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Collahuasi construirá la nueva escuela de la comunidad de caleta Punta Lavapié en Arauco

lA iniciAtivA incluyó lA hAbilitAción de un estAblecimiento de emergenciA provisorio pArA gArAntizAr el Año escolAr 2023. el proyecto de infrAestructurA educAcionAl, que reAlizArá lA fundAción educAcionAl collAhuAsi, se contemplA entregAr el próximo Año

Tras los incendios forestales en el sur del país durante febrero y que aún siguen siendo controlados, Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi ha desplegado una serie de apoyos destinados a mitigar los efectos de esta contingencia. De esta manera, en el primer lunes de marzo y en el marco del inicio de año escolar 2023, la compañía minera se comprometió con la reconstrucción de la Escuela Básica Jorge Iván Valenzuela Zúñiga en caleta Punta Lavapié en la comuna de Arauco, la que resultó con pérdida total producto del fuego.

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El objetivo de esta iniciativa es asegurar la continuidad de estudios de los 146 niños que estudian en el establecimiento, lo que se concretó gracias a una articulación efectiva con el Ministerio de Educación a través de la seremi en la zona,

Gobierno Regional del Biobío, Municipalidad de Arauco y autoridades de dicha región, donde se estableció un plan de trabajo que considera la habilitación de un establecimiento de emergencia en marzo de 2023, para posteriormente iniciar el diseño y construcción de un nuevo plantel escolar que estará operativo el próximo año.

La implementación del recinto estudiantil provisorio permitió, desde dicha localidad, dar comienzo oficial al presente año escolar en todo el país. La actividad contempló una ceremonia en Punta Lavapié con la presencia del Presidente de la República, Gabriel Boric; el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila; y otras autoridades nacionales y regionales.

Al respecto, el presidente Boric puntualizó que un plantel escolar temporal no debe ser una medida definitiva, por lo que “nos hemos comprometido con los más de 140 estudiantes de la Escuela Jorge Iván Valenzuela que en este mismo terreno, donde estaba ubicada su escuela, tendrán un nuevo establecimiento acorde a sus necesidades. Eso será gracias a la alianza entre el Estado y el sector privado”.

Acerca de esta alianza virtuosa con el Gobierno, el vicepresidente de Desarrollo y Sustentabilidad de Collahuasi, Mario Quiñones, destacó que “llevamos 12 años aprendiendo y haciendo un modelo de excelencia educacional, con el estándar que trabajamos día a día en la operación de Collahuasi. A partir de esa experiencia, pusimos a disposición nuestro trabajo para apoyar a las familias de Punta Lavapié. Estamos orgullosos de representar a la Región de Tarapacá con una instalación de primer nivel, que permitirá que los estudiantes puedan retomar su vida escolar en su sector y no tengan la necesidad de desplazarse hacia otros puntos de la zona”.

Las dependencias temporales -que recibirán en jornadas matutina y tarde a niños desde preescolar hasta octavo básico- fueron implementadas en espacios de un templo evangélico de Punta Lavapié y de una junta de vecinos, con recursos y mobiliario escolar aportados por Collahuasi. Los trabajos se enfocaron en habilitar salas de clases, baños modulares, cocina, comedor y otras instalaciones que facilitarán el quehacer educativo este año.

“El aporte que hizo Collahuasi fue el puntapié inicial para que esto fuera posible en tan corto plazo. Es importante tener a nuestros niños de regreso en clases, después de todo lo que vivieron con esta catástrofe. La nueva escuela que construirá la Fundación Educacional Collahuasi es un sueño y, a la vez, la oportunidad de contar con un establecimiento con instalaciones más modernas”, sostuvo Susan Saavedra, directora de la Escuela Básica Jorge Iván Valenzuela. Asimismo, el alumno Matías Bastidas manifestó su alegría por este retorno a clases. “Me parece bien volver, porque mis compañeros y yo sabíamos que no podríamos aprender sin una escuela. Estoy muy contento con estas salas, porque seguiré aprendiendo matemáticas, inglés y religión, que son los ramos que más me gustan. El próximo año vamos a tener una escuela mucho más grande”, afirmó. en el mArco de su visitA A lA región de tArApAcá, el mAndAtArio se trAslAdó hAstA lA locAlidAd ubicAdA en lA comunA de huArA, donde compArtió con fAmiliAres de detenidos desApArecidos. en lA oportunidAd tAmbién depositó unA ofrendA florAl en lA fosA de pisAguA

Una profunda reflexión en torno al quiebre de la democracia y la importancia de cerrar las heridas con verdad y justicia, realizó el presidente Gabriel Boric en su reciente visita a Pisagua, específicamente en el memorial de los ejecutados políticos. “Sólo con verdad, con justicia, con reparación, y con la garantía de no repetición, podremos -de alguna manera- estar a la altura de las personas que sufrieron la persecución y la muerte, por el simple hecho de pensar distinto y querer construir un mundo mejor. Sólo con un compromiso inquebrantable por encontrar a nuestros detenidos desaparecidos, podremos construir un futuro más humano y más libre para todos y todas”, dijo el mandatario.

El presidente recorrió el cementerio de Pisagua y depositó una ofrenda floral en la fosa de los fusilados políticos. “Quiero que sepan que mi presencia acá en pleno uso, en plena ejecución del cargo de Presidente de la República, tiene que ver con que no olvidaremos jamás a quienes aquí cayeron, a quienes aquí vieron morir a sus amigos. O a quienes aprendieron a respetar en las cárceles, en las mazmorras o en las catacum- bas. A quienes sobrevivieron y fueron testigos del hallazgo, a comienzos de junio de 1990, de la fosa con 21 cuerpos, de 21 compatriotas cobarde y vilmente asesinados”.

El presidente Gabriel Boric reiteró el compromiso del gobierno de seguir haciendo esfuerzos por encontrar el paradero de quienes aún permanecen desaparecidos. “Por eso, desde el Gobierno, nos hemos comprometido (porque nos duele, nos desgarra el corazón, el alma y no solamente el alma humana, sino el alma de la patria, saber que hay quienes todavía buscan a sus seres queridos), implementar en conjunto con las agrupaciones de familiares de detenidos desaparecidos, un plan nacional de búsqueda”.

El mandatario reconoció que será algo difícil, pero no por ello menos importante… “Ha pasado mucho tiempo; va a ser difícil… el éxito es improbable, pero tenemos el deber moral de no dejar jamás de buscar a quienes faltan, a quienes fueron asesinados y hechos desaparecer por sus ideas y por defender la libertad del hombre y mujer de nuestra patria. En septiembre próximo, cuando se cumplan 50 años de la tragedia que se abatió sobre nuestra Patria, que trajo muerte, dolor, exilio, pobreza, desarraigo y que no admite negacionismo, el “Nunca Más” que encabeza el monolito de este memorial debe estar más presente que nunca en nuestra convivencia cotidiana”.

“Quizás, haya quienes -esperemos que no- traten de culpar a los muertos o a los torturados de lo que sucedió en Chile. No lo vamos a permitir, porque sólo una condena histórica transversal y una mirada común sobre las atrocidades del pasado, sobre el valor irrestricto de los derechos humanos en todo tiempo, en toda época, independiente de colores políticos, con una mirada común respecto del valor e importancia de la democracia, vamos a poder hacer frente a las amenazas que acechan justamente a las democracias a lo largo de todo el mundo”.

El presidente fue recibido con grandes muestras de cariño y emoción por parte de los ex prisioneras y prisioneros políticos de Pisagua y las agrupaciones de defensa de los derechos humanos de Tarapacá. Momentos antes de este emotivo mensaje, el Presidente Boric, ingresó a este espacio memorial, cami- nando a pie por el cementerio, acompañado de Juan Araya, ex prisionero en Pisagua; Engracia Palominos, familiar de ejecutado y expresos de Pisagua; Juan Carlos Zavala, quien cada aniversario del hallazgo de la fosa clandestina, organiza un acto de homenaje a los asesinados. También se sumaron a este sentido recorrido, Luis Caroca, ex prisionero político y dirigente y activista de derechos Humanos, al igual que Patricia Fuentes, una de las prisioneras más jóvenes que pasaron por ese centro de prisión y exterminio.

Seminario “HUANTAJAYA Y LA RUTA DE LA PLATA”, una de las últimas actividades del proyecto FIC

lA jornAdA que se reAlizó en el centro culturAl de Alto hospicio, se dividió en dos bloques donde de lA mAno de exponentes de renombre nAcionAl e internAcionAl, se dio A conocer importAnte informAción sobre el monumento histórico de sAn Agustín de huAntAjAyA.

Con gran éxito se desarrolló el seminario “Huantajaya y la Ruta de la Plata”, instancia que congregó a más de 120 personas en el Centro Cultural de Alto Hospicio. El objetivo era conocer mucho más sobre el asentamiento minero San Agustín de Huantajaya, de la mano de expositores de renombre nacional e internacional.

Este seminario, que fue organizado por el proyecto FIC Huantajaya: Difusión y Rescate del Patrimonio Platero Regional con el apoyo de la Municipalidad de Alto Hospicio contó, en la primera mesa, con las exposiciones del doctor Luis Castro Castro, el doctor (c) Damián Lo Chávez, el doctor Pablo Méndez-Quiros Aranda, la doctora María Concepción Gavira, desde México, y la doctora Esther Aillón que realizó su ponencia desde Bolivia.

Por otro lado, la jornada de la tarde comenzó con la charla magistral del doctor Julio Aguilar, quien expuso su ponencia desde Estados Unidos, para dar posterior inicio a la segunda mesa en la que estuvieron presentes el doctor Carlos Donoso Rojas, el magiser Paulo Lanas Castillo, y, desde Italia, la doctora Tiziana Palmiero y el doctor Franco Daponte.

“Agradecemos a todas las personas que nos acompañaron en este seminario y, a los expositores, por la transmisión de conocimiento de tan alta calidad. Como proyecto estamos muy contentos de cerrar nuestras actividades precisamente con este seminario en el cual expresamos parte del sentir de lo que buscamos como equipo que es dar realce a una importante parte de nuestra historia regional”, comentó Nicolás Lang, coordinador del proyecto.

Apreciaciones

El antropólogo social, Patricio Arriaza, el seminario fue una gran oportunidad para dar realce a nuestro patrimonio. “Esta actividad ha sido excelente ya que se rescata parte de la historia regional que está un poco escondida y que es un hito, principalmente, para la actual comuna de Alto Hospicio, lugar que tiene un patrimonio que mostrar, desarrollar y proyectar al futuro. Agradecer a los profesionales que forman parte de este proyecto, el cual, sin lugar a dudas, será un precedente para las futuras cosas que se quieran realizar en torno a Huantajaya y su historia”.

Asimismo, y en representación de los expositores que lideraron la jornada, el doctor (c) Damián Lo Chávez, indició que “es un gusto formar parte de este tipo de iniciativas, sobre todo cuando se palpa el interés de las personas en una temática o rama que, en ocasiones, no es muy cercana para toda la comunidad. Destacar el trabajo de las profesionales del FIC y de la Universidad de Tarapacá por la calidad de los expositores que aquí nos reunimos para conversar y dar a conocer el aporte que tuvo el asentamiento San Agustín de Huantajaya, el cual, sin lugar a dudas, fue un referente para lo que es hoy en la actualidad la comuna de Alto Hospicio”.

POTOSÍ: la capital del mundo vive de sus memorias y de la plata que aún se explota

hubo un tiempo en el que lA plAtA dominAbA el mundo, un tiempo en el que un pequeño pueblo boliviAno se encontrAbA entre lAs ciudAdes más ricAs del plAnetA hoy, unos 400 Años después de hAber movido el mundo con su plAtA, boliviA ni siquierA fAbricA su propiA monedA.

Ya lo dijo Cervantes, las cosas valiosas “valen un Potosí”. Durante los siglos XVI y XVII Potosí fue una de las ciudades más importantes del mundo y aquí, como en cualquier lugar en su época, la riqueza tenía nombre propio: plata. Hoy Potosí sigue viviendo a duras penas de su plata pero su historia y su ya extinta grandiosidad sigue atrayendo a viajeros de todo el mundo, otro pequeño motor para su tímida economía.

Potosí es su cerro, su Cerro Rico, donde un buen día de enero de 1545 un pastor quechua llamado Diego Huallpa se perdió con sus llamas y al por: RobeRto rUiz (*) hacer una hoguera para pasar la noche descubrió que algo brillaba en la tierra. Era plata. Y claro, la fiebre de la plata española no tardó en llegar y tomar posesión del cerro en abril de ese mismo año con Juan Villarroel a la cabeza.

Un buen día de enero de 1545 un pastor quechua llamado Diego Huallpa se perdió con sus llamas y al hacer una hoguera para pasar la noche descubrió que algo brillaba en la tierra.

Era plata.

Desde ese momento Potosí comenzó a crecer a un ritmo desenfrenado. “En 1573 Potosí tenía la misma población que Londres y más habitantes que Sevilla, Madrid, Roma o París. Hacia 1650, un nuevo censo adjudicaba a Potosí 160.000 habitantes. Era una de las ciudades más grandes y más ricas del mundo” dice Eduardo Galeano en Las venas abiertas de América Latina.

Casa De Moneda

Para comprender la grandiosidad que alcanzó la ciudad es fundamental visitar la Casa de la Moneda de Potosí, hoy convertida en museo. Un firme edificio colonial, de patios interiores y balcones de madera construido entre 1759 y 1773. El museo conserva toda la maquinaria encargada de procesar la plata que era extraída del cerro. Su antecesora hizo lo propio desde 1572 durante 212 años y es que de Potosí salió tanta plata, tantísima, que se decía que con ella se podía haber construido un puente desde allí hasta España. También oirás, sin embargo, que este puente se podría haber cubierto con los cuerpos de los esclavos que murieron trabajando en la mina…

El museo mantiene intactas las instalaciones de entonces, tanto los primeros mecanismos de madera movi- dos por mulas y las siguientes más modernas empujadas por vapor como hasta las últimas que usaban energía eléctrica.

En su época de esplendor el cerro ofrecía vetas de plata de metro y medio de ancho, hoy encontrar alguna de centímetro y medio ya es todo un éxito.

Potosí se sitúa a unos 3.900 metros sobre el nivel del mar y al pie de una pequeña montaña que marca su paisaje, el conocido como Cerro Rico. De él salió toda esa plata que volvió locos a los españoles y revolucionó el mundo entero. Hoy, aunque a duras penas, sigue en activo produciendo algo de plata y otros minerales, y con él se mantiene gran parte de la economía de la actual Potosí.

No te haces una idea de lo que el Cerro Rico fue y sigue siendo hoy en día hasta que no entras en su interior. Por unos 14 mil pesos chilenos puedes formar parte de una de las visitas organizadas para turistas que entran en sus galerías. Pero cuidado, este tipo de tour no es apto para cualquiera, si sufres de asma o claustrofobia más vale que ni te lo plantees, las condiciones una vez dentro de la mina pueden ser extremas y lo que verás en las entrañas de la montaña puede ser sobrecogedor.

Tour De Plata

La primera parada del tour es el mercado minero donde los trabajadores de la mina compran todo lo necesario. Como lo oyes, la explotación de la mina corre a cargo de cooperativas y cada minero ha de buscarse la vida, comprar su propio material, su propia dinamita, sus hojas de coca para mascar y encontrar un lugar en el que picar. Allí, en el mercado, los turistas pueden comprar regalos para los mineros que verán en el interior de la mina. Llevar un refresco está bien, pero llevar un cartucho de dinamita está mucho mejor.

El Cerro Rico es un auténtico hormiguero donde hay excavados unos 500 km de túneles en los que trabajan 37 cooperativas. Una maraña de galerías, todas conectadas entre ellas, donde la luz del foco de tu frente es tu única iluminación. Entras en la mina y ves túneles hacia todos lados: derecha, izquierda, arriba, abajo… por todos ellos deberás pasar entre agachado y muy agachado para no golpear el casco constan- temente contra el techo. Los tablones de eucalipto aguantan enormes piedras que ponen en duda la resistencia de la madera cuando las ves sobre tu cabeza.

En cada galería, del éxito de los mineros se encarga “el Tío”, una figura humana con cabeza de Lucifer a la que se llevan regalos como alcohol, cigarrillos u hojas de coca para que haya suerte en la excavación. La Pachamama, la Madre Tierra, es la encargada de la seguridad de los mineros y por eso conviene no enfadarla y ofrecerle algo de bebida antes de beber nosotros mismos.

En la mina todo es estrecho, polvoriento y agobiante. Los gases lo impregnan todo y el acceso por algunos túneles llega a ser realmente complicado. Dentro, en la profundidad, se encuentran los mineros. De 6 de la mañana a 5 de la tarde se esfuerzan por encontrar una plata que ya casi no existe. En su época de esplendor el cerro ofrecía vetas de plata de metro y medio de ancho, hoy encontrar alguna de centímetro y medio ya es todo un éxito. La que queda es de poca calidad, de una Ley baja, y se exporta principalmente a Asia para la fabricación de electrónica.

Los expertos no le dan más de 10 años a la plata de Potosí hasta agotarse por completo. Cuando eso ocurra el sustento de Potosí se habrá acabado, y es que si hace cinco años se contaban 16.000 mineros hoy hay apenas 10.000. Y con razón, la plata escasea y las estadísticas de la mina son negras: cada mes fallecen en ellas unos 15 mineros, 10 de ellos en accidentes por derrumbes y explosiones y 5 por cáncer de pulmón. Hoy, como hace 400 años, el Cerro Rico de Potosí sigue cobrándose sus víctimas, y eso, cuando lo conoces en persona dentro de la mina bajo toneladas de tierra explotada hasta la saciedad, marca para siempre a cualquiera de sus visitantes.

(*) eldiario.es el cerro rico de poTosí borbónico

Aparentemente descubierto en 1545, el Cerro Rico es un cuello volcánico erosionado que sobresale a 4,782 m. o 16.000 pies sobre el nivel del mar, con media docena de vetas mayores y más de cien vetas menores, todas extraordinariamente ricas en plata. La primera imagen icónica del Cerro de Potosí apareció en la crónica de Pedro de Cieza de León en 1549. La improbable ciudad al pie de la montaña de plata le impactó, pero más aún el Cerro Rico. Cieza dibujó la montaña y la ciudad y entregó el boceto junto con su manuscrito a un editor en Sevilla. El grabado en madera de 1553 pronto dio la vuelta al mundo, copiándose y modificándose para adaptarse a los deseos y fantasías de príncipes, inversores y posibles descubridores.

Con las reformas borbónicas ilustradas del siglo XVIII, que incluyeron la reducción a la mitad del impuesto de un quinto a un décimo (1736), la creación de una caja de ahorros (1747) y la reforma de la mita (c.1750), el Cerro Rico empezó un larga y lenta recuperación. Se abrió una nueva casa de la moneda en 1773, dotada con equipamientos de última generación, y se buscó asesoramiento sobre minería y procedimientos de beneficio de metales en todo el norte de Europa. La racionalización de la minería y los métodos de beneficio implicaron una nueva visión menos orgánica del Cerro Rico, como se observa en el diagrama de 1772, que pretende “cuadrar los círculos” y llegar al pie de la montaña.

Las reformas borbónicas dieron sus frutos, aunque con un gran coste humano. La producción se disparó en la década de 1790 cuando los operarios de la mita trabajaron más duro aún que en el pasado, aumentando progresivamente sus cuotas de mineral y la tasa de consumo de mercurio en las refinerías ensució más agua y aire que en cualquier otro momento desde finales del siglo XVI. Sin embargo, las nuevas tecnologías y los regímenes de trabajo más exigentes no pudieron resolver todos los problemas y a medida que las minas de Cerro Rico se hicieron más profundas, el trabajo se encareció y se volvieron más propensas a las inundaciones y a los derrumbes, hasta terminar agotándose.

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