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I Educación

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I Para daruna mano

I Para daruna mano

Dar es dar

Más de 1.700 chicas y chicos reciben becas para sostener sus estudios, como parte del padrinazgo de Fonbec. La fundación procura la continuidad educativa de estudiantes que están en situación de vulnerabilidad social.

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TEXTO VERA LAUCKNER

Donar a alguien y no a algo. Eso es lo que hace Fonbec, que significa Fondo de Becas para Estudiantes y es una fundación que existe desde 1999, con el objetivo de sostener el rendimiento académico de chicos argentinos que están en una situación de vulnerabilidad. La organización llega a los y las estudiantes a través de mediadores: voluntarios que trabajan en escuelas, parroquias y otros centros.

Son quienes establecen el contacto entre alumnos de primaria, secundaria o nivel universitario con la funda-

ción. Después, Fonbec les otorga una beca, a través del padrinazgo de personas que aportan mensualmente a su educación.

“Nuestros postulantes son chicos que tienen un compromiso con la educación. Lo que nosotros hacemos es acompañar para que terminen el proceso escolar”, dice Sandra Busquets, coordinadora de Fonbec del área de Buenos Aires.

Padrinos y madrinas

Florencia fue becada durante seis años de secundaria y cuatro de carrera. Se recibió a fines de 2019 de psicopedagoga. En el camino tuvo cuatro madrinas, pero hay una que recuerda especialmente: “La conocí en el encuentro anual de Fonbec y le conté que no sabía qué estudiar después del colegio. Ella me contó que era psicopedagoga y me gustó”. Florencia agrega: “Fueron diez años de un gran acompañamiento. Nunca me sentí sola”.

Los becados, también llamados ahijados, escriben una carta a su padrino o madrina cada dos meses. “Esto es lo que marca la diferencia con otros programas de becas: la donación va directo al chico y, cada dos meses, también enviamos el boletín del colegio. Hay padrinos que a veces van a las casas para los cumpleaños”, explica Sandra Busquets.

Valeria estudia en una escuela secundaria técnica de Benavídez, donde pasó a tercer año. Desde hace dos años, también forma parte del programa de becas que le ayuda a conseguir fotocopias, útiles y conectividad. Cada dos meses, le escribe a su padrino sobre la escuela, lo que le gusta y qué quiere estudiar. Hace poco, él le regaló un libro de Harry Potter. En 2019, después de atravesar un embarazo con 15 años de edad, Bianca se sumó al programa de becas que le ayudó a termi-

nar el colegio. Este año empieza la Licenciatura en Ciencias Ambientales, en la Universidad de Avellaneda. Además dice que su vocación es la docencia y va a hacer el profesorado en el barrio 21-24, de la ciudad de Buenos Aires, donde vive. “Hablo con mi madrina por whassap, pero todavía no pude conocerla personalmente. Espero que este año se pueda dar”, cuenta.

Actualmente hay 1.750 becados y 1.200 donantes en todo el país. También, muchas empresas aportan a través de sus programas de responsabilidad social. “Cada padrino le salva la vida a un estudiante. Cuando alguien los mira y acompaña, mejora muchísimo el rendimiento académico”, concluye Busquets.

“La donación va directo al chico y,cada dos meses,también enviamos el boletín del colegio. Hay padrinos que a veces van a las casas para los cumpleaños”, Sandra Busquets,de Fonbec.

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