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Lo que viene con la Ley de etiquetado

La nueva normativa es fundamental para explicitar la información nutricional de los alimentos envasados. Cómo impactarán estas medidas entre las cooperativas productoras de comida.

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Red de Alimentos Cooperativos

TEXTO MICAEL RICCO

“Exceso de sodio”; “Alto en azúcares”; “Contiene cafeína”; "Alto en grasas saturadas”, son advertencias que ya se pueden leer en países como Uruguay y México y que pronto van a formar parte del paisaje cotidiano en supermercados, kioscos y otros locales que vendan alimentos envasados. La ley 27.642/2021, aprobada en la cámara de Diputados a fines de octubre, significó el corolario de una lucha iniciada hace varios años por entidades y especialistas en nutrición, con el objetivo de evidenciar aquellos productos que contienen ingredientes insalubres y promover una alimentación más sana y natural.

La reglamentación, si bien no va a dar por tierra con los problemas estructurales, puede ser un aporte fundamental, en un país donde el hambre afecta a miles de personas, sobre todo a los niños de los sectores más vulnerables. Según los resultados del Indicador Barrial de Situación Nutricional (Ibsn), realizado en el marco del Observatorio Argentina Contra el Hambre, entre diciembre de 2020 y febrero de 2021, más del 42 por ciento de los niños y adolescentes que asistían a comedores y merenderos presentaba malnutrición.

En la otra cara de la moneda, la obligación de incluir las etiquetas con las leyendas que indican la presencia de elementos nocivos también supone una nueva reconfiguración en el diseño del envase, tanto para las grandes industrias como para las pymes.

El problema de raíz

“En principio, la Ley es un gran avance para conocer la verdadera calidad de los alimentos, pero no termina de solucionar el problema central. Tenemos una larga trayectoria

de carencia alimentaria centrada en la priorización del interés económico por sobre la nutrición real”, asegura Javier Rodríguez, ingeniero agrónomo y fundador de la cooperativa Cauqueva.

Desde 1996, la institución nuclea a pequeños productores agropecuarios de Jujuy, y se especializa en la fabricación y distribución de alimentos a base de maíz, quínoa, papa y especias. Rodríguez entiende que es fundamental evaluar el alcance de la ley y la posibilidad de su implementación a corto plazo, teniendo en cuenta que la misma iniciativa se ha modificado o diluido en otros países, debido la demora en su aplicación.

“También hay que tener en cuenta otros factores, como la utilización de glifosato como pesticida y la presencia de transgénicos, que terminan siendo perjudicia-

les para la salud. Se deben modificar las normativas en general, ya que hay muchísimos alimentos fabricados por las grandes empresas dentro de la ley más allá de su insalubridad”, agrega.

El ingeniero está convencido de que la Ley no va a afectar en gran medida los costos de fabricación y venta de sus productos en particular, ya que están hechos con materia prima natural, sin presencia de grasas trans o aditivos.

“Hay que ver qué pasa con los azúcares; en ese caso, quizá los alfajores tengan etiqueta. Respecto del sodio, con los chizitos y las galletas nos manejamos según los valores permitidos. Más allá de todo, si la aplicación nos incluye, nos adaptaremos con gusto”, destaca.

A desconcentrar

En diálogo con Tercer Sector, Fabián Pierucci, presidente de la cooperativa La Litoraleña, asegura estar totalmente de acuerdo con la Ley, e incluso remarca que el colectivo participó en las convocatorias previas a su sanción en el Congreso.

“Va a requerir una inversión y un tiempo de implementación, hay que modificar las matrices de empaquetado, pero es una responsabilidad social que los productores indiquemos claramente cuál es el contenido de nuestras fabricaciones. Además, la información para contar con una alimentación saludable y sustentable es un derecho fundamental de los consumidores”, subraya Pierucci, Sin embargo, en la misma línea que Rodríguez, el cooperativista asegura que la Ley es un paliativo que lejos está de solucionar el problema central de la alimentación del país. El economista explica que la concentración de riqueza y la monopolización de la producción son los principales obstáculos a la hora de acceder a una alimentación saludable y abarcativa.

Innovación y focalización

La red Alimentos Cooperativos es una entidad abocada a la agroecología y la formación de cadenas para que pequeños agricultores de todo el país industrialicen y comercialicen sus productos. Ignacio Vila, director y principal refe-

rente de la cooperativa, explica que desde hace 30 años se viene desarrollando una fuerte transformación negativa en la gran industria alimenticia. “Hay productos compuestos por una serie de insumos, que poco tienen que ver con alimentar a la sociedad: obleas bañadas en chocolate que no tienen chocolate, yogures de frutas que no tienen frutas, mermeladas con más de 10 componentes incomprensibles. Incluso, uno encuentra frases como ‘este producto puede tener derivados de la soja’, en botellas de vino”, enumera Vila. En este sentido, el cooperativista enfatiza que la Ley es un avance importante en términos de derechos ciudadanos, sobre todo para que las personas puedan conocer un poco acerca de lo que están consumiendo. “De todas formas, también es indispensable potenciar y ayudar al desarrollo del sector cooperativo y la agricultura familiar, actualizar la tecnología para las pequeña y mediana escalas, y mejorar la infraestructura rural”, concluye.

“La ley es un gran avance para conocer la verdadera calidad de los alimentos,pero no termina de solucionar el problema central.”Javier Rodríguez,cooperativa Cauqueva.

Cauqueva

CÓMO CONECTARSE

Cauqueva:www.cauqueva.org,ar La Litoraleña:(011) 48548082

Red de Alimentos Cooperativos:

www.alimentoscooperativos.com.ar

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