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JUAN VILLORO UN AUTOR EN 359 GRADOS AN AUTHOR IN 359 DEGREES Por: BORJA ILIÁN / YULIANA ZERMEÑO
Juan Villoro es ensayista, prologuista, articulista, poeta, autor de narrativa infantil, fantástica, de la vida real y de todo lo susceptible de ser capturado con la pluma. Acaba de publicar ‘El vértigo horizontal’, una recopilación de historias dedicada a la Ciudad de México, escenario habitual de sus obras largas y cortas. «
Time Contact - ¿Te consideras un escritor de lo cercano? Juan Villoro - Me gustaría pensar que sí, una de las cosas más interesantes de la literatura es ponerte en la piel del personaje que creas, poder entrar en una mente hasta donde eso es posible y al mismo tiempo quieres que se traslade al lector. La literatura es una ilusión de cercanía, de hecho hay una antología de textos míos que se publicó en Uruguay que se llama ‘Una ilusión de cercanía’. TC - ¿Qué ha marcado más tu narrativa, la observación o la experiencia? JV - Cuando empecé todo lo que yo escribía tenía que ver con mi limitada experiencia del mundo que era cercana a los temas juveniles, estaba muy cerca de ese mundo y no necesariamente era autobiográfico pero el ambiente sí lo era, con los años ha variado este registro y he tratado de meterme en la piel de personajes muy distintos a mí, por ejemplo en la novela ‘El testigo’ el personaje que más me interesa es un sacerdote y yo lo veía como un ser un tanto extravagante, con los años ha habido personajes alejados de mi experiencia que me han llamado mucho la atención. TC - ¿Te consideras un autor costumbrista? JV - Las costumbres son fascinantes y para un escritor analizarlas es algo absolutamente extraordinario porque no hay nada más raro que lo habitual. Nos acostumbramos a hacer cosas simples, sencillamente porque así se ha hecho desde hace tiempo, pero son comportamientos bastante raros. Tengo un libro que se llama “¿Hay vida en la tierra?” que trata justamente de pequeñas costumbres cotidianas que tenemos todos nosotros. No hay nada más extraño que lo ordinario. Creo que ese es uno de los grandes misterios de la literatura que te puede revelar aquello que dabas por sentado. TC - ¿El costumbrismo puede ser un justificador de situaciones, no siempre tan positivas, para que perduren en el tiempo? JV - Una cosa es la costumbre y otra cosa es el costumbrismo, la costumbre es la manera en la que nosotros habitualmente nos
relacionamos y la forma, casi ritual, en que repetimos ciertos actos. Me encanta la literatura de Jorge Ibargüengoitia, su libro: ‘Misterios de la vida diaria’ trata de ver como la relación que tiene con sus vecinos, con sus tías, con la gente más común es una relación bastante extraña, el costumbrismo muchas veces lo que hace es tratar de fijar una tradición y de demostrarnos que esta tradición es maravillosa, y entonces convertir la tradición en una ideología, en algo que nosotros debemos celebrar, y eso me parece un poco aburrido. TC - Tu último libro es ‘El vértigo horizontal’ JV - Quise hacer un libro que por un lado fuera muy personal, porque todos tenemos una ciudad íntima no tanto para hablar de mí, sino para a través de situaciones en las que yo he sido testigo poder contar cómo ha cambiado la ciudad durante 50 años. TC - En una sociedad infantilizada como la occidental en estos momentos, ¿qué papel tiene la literatura infantil? JV - Nuestra sociedad está muy infantilizada no necesariamente en un sentido positivo, sino en un sentido pueril. Creo que la literatura para niños trata de poner el acento en la otra condición de lo infantil es decir en la condición de entender un mundo imaginario que se está aprendiendo. La literatura infantil, articula en sus grandes momentos una imaginación amplia, barroca, desaforada, con una lógica que la determina. Un ejemplo superior es: Alicia en el país de las maravillas, que no en balde fue escrito por un matemático, esta combinación de una gran fantasía con un rigor extremo, creo que es la mejor definición que pueden lograr los niños o alguien que escriba para ellos. TC - ¿Cuál es tu postura ante el arte nacionalista? JV - Creo que el nacionalismo como ideología es una perversión que trata de definir de manera osificada, fija y dogmática a un pueblo. Es siempre reductor y me parece muy peligroso que el nacionalismo defina a un pueblo en diferenciación de otros pueblos. Ahora bien, estando en contra de una idea ideológica del nacionalismo, creo que inevitablemente tenemos una noción de pertenencia. Quien lee
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