Boletín cultural Tessa Barlo

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TESSA BARLO

Después de una larga actividad laboral en diferentes empresas, empecé el camino por el mundo literario en el año 2009, si bien, desde pequeña iba guardando en una libreta relatos cortos y poemas.

Mi nueva andadura en el mundo literario empezó con la publicación con la editorial virtual Bubok, un poemario titulado "Quédate en mi memoria". Recopilé 50 poesías de amor que había escrito en años anteriores y salió al público por Sant Jordi de ese mismo año.

Mi padre gran aficionado a las religiones mi inculcó esta práctica y en el 2011, publique también con Bubok unas reflexiones sobre la Biblia en el libro titulado "¿Es fiable la Biblia?"

La mujer serpiente

En 2014 he publiqué mi primera novela titulada "La mujer serpiente" cuyo tema gira en torno al acoso o abuso laboral.

Desde el 2010, publico un boletín cultural- bimestral a través de la red, actualmente con doscientos suscriptores aproximadamente.

¿Es fiable La Biblia?

Desde el junio del 2014, colaboró con la revista bimestral "La Vall" de Vallgorguina, escribiendo un artículo de interés actual. Quédate En mi memoria

Http://tessabarlo.bubok.es 2


Biografía

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Contenido

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Úrsula K. L. Grin

04-05

Nicanor Parra

06-07

Roland Barthers

08-11

Virginia Woolf

12-13

Claves para la construcción de personajes

14-17

Tipos de letras para tu libro

18-21

Como manejar las criticas de tu libro

22-25

ISBN– Todo lo que necesitas saber

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Le Guin fue la primera mujer en ser galardonada con el título de Gran Maestra por la asociación de escritores de ciencia ficción estadounidense La escritora estadounidense Ursula K. Le Guin falleció 23-01 a los 88 años en su casa de Portland (Oregon), según ha confirmado su familia. Entre las obras más destacas de la autora, maestra indiscutible de la ciencia ficción y una de los principales referentes universales del género, destaca La mano izquierda de la oscuridad y la saga Terramar, que inició en 1968 con Un mago en Terramar. Esta saga de seis novelas, influenciada por la fantasía épica de J. R. R. Tolkien y El señor de los anillos, colocó a Le Guin a la altura de los grandes referentes de la ciencia ficción, como Isaac Asimov o Arthur C. Clark. Aunque en sus obras Le Guin abrazó los grandes temas de la ciencia ficción, como la brujería, los dragones, las naves espaciales y los conflictos interplanetarios, la escritora siempre buscó enfrentar a sus personajes al choque de culturas y a problemas que se resuelve recurriendo al autosacrificio y a la conciliación, alejándose de los juegos de espadas o la batallas espaciales.

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Con unos personajes alejados de las posturas generalmente machistas de los grandes héroes de la ciencia ficción y de la fantasía, Le Guin consiguió colarse en las casas de millones de lectores con su historias de aventuras mezcladas con auténticas fábulas filosóficas con un tono marcadamente irónico. Con más de viente novelas, una docena de libros de poesía y más de 100 cuentos recopilados en varios volúmenes a su espalda, Le Guin se convirtió en la primera mujer en recibir el título de Gran Maestra que otorga la Asociación de Escritores de Ciencia Ficción y Fantasía de Estados Unidos (SFWA, por sus siglas en inglés). Este premio, que la escritora ganó en el año 2003, reconoce a todos aquellos escritores vivos que se encargan de cultivar el género que hayan destacado por su fructífera carrera. http://www.eldiario.es/cultura/Muere-Ursula-Guin-maestraestadounidense_0_732826765.html

Cuando todos los caminos se han perdido el Camino se abre claramente. La ciudad de las ilusiones

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Nicanor Parra (1914-2018) Rupturista, desafiante, mordaz, la obra de este "raro inventor" produjo un corte radical en la poesía hispanoamericana, dando origen a un nuevo modelo literario: el antipoema. "Durante medio siglo la poesía fue el paraíso del tonto solemne hasta que vine yo y me instalé con mi montaña rusa". Con estas palabras Nicanor Parra reconoce el impacto que su poesía causó en la literatura nacional. El poeta que subvirtió de manera tajante la lírica chilena en su época, nació en San Fabián de Alico, cerca de Chillán, en 1914, en el seno de una familia campesina. Junto a sus padres y numerosos hermanos -Violeta Parra entre ellos-, constituían una familia de clase media provinciana, sometida a la precariedad económica y continuos cambios de residencia. En 1932 se trasladó a Santiago para concluir los estudios secundarios en el Internado Barros Arana. En esta institución trabó amistad con Jorge Millas, Luis Oyarzún y Carlos Pedraza, con quienes compartió nuevas búsquedas literarias y artísticas. En 1933, ingresó al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, para iniciar las carreras de matemática y física. La personalidad inquisitiva y curiosa de Parra lo llevó a explorar todo el horizonte literario y cultural que lo rodeaba, descubriendo diferentes estilos, lenguajes y formas de arte contemporáneo. Este proceso traspasó toda su producción poética y lo llevó a profundizar su propia estética. En su primer libro publicado, Cancionero sin nombre (1935), incorporó la figura métrica del romance, el desarrollo narrativo de los poemas y el hablante poético como personaje de los versos. Según la crítica especializada, el modelo de este poemario fue el Romancero gitano de Federico García Lorca, aunque ya existen elementos que prefiguran la antipoesía. La sintonía con el romance provino del conocimiento de la cultura tradicional campesina que lo rodeó desde niño. En 1943 viajó a Estados Unidos becado por el "Institute of International Education" para continuar estudios de especialización, y los amplió a partir de 1949 en Gran Bretaña. Este período lo conectó con la literatura y cultura de Norteamérica y Europa, lo que potenció su labor poética.

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Dos años después de volver a Chile, en 1954, publicó Poemas y antipoemas, el libro que produjo un corte radical en la poesía chilena e hispanoamerica, y marcó la irrupción del modelo antipoético. En este volumen desarrolló su propuesta literaria, distinta de las que practicaban los creadores chilenos en ese momento: la antipoesía. Sus versos cargados de ironía, utilizan un lenguaje cotidiano, directo, con un ritmo que se adapta a la circunstancia a la que se refiere.

La poesía chilena se endecasilabó ¿Quién la desendecasilabará? El gran desendecasilabador

Nicanor Parra

La cueca larga (1958) muestra otra de la fuentes de inspiración de Parra: los festivos ritmos populares chilenos, que parodia con destreza.

Desde este momento la producción de Parra se hizo prolífica: Versos de salón (1962), Canciones rusas (1967), Obra gruesa (1969), Artefactos (1972), Sermones y prédicas del Cristo de Elqui (1977), Nuevos sermones y prédicas del Cristo de Elqui (1979), Chistes para desorientar a la poesía: Chistes parra desorientar a la policia (1983), Coplas de Navidad (1983), Poesía política (1983), Hojas de Parra (1985). Cada uno de estos libros revelan las premisas del modelo antipoético y la capacidad del poeta para hacerlo evolucionar. Esta extensa trayectoria posicionó a Nicanor Parra como uno de los protagonistas de las letras chilenas desde la segunda mitad del siglo XX. La influencia de su propuesta estética sobre la cultura nacional le valió obtener el Premio Nacional de Literatura en el año 1969. A los reconocimientos y homenajes que ha obtenido en Chile, Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2012), se han sumado importantes distinciones internacionales, entre las cuales destacan el Premio Juan Rulfo en 1991, el Reina Sofía en 2001 y, en 2011, el Premio Cervantes, máximo galardón de la literatura en lengua hispana.

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Roland Barthes

A la figura humana de Roland Barthes (1915-1980) se le han adherido múltiples adjetivos: crítico, ensayista, filósofo, músico, escritor… y semiólogo. En esta última faceta, revolucionó la crítica literaria de su época, situando al lector en una posición de privilegio para interpretar el texto de manera diferente a la intención que tuvo el autor al escribirlo. José Miguel Marinas ha publicado un ensayo en el que analiza dos de las obras de Barthes: El placer del texto (1972) y La lección inaugural (1977), que nos ha servido para escribir este artículo, limitado a sus impresiones relacionadas con la escritura y la lectura, cuya lectura resultará ardua por la profundidad de sus definiciones innovadoras. Barthes expone que la literatura son letras que hay que juntar, que hay que ir leyendo para que el mundo cambie, para que a cada uno de nosotros le pase algo. Que engloba todas las ciencias, y, en consecuencia, muchos saberes. Por ejemplo, en la novela de Robinson Crusoe, existe un saber histórico, geográfico, social, botánico, antropológico… es pues verdaderamente enciclopédica. Por esto, reúne el sentido de la tarea titánica y hermosa de quien decide imitar la vida (mimesis), repartir el saber (mathesis) y crear sentido (semiosis Es curioso cómo califica de creadores tanto al lector como al crítico, que lo define como a un lector más avisado; aunque matiza que la figura del autor, una vez terminada su obra, importa poco, que siempre se encuentra atrapado en la guerra de las ficciones, como si fuera un comodín. Para él escribir es una tarea de exploración de lo no dicho, es un continuo ir y venir, del corazón de lo íntimo a los asuntos de la polis. La escritura no es un sistema secundario de signos. Y lo demuestra en el grado cero de la escritura (su primer libro), esto es, en los textos donde campea el lenguaje oral y se muestra todo en su conjunto: la escritura, la gestualidad, el habla…

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La escritura para él no es ni la lengua, común a todos, ni el estilo, particular de cada uno, sino la forma que, deliberadamente, el escritor elige. Lengua y estilo pertenecen al orden natural; en cambio, la escritura pertenece al orden electivo y ella sola compromete y significa. Cabe una ética de la escritura, está en ella; por esto, los materiales con los que trabaja quien escribe y quien lee son muy delicados, son fragmentos de mundos y troquelan a quien lee y a quien escribe. Defiende la escritura como práctica activa frente a los discursos arrogantes propios de la política, la ciencia… Está convencido de que únicamente la literatura puede corregir la distancia que hay entre la ciencia, que es basta, y la vida, que es sutil. Segmenta la escritura, alude a la frase y al texto. Define la frase como algo acabado. Aunque según Chomsky, en teoría, la frase es infinita, la práctica obliga siempre a terminar la frase. El profesor es alguien que termina sus frases. El político entrevistado se preocupa por imaginar un final a su frase. El escritor no expresa su pensamiento, su pasión o su imaginación mediante frases, sino que piensa frases. El placer de la frase es muy cultural, no deja de ser un objeto excepcional, infinitamente renovable. En cuanto al texto, le gusta porque es un espacio raro del lenguaje en el que toda “escena” está ausente. No es nunca un “diálogo”, en el sentido de que no corre ningún riesgo de simulación, ninguna rivalidad de idiolectos; resulta una especie de islote en el seno de la relación humana, manifiesta la naturaleza asocial del placer (solo el ocio es social) y hace entrever la verdad escandalosa del gozo. Concluye alegando que un texto es una clave para interpretar y cambiar la cerrazón de la cultura. En la escena del texto, no hay bambalinas: no hay detrás del texto alguien activo (el escritor), ni delante alguien pasivo (el lector), no hay un sujeto y un objeto. El texto es la lista abierta de las señales del lenguaje, tiene una forma humana, es un anagrama de nuestro cuerpo erótico. Por lo tanto,el placer del texto sería irreductible a su funcionamiento gramatical, como el placer del cuerpo es irreductible a la necesidad fisiológica. El placer del texto es ese momento en que mi cuerpo comienza a seguir sus propias ideas. No es forzosamente un placer de tipo triunfante, heroico.

El escritor de placer está obsesionado con la letra, como lo están todos los que aman el lenguaje, por eso es posible hablar de textos de placer. La crítica se ejerce siempre sobre textos de placer, nunca sobre textos de gozo. Con el escritor de gozo, comienza el texto imposible; ese texto está fuera del placer y fuera de la crítica.

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Todo el mundo puede testimoniar que el placer del texto no es seguro pues nada nos dice que el mismo texto nos gustará por segunda vez. El placer se disgrega por el humor, el hábito, la circunstancia… es un placer precario. El gozo del texto no es precario, es precoz. Todo se realiza de una vez y este arrebato es evidente. Ni el texto de placer relata forzosamente placeres, ni el texto de gozo narra un gozo. El texto de placer es el que contenta, da euforia. Proviene de la cultura y está ligado a una práctica confortable de la lectura. El placer es siempre decepcionado, reducido en provecho de los valores nobles: la Verdad, la Muerte, el Progreso, la Alegría… su rival victorioso es el Deseo. Se nos habla del Deseo, pero nunca del placer. Los libros llamados “eróticos” representan más que la escena erótica, porque se hace hincapié en su presentación, en su preparación, por eso resultan “excitantes”. Cuando la escena llega, en cambio, hay decepción. Tendrían que calificarse más bien como libros del Deseo, no del Placer. Se pretende hacer del texto un objeto de placer como cualquier otro. El placer del texto es una reivindicación dirigida con la separación del texto, pues lo que el texto dice a través de la particularidad de su nombre es la ubicuidad del placer, la atopia del gozo. Curiosamente, el placer es individual, pero no personal. Cuando intenta “analizar” un texto placentero es su “individuo”, su cuerpo de gozo el que reencuentra. Y ese cuerpo de gozo es también su sujeto histórico. Si fuese posible imaginar una estética del placer textual, sería necesario incluir en ella la escritura en alta voz. Esta no es expresiva, pertenece a la significancia, es sostenida por el tono de la voz. Si el escritor escribe en el placer, eso no asegura el placer de su lector. Lo tiene que buscar, se crea un espacio de gozo. La escritura es la ciencia de los gozos del lenguaje, su kamasutra. En las obras de autores como Zola, Balzac, Tolstoi, Dickens… nos saltamos partes de lectura (las descripciones, las explicaciones, las consideraciones…) buscando la figura del placer. El ritmo de lo que se lee y de lo que no se lee construye el placer de los grandes relatos. Sin embargo, el autor no puede prever esto a la hora de escribir. Si acepto juzgar un texto según el placer, no puedo permitirme decir este es bueno, este es malo. Y esto será así para mí, pero no es subjetivo es nitzscheano. El texto de gozo es el que pone en situación de pérdida, desmoraliza, hace vacilar los fundamentos históricos, culturales, psicológicos del lector, pone en crisis su relación con el lenguaje. Y es que el gozo es el estallido de un sujeto desaforado.

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Está claro que el placer no es un elemento del texto, no depende de una lógica del entendimiento y de la sensación. Entre el placer y el gozo no hay más que una diferencia de grado. De ahí que el texto de gozo no será más que el desarrollo lógico, orgánico, histórico, del texto de placer. Y todo esto porque la vanguardia no deja de ser la forma progresiva de la cultura pasada, el hoy sale del ayer. En definitiva, el placer y el gozo son fuerzas paralelas que no pueden encontrarse, hay una incomunicación entre ellas. Proveniente del psicoanálisis, tenemos un miedo indirecto de fundar la oposición entre texto de placer y texto de gozo: el placer es decible, el gozo no. Y es que el gozo como tal no puede ser dicho sino entre líneas. Asimismo, define el miedo como la clandestinidad absoluta, el lenguaje delirante no es accesible a quien lo escucha nacer en él. El miedo no expulsa ni reprime ni realiza la escritura: gracias a la más inmóvil de las contradicciones, la escritura y el miedo coexisten separados. Para el escritor, la lengua es el único objeto que está en relación constante con el placer. Muchas lecturas le producen placer, pero no gozo. El gozo del escritor solo puede llegar con lo nuevo absoluto, solo lo nuevo trastorna la conciencia. Lo nuevo es un valor, fundamento de toda crítica. La evaluación del mundo depende de lo oposición entre lo Antiguo y lo Nuevo. Lo Nuevo es el gozo. Excepción y regla se oponen. La regla es el abuso, la excepción es el gozo.

Se atreve a criticar a su país. Ya en la década de los setenta dejaba claro que un francés de cada dos no lee, con lo que esto supone: la mitad de Francia se priva del placer del texto. Generalmente se deplora esta desgracia nacional desde un punto de vista humanista. Como intelectual que es, se le pide que haga frente al Poder con mayúsculas, pero su lucha es contra los poderes; más complicado de lo que parece, porque el poder es perpetuo en el tiempo histórico. Se destruye y vuelve a aparecer; es el parásito de un organismo transocial, ligado a la entera historia del hombre. Desde toda la eternidad humana, el poder se inscribe en el lenguaje o en su expresión obligada: la lengua. Hablar no es comunicar, sino sujetar: toda la lengua es un régimen generalizado. En la lengua, servilismo y poder se confunden. Teniendo en cuenta todo esto, afirma que solo fuera del lenguaje puede haber libertad, puesto que el lenguaje somete y es un recinto clausurado. Y lo único que permite escuchar a la lengua fuera del poder sería la literatura. Para él la literatura es la grafía compleja de las marcas de una práctica, la práctica de escribir. Aquí estaría el texto, es decir, el tejido de significantes que constituye la obra. En el texto aflora la lengua, dentro de la lengua es donde la lengua debe ser combatida. Así se equiparán, literatura, escritura, texto. Roland Barthes es un autor que creía poco en las autorías y mucho en el continuo ejercicio de nombrar lo que nos duele, los resquicios de lo que nos ata, los sonidos de lo que aún no nos atrevemos a contar.

http://serescritor.com/roland-barthes-la-interpretacion-literaria/?utm_campaign=articulo371&utm_medium=email&utm_source=acumbamail

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Virginia Woolf (Adeline Virginia Stephen; Londres, Reino Unido, 1882 - Lewes, id., 1941) Escritora británica. El nombre de Virginia Woolf figura junto con el de James Joyce, Thomas Mann o Franz Kafka entre los grandes renovadores de la novela moderna. Experimentando con la estructura temporal y espacial de la narración, perfeccionó en sus novelas el monólogo interior, procedimiento por el que se intenta representar los pensamientos de un personaje en su forma primigenia, en su fluir inconsciente, tal y como surgen en la mente. Algunas de sus obras más famosas, como La señora Dalloway (1925), Al faro (1927) o Las olas (1931), ejemplifican este recurso mediante un poderoso lenguaje narrativo en el que se equilibran perfectamente el mundo racional y el irracional. Woolf fue además pionera en la reflexión sobre la condición de la mujer, la identidad femenina y las relaciones de la mujer con el arte y la literatura, que desarrolló en algunos de sus ensayos; entre ellos, destaca por la repercusión que posteriormente tendría para el feminismo Una habitación propia (1932). No sólo abordó este tema en los ensayos, sino que también lo hizo en novelas como la inquietante y misteriosa Orlando (1928), en la que se difuminan las diferencias entre la condición masculina y la femenina encarnadas en el protagonista, un aristócrata dotado de la facultad de transformarse en mujer. Hija de sir Leslie Stephen, distinguido crítico e historiador, Virginia Woolf creció en un ambiente frecuentado por literatos, artistas e intelectuales. Tras el fallecimiento de su padre, en 1905, se estableció con su hermana Vanessa -pintora que se casaría con el crítico Clive Bell- y sus dos hermanos en el barrio londinense de Bloomsbury, que se convirtió en centro de reunión de antiguos compañeros universitarios de su hermano mayor, entre los que figuraban intelectuales de la talla del escritor E. M. Forster, el economista J. M. Keynes y los filósofos Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein, y que sería conocido como el grupo de Bloomsbury. Elementos comunes de esta heterogénea elite intelectual fueron la búsqueda del conocimiento y del placer estético entendidos como la tarea más elevada a que debe tender el individuo, así como un anticonformismo político y moral. 12


En 1912, cuando contaba treinta años, se casó con Leonard Woolf, economista y miembro también del grupo, con quien fundó en 1917 la célebre editorial Hogarth Press, que editó la obra de la propia Virginia y la de otros relevantes escritores, como Katherine Mansfield, T. S. Eliot o Sigmund Freud. Sus primeras novelas, Viaje de ida y Noche y día, ponen ya de manifiesto la intención de la escritora de romper los moldes narrativos heredados de la novelística inglesa anterior, en especial la subordinación de personajes y acciones al argumento general de la novela, así como las descripciones de ambientes y personajes tradicionales; sin embargo, estos primeros títulos apenas merecieron consideración por parte de la crítica. Sólo con la publicación de La señora Dalloway y Alfaro comenzaron a elogiar los críticos su originalidad literaria. En estas obras llaman ya la atención la maestría técnica y el afán experimental de la autora, quien introducía además en la prosa novelística un estilo y unas imágenes hasta entonces más propios de la poesía. Desaparecidas la acción y la intriga, sus narraciones se esfuerzan por captar la vida cambiante e inasible de la conciencia. Influida por la filosofía de Henri Bergson, experimentó con especial interés con el tiempo narrativo, tanto en su aspecto individual, en el flujo de variaciones en la conciencia del personaje, como en su relación con el tiempo histórico y colectivo. Así, Orlando constituye una fantasía libre, basada en algunos pasajes de la vida de su amiga y también escritora Vita Sackville-West, en que la protagonista vive cinco siglos de la historia inglesa. En Las olas presenta el «flujo de conciencia» de seis personajes distintos, es decir, la corriente preconsciente de ideas tal como aparece en la mente, a diferencia del lógico y bien trabado monólogo tradicional. Virginia Woolf escribió también una serie de ensayos que giraban en torno de la condición de la mujer, en los que destacó la construcción social de la identidad femenina y reivindicó el papel de la mujer escritora, como en Una habitación propia. Destacó a su vez como crítica literaria, y fue autora de dos biografías: una divertida recreación de la vida de los Browning a través de los ojos de su perro (Flush) y otra sobre el crítico Robert Fry (Fry). En uno de los accesos de una enfermedad mental que había obligado a ingresarla en varias ocasiones a lo largo de su vida, el 28 de marzo de 1941 desapareció de su casa de campo, hasta que días después su cuerpo fue hallado en el río Ouse.

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/w/woolf.htm 13


¿Cómo construir

un buen personaje?

Cuando planteamos una historia, sabemos que lo que realmente va a darle vida es los personajes. De poco sirven una gran ambientación o los esfuerzos que pongamos en construir un mundo imaginativo si no tenemos a alguien que nos guíe por él. Los personajes son la acción, un reflejo de nuestras emociones, de nuestros miedos y nuestros deseos. Y si no nos preocupamos de esbozarlos con mimo, resultará imposible que el lector se quede con ellos. Para evitarte malos tragos, aquí te dejamos las claves para conseguir una caracterización de los personajes de calidad. 1. Voz natural

Ante todo, la voz de los personajes tiene que ser natural, acorde a sus características. Aunque te sientas tentado por la grandilocuencia, no puedes pretender que un chico de 17 años hable a la chica que le gusta como si fuera Romeo. ¿Crees que escribes bien y quieres demostrarlo? Una buena redacción, una gran exposición va mucho más allá de las palabras. Usar un lenguaje más enrevesado y culto, y suceder una y otra oración subordinada no dice mucho de ti. Lo que cuenta es que hayas sabido emplear el lenguaje para bosquejar una novela que hable por sí sola. Las palabras solo son el medio, pero el mundo total que has diseñado es el que te define como escritor. Así que no pierdas el tiempo buscando palabras que, además de resultar excesivas, no tengan cabida en ese contexto. Esto revelará una falta de conocimiento de la lengua y no te crearás una imagen muy profesional. Recuerda que sinónimos no quiere decir que dos palabras puedan usarse de la misma manera, sin discriminación. Piensa en tus personajes, en su carácter y su personalidad, y ellos hablarán por ti. Hay que adaptarse a cada uno de ellos. Siguiendo con los ejemplos, los excesos en sentido negativo también se alejan de la naturalidad. Es decir, un malote de barrio no tiene por qué estar diciendo palabrotas de forma constante. Y un personaje superinteligente no debería resultar relamido, pedante e insoportable. 2. Arco del personaje Una historia no avanza si los personajes están siempre en el mismo punto. Los personajes redondos son aquellos que poseen dinamismo y gozan de un abanico inmenso de características que van a moldearlos durante la historia. Son complejos y realistas, a diferencia de los personajes planos. Para delinear estos, en cambio, solo se necesitan unos pocos trazos, pues su naturaleza es simple. Van a mantenerse estáticos, sin progreso, de principio a fin. 14


Los protagonistas, por tanto, no pueden ser planos. Deben tener mayor profundidad e ir superando obstáculos según avanzan por las tramas. Hay que conseguir que los lectores se identifiquen con ellos dándoles verosimilitud a través de los matices. No existe alguien 100% bueno ni 100% malo, todos tienen sus conflictos, sus dudas y sus anhelos. No abuses de las descripciones Las descripciones físicas suponen una ínfima parte del total porque, en realidad, los personajes quedan definidos por sus acciones. Los mejores personajes son los que actúan, sorprenden y se implican, los que muestran una gran evolución y con los que el lector empatiza por algún motivo. Algunos pueden hacerlo con mayor sutileza que otros, pero estarán participando igualmente. A través de sus comportamientos, podemos percibir si son manipuladores, estrategas, confiables, cobardes, etc. Los personajes planos no tienen pensamiento, no despiertan ni simpatía ni antipatía; son indiferentes y poco creíbles. Por ejemplo, no es lo mismo presentar un ama de casa sin aspiraciones y sin la capacidad de reflexionar sobre su vida que una que analiza su situación y decide cambiarla. 3. Ningún personaje es igual a otro

No todos los personajes hablan y se comportan de la misma manera. Al igual que las personas, tienen cualidades únicas que los hacen expresarse, decidir y actuar de uno u otro modo. Ante una misma situación, un personaje reaccionará de forma distinta según se trate de una mujer, un hombre, un niño, una persona mayor… Incluso puedes querer dar voz a un animal y este también deberá tener sus propias características. 4. Usa latiguillos en la caracterización de los personajes Si crees que hace falta, dota a tu personaje de un latiguillo o algún tic que le dé volumen. Los latiguillos enriquecen a los personajes, permiten identificarlos y les dan personalidad. Por ejemplo, Romeo Burpee, de La Cúpula (Stephen King), habla con un ligero acento francés de forma caprichosa, a voluntad. Y esto se expande más allá de las palabras. Puede haber una niña con obsesión/fobia por un color que solo coma/nunca coma caramelos de ese color. O un señor algo maniático que siempre vista camisa blanca. Parecen minucias, pero cualquier detalle bien fundado dará profundidad a tus personajes.

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5. Cuidado con los extranjerismos Seguro que has leído alguna novela ambientada en España y cuyo protagonista tiene un nombre americano sin ningún motivo. ¿Por qué elegir nombres extranjeros si no son propios de la zona? No importa el tipo de historia, el personaje se puede llamar Miguel, Marcos o Paco. Este error es habitual en ciencia ficción, parece que los nombres extranjeros suenan más futuristas que los que marca la verdadera nacionalidad del personaje. ¿Cuál es el proceso mental que lleva a esa conclusión? Cuando uses un extranjerismo –sea cual sea, no solo nombres–, hazlo con sentido y asegúrate de que esté justificado. 6. ¿Comportamientos incoherentes? En relación con el punto anterior, no hay que copiar comportamientos que no ocurren en el país de tu novela. En España, los policías no son, por lo general, gordos y no comen donuts como el jefe Wiggum de Los Simpson. Tampoco las cárceles de aquí son iguales que las tailandesas. Cuando empiezas a escribir –aún más si se trata de novela –, ese universo tan amplio que estás diseñando tiene muchos elementos que deberás desarrollar. Así que no te pongas a escribir una primera novela ambientándola en EE. UU. o en Francia si no controlas el ambiente de allí: cómo habla la gente, cómo son sus calles… Si no, vas a repetir patrones y manierismos que todos conocemos, y todo se va a ver falso y forzado. 7. Pon freno a los lugares comunes La bibliotecaria de gafapasta y pelo relamido, los policías que hemos descrito antes, la manera en que se caracteriza a las mujeres como plásticos al servicio de los hombres, etc. Fuera modelos y arquetipos manidos de una vez por todas. Al construir un personaje, lo mejor será huir de los clichés. Eso sí, también debes tener cuidado de no entrar en un círculo vicioso: en ese afán por hacer algo original, se corre el riesgo de caer en otros clichés como los mencionados en el punto anterior (extranjerismos). Buscar lo novedoso a veces acaba en el pozo de lo trillado. En este tipo de fallos, se nota la influencia de Hollywood y las sitcoms americanas, sobre todo, a la hora de escribir los diálogos. Todo suena tan impostado y artificial que no funciona.

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8. Adaptarse a la época Volviendo al punto 3, es distinto cómo un hombre interactúa con una mujer del año 1800 que con una mujer de 2018. Lo mismo sucede con la mentalidad de los curas y con el comportamiento de los niños de antaño, que siempre permanecían callados delante de los adultos. Tampoco había el mismo humor; de hecho, este era prácticamente inexistente. A veces, cuidamos mucho el decorado de la época, la ambientación, pero olvidamos la relación entre personajes. En el caso planteado, lo ideal sería encontrar el equilibrio entre el lenguaje del 1800 y el de ahora. ¿Cómo conseguirlo? Por ejemplo, seleccionando bien el narrador: cambia la primera persona por una voz en tercera persona. Así te ahorrarás dolores de cabeza. 9. No todo vale para ser original No tiene sentido usar signos que fonéticamente no funcionen en castellano (o en el idioma en cuestión), un error frecuente al elegir los nombres de los personajes y las ciudades. Hay tal ambición por la novedad y la creación de nuevos idiomas, mundos y razas que, al final, los lectores ni siquiera pueden distinguir los caracteres femeninos de los masculinos. Emplear grafías del noruego o del sueco, componer nombres a partir de la mezcla de otros dos hasta hacerlos ilegibles, cambiar el nombre de un personaje a mitad de la novela… Nada de eso, por favor. Hay que pensar en el lector.

Recuerda… Lo más importante es hacer real al personaje. Para ello, ponte en su piel, piensa cómo hablaría y actuaría, a qué personalidad responde, cómo será su evolución… Estás diseñando personas ficticias, pero personas, al fin y al cabo. Dales voz propia y mucha vida para que el lector sienta que quiere acompañarlos en su aventura

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Tipos de letras para tu libro

Los tipos

de letras, más conocidos como tipografías, son una forma de representación gráfica del lenguaje a través de letras prefabricadas, como le gusta llamarlas a Gerrit Noordzij, experto en este arte. Si te estás preparando para publicar un libro, una de las primeras decisiones que deberás tomar es qué tipo de letra vas a utilizar. Y no es una elección cualquiera: el tipo de letra va a determinar el aspecto de las páginas de tu libro, la facilidad de su lectura y, por lo tanto, la experiencia de tus lectores. En este artículo vamos a ayudarte presentándote varias tipografías adecuadas para maquetar tu libro, de forma que puedas elegir sin miedo a equivocarte. Nociones básicas sobre tipografía Antes de presentarte nuestras tipografías favoritas, nos parece importante que conozcas algunos datos sobre las fuentes, como su clasificación más básica y aquellas que debes evitar a toda costa a la hora de maquetar un libro.

Letras con y sin serifa Coge el primer texto impreso que tengas a tu alcance y fíjate en las terminaciones de las letras. ¿Ves esas pequeñas líneas en cada uno de los extremos de la letra? Se llaman serifas. Su función es crear un enlace virtual entre una letra y otra, de manera que la lectura nos resulte fluida. La mayoría de los textos impresos utilizan letras con serifas. La alternativa son los tipos sin serifa o de palo seco, que no llevan estas terminaciones. En esta imagen puedes ver la diferencia entre ambos: La primera línea está escrita en Garamond (tipo con serifa) y la segunda en Arial (tipo de palo seco). En este post vamos a centrarnos en los tipos con serifa, pues como hemos comentado son los más adecuados para textos impresos por la manera en que facilitan la lectura. 18


Letras fantasia Como ya advertíamos en nuestro post 4 consejos de tipografía, no caigas en la tentación de elegir las letras fantasía. Pueden parecer bonitas, pero son ilegibles. ¡Imagina un texto completo impreso así! Estamos seguros de que ningún lector podría aguantar leyéndolo más de tres minutos seguidos. Si estás empeñado en usarlas porque crees que pueden dar un toque especial a tu libro, resérvalas para los títulos de capítulo. Como ves, párrafos completos escritos de esta manera pueden acabar con la paciencia de cualquiera. 4 tipos de letra para tu libro Ahora que conoces un poco más las tipografías, vamos a contarte cuáles son nuestros tipos de letras preferidos para maquetar un libro.

Garamond Esta fuente viene instalada en la mayoría de los ordenadores por defecto y es nuestra favorita. En nuestros libros utilizamos una tipografía muy similar, la Goudy. Aquí puedes ver una muestra del texto:

Palatino Es un clásico de la tipografía y, por lo tanto, una apuesta segura. Este es el aspecto que presenta:

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Bodoni Este tipo de letra es más tradicional y estamos seguros de que lo has visto en numerosas publicaciones. ¿Qué te parece?

Caslon La Caslon funciona fenomenal en cualquier tipo de libros. Junto con la Garamond, es nuestra fuente favorita: sencilla, clara y fácil de leer. Así queda:

¿Qué tamaño de fuente debo utilizar?

A la hora de confirgurar el tamaño de la fuente, deberás tener en cuenta dos parámetros: el tamaño (medido en puntos) de la tipografía en cuestión, y el interlineado. Este es el espacio que quedará entre las líneas de texto.

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Recomendamos utilizar tamaños de fuente comprendidos entre 11 y 13 puntos para lectores adultos. El interlineado puedes fijarlo sumando dos puntos al tamaño de fuente escogido, es decir, si decides editar tu texto en Garamond 12, no olvides establecer tu interlineado en 14 puntos. Algunos programas establecen interlineados “por defecto” en función de cada fuente pero nosotros te recomendamos que lo configures a mano. Como word no es un programa de maquetación, puede resultarte difícil configurar algunos de estos parámetros, por eso te recomendamos que utilices softwares como Indesign o Quark Express. Para estar seguro de que vas por buen camino, fíjate en cuantos caracteres caben en cada línea. Si la cifra es entre 50 y 70, todo es correcto. Ten en cuenta que la cifra final dependerá del tipo de letra que hayas escogido. Descargar tipografías y fuentes gratis Estas fuentes que te hemos presentado suelen estar instaladas en tu ordenador. Sin embargo, si no es así o buscas otra en específico, existen páginas donde puedes descargar fuentes y tipografías gratis. Concretamente te recomendamos DaFont, un recurso gratuito muy útil para localizar cualquier tipo de letra que se te ocurra. Ten en cuenta, eso sí, que algunas fuentes están sujetas a licencias de uso y solo las encontrarás comprándolas.

Esperamos que después de leer este artículo tengas más fácil la elección de un tipo de letra para tu libro. Si tienes alguna duda, déjala en los comentarios. ¡Hasta pronto! https://www.bubok.es/blog/tipos-de-letras/

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El verdadero valor de las críticas liteLas críticas forman parte inseparable de la actividad profesional y, a menudo, despreciamos su tremendo valor para hacernos crecer y mejorar. No se nos da bien encajar las críticas. En cambio, son la mejor forma de hacernos volver a la realidad, de quitaros la venda de los ojos. Nos apasiona escribir. Estamos tan ilusionados con la historia que a veces olvidamos todos los errores que cometemos por el camino. Al llegar a la última página, nos sentimos satisfechos, es inevitable. No obstante, esa satisfacción no debe confundirse con la autoconvicción de que lo hemos hecho bien. Lo hemos hecho, primer paso. Ahora hay que seguir trabajando. Espera lo mejor. Prepárate para lo peor No se puede gustar a todo el mundo. Mentalízate de que una parte del público rechazará tu obra o no le dedicará todos los halagos que esperas. Tú tampoco quedas satisfecho con cada libro que cae en tus manos, ¿verdad? No te preocupes, esto te dará una excusa para levantar los ánimos. No ser indiferente significa que tu novela o relato no ha pasado desapercibido. Cuando una obra genera tantos amores como odios, solo por el mero hecho de crear debate, la difusión llega a ser aún mayor.

Separa las críticas reales de los comentarios dañinos Nadie está preparado para escuchar lo que dicen de él. La mayoría de las personas llevamos mal las críticas, las percibimos como ataques. Ahora bien, no todas las críticas son iguales: algunas son realmente útiles, otras solo tienen la intención de ofender. Para empezar, lo que tendrás que hacer para aprender a encajar las críticas es saber diferenciar los tipos de críticos.

a) Los críticos profesionales o con experiencia. Estos críticos, dentro de la subjetividad de su propio gusto, harán un análisis lo más objetivo y exhaustivo posible. En general, se dedicarán a exponer los puntos fuertes y débiles de tu obra. Incluso, te darán consejos muy útiles. No olvides darles las gracias y hacerles saber que son importantes para ti. Entre estos críticos, podemos hallar: críticos literarios, filólogos, escritores profesionales, bloggers, correctores y editores. 22


•Si una crítica es constructiva, no sientas vergüenza. Puedes incluso conversar con esa persona para profundizar en las observaciones que ha realizado. Una vez contrastéis opiniones, interioriza la información. Quizá esa persona no tenga la verdad absoluta, la solución definitiva. No tienes por qué llevar a cabo todos los cambios que te proponga si piensas que, por ejemplo, afectan a tu estilo. Pero reflexiona sobre su análisis, mastícalo. Las cosas nunca salen perfectas a la primera. b) Los que critican por criticar

También puedes dar con aquellos a los que “le va la marcha”. Este segundo grupo se identifica por lo trivial de sus apreciaciones, basadas principalmente en su opinión personal. Incluso aunque sus comentarios estén bien cimentados, su objetivo no es ayudarte, sino hacer prevalecer su punto de vista por encima de cualquier otro. Así que no te molestes, pues hay un 90% de posibilidades de que no quiera escucharte. De hecho, están tan encantados de conocerse a sí mismos que se atreverán a darte lecciones sobre asuntos que exceden el ámbito literario. •Si una crítica solo tiene intención de hacerte daño y despreciarte, crea una burbuja invisible a tu alrededor. Sabemos que es difícil, que no somos duros como un diamante y algunos golpes nos afectan más de lo que nos gustaría. Pero es cuestión de tiempo. Antes o después, habrás aprendido a gestionar “los disgustos”. Tendrás la habilidad para saber reconocer a la primera un comentario dañino y lo ignorarás directamente. El informe de lectura: tu mejor aliado Un primer paso para empezar a ver tu libro de manera objetiva es solicitar un informe de lectura. De algún modo, cuando se trata de un experto al que tú mismo has decidido acudir, conocer los fallos duelen menos. Estás más preparado para los golpes y sabes de antemano que van a valorar tu obra tanto positiva como negativamente. Un informe literario no solo va a haceros mejorar a tu novela y a ti. También te va a preparar para futuras opiniones. En mayor o menor grado, tendrás una idea de qué puedes esperar cuando expongas tu libro a la masa de lectores. Asimismo, un informe de lectura te ayudará a conocerte mejor a ti mismo: tu propósito, tu estilo, tus posibilidades. Podrás analizarte y definirte como artista de manera más concreta. Y el profesional incluso podrá aconsejarte sobre temas comerciales. Por ejemplo, qué editoriales podrían interesarse en tu libro o suelen publicar libros similares. Y lo hará siempre con respeto, sin rencores, puesto que no carga ninguna mochila emocional o familiar.

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Encaja las críticas sin perder la confianza en ti mismo Los problemas que afloran con las críticas tienen origen en la autoestima, en la seguridad o falta de esta. Hay que aprender a gestionar esas emociones negativas que nos invaden ante una crítica. Debemos detectar cuál es nuestro problema. Cuando uno está seguro de su trabajo (seguro, no con actitud soberbia y excesivo ego), sabe responder de manera calmada y razonada, asimilando las observaciones que le han hecho y poniéndolas en práctica. A todos nos gusta escuchar comentarios bonitos, apreciaciones positivas hacia nosotros y nuestro trabajo. En cambio, este tipo de comentarios solo nos influirán de manera favorable si son de verdad. O sea, si no se hacen simplemente para ahorrarnos un disgusto. El refrán dice: “quien más te quiere, te hará sufrir”. Así que, cuando llegue una crítica sobre tu libro, tu manera de escribir o similar, piensa que esa persona está ayudándote. Si no fuera así, si no le importase, no perdería su tiempo. Esa persona seguramente esté viendo un potencial en ti, recibe la ayuda con los brazos abiertos. Saca fuerzas de flaqueza No solo debemos hablar de los usuarios particulares que tienen un blog o comentan en las redes. ¿Qué sucede cuando una revista, por ejemplo, se desquita con nuestro libro? Las críticas literarias, al igual que las cinematográficas, son un caramelo, un arma de doble filo. Cuando al crítico le ha gustado el libro o la película, le resulta tremendamente sencillo escribir sobre lo bueno que es, las influencias que se perciben, la personalidad del autor… Pero cuando cierta obra le ha desencantado, se puede desencadenar un drama. Es muy fácil, más de lo que te imaginas, hacer una crítica negativa, despotricar y sacar la afilada lengua de la ironía. Cierto es que, si ese crítico trabaja en un medio relevante o de cierta influencia, te hundes con solo pensarlo. En estos casos, deberías: •Separar toda la palabrería e intentar sacar algo de ahí que te aporte. •Conducir tu actitud hacia el optimismo. Pensar que es una crítica más, una entre otras todas las apreciaciones buenas. •Crear una corriente positiva de tu libro destacando y compartiendo las reseñas relevantes que recibas.

Consejos para afrontar las críticas hacia tu libro Cuando se presenta una situación de estrés como la producida por las críticas, debes estar preparado para afrontarlo. Aunque te cueste al principio, si pones en práctica estos sencillos consejos, aprenderás a reaccionar adecuadamente ante las adversidades.

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1. Mantén la mente abierta. Las críticas son la mejor manera de detectar en qué estamos fallando. Cada uno tiene una forma de ver la vida y de percibir lo que está leyendo. Intenta comprender el mensaje que esa persona te está transmitiendo dejando a un lado tu “yo”. Abre la mente, empápate de otros puntos de vista y sal de tu parcela de confort. Seguro que te haces algodón de azúcar cuando tu madre te dice lo guapo y listo que eres. Pero, reconócelo, te sirven aún más las veces que te regaña, que te comenta tus fallos y te aconseja con el corazón porque quiere hacerte mejorar. 2. Separa la parte personal. En la mayoría de las ocasiones que hay un conflicto, este sucede por malentendidos como llevarse la crítica al terreno personal. Cuando alguien diga que tu libro falla aquí o allá, no quiere decir que seas un mal escritor ni nada por el estilo. Y si lo hace, está entrando en temas que no se debería tocar y, por tanto, deberías ignorarle. Hay mucho troll suelto por la red. 3. Respira profundamente. Piensa. Cuando veas un comentario negativo y te entren unas ganas tremendas de contestar poniendo toda la rabia y la ofensa en las teclas del ordenador, para. Respira profundamente, medita las palabras que se dirigen hacia tu libro y lo que vas a decir. Una mala actitud por tu parte podría perjudicar tu imagen y tu valía como escritor. Además, dejarías ver tu inmadurez e incapacidad para aceptar las críticas. Si resulta que tienes varios frentes abiertos, no te agobies. Asimila tus puntos débiles y cámbialos poco a poco; no quieras pasar de 0 a 100 en un día. Échale paciencia, hay que trabajar constantemente, sin abarcar demasiado al mismo tiempo. 4. Sé realista y autocrítico. Una cosa es tener confianza en uno mismo y otra engañarse tontamente. Seguramente tengas aptitudes y potencial para escribir. Ahora bien, eso no quiere decir que hayas nacido con el Nobel de Literatura debajo del brazo. Nunca se deja de crecer. Por ello, deberías escuchar las críticas, para no quedarte anclado en el mismo punto: la mediocridad. En infinidad de ocasiones, no son los demás los que nos impiden avanzar o nos desmoralizan, sino nosotros mismos. Por mucho talento que puedas poseer, jamás te cierres la puerta hacia el progreso; no te estanques en el ego. Lo más importante de todo: el respeto Ante todo, debemos recordar que las críticas se hagan siempre desde el respeto. No hay que salirse del ámbito meramente analítico ni entrar en juicios personales. Por seguir con los refranes: “hablando se entiende la gente”.

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ISBN España: Todo lo que necesitas saber ¿Tienes dudas sobre el ISBN? ¿Vas a publicar tu libro y no estás seguro de si lo necesitas? En este artículo vamos a contarte todo lo que debes saber sobre el ISBN España: qué es exactamente, cuál es su utilidad, qué tipo de publicaciones requieren uno… Si estás preparando tu libro para su publicación, estos son todos los puntos que necesitas tener en cuenta al gestionar tu ISBN España: •

Qué es el ISBN España y para qué sirve

¿Necesito uno para mi libro?

¿Cómo puedo tramitarlo? Vamos a repasarlos todos a lo largo del artículo. Qué es el ISBN España y para qué sirve A la hora de publicar tu libro, el número ISBN es uno de los primeros requisitos que te solicitarán muchas tiendas y plataformas. Por eso, te contamos exactamente qué es y para qué sirve. El ISBN (International Standard Book Number) es un número de identificación internacional que se asigna a los libros. Podríamos decir que es algo así como “la matrícula” o “el DNI” de cada libro que se pone a la venta. Su objetivo es identificar cada edición y recoger todas sus características: tamaño, precio, número de páginas, fecha de lanzamiento, formato, editorial, etc. En esta imagen puedes ver qué información contiene cada uno de los dígitos que componen el ISBN: En el caso del ISBN España, puede identificarse fácilmente porque contiene un 84 después de los tres dígitos EAN (identificativo del producto “libro”). Es decir, el grupo de dígitos marcados en rojo contendrá un 84 en el caso de libros editados y publicados en España. Pero ¿qué nos aporta exactamente este número identificativo? Como todos estos datos que acabamos de mencionar quedan asociados al ISBN del libro, la publicación resulta más fácil de localizar y por lo tanto es más accesible para editores, libreros y bibliotecarios, o cualquier persona interesada en encontrarla. En definitiva, si quieres que tu libro entre al sector comercial y se pueda ofrecer en librerías físicas y digitales, es indispensable que cuente con este número de identificación. 26


Imaginamos que a estas alturas te surgirá una nueva pregunta: ¿dónde queda almacenada toda la información que contiene el ISBN? Muy sencillo: una vez asignado el ISBN España a tu libro, pasará a figurar en registros bibliográficos tanto locales como internacionales. En España, él más importante es la base de datos del Ministerio de Cultura. Al tratarse de un registro oficial, la visibilidad que consigues para tu libro es excelente. El ISBN tiene otras utilidades, como realizar estadísticas sobre publicaciones a nivel nacional e internacional.

Por otra parte, la Agencia del ISBN española especifica que si deseas percibir beneficios económicos por la venta de tu obra, esta deberá tener un número ISBN asociado. Por el contrario, si el objetivo de tu publicación es solo la difusión y no percibes ganancias por ella, no es necesario que tenga un ISBN. En resumen: te recomendamos que asocies un ISBN España a tu libro antes de ponerlo a la venta. ¿Cómo puedo tramitar mi ISBN?

No inicies las gestiones hasta que tu edición esté terminada Puedes solicitar un ISBN una vez hayas terminado de editar tu publicación y estés completamente seguro de que todas sus características serán las finales. Recuerda: modificar cualquiera de estos aspectos en tu libro implicará la asignación de un nuevo número. Por ejemplo, si cambias el precio, la cubierta o los interiores de tu libro de manera significativa, esta nueva versión se considera una segunda edición y tendrás que asignarle otro ISBN para distinguirla de la anterior y evitar confusiones. Por eso, hasta que tu edición no esté terminada no inicies ninguna gestión.

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Pide a tu editorial que solicite un ISBN España para tu libro

Si tu publicación está siendo gestionada por una editorial española, lo habitual es que ella se haga cargo de todos los trámites. En este caso, tu libro pasará a formar parte del catálogo de esta editorial. Este tipo de ISBN brida a tu libro más oportunidades porque, al estar vinculado a una editorial, tiene una mejor aceptación entre libreros y plataformas. El ISBN editorial puede tener coste en función de la modalidad de edición, pero una vez lo solicites tu editorial se hará cargo de todos los trámites.

Entonces, ¿necesito un ISBN para mi libro? Ya te hemos contado la importancia del ISBN a la hora de hacer tu obra más visible y fácil de encontrar. En puntos de venta como las librerías físicas todos los libros deben ir correctamente identificados con su ISBN y su código de barras (generado a partir de este número). Si no lo llevan, el librero lo rechazará porque no podrá identificarlo y dificultará mucho su labor. Si eres un autor independiente, cómpralo directamente en la Agencia del ISBN En este caso, tu figurarás como editor y autor. Este tipo ISBN te brinda mayor independencia, aunque tiene una menor aceptación entre libreros y puede limitar tu acceso a determinadas ferias o canales de distribución. Para solicitarlo, simplemente accede a la web de la Agencia del ISBN. Allí encontrarás toda la información necesaria para el trámite. De forma resumida, deberás cumplimentar un formulario y efectuar el pago del importe correspondiente. Una vez todo esté listo, desde la Agencia te facilitarán el número para tu libro.

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Crea tu propia editorial y solicita un prefijo de ISBN propio Esta última opción supone un compromiso de partida: la creación de una empresa, una editorial.En este caso, después de constituir la empresa podrás dirigirte a la Agencia del ISBN y solicitar tu prefijo de editorial. Ese prefijo identificará todas tus publicaciones. Si representas a una institución que lanzar al mercado muchas publicaciones relacionadas puede interesarte esta opción. Ahora bien, como autor te recomendamos que optes por cualquiera de las dos vías anteriores. Asegúrate de que asignas un ISBN diferente para cada formato Sea cual sea la opción escogida, no olvides solicitar un ISBN diferente para cada formato de tu libro: uno para la edición en papel (dos, si editas en tapa blanda y tapa dura), otro para la edición en ePub y otro más para el PDF. Para terminar, queremos contarte que en Bubok ofrecemos un servicio de ISBN para tus publicaciones y la posibilidad de distribuirla en diferentes canales físicos y digitales. Si estás interesado, puedes revisarlo aquí. Para más información sobre el ISBN España, no dejes de ver este video en el que te aportamos más detalles sobre las gestiones de solicitud. https://www.bubok.es/blog/isbn-espana-todo-lo-que-necesitas-saber/

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http://astrologia-estrella.blogspot.com.es/

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Tessa Barlo nace a partir de entrar en el mundo literario y con mi primer libro de poesías. En 2009 Empiezo a poner las bases de mi nueva meta, escribir mis pensamiento, dar a conocer el mundo cultural. Que mejor forma de hacerlo a través de un boletín. Teléfono: 699.053.118 Correo electrónico: Tessabarlo@hotmail.com

http://tessabarlo.bubok.es/ http://www.tessabarlo.com/ http://pensamientosdetessabarlo.blogspot.com http://tessabarlo-literatura.blogspot.com/

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