“Introducción al Estudio de las Diez Sefirot", punto 155 (KFS, p. 373) 155) Por lo tanto debemos preguntar, ¿por qué entonces los Cabalistas obligaron a cada persona a estudiar la sabiduría de la Cabalá? De hecho, hay algo grande en ella, que vale la pena hacer público: hay un remedio maravilloso e invaluable para aquellos que se comprometen con la sabiduría de la Cabalá. Aunque no entiendan lo que están aprendiendo, a través del anhelo y el gran deseo de entender lo que están aprendiendo, despiertan en sí mismos las Luces que rodean sus almas. Esto significa que a cada persona de Israel se le garantiza finalmente alcanzar todas las maravillosas obtenciones que el Creador había contemplado en el pensamiento de la Creación para deleitar a cada creatura. Y aquel que no ah sido recompensado en esta vida será recompensado en la siguiente, etc. Hasta que uno es recompensado completando Su Pensamiento, el cual Él había planeado para él. Y mientras uno no haya alcanzado la perfección, las Luces que están destinadas a alcanzarlo se consideran Luces Circundantes. Esto significa que se yerguen listas para él, pero están esperando que purifique sus vasijas de recepción, en tal momento esas Luces cubrirán las vasijas listas. Por ende, aun cuando él no tiene las vasijas, cuando se compromete con esta sabiduría, mencionando los nombres de las Luces y las vasijas relacionadas con su alma, inmediatamente brillan sobre él en cierta medida. Sin embargo, brillan para él sin cubrir el interior de su alma, a causa de la falta de vasijas capaces de recibirlas. Aun así, la iluminación que uno recibe, una vez tras otra, durante el compromiso atrae hacia él la gracia de lo Alto, impartiéndole la abundancia de la santidad y pureza, las cuales le acercan mucho más al alcance de la perfección.
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