Una guía realista: Islandia. Las 10 cosas que debes saber de Islandia y nadie se atreve a decirte

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Carretera 341 entre el Área Geotermal de Geysir y Árnes

LAS 10 COSAS QUE DEBES SABER DE ISLANDIA Y NADIE SE ATREVE A DECIRTE

UNA GUíA REALISTA ISLANDIA

por Alina Petrik


fate

Playa de Sólheimasandur

Islandia es un país de contrastes y de imprevistos, no hay mejor lugar en la tierra para comprender la dualidad de la naturaleza humana y del mundo que nos rodea, el ying y el yang, así como las dos caras de la misma moneda, que son el día a día de Islandia. Para mí, Islandia fue el destino perfecto para ilusionarme lo suficientemente como para tomar decisiones bruscas en mi vida. No era por la belleza y la lejanía de esa maravillosa isla, sino por las cuestiones burocráticas, geográficas, su identidad única y lo extenso de sus tierras, yo buscaba libertad por encima de todas las cosas e Islandia para mí fue la solución.


SÓLFARIÐ O EL VIAJERO DEL SOL EN REYKJAVÍK


LEITMOTIV Yo misma decidí que quería que este país me sorprendiese y ¡vaya si me sorprendió! Yo siempre había sido una persona con exceso de responsabilidad y meticulosidad, antes de un viaje sentía la necesidad de saber qué es lo que me deparaba el país de destino, qué lugares eran los must see, qué comida se comía, cuál era el tipo de cambio, cómo era la gente, dónde podía dormir, etc. Sin embargo, cuanto más planeaba los

viajes más imprevistos me surgían y más ansiedad se apoderaba de mí ante el completo caos de mis decisiones. Islandia surgió en mi vida como una salvación: llevaba años estancada en un trabajo explotador física y mentalmente, que no me dejaba tiempo a vivir y menos a unas vacaciones decentes, y tanto tiempo sin vivir deriva en una inevitable pérdida del apetito vital. Sencillamente no veía ninguna luz al final del túnel, no sabía cómo salir de aquel infierno laboral que mataba mis neuronas y al mismo tiempo mi autoestima como para decidirme a abandonar. Perdí incluso la ilusión por lo que más amaba en el mundo: la lectura. No obstante, el maestro llega cuando el alumno está preparado, y nunca mejor dicho, los viajes de Aniko Villalba eran lo único que me sacaba de mi

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rutina laboral de 9h30 a 19h00 y me abrían todo un mundo colorido de lugares que existían en algún rincón del mundo y que si yo quería, podía disfrutar también. Así que me compré su libro El síndrome de París. La lectura coincidió con un fin de semana en una casa rural de Alcaraz. Me quedé hasta la madrugada devorando las páginas del libro con una copa de vino blanco. Cuando llegué al capítulo de Islandia me quedé impregnada de las experiencias de Aniko y su amiga Laura por la isla y pensé: “¿Por qué no?, ¿por qué no irme yo también a Islandia?”.


CASCADA DE GULLFOSS


Avión Douglas DC-3 abandonado en la playa de Sólheimasandur


background Soy ucraniana de nacionalidad, aunque llevo tres años esperando a que me concedan la nacionalidad española, sigo siendo ucraniana y eso conlleva algunos problemas burocráticos al viajar. Básicamente hay algunos países que no me dejan entrar sin tener un visado y para ello debo tener un trabajo fijo y, por ende, unos ingresos fijos, así como mucha más documentación acreditativa de mi estatus legal en España y también

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de que no desearé quedarme de ilegal en algunos de aquellos países ricos y famosos que me niegan de primeras la entrada libre. En cuanto a Islandia, me sonaba que era miembro del Tratado Schengen (tratado de libre circulación de personas por el territorio de los países firmantes) y por tanto yo no necesitaba ningún visado. Lo comprobé. Efectivamente la entrada era libre. Y fue en ese momento cuando decidí que esa sería mi salida del infierno que estaba viviendo. Al día siguiente en el trabajo miré los billetes, se lo dije a mi amigo de aventuras, Dani, y sin mucha premeditación los compramos (billetes). Ya teníamos el viaje a Islandia... para dentro de 9 meses.


En todo ese tiempo no miré absolutamente nada de Islandia. Sabía que en mayo anochecía tarde y por tanto había muy pocas horas de oscuridad, pero aun así yo albergaba la esperanza de ver alguna aurora, que se podía acampar donde fuera, que todo era muy caro, siendo uno de los países más caros del mundo, que existía una carretera llamada the ring road y poco más. Pero tampoco me preocupaba el no saber, quería que Islandia me sorprendiese, quería dejarme llevar por primera vez en mi vida sin anticipar los problemas y buscando soluciones conforme los problemas se presentasen. Y así fue, me sorprendió de lo lindo, tanto positiva como negativamente, pero así es Islandia y me alegro, porque en mi vida había estado tan tranquila y en paz, con tanta energía y creatividad.

save the traveller

Sin embargo, a posteriori, estando en Islandia y buscando información sobre todas y cada una de las cosas (véase carreteras, compañías de alquiler de coches, campings, comida, lugares de interés y todo lo que os podéis imaginar en un viaje), las guías que encontrábamos eran poco realistas y solo reflejaban los aspectos positivos o demasiado negativos de todo, me sentí

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profundamente decepcionada, así que decidí crear una guía práctica pero realista de cosas que a mí me habría gustado saber al viajar a Islandia. Así que espero que sea de utilidad:


CASCADA DE SELFOSS


1.

¿Por qué Islandia?

Si lo que buscas es escapar, huir, cambiar, renacer, respirar aire puro, desprenderte de lo viejo, soltar, despojarse de todo y de nada, olvidar y empezar de nuevo, éste es tu destino. También es tu destino si quieres ver la real dualidad de las cosas, cómo lo bueno y lo malo son los dos principios de lo mismo, cómo de lo cotidiano nace lo excepcional, cómo un frío extremo se convierte en calor, cómo el hielo puede derretir un corazón y alegrar la vista, cómo un país entero cabe en una postal, cómo practicar

deporte sin querer y sentirse bien. Islandia sana los corazones rotos y las almas en pena. Islandia te hace aprender y aceptar. Islandia es un lugar precioso que ha de ser visitado al menos una vez en la vida, por su belleza, por su lejanía, por sus leyendas y por su relación con la naturaleza, porque sus parajes naturales son sagrados para ellos y porque por eso mismo conserva su estado natural de hace cientos de años. Porque no hay contenedores de basura públicos, salvo en los campings, y unas pocas papeleras, pero no hay ni un solo indicio de deshechos o basura en el suelo. Porque los conductores se respetan y apenas hay accidentes, porque los niños juegan en la calle como aquí hacía veinte años, porque no hay postureo y prefieren invertir en su desarrollo social y cultural y en

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buenos vehículos que en las carreteras. Islandia es diferente y única. Islandia se hace querer, aunque en la distancia España también se echa de menos. Y esa fue una gran lección para mí.


LAGUNA DE JÖKULSÁRLÓN


2.

¿Cómo llegar a Islandia? Compañías que no deberías elegir Nuestra idea era gastar lo mínimo posible en el viaje, así que los vuelos que escogimos eran los más baratos de todos los existentes. Hay vuelos que salen de Alicante, de Madrid y de Barcelona. Nosotros elegimos los que salían de Barcelona (amo esa ciudad y no me pierdo la ocasión de pisar sus preciosas y mágicas calles). Compramos los billetes de ida y vuelta con Vueling, para un viaje de quince días, que nos costó 205 euros a cada

uno más los 36 euros de la maleta facturada donde llevábamos la comida y el equipamiento para acampar. Ahora bien, compramos los billetes con nueve meses de antelación, eran baratos, pero mirando hacia atrás, digo que nunca más volveré a volar con Vueling ni a Islandia ni a ningún otro lugar del mundo.

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Y es que lo que iba a ser un vuelo normal de cuatro horas se convirtió en una pesadilla de 14 horas dentro del avión. A mí ya de por sí no me gusta volar, me agobia pensar que mi vida está en manos de un piloto…y más cuando es un piloto que de repente aterriza por emergencia en Glasgow, Escocia, donde yo ni siquiera puedo bajar porque Escocia no me permite la entrada sin el correspondiente visado por ser ucraniana, y no deja salir a nadie del avión durante dos o tres horas y tampoco explica la situación. Los pasajeros se agobian y empiezan a atosigar a las azafatas, no sin razón, porque el acceso a la cabina del piloto es restringido, pero ellas están en la misma situación de desconocimiento y desconcierto que los pasajeros. Hace calor, la gente tiene hambre porque esperaba llegar a Reykjavík


para la hora de cenar, las maletas de los españoles están llenas de comida pero tampoco se tiene acceso a la bodega del avión. Tras casi dos horas de ignorancia y calor extremo, nos dicen que volvemos a Barcelona y que quien quiera se pude quedar en Glasgow, salvo los pasajeros de países diferentes a la UE, como yo, pero que en Barcelona se nos pagará un hotel. Algunos islandeses se bajan y procedemos a otra hora de espera para que encuentren sus maletas en la bodega. Tras un total de poco más de tres horas, despegamos y volvemos a Barcelona, donde todo el mundo duerme aún, salvo los pocos agentes aduaneros del control de entrada que no saben cómo tratarnos: como pasajeros que llegan o que se van. Decidimos quedarnos en el aeropuerto porque abandonarlo para ir al hotel

sería asumir el riesgo de sufrir las huelgas de transporte que se están celebrando en Barcelona justo esos días. Nos pagan el desayuno, la comida y la merienda, genial. Nos tumbamos en el suelo y esperamos pacientemente la hora de salida del avión a las 13.

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Llegada la hora entramos al mismísimo avión y algunos comentan que no les mola la idea de volar en el mismo avión. Sin embargo, el problema no es del avión sino del piloto, para mi desgracia. Menos mal que cambia la tripulación y ponen a otro piloto. A un español (el otro era francófono) con un excelente inglés y mucha gracia, el hombre se disculpa millones de veces ante los pasajeros y promete esta vez llegar a Reykjavík. Estamos a punto de despegar y surge otro problema: hay dos personas no nacionales de la UE, sin visado. Yo pienso: “Menos mal que no soy yo, tengo mi tarjeta de residencia y mi pasaporte biométrico en regla”. Alguien no se dio cuenta y facturó sus maletas, ellos se han quedado en tierra pero sus maletas estaban a punto de despegar. Otra hora para buscar las maletas. Si el día


Aeropuerto de Keflavík

de antes hubiera visto Destino final, me habría bajado del avión y me volvería a mi Murcia querida con un ataque de pánico. Tras otra hora de espera, despegamos, otras cuatro horas de avión para sumar un total de 14 horas dentro del avión y otras 10 dentro del aeropuerto. Menos mal que yo no tenía prisa.

El primer piloto alegó que no aterrizaría en Reykjavík por mal tiempo. Yo no sabía en aquel momento lo que era el mal tiempo islandés. Miramos la página web del aeropuerto, siempre actualizada, y todos los aviones aterrizaban, todos menos el nuestro. Como otros tantos misterios de la vida, nunca sabremos la verdad.

Pero, desde luego, yo desaconsejo firmemente volar con Vueling, incluso a pesar de que el segundo piloto fue tan amable que salió tras el aterrizaje de su sagrada cabina y se despidió de todos los pasajeros personalmente, dando la cara, y el tercero, a la vuelta, hizo unos despegues y aterrizajes increíblemente suaves.


3.

Moverse por Islandia. ¿Qué medio de transporte elegir? El objetivo de nuestro viaje era viajar de la manera más barata posible y aun así no fue una tarea fácil en uno de los países más caros del mundo. Nos gustaría haber hecho autostop, pero no teníamos suficiente tiempo ya que queríamos ver el máximo posible de la maravillosa Islandia. El viaje en bicicleta tiene que ser una increíble experiencia, ya que puedes disfrutar de todas las vistas, adentrarte en la isla sin necesidad de un todoterreno y dormir a la intemperie, pero de

nuevo se necesita más tiempo y, por supuesto, material adicional, del que no disponíamos. Por tanto nos decantamos por alquilar un turismo. Un todoterreno se salía de nuestro presupuesto, al igual que una camper. Sin embargo, viendo a decenas de campers por la isla, me quedé con las ganas de saborear las ventajas de una algún día.

¿Cuál es la mejor empresa de alquiler? Hay casi tantas empresas de alquiler como viajeros y los precios también varían, adaptándose a cualquier viajero que se haya decantado por un viaje relativamente independiente. En nuestro caso alquilamos el coche

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con unos dos meses de antelación (bastante tarde ya que muchos ya no estaban disponibles para esas fechas), eligiendo una empresa casi al azar, era una de las más económicas que encontramos en ese momento, tenía una flota de coches pequeños y además ofrecía alquiler de material de acampada por un precio razonable. En el avión conocimos a unos chicos que estaban viviendo en Islandia y nos remarcaron que cometimos un error alquilando el coche con la compañía que lo hicimos. Obviamente, nos asustamos. Nos dijeron que casi todas las compañías islandesas te hacían pagar una fianza al recoger el coche y si no, lo miraban con lupa al entregarlo (y efectivamente lo miran con un aparato que parece una lupa gigantesca) y que te hacían pagar cualquier rasguño por pequeño que fuese.


Furgoneta aparcada en el parque nacional de Þingvellir

Pero nada más lejos de la verdad, he de decir que no podíamos haber acertado mejor con la compañía GoCarRental Iceland (no confundidla con GoIceland Car Rental). Si bien es cierto que había que pagar 50 euros adicionales para que nos recogiesen en el aeropuerto de Keflavík y nos tomaron los datos de la tarjeta de crédito en caso de que hubiera que bloquear alguna cantidad por el mal uso del vehículo, el servicio de atención al cliente durante el viaje y al entregarlo fue inmejorable. No solo no tuvimos que pagar ninguna fianza, tampoco nos intentaron vender ningún seguro aparte del básico que ya incluía (el seguro a todo riesgo vale 35 euros/ día y no cubre los pinchazos, por ejemplo), tampoco nos revisaron el coche a la entrega, ya que el coche se dejaba en el aparcamiento de vehículos alquilados cerca de Keflavík (a una

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distancia muy asumible a pie y si no os gusta andar, hay autobuses gratuitos cada diez minutos que os acercan al aeropuerto) con las llaves dentro de la guantera. Nosotros alquilamos un Volkswagen Up, un coche bastante limitado en cuanto a las carreteras de acceso difícil, así que a veces anduvimos y a veces lo pusimos a prueba, pero nos hizo de casa perfectamente, siendo el maletero nuestra despensa y nevera (con el frío que hacía incluso la leche y los yogures se mantenían frescos) y los sillones de atrás de armario. Y, sin embargo, yo me quedé con las ganas de probar una camper. Ya que además GoCarRental colabora con la empresa GoCampers que me imagino que tendrá una filosofía similar en atención al cliente y un precio desde 99 € por día (con posibilidad de conseguir


Otro punto interesante respecto a los viajes en vehículo y que me gustaría encontrar al leer guías de viaje son las emisoras de radio. Desgraciadamente, no todos los vehículos tienen salida USB y no todos los viajeros llevan consigo CD’s. A mí personalmente me encanta escuchar la radio, es como mejor puedes conocer la idiosincrasia y la cultura musical de un país. Yo siempre echo de menos emisoras donde hablen poco y de algo sustancial

y pongan mucha música (y más en un país donde no entiendes el idioma). Las dos emisoras de radio que cumplían más o menos con esos requisitos en Islandia eran: K100 (frecuencia 100,5) y Bylgjan (frecuencia 98,9). Y la canción de nuestro viaje: Despasito, así que entre escuchar esta canción y algunas entrevistas en inglés era todo un alivio y música para nuestros oídos.

AMANECER EN EL CAMPING ESCONDIDO DE FÁSKRÚÐSFJÖRÐUR

descuentos). Hay otras empresas que ofrecen furgonetas camperizadas con muchos útiles interesantes como KuKuCampers (que tenían los diseños muy personalizados de sus furgonetas) a partir de 89 euros/ día, Happy Campers, cuyo precio de alquiler por día aumenta un poco, unos 100 euros/ día. Pero habiendo probado y quedado completamente satisfecha con la experiencia de la GoCarRental, aconsejo a los GoCampers.


4.

Conducir en Islandia Si buscáis información sobre Islandia, en casi todos los sitios encontraréis algo relacionado con la correcta conducción

por la isla. Y es que dada la poca constancia de su tiempo, las ventiscas, la carretera de gravilla donde reparan los baches echando más gravilla, las carreteras sin asfaltar, los vientos que vienen de todas partes y del Polo Norte, pareciendo eso más bien una lavadora, es importante consultar las páginas web que ponen los islandeses a disposición de los conductores y de los viajeros en general:

- Página del tiempo, totalmente exacta (como decía Dani: “En Islandia los que más trabajan son los que tienen que hacer el pronóstico del tiempo”) por horas y por regiones http://en.vedur.is/ En esta página no solo os indican las precipitaciones, los vientos y su fuerza, las temperaturas, sino también los terremotos, ya que en algunas zonas de la isla son frecuentes.


- En esta página http://drive.is/ quedan resumidas las normas básicas de conducción por Islandia, como por ejemplo que la velocidad máxima es de 90 km/h. Cabe destacar la precaución de parar y descansar aunque sea de día, ya que desde el mes de mayo apenas hay horas de oscuridad y un viajero se puede confundir.

- Por último dejo el enlace a esta página http://safetravel.is/ que veréis muchas veces por todas partes por muy corto que sea vuestro viaje por Islandia y es que por lo visto hay gente que se toma muy a la ligera la aventura y se expone al peligro y realmente arriesga su vida, para evitarlo en primer lugar hay que usar el sentido común y en segundo, se puede consultar esta página, pues cada año hay muchos casos de personas que deben ser rescatadas en condiciones extremas o que incluso pierden la vida en las montañas.

CAMPING EN EL PRECIOSO PUEBLO DE SEYÐISFJÖRÐUR

- Página de las condiciones de las carreteras islandesas: http://www. road.is En esta página aparece el estado actualizado de todas las carreteras del país por zonas, además de la temperatura y el viento que hacen en cada momento. Es muy útil ya que hay coches que no pueden asumir ciertos tipos de carretera, con baches y sin asfaltar, lo que puede derivar en un problema que quizás habría que evitar.


Vistas desde el mirador del parque nacional de Þingvellir

5.

¿Dónde dormir? Normas de acampada Como ya he mencionado antes, nosotros íbamos buscando el tipo de aventura más barato. En principio ni siquiera nos habíamos informado de los campings que nos ofrecía la isla, ya que íbamos con la idea de dormir a la intemperie, donde la naturaleza nos lo permitiese. La primera noche la pasamos en los apartamentos Atlantic Apartments & Rooms. Fue una decisión de última hora por las sorpresas que nos dio el piloto del primer avión que nunca llegó a

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Reykjavík. Fue barato (25 euros/noche por persona) y bastante completo: camas literas, frigo, microondas, tetera eléctrica, tés y cafés con azúcar, lavabo en la habitación y baño compartido. La habitación estaba calentita, con ventanales enormes y eso se agradecía después de una noche sin dormir. Eso sí, los apartamentos estaban bastante alejados del centro de la capital en una zona del polígono industrial, pero como teníamos coche, no fue un problema. Al segundo día buscamos y rebuscamos primero algún lugar para comer y después para dormir. Yo estaba viendo que si teníamos problemas para encontrar un lugar tranquilo, sin viento, resguardado de la lluvia y del frío para cocinar, ya no tanto para comer, para dormir sería sencillamente imposible.


En el momento de recoger el coche, el hombre que nos lo entregó nos preguntó qué plan teníamos para el viaje y le dijimos que acampar con una tienda de campaña, él nos mencionó que la gente acampaba donde les daba la gana, pero que en realidad era ilegal y que había ciertas normativas que prohibían la acampada libre. Se me rompieron todos los esquemas al escuchar, primero, aquello, y después ver que todo el sur de Islandia estaba vallado o por lo menos en la ring road o en las carreteras de fácil acceso con las que enlazaba. Me arrepentí de no haberme informado de la legislación que regía ese asunto y empecé a buscar información al respecto agobiada y con prisas. Y, efectivamente, encontré la siguiente información publicada por la Agencia del Medio Ambiente de Islandia:

Las normas básicamente se reducen a: - No se puede pernoctar en vehículos camperizados de ningún tipo (caravanas, furgonetas camperizadas, etc.) dentro o fuera de los núcleos urbanos

En cuanto a las tiendas de campaña clásicas: - No se puede pernoctar ni acampar en las áreas protegidas - No se puede pernoctar ni acampar en las tierras cultivadas - No se puede pernoctar ni acampar en la propiedad privada sin el permiso del dueño - No se puede pernoctar en las tierras libres, esto es, sin cultivar, si en las proximidades existe un camping

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O sea, básicamente las normas se reducen a que podéis acampar con una tienda en lugares recónditos, estando de travesía. Pero si viajáis en un turismo que tiene difícil acceso a esos lugares, éste se convertirá en otro inconveniente más, ya que además de buscar un lugar para acampar, tendréis que buscar un lugar para aparcar el coche de manera segura, ya no por el riesgo de robo, sino por las malas condiciones meteorológicas. Lo curioso es que existen algunos lugares en los que se indica explícitamente la posibilidad de acampada libre. Nosotros solo vimos dos. Ambos en el parque natural de Þingvellir, cerca del lugar donde se ubicaba el antiguo parlamento vikingo.


Nuestra tienda todoterreno en el camping de Fáskrúðsfjörður


6.

Campingcard

Si vais a lo barato y vuestra idea es acampar, creo que la mejor opción es hacerse con una campingcard (siempre que vuestro viaje dure al menos dos semanas) que ofrece las siguientes ventajas: - Tiene un precio único de unos 169 euros que se abona solo una vez al adquirirla (al comprarla en Islandia, si se compra con antelación os sale más barata, por unos 149 euros y os la envían a casa) y presentándola en los campings no hay que pagar nada más aparte de un impuesto de 111 koronas

- Con la campingcard tendréis acceso a una red de unos 42 campings repartidos por toda la isla - La campingcard además os ofrece descuentos en gasolineras (Shell y Orkan) y un 20 % de descuento para alquilar una furgo camperizada con los GoCampers - Es válida para dos adultos y hasta cuatro niños - Os podéis olvidar del problema y agobio que supone buscar un lugar para acampar, algunos campings tienen una cocina y comedor increíbles, WiFi, baños y duchas - Con la compra de la tarjeta, se os entregará un libro de las instrucciones, donde figuran todos los campings, gasolineras y supermercados del país

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- La tarjeta tiene una vigencia de un año, esto es, de una temporada, de septiembre a septiembre. Así es que si, por ejemplo, la compráis en julio, será vigente hasta septiembre de 2017. Si bien es cierto que la temporada de los campings suele ser de junio a agosto y nosotros viajamos en mayo, así que nos encontramos algunos campings cerrados, lo que no quiere decir que no podíamos quedarnos. Aunque la recepción esté cerrada, os podéis quedar en la zona de acampada y si nadie viene a cobraros el importe del impuesto, mejor, y si los baños y las duchas funcionan, mejor todavía. A nosotros nos ha pasado en varias ocasiones. De ahí, supongo, que haya gente que diga que a veces los islandeses no cobren nada a los viajeros que pernoctan o acampan en los campings. No creo que eso sea así. Es solo que si se viaja fuera de temporada,


Zona de acampada permitida y gratuita en el parque nacional de Þingvellir

es posible que os pase, porque si por algo se caracteriza la nación islandesa es que se toman la vida con mucha calma y no van a trabajar si no es estrictamente necesario. Sí que es cierto que una vez vimos una caja con un mensaje para abonar la noche en el camping, pero al tener la campingcard, lo único que puedes abonar son las 111 koronas y a veces no lo teníamos y necesitábamos cambio o directamente no lo teníamos y queríamos pagar con la tarjeta y los responsables se negaban a cobrárnoslo.

El precio medio de una noche de camping ronda sobre unas 1000 koronas por persona, a veces hay que pagar un extra por ducharse, por electricidad, etc., sin embargo, en la mayoría de los campings las duchas y los baños están incluidos en el precio de la noche y en los baños o en la cocina siempre hay enchufes para cargar el móvil o cualquier otro dispositivo. Eso sí, si esperáis encontraros los campings de cinco de estrellas con

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piscina y demás comodidades típicos en España, os llevaréis un chasco. Los campings islandeses son muy sencillos, con una zona de acampada para tiendas de campaña o para vehículos camperizados o caravanas, una caseta donde hay duchas y baños, otra que hace de cocina y poco más. En la recepción de algunos también había guías de viaje gratuitas y los encargados siempre están dispuestos a aconsejar rutas y lugares bonitos para visitar.



Comer: supermercados y gasolineras Los restaurantes en Islandia son caros, aunque yo soy partidaria de que cuando uno viaja por un país, por muy caro que sea, debe probar aunque sea una vez la comida típica de allí. Nosotros lo hicimos en nuestro primer día en Reykjavík. Después de nuestro vuelo fallido de 14 horas, nos dimos el lujazo de cenar en un restaurante típico. Dado que no anochecía y desconocíamos los horarios para comer y cenar, fuimos al restaurante con miedo, serían las nueve de la

No obstante, nuestras visitas a los restaurantes se redujeron a eso, salvo otras dos veces que nos tomamos unas jarras de cerveza: una en el pueblo pesquero de Húsavík y otras dos en el restaurante del camping de Skjól. El precio de una jarra de cerveza es de unas 1000 coronas (9 euros en mayo de 2017) o por lo menos no las hemos encontrado más baratas.

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Banquete en un bosquecillo entre Egilsstaðir y Seyðisfjörður, a 5 km de la cascada de Fardagafoss

7.

noche y había gente cenando, pedimos una sopa de marisco, salmón ahumado y una pata de cordero y una cerveza vikinga clásica. Obviamente todo estaba exquisito, me enamoré de aquella sopa y no nos costó tan caro para lo caro que era el país: poco más de 80 euros los dos, o sea, 40 euros por persona, lo que es completamente asumible incluso en España.


Debido a que queríamos que nuestro viaje fuera lo más económico posible, facturamos una maleta llena de comida española que al final del viaje nos sobró. Entre otras cosas nos llevamos garbanzos, lentejas, latas de atún, muesli, una mezcla de frutos secos y especias hecha por mí que añadíamos a los platos calientes y ensaladas, y poco más. Nuestra primera parada fue el supermercado Bónus que gana a cualquier otra red de supermercados de Islandia en calidad/ precio/variedad de productos. Aunque también existen otros supermercados como Netto y Kronan, nosotros no los pisamos. El primer día compramos cuatro botellas de dos litros de agua, más que nada porque no teníamos recipientes para el agua y no volvimos a comprarla, ya que se puede tomar agua de los grifos y donde más buena

está con diferencia es en los ríos y arroyos. También se puede comer en las gasolineras que ofrecen menús muy interesantes: N1 (además de la comida ofrece WiFi gratis y se puede comprar tabaco), Skeljungur y Olís. Las gasolineras de autoservicios son: Atlantsolía, Daelan, Orkan y OB. Como ya he dicho antes con la Orkan y Atlantsolía hay descuento en caso de tener la campingcard. En las estaciones de autoservicio no encontraréis a nadie que os explique cómo funciona el surtidor, la tarjeta de descuento y cuántos litros es conveniente echar al coche. A nosotros nos pasó, estuvimos cerca de quince minutos intentando llenar el depósito y a mí me habría gustado saber de antemano cómo funcionaba (a pesar de que las instrucciones figuraban en varios

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idiomas, los pasos no quedaban claros): 1. Introducir la tarjeta de descuento (en nuestro caso era la tarjeta que se nos entregó en el momento de la compra de la campingcard) 2. Introducir la tarjeta de crédito/ débito y marcar el código pin 3. Sacar la tarjeta de crédito/debito 4. Entonces en la pantalla aparecen la cantidad de coronas que se pueden echar al depósito y como última opción Depósito lleno Nosotros no sabíamos cuánto echarle, así que marcamos la cantidad máxima y al tener un coche tan pequeño, nos pasamos. Lo bueno es que incluso si marcas Depósito lleno, quizás se bloquee la cantidad correspondiente (nunca lo supimos, pues no teníamos acceso a la banca online), pero si


sabemos que luego se devuelve todo lo que no se consume 5. En algunas gasolineras se os pedirá el número de surtidor, mientras que en otras se os dirá automáticamente y se os avisará de que está listo para echar combustible 6. Por último, existe la posibilidad de obtener el ticket de la operación, aunque en nuestro caso no pudimos porque nunca quedaba papel

Los horarios de las gasolineras y de los supermercados varían de una ciudad o pueblo a otro, así que conviene consultarlo antes, cuando se pueda, o arriesgarse, por ejemplo la Gasolinera N1 tiene los siguientes horarios de apertura. Además de repostar y comer en las gasolineras, también se puede comprar las botellas de butano no mucho más caras que en los comercios especializados.

Cascada de Öxarárfoss en el parque natural de Þingvellir

Los souvenirs en general son caros, las postales más baratas las podéis encontrar en los Bónus. Y si tenéis/ queréis comprar souvenirs sí o sí, os aconsejo que lo hagáis en las Tiendas Tax Free, ya que al ser residentes fiscales de un país europeo como España o incluso si tenéis la tarjeta de residencia de un país europeo, no podréis presentar la declaración para la devolución del IVA (pues a los souvenirs se les aplica el tipo impositivo más alto del 24 %).


EL MÁGICO PUEBLO DE SEYÐISFJÖRÐUR


8.

Información turística Mi viaje a Islandia era el primero en el que decidí dejarme llevar y dejar que el país y su naturaleza me sorprendiesen. Y así fue. Soy consciente de que hay miles de blogs con información turística y los lugares obligatorios de ver, las guías de viaje en papel, digitales, el Lonely Planet y sus guías. Sin embargo, yo no miré nada. Y no me arrepiento. Creo que las Oficinas de turismo de Islandia (como otras tantas cosas) funcionan genial, te obsequian con

mapas y guías gratuitos, te explican los lugares de interés, cómo llegar a ellos y además en la entrada a los pueblos hay señales específicas (una “I” de información) con todos los lugares de interés y de utilidad del pueblo. Además, conforme avanzas con tu vehículo por la carretera ves la señal de comando y ahí es donde puedes ver algo precioso. Por eso yo creo que Islandia, con toda su magia, sus leyendas sobre las criaturas fantásticas y su naturaleza es el mejor lugar para perderse con el fin de encontrarse. Sin embargo, nunca vendrá mal tener los mapas turísticos que ofrecen las oficinas de turismo y que tendréis que ir cambiando conforme vayáis avanzando (sur, este, noreste, los fiordos del oeste, la península de Reykjanes, etc.). Con esos mapas tan

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precisos no es necesario ni el GPS, algunos mapas indican incluso qué carreteras están asfaltadas y cuáles no. El GPS se puede alquilar junto con el coche y si lo que pretendéis es ahorrar al máximo, podéis instalaros la aplicación Maps.me, que permite descargar los mapas de un país con antelación y después no necesita conexión para funcionar. Otro recurso importante que nos aconsejaron es la página Hotpot Iceland, donde podéis encontrar todo un abanico de piscinas, tan populares entre los islandeses, aguas termales, alojamiento y gasolineras. Todos los lugares están señalizados en el mapa con sus correspondientes coordenadas y llevan una breve descripción, la inconveniente es que se requiere internet para verlos, pero supongo que en este mundo modernizado no es un


problema y más en uno de los países mejor conectados del mundo. En nuestro caso pudimos aprovecharnos

de las ventajas del roaming, que ha dejado de existir el 14 de junio de 2017, así que la mejor opción sería comprar

una tarjeta islandesa de prepago con datos móviles como las que se ofrecen de Vodafone (digo Vodafone, porque yo lo tengo y me funciona muy bien).


Los acantilados de Reynisfjall por encima de la playa negra de Reynisfjara


9.

Cuándo viajar

La temporada alta en Islandia es de junio a agosto. El mes de mayo es “un mes de tiempo loco”, como nos indicó una islandesa amante de España que pasaba los inviernos en Calpe. En mayo comienza la primavera en Islandia, por tanto el tiempo está cambiando del frío al calor islandés y viceversa a un ritmo vertiginoso, los vientos son fuertes, fríos y frecuentes. La naturaleza no se deja fotografiar con un fondo bonito de los cielos despejados y la niebla impide deleitarse con esos paisajes

de postal. Sin embargo, en Islandia nunca se sabe, como dicen ahí “si no te gusta el tiempo que hace, espera cinco minutos”. No puedo decir que sea totalmente cierto, ya que el tiempo no nos cambió con tanta frecuencia como la dirección del viento y su intensidad. Me fiaría más de otra costumbre islandesa de perseguir el sol, esto es, planear vuestro viaje en función del buen tiempo en la isla. De ahí que son casi obligatorias las páginas de tiempo citadas anteriormente. Desde abril hasta mediados de agosto será casi imposible ver auroras, no porque no las haya, sino porque no anochece. Hay una claridad increíble durante toda la noche, así que también se aconseja llevar consigo un antifaz para dormir para aquellos que precisen de la total oscuridad para entregarse a las manos de Morfeo.

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Dicen que la mejor época para ver los auroras boreales es en invierno con muy pocas horas de luz. Desgraciadamente y obviamente nosotros no vimos auroras, pero para mí fue todo un descubrimiento “las noches blancas”, como lo llaman en mi país o el sol de medianoche. El cuerpo se confunde con tantas horas de sol y se llena de energía, además con el frescor que hace apetecer hacer deporte y estar activo, yo lo compararía a estar enamorada…enamorada de Islandia y sus regalos. Yo pasé frío, pero porque no llevaba suficiente abrigo, siempre me pasa, peco de llevar pocas cosas de viaje y las pocas que llevo me sobran. Así que es importante ir abrigado, tener un buen saco de dormir, unas botas calentitas y ropa a base de capas, ya que el tiempo y la temperatura van


Cascada de Seljalandsfoss


Creo que no hay una época perfecta para viajar a Islandia, cualquier momento es bueno, porque al tiempo le gusta sorprender a sus visitantes. Así que en mi opinión lo perfecto sería viajar varias veces, al menos dos, tanto para disfrutar de las noches blancas como para disfrutar de las auroras boreales, como características máximas de este bello país.

ACANTILADOS DE REYNISFJALL

cambiando. Es importante tener un buen chubasquero o al menos ropa exterior impermeable, una bufanda o braga para que la garganta no sufra y un buen gorro, así como guantes. Aunque con respecto a los guantes, incluso si no tenéis, podéis encontrar por ahí guantes perdidos. Yo perdí uno y en unos días recuperé otro. Ahora tengo dos guantes diferentes.


10.

Qué ver

Siendo el verano la época de la masificación turística en Islandia, es recomendable levantarse pronto, viajar en otra época o evitar los lugares de interés más conocidos. Sin embargo, es complicado renunciar a ver ciertos lugares must-see, así que hay que armarse de paciencia, una tarea bastante sencilla en un país tan tranquilo y pacífico como Islandia. A continuación os dejo algunos lugares que más me han impresionado de la isla, teniendo en cuenta que no

pudimos recorrer los Fiordos del Oeste y tampoco vimos bien la península de Snæfellsnes, por donde según Julio Verne se entra al centro de la Tierra, por la niebla que pesaba sobre nosotros. Sin embargo hubo otros lugares sorprendentes que permanecerán para siempre en mi memoria y mi corazón. - Cascadas: Seljalandsfoss y Selfoss por su posición y por hacerte sentir parte de ellas. -Acantilados: encima de la playa negra Reynisfjara se sitúa Reynisfjall, una especie de acantilados a los que se llega caminando por una ruta desde el pueblo de Vík. En verano, los acantilados hacen de hogar a la colonia de los frailecillos o puffins, que se dejan ver especialmente al anochecer. Nosotros, desgraciadamente, solo vimos

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gaviotas. - Pedazos de icebergs: laguna de Jökulsárlón que tiene varias paradas, la primera y más pequeña es uno de los lugares más preciosos que he visto en mi vida, en la segunda, más turística y masificada se pueden ver focas. - Focas: laguna de Jökulsárlón, en una playa solitaria a 23 km de Hvammstangi (uno de los mejores campings con la campingcard) por la carretera 711 y en la playa de Ytri Tunga en la península de Snæfellsnes. - Aviones abandonados: el avión que se hizo famoso con el vídeo de Justin Bieber está en el sur de Islandia en la playa de Sólheimasandur que merece la pena ya no por el avión como por esa playa extensa sin fin de arena negra, ese desierto de piedras geométricas y esa horda de personas


ÁREA DE AGUAS TERMALES RJÚPNABREKKUR POR LA RUTA REYKJADALUR


que va en peregrinación a ver “un trozo de metal” como había señalizado Dani. Pero es que resulta que hay más aviones abandonados en Islandia, para los amantes de los accidentes aéreos como yo que desean superar su fobia a volar. Resulta que en el noreste del país en Sauðanes al norte de Þórshöfn se encuentra otro cadáver de la aviación, que preserva su color, pero que no sé por qué no llama tanto la atención como el primero. - Seyðisfjörður, uno de los pueblecitos pesqueros más bonitos del mundo, envuelto en un aura de misterio que le proporciona la niebla que jamás abandona el pueblo, es como la entrada a otro mundo, el mundo de las criaturas mágicas de Islandia. Además, el pueblo tiene pistas de esquí, así que debe de ser un paraíso para los amantes de los

deportes de invierno. Este pueblo también tenía los bares más llamativos después de Reykjavík y uno de los mejores campings en los que nos alojamos. - Baños de aguas termales: la famosa Blue Lagoon en Grindavík, donde el precio mínimo asciende a 6100 coronas; la Secret Lagoon en Flúðir por 2800 coronas; el río de aguas termales del valle Rjúpnabrekkur al que se accede por una ruta a pie desde Hveragerði y que es completamente gratuito. Nosotros hicimos la ruta entera desde el pueblo, sin embargo, se podía dejar el coche en un aparcamiento improvisado a pie de montaña y caminar unos tres kilómetros hacia arriba, hasta llegar a una zona de baño con vestuarios y caminitos para elegir la zona más agradable.

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- Las piscinas son muy populares entre los islandeses, en cada ciudad o pueblo encontraréis señales de piscinas municipales, tanto de agua fría como caliente. Nosotros no visitamos ninguna y ahora me arrepiento. Sin embargo, me gustaría aconsejar una en particular que es la que nos recomendó una señora de un museo de Keflavík, Reykjanes Swimming Center que tiene agua caliente, sauna y spa, por solo unas 200 coronas. Aquí podéis encontrar más información sobre las piscinas de la península de Reykjanes (visitreykjanes.is/) y en la página de Hotpot Iceland, citada arriba, aparecen todas las piscinas de la isla. - Para visitar el parque nacional de Þingvellir hay que pagar si se deja el coche en el aparcamiento oficial del parque y se accede directamente.


- Muchas de las actividades que se ofrecen en Islandia son de pago: avistamientos de ballenas, de los

frailecillos, de las focas, entradas a los cráteres de los volcanes y a las cuevas, paseos por el glaciar, etc. No cuestiono que todo aquello debe ser precioso y único, pero también… carísimo. Yo prefiero perderme aquello y entregarme a los paisajes que la naturaleza me ofrece, buscar un poco más, investigar un poco más, profundizar un poco más y dejarme llevar, sencillamente. Espero que esta guía os sirva de ayuda para encontrar los lugares más mágicos y especiales de una tierra única del mundo, Islandia, que una vez que entra por los ojos de uno, jamás termina de aparecérsele en los sueños y en la vida real. Es como un amor inolvidable, porque después de Islandia, nada vuelve a ser como antes.

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LÓNDRANGAR EN LA PENÍNSULA DE SNÆFELLSNES

Una vez abonada la tasa se puede quedar en el parque todo el día, sin embargo nosotros no queríamos pagar así que buscamos otra solución. Y es que si bajáis por la carretera del parque en dirección a Selfoss, en una de las intersecciones encontraréis a la izquierda otro centro de visitantes y a la derecha otra carretera que os llevará a otra entrada al parque. Justo en ese lugar está la zona de acampada libre con duchas y baños, y también un aparcamiento gratuito donde podéis dejar el coche para hacer una ruta de unos dos kilómetros hasta el parque. La ruta es bonita y está señalizada, se trata de un sendero que atraviesa un pinar hasta llegar a las cascadas del parque y sus llanos. Merece la pena.


LAS 10 COSAS QUE DEBES SABER DE ISLANDIA Y NADIE SE ATREVE A DECIRTE

UNA GUíA REALISTA ISLANDIA

Entrada a Seyðisfjörður por la carretera 93

ediciones the flying dog


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