TERCIOPELO
by
CHINA
TERCIOPELO Abril 2016 STAFF DE TERCIOPELO
Imagen tapa Belleza en acción Artista: Cheng Shifa, 1978 Imagen contratapa Mujeres preparando la seda, pintura del Emperador Huizong, Dinastía Song, Siglo XII
Directora Editorial Analía Yaker Valle Editora Agustina Fornasier Columnistas Bárbara Brizzi Andrea Castro Alejandra Espector ISSN: 2250 - 7477
Editorial........................5 En cine..........................6 En historia....................12 En escena.....................14 En arte..........................21
Terciopelo es una revista virtual propiedad del Centro de Moda y Textil. Estudio e Investigación. Se prohíbe la reproducción total o parcial del material publicado
Centrodemodaytextil@gmail.com
2
Editorial Por
Analía Yaker Valle Directora editorial
E
stamos rodeados por inventos chinos. Y esto no está dicho como broma. Literalmente cientos de objetos a los que estamos más que acostumbras y forman parte de nuestro día a día, tiene su origen en China.Tomando distancia del “made in China” de gran parte de las etiquetas de la ropa que usamos, elementos tan habituales como el paraguas (o almeno ssu estructura) fueorn un invento chino. Lo que hace milenios se construyó con caña de bambú para crear el armazón y papel de arroz para la cubierta, hoy es imitado con metal y tela impermeable. Para quienes sufren el calor intenso del verano, un abanico suele ser el mejor aliado para sobrevivir los intensos días de más de 30 grados en la ciudad, y este mismo gesto es el que narra, una de las leyendas de su origen que cuenta que ...durante la festividad de las antorchas, la bella Kau-Si, hija de un mandarín, sofocada por el calor se quitó el antifaz que preservaba su intimidad, y con gesto nervioso y energía singular lo agitó ante su nariz llegando a formar una cortina que, además de lograr que su rostro siguiera invisible para los curiosos -por estar prohibida su visión a los hombres-, refrescó el aire que la circundaba; el gesto atrevido, pero inteligente, fue imitado por el resto de las damas que la acompañaban, para general alivio. Obviamente que sabemos que el arroz también proviene del lejano país, pero debemos sumarle los fideos (claramente a base del mencionado grano), múltiples especias, como el oregano, la pimienta, el papel, la imprenta por medios de sellos de madera, y la pólvora que tanto cambió la dinámica del combate a lo largo de la historia, y por supuesto los fuegos artificiales que le dieron a este hallazgo una finalidad infinitamente más agradable. Pero claro está que para el tema que nos nuclea la Seda es por lejos uno de los legados más maravillosos de la China Imperial. Fibra natural de origen animal, producida por las larvas del Bombix Mori o más familiarmente conocido como el gusano de seda, que emite este filamente para crear su capullo.La leyenda dice que ya por entonces la Emperatriz de China Xi Ling-Shi usaba vestidos de seda. Al principio fue un tejido reservado exclusivamente a los miembros de la familia imperial china, tanto para su propio uso como para ser regalado. Siendo su valor mucho más apreciado al punto de igualarse con el oro. Historias sobre este maravilloso textil cuyo brillo y suavidad son innigualables y que hasta posee sonido propio (la verdadera seda natural produce un sonido cuasi crujiente con el roce del movimiento) se extendieron hasta Europa occidental lo que hizo que aventureros como Marco Polo se adentraran en las exóticas y distantes tierras imperiales para poder obtenerlo. Así y con el correr de los siglos se fue extendiendo la ruta de comercio más conocida: La Ruta de la Seda, que unió China hasta Estambul y de allí hasta Venecia, París o Granada. Históricamente se supo que las riquezas del mundo provenían del Oriente Lejano (si bien no solamente China, visitaremos otras culturas como India y Japón en futuras ediciones). El inmenso poderío de la estructura imperial creo una halo de misterio y fascinación entorno al país y su cultura que data del siglo XXI a. C... hechizó que se mantiene hasta hoy.
5
En cine
Chin Chin China El Oriente en general y, en este caso China en particular, ha producido una fascinación muy especial en Occidente. Su sola mención dispara la imaginación a lugares remotos, colores encendidos y costumbres que se nos hacen algo ajenas pero no por eso menos interesante; por el contrario, más atractivas.
Por Bárbara Brizzi
M
uchas producciones van llegando a las salas vernáculas a veces esporádicamente, a veces, arrastradas por los vientos de la moda y siempre recibidas por un grupo de gustadores entusiasmados por dejarse llevar por las intrincadas historias, los personajes increíbles y las imágenes subyugantes. También el cine occidental se ha ocupado de oriente muchas veces y de distintas maneras. Nos sumergiremos, entonces, en los meandros de esta filmografía tan particular tratando de hacer una aproximación desde distintos ángulos. Posiblemente, la primera imagen que aparece en nuestras cabecitas tan abarrotadas de todo tipo de representaciones, sea la de El Último Emperador y la carita regordeta del niño-gobernante. Esta película dirigida por Bernardo Bertolucci y estrenada en 1987 ganó nueve premios Oscar, entre ellos Mejor Director, Mejor Película, Mejor Dirección Artística y Mejor Vestuario diseñado por el magnífico James Acheson. Esta biopic nos sitúa frente a Puyi, el pequeño que,
con sólo tres años subió al trono y fue venerado como deidad. El rojo domina gran parte de las escenas. Un rojo pleno y brillante que acentúa el dramatismo y, gracias a un vestuario y ambientación perfectos logra que nos sumerjamos en la mágica máquina del tiempo que conduce Bertolucci. El amarillo vibrante contrasta, en algunos momentos con ese rojo, haciéndolo aún más intenso. Belleza pura en contrapunto con una historia dura.
6
Las costumbres lejanas y ajenas se ven muy bien reflejadas en La linterna roja o Esposas y concubinas, como se la conoció en nuestro país. Este film de Zhang Yimou, director muy amado en estas latitudes, estrenado en 1991 cuenta los celos, las zancadillas y las traiciones llevadas a cabo por las mujeres que conviven en la misma casa tratando de recibir los favores de su esposo. La linterna roja a la que refiere el título en España justamente es el símbolo que marca que el esposo visitará a la preferida de esa noche. Otra vez el rojo como un protagonista más de la trama. Otra vez una factura fílmica impecable. Masajes relajantes, un ritmo algo moroso por momentos, con sonido amortiguado y un protagonista masculino al cual no le conocemos la cara, dando la idea de que no es él quien importa en esta historia, sino sus mujeres y sus acciones.
Esposas y Concubinas (1991)
Problemas de alcoba, una historia compleja, cambios de política, traición, intriga, travestismo y más. Adiós a mi concubina, la película dirigida por Chen Kaige y estrenada en 1993 presenta al actor Leslie Cheung en un papel duro y complejo para el que contó con el magistral apoyo del vestuario diseñado por Chen Changwei y un maquillaje que le hace los honores.
Adiós a mi concubina (1993)
Won Kar Wai, nacido en Hong Kong, se ha convertido en un director de culto para los cinéfilos argentinos y llegó a las pantallas vernáculas en 2000 con la película Con ánimo de amar. Una historia íntima y entrañable protagonizada por la bella Maggie Cheung para quien el vestuarista William Chang imaginó una colección de vestidos al estilo clásico chino (quipao) y realizó el mismo modelo en distintas telas y colores en una original forma de marcar el paso del tiempo. Ella y Tony Leung viven un romance en la Hong Kong de la década del ´60. Un romance sutil, delicado, en algo empujado por la infidelidad de los cónyuges de ambos y que recuerda veladamente la obra Lo que no fue de Noël Coward. Miradas, silencios y el humo del tabaco envolviendo esta historia morosa, refinada y algo melancólica. Con ánimo de amar (2000)
7
Con un concepto absolutamente distinto, la cinematografía china nos ha regalado en el año 2000, El Tigre y el Dragón, un film dirigido por el versátil Ang Lee, en el que se mezclan el amor, las artes marciales, los conocimientos de los mayores y el arrojo de los jóvenes. La experiencia visual de esta película resultó cautivante, con los personajes maravillosamente envueltos en las vestiduras tradicionales diseñadas por Tim Yip y volando por los aires gracias a los trucos, hasta ese momento casi nunca vistos, por los cuales, gracias al uso de arneses elásticos los protagonistas se desplazaban por los tejados de casas y templos de las distintas locaciones de China. El protagonista, Chou Yun Fat, ya había prestado su masculina figura para representar al rey de Siam en Ana y el Rey (Andy Tennant), junto a Jodie Foster, el año anterior. Y el cine occidental fue ganando a las bellas Michelle Yeoh y Ziyi Zang para diversas producciones. En 2004 Zhang Yimou dirigió otra maravilla de la estética: La casa de las dagas voladoras. Cómo no recordar esa escena exquisita en la que la hermosa y supuestamente ciega Mei, encarnada por Ziyi Zang es desafiada a tocar una especie de gongs o tambores con las mangas de su atuendo. O aquella en la que las mujeres miembros de la sociedad secreta a que alude el título del film aparecen con sus increíbles atuendos de color verde que emula el de los bosques y cañaverales en los que se mueven. Las creaciones diseñadas por Emi Wada engalanan esta historia que transcurre en el siglo IX, en la que no faltan las artes marciales, el odio, la venganza y, por supuesto…el romance.
Sólo para mencionar una película de producción occidental que tiene como telón de fondo la China de los años ´30, traeremos El velo pintado, una película basada en la novela de William Somerst Maugham, que tuvo una versión en 1934 protagonizada por Greta Garbo y otra en 2006. Esta última estuvo protagonizada por Naomi Watts y Edward Norton y dirigida por John Curran con el vestuario de Ruth Myers. El film cuenta la historia de un médico radicado en China cuya bella y frívola esposa tiene un affaire amoroso, descubierto por su marido que decide, para romper el lazo, mudarse a un pueblo perdido en el interior de China asolado por el cólera. Es de imaginar las situaciones más que difíciles de estos personajes en semejantes condiciones, pero la belleza de los paisajes resaltada por la fotografía y la historia que aun teniendo algo de remanido no deja de atraer. Justamente el exotismo del lugar y los vaporosos atuendos de sus protagonistas que coinciden, justamente, con el momento en que la vestimenta femenina occidental toma detalles de la oriental hacen de este film un producto sumamente interesante. Hagamos entonces, un chin chin por China que ha llenado de belleza, colores y diversidad las pantallas de nuestros cines.
8
En historia
Cuando la moda duele...y deforma
China es grande...Por su extensión territorial. Por su cultura milenaria. Por su muralla. Por sus 1300 millones de habitantes. Por su poderío cada vez más influyente en el mundo de hoy. China se antoja inabarcable para el mundo occidental y tiene una historia difícil de contar en pocas líneas. Una nación que supo de Dinastías, Imperio, Comunismo hasta llegar al actual Socialismo con economía de mercado.
Por Agustina Fornasier
T
odas las culturas son complejas, pero cuando hablamos de aquellas que se encuentran en las antípodas de lo familiar y cotidiano, el trabajo de comprensión se vuelve un gran desafío. Pero mientras escribo estas líneas y busco en mi mente las mejores formas de expresar lo que quiero expresar, pienso que en los opuestos tan opuestos también puede haber, y de hecho los hay, ciertos puntos de encuentro. Cuando recorremos la historia de la indumentaria femenina muchas veces, sino siempre, nos detenemos a pensar especialmente cómo aquellas mujeres, desde el siglo XV hasta principios del siglo XX, utilizaron como prenda fundamental de su vestimenta el corsé. El mismo que las aprisionaba y les afinaba la cintura hasta límites insalubres. Ese mismo que encerraba, también, un ideal de belleza, sensualidad y erotismo. El corsé, que provocaba deformaciones óseas, desplazamiento de órganos y aplastamiento de costillas. China es milenaria, queda al otro lado del mundo, hablan un idioma ininteligible y es probable que sean víctimas de más prejuicios que certezas. Sin embargo, ellos también tienen una historia que contar sobre la moda que duele y que deforma.
A esa moda se la denomina “pie de loto” y, al igual que el corsé, escondía cierta sensualidad y erotismo.
El pie de loto es una práctica tortuosa y sus orígenes se remontan al siglo X durante la Dinastía Song y se extendió hasta el siglo XX, cuando en 1949 Mao Zedong la prohibió de forma definitiva, aunque hubo claros ejemplos anteriores por abolirla. El proceso para lograr esos pies de apenas 7 centímetros empezaba a muy temprana edad, cuando las niñas tenían entre 3 y 5 años. Las madres eran las encargadas de llevar a cabo esta tarea, que consistía en replegar los dedos hacia la planta o incluso hacia el talón, salvo el dedo gordo, y luego vendarlos con seda o algodón para mantenerlos en esa posición y cubrirlos con pequeños zapatos que apenas cupían la palma de una mano.
9
Así, día tras día. Año tras año. Se estima que obtener el “pie perfecto”, es decir, arqueados, suaves y pequeños, implicaba un trabajo diario durante una década. Dolores insoportables, hemorragias e infecciones eran comunes en las pequeñas que eran sometidas a esta “costumbre china”. Los pies de loto eran sumamente apreciados por los hombres. Para ellos, eran la parte del cuerpo femenino más erótica y simbolizaban el más alto grado de belleza. Pero más allá de la perspectiva sexual, esta práctica nos habla también de mujeres principalmente de clase alta, que se veían imposibilitadas de realizar cualquier trabajo tanto dentro como fuera de la casa. Las clases más bajas no podían permitir que los pies de sus hijas fueran vendados porque necesitaban de su capacidad laboral. El caminar de las chicas con pie de loto es muy lento y este detalle es una manifestación más de la supremacía masculina por sobre la femenina. Mujeres con una movilidad dificultosa, que les impedía alejarse demasiado de la casa de sus padres o de su marido. Puede ser fetiche. Puede ser machismo. Puede ser sensualidad. Puede ser erotismo. Puede ser belleza. Puede ser fealdad. Tanto el corsé como los “pie de loto” son éstas y tantas cosas más. También es dolor. Es sufrimiento. Es deformidad. Y en definitiva, también es cultura.
Puede ser fetiche. Puede ser machismo. Puede ser sensualidad, erotismo, belleza o fealdad. Tanto el corsé como los “pie de loto” son ésto y tantas cosas más. También son dolor; sufrimiento; deformidad. Y en definitiva, también es cultura. Foto zapato pie de loto: Crédito: De I, Daniel Schwen, CC BY-SA 3.0, Https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=11981136
10
En textiles
China y los caminos de la seda
Con un pasado cultural de más de cinco mil años, China es considerada una de las civilizaciones más antiguas del mundo. Artículos de lujo, como sedas, jades, bronces, y lacas, comenzaron a usarse y desarrollarse desde épocas muy tempranas. Por Delia Etcheverry entro del universo textil, a China se la relaciona principalmente con la producción de seda y sus fabulosos tejidos. Ya en el Neolítico, aproximadamente en 4000 a. C., los granjeros chinos aprendieron a domesticar al insecto Bombix Mori y a devanar los filamentos de los capullos para crear el hilo de seda. Varios milenios pasaron hasta que Europa descubrió de dónde provenía esa fabulosa fibra. A fines del 3000 a.C. la seda pasó a ser un privilegio
D
Es verdaderamente asombroso el desarrollo técnico logrado por estas poblaciones en tiempos tan antiguos, siendo el textil sólo uno de los aspectos. La invención de la rueca durante la dinastía Zhou (entre 1050 y 221 a. C) es un claro ejemplo. Alrededor del 300 a.C., en la provincia de Hubei al centro - sur de China, en una tumba conocida como de la Dama de Mashan, perteneciente al Estado de Chu, fueron halladas prendas, mortajas bordadas y piezas textiles más pequeñas. Eran todas telas de
de los poderosos, de la élite dominante. Puede resultar difícil apreciar la dimensión de la cantidad de siglos a la que se está haciendo referencia: los primeros fragmentos de seda encontrados datan de entre 2800 a 2650 a.C., y se considera que para esa época surgen los diseños dentro de los tejidos.
seda tejidas en telar, que envolvían el cuerpo de la mujer y estaban decoradas con complejos diseños bordados. Este hallazgo es el más grande y antiguo grupo de textiles intactos jamás recuperados.Los reyes de la dinastía Han (206 a.C a 220 d. C) adoptaron las enseñanzas de los grandes filósofos de la antigüedad,
12
Lao-Tse y Confucio.
China se convirtió oficialmente en un Estado confuciano y prosperó: la agricultura, los productos hechos a mano y el comercio florecieron, a tal punto que la población llegó a 50 millones. Para este período se propició el gran intercambio de mercancías por la Ruta de la Seda. Con este nombre se conoció una red de caminos comerciales organizados a partir del negocio de la seda china, que se inició hacia el siglo I a.C. Se extendía por todo el continente asiático, conectando China con Mongolia, el subcontinente indio, Persia, Arabia, Siria, Turquía, Europa y África. Sus diversas trayectorias comenzaban en la ciudad de Chang'an (actualmente Xi'an). Debe su nombre a la mercancía más prestigiosa que circulaba en ella, la seda, cuya elaboración era un secreto que sólo los chinos conocían, si bien eran muchos los productos que transitaban estas rutas: piedras y metales preciosos (diamantes de Golconda, rubíes de Birmania, jade de China, perlas del golfo Pérsico), telas de lana o de lino, ámbar, marfil, laca, especias, porcelana, vidrio, materiales manufacturados, coral, etc China, mediante esta amplísima red de caminos vinculados al comercio de la seda, se conectó con diferentes culturas a través de los siglos, y facilitó la conexión entre ellas. Marco Polo describirá su paso por los distintos territorios y creará relatos mágicos sobre el Gran Kan. Finalmente, tanto Vasco da Gama como Colón, irán a la búsqueda por mar de los preciados productos. A mediados del siglo XVI, durante la dinastía Ming, será a través de América que se relacionará China con Europa. Españoles y portugueses transportarán en galeones la valiosa mercancía en largos y peligrosos viajes a través de los océanos.
La historia del hombre está llena de encuentros entre civilizaciones y culturas. Y la seda ha propiciado muchos de ellos a lo largo de los siglos.
13
En escena
“La maldición de la flor dorada”: ¿Licencia poética o realidad histórica?
Por Alejandra Espector
L
a maldición de la flor dorada (Curse of the Golden Flower) es una película épica china escrita y dirigida por Zhang Yimou en el año 2006. Fue el último film de su trilogía de artes marciales, compuesta por "Héroe" y "La casa de las dagas voladoras". Es una de las producciones más caras de la historia del cine chino, con un presupuesto de $45 millones de dólares, y obtuvo una nominación al Oscar por Mejor Diseño de Vestuario. Fue adaptada por el director Zhang Yimou, Wu Nan y Bian Zhihong a partir de una de las obras teatrales del siglo XX más famosas de China, "Tormenta" del escritor Cao Yu, con una clara influencia de William Shakespeare. La obra, escrita y ambientada en los años '30, describe la corrupción y desintegración de una familia acaudalada de industriales. A pesar del escenario moderno, las luchas por el poder se aplican igualmente a los días imperiales; el rico patriarca controla su corporación y su dinastía familiar con el poder absoluto de un Emperador. El director ubica la acción a principios de siglo X en el último período de la Dinastía Tang, en el que el Emperador (Chow Yun-Fat), su Emperatriz (Gong Li) y su tres hijos están envueltos en una red de traiciones e intrigas que terminan con la destrucción psicológica y física de la familia, como resultado de la corrupción y la depravación moral. Zhang Yimou dijo: «La Maldición de la Flor Dorada iene lugar en la antigua Dinastía Tang Posterior hace
hace más de 1.000 años, una de las dinastías más exuberantes de la historia de China en un época de ostentación. La Dinastía cumplía el viejo proverbio chino “Oro y jade en el exterior, podredumbre y decadencia en el interior”, ya que lo bonito del exterior, guardaba en el fondo una verdad oscura y atroz. En esta película, la historia se centra en una familia imperial disfuncional, típica de tiempos feudales, donde bajo el glamour que reinaba dentro del Palacio, se escondían profundos secretos…” El breve período último o posterior a la dinastía Tang (923-936 d.C) se encuentra en agudo contraste con la dinastía Tang de siglos anteriores (618-907 d.C). Fue un período de corrupción, guerra, y tumulto político, marcado por intrigas de la corte y mal gobierno, lo que llevó a la caída del poder, mientras que la larga dinastía Tang anterior había sido una edad de oro de relativa estabilidad, prosperidad y paz. La historia tiene lugar a las vísperas del Festival Chong Yang, o el Festival del Crisantemo, que simboliza la fuerza y ??la armonía de la familia. El Festival Chong Yang se ha celebrado en China desde tiempos antiguos asociado con crisantemos, vino y pasteles de crisantemo. En la medicina china los crisantemos se utilizan para desintoxicar y para expulsar el mal. El título de la película se basa en la última línea de un poema de la dinastía Qi escrito por el líder rebelde Huang Chao.
14
Al igual que con muchas películas históricas, hubo muchas licencias poéticas en función de la acción dramática, tales como las extensiones de uñas de metal usados por la emperatriz Phoenix que corresponden a 600 años después de la época en que se desarrolla la historia, o la armadura de placas de los soldados que nunca fue popular en China o los referentes arquitectónicos basados en la ciudad prohibida de la dinastía Ming, pero ninguna generó tanta controversia como lo hizo el diseño de vestuario femenino caracterizado por sus escotes profundos.Tanto el director Zhang Yimou como la actriz Gong Li salieron en defensa del vestuario que, según afirman, responde a la moda de la dinastía Tang, “Muestra la belleza de las curvas de la mujer. No hubo sentimiento embarazoso ni riesgo ninguno para nosotras llevar estos vestidos”. En una entrevista la actriz Gong Li comentó también que se estudió una gran cantidad de material histórico sobre la dinastía Tang, desde el aspecto de la época, los trajes, los estilos de belleza hasta los rituales de la corte, y que para su interpretación de la emperatriz el vestuario resultó un recurso muy importante. YEE CHUNG MAN (Diseño de vestuario) Yee Chung Man ha trabajado prolíficamente en las industrias de cine de Hong Kong y de China desde su graduación en el Politécnico de Diseño de Hong Kong en 1974 y de la Escuela de Diseño Parsons de Nueva York en 1977. Ha ganado numerosos premios como director de arte, diseñador de vestuario y caracterización en los Hong Kong Film Awards y Golden Horse Awards. Además de más de veinte películas como director de arte, vestuario y diseñador de maquillaje. Ha dirigido como director las películas “Anna Magdalena” (1998) y “Y Te odio” (2000). También ha dirigido muchas producciones de música y danza. Él retrató la Dinastía Tang llevando la idea de fastuosidad y prodigalidad al extremo. La mayoría de los trajes tenían de cuatro a seis capas superpuestas. Cada capa fue meticulosamente cosida a mano con detalles muy intrincados. La “Toga del Dragón” y el “Vestido del Fénix”, vestidos por el Emperador y la Emperatriz estaban particularmente trabajados y ornamentados. Trabajaron en ellos cuarenta artesanos durante dos meses completos para realizarlos. Los vestidos de las mujeres son muy voluptuosos y acentúan el pecho lo que a pesar de la controversia generada refleja el hedonismo y la estética lujosa de ese período. Este vestuario recibió primeros premios en el Costume Designers Guild y en el Sindicato de Directores de Arte en los Estados Unidos. ORO Y CRISANTEMOS Para elevar la sensación de opulencia, el oro se utiliza la de forma extensiva en los escenarios y el vestuario.
Encarna la opulencia del Imperio y también simboliza el crisantemo del título, la "flor de oro", ya que, originalmente sólo había crisantemos amarillos. El oro es el tono dominante en la imagen. Zhang Yimou dijo: "El oro es el color del emperador…Todos estos crisantemos no son sólo para una fachada de alegría…Las usamos para la expresión de las emociones de los personajes….Para ser breve, el símbolo de la flor de oro no puede ser eclipsado por otros elementos."
La actriz Gong Li dijo: "La flor de oro es un símbolo de rebeldía. Es un arquetipo principal en la película". Los trajes exhiben su lujo a través del oro, los dragones bordados, las perlas y los diamantes pesando decenas de kilogramos.
15
La Emperatriz usa el crisantemo dorado en el cabello, en el kimono, en los bordados. Como sugiere el realizador, la flor revela su determinación de luchar contra el gobierno de su marido. Eso da lugar a la batalla a gran escala, en un mar de crisantemos en flor. LA INDUMENTARIA EN LA DINASTÍA TANG. ¿En la dinastía Tang las mujeres corte realmente llevaban vestidos escotados exponiendo sus senos, o es sólo una licencia poética del director Zhang Yimou? La dinastía Tang (618 d.C 907 d.C ) fue un período de unidad y prosperidad. El desarrollo cultural llegó a su punto máximo en la poesía, la pintura, la música y la danza.. Los materiales de la ropa de la dinastía Tang eran exquisitos y los vestidos de la clase alta se efectuaron principalmente en seda ya famosa por la suavidad y ligereza. Después de obtener el poder, Wu Zetian (624-705 dC), primera emperatriz de China, comenzó a tomar muchas medidas respecto a la condición femenina. Es una de las dinastías en la historia de China, en la cual las mujeres tienen más libertad y poder, ya que pueden tener propiedades, pueden divorciarse y participar activamente en actividades tradicionalmente masculinas como la caza, negocios, política y posiciones en el gobierno. Las mujeres también se sintieron libres para mostrar su belleza física.
Tal libertad se refleja en su estilo de ropa, espléndida y brillante.Los elementos más evidentes para apoyar el tema de los escotes son las palabras y expresiones utilizadas en la era Tang en los poemas, algunos de los cuales describen escenas femeninas, dando incluso una descripción detallada de sus trajes. Otra pieza de evidencia fuerte proviene de los registros históricos de los trajes. Las prendas más impresionantes de este gran periodo de prosperidad eran los vestidos femeninos, complementados con peinados, adornos y maquillaje muy elaborados. La estética Tang se basaba en la ligereza y la opulencia Aunque el estilo de la indumentaria femenina suponía una continuación de las anteriores dinastías Han (años 206 a.C. 220 d.C.) y Sui (años 581 618 d.C.), las
prendas Tang también recibieron la influencia de culturas y formas artísticas llegadas de las regiones occidentales del imperio ya que el comercio y los intercambios del Imperio Chino con Corea, Vietnam, Japón, Persia y otros países fueron haciéndose más frecuentes. El “Ruqun” se compone de una chaqueta corta de doble capa o forrada y un vestido largo, además de una faldaen la parte inferior.
Las mujeres Tang heredaron este estilo tradicional y lo llevaron más allá, aumentando la apertura del escote hasta mostrar la hendidura entre los senos e intentando mostrar su ligereza tableando las faldas en forma de acordeón y subiendo el talle hasta quedar por debajo de las axilas, para mostrar un contorno del cuerpo amplio y redondeado. Esta forma era inimaginable en las dinastías anteriores, en las que la mujer debía cubrir completamente su cuerpo, de acuerdo con los clásicos confucianos. Pero el nuevo estilo se expandió rápidamente entre las aristócratas de la dinastía Tang, que poseían una mentalidad más abierta. Zhang Xuan y Zhou Fang, célebres pintores de la época, retrataban de una forma particularmente magistral a opulentas mujeres vistiendo sus elaborados trajes. Zhou, en su pintura “Mujer con flor en el pelo”, retrató a una hermosa dama con un vestido cubriéndole ligeramente los senos, dejando intuir una espalda suave y ligera tras la leve capa de seda.
17
Zhang Xuan y Zhou Fang, célebres pintores de la época, retrataban de una forma particularmente magistral a opulentas mujeres vistiendo sus elaborados trajes. Zhou, en su pintura “Mujer con flor en el pelo”, retrató a una hermosa dama con un vestido cubriéndole ligeramente los senos, dejando intuir una espalda suave y ligera tras la leve capa de seda. Era necesario llevar ropa interior cuando se vestía este traje. La prenda interior utilizada por las mujeres era el “HEZI”. Se llevaba muy ajustado alrededor del torso, no tenía ningún tipo de breteles, lo que permitió una exposición generosa del cuello, los hombros y la parte superior del pecho. Algunos también dicen que el Hezi tenía el efecto de mejorar la postura y darle sostén a los senos, pero hay que tener en cuenta que los antiguos chinos tenían un sentido diferente de la estética en relación con el cuerpo humano, por lo que en relación con los escotes de los trajes en la película podemos concluir que históricamente son precisos pero exagerados en cuanto a la manera de exponer el cuerpo. Recordemos que todo vestuario de ficción, aún las películas con una temporalidad histórica definida, responden a una función e intención dramática, lo que permite diseñar tomando licencias poéticas que representan un concepto antes que una reproducción de época.
18
En arte
China a través del espejo
China es lejana, misteriosa, ancestral, inmensa y exuberante. China es tan bella y zen, como. pasional y violenta. Todo en ella supera los límites y los records de cualquier tipo, desde su población supernumeraria hasta su muralla, única construcción humana que se ve desde la Luna.
Por Andrea Castro
E
n aquellas tierras lejanas las cosas se hacen a lo grande, ya se trate de imperios, revoluciones o simples funerales: el primer emperador de la China unificada, Qin Shi Huang está custodiado en su sepulcro por más de 7.000 guerreros y caballos de terracota de tamaño real que el mismo mandó construir antes de su muerte. Occidente nunca pudo mantenerse ajeno a su embrujo y desde que empezó a conocerlo quedó cautivado por ese tan particular lejano oriente. Su mirada siempre penduló entre la admiración, el miedo y la fantasía por esa cultura que, hasta el día de hoy, le sigue resultando bastante ajena aunque haya una larga historia de interacción con ella. John Galliano, uno de los diseñadores que de manera más recurrente tomó como fuente de inspiración para su trabajo a la cultura china, cuenta que es un universo que le fascina. Pero también reconoce que antes de visitar el país, sabía muy poco sobre él y estaba demasiado influenciado por la eterna fantasía hollywoodense que comunica solo sensaciones de misterio y peligro con respecto al gigante asiático. Desde que floreció el comercio de la seda entre el
Imperio Romano y la China, comenzaron a desarrollarse fuentes de inspiración bidireccional que a pesar de lo que en general creemos fueron mucho más poderosas de este a oeste que viceversa. El imaginario europeo fue total y definitivamente encendido siglos más tarde a través de las fabulosas históricas contadas por Marco Polo (1254-1324). Todavía hoy se sigue discutiendo cuánto de verdad y cuánto de fábula contenían sus relatos, pero la realidad es que fue uno de los primeros occidentales que llegó a conocer, según sus propias palabras, el corazón del poderoso imperio del gran Kublai Kan. Gracias a su osada aventura se fortalecieron las rutas comerciales y Europa empezó a tener acceso a maravillas poco conocidas hasta entonces como las especias, el papel, los fideos, la pólvora, el té, la cerámica azul-blanca y las artes orientales. A partir de ese momento y hasta el día de hoy, varias oleadas de influencia estética chinesca sumaron belleza y nuevos lenguajes expresivos al arte, el mobiliario, los objetos, la comida, los ambientes, los textiles y las tipologías indumentarias occidentales de manera incansable.
21
Con puntos de inflexión ubicados en el siglo XVII, E XVIII (con la denominada chinoiserie) y XX, las disciplinas artísticas y de diseño se han nutrido enormemente del imaginario chino, siendo los diseñadores de interiores y de indumentaria algunos de los más influenciados. Es extraña la temporada en la cual no se presenten colecciones inspiradas en los más diversos temas de la cultura china, y el orientalismo ya puede considerarse una tendencia más entre las que se renuevan cíclicamente año a año en las pasarelas internacionales. Atento a esta realidad, el Costume Institute perteneciente al Museo Metropolitano de la ciudad de Nueva York, inauguró el año pasado una gigantesca y maravillosa exposición dedicada a mostrar las múltiples influencias que el país rojo tuvo y tendrá en la moda occidental. “China through the looking glass” (China a través del espejo), tal el nombre de la muestra, brindó a sus visitantes un recorrido fantástico, al igual que el vivido por la Alicia de Lewis Carroll, a través del encuentro misterioso y exuberante de la cultura china y la moda occidental. En cada una de las salas ese encuentro se manifestó en forma de conversaciones entabladas entre las creaciones de alta costura de los más grandes diseñadores y objetos icónicos chinos tales como: vestimentas tradicionales magníficamente bordadas, vajillas de porcelana azul-blanco, ornamentos de jade, escenas de películas, caligrafías, fotos de sugestivas divas de antaño y la riquísima y delicada flora del país, entre muchos otros. La conexión entre mundos aparentemente tan dispares pudo generarse a partir de los materiales, los estampados y los colores, que reflejaron en las prendas destellos del imaginario que les había dado vida. Acompañados por música y decenas de films chino-americanos, los diálogos se dividieron en dos grandes ejes temáticos que plasmaron la vastedad de esta tarea titánica. El primer eje, titulado “From Emperor to Citizen” se extendió a lo largo de tres períodos de la historia china: la dinastía Qing (1644-1911), la República China (1912-1949) y la República Popular China (1949actualidad), mostrando la inspiración que los diseñadores occidentales encontraron en las prendas que prevalecieron en cada uno de ellos: la robe manchú, el moderno quipao y el traje Mao.
La elección fue acertada, ya que estas tres tipologías, además, cuentan cronológicamente la historia de la gradual introducción y crecimiento de las técnicas sastreras occidentales en el seno de la vestimenta tradicional china. Diseñadores como Tom Ford (para YSL), Dries Van Noten, Vivienne Tom, Ralph Laurent, Chanel, John Galliano (para Dior), y hasta el hiperclásico Mainboucher, se dejaron llevar por las históricas, esplendorosas y riquísimas robes de dragones imperiales también conocidas como robe manchú de la extensa dinastía Qing. En aquellos lejanos tiempos, nubes, olas, picos montañosos y, sobre todo, mitológicos dragones, simbolizaban en ellas la autoridad imperial, privilegiando la utilización del color amarillo, considerado propiedad exclusiva del emperador durante las dinastías Ming y Qing. El dragón chino es un animal mitológico y legendario que está conformado por partes de nueve animales: tiene ojos de langosta, cuernos de ciervo, cara de buey o camello, hocico de perro, bigotes de bagre, melena de león, cola de serpiente, escamas de pez y garras de águila. Si bien es un motivo que aparece a finales de la edad de bronce, se comienza a relacionar con la propia figura de los emperadores a partir del reinado mítico del llamado Emperador Amarillo Huang Di (2698 2598 A.C.). Cuenta la leyenda que al final de su reinado el monarca fue inmortalizado como un dragón que se parecía a su emblema y ascendió al cielo. Este hecho transformó inmediatamente a los dragones dorados o amarillos en símbolo del poder imperial en varias de las dinastías subsiguientes. Los dragones son los motivos ornamentales más importantes de las robe manchú y su número varía entre 5 y 9 según la dinastía. Pueden aparecer bordados o tejidos; de frente o de perfil; de pie o volando; y en diferentes lugares de la prenda según las características específicas de cada uno de los seis tipos de robe manchú que existen. La robe de nueve dragones (long pao), usada por los integrantes de los más altos niveles de la corte imperial china, presentaba tres dragones en el frente, tres en la espalda y uno en cada hombro. El noveno siempre se encontraba fuera de la vista, bordado en el frente de uno de los paneles internos de la prenda.
22
Toda esta grandeza imperial supo ser interpretada y reformulada por los diseñadores occidentales en forma de vestidos al cuerpo, amplios abrigos y chaquetas de subidos tonos amarillos, rojos, naranjas y azules, delicadamente bordados y plagados de dragones y demás motivos naturalistas. Una verdadera explosión de color formas y motivos ornamentales de otras tierras comenzó a invadir las prendas de una manera nunca antes vista, sobre todo desde principios del siglo XX. La República China será, sin embargo, quién le herede a los diseñadores occidentales su tipología favorita: el quipao. Este traje, surgido en la era republica postdinástica, puede situarse entre la vieja y la nueva China, entre el tradicionalismo y el cosmopolitismo, entre el vestido camisero de los años 20 y los vestidos cortados al bies de los años 30. El adherente quipao expresa glamour, seducción y una decadente sensualidad en dosis superlativas, a pesar de que sólo deja al descubierto, algunas veces, los brazos de la dama que lo porta. En los años 20 el quipao se transformó en la prenda significativamente sastrera de la nueva China. Una versión aristocrática de lo que puede también considerarse como una forma de vestido nacional, fue proporcionada, entre ambas guerras mundiales, por las imágenes del ícono de estilo en que se transformó Huilan Koo, la esposa del influyente diplomático chino Wellington Koo. Madame Koo residió en Londres y París, durante las embajadas de su marido y a pesar de que fue una fiel clienta de las casas de alta costura de ambas ciudades, nunca dejó de usar sus bellísimos y tradicionales quipaos bordados. La sensualidad innegable de esta prenda se transformó además en sinónimo de femme fatal, gracias a los looks cinematográficos de Anna May Wong, la primera estrella chino-americana.
Hollywood supo estereotipar muy bien a Anna May a través de los roles de vampiresa que hicieron convivir en su persona la imagen de la mujer dragón, ambiciosa y sexualmente agresiva, con la fantasía de la mujer oriental exageradamente femenina, frágil, sumisa y modesta. En el catálogo de esta muestra, John Galliano comenta que para él las imágenes de Anna May, preferentemente de sus films de los años 30 y 40, son fundamentales, por lo que aparecen frecuentemente en sus scrapbooks (álbumes de recortes). “La seducción y la mística que ella proyecta son extremadamente poderosas y seductoras. Ella fue la principal fuente de inspiración para mi colección primavera-verano de 1993, la cual incluyó varios vestidos basados en el tradicional quipao. Uno en particular estaba inspirado en el traje que Anna May lució en la película “Limehouse Blues”, un maravilloso vestido de seda negro que tiene bordado un enrome dragón espiralado resbalando por todo su cuerpo. Algunos de mis quipaos están estratégicamente cortados hasta la cadera así, cuando la mujer camina, el traje se abre y se cierra rítmicamente como un guiño que revela la piel que se extiende por debajo de él”-comenta el diseñador. Es importante agregar que, como ya hemos visto, el dragón es un símbolo imperial pero masculino, ya que también es la personificación del concepto del yang. Su equivalente femenino es el fénix chino (fenghuang), pájaro mitológico que reina sobre las demás aves y se identifica con la figura femenina de la emperatriz de la China. Esto habla a las claras del simbolismo que en realidad representó el hecho de cubrir el cuerpo de Anna May con un enorme dragón dorado en uno de sus más famosos filmes, algo que seguramente tampoco se le escapó al gran Galliano a lo hora de inspirarse en una de sus estrellas cinematográficas favoritas. La recreación occidental de estos elegantes vestidos de la China nacionalista echó mano de las más preciosas sedas, del lamé y del
23
satén para diseñar escurridizos vestidos que se ajustan a la silueta femenina como un guante y caen sobre ella como una lluvia de sensuales y voluptuosas caricias. El color amarillo permanece todavía para recordarnos que, a pesar de la modernidad, algo de la pasada grandeza imperial perdura en su esencia original. El paso del simbolismo monárquico al simbolismo erótico sumará al dorado y al negro, tono emblemático de toda femme fatal, a los colores tradicionales. En los bordados estallará la riqueza floral, marina y mitológica china, siendo su profusión y su delicadeza tal, que terminan conformando una pieza inseparable junto a las tipologías que los albergan, transformándose en algo mucho más profundo y simbólico que una simple ornamentación. Su estrecha relación con ciertas partes corporales, y el sutil acompañamiento y destaque que realizan de la figura femenina se puede apreciar claramente en el segundo eje temático de la exposición del MET. En el catálogo de esta muestra, John Galliano comenta que para él las imágenes de Anna May, preferentemente de sus films
Su equivalente femenino es el fénix chino (fenghuang), pájaro mitológico que reina sobre las demás aves y se identifica con la figura femenina de la emperatriz de la China. Esto habla a las claras del simbolismo que en realidad representó el hecho de cubrir el cuerpo de Anna May con un enorme dragón dorado en uno de sus más famosos filmes, algo que seguramente tampoco se le escapó al gran Galliano a lo hora de inspirarse en una de sus estrellas cinematográficas favoritas. La recreación occidental de estos elegantes vestidos de la China nacionalista echó mano de las más preciosas sedas, del lamé y del satén para diseñar escurridizos vestidos que se ajustan a la silueta femenina como un guante y caen sobre ella como una lluvia de sensuales y voluptuosas caricias. El color amarillo permanece todavía para recordarnos que, a pesar de la modernidad, algo de la pasada grandeza imperial perdura en su esencia original. El paso del simbolismo monárquico al simbolismo erótico sumará al dorado y al negro, tono emblemático de toda femme fatal, a los colores tradicionales.
de los años 30 y 40, son fundamentales, por lo que aparecen frecuentemente en sus scrapbooks (álbumes de recortes). “La seducción y la mística que ella proyecta son extremadamente poderosas y seductoras. Ella fue la principal fuente de inspiración para mi colección primavera-verano de 1993, la cual incluyó varios vestidos basados en el tradicional quipao. Uno en particular estaba inspirado en el traje que Anna May lució en la película “Limehouse Blues”, un maravilloso vestido de seda negro que tiene bordado un enrome dragón espiralado resbalando por todo su cuerpo. Algunos de mis quipaos están estratégicamente cortados hasta la cadera así, cuando la mujer camina, el traje se abre y se cierra rítmicamente como un guiño que revela la piel que se extiende por debajo de él”comenta el diseñador. Es importante agregar que, como ya hemos visto, el dragón es un símbolo imperial pero masculino, ya que también es la personificación del concepto del yang.
En los bordados estallará la riqueza floral, marina y mitológica china, siendo su profusión y su delicadeza tal, que terminan conformando una pieza inseparable junto a las tipologías que los albergan, transformándose en algo mucho más profundo y simbólico que una simple ornamentación. Su estrecha relación con ciertas partes corporales, y el sutil acompañamiento y destaque que realizan de la figura femenina se puede apreciar claramente en el segundo eje temático de la exposición del MET. “Empire of signs” (El imperio de los signos), también está dividido en tres partes conceptuales a saber: Cuerpos enigmáticos, en el cual las siluetas y los bordados son los protagonistas; Espacios enigmáticos, dedicado casi íntegramente a la icónica colección de alta costura otoño-invierno de Yves Saint Laurent del año 1977; y Objetos enigmáticos, espacio en el cual se hace evidente que, en ciertas ocasiones, un signo puede transformarse en fuente de inspiración aunque no se llegue a comprender cabalmente su significado. En el mundo del diseño, muchas veces, vale más sentir que
24
comprender, rescatar lo bello y lo enigmático por sobre lo racional, y reinterpretar más que recrear fielmente una misma idea. Los signos, después de todo, asumen una vida propia una vez que han sido liberados al mundo. En las salas dedicadas a los objetos enigmáticos se destacaron los diseños inspirados tanto en la caligrafía como en la porcelana azul-blanca del país oriental. La caligrafía es considerada en China la forma más alta de expresión artística. Los diseñadores occidentales se centraron en ese arte y en esa belleza para crear estampados que bucearan más en las propiedades decorativas de esta forma de escritura, que en su significado lingüístico. Sin embargo, Coco Chanel y Christian Dior, fueron un poco más allá y además de crear originales estampados para sus vestidos, se preocuparon por mantener intacto el valor semántico de las palabras que en ellos se representaron. Dior, por ejemplo, utilizó el texto de una carta del siglo VIII en la que el autor se queja de un insoportable dolor de estómago, logrando en su diseño una yuxtaposición sorprende y humorística a la vez. La porcelana azulblanca es quizás el ejemplo de mix cultural más paradigmático con respecto a la integración de oriente en occidente. Desarrollada en Jingdezhen durante la dinastía Yuan (1271-1368), comenzó a ser exportada a Europa en el siglo XVI. Su popularidad fue creciendo acompañada por el aumento en el gusto por lo chinesco que se impuso en los Países Bajos, Alemania e Inglaterra hasta el siglo XVIII. Tal fue el furor que alcanzaron las
vajillas de este tipo, que en los tres países, pero sobre todo en Inglaterra, se comenzaron a fabricar imitaciones locales de las piezas originales. La gran diferencia entre ambas no se vio reflejada tanto en la calidad de la porcelana, sino en el hecho de que las piezas europeas estaban impresas por transferencia, mientras que las chinas se pintaban íntegramente a mano. No se puede dejar de mencionar que una de las primeras producciones de la famosa fábrica francesa de porcelana de Sévres fue justamente de piezas de inspiración chinesca. Los vestidos expuestos en el Costume Institute para rememorar este hecho cultural podían confundirse con inverosímiles piezas de vajilla de tela, evocando las formas de jarrones, platos y potiches. Sus tejidos también aludían a las maravillosas imágenes blanco azuladas de este arte sin igual a través de bordados (Lagerfeld para Chanel), magníficos estampados (Cavalli, John Galliano para Dior, Rodarte, Valentino) y fragmentos reales de porcelana (Sarah Burton para McQueen). “China a través del espejo” no fue solo una muestra sobre la fantasía colectiva que la cultura china representa para Occidente. Fue también una cabal muestra de las interacciones culturales y de los circuitos de intercambio que pueden generar ciertas imágenes y objetos icónicos, cuando atraviesan las barreras impuestas por las fronteras tanto geográficas como culturales. China continuará su camino enfrentándose a nuevos cambios y desafíos. Occidente continuará admirándola, descubriéndola y resignificándola.
Crédito de imágenes: Exhibición China Through the looking glass.Anna Wintour Costume Institute. Metropolitan Museum of Art, Nueva York. 7 de mayo al 10 de septiembre de 2015.
25
centrodemodaytextil@gmail.com Cursos y talleres
AsesorĂa para estudiantes, vestuaristas e investigadores
centrodemodaytextil@gmail.com Centro de Moda y Textil