Referencias edición 48

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GERENTE EDITOR TOMAS MORALES MONCRIEFF

DIRECTOR DE LA PUBLICACIÓN

LÁCIDES SERRANO VEGA COLABORADORES PERMANENTES

Referencias para x consultorio MV revista de resúmenes de medicina veterinaria edición 48 - Noviembre 2017

FRANCISCO BUSTOS M.- DMVZ, MSC, MVSC franciscobustos@hotmail.com

Presentación

CLAUDIA JIMÉNEZ E.- DMV, MSC, DVSC, DACT cjimenez@unal.edu.co

W ENDIE O. ROLDÁN V.- DMV, ESP, MSC wendyrol21@gmail.com

FRANK HARRY SUÁREZ S.- DMV, ESP, PHD fsuarez@unisalle.edu.co

GIOVANNI MORENO F.- DMV, MSC, PHD guiov_anny@hotmail.com

ANASTASIA CRUZ C.- DMV, ESP, MSC anicata4@gmail.com

COLABORADORES INVITADOS NORA I. DELGADO F. - DMV, ESP, MSC HEIDERBERG ESTEPA R. - DMV. NATALIA F. PÉREZ E. - EST. MV GEOVANNY MENDOZA S. - DMV, PHD JUAN DAVID CÓRDOBA P. - DMV, MSC CRISTHIAN C. ROZO V. - EST. MV RICARDO PIÑEROS D. - DMV, MSC, ESP. CHRISTIAN M. GÓMEZ - DMV, MSC DANIELA PULIDO - DMV

REVISIÓN EDITORIAL

IVÁN DARÍO OCAMPO L. DMVZ

DISEÑO E IMPRESIÓN TO MAS M ORA LES MO NCRIE FF

 CRA 3 # 21 - 46 Of. 3103 TORRE B  3102879651 e-mail: morales.moncrieff@gmail.com BOGOTÁ, D.C., COLOMBIA ISSN 1657-3595

La pitiosis cutánea equina es una dermatitis de tipo granulomatoso, crónica, pruriginosa y rápidamente progresiva, producida por el oomyceto Pythium insidiosum, que ocurre en regiones con temperaturas que varían de clima templado a caliente. La adquisición de pitiosis se hace vía zoosporas flageladas motiles en ambientes acuáticos y cenagosos empantanados. Esta enfermedad tiene particular presentación en heridas de los miembros, boca y pecho, por su mayor exposición al oomyceto. No existen registros que demuestren su predisposición frente a raza, sexo o edad. Las lesiones pueden llegar a medir hasta 50 cm de diámetro, con la presencia de trayectos fistulosos o cavitaciones en el proceso invasivo del tejido granular, que pueden contaminarse, produciendo secreción mucopurulenta. El diagnóstico definitivo involucra correlación clínico-epidemiológica, clínico-patológica, histopatológica y molecular. En la presente edición encontramos un artículo que nos habla de la etiología, fisiopatología, manifestaciones clínicas y tratamiento de la pitiosis equina, que puede ser quirúrgico o a base de inmunoterapia. El linfoma cutáneo epiteliotrópico canino (LCEC) es una enfermedad de la piel y de las membranas mucosas que afecta generalmente a caninos geriátricos, que no tiene predilección sexual, como tampoco presenta una clara predisposición racial. Esta enfermedad se caracteriza por la infiltración de linfocitos T neoplásicos, que poseen un tropismo específico por la epidermis y estructuras anexas. La citología es una técnica diagnóstica de gran utilidad, y el diagnóstico definitivo se confirma con análisis histopatológicos de biopsias de piel. En éste número encontramos un artículo que nos describe su patogénesis, signos clínicos, diagnóstico y diferentes opciones de tratamiento, que incluyen agentes suministrados vía oral, terapias tópicas, radioterapia y quimioterapia única o combinada. Éstos y otros artículos de interés en avicultura, porcinos, farmacología, laboratorio clínico y pequeńos animales, puede encontrarlos en ésta edición de la Revista Referencias para Consultorio MV.

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Influenza aviar y otros tipos de virus de Influenza zoonóticos World Health Organization (WHO), noviembre, 2.016 Traducción y Síntesis Francisco Bustos M. - DMVZ, MSc, DMVSc Factores Claves - Los humanos pueden ser infectados con virus de la Influenza aviar y otros virus de Influenza de origen zoonótico, como los subtipos A (H5N1), A (H7N9) y A (H9N2), y los virus de la Influenza porcina de los subtipos A (H1N1) y (H3N2). - Las infecciones humanas son adquiridas principalmente a través del contacto directo con animales infectados o el medio ambiente, pero no resulta una eficiente transmisión de estos virus entre las personas. No existe evidencia de que virus de la Influenza aviar u otros virus zoonóticos de Influenza, puedan infectar humanos a través de alimentos adecuadamente cocidos. - Infecciones con virus aviares y otros virus zoonóticos de Influenza, pueden causar enfermedad con rangos desde una suave conjuntivitis, hasta una severa neumonía y aún la muerte. - La mayoría de casos de infecciones humanas con A (H5N1) y A (H7N9), han estado asociados con un contacto directo o indirecto con aves vivas o muertas. Controlando la fuente de enfermedad en el animal, es crítica la disminución del riesgo para humanos. - Los virus de la Influenza aviar son imposibles de erradicar por el vasto y silencioso reservorio en aves acuáticas. La infección con virus de la Influenza zoonótica puede continuar presentándose. Para minimizar el riesgo en la salud pública, debe ser esencial realizar una adecuada vigilancia tanto en la población animal como humana, a través de la investigación de cada infección humana, basada en el riesgo de pandemias. Hay tres tipos de virus de Influenza: A, B y C. Los virus de la Influenza A infectan humanos y diferentes animales. Los virus de la Influenza B solamente circulan entre humanos y causan epidemias estacionales. Los virus de Influenza C pueden infectar tanto a humanos como a cerdos, pero las infecciones son generalmente suaves y son raramente reportadas. Los virus de la Influenza aviar tipo A son clasificados en subtipos, de acuerdo con las diferentes combinaciones de las proteínas de superficie: hemaglutinina (H) y neuraminidasa (N). Existen 18 diferentes subtipos de hemaglutininas y 11 diferentes de neuraminidasas. Dependiendo del subtipo y del huésped de origen, los virus de la Influenza pueden ser clasificados como Influenza aviar, Influenza porcina y otros virus de Influenza animal. Los ejemplos incluyen Influenza aviar "Bird Flu", subtipos A (H5N1) y A (H9N2), e Influenza porcina "Swine Flu", subtipos A (H1N1) y A (H3N2). Todos estos virus animales de Influenza tipo A son distintos de los virus de Influenza humana, y no se transmiten fácilmente entre ellos. Las aves acuáticas son el reservorio primario y natural para muchos subtipos de virus de Influenza aviar. Muchos causan infecciones asintomáticas o muy suaves en las aves, en donde el rango de síntomas depende de las propiedades del virus. Los que causan enfermedad severa en las aves y producen niveles altos de mortalidad, se denominan virus de Influenza altamente patogénicos (HPAI). Los virus que causan brotes en aves de corral, pero no están asociados generalmente con una enfermedad severa, se denominan virus de Influenza de baja patogenicidad (LPAI).

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Infecciones humanas con virus de influenza aviar y virus zoonóticos

incubación con un promedio de 2-5 días y un rango de 17 días. Para infecciones humanas con el subtipo A (H7N9), el periodo de incubación varía entre 1-10 días, con un promedio de 5 días. Para ambos virus, el promedio del periodo de incubación es más largo que para la Influenza estacional (2 días). Para infecciones con el virus de Influenza porcina se ha reportado un periodo de incubación de 2-7 días.

Infecciones humanas con virus de Influenza aviar y virus zoonóticos han sido reportadas. Las infecciones humanas son adquiridas primariamente a través del contacto directo con animales infectados o el medio ambiente contaminado, pero no se presenta una eficiente transmisión de estos virus entre las personas.

En algunos pacientes infectados con el subtipo A (H5) En 1.997 fueron reportadas infecciones humanas con o A (H7N9), la enfermedad tiene un curso clínico agreel virus A (H5N1) durante un brote en aves de corral sivo. Los síntomas iniciales son fiebre alta (mayor o en Hong Kong, China. Desde 2.003 estos virus aviares igual a 38 grados centígrados) y tos. Disnea o dificulse han difundido desde Asia a Europa y África, y han tad respiratoria ha sido reportada. En el tracto respillegado a localizarse en poblaciones aviares en algu- ratorio alto los síntomas como dolor de garganta o nos países. Los brotes han resultado en infecciones coriza, son menos comunes. Otros signos como diapara millones de aves, y algunos cientos de casos rrea, vómito, dolor abdominal, epistasis o sangrado de las encías y dolor en las mejihumanos, con algunas muertes. llas, ha sido reportado en el curLos brotes en aves de corral so clínico de algunos pacientes. han impactado seriamente la Con la circulación constante Complicaciones de estas infececonomía y el mercado interciones incluyen hipoxemia, nacional en los países afectade algunos subtipos de virus disfunción orgánica de varios órdos. Otros virus de Influenza de la Influenza aviar en las ganos, e infecciones secundarias aviar del subtipo A (H5) han reaves como el A (H5) o A (H7N9), con bacterias y hongos. La rata sultado tanto en brotes en aves de fatalidad por el subtipo A (H5) como en infecciones en humason de interés en salud y A (H7N9) entre humanos es munos. pública, ya que estos virus cho más alta que las infecciones En 2.013 fueron reportadas incomúnmente inducen severa por Influenza estacional. fecciones en humanos con enfermedad en humanos y los Para infecciones con virus de InLPAI (H7N9) en China. Desde virus tienen el potencial para fluenza aviar A (H7N7) y A (H9N2), entonces, el virus se ha difunla enfermedad es típicamente dido en la población avícola a mutar y llegar a ser más transsuave o subclínica. Solamente un través del país, y resultó en misibles entre los humanos. caso fatal A (H7N7) ha sido revarios cientos de casos humaportado en Holanda. Para infecnos con algunas muertes. ciones en humanos con virus de Otros virus de Influenza aviar han aparecido Influenza porcina, muchos casos han sido suaves, con esporádicamente en infecciones humanas, incluyenpocos casos de hospitalización y muy pocos reportes do los virus A (H7N7) y A (H9N2). Algunos países han de muertes, como resultado de la infección. reportado esporádicamente infecciones en humanos con virus de Influenza porcina, particularmente los subtipos A (H1) y A (H3).

Tratamiento antiviral

Características clínicas de infecciones con virus de influenza aviar y otros tipos de virus de influenza zoonóticos

La evidencia sugiere que algunas drogas antivirales, principalmente Olseltamivir, puede reducir la duración de la replicación viral y mejorar la perspectiva de sobrevivencia. En casos sospechosos, Oseltamivir debe ser prescrito tan pronto como sea posible (idealmente en las primeras 48 horas después de presentados los signos), para maximizar sus beneficios terapéuticos. Sin embargo, dada la significante m ortalidad asociada con infecciones con los subtipos A (H5) y A /H7N9) y la evidencia de una prolongada replicación viral en estas enfermedades, la administración del producto deberá ser considerada en pacientes que presentan demora en el curso de la enfermedad. El empleo de corticoides

Las infecciones con virus de Influenza aviar y zoonóticos en humanos, pueden causar enfermedad desde una suave conjuntivitis, hasta una neumonía severa y aún la muerte. Las características de la enfermedad como periodo de incubación, severidad de los síntomas y resultado clínico, depende del subtipo causante de la infección. Para infecciones con virus de Influenza aviar A (H5N1) en humanos, datos actuales indican un periodo de

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no es recomendable. En casos de infección severa con el A (H5) o (H7N9), los clínicos deben considerar el aumento de la dosis diaria recomendada o la duración del tratamiento.

sociales a nivel mundial. Una pandemia por Influenza se presenta cuando factores claves convergen: un virus de Influenza o zoonótico emerge con la habilidad de causar una transmisión sostenida de humano a humano, y esta población tiene poca o ninguna inmunidad contra el virus. Con el crecimiento global del mercado y los viajes, una epidemia localizada puede transformarse rápidamente en una pandemia, con poco tiempo para preparar una respuesta a la salud pública.

En pacientes con enfermedad severa por los subtipos A (H5) o A (H7N9) o con un severo problema gastrointestinal, la absorción del producto puede alterarse. Esta posibilidad debe ser tenida en cuenta cuando se manejan estos pacientes. Recientemente estos virus A (H5) y A (H7N9) han presentado resistencia a la Adamantina, un producto antiviral, por lo cual no la hace recomendable para su empleo.

Con la circulación constante de algunos subtipos de virus de la Influenza aviar en las aves como el A (H5) o A (H7N9), son de interés en salud pública, ya que estos virus comúnmente inducen severa enfermedad en humanos y los virus tienen el potencial para mutar y llegar a ser más transmisibles entre los humanos. Hoy, aunque la transmisión entre humanos se piensa que solo ha ocurrido en raras ocasiones, cuando se encuentran en estrecho contacto y este es prolongado, en pacientes muy enfermos y donantes, como con miembros de la familia, no se ha sustentado la transmisión de humano a humano. Si estos virus se adaptan o adquieren ciertos genes de virus humanos, podrían disparar una pandemia.

Factores de riesgo para la infección Para los virus de Influenza, el primer factor de riesgo para la infección en humanos parece ser la exposición directa o indirecta con aves vivas o muertas o el medio ambiente contaminado, como el mercado de aves vivas. El sacrificio, desplume, manejo de carcasas infectadas de pollos y la preparación de las mismas para consumo, especialmente a nivel del hogar, pueden ser probablemente factores de riesgo. No existe evidencia que sugiera que virus A (H5), A (H7N9) u otros virus de Influenza aviar puedan ser transmitidos a los humanos a través de los alimentos adecuadamente preparados o huevos. Pocos casos de Influenza A (H5N1) en humanos han sido listados por el consumo de platos preparados con productos crudos, contaminados con sangre aviar. Controlando la circulación de los virus de Influenza aviar en las aves, es esencial para reducir el riesgo de infección en humanos. Dada la persistencia de virus A (H5) y A (H7N9) en algunas poblaciones avícolas, el control puede requerir compromisos muy serios de los países y una fuerte coordinación entre las autoridades de salud animal y salud pública humana.

La corriente circulación de virus de Influenza aviar y otros zoonóticos que pueden resultar en una pandemia, se desconoce. Sin embargo, la diversidad de virus de Influenza aviar y otros zoonóticos que han causado infecciones en humanos, necesitan una vigilancia de sus movimientos tanto en poblaciones animales como humanas, con una detallada investigación de cada infección humana y planificación con base en el riesgo de una pandemia.

WHO Respuesta (Organización Mundial de la Salud). La WHO con su capacidad de liderazgo sobre la salud global, está monitoreando estrechamente los virus de Influenza aviar y otros zoonóticos a través de Global Influenza Surveillance and Response System (GISRS). Específicamente, WHO, OIE y la FAO, colaboran para rastrear y evaluar el riesgo para la salud pública, con los virus de Influenza aviar y otros virus zoonóticos.

Para los virus de Influenza porcina, la proximidad con cerdos infectados o las visitas a porquerizas en donde los cerdos son exhibidos, han sido reportados en muchos casos humanos, pero existe una limitada transmisión de humano a humano.

Potencial pandémico

Hasta la fecha, hallazgos de riesgos y recomendaciones sobre intervenciones, son comunicados oportunamente a miembros del estado para aumentar la prevención y respuesta.

Pandemias por Influenza (brotes que afectan una gran proporción de personas en el mundo, debida a un novel virus), no son predecibles, pero ocurren eventos que pueden tener consecuencias en salud, económicas y

Bibliografía El presente trabajo presenta 13 referencias.

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Dermatomicosis por Pythium insidiosum en equinos Revisión de literatura Heiderberg Estepa Rodríguez 1 - DMV Giovanni Moreno Figueredo 2 - DMV, MSc, PhD Anastasia Cruz Carrillo 3 - DMV, Esp., MSc Resumen Dentro de las patologías dermatológicas que afectan a los equinos, la pitiosis es una de las más frecuentes y se debe al contacto de los equinos con aguas estancadas, cuando suelen permanecer mucho tiempo en contacto con ella. Lo anterior debido a que el agente causal, Pythium insidiosum, es un microorganismo presente en cuerpos de agua con baja corriente que puede permanecer por largos periodos cuando el agua está a temperaturas entre 30 y 40oC. La lesión suele ser sangrante y granulomatosa, crónica en desarrollo y puede contaminarse, por lo que muestra secreción mucopurulenta; en algunos casos las lesiones pueden llegar a medir de 12 a 50 cm de diámetro, con la presencia de trayectos fistulosos o cavitaciones en el proceso invasivo del tejido granular. El tratamiento a realizar en casos de pitiosis en todas las especies, consiste en la resección quirúrgica de los tejidos afectados, como al igual tratamiento médico a base de antifúngicos sistémicos, los cuales no han presentado mucho éxito. Su diagnóstico se realiza por medio de la caracterización clínicoepidemiológica, su historia clínica, junto con sus lesiones macroscópicas, siendo confirmadas por histologíay aislamiento del agente infectante por medio de cultivo de sangre y Sabouraud agar dextrosa. Como medida preventiva está la vacunación, la cual se hace más eficaz en animales que presenten lesiones de 2 o menos semanas de duración, ya que ninguna vacuna sirvió en caballos que tenían lesiones que llevaran más de 2 semanas. El objetivo de esta revisión es compilar información actualizada sobre la enfermedad, con el fin que esté disponible para los médicos veterinarios y que permita diagnosticar correctamente y tratar la enfermedad cuando se presente.

Introducción La pitiosis es una dermatitis de tipo granulomatoso crónico, perteneciente al complejo de enfermedades denominadas piogranulomatosas que afecta a humanos y varias especies animales (Cardona et al., 2014); se ha reportado en especies como caninos, bovinos, felinos, ovinos, aves migratorias y con mayor frecuencia en equinos (Martins et al., 2012). La infección est dada por el continuo contacto de agua estancada con la piel del animal, generalmente cuando está lesionada o también por beberla. Es por lo anterior, que las condiciones medioambientales constituyen factores de riesgo (Cardona et al., 2014). Es causada por un oomyceto descrito como Pythium insidiosum (Konradt et al., 2016); este coloniza plantas acuáticas para su desarrollo y posterior reproducción (Santos et al., 2014); se presenta en regiones con temperaturas ambientales variables que abarcan zonas templadas hasta climas cálidos (Mosbah et al., 2012). Esta enfermedad tiene particular presentación en heridas de los miembros, boca y pecho por su mayor exposición al oomyceto; no existen registros que demuestren su predisposición frente a raza, sexo o edad para el desarrollo de la enfermedad (Mondragón et al., 2013). El diagnóstico se realiza en primera medida por las características de las lesiones macroscópicas, ya que poseen particularidades clínico-epidemiológicas, así como con la historia clínica, y es confirmado por el estudio histológico de la lesión y el posterior aislamiento del microorganismo (Konradt et al., 2016).

Etiología

hongos, los oomycetos no los posen; en cambio cuentan con moléculas de -glucano, hidroxiprolina y celulosa. Este crece y se desarrolla en medios acuáticos con temperaturas entre 30oC y 40oC (White et al., 2008), en diferentes tipos de algas, dentro de las cuales desarrollan los zoosporangios que contienen zoosporas que se mantienen libres en el agua, hasta encontrar otra planta o animal en el cual se enquistan, formando un micelio nuevo y así el ciclo se

El agente causal corresponde al grupo de oomycetos, conocido como Pythium insidiosum, los cuales son filogenéticamente distantes al reino de los hongos y van a ser mucho más cercanos al de las algas; por ende la quitina y el ergosteron que son dos de los componentes esenciales, que se encuentran en la pared celular de los 1 2 3

Médico Veterinario Docente de la Fundación Universitaria Juan de Castellanos. Líder Grupo IRABI Docente de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia - UPTC

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completa (Oldenhoff et al., 2014). Dichas zoosporas se mueven en forma circular gracias a los flagelos que poseen, pero al encontrar el animal al cual van a "parasitar", los pierden y adquieren una forma esférica, rodeada de una sustancia que facilita su adhesión al hospedador; posteriormente del lugar donde estaban los flagelos, surge el tubo germinativo con el cual penetra los tejidos, para la formación de las hifas, las cuales invaden intra y extracelularmente en el organismo (Cardona et al., 2014).

de eosinófilos cuyas dimensiones son variables de 2 a 10 mm de diámetro, llamados kunkers. Su ubicación habitual es en la zona longitudinal ventral, miembros, boca y pecho, que son los sitios de mayor susceptibilidad al oomycete; también se han reportado lesiones en la cara, nariz y cavidad oral, que no ha sido reportada en lesiones de caninos y bovinos (Grant et al., 2016). En casos avanzados la zona ulcerada puede tener áreas necróticas. Varios autores describen que pitiosis no tiene predilección por una edad, raza o sexo (Cardona et al., 2014).

La infección puede ocurrir cuando los equinos beben agua o están en los pantanos, y tienen algún tipo de laceración en piel; es ahí cuando las zoosporas presentes logran enquistarse, en la mayoría de los casos a nivel dérmico, pero también se pueden diseminar a los vasos linfáticos, ganglios linfáticos, vainas tendinosas, tráquea, pulmón, tracto gastrointestinal, huesos, articulaciones y linfonodos (Fernandes et al., 2012), causando periostitis, osteomielitis, neumonía, linfadenitis, artritis, laminitis, tenosinovitis y septicemia (Ravishankar et al., 2001).

En algunos casos las lesiones tempranas que se caracterizan por la presencia de tumefacción focal que son ulceradas, en cambio muestran tractos fístulosos de los que drena un contenido que puede ser serosanguinolento, hemorrágico o mocupurulento (Scott y Miller, 2004).

Diagnóstico El diagnóstico se realiza por medio de las características clínicoepidemiológicas, la historia clínica y las lesiones macroscópicas, siendo confirmado por histología y aislamiento del agente infectante por medio de un cultivo de agar sangre y Sabouraud agar dextrosa (Moraes et al., 2013). Las hifas hialinas espesas se pueden observar en el tejido directo con la técnica de hidróxido de potasio al 10% y tinta Parker, las cuales se encuentran ligeramente tabicadas y ramificadas (Carmo et al., 2014). Histológicamente con una tinción de hematoxilina-eosina (H-E) se puede observar intensa proliferación del tejido conectivo dispuesto en forma irregular, marcada infiltración inflamatoria piogranulomatosa con intenso infiltrado eosinofílico, macrófagos y neutrófilos, con menor proporción con una distribución difusa y presencia de masas multifocales, al igual que intensa proliferación de tejido conectivo fibroso expuesto en forma irregular (Souto et al., 2016). De esta misma forma se evidenció presencia de algunas áreas con elevado número de eosinófilos degranulados y mastocitos alrededor de las hifas, formando una apariencia de una corona radiada (León & Pérez, 2011). También con la coloración de Grocott y PAS se observa la presencia de estructuras ramificadas, ocasionalmente septadas, marrón oscuro, paredes lisas y paralelas, con tamaño de 4-6 µm, que a veces forman ángulos de 90° (Márquez et al., 2010).

Este agente ha sido encontrado y descrito en América, ciertos países europeos y el sureste asiático; también es llamado comúnmente como bursatii, dermatitis granular, hyphomicosis destruens equina, cáncer de los pantanos, sanguijuelas de la Florida, hongos de la Costa del Golfo, bursate e hifomicosis (Mosbah et al., 2012). En países como Brasil es denominada herida brava, mal de los pantanos o herida de moda; en Colombia es conocida como ficomicosis o espundia equina (Cardona et al., 2014).

Fisiopatología Una vez los animales ingresan a aguas contaminadas con el oomyceto Pythium insidiosum, el cual su temperatura de medio ambiente óptima para su supervivencia es de 30 a 40oC, las zoosporas se transfieren por lesiones de piel, ingestión y piel intacta (Mondragón et al., 2013), la cual al ingresar por el folículo piloso o por medio de heridas, las cuales una vez generan su ingreso, las zoosporas pierden sus flagelos comenzando la formación de "hifas" con una dirección tisular y logrando la penetración mecánicamente por la ayuda de las enzimas proteolíticas, dando así dos formas de manifestación de la enfermedad, la primera que es la de mayor observación en los caballos que es la pitiosis cutánea equina, y la segunda de mayor presentación en caninos, la pitiosis gastrointestinal, en la cual está directamente involucrado el intestino y estómago (Cardona et al., 2014).

En la actualidad se utilizan métodos como inmunohistoquímica, ELISA y PCR, que ayudan al diagnóstico precoz y correcto de la enfermedad. Los diagnósticos diferenciales están sarcoide equino, habronemiasis, tejido de granulación exuberante y granulomas micóticos o bacterianos (Lerksuthirat et al., 2015).

Manifestaciones clínicas

Tratamiento

Aunque la pitiosis es una enfermedad reportada en varias especies de animales, en los equinos es más frecuente (Souto et al., 2016); se manifiesta a nivel cutáneo y se caracteriza por un crecimiento lento, insidioso, circular, una grave formación de ulceración granulomatosa y granulocítica sobresaliente, elevada, con bordes irregulares y en forma de cráter; el tamaño de la afección varía de acuerdo al sitio y el tiempo de la lesión, pudiendo llegar a medir 12 a 15 cm hasta 50 cm de diámetro, con presencia de trayectos fistulosos o cavitaciones en el proceso invasivo del tejido granular (Mondragón et al., 2013). En el proceso de regeneración y cicatrización se encuentra presencia de masas necróticas y calcificaciones que se desprenden fácilmente, de color blanco amarillento, que contienen hifas e infiltrado

El tratamiento tradicional en casos de pitiosis en todas las especies consiste en la resección quirúrgica de los tejidos afectados, como también la utilización de tratamientos médicos a base de antifúngicos sistémicos, los cuales no han tenido éxito, ya que Pythium insidiosum no tiene ergosterol en su membrana plasmática. Alternativas como la inmunoterapia es otra opción de tratamiento, especialmente en aquellos pacientes en los cuales resulta imposible realizar la completa resección quirúrgica. La vacuna para P. insidiosum utilizada para realizar la inmunoterapia, ha sido probada tanto en caballos y otras especies, pero su efectividad depende del grado de cronicidad de las lesiones.

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Interacción Vitamina D, Calcio y PTH en bovinos Revisión de Literatura Natalia Fernanda Pérez E. 1 - Est. MV Geovanny Mendoza S. 2 - DMVZ, PhD Frank Harry Suárez S. 3 - DMV, Esp, PhD Juan David Córdoba P. 4 - DMV, MSc Resumen Las vitaminas y el calcio son un importante componente en el alimento para los animales, debido a que cumplen con funciones específicas en el organismo, como la vitamina D en su forma activa, la cual participa en la regulación de las concentraciones de Ca++ a nivel sanguíneo, y la importancia de este último en el esqueleto del animal y en procesos metabólicos. En los bovinos los minerales que interactúan en diferentes aspectos fisiológicos como el Mg, Ca++ y P contienen una relación estrecha con la vitamina D en conjunto con hormonas como la calcitonina y la paratohormona (PTH), las cuales ejercen un control en los niveles séricos y equilibran sus concentraciones en el organismo. La importancia de reconocer las funciones y cómo interactúan entre sí, permitirá analizar y comprender de una manera más detallada la actividad de cada uno de estos elementos en el organismo de los bovinos. Este artículo pretende evidenciar las interacciones más importantes que existen entre la vitamina D, la PTH, la calcitonina y el Ca++ como regulador metabólico de diferentes procesos en los bovinos.

Introducción La vitamina D fue originalmente reconocida como una vitamina necesaria en pequeńas cantidades para afectar el metabolismo del calcio y del fosfato. Se conoce que el raquitismo es causado por la falta de este importante compuesto. Después de que se conociera el papel de la vitamina D para el metabolismo del calcio (Ca++) y fosfato, el raquitismo en humanos fue casi erradicado al menos en el mundo moderno. Los miles de estudios realizados para descifrar el papel de la vitamina D en el organismo condujeron al hallazgo de los receptores de la vitamina D ligados a los cromosomas en casi cada célula y tejido en el cuerpo, y sus efectos importantes en diversos órganos. Estos efectos y los hechos de que la vitamina D activa se produce en la piel por irradiación ultravioleta-B (UVB) seguido de un proceso térmico, y que la vitamina D activa circula en la sangre, sugiere una nueva comprensión de la vitamina D como una hormona (Pludowski et al., 2013). La vitamina D es un importante nutriente, fundamental en un adecuado metabolismo de minerales como el Ca++ y el P, partícipes en el crecimiento normal de las estructuras óseas, aumentando sus niveles plasmáticos, con el fin de permitir la mineralización normal de los huesos y evitar alteraciones por deficiencia de calcio (Pound W, 2002). Los productos lácteos, la yema de huevo y la carne contienen pequeńas cantidades de vitamina D, mientras que el pescado, especialmente el pescado graso, tiene un contenido más alto de esta vitamina. Por ejemplo, un arenque contiene 700-800 UI de vitamina D. En un estudio japonés, los niveles medios de 25 (OH) D en suero fueron de 65 nmol/L en personas que consumieron pescado cuatro veces o más por semana, 54 nmol/L en aquellos que consumen pescado una a tres veces por semana, y 49 nmol/L en las personas que no comen ningún pescado (Nakamura et al., 2000). Esta vitamina se encuentra en una menor cantidad en la leche de los bovinos, resaltando que sus niveles de concentración aumentan en el calostro (McDonal P, 1999). Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la 1 2 3 4

Estudiante Universidad de la Salle, Programa de Medicina Veterinaria Profesor Universidad de La Salle. Grupo de investigación en Reproducción y Mejoramiento de Animales Tropicales-REMEAT Profesor Universidad de la Salle Profesor Universidad de La Salle. Grupo de investigación en Epidemiologia y Salud Pública

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desnutrición por carencia de micronutrientes (DCMN), estima que el 7.3% de morbilidad está relacionada con algunas vitaminas entre las cuales se encuentra la vitamina D. En bovinos se requiere de vitamina D para el crecimiento y desarrollo normal del ganado. El requisito mínimo de vitamina D en bovinos fue de 6,7 UI/Kg de peso y fue establecido como la cantidad necesaria para prevenir el raquitismo en terneros (Bechdel et al., 1937). Más recientemente se ha demostrado que la vitamina D tiene múltiples funciones fisiológicas, como el control de la diferenciación y proliferación celular, y la activación de las defensas inmunitarias innatas (Norman, 2008; Adams y Hewison, 2010; Nelson et al., 2012). De otra parte, en los bovinos el calcio tiene gran importancia, ya que las concentraciones adecuadas de este ion circulante a lo largo del período de transición son necesarias para una lactancia productiva, pero se pierden grandes cantidades de Ca++ materno en la leche y el calostro. Una caída rápida y sustancial de Ca++ en sangre provoca que el 5-10% de las vacas se afecten por hipocalcemia clínica y un 50% adicionales sufran de hipocalcemia subclínica. La hipocalcemia subclínica y CH son factores de riesgo significativos para la eliminación de un bovino durante la lactancia temprana (eliminación prematura de la manada) (Roberts et al., 2012). Considerando lo anterior, es importante determinar la interacción entre las sustancias reguladoras del calcio con este ion en bovinos y su importancia en la salud y desarrollo animal.

Vitamina D (1-25 dihidroxicolecalciferol) Existen dos tipos de vitamina D: la vitamina D3 (su síntesis se puede observar esquematizada en la Figura 1), o colecalciferol, y la vitamina D2, o ergocalciferol, como la principal fuente de vitamina D, la cual se sintetiza en la piel por la acción de la luz ultravioleta sobre el 7dehidrocolesterol (7-DHC). La vitamina D2 se sintetiza a partir del ergosterol por acción de la luz solar, y a su vez, la 25(OH)D, o calcidiol, es la forma circulante de vitamina D más abundante (Melo, 2006, López Alfonso, 2010).

del 7-dehidrocolesterol, y por acción de los rayos solares se convierte en colecalciferol, en el hígado se transforma por medio de hidroxilasas hepáticas a 25dihidroxicolecalciferol, luego se transporta al riñón y junto con la PTH se convierte en 1,25-dihidroxicolecalciferol por una hidroxilasa renal, la cual al llegar al epitelio intestinal impulsa la actividad de la proteína transportadora de calcio aumentando la actividad de la fosfatasa alcalina y de la ATPasa que incrementa la absorción intestinal del calcio; la segunda es por medio de vegetales, forrajes y henos que se secan al sol (Hymoller, 2017). Durante la exposición a la luz solar, el 7-DHC en la piel se convierte en previtamina D3. El 7-DHC en humanos está presente en todas las capas de piel (Holick et al., 1980; Holick, 2004, 2007). Aproximadamente el 65% de 7-DHC se encuentra en la epidermis, y más del 95% de la previtamina D3 que se produce está en la epidermis (Holick et al., 1980). Una vez que la previtamina D3 se sintetiza en la piel, puede someterse a una fotoconversión a lumisterol, taquisterol y 7-DHC, o a una isomerización intensificada por membrana inducida por calor a vitamina D3 (Holick, 2004, 2007). La producción cutánea de previtamina D3 es regulada.

Figura 1. Ruta metabólica de la vitamina D. Tomado de Gonzales Carlos, 2014.

Es importante recordar el proceso por el cual la vitamina D ingresa en el organismo, la cual se obtiene de dos formas: la primera es a nivel de piel, por medio

La vitamina D tiene una estrecha relación en el proceso de metabolismo del calcio, ayudando a mantener su equilibrio en la sangre por medio de la paratohormona (PTH), es decir que la vitamina D junto con el calcio y la PTH están íntimamente relacionadas para la actuación y desempeño de diferentes procesos metabólicos en el organismo (Gonzales, 2001). A nivel intestinal, la acción principal de la 1,25(OH)2D3 y del Receptor de Vitamina D (VDR), es la absorción

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intestinal de calcio. El modelo de difusión facilitado es el mecanismo más estudiado de la absorción de calcio regulada por esta vitamina. En este modelo, el transporte transcelular de calcio es un proceso dividido en tres etapas: en la primera hay entrada de calcio a través del canal de calcio de la membrana apical del Potencial Transitorio Vaniloide Tipo 6 (TRPV6); en la segunda hay unión a calbindina-D9k; y en la tercera ocurre extrusión de calcio a través de la membrana basolateral por PMCA1b. La TRPV6 y calbindina-D9k han sido evaluadas como los principales objetivos intestinales de la 1,25(OH)2D3. Se localizan en el intestino delgado y grueso y su expresión está fuertemente correlacionada con la absorción transcelular de calcio (Christakos et al., 2014; Replogle et al., 2014; Song et al., 2003; Van Cromphaut et al., 2001). Para establecer la relación que existe entre estos tres elementos es importante determinar cuáles serían dichas funciones, de esta manera, el metabolismo del calcio con una adecuada absorción intestinal, regula la homeostasis de este mineral en compañía del fosforo, y una pertinente regulación de pérdida de estos dos minerales por medio del riñón con ayuda de la PTH, son dos de las funciones más importantes de la vitamina D (Gonzales, 2001). El papel de 1,25(OH)2D3 en el proceso de reabsorción renal de calcio, está determinado en la base que la mayor parte del calcio que se filtra a través del glomérulo se reabsorbe tanto en el túbulo proximal como distal, resultando que sólo el 1% al 2% de calcio filtrado sale con la orina. Aproximadamente el 65% del calcio filtrado es reabsorbido pasivamente en los túbulos proximales de una manera independiente de 1,25(OH)2D3. En los túbulos distales la absorción de calcio está regulada por 1,25(OH)2D3 y PTH. La reabsorción de calcio en el túbulo proximal es pasiva y sigue un gradiente de sodio, mientras que la reabsorción de calcio en el túbulo distal implica un mecanismo transcelular activo y se asemeja a la absorción intestinal de calcio. El modelo consiste en la entrada de calcio a través de Potencial Transitorio Vaniloide Tipo 5 (TRPV5), transferencia de calcio en el citoplasma por unión a calbindina-D9k y calbindinaD28k, y extrusión de calcio por el intercambiador de sodio/calcio (NCX1) y la bomba de calcio de membrana plasmática 1b (Christakos et al., 2015). A nivel óseo, la integridad estructural del hueso depende del suministro de calcio suficiente desde la sangre y, por lo tanto, de la absorción de calcio intestinal y de la reabsorción renal de calcio, pero por otro lado, el calcio puede eliminarse del hueso para conservar los niveles normales de calcio sérico en caso de ba-

lance de calcio negativo para equilibrarlo. El hueso se remodela continuamente, y la resorción ósea por los osteoclastos está en equilibrio con la formación de hueso por los osteoblastos para mantener la masa ósea. Durante el crecimiento, el alargamiento óseo depende en gran medida del crecimiento coordinado y la diferenciación de los condrocitos (Christakos et al., 2015). La acción paracrina de la señalización de los receptores de Vitamina D en las células osteogénicas para la homeostasis mineral, consiste en que esta señalización osteoblástica participa en el metabolismo del calcio principalmente durante un balance negativo del mismo. De hecho, en la situación en que la adquisición de calcio desde la dieta es menor que el uso de calcio corporal y la pérdida de calcio renal, el calcio se moviliza desde el hueso para preservar los niveles normales de calcio sérico. En esta condición, los niveles séricos de PTH y 1,25(OH)2D3 aumentan, lo que conduce a un agotamiento marcado de calcio del hueso para mantener niveles normales de calcio en sangre. El efecto en el hueso consiste en un aumento de la resorción ósea acompañada de deterioro de la mineralización ósea. La señalización de los receptores de vitamina D mejora la resorción ósea actuando principalmente sobre los osteoblastos en lugar de sobre osteoclastos. La señalización osteoblástica ejerce un control transcripcional directo sobre la expresión de RANKL, un importante factor osteoclastogénico (Kim et al., 2006). RANKL se une a su receptor RANK en los precursores de osteoclastos y aumenta la formación y la acción de los osteoclastos (Suda et al., 1999). Esta acción puede ser bloqueada por la osteoprotegerina (OPG) (Christakos et al., 2015). Pound (2002), argumenta que las funciones de la vitamina D radican en aumentar el Ca++ y P a nivel plasmático para la mineralización de las estructuras óseas y de esta manera evitar la manifestación de alteraciones por deficiencia de calcio; sin embargo, la vitamina D se puede catalogar como independiente al aumentar la absorción fraccionada de calcio a través del intestino, esto como factor a relucir ya que se ha mencionado la importancia del trabajo en conjunto con la PTH (Sacristan, 1995). Estableciendo las condiciones en el organismo para las concentraciones de vitamina D y calcio, según los estudios de Pound (2002), se podría determinar esquemáticamente a partir de la figura 2, durante un periodo de 10 días, que la vitamina D controlará sus concentraciones, con el objetivo de elevar los niveles de Ca++ para reducir las alteraciones que se conocen por presentar deficiencia de este mineral, ya sea en vacas postparto, o con alteraciones óseas.

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minución de presentación de mastitis, además de disminuir el estrés de los animales (Khorsandi, 2016). Por otro lado, estudios realizados sobre promotores de crecimiento, demuestran que por medio de sistemas de alimentación, la calidad de leche tiene notables mejorías probablemente por el aumento de AGNS (ácidos grasos no saturados) en la dieta, relacionando factores como el pH, y el tipo de alimento suministrado (Galina, 2016). Es decir que la administración de agentes que potencialicen la nutrición del animal con alimentos benéficos que contengan vitamina D, o que contengan concentraciones altas de esta vitamina, se lograrán obtener mejores resultados en producción. Figura 2. Correlación de concentraciones vitamina D y Ca++. Adaptado de Sacristan, 1995.

Alfonso (2010), evidencia que actualmente las funciones de la vitamina D no se limitan a regular el metabolismo fosfocálcico y la mineralización ósea únicamente, sino que es una de las sustancias más potentes inductoras de la maduración celular, e inhibidoras de la proliferación celular. De esta manera las funciones del calcitriol también estarían enfocadas en otros aspectos como por ejemplo: en la función de la contractilidad miocárdica y la producción de insulina. El uso de la vitamina D3 está asociado a la prevención de la fiebre de leche en el ganado bovino debido al incremento del calcio y el fosforo a nivel sanguíneo días previos al parto, teniendo en cuenta que el descenso de las concentraciones de calcio en la vaca posterior al parto son relevantes; así lo demuestra el autor que por medio de estudios realizados obtuvo diferencias significativas con el grupo control (al cual no se le administró vitamina D3) y resultó en que las vacas tratadas con vitamina D3 presentaron una consecuente disminución de calcio posterior al parto correlacionando con una evidente función por parte de la vitamina D3 (Bachmann Heinrich, 2017). Otros usos de la vitamina D, estarían encaminados en la reducción de niveles de estrés por traslado de animales. La aplicación de determinadas unidades internacionales (UI) de vitamina D3 en conjugación con vitamina E como principal antioxidante, puede reducir la peroxidación lipídica en vacas lecheras de raza Holstein que son sometidas a estrés por transporte (Mustafa Sinan, 2011) De esta manera, proporcionar la combinación de elementos minerales y vitaminas en la dieta del ganado lechero puede representar un factor importante para la producción y reproducción de hatos lecheros, demostrando los beneficios de la aplicación de minerales y la conjugación de vitamina E y D como fuente de antioxidantes, generando factores positivos en la dis-

Martínez (2011), demuestra la importancia de brindar excelente calidad de agua, para que no exista una disminución en la asimilación de componentes necesarios como los minerales y vitaminas, entre otros. Es decir que las bajas concentraciones de minerales en el pasto y la calidad del agua que ingieren los animales, pueden estar relacionadas con retrasos en el crecimiento, anormalidades en el ciclo estral y otras alteraciones a nivel tegumentario, como lo reporta Galindo, 2014. Aunque existen diferentes alteraciones relacionadas con la vitamina D, una de ellas se destaca por la deficiente conformación y/o captación de vitamina D en el organismo, generando raquitismo, esto debido a una hipocalcemia grave; sin embargo, la PTH puede estar elevada, generando una confusión en el organismo, lo que se establecería como un diferencial para diagnóstico, debido a que son varias las afecciones por parte de la vitamina D3 (Velásquez, 2015). La concentración de 25(OH)D en suero o plasma es el mejor indicador del estado de vitamina D de un animal. Similar a los humanos, las concentraciones circulantes de 25(OH)D de 20 a 50 ng/ml de la sangre, han sido tradicionalmente descritas como normales para el ganado, con concentraciones inferiores a 10 ng/mL, indicativas de deficiencia de vitamina D (Horst et al., 1994; Norman, 2008). Sin embargo, los seres humanos y el ganado que reciben una exposición abundante al sol de verano (ganado vacuno en pasturas) sin suplementación de vitamina D, tienen concentraciones séricas de 25(OH)D entre 40 y 100 ng/mL (Hollis, 2005, Nelson et al., 2016).

El Calcio (Ca++) El calcio (Ca++) es un mineral esencial en la nutrición. El Ca++ es el catión extracelular divalente más evidente. Muchas funciones celulares deben ser preservadas mediante una regulación precisa de este

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catión, lo cual se consigue mediante la regulación de la absorción gastrointestinal, la reabsorción renal y el intercambio con tejido óseo (Thébault et al., 2006). Tanto a nivel animal como celular, el Ca++ se controla con precisión. Las células mantienen concentraciones muy bajas de Ca++ iónico por la expresión de los canales de Ca++ de la membrana y la compleción con las proteínas (Case et al., 2007). En los compartimentos extracelulares, el Ca++ se mantiene a niveles constantes para ayudar a la regulación de Ca++ celular para sostener funciones fisiológicas en las que se requiere Ca++, mientras se gestionan las reservas del mismo. Una vaca adulta contiene aproximadamente 10 Kg de Ca++, de los cuales el 98% está en sus huesos, el resto está en los compartimentos extracelulares (Martín-Tereso & Martens, 2014). Las concentraciones de calcio en el organismo están ligadas a diferentes condiciones, en las que resalta la cantidad de este mineral ingerido en la ración y el requerimiento de absorción por parte de las necesidades que se manifiesten, dando lugar a una mayor cantidad de absorción en el intestino delgado, y en menor cantidad en el rumen. Esta absorción está condicionada por dos hormonas tales com o la paratohormona (PTH), y la vitamina D, la cual es considerada como hormona en su forma fisiológicamente activa, D3 1-25-dihidroxicolecalciferol (Underwood E, 2003). Según Gonzales (2001), el organismo de los animales cuenta con el 1% de calcio en la sangre y tejidos blandos, demostrando la importancia de una adecuada nutrición de calcio con la interacción entre este mineral, la vitamina D y la PTH. El 99% del calcio se encuentra en los huesos con la función de sostener una estructura fuerte para la protección de órganos delicados y así mismo la facilidad en movimiento del esqueleto, el 1% restante ubicado en sangre cumple con funciones vitales tales como la conducción del impulso nervioso y la contracción muscular, entre otras (Underwood E, 2003). Según Roche & Berry, las concentraciones de calcio de referencia se encuentran por encima de 2.0 mM (>8.0 mg/dL); la hipocalcemia subclínica entre 1.4 y 2.0 mM (7.6 a 8.0 mg/dL); y la hipocalcemia clínica por debajo de 1.4 mM (<7.6 mg/dL); sin embargo de acuerdo a Neves R. (2017), las concentraciones de calcio en la sangre del bovino después de 12- 24 horas del parto son factores predisponentes para la manifestación de alteraciones metabólicas como la hipocalcemia, argumentando que la inclusión de magnesio (Mg) en dietas de vacas preparto previene las disminuciones de Ca++.

Paratohormona (PTH) La hormona paratiroidea es un polipéptido de una sola cadena formado por 84 aminoácidos. La secreta la glándula paratiroidea, aumenta la absorción de calcio desde los intestinos y simultáneamente condiciona su reabsorción desde el esqueleto (Horst et al., 1994). Aparte de este proceso, es también un factor en el control del metabolismo del fósforo a través de su reabsorción en el sistema esquelético, así como en la estimulación de la emisión de fosfatos a través de los riñones durante el estado de exceso de fósforo inorgánico en los fluidos corporales. La disminución de la concentración de calcio en el plasma, especialmente de su forma ionizada, causa el aumento de la secreción de PTH por parte de la paratiroides, con el consiguiente aumento rápido en la resorción del calcio de los huesos y el aumento repentino de la reabsorción de calcio por los riñones (Horst et al., 1997). Kurek & Stec (2005), reportaron que en 12 vacas clínicamente sanas, con un promedio de calcio de 2.0 mM/l, presentaron concentraciones de PTH de 19.84 ± 14.9 pg/ml. Los bajos niveles de PTH en algunas vacas podrían ser causados por diferentes factores. El más común es la alimentación inadecuada de los animales, especialmente si existen porciones demasiado altas de calcio. Esto estimula la liberación de calcitonina, una hormona que se opone a la PTH y limita la capacidad del cuerpo para reaccionar rápidamente en fases de reducción drástica de calcio, influyendo en el desarrollo de la hipocalcemia después del parto (Reinhardt et al., 1988). Otro factor que influye sobre la baja producción y liberación de la PTH, es la administración de dosis de calcio médicas demasiado grandes, que actúan de manera similar a la inadecuada alimentación (Kurek & Stec, 2005). Alteraciones en el organismo como el hiperparatiroidismo secundario, muestran niveles elevados de PTH con relación a las concentraciones de calcio en el organismo en un estadio fisiológico normal; así lo referencian estudios realizados en tratamientos que tratan de ajustar las dosis de calcitriol según los niveles de PTH, exponiendo que las concentraciones de hipercalcemia se manifestarán luego de administrar paulatinamente dosis de calcitriol, hasta que la PTH disminuya y se logre reducir sus niveles (Minerva, 2003). Las alteraciones en diferentes sistemas fisiológicos demuestran transformación de diferentes sustancias y elementos indispensables para un correcto funcionamiento del organismo; de esta manera cuando en el riñón se presentan alteraciones que se manifiestan con desórdenes óseos como malformaciones por deficiencia de minerales con evidentes deficiencias de

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Ca++ en el organismo, es importante tener en cuenta factores involucrados como la vitamina D y la PTH (Torremade, 2017). Sin embargo, la interacción de PTH y Ca++ en las vacas postparto está demostrada con las disminuciones de Ca++ a nivel sanguíneo, debido a la demanda de este ión en la glándula mamaria, ya que el mecanismo de remplazo a nivel sérico es más lento que el de absorción por parte de la glándula mamaria, y de esta manera la baja presencia de Ca++ repercutirá en un aumento de PTH para lograr estabilizar los niveles de Ca++ a nivel sanguíneo; no obstante este mecanismo también se aplica para prevenir la hipocalcemia, en donde la PTH presenta una interacción con la vitamina D a nivel renal, como coadyuvante para controlar los niveles de Ca++ a partir de reabsorción intestinal (Wilkens, 2013) (Goff J, 2014). Figura 3: Mecanismos de retroalimentación que conservan las concentraciones de calcio extracelular dentro de límites fisiológicos. La disminución del Ca++ extracelular (ECF, extracellular fluid) desencadena un aumento de la secreción de hormona PTH (1) por activación del receptor sensor de calcio en las células paratiroideas. A su vez la PTH intensifica la reabsorción tubular de calcio por parte del riñón (2) y la resorción de calcio desde el hueso (2) y también estimula la producción de 1,25(OH)2D3 por los riñones (3). A su vez, el metabolito de la vitamina actúa principalmente en el intestino para intensificar la absorción de calcio (4). En conjunto, estos mecanismos homeostásicos normalizan la calcemia. Tomado de: http://harrisonmedicina.mhmedical.com/ Content.aspx?bookId=1717&sectionId=114911904

Sin embargo la PTH también cuenta con otras funciones en donde resalta la importancia y la relación que tiene con la regeneración celular, más específicamente la reconstrucción celular y el apoyo a regeneración de hueso, demostrándolo en estudios en animales de laboratorio y obteniendo resultados significativos en regeneración celular (Masahiko, 2013). De otro lado, se ha demostrado que el efecto de la PTH en la regeneración celular tiene efectos notorios en determinadas especies, con mayores resultados positivos en animales de laboratorio que en otras especies como el humano; sin embargo, es fundamental establecer los factores que se relacionen tales como el Ca++ y su relación intrínseca con la PTH (Skripitz, 2000).

CONCLUSIONES La estrecha relación que tienen estos tres factores como son la vitamina D, el calcio y la paratohormona (PTH), radica en que las concentraciones de calcio están mediadas por la actividad y/o sinergia de la vitamina D y la PTH; sin embargo Sacristán (1995), argumenta que el calcio es el principal regulador de la PTH, es decir que la PTH aumenta su concentración cuando el organismo registra bajos niveles de calcio sérico, y a su vez la vitamina D inhibe directamente la PTH al incrementar los niveles de calcio en las células paratiroideas. Esquemáticamente se puede ilustrar la relación de estos 3 elementos en el organismo, evidenciando que están íntimamente ligados. De esta manera, cuando se encuentran concentraciones bajas de Ca++, la PTH comenzará a elevar sus niveles hasta elevar los niveles de Ca++, y a su vez la vitamina D entrará en acción para controlar el aumento de PTH en el organismo, manteniendo el equilibrio entre el Ca++ y la PTH. Las vacas lecheras presentan un desbalance de calcio post parto, resultando en concentraciones de PTH y vitamina D más evidentes y menores concentraciones de calcio durante esta etapa fisiológica del animal (Underwood E, 2003). Saavedra (2002), menciona que la PTH regula las concentraciones de calcio en sangre, de igual manera durante la gestación para el crecimiento del feto, y posterior al parto para la secreción de leche.

BIBLIOGRAFÍA El presente estudio se respalda con 57 referencias. FARMACOLOGÍA

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Uso de inmunohistoquímica para el estudio de meningoencefalitis no infecciosa en canino Reporte de caso Cristhian Camilo Rozo Velasquez 1 - Est. MV Ricardo Javier Piñeros Duque 2 - DMV, Esp., MSc Resumen La meningoencefalitis no infecciosa (MENI), reportada así en el diagnóstico clínico, es una enfermedad inflamatoria idiopática del sistema nervioso central (SNC) de los caninos. La meningoencefalitis granulomatosa (MEG), meningoencefalitis necrotizante (MEN) y leucoencefalitis necrotizante (LEN), son tres de las formas de presentación de MENI, donde su diagnóstico final se realiza a partir de los hallazgos histopatológicos e inmunohistoquímicos. El origen de estas enfermedades es desconocido, por lo que se han realizado estudios evaluando el genoma y la evaluación de la acción de interleucinas de algunas células de tipo inflamatorio en las MENI. Teniendo en cuenta los hallazgos macroscópicos a la necropsia y microscópicos-histopatológicos, la identificación inmunohistoquímica con marcadores para IgG, IgM, CD79a, CD3, CD68 y GFAP, y la correlación clínico-patológica de la enfermedad, se categorizó un caso como meningoencefalitis granulomatosa (MEG), a partir de un canino con cuadro neurológico y diagnóstico presuntivo de Erhlichiosis, que llegó a la clínica veterinaria de la Universidad de La Salle - Bogotá, en el año 2016.

Introducción Entre los casos neurológicos en caninos asociados a condiciones no infecciosas, pero sí inflamatorias del SNC, se encuentra la meningoencefalitis no infecciosa (MENI), reportada así en el diagnóstico clínico; es una enfermedad inflamatoria idiopática del sistema nervioso central (SNC) de los caninos, en la que se encuentran las siguientes meningoencefalitis: meningoencefalitis granulomatosa (MEG), meningoencefalitis necrotizante (MEN) y leucoencefalitis necrotizante (LEN); son tres de las formas de presentación de MENI. El uso de pruebas diagnósticas en MENI son muy inespecíficas, por lo que el uso de la histopatología e inmunohistoquímica a partir de tejidos tomados a la necropsia, es importante como prueba diagnóstica definitiva, ya que MEN, MEG y LEN son consideradas enfermedades distintas por sus características únicas, aunque presentan algunos cambios histológicos similares (localización en el SNC y tipo de lesión), es decir: la meningitis y manguitos perivasculares compuesto de células mononucleares, incluyendo linfocitos y monocitos/histiocitos. En casos como estos, el diagnóstico clínico es importante, ya que en la mayoría, el acercamiento a un diagnóstico presuntivo antemorten se logra a través de un enfoque multimodal, con la evaluación del caso, signos clínicos (neurológico), enfoque en localización de la lesión, toma y análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR), la utilización de pruebas imagenológicas y análisis de sangre.

Signos clínicos MEN y LEN presentan signos clínicos asociados a la localización cerebro-talámica, debido al predominio de las lesiones en el prosencéfalo; LEN también puede causar signos del tronco cerebral caudal. Sin embargo, por su naturaleza multifocal de la enfermedad inflamatoria, pueden ocurrir variaciones de los signos clínicos dependiendo del lugar de lesión. Los signos asociados normalmente son rápidamente progresivos,

comúnmente con convulsiones, depresión, vueltas en círculo, disminución de la conciencia, comportamiento anormal, signos vestíbulo-cerebelo, déficit visual y postural, y finalmente la muerte. En cuanto a MEG, se presenta como un inicio agudo de enfermedad neurológica progresiva, multifocal, que puede ser fatal si no se trata. Los signos clínicos reflejan forma focal o enfermedad del SNC multifocal y que dependen de la localización de la lesión. Déficits

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Estudiante Universidad de La Salle, Programa de Medicina Veterinaria. Profesor Patología Clínica y Medicina Porcina, Coordinador Laboratorio de Patología Veterinaria Programa de Medicina Veterinaria, Universidad de la Salle, Bogotá. Patólogo, investigador y coordinador del Servicio Diagnóstico de la Corporación de Patología Veterinaria (CORPAVET) 2

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neurológicos atribuibles a la fosa craneal caudal, presentando dismetría y temblores intencionales (signos vestíbulo-cerebelo) y la médula espinal cervical, además de convulsiones (cerebro), alteraciones posturales y déficit visual, se han reportado más frecuentemente. Hemi o tetraparesia, déficit de los nervios craneales y alteraciones de la conciencia (tronco del encéfalo).

Meningoencefalitis necrotizante - MEN La MEN es generalmente una enfermedad con un curso rápidamente progresiva y fatal que ataca el SNC, con afección de perros de raza pequeña principalmente los Pug, Yorshire Terrier, Maltés, Chihuahua, Bulldog Francés, Shitzu, West Highland Terrier Blanco, Papillón y Pekinés. Los animales afectados tienden a ser de una edad media, donde el promedio de los caninos afectados está entre los 6 meses y 7 años. Las principales características histológicas suceden en la corteza profunda con una infiltración perivascular en leptomeninges y neuropilo de los hemisferios cerebrales, con poblaciones de linfocitos, macrófagos y ocasionalmente histiocitos, junto con grandes zonas locales de necrosis con microglia reactiva y astroglia leve alrededor de la necrosis, con predilección de la sustancia gris de la corteza cerebral, el hipocampo y tálamo principalmente. En casos de la proliferación de astrocitos gemistocíticos, es un cambio histopatológico único para diferenciar MEN subaguda, de crónica. Los estudios con la raza Pug con MEN han sugerido que unas variedades de genes están implicadas con el desarrollo de la enfermedad, encontrando regiones de susceptibilidad a la enfermedad similar al antígeno mayor de histocompatibilidad (MHC), dentro de algunos alelos del antígeno de leucocitos del perro clase II (DLA), lo que sugiere un componente autoinmune o inmunomediado de origen hereditario.

Meningoencefalitis granulomatosa MEG En muchos casos con MEG, son identificados como meningoencefalitis no infecciosa (MENI), pero cambia al diagnosticarlo por histopatología, a MEG. Esta enfermedad a diferencia de otra MENI, puede afectar a cualquier raza canina. MEG se presenta como un inicio agudo, enfermedad neurológica progresiva, multifocal que puede ser fatal si no se trata. La edad de inicio de los signos neurológicos tiene un rango de 6 a 12 años, con una media de 4 a 5 años. Histopatológicamente las lesiones se caracterizan por manguitos perivasculares compuestos por linfocitos, macrófagos/ histiocitos, células plasmáticas y en algunas ocasiones neutrófilos y células gigantes. Estas lesiones generalmente ocurren dentro de la sustancia blanca del cerebro, tronco cerebral, cerebelo y médula espinal cervical. Dependiendo de la distribución de la lesión,

se puede clasificar de forma diseminada, focal y/o ocular. La forma diseminada tiende a distribuirse por la sustancia blanca de todo el SNC, leptomeninges, vasculatura del plexo coroideo y en la sustancia gris de la médula espinal cervical; la forma focal se desarrolla con un gran número de células en lesiones perivasculares que se agrupan para desarrollar granulomas focales, que normalmente ocurren en el tronco cerebral y materia blanca cerebral. La forma ocular, que afecta a los nervios ópticos, la cual puede ocurrir de manera sola o acompañada de la forma diseminada o focal. Meningoencefalitis granulomatosa canina tiene algo de necrosis celular selectiva, pero no malacia masiva. En algunos casos se pueden encontrar casos donde no se evidencian lesiones granulomatosas prominentes, manguitos perivasculares o infiltración de células inflamatorias, por lo que en estos casos es importante considerar tener de diferencial la MEN o LEN.

Leucoencefalitis necrotizante - LEN LEN es uno de los distintos tipos que se puede clasificar como MENI; se caracteriza por ser típica en Yorkshire Terrier, Chihuahua, Bulldog Francés y los perros Pomerania. Generalmente se manifiesta entre los 4 meses a 10 años de edad, con una edad media de inicio de 4 - 5 años. Las características patológicas de esta enfermedad se caracterizan por sus lesiones de malacia que se distribuyen en la sustancia blanca cerebral; afecta comúnmente a los hemisferios cerebrales y sustancia blanca subcortical, con inflamación profunda que se extiende desde las leptomeninges, a través de la corteza cerebral en la corona radiata, el tálamo, el cerebelo y la médula espinal. Algunas lesiones mínimas regularmente se pueden evidenciar en el tallo cerebral, cerebelo y mesencéfalo. Los hallazgos histológicos se caracterizaron por una necrosis extensa, con evidencia de mielina dentro de los macrófagos en la sustancia blanca e infiltración de células mononucleares perivasculares. Las células identificadas por medio de inmunohistoquímica son similares a las de MEN. Las enfermedades anteriores son de origen distinto y se clasifican por separado; todas ellas tienen un diagnostico hipotético de ser de origen autoinmune, dada por una respuesta aberrante contra el SNC. Por lo tanto, el uso de inmunosupresores es el tratamiento actual para estos casos. El uso de prednisona es el más reportado en estas enfermedades; en algunos casos se ha reportado la prednisona en combinación con otros fármacos, pero ha generado inconsistencias en relación con su beneficio en comparación con el uso de solo corticoide, pero se acepta la idea de este uso, ya que mitigaría los efectos secundarios y la dosis de prednisona. También el uso de estos inmunosupre-

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sores y algunos anticonvulsivantes han ayudado a que se extienda en algún caso la vida del animal hasta 7 meses después de la aparición de los signos clínicos. En estudios anteriores se ha detectado por medio de toma de líquido cefalorraquídeo (LCR) y en suero, anticuerpos que van dirigidos contra astrocitos y proteína ácida glial fibrilar (GFAP) en caninos que son afectados con MENI. Sin embargo, los niveles de anticuerpos pueden ser similares en LCR de los perros con tumores cerebrales, MEG, e incluso algunos perros clínicamente normales, o ausente en muchos casos de esta enfermedad, pero que también pueden desaparecer dentro de cierto periodo después del inicio. La relación de anticuerpos GFAP y una enfermedad, no está determinada; lo que sugieren algunos autores es que puede ser alguna combinación de genes que aumenta la susceptibilidad a un agente infeccioso, ge-nerando la creación de anticuerpos GFAP. Lo que sí se sabe es que se ha encontrado que las concentraciones altas de GFAP en suero y LCR son altamente específicas para caninos de raza Pug con MEN. En estudios resientes donde se ha determinado la acción de las citoquinas, relacionadas con enfermedades en humanos y en animales, que pueden servir de modelo para la MENI, como lo son la esclerosis múltiple (EM), y su modelo animal experimental encefalomielitis autoinmune (EAE) respectivamente, y otros estudios donde sugieren la probabilidad de un factor genético, como ya se había mencionado anteriormente.

MATERIALES Y MÉTODOS Base de datos Laboratorio de Patología - Universidad de La Salle Se tomó la base de datos del Laboratorio de Patología de la Universidad de La Salle, del periodo comprendido del 2010 hasta el 2016, donde solo se encontraron dos casos reportados por necropsia e histopatología, con diagnóstico de meningoencefalitis no infecciosa; en este caso eran meningoencefalitis granulomatosas.

Caso clínico Canino de raza Pinscher de 8 años, 3.2 Kg de peso y de sexo hembra entera, llega a la Clínica Veterinaria de la Universidad de La Salle ubicada en Bogotá, en el mes julio del año 2016. El motivo de consulta es porque la propietaria notó hace dos semanas, cambios en el comportamiento, y desde hace 2 días no consume alimento y no se levanta. Respecto al caso, se hizo valoración clínica por sistemas, siendo prioritarios los hallazgos neurológicos y musculoesqueléticos que se describen a continuación: Sistema musculoesquelético: la paciente mostró dificultad para incorporarse con inestabilidad de articulación femorotibiorotuliana. El examen ocular y de oído sin cambios

patológicos aparentes (SCPA). El examen del SNC mostró alteraciones en la postura relacionados con el ladeo de la cabeza (cabeza hacia atrás), reflejos espinales ausentes con disminución de la sensibilidad profunda en miembros anteriores, alteración con la propiocepción, actividad motora con recumbencia, extensión rígida constante con opistótonos, hipotonía muscular, disminución o ausencia de reflejos espinales, el nivel de conciencia era alerta y el temperamento de la paciente durante el examen fue deprimido. Se hospitalizó con un diagnóstico presuntivo de Erhlichiosis con un tratamiento con dexametasona (1 mg/Kg [4] = 0.8 ml IV, TID) y oxitetraciclina (10 mg/Kg [50] = 0.6 ml IV, BID). La paciente el día 7 de julio del 2016, durante la evaluación entró en paro cardiorrespiratorio, para lo cual se realizó maniobra de resucitación cardiopulmonar con administración de medicamentos de emergencia durante 15 minutos, sin respuesta favorable. A las 4:15 am se declaró muerte médica, por lo cual, teniendo en cuenta los signos clínicos y la causa de la muerte de la paciente, se decidió la realización de necropsia.

Necropsia En el examen macroscópico no se encontraron hallazgos relevantes en los diferentes sistemas y órganos, pero se decidió tomar muestra de todos los órganos teniendo prioridad por SNC.

Histopatología Al examen microscópico se seccionan los tejidos escogidos, varios segmentos de cerebro y médula espinal, muestra de músculo cardiaco, pulmón, riñón, hígado, intestinos, bazo, médula ósea, vejiga, páncreas, entre otros, los cuales se analizaron a partir de corte teñidos con hematoxilina y eosina (H-E), Giemsa y Gram, mediante microscopía de luz blanca.

Inmunohistoquímica La inmunohistoquímica se realizó a los tejidos fijados en formol, incluidos en parafina y fijados en láminas con carga eléctrica. Para las muestras de encéfalo, se seleccionaron marcadores de inmunoglobulina G (IgG), inmunoglobulina M (IgM), linfocitos B (CD79a), linfocitos T (CD3), macrófagos y/o histiocitos (CD68) y GFAP. Para la realización de este protocolo de inmunohistoquimica, se contrataron los servicios de la empresa Inmunotec en Bogotá. Los números de células inmunomarcadas positivas se contaron en un objetivo de 10X, en áreas de evidente lesión con alta densidad celular, como la meningitis, focos de reacción de tipo granulomatoso, o manguitos perivasculares; las áreas sin alta densidad celular fueron excluidas.

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RESULTADOS Necropsia En el examen macroscópico del canino, lo relevante a la necropsia se presentó en SNC, en donde en el encéfalo se observó moderado cambio congestivo sobre las meninges, y aumento del líquido cefalorraquídeo (Imagen 1). Al encéfalo se le realizó una serie de cortes trasversales de un tamaño aproximado de 0.5 mm, donde se encontraron focos irregulares de un tamaño aproximado de 0.2 a 0.3 mm de diámetro, de tonalidad oscura en mesencéfalo, telencéfalo, núcleo geniculado, tálamo rostral, núcleo y pedúnculo cerebelares, tanto en sustancia gris como en sustancia blanca (Imagen 2 y 3).

Histopatología Histopatológicamente las lesiones en el SNC se caracterizaron por presentar áreas multifocales de reacción inflamatoria de tipo granulomatoso, en zonas perivas-culares, leptomeninges y parte del neuropilo (Imagen 4, 5 y 6).

Imagen 7 y 8. Células inflamatorias CD3 (Linfocitos T) inmunomarcadas (color negro), alrededor de vasos sanguíneos, en cantidad moderada (fotografía tomada con objetivo de 10 ×). Imagen 9. Células inflamatorias CD3 (Linfocitos T) inmunomarcadas (gris oscuro), sobre las meninges, en cantidad moderada (fotografía tomada con objetivo de 10 ×). Imagen 10 y 11. Células inflamatorias con inmunomarcador CD79a (Linfocitos 9), alrededor de vasos sanguíneos inmunomarcadas (color negro), en cantidad leve (fotografía tomada con objetivo de 10 ×). Imagen 12. Foco Células inflamatorias con inmunomarcador CD68 (histiocitos), foco de necrosis inmunomarcadas (color negro), en cantidad leve (fotografía tomada con objetivo de 10 ×). Imagen 13. Células inflamatorias con inmunomarcador CD68 (histiocitos), sobre las meninges inmunomarcadas (color negro), en cantidad leve (fotografía tomada con objetivo de 10 ×). Imagen 14. Células inflamatorias con inmunomarcador IgM, alrededor de vaso sanguíneo inmunomarcadas (color negro), en cantidad marcada (fotografía tomada con objetivo de 10 ×). Imagen 15. Células inflamatorias con inmunomarcador IgM, perivasculares y en neuropilo inmunomarcadas (color negro), en cantidad marcada (fotografía tomada con objetivo de 4 ×).

Las características de la infiltración fueron células mononucleares constituidas por linfocitos, macrófagos/ histiocitos (células epiteliodes), acompañadas de focos de astrogliosis, polioencefalomalacia, leucoencefalomalacia y reacción inflamatoria del mismo tipo en meninges. Se realizaron coloraciones especiales (Giemsa y Gram), pero no se evidencia la presentación de microorganismos.

Inmunohistoquímica Imagen 1. Encéfalo con congestión en la vasculatura de las meninges. Congestión corteza cerebral (flechas inferiores), congestión en cerebelo (flecha superior). Imagen 2. Cortes transversales del encéfalo, donde se evidencian focos de tonalidad parda. Imagen 3. Focos de tonalidad parda (flechas), en sustancia blanca y sustancia gris del cerebro. Imagen 4. Infiltrado de células inflamatorias de tipo granulomatoso dentro y perivascular de vaso sanguíneo "manguitos perivasculares" (flecha), luz de vaso sanguíneo (*). Hematoxilina y Eosina (fotografía tomada en el 40 ×). Imagen 5. Infiltrado de células inflamatorias de tipo granulomatoso en las meninges (flecha). Hematoxilina y Eosina (fotografía tomada en el 40 ×). Imagen 6. Focos de astrogliosis compuestos de macrófagos/histiocitos, linfocitos, células plasmáticas (flechas), luz de vaso sanguíneo (*). Hematoxilina y Eosina (fotografía tomada en el 40 ×).

En cuanto a la inmunohistoquímica, se categorizaron las lesiones mediante una estimación porcentual de acuerdo al grado de extensión y de inmunomarcación en las áreas comprometidas independientemente del tipo de marcador, siendo grado de infiltración marcado de un 75 a 100%, moderado de 35 a 75%, y leve de 35% a 0 (ausencia de marcación). Los linfocitos T (CD3) en cuanto a la infiltración perivascular y en meninges, tuvo una reacción moderada (Imagen 6, 7 y 8). Los linfocitos B (CD79a) (Imagen 9 y 10), y macrófagos/ histiocitos (CD68) reaccionaron en una cantidad muy leve (imagen 11 y 12). Por otro lado, con respecto al GFAP, que se obtuvo inmunomarcación difusa, homogénea sin que se evidenciaran cambios o patrones diferentes en las áreas de inflamación o de tejido sano. Los marcadores para GFAP e IgG no tuvieron una marcación

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de relevancia, mientras que el marcador para IgM fue el que más marcó en los lugares de infiltración, siendo marcado el grado de infiltración (imagen 13 y 14).

Discusión Las enfermedades MEG, MEN y LME, tienen como características que son enfermedades en caninos que causa una patología de encefalitis y de origen idiopática del SNC de baja presentación clínica. Por su parte la MEG no tiene predilección por raza, siendo para este caso un Pinscher de 8 años, donde la incidencia de GME es mayor entre los jóvenes de mediana edad, de raza pequeña y de sexo hembra. La predisposición de enfermedades autoinmunes del SNC en hembras aún no está claro, pero se cree que hay una conexión entre esteroides sexuales, alteraciones asociadas en las citosinas T-helper, la supresión de citoquinas reguladoras y alelos de susceptibilidad en el cromosoma X puede estar involucrado. En relación de los signos clínicos, la forma diseminada de MEG es más común y por lo general se manifiesta como una aparición aguda de signos de evolución rápida multifocales neurológico que afecta al cerebro, tronco cerebral, cerebelo caudal y/o la médula espinal cervical. En cuanto al caso clínico, el sistema musculoesquelético relacionado con la dificultad para incorporarse, con inestabilidad de la articulación femorotibiorotuliana y del sistema nervioso, donde los reflejos espinales eran ausentes con disminución de la sensibilidad profunda en miembros anteriores, hipotonía muscular y disminución o ausencia de reflejos espinales; esto concuerda hemi o tetraparesia, relacionadas con la pérdida de los nervios craneales en el tronco del encéfalo o síndrome puentemedular y médula espinal, además de convulsiones y alteraciones de la conciencia (cerebro). Alteraciones en la postura relacionados con el ladeo de la cabeza (cabeza hacia atrás), alteración con la propiocepción, déficits neurológicos atribuibles a la fosa craneal caudal presentando dismetría, siendo estos signos vestíbulocerebelares. La ausencia de toma de muestra de SNP y de literatura en casos similares, ya que es rara su presentación, limita la orientación del diagnóstico clínico en casos de MEG. Con base a los hallazgos a la necropsia del caso, las lesiones macroscópicas fueron sutiles, se pudo visualizar y caracterizar focos de color marrón oscuro sobre la sustancia blanca y gris del encéfalo, descritas en MEG. En las lesiones histopatológicas, las lesiones identificadas de infiltrado de células inflamatorias de tipo granulomatoso, las cuales se distribuyeron ampliamente por todo el SNC, donde las lesiones típicas consisten en manguitos perivasculares, así como focos de lesiones granulomatosas, principalmente en el cerebro, tronco del encéfalo y cerebelo. A pesar de su afinidad por la sustancia blanca, lesiones comparables se pudieron encontrar en sustancia gris, en leptomeninges y plexo coroides. Los resultados obtenidos de IgM con inmunohistoquímica, donde fue de moderada a marcada la infiltración, nos

indica la agudeza del proceso, aunque algunos autores han descrito que las lesiones microscópicas de MEN y MEG, son muy similares y se pueden confundir en la fase aguda, donde MEN aguda fue parecida a MEG en los cambios inflamatorios más graves de manguitos perivasculares, constando desde la corteza cerebral profunda en la sustancia blanca, siendo en su mayoría células mononucleares. Matsuki et al. y otros autores, postulan que MEG puede estar relacionada con la hipersensibilidad retardada o tipo IV, ya que han encontrado en las lesiones granulomatosas, macrófagos positivos al antígeno clase II del complejo mayor de histocompatibilidad (CMH), las cuales activan los linfocitos T, provocando una enfermedad autoinmune especifica del órgano. En este caso no se puede descartar una hipersensibilidad tipo II, por la marcada detección de IgM, que son las encargadas de la respuesta inmunológica primaria. Por otro lado, en otros estudios las células CD163 (macrófagos/histiocitos) y CD3 (linfocitos T) podían activar a las células de microglia, ya que estas también son clave en las fases tempranas, teniendo en cuenta que las lesiones en MEG eran agudas. Los mastocitos también pueden participar en las lesiones de MEG en fase aguda y estimular su desarrollo, mediante el aumento de la permeabilidad de la barrera hematoencefálica. No obstante, no se pudieron evidenciar mastocitos por tinción de Giemsa. El porcentaje de células CD3 tuvieron una leve a moderada marcación con un 30% de células infiltradas por lesión, se acerca a lo descrito en MEG. Si es verdad que en otros estudios el número de células CD3 positivas al igual que IgG, CD68 y CD79a en MEG tendían a ser mayores que en MEN y LEN, la diferencia no es estadísticamente significativa. En relación a las células CD68 (histiocitos/C. Gitter), donde tuvo una m arcación leve, se puede dar un acercamiento a lo que dice Park et al., donde describió que las células CD163 (macrófagos/histiocitos), su distribución se limitó a las leptomeninges y el espacio perivascular de Virchow-Robin, pero en este caso hubo una leve infiltración en el neuropilo. Por otra parte, Kjpar et al., en su estudio afirmó que la detección de macrófagos/histiocitos en MEG podía ser variable. Microglia se pueden distinguir de los macrófagos infiltrantes por su morfología ramificada característica y su localización en la normalidad SNC. Sin embargo, es difícil discriminar microglia de macrófagos infiltrantes dentro de las lesiones inflamatorias, porque la microglia puede transformarse en macrófagos reactivos. Los resultados de GFAP donde se obtuvo una inmunomarcación difusa homogénea, sin que se evidenciaran cambios o patrones diferentes en las áreas de inflamación o de tejido sano. No se encontraron focos de marcación especifica cómo se esperaría con autoinmunidad en MEN y LEN; no se le da mucha validez o importancia, ya que hay pocos estudios sobre la utilización de esta proteína en la inmunohistoquímica de estas patologías.

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Con respecto a las tinciones de Gram y Giemsa, donde no se encontró la evidencia de patógenos, donde se esperaría que agentes infecciosos, especialmente virus, se sospeche de ser la causa o el desencadenante de MEN, LEN y MEG; pero incluso en otros estudios no se ha logrado detectar algún agente causal, donde se han realizado pruebas de inmunofluorescencia, cultivos, tinciones especiales, inmunohistoquímica y pruebas moleculares como PCR. Para facilitar el diagnóstico, se realizó un SCORE con los signos característicos de cada enfermedad, dando una puntuación de la siguiente manera: +++ = marcado ++ = moderado +

= leve

-

= nulo

Tabla 1. Características de cada patología por medio de un SCORE, dando un acercamiento al diagnóstico del caso.

Conclusiones De acuerdo a los hallazgos clínicos, histopatológicos, inmunohistoquímica y de acuerdo a lo reportado en estudios previos, se consideró este caso como una MEG. A pesar de conocerse durante décadas estas patologías, continúan desafiando a la comunidad científica veterinaria respecto a su etiología y diagnóstico, siendo la histopatología e inmunohistoquímica, necesarias para el diagnóstico definitivo de este tipo de patología El uso de inmunmarcadores de humanos en medicina veterinaria, solamente nos da un acercamiento al diagnóstico. Sería recomendable el uso de inmunomarcadores netamente de animales a partir proteínas purificadas, para la realización de anticuerpos monoclonales netamente de la especie, generando una mayor especificidad en el diagnóstico, ya que son pocos los casos reportados en Colombia. El presente estudio contribuye a un mayor desarrollo de la investigación sobre las enfermedades del SNC en caninos en Colombia. No obstante a que se utilizan anticuerpos monoclonales de humanos, puede haber homología en las proteínas tisulares entre las especies.

Bibliografía El presente estudio se respalda con 34 referencias.

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Aproximación diagnóstica al paciente canino epiléptico "Rol de la electroencefalografía" Práctica privada Christian M. Gómez 1 - DMV, MSc. Daniela Pulido 2 - DMV Introducción Los perros con epilepsia se encuentran entre los pacientes neurológicos más comunes en la práctica veterinaria, y en consecuencia han recibido históricamente mucha atención en relación a las definiciones, la aproximación clínica y el manejo. Durante ańos se han publicado una cantidad de propuestas de clasificación para epilepsia canina, que siempre reflejaron las propuestas vigentes emanadas de la ILAE. Sin embargo, no ha sido posible lograr un consenso generalizado, un lenguaje común, para la clasificación y terminología usada entre veterinarios. La epilepsia es una enfermedad neurológica crónica común en los animales de compańía. Se estima que aproximadamente 1 de cada 130 perros que se presentan a la consulta veterinaria, tendrá epilepsia.

Aproximación diagnóstica al paciente epiléptico El enfoque diagnóstico del paciente que presente una historia de presuntas crisis epilépticas, incorpora dos pasos fundamentales: 1. Establecer si los eventos que el animal está padeciendo representan verdaderamente crisis epilépticas, o son consistentes con un trastorno paroxístico episódico diferente (desórdenes del movimiento) (Tabla 1). 2. Identificar la causa subyacente de la crisis epiléptica. Un examen clínico y neurológico completo puede ayudar a identificar anormalidades sugestivas de procesos mórbidos subyacentes, incluyendo alteraciones del sistema cardiovascular en perros con síncope, signos clínicos de enfermedad neuromuscular, disfunción vestibular o enfermedad prosencefálica. Los trastornos paroxísticos del movimiento o disquinesias paroxísticas se refieren a las contracciones musculares anormales, súbitas e involuntarias de un grupo de músculos esqueléticos que se repiten de forma episódica. Estas alteraciones paroxísticas pueden ser difíciles de diferenciar de las crisis epilépticas, particularmente de las crisis epilépticas focales motoras.

Con frecuencia los animales afectados por trastornos del movimiento son normales entre los episodios. La ausencia de otros signos clínicos durante los eventos incluyendo signos autonómicos, cambios en la conciencia y las alteraciones electroencefalográficas, son un apoyo para el diagnóstico de los trastornos paroxísticos del movimiento. Sin embargo, las crisis epilépticas focales también pueden ocurrir sin alteraciones concurrentes de la conciencia o signos autonómicos, y la electroencefalografía (EEG) puede ser normal en algunos casos. La electroencefalografía se ha utilizado ampliamente como objetivo diagnóstico y pronóstico en medicina humana. La hiperventilación y la fotoestimulación son dos técnicas usadas para incrementar la posibilidad de detectar actividad epileptogénica en el EEG en humanos. La fotoestimulación parece no tener modificación del EEG basal en perros sanos, e incrementa la actividad epileptogénica interictal en solo 1/3 de los pacientes epilépticos. En un estudio reciente que evaluó la utilidad de los registros EEG interictales de corto tiempo en perros epilépticos bajo anestesia general con propofol y el relajante muscular bromuro de rocuronio, se detectó actividad interictal epileptiforme en sólo el 25% de perros con EI. La reseña y la edad de ini-

1,2 Asociación Colombiana de Neurología Veterinaria

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Tabla 1. Características clínicas de los episodios paroxísticos. * Para recibir la tabla completa, favor remitirse a la ACNV.

cio de los trastornos paroxísticos pueden ayudar a establecer la naturaleza de dichos eventos. Ciertos trastornos del movimiento son específicos de la raza; generalmente ocurren en perros jóvenes y su fenotipo puede ser bien caracterizado. Se ha sugerido una predisposición genética a la EI en numerosas razas caninas, y la existencia de una historia familiar de crisis epilépticas recurrentes o EI debería reforzar la sospecha, aunque los procedimientos de diagnóstico siempre deban ser realizados para excluir otras etiologías. Las crisis generalizadas ocurren típicamente durante el reposo o el sueño, con un tiempo menor a 5 minutos y normalmente son seguidas por manifestaciones clínicas anormales (signos pos-ictales) incluyendo desorientación, inquietud, letargo, sueño profundo, hambre, sed, ataxia, déficit propioceptivo, ceguera y, menos común, conducta agresiva. La presencia de trastornos de la conciencia (por ejemplo, alteraciones cognitivas y de respuesta al medio ambiente y a los estímulos), compromiso muscular orofacial, signos autonómicos y convulsiones durante el evento ictal, respaldan la clasificación de los episodios como crisis epilépticas. Durante el período ictal (sobre todo durante la fase de crisis epiléptica generalizada) el animal no puede ser distraído y el propietario no puede alterar el curso del evento mediante la manipulación del perro. Por el contrario, los perros con trastornos paroxísticos del movimiento tienden a seguir realizando la actividad que estaban haciendo previamente (por ejemplo, jugar) durante el evento,

y el propietario puede alterar el curso del episodio paroxístico con su intervención. En algunos casos, acariciar a los perros, hablarle o pedirles que se levanten, es suficiente como para interrumpir el episodio. En otros casos puede ser necesario un estímulo más fuerte (ofrecer juguetes o comidas favoritas, animarlos con fervor o llevarlos a dar un paseo) para interrumpir el episodio. La confirmación absoluta de la naturaleza epiléptica de un evento, solamente se puede obtener mediante la observación simultánea de los cambios característicos del EEG y las manifestaciones físicas de las crisis. Sin embargo, existe poca estandarización sobre los métodos de registro en el EEG en medicina veterinaria. La variabilidad en la forma de registrar (montaje y protocolo de sedación o anestesia) ha contribuido a que existan discrepancias en los resultados de numerosos estudios veterinarios evaluando el EEG. Los esfuerzos están en curso para un mayor desarrollo de los registros EEG en la práctica clínica veterinaria. Un estudio veterinario de vídeo-EEG diagnosticó un Chihuahua juvenil con eventos sutiles de ausencias mioclónicas y con mioclonías periorales y espasmos de la cabeza. El autor identificó complejos generalizados bilaterales y sincrónicos de punta-onda de 4 Hz en la fase ictal, coincidentes con eventos de ausencia, correlacionados rítmicamente con la presencia de espasmos de la cabeza y de la nariz. En este caso el vídeoEEG fue esencial para confirmar la naturaleza epiléptica de los episodios. Actualmente la literatura veterinaria no permite una clara recomendación

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consensuada como para proponer el registro EEG en pacientes veterinarios, sin embargo la familiarización con un montaje, protocolo de restricción y método de registro, puede ayudar en lo personal con el diagnóstico de la EI. El uso del montaje sugerido por Pellegrino y Sicca, 2004, ha permitido al autor identificar patrones electroencefalográficos en diferentes razas con crisis epilépticas bien caracterizadas.

sonal del autor y de acuerdo a los estudios publicados, muchos pacientes epilépticos pueden tener alteración de los niveles séricos de T4, siendo este probablemente un factor que contribuye a la manifestación de la EI, mas no determina la causa primaria); fructosamina, curva de glucosa y/o relación glucosa/ insulina cuando se sospeche de insulinoma; niveles de actividad de la (CK) sérica y de lactato cuando se sospeche de enfermedad muscular, serología/reacción en cadena de la polimerasa (PCR), pruebas de antígeno para trastornos infecciosos regionales siemCriterios para el diagnóstico de pre que se sospeche de trastornos infecciosos; vitaepilepsia idiopática mina B12 cuando se considera malabsorción de La literatura sugiere que la primera aproximación se cobalamina; calcio ionizado cuando se sospeche de base en elementos clínicos básicos. Una historia de 2 hipocalcemia; análisis de LCR u orina cuando se soso más crisis epilépticas no provocadas ocurridas con pechan errores innatos del metabolismo; pruebas una diferencia de al menos 24 horas, una edad de genéticas cuando se sospecha de un trastorno con inicio de las crisis epilépticas entre los 6 meses y los una mutación genética conocida (por ejemplo, la epi6 años de edad, la ausencia de hallazgos en el examen lepsia familiar juvenil benigna en el Lagotto Romagnolo, epilepsia mioclónica progresiva en el Dachshunds físico y neurológico en el período miniatura de pelo de alambre, interictal (excepto las alteraciones aciduria L-2-hidroxiglutárica neurológicas inducidas por los en el Staffordshire Bull Te-rrier). La confirmación absoluta de la fármacos antiepilépticos -FAEs- y Adicionalmente, cuando haya las alteraciones neurológicas posnaturaleza epiléptica de un posibilidades de enfermedad ictales) y la ausencia de anormalievento, solamente se puede neoplásica metastásica se dedades significativas en los análisis ben realizar imágenes de tórax obtener mediante la observade sangre y de orina. Los de anáy abdomen. Se deben realilisis de sangre incluyen: ción simultánea de los camzar también exámenes del hemograma completo, perfil bios característicos del EEG y fondo de ojo y medición no bioquímico sérico (sodio, potasio, invasiva de la presión arterial las manifestaciones físicas de cloruro, calcio, fosfato, alanina cuando se sospeche de las crisis. aminotransferasa (ALT), fosfatasa hipertensión arterial. alcalina (FAS), bilirrubina total, Además de los factores antes urea, creatinina, proteínas totales, mencionados, se agrega el hallazgo de anormalidaalbúmina, glucosa, colesterol, triglicéridos y ácidos des ictales o interictales electroencefalográficos. Dabiliares en ayuno y/o amoníaco). El análisis de orina tos no publicados del autor realizando registros incluye densidad urinaria específica, proteínas, glucosa, pH y citología del sedimento. Una historia fami- electroencefalográficos, muestran alteraciones en los registros de pacientes convulsivos. Algunos de los liar de EI refuerza el diagnóstico. grafoelementos encontrados en los registros coinciPuede ocurrir comorbilidad neuroconductual en los den con los descritos en medicina humana, sin emperros con EI, de manera similar a pacientes huma- bargo no existe la caracterización fenotípica de dinos y, por lo tanto, su presencia no debería implicar chos registros y si los mismos se pueden asociar a un diagnóstico de epilepsia estructural. Sin embargo, desórdenes funcionales específicos de neuronas, en estos perros se recomiendan estudios de IRM de canales o neurotransmisores, como se ha descrito en cerebro y/o análisis del LCR. Dependiendo de la sos- humanos. Las ondas anormales interictales se pueden pecha de enfermedad concomitante, los parámetros categorizar como patrones asociados a convulsiones de laboratorio adicionales incluyen: ácidos biliares pre o descargas periódicas epileptiformes. Los patrones y pos prandiales, amoníaco en ayuno y ecografía ab- epileptiformes son ondas o complejos que pueden ser dominal cuando se sospecha de encefalopatía hepáti- distinguidos del ritmo de base en pacientes epiléptica; T4 total (T4T), T4 libre (T4L) y hormona estimulan- cos. Estos incluyen ondas agudas y ondas en espiga te de la tiroides (TSH) cuando se sospeche de trastor- o en punta, las cuales pueden presentarse como úninos tiroideos, las cuales se deben realizar antes al cas o acompañadas por ondas lentas y como ondas tratamiento a largo plazo con FAEs debido a las posi- aisladas o en ráfagas con unos segundos de durables interacciones entre los fármacos antiepilépticos y ción. Una descarga paroxística es definida como un las hormonas tiroideas (Nota: En la experiencia per- evento electroencefalográfico con un inicio abrupto, PEQUEŃOS ANIMALES

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un crecimiento rápido en la amplitud de la descarga y una terminación repentina, lo cual permite diferenciarla fácilmente del ritmo de base. Los paroxismos difieren de las ráfagas en que estas últimas son un grupo de ondas que aparecen y desaparecen abruptamente, distinguiéndose del ritmo de fondo por la morfología de las ondas, su frecuencia y amplitud, en tanto que los paroxismos son comúnmente usados para describir patrones epileptiformes o convulsivos.

Caso Clinico 2. Bulldog fránces de 3 años de edad Paroxismo de ondas lentas generalizadas en bulldog frances con crisis tónico-clonicas generalizadas tratado con Fenobarbital y Bromuro de potasio, y considerado refractario a la terapia.

El autor ha logrado definir algunos patrones electroencefalográficos característicos en el caso de la epilepsia idiopática del Beagle con crisis epilépticas generalizadas, French poodle con crisis epilépticas focales con generalización secundaria, y la epilepsia idiopática refractaria en diferentes razas. En el caso de los Golden retriever es frecuente encontrar un trazado electroencefalográfico normal (Datos sin publicar). A continuación observamos algunos trazados encontrados por el autor en comparación a lo reportado en EEG de humanos. La técnica de montaje utilizada para el registro se basa en la recomendada por Pellegrino y Sicca, 2004. Caso clínico 1. Maltés de 3 años de edad con crisis parciales motoras faciales con generalización secundaria. En examen neurológico se observa déficit propioceptivo consciente hemilateral derecho y alteración del estado de consciencia. En el EEG se observa asimetría interhemisférica con predominio de ondas lentas en área temporal y parietal izquierda (T3-P3) con actividad epileptogénica (ondas en punta) que rompe el ritmo de fondo.

La asimetría que involucra ondas lentas de mediana amplitud por lo general indican patologías estructurales que alteran funcionalmente la corteza de manera significativa. En este caso se confirma una meningoencefalitis de origen desconocido (MEOD) por resonancia magnética. Se observan grafoelementos epileptogénicos en el área inflamada, lo que denota la corteza parietal-temporal izquierda como el punto generador de las crisis.

Caso clínico 3. Paciente con hidrocefalia confirmado por resonancia magnética, presenta enlentecimiento generalizado y perdida del ritmo normal de fondo. Este trazado puede ser consistente con signos de hipertensión endocraneana, la cual se confirma por la ausencia de surcos corticales en resonancia.

Caso clínico 4. Descargas en ráfaga a ciclos de 10 a 14 HZ en Pinscher miniatura con crisis focales motoras faciales con tendencia a la generalización. Exa-

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men neurológico normal. En resonancia magnética se observa lesión cavitaria focal en área frontal izquierda. Esta área es silente neurológicamente hablando, sin embargo puede generar crisis motoras por su vecindad con los núcleos motores de la neuronas piramidales en el área frontal.

paroxismos, espigas, ondas agudas y ondas lentas y puntas, los mismos no describen un síndrome electroclínico o una disfunción específica neuronal como causa de las crisis epilépticas y son necesarias las investigaciones para determinar cuál es la posible causa de estos trazados anormales.

Caso clínico 5: Paciente Beagle de 5 ańos de edad epiléptico conocido medicado con Fenobarbital, Bromuro de potasio y Pregabalina, considerado refractario. En el EEG se observan sucesión de polipuntas generalizadas de inicio en el área parietal izquierda con generalización secundaria.

Este tipo de epilepsia catalogada como "Epilepsia estructural" ocurrió como consecuencia de un trauma 9 meses atrás. La paciente no presentó mayores síntomas asociados al trauma, pero la lesión quística generó un foco epileptogénico en el área diagnosticado por EEG y confirmado por RM. Aun cuando los cambios en el trazado de los electroencefalogramas son evidentes y sobresalen del trazado de fondo, y denotan lo descrito en la literatura en términos de características morfológicas en ráfagas, paroxismos, espigas, ondas agudas y ondas lentas y puntas, los mismos no describen un síndrome electroclínico o una disfunción específica neuronal como causa de las crisis epilépticas y son necesarias las investigaciones para determinar cuál es la posible causa de estos trazados anormales. Basándonos en la información descrita anteriormente, algunos autores recomiendan la realización de RM de cerebro y análisis de LCR de rutina, luego de haber excluido las crisis reactivas, en perros con:

Aun cuando los cambios en el trazado de los electroencefalogramas son evidentes y sobresalen del trazado de fondo, y denotan lo descrito en la literatura en términos de características morfológicas en ráfagas,

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Una edad de inicio de las crisis epilépticas de <6 meses o > 6 años de edad

°

Anormalidades neurológicas interictales consistentes con localización intracraneana.

°

Estatus epiléptico o crisis seriadas

°

Un diagnóstico presuntivo previo de EI y resistencia a los FAEs con un solo fármaco antiepiléptico titulado para la mayor dosis tolerada.

Conclusiones El electroencefalograma a pesar de ser una herramienta de mucha utilidad en la epilepsia humana, no ha sido incorporado en la práctica clínica veterinaria; sin embargo, considero es necesario incluirlo dentro del plan de consenso para el diagnóstico de la epilepsia idiopática canina y unir los elementos electroencefalográficos con pruebas genéticas. Con el tiempo la detección de grafoelementos podrán describir alteraciones en canales, receptores y/o alteraciones funcionales neuronales que tengan su origen en una alteración genética; esto permitirá crear tratamientos probablemente más específicos de acuerdo al trastorno funcional presente. En Colombia aún no contamos con estudios que permitan evaluar la prevalencia en las diferentes razas que predominan en nuestro país; sin embargo, la experiencia personal del autor es que razas como el Beagle, Golden retriever y Poodle estándar, son razas frecuentemente atendidas por convulsiones, y podrían ser objeto de estudios en epilepsia canina, con el objetivo de identificar posibles patrones de heredabilidad de la EI y alteraciones genéticas presentes en estas razas.

Bibliografía El presente estudio se respalda con varias referencias. PEQUEŃOS ANIMALES

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Linfoma cutáneo epiteliotrópico canino Revisión de literatura Wendie Oriana Roldán Villalobos - DMV, Esp, MSc Resumen El linfoma cutáneo epiteliotrópico canino (LCEC), es una enfermedad de la piel y de las membranas mucosas que afecta generalmente a caninos de edades avanzadas y se caracteriza por la infiltración de linfocitos T neoplásicos en la epidermis y estructuras anexas. La presentación clínica es variable, pudiendo evidenciarse eritrodermia exfoliativa, placa(s) / nódulo(s), afectación de la mucosa oral y una forma mucocutánea, generalmente acompañada de despigmentación. El diagnóstico del LCEC puede efectuarse a través de técnicas como citología y biopsia cutánea. Las opciones de tratamiento incluyen agentes suministrados vía oral, terapias tópicas, radioterapia y quimioterapia única o combinada.

Introducción El linfoma cutáneo epiteliotrópico canino (LCEC), es una patología espontánea de la piel y de las membranas mucosas que afecta generalmente a caninos geriátricos y que no presenta una clara predisposición racial (Moore et al., 1994). Esta enfermedad se caracteriza por la infiltración de linfocitos T neoplásicos, que poseen un tropismo específico por la epidermis y estructuras anexas (Gross et al., 2005; Scott et al., 2001; Goldschmidt et al., 1992). El LCEC está relacionado con los linfocitos T CD8+ citotóxicos, situación contraria a la presentación en humanos, en la cual predominan los linfocitos T CD4+ ayudadores. Su etiología es aún desconocida, aunque han sido sugeridas diversas hipótesis, incluyendo un posible origen viral en felinos y humanos (Caciolo et al., 1984; Tobey et al., 1994; Jackson et al., 1996). En caninos, la presentación del LCE es altamente variable, pudiendo tener un aspecto similar a diversas dermatosis (Gross et al., 2005; Scott et al., 2001; Beale et al., 1993). Los pacientes se presentan usualmente con una historia de dermatitis crónica (Morrison, 2001), y en algunos casos pueden estar afectadas las uniones mucocutáneas de la mucosa oral. En las fases más avanzadas de la enfermedad, pueden involucrarse otros órganos. La citología es una técnica diagnóstica de gran utilidad en el LCEC. Las muestras deberían obtenerse por improntas de lesiones erosionadas o ulceradas o a través de aspiraciones con aguja fina de lesiones nodulares. Los hallazgos citológicos evidencian células redondas, lo que sugeriría un tumor hemolinfopoyético (Fontaine et al., 2009). El diagnóstico definitivo se confirma con análisis histopatológicos de biopsias de piel (Gross et al., 2005). Han sido reportadas diferentes opciones de tratamiento para el LCEC, que incluyen agentes suministrados vía oral, terapias tópicas, radioterapia y quimioterapia única o combinada (De Lorimier, 2006).

Generalidades El linfoma cutáneo epiteliotrópico canino (LCEC), es un patología espontánea de la piel y de las membranas mucosas que afecta generalmente a caninos geriátricos (edad promedio de 11 años) y que no presenta una clara predisposición racial (Moore et al., 1994), aunque algunos autores sugieren una posible susceptibilidad en cocker spaniel y boxer (Beale et al., 1993; Poisson et al., 1996; Foster et al., 1997; Bhang et al., 2006; Gilbert et al., 1994; Day, 1995; Moore et al., 1994; Magnol et al., 1996; Degorce, 1993). Su aparición es poco común y se desconoce su etiología. (Gross et al., 2005; Scott et al., 2001; Fontaine et al., 2009). Esta enfermedad se caracteriza por la infiltración de linfocitos T neoplásicos, que poseen un tro-

pismo específico por la epidermis y estructuras anexas (Gross et al., 2005; Scott et al., 2001; Goldschmidt et al.,1992). El LCE representa el 5% de todos los linfomas observados en el canino (Blackwood, 2014). Utilizando los criterios descritos en humanos, el LCE se clasifica en dos categorías: Micosis fungoide (MF) y Síndrome de Sézary. A su vez, la MF puede dividirse en diferentes subtipos: MF clásica, MF foliculotrópica y Reticulosis pagetoide (RP). La RP se presenta clínicamente de dos formas: localizada y generalizada (Willemze et al., 2005; Olsen et al., 2007; Cerroni et al., 2004). El reconocimiento de estas clasificaciones es importante a la hora de establecer el comportamiento de la enfermedad, que varía desde indolente (RP localizada), a intermedio (MF clásica) y agresivo (Síndrome de Sézary) (Fontaine et al., 2009).

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Patogénesis

adhesión intercelular (ICAM) (Day, 1999; Moore et al., 1994). Esta molécula puede ser importante para la adhesión a los receptores de superficie, y por consiguiente, tendría un rol en el epiteliotropismo observado en la enfermedad (Day, 1999).

El LCEC es una patología relacionada con los linfocitos T CD8+ citotóxicos, situación contraria a la presentación en humanos, en la cual predominan los linfocitos T CD4+ ayudadores. La etiología es aún desconocida, y han sido sugeridas diversas hipótesis, incluyen- Signos clínicos do un posible origen viral en felinos y humanos. Aun- En caninos, la presentación del LCE es altamente vaque la mayoría de los gatos afectados son negativos riable, pudiendo tener un aspecto similar a diversas al virus de leucemia felina (FeLV) en test sanguíneos dermatosis (Gross et al., 2005; Scott et al., 2001; Beale de rutina (Caciolo et al., 1984; Tobey et al., 1994; et al., 1993). Los pacientes se presentan usualmente Jackson et al., 1996), el LCE podría desempeñar un con una historia de dermatitis crónica (Morrison, 2001) rol importante en algunos casos individuales (Tobey et y en algunos casos, pueden estar afectadas las unioal., 1994). En humanos, se ha relacionado la presennes mucocutáneas de la mucosa oral. En las fases cia de LCE con algunos tipos de herpesvirus (Trento más avanzadas de la enfermedad, pueden estar et al., 2005; Ahmed et al., 2006). Un factor involucrados otros órganos (Fontaine et al., 2009). predisponente que ha sido objeto de debate en humaExiste una dificultad comprobada en la caracterizanos, es la inflamación crónica, como por ejemplo una ción de los subtipos del LCE basada en los signos dermatitis (Lamberg et al., 1979). La activación y proclínicos, teniendo en cuenta además, que la Reticulosis liferación recurrente de los linfocitos T, sería estimuPagetoide y el Síndrome de lada por antígenos ambientales perSézary son raramente docusistentes y/o anormalidades en la mentados en la literatura veEl linfoma cutáneo función de las células de Lanterinaria (Foster et al., 1997; gerhans, situación que provocaría epiteliotrópico canino (LCEC), es Withrow, 2001). El esquema una expansión clónica de linfocitos de clasificación propuesto una patología espontánea de la activados, originando un LCE por Scott (Scott et al., 2001), piel y de las membra nas (Weinstock et al., 1988). Sin empuede facilitar la aproximabargo, esta hipótesis genera conmucosas que afecta generalción a la presentación clínitroversia, ya que estudios que anaca del LCE en el canino. Este mente a caninos geriátricos y lizaron biopsias obtenidas de paesquema define los siguienque no presenta una clara precientes con LCE muestran un orites subtipos clínicos: eritrogen espontáneo de esta neoplasia disposición racial dermia exfoliativa, placa(s) / (Shapiro et al., 1994) y otros autonódulo(s), enfermedad de la res no encontraron una relación sigmucosa oral y forma muconificativa entre la dermatitis atópica y el LCE (Mehrany cutánea (Scott et al., 2001) generalmente acompañaet al., 2003). En caninos, se ha reportado también en da de despigmentación (Navarro et al., 2016). algunos pacientes, una historia de dermatitis crónica previa a la aparición del LCE. A pesar de que en algu- El LCE puede presentar una forma clínica, común en nos casos publicados en la literatura veterinaria no se caninos y felinos, caracterizada por una dermatitis tienen argumentos claros sobre la relación del LCE pruriginosa y ulcerativa (Ackerman, 2008; Harvey et con las dermatitis crónicas (Beale et al., 1993; Poisson al., 2001) refractaria al tratamiento sistémico con et al., 1996; Foster et al., 1997; Bhang et al., 2006; corticosteroides (Harvey et al., 2001), que puede proGilbert et al., 1994; Day, 1995), un estudio más re- gresar a eritrodermia con formación de placas ciente sugiere, basado en datos retrospectivos de (Ackerman, 2008). La aparición de nódulos cutáneos pacientes atendidos en el Hospital Veterinario de la es posible en la fase avanzada de la enfermedad Universidad de Florida, que las posibilidades de apa- (Harvey et al., 2001). Otras lesiones incluyen descarición de LCE serían 12 veces superiores en perros mación y costras (Beale et al., 1993). con dermatitis atópica que en perros no afectados por Diagnóstico esta dermatopatía (Santoro et al., 2007). Cuando ocurre una alteración en la división de los linfocitos, las células T malignas expresan receptores cutáneos que son cruciales para la exocitosis de los linfocitos en la piel, ligándose a los queratinocitos epidérmicos y a las células de Langerhans (Kim et al., 2005). Los linfocitos T en el LCE expresan también altos niveles de -integrina, que es una molécula de

El diagnóstico inicial depende del curso clínico de la enfermedad, que varía de 1 a 4 años (Moorer et al., 1994), siendo la citología una técnica diagnóstica de gran utilidad en el LCE. Las muestras deberían obtenerse por improntas de lesiones erosionadas o ulceradas, o a través de aspiraciones con aguja fina de lesiones nodulares. Los hallazgos citológicos evi-

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dencian células redondas, lo que sugeriría un tumor hemolinfopoyético. Sin embargo, los linfocitos pueden no ser atípicos, lo cual hace que sea imposible diferenciarlos de una expansión clónica. Otro factor a tener en cuenta es que la luz del microscopio evitaría en algunos casos la diferenciación entre células linfoides atípicas e histiocitos (Fontaine et al., 2009). El diagnóstico definitivo debe confirmarse con análisis histopatológicos de biopsias de piel. La histología permite determinar los subtipos del LCE. La diferenciación histológica entre las etapas tempranas del LCE y dermatosis linfocítica no neoplásica puede resultar más complicada (Gross et al., 2005; Foster et al., 1997; Willcock et al., 1989; Murphy et al., 2000). El LCE se caracteriza por la infiltración cutánea de linfocitos neoplásicos, mostrando un grado variable de tropismo por el epitelio, pudiendo involucrar además estructuras anexas. Los linfocitos son de un tamaño variable (20-30 µm), encontrándose con frecuencia un núcleo con un contorno irregular y un citoplasma eosinofílico. A diferencia de los procesos inflamatorios, no ocurre destrucción de las estructuras anexas, aunque puede observarse una obliteración progresiva. Pueden observarse algunos cambios secundarios, que incluyen hiperqueratosis, espongiosis, apoptosis, acantosis y melanosis. La dermis a pesar de evidenciar una severa infiltración leucocítica, no muestra fibrosis o angiogénesis, que podrían acompañar una dermatitis linfocítica crónica (Gross et al., 2005).

Tratamiento Han sido reportadas diferentes opciones de tratamiento para el LCE, que incluyen agentes suministrados vía oral, terapias tópicas, radioterapia y quimioterapia única o combinada. Sin embargo, existe controversia con respecto a la eficacia, seguridad, costo y disponibilidad de estos agentes (De Lorimier, 2006). La cirugía puede ser ocasionalmente recomendada en casos de lesiones solitarias, sólo después de descartar lesiones adicionales o diseminación de la enfermedad. Debido a que el LCE es considerado un desorden potencialmente sistémico, la resección quirúrgica debería ser continuada con un protocolo de quimioterapia. Sin embargo, ocasionalmente algunos pacientes tratados únicamente con cirugía pueden alcanzar largos periodos sin recidivas de lesiones (Beale et al., 1993; Willcock et al., 1989; Walton, 1986; Rosenthal et al., 1990) La terapia tópica es una opción muy utilizada en el LCE humano. En caninos, su uso es más limitado, debido a factores como el nivel de compromiso del propietario, estadios avanzados de la enfermedad en el momento del diagnóstico, efectos secundarios, altos costos de algunos agentes y hábitos de limpieza

de los caninos que acortan los periodos de exposición a los productos (De Lorimier, 2006). Dentro de las opciones de tratamiento tópico se encuentran los corticosteroides, que han reportado beneficios en el LCE humano en etapas tempranas. En caninos pueden ser útiles lociones, champús o sprays de corticosteroides en casos de lesiones superficiales o enfermedad temprana, alcanzando algún grado de alivio sintomático (De Lorimier, 2006). La mecloretamina tópica es un agente alquilante de la familia del gas nitrógeno. Su uso ha sido descrito en perros y en humanos (Beale et al., 1993; Hoppe et al., 2004; Wilson et al., 2001; Angus et al., 2004; Apisarnthanarax et al., 2002; Knobler, 2004). Actualmente no es una opción recomendable, debido a su potencial carcinogénico y otras reacciones cutáneas adversas en propietarios y en personal médico, principalmente en tratamientos prolongados (De Lorimier, 2006) Los análogos de la vitamina A como el ácido retinoico 13-cis y compuestos sintéticos como etretinato, isotretinoína y bexarotene han sido utilizados en humanos con MF reportando algunas tasas de éxito, mientras que la respuesta en animales es baja y los costos del tratamiento suelen ser elevados, situaciones que restringen su uso (Burg et al., 2000; White et al., 1993; Martin, 2003; Apisarnthanarax et al., 2002). La radiación puede tener beneficios en caninos afectados con la forma localizada oral del LCE o como paliativo de lesiones más discretas en la forma generalizada (Meleo, 1997). La terapia con TSEBT (Total skin electron beam therapy) ha reportado buenos resultados en humanos con LCE en etapas tempranas (Jones et al., 2003; Hoppe, 2003). En caninos se desarrolló un estudio con TSEBT modificada, revelando un buen nivel de tolerancia y control de la enfermedad hasta por 20 meses (Prescott et al., 2004) El uso de imiquimod, un inmunomodulador tópico, fue reportado en humanos con LCE, presentando cierta mejoría en las lesiones (Deeths et al., 2005). En caninos no se ha estudiado su utilidad en lesiones malignas de la piel, aunque algunos autores sugieren que este tipo de agentes serían, a largo plazo, una opción para patologías como LCE, hemangiosarcoma dérmico y carcinoma de células escamosas (Barber, 2005). Algunos estudios en caninos sugieren la administración de ácidos grasos esenciales (Omega 3 y 6) como opción terapéutica en LCE (Iwamoto et al., 1992; Petersen et al., 1999) y otros han mostrado resultados con el interferón  vía subcutánea, 3 aplicaciones semanales (White, 1996). La quimioterapia sistémica, continúa siendo una opción importante en el tratamiento del LCE. Uno de los agentes más reconocidos es la Lomustina, también

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conocida como CCNU ([1-(2-cloroetil)-3-ciclohexil-1nitrosourea]), que es un agente alquilante monofuncional. Es utilizada para tratar diferentes tipos de cáncer en caninos y felinos, debido en parte a su relativo bajo costo comparado con otros agentes quimioterápicos sistémicos, sumado a su biodisponibilidad oral, su eficacia clínica razonable y su toxicidad relativamente predecible. Sus efectos secundarios principales son la mielosupresión (neutropenia y trom bocitopenia) (Moore et al., 1999) y la hepatotoxicidad (Kristal et al., 2004). Estudios retrospectivos reportan que la Lomustina a dosis de 60-70 mg/m2, puede alcanzar niveles de respuesta de hasta 80%, mostrando 26% de remisión total de las lesiones y una duración aproximada de la respuesta de 95 días (Williams et al., 2006; Risbon et al., 2004). La L-asparaginasa, una enzima purificada de E. coli, ha sido utilizada en algunos estudios con caninos que reportan mejoría en los signos clínicos y en la apariencia de las lesiones cutáneas, aunque las tasas de sobrevivencia no superan los 9 meses. Las dosis suministradas fueron de 30 UI/Kg, vía intramuscular o intraperitoneal, 1-2 veces por semana (Moriello et al., 1993).

Otras opciones incluyen la Dacarbazina, utilizada en un reporte de caso de un canino con LCE, mostrando remisión clínica completa luego de tres ciclos a dosis de 1000 mg/m2 (Lemarie et al., 1997). Por otro lado, la doxorrubicina pegilada fue suministrada en un estudio a 9 caninos con LCE, obteniendo resultados en un tiempo promedio de 90 días, a dosis de 1 mg/Kg vía intravenosa, cada tres semanas (Vail et al., 1997). Existen además protocolos que combinan diferentes fármacos como ciclofosfamida, doxorrubicina, vincristina y prednisona (De Lorimier, 2006). El pronóstico de los pacientes afectados con LCEC es difícil de establecer, y depende en gran medida del estadio de la enfermedad en el momento del diagnóstico, la escogencia del plan terapéutico y la respuesta al mismo. Las tasas de sobrevivencia varían de unas pocas semanas hasta 18 meses. Los caninos diagnosticados en una forma temprana (placas o parches) pueden sobrevivir de 8 a 12 meses con la terapia adecuada, mientras que las presentaciones más avanzadas (tumores o estadios diseminados), no suelen vivir más de 3 a 6 meses, aunque la respuesta inicial al tratamiento sea buena (De Lorimier, 2006).

Conclusión El linfoma cutáneo epiteliotrópico canino es una patología que afecta la piel y las membranas mucosas de caninos geriátricos, en la cual se desarrolla una infiltración de linfocitos T neoplásicos, generalmente CD8+, con un tropismo específico por la epidermis y estructuras anexas. Su aparición es poco común, y se desconoce su etiología, aunque existen algunas hipótesis al respecto. Los signos clínicos son diversos e incluyen eritrodermia exfoliativa, placas, nódulos, y lesiones mucocutáneas, además de descamación, costras y presencia de prurito. El diagnóstico requiere la realización de técnicas como citología, cuyos hallazgos evidencian células redondas, generalmente linfocitos atípicos. El diagnóstico definitivo requiere el análisis histopatológico de biopsias cutáneas. Las opciones terapéuticas tópicas incluyen corticosteroides e inmunomoduladores como el imiquimod. El principal agente utilizado en la quimioterapia sistémica es la lomustina. Otras alternativas en el tratamiento del LCEC son la L-asparaginasa, la dacarbazina, la doxorrubicina, además de protocolos quimioterápicos combinados. El pronóstico depende del momento del diagnóstico, siendo más favorable en pacientes con enfermedad temprana, con sobrevivencia de hasta 18 meses, que en formas avanzadas en las cuales la sobrevida no suele superar los 6 meses.

Bibliografía Elpresente estudio se respalda con 62 referencias.

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Manejo de cerdas gestantes Revisión de literatura Nora Isabel Delgado Fonnoll - DMV, Esp. MSc Introducción Uno de los principales indicadores de productividad en los sistemas porcinos es el número de lechones destetos por cerda por ańo. Este parámetro a su vez está influenciado por el número de partos por cerda al ańo, los lechones nacidos en cada parto y que lleguen a ser destetados. Este indicador abarca en esencia todas las etapas del proceso reproductivo, y la gestación y su manejo son de gran importancia teniendo en cuenta que su objetivo debe ser lograr el mayor número de lechones nacidos vivos, minimizando el número de pérdidas posibles durante el período de gestación. La mayoría de las pérdidas ocurren en el período embrionario y pueden llegar a ser del 30 - 40% de los óvulos fertilizados (Perry, 1969 citado por Leman, 1986), y se reporta que un 5% ocurre durante el período fetal (Fonker, 2004). Cualquier alteración en la relación materno-producto de la concepción, puede afectar éstos productos o también tener como resultado la pérdida total de la preńez. Esto se asocia entre otros factores a la capacidad uterina, eficiencia placentaria, genética, nutrición y déficit en la vascularización en la interfase materno-fetal (Kridli, Khalaj, Bidarimath & Tayade, 2016). El objetivo del porcicultor es al final de la gestación tener el máximo número de fetos viables. A continuación se presenta una revisión de las principales etapas de la gestación, factores que pueden afectar la viabilidad de los embriones y fetos, y finalmente algunas recomendaciones para lograr la mayor productividad durante la gestación.

1. Etapas de la gestación La cerda ovula entre 20 y 25 óvulos por ciclo (Town et al., 2005 citado por Kridli, Khalaj, Bidarimath & Tayade, 2016), con tasas de fertilización cerca de 95% (Spencer, 2013), pero hay una alta pérdida alrededor de la fertilización durante la pre-elongación y elongación del trofoblasto y durante la implantación (Geisert & Schmitt, 2002), entonces para entender las pérdidas embrionarias muy representativas en la productividad de la granja y aumentar el número de lechones nacidos por camada, es necesario entender cada una de las etapas durante la gestación de la cerda.

1.1 Fertilización La fertilización tiene lugar en el oviducto, un pequeńo número de esperma persiste en la porción utero-tubal, esta región es llamada reservorio de espermatozoides, donde permanecen esperando la ovulación (Polge, 1978). El espermatozoide se adosa a la zona pelúcida dentro de las 2 horas después de la ovulación. En la fertilización normal el espermatozoide se funde con el citoplasma del huevo y en 18-20 horas la unión se completa y de 20-22 horas pos ovulación el citoplasma se divide para formar 2 células; éstas dos células

se dividen en 4 células de 36-38 horas y a las 48 horas entran al útero, a las 96 horas hay de 16-32 células. Entre el 6° y 7°, día el blastocito emerge de la zona pelúcida, en el día 10-11 tienen 5-10 mm de diámetro (Leman, 1986). Hasta la implantación, el soporte nutricional para el desarrollo del embrión lo proveen los fluidos uterinos, el desarrollo del embrión está prácticamente completo alrededor del día 25 (Leman, 1986). La mezcla de embriones entre los cuernos uterinos ocurre entre los días 9-11, sino están distribuidos, uniformemente en ambos cuernos del útero en esta etapa, la preńez fallará (Du Mensil du Buisson 1961 citado por (Leman, 1986)), es necesario para que continúe la gestación que esté ocupado el 70% de la matriz. La migración es pasiva, aunque el estrógeno embrionario y la histamina del útero pueden mejorar la contracción miometral local (Pope et al, 1982 citado por (Leman, 1986).

1.2 Implantación Con las altas tasas de fertilización, el número de embriones puede ser alrededor de 20, pero el tamańo de la camada se reduce a 10-13 lechones, mucha de la pérdida embrionaria ocurre entre los días 10-30 de gestación, período en que ocurren eventos que deben ir sincronizados entre el conceptus (producto de

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la concepción en cualquier etapa de desarrollo desde la fertilización al nacimiento. Incluye el embrión o el feto y las membranas embrionarias) (Tesauro, 2013) y el útero. Cuando el blastocito tiene 11 días, debe empezar la sincronización fisiológica uterina y embrionaria. El reconocimiento materno sigue el siguiente proceso: la elongación de los blastocistos, el conceptus empieza a segregar estrógenos como seńal de reconocimiento materno de preńez, y ayuda en el mantenimiento de la secreción de progesterona luteal previniendo la regresión del cuerpo lúteo inducido por la PFG2. La implantación ocurre entre el día 13 y 18, no hay invasión profunda del tejido uterino, la placenta es de tipo epiteliocorial, una placentación superficial no invasiva (Perry, 1969, citado por Leman, 1986. Esta etapa de la gestación tiene eventos críticos para la sobrevi-vencia embrionaria como son: a. la rápida elongación trofoblástica, b. la síntesis de estrógeno por el conceptus y c. el adosamiento placental que requiere receptividad uterina, la cual es facilitada por la progesterona para regular la acción de citoquinas, hormonas y la producción de otros factores de crecimiento (Spencer, 2013); entonces las interacciones entre el endometrio materno y el desarrollo del conceptus son fundamentales para generar un ambiente de sinergismo para el establecimiento de la preńez mediante seńales endocrinas e inmunológicas (Geisert & Schmitt, 2002). Durante este período hay un enriquecimiento de células para regular la acción de citoquinas, de hormonas y de células inmunes en la interfase materno-fetal, las cuales juegan un papel importante en los cambios en la vascularización en la interfase materno-fetal, las células inmunes están localizadas en el endometrio que está en contacto con el conceptus, aumentando su densidad tres veces comparado con el endometrio que no tiene implantaciones; y éste enriquecimiento celular está mediado por seńales del conceptus (Engelhard, 2002, citado por Kridli, Khalaj, Bidarimath & Tayade, 2016).

1.3 Mantenimiento de la gestación Se necesita un mínimo de 4 embriones (dos en cada cuerno) en el día 12 para mantener la gestación. Una vez se establece la gestación, la mortalidad embrionaria temprana no interrumpe la gestación. En este momento cerca de 25-40% de los óvulos liberados se han perdido, después de la implantación éstas pérdidas son consecuencia de restricciones del ambiente uterino por factores intrínsecos, como los mencionados antes; la muerte fetal es rara, a no ser por factores extrínsecos especialmente agentes infecciosos (Leman, 1986).

La implantación, la placentación y la gestación exitosa requieren de un desarrollo vascular coordinado, diferenciación tisular, adaptaciones funcionales y estructurales de ambos lados del sitio de implantación (Bazer et al., 2014 citado por Kridli, Khalaj, Bidarimath & Tayade, 2016). Alrededor del día 15 de gestación, después de la implantación, ocurren cambios vasculares y angiogénesis en el endometrio para soportar el crecimiento y desarrollo del conceptus mediante un mayor flujo sanguíneo (Dantzer, 1994 citado por Kridli, Khalaj, Bidarimath & Tayade, 2016). La deprivación vascular en la interfase materno-fetal es una de las principales causas de pérdida de la preńez en porcinos (Tayade, Fang, Hilchie & Croy, 2007). Una vez revisadas las diferentes etapas de la gestación y su importancia en la disminución del tamańo de la camada, especialmente dada por la mortalidad embrionaria, a continuación se revisan algunas causas no infecciosas de mortalidad embrionaria.

2. Mortalidad embrionaria y fetal (Geisert & Schmitt, 2002) mencionan que el espacio limitado y la disparidad en el desarrollo embrionario son factores a tener en cuenta para explicar la mortalidad embrionaria; cuando una tasa de ovulación no excede la capacidad uterina, la mayoría de los embriones tendrán un desarrollo competente para sobrevivir al día 8 y aún si tienen un desarrollo disparejo tendrán menos dificultad en obtener un espacio uterino suficiente para el desarrollo placental, pero si hay un alto número de embriones al día 12, durante la elongación habrá competencia y una aglomeración en la superficie placental que limitará la provisión de nutrientes para cada feto y causará problemas de sobrevivencia fetal después del día 30 de gestación para poder llegar a término, Wu et al., 1988 citado por Geisert & Schmitt, 2002. Un embrión requiere más de 20 cm de superficie de cuerno uterino para sobrevivir después de la séptima semana de gestación; para compensar estas pérdidas embrionarias, sería necesario que hubiera de 15 a 16 óvulos de calidad para la fertilización (Pope et al., 1988 citado por Geisert & Schmitt, 2002). Para mejorar el tamaño de camada se habla del momento óptimo para la inseminación, regulación de la ovulación, nutrición y suplementación de factores que enriquezcan y modulen el ambiente uterino para desarrollo del conceptus. Pero es de importancia vital enfocarse también en la calidad del embrión mejorando la calidad de los oocitos (Cárdenas et al., 1997), lo anterior fue corroborado en los reportes de Hunter, 1993 citado por Geisert & Schmitt, 2002, donde indicaba que los oocitos de las hembras primerizas en la raza Meishan son más maduros y uniformes que los

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Referencias para consultorio MV x de las hembras primerizas Large White, lo que explicaría de cierta manera la mayor prolificidad de las hembras de esa raza. Otro componente importante en la sobrevivencia uterina, especialmente para la placentación epiteliocorial del cerdo, es el flujo de nutrientes a través del flujo sanguíneo capilar en el endometrio. La alteración de este flujo sanguíneo es evidente durante la elongación del conceptus y durante la expansión del alantoides entre los días 15-30 de gestación (Ford, 1995). El mejoramiento del tamańo de camada se obtendrá con mayor información para incrementar la eficiencia placentaria mediante un aumento de la densidad glandular endometrial y vascularización placentaria (Geisert & Schmitt, 2002). A continuación se tienen en cuenta algunos factores relacionados con estos eventos mencionados como causas de mortalidad embrionaria y fetal.

2.1 Selección de hembras Como se mencionó anteriormente entre los factores de riesgo para la mortalidad embrionaria, los nacidos muertos y la momificación fetal, están: la paridad de la cerda, el tamańo de camada, temperatura ambiental, micotoxinas (Dial, 1992), la capacidad uterina y la eficiencia placental; con respecto a ésta última Biensen et al., 1998 y Wilson et al., 1999, mostraron la alta eficiencia placentaria medida como la proporción de peso placental y fetal, que sugiere que la placenta más pequeńa permite mantener fetos relativamente más grandes contribuyendo a la capacidad uterina y tamańo de camada. Se ha puesto mucho énfasis sobre la selección por peso o tamańo de la placenta, que tiene una heredabilidad mayor que el tamańo de camada (Vallet et al., 2001), para incrementar la capacidad uterina y el tamańo de camada.

2.2 Fallo reproductivo indirecto Cualquier proceso que curse con dolor, inflamación o estrés tiene la capacidad de causar la pérdida de la gestación. La descarga aguda de citoquinas pro inflamatorias (interferón-, factor necrosis tumoral-, il-1) conduce a liberación de cortisol y a una cascada hormonal que acaba con la liberación de prostaglandinas, por lo tanto, es necesario reconocer y manejar a tiempo cualquier proceso inflamatorio crónico, como cojeras, otitis, quemaduras solares, cistitis y pielonefritis, parásitos, lesiones dolorosas (en orejas, pezuńas, etc.) que pueden inducir el aborto o mortalidad embrionaria. Las situaciones estresantes, (la competencia por la comida o agua, las altas densidades, las mezclas de animales, los suelos resbaladizos, las condiciones ambientales deficientes como temperaturas por fuera de los rangos termoneutrales, los pinchazos, etc.) pueden provocar problemas principalmente

alrededor del momento de la implantación y especialmente al mezclar cerdas con pocos días de gestación, que como se describió anteriormente, el momento de la implantación es un momento crítico para la sobrevivencia embrionaria.

2.3 Instalaciones Hoy en día todavía son ampliamente utilizadas las jaulas de confinamiento para cerdas gestantes, a las cuáles se les atribuyen beneficios como los relacionados con el control de la alimentación, reducción de peleas, supervisión de problemas sanitarios como descargas vulvares, el aprovechamiento de espacio en las granjas, entre otros, pero tienen controversia en cuanto a bienestar animal manifestado por restricción de movimiento, lesiones en patas, úlceras en hombros, presentación de estereotipias y porque manifiestan esquemas de mayor frustración y estrés (Chapinal, y otros, 2010). Por éstas razones y teniendo en cuenta las legislaciones en algunos países que prohíben el uso de jaulas, se utilizan como sistema alternativo los corrales para el alojamiento de cerdas gestantes, que también generan algunas situaciones que es necesario considerar teniendo en cuenta lo documentado anteriormente acerca de lo delicado de los primeros días de gestación especialmente. Se debe entonces, evitar la reagrupación de las hembras antes de 4 semanas de gestación, toda vez que se debe reducir el estrés que ocasiona incrementos de cortisol que tiene efectos negativos sobre LH y FSH que tiene como efecto, menores cantidades de estrógenos y progesterona con consecuencias adversas sobre la sobrevivencia embrionaria; en este sistema, además hay que tener en cuenta el área mínima de 1,64m2 para primerizas y desde 2,25 m2 hasta 3,6 m2 y 4,8 m 2 para cerdas adultas (Strawford, 2008 citado por Gamba, 2015) y lo fundamental es que el corral disponga de una distribución bien diferenciada de área de alimentación, área sucia y área de descanso (Yagüe). El punto crítico son los sistemas de alimentación, ya que existe una gran disparidad en el diseńo y manejo de alimentación que pueden presentar problemas como: los altos desperdicios, subalimentación de hembras menos dominantes sobrealimentación de las hembras dominantes con posibilidad de muerte embrionaria por exceso de energía (Gamba, 2015) y además generar niveles de agresividad por competencia (Chapinal, y otros, 2010). Existen muchos tipos de sistemas de alimentación en grupos los cuáles deben ser seleccionados de acuerdo a las circunstancias particulares de cada granja, teniendo en cuenta los puntos básicos mencionados anteriormente.

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2.4 Estrategias nutricionales Para alcanzar los mejores resultados en el objetivo de obtener el mayor número de lechones nacidos por cerda y la longevidad de la cerda, es muy importante tener en cuenta la parte nutricional. Durante la gestación se acostumbra una alimentación restringida para evitar un sobre engrasamiento, pero el nivel de restricción dependerá de la edad, la productividad y principalmente la cantidad de energía y nutrientes para restablecer la condición corporal en cerdas que han terminado la lactancia o continuar con el crecimiento en hembras de reemplazo (Solŕ-Oriol & Gasa, 2016).

ción tardía (los últimos 40-45 d) para crecimiento fetal y de glándula mamaria, McPherson et al., 2004 citado por Solŕ-Oriol & Gasa, 2016. Durante el primer mes las reservas corporales deben ser recuperadas y ajustadas de acuerdo a la condición corporal individual para obtener una condición 3, Moehn and Ball, 2013 citados por (Solŕ-Oriol & Gasa, 2016), esta evaluación debe hacerse utilizando técnicas objetivas para evaluar el peso individual y la condición corporal (puntuación determinada de acuerdo con la evaluación visual y la palpación a nivel de la cadera) y, lo que sería ideal, la medición del espesor de grasa dorsal (Dourmad et al., 2001; Goodband et al., 2006 citados por Vignola, 2012.

Se reporta el uso de "flushing", que consiste en incre- Durante el segundo tercio de la gestación, la recomentar el alimento de 50%-100% o los recursos ener- mendación actual FEDNA, 2013, es de 1,8-2 Kg de géticos del alimento por 10-14 días antes del servicio, alimento (2,85 Mcal EM/Kg) para cerdas que obtuvieya sea al destete o en cerdas primerizas, para incre- ron una condición corporal de 3 durante el primer termentar la tasa de ovulación (Solŕ-Oriol & Gasa, 2016), cio de la gestación. Un exceso de energía reduce el pero también se reporta que la ingestión de alimento número de células secretoras de la glándula mamaria se debe disminuir después del serque alcanza un desarrollo crívicio, especialmente durante las tico alrededor de los días 75La mayoría de las pérdidas ocu- 85 de gestación y por lo tanto dos primeras semanas después del servicio, Vignola, 2009 citado por rren en el período embrionario y se va a reducir la producción (Solŕ-Oriol & Gasa, 2016), para evileche, Farmer and Hurley, pueden llegar a ser del 30 - 40% de tar altas mortalidades embrionarias 2015 citados por Solŕ-Oriol & debido a que la secreción de de los óvulos fertilizados, y se re- Gasa, 2016. Si las cerdas fueprogesterona por el cuerpo lúteo es porta que un 5% ocurre durante ron alimentadas correctamenlimitada durante los 3-5 primeros te durante el primer tercio, el período fetal. días después del servicio y el indeben tener una adecuada cremento en la ingestión de alimencondición corporal en éste to reduce la progesterona momento. sistémica, (Langen-dijk, 2015). Limitar entonces el alimento en éste momento aumenta el flujo de la Durante el último tercio de la gestación hay un auprogesterona al útero, preparando el ambiente uterino mento sustancial de peso fetal, por lo tanto los requepara la implantación, entonces después de la semana rimientos de la cerda incrementan. Se recomienda de la concepción, la capacidad luteal está al máximo entonces un consumo de 2,4 Kg - 2,7 Kg hasta el día y no se necesita restricción, permitiendo recuperar la 114 de gestación, cuidando de no sobrealimentar ya cerda de la lactación previa, y se puede continuar que en cerdas con 23 mm de espesor o más de espegeneralmente hasta el día 30-35 de gestación. sor de grasa dorsal, puede haber disminución de la Nutrientes específicos como Arginina, promueve la ingestión de alimento y del desempeńo reproductivo vascularización placentaria y ayuda a la sobrevivencia durante la lactancia (Vignola, 2012). Cada granja debe embrionaria en esta etapa temprana de la gestación ajustar su estrategia de alimentación según la raza, si son cerdas hiperprolíficas, la condición corporal con (Langendijk, 2015). Según la NRC, 2012 citado por (Solŕ-Oriol & Gasa, que son destetadas y por el sistema de alojamiento. 2016), se debe priorizar los requerimientos de ener- Se debería recomendar un programa de alimentación gía para mantenimiento de las funciones corporales, por fases, ajustando los requerimientos de la cerda crecimiento del conceptus y deposición de proteína en todas sus etapas, teniendo en cuenta además dumaterna, seguido por requerimientos de proteína y rante la gestación tardía, el efecto sobre los lechones al nacimiento y sobre la lactancia. aminoácidos. Entonces los programas de alimentación de cerdas se deben tener en cuenta tres etapas principales: 1. La gestación temprana (0-30 d) para sobrevivencia embrionaria, 2. gestación media (30-75 d) para crecimiento en hembras primerizas y recuperación de reservas corporales en hembras destetadas y 3. gesta-

La NRC (2012) recomienda formular diferentes dietas de 0-90 días y de 90 a 114 días de gestación dependiendo de la ganancia de peso y los requerimientos de aminoácidos y también teniendo en cuenta la paridad de la cerda, esta implementación debe ser acordada en forma integrada con la compańía de alimentos.

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Conclusiones Para lograr el objetivo de productividad de la granja de obtener el mayor número de cerdos destetos por cerda por ańo, se le debe dar la importancia que tiene el período de la gestación, para lograr el mayor número de lechones nacidos vivos. Es indispensable adaptar el manejo de acuerdo a la fisiología de la gestación, por lo tanto se requiere entender los procesos fisiológicos que ocurren en cada una de las etapas y cómo se pueden ver afectadas llevando a repercusiones especialmente sobre la alta mortalidad embrionaria en la gestación temprana, etapa en la que pude haber pérdidas hasta de un 40%. Cada una de las etapas puede verse afectada en su desarrollo. Antes de la implantación, por alteraciones hormonales que tienen consecuencia sobre la migración de embriones en útero y la sincronización entre el conceptus y el útero para el reconocimiento materno y el adosamiento, también tiene dependencia de factores hormonales y celulares inmunológicos, la adecuada vascularización del endometrio necesaria para todas las fases de la gestación. La deprivación vascular es una de las principales causas de mortalidad embrionaria. La gestación temprana también puede verse afectada por condiciones de manejo como son: el alojamiento que puede generar situaciones de estrés con la consecuente liberación de cortisol; entre las condiciones de alojamiento, uno de los mayores problemas se puede presentar por los sistemas de alimentación por competencias y comportamientos agresivos. Se presentan también alteraciones hormonales por liberación de citoquinas pro-inflamatorias como consecuencia de condiciones inflamatorias muy comunes en los sistemas porcinos y pueden llevar a pérdidas parciales o totales de la gestación. Después del día 30 de gestación, la mortalidad fetal es rara, y se da más por factores extrínsecos especialmente agentes infecciosos que no fueron motivo de esta revisión. En todas las etapas es prioridad cuidar los requerimientos nutricionales, especialmente los energéticos. Estos requerimientos deben ser específicos para cada etapa de la gestación, de acuerdo a los requerimientos de la madre como son recuperación de la lactancia previa o la continuación del crecimiento en el caso de primerizas, y estar de acuerdo a los cambios y procesos biológicos de los productos de la concepción en cada etapa, en sincronía con el útero.

Bibliografía El presente trabajo presenta 16 referencias.

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