docente universitaria son las dimensiones de la actividad universitaria a la que debe responder. Boyer (1990) nos propone las siguientes: o o o o

Descubrimiento (hace referencia a la investigación). Integración (hace referencia a la integración disciplinar que permita plantear nuevas preguntas). Aplicación (hace referencia a desarrollo social y económico del territorio al que ha de servir la universidad). Enseñanza (aquí se deben integrar los anteriores).

La Política de Formación Docente implica institucionalizar y profesionalizar la formación pedagógica. Esto último implica que la formación impartida sea sistemática, reglamentada, exigida y reconocida. Es preciso tener en cuenta que la formación profesional de los profesores/as de enseñanza superior constituye a la vez, un terreno relativamente nuevo, amplio, mal definido, y que incluye sectores en los que la investigación hasta ahora sólo ha ofrecido resultados parciales. Las funciones y tareas del profesor/a universitario se desarrollan en el marco de una gran paradoja: el suyo es un trabajo individualista, consecuencia del proceso de descubrimiento o generación de conocimientos, en medio de una multitud que, en muchas ocasiones, permanece distante y sin interacción alguna. Finkelstein (1993) defiende que el desarrollo del profesor/a universitario no puede darse en solitario y que para que se produzca, se requiere tanto la interacción con los colegas, como el aprovechamiento de las oportunidades de aprendizaje existentes en su campus. Un modelo de desarrollo profesional ha de tomar en consideración toda la tipología y todos los niveles del profesorado, y a lo largo de toda su carrera profesional. Las estrategias que se adopten deben atender tanto a la selección y promoción, como a los procesos de evaluación que se determinen en virtud de las diferentes demandas e incentivos.

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4. Principios y perfil del profesorado de la UCA.1 Principios que lo sustentan: 1. La UCA fundamenta sus modos de proceder en el desarrollo de la mejor tradición humanista universitaria, como un instrumento para dar vida a los valores que dan identidad a la persona, la motivan a comprender y servir a los demás. 2. La acción de la Universidad se basa en el respeto y desarrollo de la personalidad de los educandos, de los profesores/as y de las demás personas que intervienen en el proyecto educativo jesuítico. 3. La UCA, en su misión, pretende contribuir al cambio social a fin de lograr condiciones de vida más justas y equitativas para todos, en particular con los más desposeídos, conjugando las funciones básicas de docencia, investigación y proyección social en el proceso de formación de profesionales comprometidos con el desarrollo de su país y con calidad académica. 4. El trabajo en equipo se considera esencial para el logro de los objetivos de la UCA y se constituye en instrumento básico para la consolidación del desarrollo de un cuerpo integrado de profesores/as, sin menoscabo del desarrollo individual. 5. La promoción de la interdisciplinariedad y de la integración de las actividades de los profesores/as debe tener lugar tanto en el nivel de pregrado como en el de pos grado, siempre y cuando aquellos cuenten con la calificación académica necesaria. 6. La búsqueda permanente de conocimiento y de respuestas a los problemas y necesidades de la realidad local y regional es el norte que debe guiar la actividad académica. Perfil del Profesor /a al que aspira la UCA. Se definen los rasgos del perfil del profesor/a según un perfil ideal, entendido éste como una meta orientadora y guía a seguir y un perfil intermedio posible de alcanzar en las condiciones actuales de la universidad. Perfil ideal: 1. Capacidad para interiorizar y asumir como propia la misión y visión de la UCA, contribuyendo a su logro a través de sus actuaciones en los distintos ámbitos. 2. Capacidad de conjugar y desarrollar las tres funciones universitarias: docencia, investigación y proyección social. 3. Alto nivel científico, profesional y pedagógico en su campo, así como profundos valores humanos. Esto implica la aptitud para crecer constantemente y el compromiso de responder a los retos de la sociedad, uniendo al conocimiento académico la capacidad operativa. 4. Capacidad de reflexión sobre la inteligencia humana y los procesos de construcción del saber, para elaborar sobre ello sus líneas de trabajo, de manera que puedan ayudar a que los y las estudiantes descubran el sentido vital del conocimiento. Esto supone la facilidad para acompañar el proceso de aprendizaje, desde los niveles iniciales hasta los finales. 5. Conocimiento profundo de la realidad nacional para vincular adecuadamente la teoría con la práctica. 1

Tomado de Reglamento del profesorado. Vicerrectoría Académica Universidad Centroamericana. Managua, Marzo 2001.

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6. Visión de futuro sobre su campo y sobre la realidad humana para desarrollar en los estudiantes la capacidad de autoaprendizaje. 7. Capacidad para generar e impulsar acciones orientadas al logro de la rentabilidad económica, ecológica y social. 8. Creatividad, pasión intelectual y pedagógica, y capacidad para comunicar, para generar liderazgo, para inspirar y desarrollar valores. 9. Sencillez y sentido de la cercanía para generar confianza, para inspirar a las personas y para abrirles horizontes y al mismo tiempo conducirlas, paso a paso, en la construcción de su propio conocimiento. 10. Integra las TICs en su docencia, en todas las modalidades, utiliza los recursos de información y comunicación que ofrecen las TICs para su labor investigativa, divulga su quehacer académico a través de espacios virtuales, elabora cursos en línea desde una perspectiva interdisciplinaria, colaborativa y bajo los principios de la pedagogía ignaciana. Perfil intermedio: 1. Identificación con el proyecto educativo de la Universidad, de manera que pueda orientar su trabajo en la línea de los objetivos que aquél promueve. 2. Dominio profundo de su campo de conocimiento, y de los métodos e instrumentos didácticos que hacen posible el desarrollo de las capacidades y la apropiación de las habilidades necesarias por parte de los y las estudiantes en su campo profesional. 3. Vocación pedagógica para comunicarse e interactuar con los y las estudiantes, entendiendo y respetando la diversidad de éstos y promoviendo el desarrollo de sus potencialidades. 4. Conocimiento de la realidad nacional y capacidad para analizarla e incorporarla en su labor académica. 5. Capacidad y disposición para desempeñar de forma integrada las funciones básicas universitarias, retroalimentándolas mutuamente. 6. Competencia para trabajar en equipo y desarrollar un sentido creciente de cuerpo académico. 7. Disposición hacia la actualización y la mejora continua en su área de especialización y en su desempeño académico. 8. Actitud positiva, creativa y propositiva ante el cambio y los retos que la realidad plantea. 9. Sentido de la dimensión ética de su trabajo, para poder desempeñarlo con responsabilidad y eficiencia. 10. Capacidad para inspirar y motivar a los y las estudiantes por medio del ejemplo en su interacción cotidiana con aquéllos. 5. Obstáculos de la formación de docente Adicionalmente, la Política de Formación Docente de la UCA, tiene presente que la formación del profesor/a universitario se enfrenta a determinados obstáculos o problemas que dificultan su normal desarrollo y a los que hay que responder de diferentes maneras. Estos problemas los podemos agrupar en dos grandes bloques 2: A. Problemas institucionales entre los que podemos citar el peligro de la universidad de entrar al terreno de la sobre-vivencia económica, por lo que todos los cambios irían

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Documento interno, Vicerrectorado Universidad UNIKULJIS.

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dirigidos a aspectos de tipo administrativo o técnico, con escasa incidencia en el desarrollo profesional del docente. B. Problemas motivados por los propios profesores/as entre los que podemos mencionar los siguientes: o

El individualismo y el aislamiento, como característica del ejercicio profesional del docente universitario, dificulta la investigación compartida y las actividades de mejora personal e institucional, que necesitan de cooperación y coordinación.

o

La resistencia al cambio, debido entre otras cuestiones a: a) La fuerte uniformización de los métodos didácticos. b) La inexistencia de una formación inicial bien fundamentada en la importancia de la innovación educativa. c) Una enseñanza más centrada en planteamientos teóricos que en procesos de aplicación práctica. Ello lleva a que cualquier intento de mejora se enfoque desde una perspectiva de mayor especialización en el campo disciplinar. d) La lealtad de los y las docentes a su profesión y no al ámbito donde la ejercen, lo que Benedito, Ferrer y Ferreres (1995), denominan "el problema de la discrecionalidad", olvidándose en ocasiones de sus alumnos y de la institución en la que se están formando. e) La inexistente motivación del profesorado para su mejora docente.

Otro conjunto de obstáculos que hay que considerar, son los referidos a la llamada “cadena de obstáculos epistemológicos” (Lucio, 2001), que plantea la necesidad de prever en la formación la manera de hacer frente a los siguientes obstáculos: a) el que se da entre las viejas concepciones de los y las docentes y las nuevas propuestas que se le presentan; b) el que enfrentarán las nuevas concepciones asumidas por el docente y la manera en que ellas impactarán en su acción didáctica; c) el de aplicar esa nueva acción didáctica en el aula de clase; d) el lograr que el y la docente sea capaz de tener una mirada crítica de su práctica que le permita identificar vacíos y errores; e) finalmente, otro problema que debe enfrentar la formación es el de la necesidad de dar apoyo al docente para la superación de los vacíos y errores identificados por él/ella en su práctica innovadora. 6. Concepción de formación. 1. El concepto de desarrollo profesional. Plantearse el diseño de una Política de Formación para docentes universitarios tiene un sinnúmero de particularidades, la primera de ellas tiene que ver con el tipo de persona a la que se pretende formar. Se trata de un profesional en pleno ejercicio, que posee una formación universitaria de licenciatura, muchos de ellos maestrías y otros, variados cursos de postgrado. Algunos poseen doctorados. Muchos de estos profesores están integrados al campo laboral de su especialidad y han desarrollado experiencia práctica suficiente en esa área. En la mayoría de los casos son hombres y mujeres maduros, acostumbrados a dirigir equipos de personas, a coordinar su trabajo con otros profesionales y a estructurar y poner en práctica planes personales de trabajo.

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Como menciona Letelier3 los y las docentes universitarios tienen tres características: conocen el campo laboral, conocen las limitaciones de la formación de pregrado, y por ello, tienen mayores expectativas en la formación, en función de que ésta les facilite la construcción de niveles superiores de conocimiento, y que tenga un nivel de contextualización suficiente que les permita la aplicación práctica de lo aprendido. Comúnmente, cuando se aborda el ámbito de la formación permanente del docente universitario se utilizan varias acepciones: perfeccionamiento; formación continua; formación permanente; entrenamiento; formación en servicio (in-service training); reciclaje, etc. De todas, la más general y por tanto la que más universalmente se está utilizando es la de "desarrollo profesional". El concepto de desarrollo profesional se entiende como cualquier intento sistemático de cambiar la práctica, creencias y conocimientos profesionales del docente universitario, hacia un propósito de mejora de la calidad docente, investigadora y de gestión. Este concepto incluye el diagnóstico de las necesidades actuales y futuras de una institución universitaria y sus miembros, y el desarrollo de programas y actividades para la satisfacción de estas necesidades Esta conceptualización resalta algunos aspectos importantes 4: o

El cambio va dirigido tanto al ámbito pedagógico y profesional, como al personal y social del profesor universitario.

o

El objetivo final es la mejora de la calidad docente, investigadora y de gestión, es decir de las tres funciones principales del profesor universitario.

o

Se pretende dar respuesta tanto a las necesidades individuales como a las de la propia universidad.

Lo anterior implica que el concepto de desarrollo profesional es más amplio que el de formación permanente y debe entenderse como un proceso planificado, de crecimiento y mejora, en relación con el propio conocimiento, con las actitudes hacia el trabajo, con la institución, y buscando la interrelación entre las necesidades de desarrollo personal y las de desarrollo institucional y social. El desarrollo profesional debe ser considerado como un proceso de apoyo al mejoramiento de las competencias profesionales de los y las participantes. En la UCA, este proceso debe incidir en el desarrollo personal de los y las docentes (permanentes y horarios), del personal de dirección y técnico, y debe estar relacionado con el desarrollo de la misma Universidad. La Política de Formación Profesional de la UCA tiene una visión sistémica en tanto incluye lo pedagógico, lo profesional, responde a las tres funciones de la universidad (investigación, docencia y proyección social). Adicionalmente responde a las necesidades individuales y de la universidad. Está vinculada a otros factores como la carrera docente, el status profesional, la política de recursos humanos que incluye el sistema retributivo, el clima laboral y el contexto laboral, entre otros, pues tal como lo menciona Ferrer: 3 4

Letelier, M. (s.d.). La educación continua. Un desafío docente tridimensional. S.d.: s.d. Documento interno, Vicerrectorado Universidad UNIKULJIS.

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“El desarrollo profesional del docente universitario se ha de contemplar dentro del amplio marco de la vida profesional de los profesores/as; por tanto, debería incluir los procesos de selección, de preparación inicial, de formación del profesor/a novel, de perfeccionamiento del profesor/a experimentado, de promoción académica y de desarrollo del departamento como centro neurálgico de la actividad del profesorado” (Ferrer, 1992: 129 In Rodríguez, S., 2003: 84 5). 2. El horizonte de la formación de los y las docentes de la UCA. Frente a esa situación, la formación que se imparta a los y las docentes de la UCA debe tener como horizonte la misión de la institución, las características de los y las estudiantes que quiere ayudar a formar y las funciones de la Universidad que son las siguientes: o

o o o o o o o o o o o o o

Estudiantes íntegramente desarrollados y realizados en todas sus potencialidades individuales y sociales, en su relación consigo mismo y con el mundo, con las otras personas y con Dios. Creadores, capaces de asumir opciones, de inventar, de resolver sus problemas y ayudar a otros a resolver los suyos. Con sentido de dignidad, autoestima y valoración de sí mismos, conscientes de sus derechos y que respeten la dignidad y derechos de los demás. Comprometidos en la búsqueda de la verdad y el bien. Conscientes de su realidad personal y la que le rodea. Que saben reflexionar y actuar ante los hechos sociales y se dejan interpelar por ellos. Con principios y convicciones profundas inspirados en el Evangelio. Libres y servidores. Apasionados por la Justicia. Con opción preferencial por los pobres. Fraternos, capaces de crear comunidad y de compartir la búsqueda de soluciones solidarias. Abiertos y respetuosos de las culturas. Amantes y respetuosos de la naturaleza. Optimistas, que saben celebrar la vida.

Ese perfil de persona que se quiere ayudar a formar se convierte en el norte del trabajo de la Institución y por ende de su Política de Formación Docente. Dicho de otra manera, se necesitan docentes que faciliten la formación de jóvenes con esas características, para que sean colaboradores y colaboradoras en la construcción de una sociedad justa, participativa y solidaria. Otro aspecto que determina una Política de Formación Docente tiene que ver con las funciones que cumple una institución universitaria, orientadas a tres ámbitos particulares: la investigación, la docencia y la proyección. Los y las docentes universitarios son un factor fundamental para posibilitar el cumplimiento con éxito de esas funciones, pues como dice Schamm,

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Rodríguez Espinar, S. (2003). Nuevos retos y enfoques en la formación del profesorado universitario. In Revista de Educación, número 331, pp. 67 - 99. Madrid: Ministerio de educación, cultura y deportes.

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“docencia e investigación son como el pecado y la confesión, si no se hace nada en uno no es necesario hablar del otro” (Schramm, 1990:92). Podríamos agregar que la tercera función, la de proyección no puede ser hecha con calidad si hay debilidades en las otras dos. La Política de Formación Docente de la UCA tiene como horizonte la misión de la institución, y el perfil de egreso de los y las estudiantes que forma. Por ello dota a sus profesores y profesoras de herramientas, conocimientos, habilidades y competencias para facilitar el cumplimiento de las tres funciones fundamentales de la universidad. 3. Los roles de la formación para el desarrollo profesional. Para hacer posible lo anterior, la formación profesional de docentes universitarios debe cumplir con tres roles fundamentales: o

Un rol funcional, que tiene como objetivo apoyar a los y las docentes para que cumplan de mejor manera sus funciones profesionales o académicas, por ello focaliza sus esfuerzos en la construcción de conocimientos prácticos que les proporcionen herramientas de trabajo y de aplicación de conocimientos.

o

Un rol social, que tiene como objetivo aumentar el estatus y la autoestima del/la docente, y le permita ascender en el trabajo o en las escalas salariales.

o

Un rol formativo, que se plantea logros educativos superiores y por ello intenta facilitar aprendizajes significativos en distintos campos sean estos de tipo cognitivo o valórico-actitudinal.

Estos distintos roles plantean desafíos distintos y tareas que el sistema de formación debe atender (Letelier, en documento ya citado). El rol funcional plantea la necesidad de trabajar en programas de actualización profesional y académica. Este rol adquiere una dimensión importante para la UCA por cuanto es posible que un grupo de docentes no tenga suficiente experiencia profesional en su campo de especialidad, y cuyo recorrido haya sido más de tipo académico. Esto producto, sobre todo, de la experiencia del movimiento de “Alumnos – Ayudantes“ impulsado en los años 80`s, que promocionaba que los alumnos más aventajados se introdujeran, con el apoyo de otro profesor, en la labor docente. Muchos de esos alumnos ayudantes, pasaron directamente a la docencia sin haber tenido ninguna experiencia profesional en su campo de especialidad. Esta particularidad debe ser considerada al momento de diseñar la Política de Formación Docente. El rol social requiere el desarrollo de una variada oferta para responder a demandas de título profesional, de postgrado y de actualización. Es preciso llamar la atención al hecho que este rol plantea un especial desafío para la institución en lo relativo a su integridad, al tener que resolver la tensión existente entre la demanda del usuario, que muchas veces lo que desea es un título en el menor tiempo posible y con el menos esfuerzo posible, y los objetivos de la institución que lo que desea es que haya un verdadero proceso de profesionalización que en última instancia contribuya a potenciar las competencias profesionales y académicas del país. Adicionalmente en Nicaragua existe una tensión entre los costos reales de este tipo de formación y la inversión económica que los y las docentes están dispuestos a hacer en

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ella, sumado a la concepción prevaleciente de que la formación es responsabilidad de la Institución. Esto hace más pesada la carga financiera de la universidad. El rol formativo se plantea ayudar a formar habilidades intelectuales avanzadas (que tienen que ver con habilidades de pensamiento, pensamiento sistémico, pensamiento estratégico, metacognición, auto-conocimiento, solución creativa de problemas), analizar problemas éticos – profesionales en diferentes campos, la aplicación de métodos creativos e innovadores y la investigación corporativa. La Política de Formación de los y las docentes de la UCA cumple con tres roles fundamentales: el funcional, el social y el formativo. Un lugar preponderante ocupa la formación en valores ignacianos, que es lo que la distingue del resto de universidades. 4. Principios organizadores de la Política de Formación Docente. Frente a lo anterior, la Política de Formación Docente integra diversos ámbitos, niveles, actores y funciones. Todos ellos deben desarrollarse respetando los siguientes principios organizadores: o

Tomar en cuenta los conocimientos anteriores de los y las docentes, con el objetivo de facilitar la construcción de conocimientos, el cambio de viejas concepciones, lo que significa la promoción de aprendizajes significativos, puesto que no hay aprendizaje si no se reconstruyen los conocimientos y concepciones anteriores.

o

Partir de la experiencia profesional y académica de los y las docentes, y preparar condiciones que les permitan visualizar y diseñar nuevas formas y maneras de desarrollar sus prácticas docentes, entre ellas la planificación didáctica innovadora.

o

Tener presente la realidad concreta en que trabajan los y las docentes, para ello se debe utilizar, de manera privilegiada, metodologías y técnicas de estudios de casos, simulaciones y ejercicios de vinculación con su práctica. Adicionalmente se debe privilegiar el desarrollo de clases modelos y de experiencias prácticas en el aula.

o

Intentar que todos los espacios de formación permitan ejercitar las herramientas fundamentales de aprendizaje, especialmente las de la lectura comprensiva y la expresión oral y escrita. No nos olvidemos que los y las docentes, si experimentan procesos de aprendizaje significativos, tomarán experiencias de lo que vivan en su proceso de formación profesional para mejorar su práctica en el aula.

o

Organizar en los espacios de formación, situaciones que permitan promover los conflictos cognitivos y socio – cognitivos de tal manera que se puedan generar procesos de aprendizaje significativos, a través de la promoción de sesiones de reflexión personal y colectiva en torno a la propia práctica docente, además de una metodología que incorpore en la práctica diaria.

o

Planificar espacios para que los y las docentes puedan equivocarse, crear e innovar. Una buena práctica es la de la creación de los llamados “espacios protegidos” 6.

6

Se trata de una estrategia en la que se crean situaciones para que los participantes tengan la posibilidad de plantearse múltiples salidas para un problema, experimentarlas, valorarlas y reconstruirlas en colectivo sin que esos procesos sean sancionados con una calificación, un juicio de valor o una opinión del formador.

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o

Crear espacios de reflexión y construcción colectiva en torno a la teoría y la práctica innovadora que se experimente. Este espacio podría promoverse a lo interno del Movimiento Pedagógico de la UCA. Adicionalmente, se promoverá la publicación de esas reflexiones en una especie de cuadernos de la práctica docente. Esto permitiría ir aportando a la construcción de nuevos conocimientos en el ámbito de la formación profesional de docentes universitarios.

7. Componentes de la Política de Formación Docente de la UCA. La Política de Formación Docente de la UCA está integrada por un conjunto de elementos interrelacionados entre sí que conforman un sistema. Estos elementos están vinculados a los ámbitos de acción de la política, los niveles de la formación y las estrategias que se implementarán. 1. Ámbitos de la formación. Los ámbitos de la formación son los siguientes: 1. Disciplinar, referido al perfeccionamiento de sus conocimientos, habilidades y destrezas en el campo específico de su especialidad. Este ámbito requiere de una experiencia considerable en el campo profesional de su especialidad. Todo profesor/a de la UCA debe contar con experiencia y vínculos profesionales permanentes en su campo. Un número de años de experiencia debería ser un requisito para la contratación y promoción de los docentes de la Universidad. Ninguna persona debería dedicarse a la docencia de una disciplina específica sin haber transitado por la práctica de la misma. Este ámbito está a cargo de las facultades en coordinación con la Vicerrectoría Académica y la Dirección de Postgrado y Formación Continua. 2. Pedagógico – Didáctico, referido a los conocimientos, competencias y capacidades en la enseñanza de su disciplina. Un profesor/a universitario/a debe ser también “una persona que ha recibido formación sistemática acerca de los conocimientos, habilidades y actitudes que la tarea docente exige y que garantizan la calidad de la enseñanza y la satisfacción de profesores y alumnos con la formación que dan y reciben” (Elton, 1993, 1995). Formarlo en este ámbito consiste en presentarle teorías y procedimientos que le permitan realizar cada vez más competentemente sus tareas, facilitar el proceso de resolución de los problemas docentes – discentes que a diario encuentra en su labor, enseñarle a aplicar con flexibilidad las distintas alternativas de solución de estos problemas y ofrecerle un modelo de profesor que le permita auto evaluar el desempeño de su labor y renovarse permanentemente. En este ámbito se incluye la formación para el uso de nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación. Este ámbito está a cargo de la Dirección de Postgrado y Formación Continua. 3. Identidad, referido al sentido de pertenencia y asunción de la misión de la Universidad que tienen los profesores/as. La identidad la podemos definir como un conjunto de características atributivas de la Institución, que siendo asumidas al

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menos por una masa crítica, tenderían a diferenciar a una Institución de otra. La identidad puede ser desagregada en un conjunto de variables, en nuestro caso la que más interesa es la identidad axiológica referida al conjunto de valores morales y profesionales que la UCA profesa. En esencia se trata de la ética entendida como un comportamiento moral, por lo menos en un conjunto mínimo de áreas de actividad. Con este ámbito de formación se pretende lograr una cada vez mayor identidad de los y las docentes con la Institución. Este ámbito está a cargo del Programa de Identidad y de las facultades. 4. Gestión, entendida como formación específica para la gerencia y administración de unidades educativas, sean estas direcciones superiores, facultades y departamentos. Es una formación dirigida a los directivos de la universidad en los diversos niveles. Este ámbito está a cargo de la Vicerrectoría Académica, la Dirección de Recursos Humanos y la Dirección de Postgrado y Formación Continua. De esta manera la Política de Formación Docente de la UCA está conformada por cuatro ámbitos de formación: disciplinar, pedagógico – didáctico, identidad y gestión educativa. 2. Sujetos y Niveles de la Política de Formación Docente. La Formación de Docentes de la UCA está diferenciada en un conjunto de niveles que son: 1. Personal directivo: integrado por decanos/as, secretarios académicos, directores/as de departamentos, coordinadores/as académicos de las facultades, coordinadores de postgrados y maestrías y directores de institutos y centros de investigación y extensión. Este es el nivel estratégico y prioritario de formación por cuanto se trata de los académicos que dirigen la Institución y que tienen a su cargo a otras personas y por ello son el fundamento en que se basa toda la actividad universitaria. 2. Docentes permanentes de la UCA: se trata del personal académico de tiempo completo, diferenciado por su ámbito de trabajo: pregrado y pos grado. Este grupo ocupa el segundo lugar de importancia dentro de la Política de Formación Docente de la UCA. 3. Docentes horarios de la UCA: se trata del personal académico contratado de manera temporal según dos ámbitos de trabajo: pregrado y posgrado. A pesar de constituir el último peldaño de prioridad de la Política de Formación, no por ello es menos importante. Hay que tomar en cuenta la importancia numérica que tienen en las tareas de docencia y son la principal cantera de reclutamiento de nuevos docentes. Adicionalmente en este nivel la UCA continuará haciendo un aporte a la educación superior del país, pues estará formando a docentes que enseñan en otras universidades, que se beneficiarán de esta inversión. Para cada uno de estos niveles se diseñará un Plan de Formación específico que responderá a sus necesidades particulares, las necesidades de la Institución y sus tipos

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de compromiso con la Universidad. Este Plan estará constituido por un conjunto de actividades de formación obligatorias y un conjunto de cursos optativos. 3. Estrategias de implementación de la Política de Formación Docente. Para atender a las particularidades de cada uno de los niveles de formación descritos en el apartado anterior, se contará con modalidades, estrategias y metodologías de trabajo y recursos tecnológicos diferenciados, intentando responder a las particularidades, necesidades, disposición, tiempo y recursos de cada nivel. En cuanto a las modalidades, se contará con talleres, seminarios, intercambios de experiencia, asesoría pedagógica, cursos virtuales, diplomados, de acuerdo a los requerimientos de cada nivel y dimensión de formación. Basándonos en la propuesta de Race (1998), impulsaremos modalidades de: o

Aprendizaje abierto, flexible, independiente, que permita al que aprende disponer de tiempo y espacio a su elección, y adaptar a su ritmo el proceso de aprendizaje. La tutoría es un elemento primordial, ya que apoya el proceso y sirve para diagnosticar posibles requisitos previos.

o

Aprendizaje de grupo, colaborativo, cooperativo. Aprender de otros es de vital importancia.

o

Aprendizaje a lo largo de la vida. El concepto de desarrollo profesional tiene aquí pleno sentido, y permite establecer etapas de formación acordes con la situación profesional y con objetivos, estrategias y enfoques diferenciados. Este aprendizaje puede ser de su disciplina y en las destrezas que requieran su lugar de trabajo y su papel en la institución.

o

Desarrollo de competencias transversales: procesos comunes a la enseñanza de todas las disciplinas: trabajo en equipo, comunicación oral y escrita, organización y planificación de la docencia, resolución de problemas y conflictos, información o documentación.

o

Las TICs: la comunicación por email, las fuentes documentales en red, el aprendizaje asistido por ordenador y el uso de internet desde una doble perspectiva: cómo enfrentar el proceso de enseñanza aprendizaje en el nuevo escenario de las comunicaciones y por otro cómo usar esas tecnologías para el propio desarrollo profesional.

o

Desarrollo de competencias y habilidades para la lectura comprensiva del idioma inglés para ampliar el acceso a las fuentes de información en la red y en revistas especializadas.

8. Condiciones para la implementación de la Política de Formación Docente. Una condición de posibilidad para el desarrollo de la Política de Formación Docente es contar con los recursos financieros necesarios, entendida como una inversión clave en el marco de la excelencia que distingue a la UCA. Esto implicará revisar los mecanismos de gestión de los recursos, vía facultades, existentes actualmente en la Universidad.

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En tanto esta Política formará parte de un complejo sistema institucional de políticas y programas, es necesario que la misma sea analizada, discutida y considerada en conjunto con otros elementos entre ellos, el más importante, es la Política de Recursos Humanos, en lo referente a la carrera docente de la Universidad y la política de retribución. Es importante que la Política de Formación Docente esté sintonizada con el Plan Estratégico de la Institución de tal manera que la estructura organizativa sea un medio de apoyo al desarrollo de la política, en la cual se deleguen y asuman responsabilidades específicas. 9. Evaluación de la Política de Formación Docente de la UCA. La política de formación docente se evaluará anualmente a través de un conjunto de indicadores que se establecen para cada Objetivo Específico y Meta. Se hará en el marco de cada uno de los Planes Estratégicos y Operativos de la UCA, estableciendo en el inicio de cada período una Línea de Base en la que se exprese el estado de cada indicador y midiendo los avances de los mismos en Líneas Intermedias y Finales. Esto, además de permitirnos evaluar los avances, nos proporcionará información en cuanto a las limitaciones, debilidades y errores que nos permitirá regular los Objetivos, Metas, Programas y Actividades. Se llevará un registro sistemático del desarrollo del Sistema de Formación en cada uno de sus componentes, lo que permitirá desarrollar un proceso de sistematización de experiencias que hará posible, procesos de aprendizaje institucional permanentes. La evaluación de la Política de Formación Docente incluirá una evaluación de los resultados de los aprendizajes de los y las docentes. Todas las instancias involucradas de la UCA participarán según su competencia en los diversos ámbitos de evaluación de la Política. 10. Objetivos de la Política de Formación Docente de la UCA. Objetivo General: Contribuir a la formación de docentes con las capacidades y habilidades académicas y personales que permitan dar respuesta a las necesidades presentes y futuras del docente y de la Universidad, asegurando la más alta calidad de los servicios que presta a la sociedad en correspondencia con la identidad ignaciana de la UCA. Objetivos Específicos: 1. Contar con un sistema de carrera académica que regula el ingreso y la promoción de sus docentes. 2. Brindar acceso a los y las docentes y personal de dirección de la UCA a grados académicos superiores para asegurar las competencias necesarias para el desarrollo de su carrera académica. 3. Formar al personal directivo de la UCA en conocimientos, competencias y habilidades para las funciones de gerencia y la gestión académica.

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4. Conformar un grupo de líderes, docentes y funcionarios, que promueven la identidad ignaciana. 5. Desarrollar en los y las docentes de la UCA, valores socioculturales y ética profesional que propicia un cambio de visión, de mentalidad, de actitudes y comportamiento para compartir y asumir la corresponsabilidad del proyecto educativo jesuita. 6. Formar a los y las docentes de la UCA en conocimientos, competencias y habilidades necesarias en el ámbito de su especialidad. 7. Formar a los y las docentes de la UCA en conocimientos y competencias pedagógicas, didácticas e investigativas para asegurar aprendizajes significativos en el alumnado. 8. Formar a los y las docentes de la UCA en conocimientos y habilidades para situar las asignaturas en el contexto, desarrollando la sensibilización y el compromiso social. 9. Potenciar los espacios de intercambio de experiencias, de debate, de intercambio de resultados de investigaciones y de crecimiento personal de los y las docentes de la UCA, que les permita llevar una vida académica enriquecedora. 10. Formar a los y las docentes de la UCA en el manejo de nuevas tecnologías en apoyo a los procesos de enseñanza-aprendizaje. Se anexa en formato Excel un cuadro con matriz en la que a partir de los objetivos específicos se han definido indicadores, estrategias, procesos a impulsar y productos a obtener. Igualmente se anexa el Plan Operativo 2006.

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