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Agosto 2015
EXITOSA INDUCCIÓN EXPERIMENTAL DE LA ENTERITIS NECROTICA EN AVES
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CON EL CLOSTRIDIUM PERFRINGENS Traducción y Síntesis
EVALUACIÓN DE LA DIARREA VIRAL BOVINA EN ALGUNOS HATOS DEL DEPARTAMENTO DE BOYACÁ
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Revisión de Literatura
FARMACOLOGÍA
USO DEL ÁCIDO YATRÉNICO EN EL PACIENTE ONCOLÓGICO
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E INMUNODEPRIMIDO Revisión de Literatura
PEQUEÑOS ANIMALES
EL MASTOCITOMA FELINO
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Revisión de Literatura
MANEJO DEL PRURITO EN PEQUEÑOS ANIMALES Revisión de Literatura
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GERENTE EDITOR DIRECTOR DE LA PUBLICACIÓN
revista de resúmenes de medicina veterinaria
LÁCIDES SERRANO VEGA COLABORADORES PERMANENTES
JOSÉ DARÍO MOGOLLÓN G. DMV, PhD
FRANCISCO BUSTOS M. DMVZ, MSc, MVSc.
WENDIE O. ROLDÁN V. DMV, Esp. MSc.
CLAUDIA JIMÉNEZ ESCOBAR DMVZ, MSc, DVSc, DACT
FRANK HARRY SUÁREZ S. DMV, Esp, PhD
IOVANA CASTELLANOS L. DMV, Esp, MSc.
edición 41- Agosto 2015
PRESENTACIÓN El prurito es uno de los síntomas más frecuentes en dermatología de pequeños animales, y consiste en una sensación cutánea que cuando es moderada o intensa, desencadena una respuesta motora más o menos enérgica, que es el rascado. Naturalmente, la severidad del prurito y, por ende, el rascado que induce, depende de los estímulos desencadenantes, del estado de las terminaciones nerviosas donde se captan y por las que se transmiten éstos. Los episodios leves y de corta duración, aun cuando puedan recidivar durante cierto tiempo, apenas causan trastornos. Por el contrario, cuando el picor es intenso, prolongado y/o recurrente, origina importantes lesiones cutáneas secundarias, e incluso es capaz de afectar la personalidad. En éste número publicamos un artículo de la Dra. Wendie O. Roldan, en el cual nos habla acerca de las causas de éste signo clínico, su diagnóstico etiológico y el enfoque terapéutico adecuado.
GIOVANNI MORENO FIGUEREDO. DMV, MSc, PhD.
COLABORADORES INVITADOS
ANASTASIA C RUZ C. DMV, Esp., MSc
SANDRA P AOLA R ODRÍGUEZ DMV, MSC
LAURA M ARTINEZ DMV
MELANY PRADA DMV
REVISIÓN EDITORIAL
IVÁN DARÍO OCAMPO L. DMVZ
DISEÑO E IMPRESIÓN
CRA 3 # 21 - 46 Of. 3103 TORRE B 3102879651 e-mail: tmeditores@hotmail.com BOGOTÁ, D.C., COLOMBIA ISSN 1657-3595
Los mastocitos se forman en la médula ósea a partir de células precursoras, migrando a numerosos tejidos, especialmente a aquellos que tienen contacto con antígenos externos (piel, aparato respiratorio y digestivo). Los mastocitos están relacionados con el tono vascular y contienen en su citoplasma moléculas vasoactivas como la heparina, la histamina, citoquinas y leucotrienos. Estos mediadores actúan en diferentes situaciones, como la permeabilidad vascular, la vasodilatación, el prurito, mecanismos anticoagulantes y la activación de eosinófilos y neutrófilos. Los mastocitomas son tumores benignos o malignos, que se presentan de 2 formas: cutánea y visceral. En el gato representan entre un 2-20% de los tumores cutáneos, siendo el cuarto tumor más frecuente en ésta especie. La presentación visceral casi siempre afecta el bazo, pero también se encuentra en intestino delgado y grueso, hígado, linfonódulos y la cavidad nasal. Para la edición No. 41, la Dra. Iovana Castellanos nos entrega un artículo donde nos describe la presentación clínica, diagnóstico, clasificación histopatológica, estadificación clínica, diagnóstico diferencial, tratamiento y pronóstico del mastocitoma felino; éstos y otros temas de interés, los podrá encontrar en la presente edición. Referencias para consultorio MV lamenta profundamente el fallecimiento del Dr. Álvaro Rojas Tejada - Gerente General de Laboratorios Zoo, y expresa a sus hijos, familiares, empleados y amigos, su más sentido pésame. El Dr. Rojas Tejada además de haber sido un colaborador incondicional de ésta publicación, también se caracterizó por ser un líder gremial de los laboratorios veterinarios, legado que ha ayudado a promover el desarrollo de ésta industria durante los últimos años.
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EXITOSA INDUCCIÓN
EXPERIMENTAL DE LA ENTERITIS
NECRÓTICA EN AVES CON EL
CLOSTRIDIUM
PERFRINGENS:
UNA REVISIÓN CRÍTICA Bahram Shojadoost, Andrew R. Vince and John F. Prescott. Department of Pathobiology, University of Guelph, Guelph, Ontario N1G 2W1, Canada. TRADUCCIÓN Y SÍNTESIS Francisco Bustos M. - DMVZ, MSc, MVSc
RESUMEN La enteritis necrótica (NE) es una de las enfermedades entéricas más importantes de las aves, con un costo muy alto para la industria avícola del mundo. Es producida por una beta toxina (NeB) del Clostridium perfringens, específica de las aves, que posee también en común otros genes asociados con la virulencia. En Europa la enfermedad ha aumentado desde la prohibición de los antibióticos promotores de crecimiento en los alimentos. Por esta razón, estudios recientes sobre la NE se han orientado a encontrar diferentes procesos para controlar la enfermedad y sobre el entendimiento de su patogénesis. En forma frustrante, la reproducción de la enfermedad ha sido imposible para algunos investigadores. Esta revisión describe y discute factores conocidos que son importantes en la reproducción experimental, como también otras consideraciones para reproducir ésta. El factor crítico bacteriano es el empleo de una cepa virulenta de NeB positiva y la virulencia puede aumentarse por el uso de cepas positivas de tpel y el empleo de caldos con cultivos jóvenes, mejor que los antiguos, para aumentar la expresión de la toxina. El empleo simultáneo o anterior con una infestación por coccidiosis, o administración de vacunas para la coccidiosis combinadas con NeB positiva de C. perfringens, también pueden ser utilizadas para inducir NE. Factores nutricionales, particularmente alimentos con alto porcentaje de cereales con polisacáridos no amiláceos (NSP) como cebada, trigo, centeno, aumentan la enfermedad al elevar la viscosidad, producción de moco y crecimiento bacteriano. Proteínas animales, especialmente harina de pescado incrementan la producción de C. perfringens y su toxina. Otros factores que se sospechan pueden afectar el resultado, son estudiados. En la presente revisión se comparan los diferentes desafíos cercanos a su producción, dependiendo de la meta en cada estudio y los variados factores críticos que pueden ajustarse para afectar la severidad de las lesiones inducidas. Un sistema estandarizado de lesiones es propuesto para una adopción internacional, basado sobre las lesiones macroscópicas más que las microscópicas; si se adoptan universalmente, esto puede permitir una mejor comparación entre los estudios realizados por diferentes investigadores. Por otra parte, el sistema de evaluación permite una ayuda para tomar decisiones sobre la humana eutanasia de las aves enfermas.
INTRODUCCIÓN La enteritis necrótica (NE) en pollos, fue reportada por primera vez por Parish, como una enfermedad entérica causada por el Clostridium perfringens, una bacteria Gram positiva de forma bacilar, anaeróbica, formadora de esporos. De acuerdo a la clasificación actual, el C. perfringens presenta 5 tipos taxonómicos (A, B, C, D, E), los cuales se diferencian de acuerdo con la producción de 4 diferentes toxinas mayores (alfa, beta, épsilon, iota). El descubrimiento en años recientes de una nueva toxina (Beta 2) Net B, tpel en el C. perfringens, exige un aumento en el esquema de clasificación. La NE es causada por un aislamiento de tipo A y rara vez de tipo C. El descubrimiento reciente de una nueva toxina Net B, es crucial para el desarrollo de la enfermedad. El descubrimiento de Keyburn y col., sobre el papel de la toxina formadora de poro Net B, permitió la subsecuente caracterización de 3 sitios de patogenicidad (PAL), que son característicos de los aislamientos de NE. Dos PAL (NELoc 1, NeLoc 3) son plásmidos que codifican usualmente sobre plásmidos diferentes. Dos plásmidos sobre los cuales estos PAL son encontrados, han sido recientemente secuenciados en forma completa. Los aislamientos de NE pertenecen a linajes o clones, sugiriendo que estos se han adaptado para inducir NE en pollos. El número de C. perfringens en aves sanas y enfermas es diferente. La población encontrada de este agente, normalmente es menor de 10 hasta 10 CFU/g de contenido intestinal, en el intestino delgado de aves sanas, comparado con 10 hasta 10 CFU/g, en aves enfermas. La NE se presenta en aves entre 2-6 semanas de edad y la mortalidad puede llegar al 1% diario, para un total de 10-40%. Los signos clínicos incluyen depresión, deshidratación, diarrea pluma erizada y bajo consumo de alimento. Las lesiones macroscópicas en el intestino delgado varían desde una pared delgada y friable, hasta extensas lesiones necróticas. Dos formas de la enfermedad son descritas: clínica y -2
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ubclínica. La forma clínica aparece con signos de mortalidad, la subclínica presenta una pobre condición (crecimiento y eficiencia alimenticia reducida), sin mortalidad. Esta forma de la enfermedad puede ser diagnosticada por una reducida conversión alimenticia, lesiones macroscópicas en intestino delgado y examen bacteriológico. Muchas de las pérdidas económicas debidas a NE, están relacionadas para la forma subclínica y el alto costo de la prevención con antibióticos. Los medicamentos antimicrobianos se emplean rutinariamente para prevenir o controlar la enfermedad. En años recientes la UE ha prohibido el uso de antimicrobianos en el alimento (promotores del crecimiento), permitiendo el aumento de brotes de la enfermedad en planteles de pollos en estos países. Globalmente, el impacto económico de la enfermedad se estima en 2 billones/año, debidos a la mortalidad, pobre condición, costos de prevención y tratamientos. En USA, el beneficio en planteles de pollos se ha reducido en un 33%, con relación a planteles con un nivel bajo de enfermedad. Las variables que afectan en forma significativa el costo económico de la NE subclínica, ha sido estimado. En años recientes ha existido un gran interés en el entendimiento de la patogénesis de la NE, y la prevención sin la utilización de antibióticos. Algunos de estos estudios necesitan inducción experimental de la enfermedad. Sin embargo, algunas publicaciones reportan la dificultad para la reproducción experimental. En esta revisión se presentan diferentes acercamientos utilizados para su reproducción e identificación de factores que son críticos para la exitosa producción experimental y para destacar áreas de incertidumbre que requieren más investigación. El propósito de esta revisión es ayudar a los investigadores a entender la NE, por lo tanto, los procedimientos experimentales se basan en una evidencia lógica. La NE es una enfermedad compleja y multifactorial.
DIFERENTES RAZONES PARA REPRODUCIR LA NE Los diferentes investigadores tienen razón para reproducir NE, lo cual puede tener impacto en el diseño de los estudios, como también en la severidad de la misma que ellos desean producir. Las razones para esta reproducción incluyen productos antimicrobianos, vacunas, evaluación de determinantes de virulencia o de procesos patológicos. Otros estudian el efecto de diferentes factores predisponentes, incluyendo componentes nutricionales relacionados con la severidad de la enfermedad, el efecto de probióticos y prebióticos, o diferentes modelos experimentales de la NE. Distintos investigadores tienen interés en reproducir la enfermedad, lo cual puede repercutir en el diseño de los estudios, como también en la severidad de la NE que ellos desean producir. Las razones para su reproducción han incluido la comparación con productos antimicrobianos y vacunas, determinantes de virulencia o de procesos patológicos. Otros han estudiado el efecto de factores predisponentes incluyendo componentes nutricionales y su influencia en la severidad de la NE, el efecto de probióticos y prebióticos, y diferentes modelos experimentales para su reproducción. En los diseños debe considerarse la necesidad de grupos controles y las facilidades de aislamiento, con el fin de evitar la difusión de la infección entre las aves control y los infectados. El investigador novicio es advertido para realizar un estudio piloto en menor escala, para confirmar sus habilidades en la reproducción de la NE y para iden-
tificar los diferentes efectos de las variables discutidas que afectan la severidad de la enfermedad, y que ellos desean reproducir. Debe anticiparse que la enfermedad experimental severa podría enmascarar algunos de los efectos benéficos de la intervención de componentes del alimento o la inmunización. PUNTOS PARA SER CONSIDERADOS EN LA REPRODUCCIÓN EXITOSA DE LA NE 1. Factores Nutricionales Alimentación con polisacáridos no amiláceos Varios estudios han mostrado que alimentos (cebada, trigo, centeno) que contienen altas concentraciones de agua-soluble, polisacáridos no amiláceos indigestibles (NSP), como betaglucanos o arabinoxylans, aumentan la viscosidad de la ingesta y predispone a los pollos a la NE. La alta viscosidad del alimento en la dieta que contiene trigo o cebada, permite un tránsito prolongado en el intestino, el cual puede ser responsable para la correlación directa entre la viscosidad intestinal y el recuento de clostridiums. Sin embargo, en forma similar o más importante, los NSP interactúan con glicoproteínas sobre la superficie intestinal, para incrementar la producción de mucina. El C. perfringens tiene un arsenal superior a 56 hidrolasas glicosiladas dirigidas a mucooligosacáridos prominentes en los tejidos de la mucosa intestinal. Los dos prominentes genes de chitinasa presentes en el sitio de mayor patogenicidad (NeLoc 1), de los aislamientos de Ne, se ha especulado
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que tienen funciones de degradación de la mucina. En el modelo de desafío del C. perfringens , la mortalidad en aves alimentadas con un sobrenadante de maíz digerido presentaron rangos de 0-12%, mientras que en las aves que recibieron cebada, centeno o trigo, las mortalidades fueron de 26-35%. La mortalidad debida a NE en desafíos con coccidiosis con una dieta a base de grano, fue menor que la presentada con dietas de trigo. El número de C. perfringens en el intestino con dietas a base de grano fue de 1.2-1.5 log10 UFC/g, más bajo que en aves alimentadas con 50% de centeno en el alimento. Otros investigadores han reportado un aumento de NE asociada con dietas a base de trigo o cebada. Puesto que NPS no son bien digeridos y alcanzan la parte baja del intestino, alteran su medio ambiente. El tamaño de las partículas de alimento afectan el número de C. perfringens en el intestino. Como se espera, el tamaño más alto permite que el C. perfringens prolifere rápidamente y en gran número, más que un alimento áspero, y puede predisponer al ave a la NE. Otros factores nutricionales pueden impactar la severidad de la NE. Por ejemplo, los inhibidores de la tripsina en soya no tostada como base de la ración, aumenta la severidad de las lesiones de la NE, en proporción directa a la cantidad de soya en el alimento. La inhibición de la tripsina está bien establecida como un factor predisponente para la enfermedad entérica causada por el C. perfringens , ya que la tripsina en el intestino delgado destruye las toxinas del Clostridium. Los investigadores deben asegurarse que el alimento de las
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aves experimentales no contenga antibióticos ni anticoccidiales, reconociendo que estos últimos tienen propiedades antibacteriales. Alimento con grandes cantidades de proteína animal (Harina de pescado) Una característica del C. perfringens es la inhabilidad de este "comedor de carne anaeróbico", para sintetizar la mayoría de aminoácidos; el C. perfringens rompe rápidamente los tejidos mediante las enzimas hidrolíticas que produce. Grandes cantidades de proteína de origen animal en la dieta, predispone a NE en aves. La presencia de una concentración elevada de proteina cruda y algunos aminoácidos, están relacionados con el comienzo del crecimiento y producción de la toxina alfa. La glicina dentro de los aminoácidos es la que estimula el crecimiento y producción de la toxina alfa y está correlacionada positivamente con el número de C. perfringens en el intestino. Por otra parte, el contenido de glicina en la dieta puede ser importante para predisponer a las aves, a la NE. El nivel de C. perfringens ha sido encontrado más alto con grandes cantidades de proteína animal (40% de proteína cruda/alimento) y más baja como fuente de proteína para dietas de pollos. Grandes cantidades de harina de pescado se han asociado con la proliferación del C. perfringens y la presentación de NE. Las cantidades de glicina y metionina que incrementan la proliferación del Clostridium y la concentración de la toxina alfa in vitro , son más altas que con otros aminoácidos en las dietas con harina de pescado. Aunque no han habido estudios sobre el efecto de las dietas específicamente sobre la producción de la toxina NetB, tanto el gene NetB como también el gene interno adyacente al NELoc 1, tiene casillas VirR, que sugieren que como la toxina alfa, su expresión está bajo control del sistema regulatorio ViR-Virs, el cual controla la virulencia del gene de expresión en este organismo. Esta es probablemente la condición que incrementa la alfa toxina y también es críticamente importante para NetB. Teniendo una dieta con, o cambiando esta por una con una con alta concentración de proteína, antes del momento del desafío, parece aumentar la severidad de la NE, aunque este efecto no
ha sido críticamente evaluado en detalle y las comparaciones son difíciles debido a los diferentes sistemas de evaluación. Cambiando la dieta a una con alta en proteína antes del desafío con el C. perfringens , aumentó la severidad de la NE, pero mezclando la dieta con 30-50% de harina de pescado realizada el mismo día, un día después o 6 días antes del desafío. En un estudio alimentando pavos con 28% de proteína, mezclada con 50% de harina de pescado y administrada a pollos de 1-13 días de edad, resultó en 12% de mortalidad y 65% de aves con lesiones de NE, cuando los pollos fueron desafiados con C. perfringens al día 14 de edad. Con el consumo de dietas que contienen baja energía, los niveles de proteína no solamente permiten el incremento del consumo y altos contenidos de nitrógeno en la digestión y heces fecales, sino además, producir un substrato aumentado para el C. perfringens . Parece que alimentar aves con alta proteína en la dieta por largos periodos de tiempo, es adecuada para producir NE más severa, pero detalles del tiempo no se han determinado. Una concentración alta de proteína deberá estar presente al tiempo del desafío. 2. Papel de la coccidia La coccidiosis es una enfermedad entérica parasitaria, causada por varias especies de Eimeria sp . Algunas (E. brunetti, E. maxima, E. necatrix, E. tenella ), producen una severa enfermedad más que otras (E. acervulina, E. mitis, E. praecox ). El daño al epitelio causado por la coccidia, es el mayor factor predisponente para la NE, permitiendo al C. perfringens replicar rápidamente y producir la toxina, probablemente debido a un escape de proteína, incluyendo plasma dentro de la luz del intestino durante la infestación, lo cual proporciona un nutriente rico en proteína favorable para la proliferación y producción de C. perfringens y su toxina. La mucogénesis inducida por la infestación coccidial, puede ser también importante. Por estas razones la Eimeria sp ha sido a menudo utilizada en conjunto con el C. perfringens para inducir NE experimentalmente. Puesto que la NE es una patología del intestino delgado, la E. acervulina, E. máxima y la E. necatrix , son las especies más adecuadas. Existen di-
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ferencias en opinión de cuál es la eimeria mejor para este propósito, si la E. necatrix o la E. acervulina , que es menos virulenta. Para obtener el efecto del desafío coccidial, el daño del epitelio debe ocurrir antes del desafio con el C. perfringens . Las vacunas se han utilizado también para aumentar el efecto del desafio con el C. perfringens . El tiempo de administración de la vacuna coccidial o de la eimeria virulenta es crítico y no debe ser más de 4-5 días antes del desafio con el C. perfringens , para que el daño intestinal inducido por la coccidia coincida con el desafío bacteriano. Cuando el desafío con el C. perfringens duró 4 días, no hubo diferencias significativas en la severidad de las lesiones en las aves que recibieron la vacuna coccidial 3 días antes o 1 día después del ataque con el C. perfringens . La dosis de eimeria es también importante, el éxito para la NE ha sido con 2x10-4 E. necatrix o 2-5x10-4 E. maxima . Un número mayor a estos pueden ser fatales. Para especies menos patógenas como la E. acervulina, altas dosis (7.5x10-4-5x10-5), se han utilizado. Vacunas anticoccidiales pueden ser accesibles para los investigadores y se ha empleado 10 veces la dosis recomendada, aunque dosis bajas de la vacuna puede no ser eficaz. Cuando se reproduce la NE, el propósito del estudio puede determinar cuál combinación del Clostridium y de Eimeria, o la vacuna, debe ser empleada; por ejemplo, si la intensión es producir una enfermedad severa o suave, o si la intensión es evaluar la vacuna de C. perfringens . Los estudios deben ser diseñados incluyendo controles de Eimeria solamente, C. perfringens en forma similar y una combinación de ambos. La dosis y el tipo de coccidia deben escogerse con cuidado, dependiendo del propósito de reproducir NE, aunque el empleo de coccidia puede resultar en una enfermedad severa. Por ejemplo, cuando se evalúa una vacuna o un producto específico para NE, es tal vez mejor reproducir la NE sin la ayuda de un desafío coccidial virulento o utilizar una vacuna coccidial atenuada. Una pregunta sin resolver es si la coccidia usada aumenta el proceso de enfermedad, es un requerimiento que el C. perfringens posea la netB; esto parece altamente probable, pero requiere demostración.
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3. El papel de la inmunosupresión en la NE experimental Los pollos inmunosuprimidos son más propensos para desarrollar la NE, por lo tanto algunos investigadores han empleado métodos para inducir la inmunodepresión. Estos utilizan la vacuna de Gumboro (IBD) frecuentemente. El marcador de lesiones es alto cuando se emplea esta vacuna, aún con una dosis normal de una cepa intermedia. Las condiciones estresantes pueden disminuir la inmunidad y predisponer la NE. El hacinamiento como medida de estrés, combinado con la vacuna de Gumboro, se utilizó como modelo experimental para NE, pero no fue evaluado independientemente del Gumboro. Las consideraciones de bienestar evitan deliberadamente el estrés en pollos. Como se evidencia en esta revisión, existen numerosos factores que pueden utilizarse para inducir la enfermedad. El empleo de la inmunosupresión como factor productor de NE es inapropiado, si las vacunas están siendo evaluadas. 4. Aspectos bacteriológicos a. Características críticas de virulencia con cepas de C. perfringens involucradas en la NE en pollos y en la reproducción de la enfermedad El C. perfringens es notable por su habilidad para producir una amplia variedad de toxinas. Aunque por muchos años la alfa toxina cromosómicamente codifica una metaloenzima de zinc con actividad de lecitinasa y esfingomielinasa, se pensó era el mayor factor de virulencia en NE; los cambios histológicos tempranos no son consistentes con la actividad de la esfingomielinasa o fosfolipasa C de la toxina alfa. Un estudio crítico de Keyburn y col., mostró que una cepa mutante, la cual fue incapaz de producir toxina alfa, tuvo la capacidad de producir la enfermedad. El avance final en el entendimiento de la NE fue la demostración por los mismos investigadores de una nueva pro-toxina, NetB, la cual se demostró ser esencial en la producción de la enfermedad. NetB tiene homología con la probeta toxina de C. perfringens , como también con la alfa hemolisina y gama toxina de Staphylococcus aureus . El gene netB es frecuentemente encontrado en aislamientos de NE en casos de brotes y es
relativamente no común en aislamientos en aves sanas. En un experimento con pollos, evaluando la virulencia de 10 Clostridium perfringens aislados de varias fuentes, incluyendo bovinos, humanos, aves sanas, cerdos y del suelo, Cooper y col. encontraron que solamente netB positiva de un caso de campo de NE, fue capaz de producir la enfermedad. El gene netB está asociado con un locus de patogenicidad de 42 kb (NELo-1) el cual está sobre un plásmido de 85 kb, como también con otro posiblemente menos importante, asociado con NETLoc-3 presente sobre un plásmido separado y con el locus de patogenicidad localizado cromosómicamente, NELoc 2. Parece muy probable que la dificultad observada por muchos investigadores para reproducir la enfermedad, puede ser debida a la pérdida completa del plásmido de virulencia contenido en el locus de patoge-nicidad netB. Sin embargo, es insuficiente utilizar simplemente el C. perfringens aislado de lesiones de NE, para tratar de reproducir la enfermedad, ya que no todos estos contienen la netB. Estudios recientes de secuencias de multilocus han identificado 2 grupos de clones, asociados con aislamientos de NE, sugiriendo que no solo los plásmidos de virulencia, sino genes cromosomales específicos (relación huésped-bacteria), puede también ser importante en la patogénesis de NE o posiblemente para el mantenimiento de los plásmidos. Tpel, un miembro de la familia de la toxina clostridial grande (LCT), está presente en algún tipo de aislamiento A de NE. Existe evidencia que cepas netB positivas, que son también tpel positivas, causan una NE más severa que aquellas cepas a las cuales les falta tpel. En resumen, la dificultad del entendimiento de la NE, es que la cepa y particularmente la virulencia del plásmido aislado, son críticos para producir la enfermedad con netB, siendo el único factor de virulencia que hasta hoy se muestra como esencial para producir ésta. La severidad puede variar con la presencia de otros determinantes de virulencia de los cuales tpel es la toxina accesoria mejor implicada. Debido a la complejidad de la regulación de la virulencia en el C. perfringens , mutaciones espontáneas en VirR-VirS u otros genes
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regulatorios, pueden afectar la virulencia. Podría ser prudente antes de realizar estudios a gran escala, comparar y confirmar el potencial de virulencia de netB en las cepas de desafío. Si se desea una enfermedad severa, es recomendable obtener una cepa que posea tpel. Debido al peligro de pérdida de virulencia de los plásmidos, los investigadores que intentan reproducir NE deberán mantener un acercamiento, para confirmar a través de sus estudios (utilizando PCR), que la cepa experimental no ha perdido el gene netb (y por otra parte el plásmido netB). El PCR debe llevarse a cabo en colonias individuales; manteniendo un stock de cepas virulentas congeladas, puede asegurarse que la pérdida de virulencia no se presente durante los subcultivos. b. Preparación del C. perfringens para el desafío - Tipo de medio de cultivo Diferentes medios de cultivo anaerobios y diferentes periodos de incubación se han utilizado para reproducir la NE. La escogencia depende del costo y la conveniencia, por lo tanto el tioglicolato con dextrosa (FTG), es el más común para este propósito. La adición de peptona y almidón al medio, incrementa el nivel de alfa toxina, aunque en la NE se ha notado que esta es netB, no alfa toxina, la cual es crítica para la NE. Otros han utilizado medio de carne (CMM) cocinada o infusión de cerebro-corazón (BHI), pero CMM es costoso y BHI no tiene agentes reductores, así que necesita cultivarse anaeróbicamente, lo cual puede ser inconveniente. El caldo FTG tiene la ventaja que el Clostridium puede cultivarse aeróbicamente. Algunos investigadores han cultivado el C. perfringens para desafío inicial en fluidos de CMM y subsecuentemente inoculan este stock en FTG. Este sistema es muy utilizado por conveniencia, pero también por razones históricas como un inóculo de desafío. - Tiempo de incubación Cultivos muy jóvenes en FTG (15 horas) producen una enfermedad más severa, que cultivos de 24 horas, debido posiblemente a una gran producción de
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toxinas en este tiempo. Por ejemplo caldos de cultivo de 15 horas aumentan los niveles de lesiones por encima del 50%, comparado con los de 24 horas. Esto puede deberse a la fase estacionaria con la producción de protea-sas que degradan netB y otras toxinas. Para investigadores que desafían aves 2 veces al día con caldo, se les dificulta preparar cultivos de 15 horas para el desafío de la mañana y la tarde. Si necesitan producir lesiones menos severas, en la tarde pueden desafiar con cultivos de 24 horas. El éxito en el desafío utilizando C. perfrin-gens solo, depende del daño intestinal inicial por una toxina preformada, que por una toxina producida en el intestino. Por otra parte, caldos de cultivo completos (que contienen toxinas preformadas) y no células de C. perfringens vegetativo, deberían utilizarse siempre. - Cantidad de bacterias para el desafío La cantidad de C. perfringens para el desafío, es importante para el éxito del mismo. Normalmente se encuentra entre107109 UFC/g. Un caldo de cultivo FTG de 15 horas inoculado 3% (V/V) a un cultivo CMM e incubado a 37°C, puede contener 108 C. perfringes/ml. MÉTODOS DE DESAFÍO Un exitoso acercamiento ha consistido en administrar la cepa de desafío inoculada en el alimento a razón de 1.25-1.5 del fluido FTG (v/v). Las aves se mantienen sin alimento la noche anterior para que puedan consumirla completa al día siguiente. El alimento se prepara fresco 2 veces al día (mañana y noche). El periodo de administración del alimento contaminado varía de 1-5 días, siendo las aves sacrificadas al día o después del alimento final. El estándar para los investigadores durante el desafío es de 3-4 días y se sacrifican al día 4-5 (el primer día, después del último desafío). El tiempo de exposición es importante, ya que 5 días de desafío indujo más de 2 veces la mortalidad que la de 1 día de desafío. El alimento infectado debe estar siempre disponible para las aves. La ventaja del desafío mediante el alimento, evita el manejo individual de las aves. La desventaja está en el manejo y la incubación de grandes volúmenes de medio, el cual tiene un olor desagradable,
por la producción de sulfito de hidrógeno, además que requiere de gran número de frascos, los cuales son difíciles de autoclavar y es costoso. Una alternativa para infectar las aves con grandes volúmenes de alimento, es en forma individual a través del buche, con caldos de cultivo. Este método necesita un inóculo de 3 ml de 10 5-10 7 CFU, dos veces al día, durante 3 días consecutivos o 1 ml de 1-4 x 108 CFU/ml. El método se combina con algunos factores de riesgo para NE, como el desafío con coccidias, o la vacunación contra Gumboro. Por ejemplo, no se detectaron lesiones utilizando C. perfringens vía oral, sin el desafío de coccidiosis. Mc Reynolds y col., utilizaron la vacuna de Gumboro como un inmunosupresor, seguido por el C. perfringens vía oral, lo cual incrementó las lesiones de NE, comparado con el grupo que recibió solamente el C. perfringens . Sin embargo, otros estudios han sido exitosos utilizando caldos de cultivo mezclados con el alimento, sin utilizar coccidias o inmunosupresores. En conclusión, los investigadores necesitan decidir un método (C. perfrigens solo en el alimento, coccidiosis, o inmunosupresión por Gumboro, seguido de C. perfringens administrado en el buche o en el alimento) lo que mejor se le facilite, y la severidad de la enfermedad que ellos deseen reproducir. Estudios en menor escala utilizando diferentes variables, deben establecer las condiciones mejor caracterizadas. OTRAS CONSIDERACIONES Muchos estudios utilizan pollos generalmente con una mezcla de sexos. Es posible que los machos que comen más, puedan ser más susceptibles, como sucede con los pavos machos, en casos de campo. La inmunización de los reproductores ha mostrado reducir las lesiones de NE y la mortalidad, así que los pollos no deben provenir de hembras vacunadas contra C. perfringens . El desafío a las 2-3 semanas de edad debe asegurar un bajo nivel de anticuerpos maternos en pollos de hembras no vacunadas. SISTEMAS DE EVALUACIÓN DE LESIONES Lesiones macroscópicas de NE Las lesiones macroscópicas de NE comprenden un espectro de erosiones de la
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mucosa hasta ulceración, que varían en extensión, individualidad y severidad. En algunos animales, lesiones individuales de varios caracteres pueden identificarse. Normalmente la superficie de la mucosa intestinal debe ser lisa y brillante, reflejando una barrera intacta. Con erosión y ulcera-ción se puede observar un complejo sutil, sin lustre de la mucosa (exudación de fibrina), cavitación/ ulceración, hemorragia aguda (observada como una intensa coloración rojiza y localizada) a menudo con áreas de cavitación/ulceración, ocasionalmente con coágulos de sangre en la luz intestinal. Hemorragia subaguda (observada como una coloración verdosa de la mucosa), a menudo localizada en áreas de cavitación y ulceración y la formación de placas individuales de fibrina que no pueden ser removidas con el dedo. La enfermedad progresa con o sin cavitaciones, hasta la producción a gran escala de fibrina, restos necróticos y células inflamatorias, que se unen para formar un gran exudado en la superficie de la mucosa, típico de aves que mueren de NE en el campo. Diferentes sistemas de evaluación de lesiones Después del sacrificio (dióxido de carbono), el intestino delgado es evaluado para lesiones macroscópicas. Es importante estudiar todo el intestino ya que las lesiones pueden estar solamente en una parte de este. Muchas lesiones pueden estar en la parte alta del duodeno que no se encuentran en otras partes, sin embargo, muchas lesiones se observan en el yeyuno. Una variedad de sistemas para evaluar las lesiones se han utilizado, empleando escalas que varían de 0-3, 0-4 hasta 0-6. Un serio inconveniente de esta variabilidad y los diferentes criterios empleados, aún con estos marcadores, hacen imposible comparar estos estudios que usan diferentes sistemas. La adopción internacional de un sistema común estándar puede facilitar la comparación de los estudios, incluyendo métodos diferentes de control. Una dificultad estriba en el tipo de lesiones de la NE, las cuales pueden ser exacerbadas por otras condiciones, como por ejemplo la inmunización de las aves con diferentes antígenos. El sistema de evaluación de Keyburn y col., es el que más se aproxima a estos criterios con ligeras modificacio-
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nes, para estudios experimentales a nivel internacional. La modificación propuesta es que "1" incluya la presencia de fibrina no adherente en intestinos afectados, como una alternativa adicional a una pared delgada y friable del intestino. Es importante incluir un patólogo con experiencia para evaluar las lesiones y que estas sean evaluadas en forma "ciega" y que al menos 2 personas evalúen estas. Aunque algunos investigadores incluyen la histopatología para evaluar las lesiones, esto es costoso y tiene un potencial considerable para ses-gos, puesto que las lesiones son preseleccionadas para exámenes histológicos. Nuestra recomendación es no utilizar examen histológico de rutina, al menos que haya una razón especial. REPRODUCCIÓN DE LA NE CLÍNICA Y SUBCLÍNICA La NE puede presentarse en 2 formas diferentes: clínica y subclínica. La forma clínica está asociada con signos de depresión, pluma erizada, diarrea y mortalidad, mientras que esto no sucede en la forma subclínica. Sin embargo, si los investigadores tratan de reproducir una forma suave de la enfermedad, por ejemplo el efecto de la intervención de prebióticos o probióticos, sobre parámetros de producción en el tiempo, deberán estar intere-
sados en producir una forma subclínica menos severa de la NE. Los factores que determinan el resultado de la forma clínica con lesiones severas y mortalidad, ha sido discutida; como se anotó, es posible variar los parámetros para determinar la severidad de la enfermedad. Para producir NE subclínica, se necesita utilizar aproximaciones planeadas, para reducir la severidad de la enfermedad producida, por ejemplo, utilizando una dosis grande de C. perfringens (108-1010 CFU/ ml) en desafío por vía oral, una o dos veces o aún tres veces por día, durante 4-5 días, cuando no está combinado con factores del alimento (alta proteína, NSP rico en granos); o utilizar coccidias o vacunas de Gumboro, produjo una forma subclínica sin signos clínicos. Empleando cepas de C. perfringens que no tienen tpel o alimentando aves con cultivos de 24 horas en FTG, se puede reducir la severidad de la NE. No obstante, usando cepas que no tienen netB, casi no produce NE subclínica. PARÁMETROS DETERMINANTES DEL RENDIMIENT O (Ganancia de peso, consumo de alimento, conversión alimenticia)
nancia de peso, el consumo de alimento y la conversión alimenticia, estos pueden utilizarse para evaluar la severidad de la enfermedad o el efecto de intervenciones sobre la misma. Esta evaluación puede ser importante en la NE subclínica, cuando no se presentan signos clínicos o mortalidad. Para este propósito las aves deben pesarse cada semana y al tiempo de las intervenciones. Evaluando el consumo, se evalúa la conversión. Para estudiar parámetros estadísticos es necesario utilizar grupos grandes y al azar. CONSIDERACIONES DE BIENESTAR Los estudios propuestos para la reproducción de la NE deben ajustarse a las normas de cuidado y bienestar de las aves, lo cual es muy importante. Debe recordarse que las aves con NE a menudo aparecen normales, hasta un tiempo corto antes de morir. Nosotros sacrificamos las aves en forma humana, empleando una inmersión en 100% de CO2 en forma de gas.
Desde que existe una correlación entre los parámetros zootécnicos y el marcador de lesiones, evaluando en las aves la ga-
CONCLUSIONES Esta revisión ha evaluado críticamente los factores que afectan la reproducción de la NE en pollos. La reproducción de algunas infecciones experimentales nunca son una garantía, pero el entendimiento de algunas variables que afectan el resultado y una cuidadosa atención de estos, debe permitir a los investigadores producir la enfermedad con confiabilidad. El uso de estudios pilotos a menor escala, deberán identificar el medio óptimo para producir la enfermedad con la severidad deseada. La presente revisión la integran 91 referencias.
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EVALUACIÓN DE LA DIARREA VIRAL BOVINA EN ALGUNOS HATOS DEL DEPARTAMENTO DE BOYACÁ REVISIÓN DE LITERATURA Giovanni Moreno Figueredo2 - DMV, MSc, PhD Anastasia Cruz Carrillo2 - DMV, Esp., MSc Sandra Paola Rodriguez 3 - DMVZ, MSc
RESUMEN La Diarrea Viral Bovina es una enfermedad infecciosa causada por un pestivirus (Virus de la Diarrea Viral Bovina), que produce síntomas respiratorios y reproductivos. En Colombia se reportó seropositividad del 84% en 1994 y en 2007 se encuentra 29,4% de seropositividad en Montería; en otros estudios se indica 48% de positividad en la costa norte y 62,7% en Boyacá. Esta es una enfermedad de las mayores causantes de pérdidas económicas en el mundo, volviéndola en algunos países como una enfermedad de reporte obligatorio. El cordón lechero de Boyacá es una región de gran importancia para el sector lechero del país, y a pesar de ello, se desconocen algunos aspectos epidemiológicos de enfermedades de importancia para los bovinos. Por lo anterior, el objetivo de este trabajo fue conocer la relación entre los predios positivos a este agente y el reporte de problemas reproductivos en los mismos. Se desarrolló un estudio de casos y controles, para lo cual se seleccionó la población de estudio con base en la presencia del evento de interés (casos), y en la ausencia del mismo (controles), en un período de observación definido. En cada finca de estudio se tomaron muestras de sangre de diez novillas y 10 vacas entre 1-2 partos, y diez vacas de tres o más partos; se extrajo el suero y se almacenó a -70 C, y se envió al Laboratorio de Enfermedades Infecciosas de Parma (Italia), donde se realizaron las pruebas serológicas para dicha enfermedad. Se encontró una prevalencia general de 75%-76% para DVB en fincas caso y control, respectivamente. No se encontró relación entre la positividad a las enfermedad estudiada con la presencia o no de abortos en las fincas, ni con la edad de los animales de estudio. Se concluye que en la zona de estudio hay presencia de la enfermedad, pero a pesar de ser patógeno abortivo, no se pudo demostrar la relación entre éste y la presencia de dicha alteración reproductiva. o
INTRODUCCIÓN La DVB es una enfermedad infecciosa diagnosticada a nivel mundial, causada por el VDVB, que afecta a los bovinos, y es reconocido desde hace varios años como un agente etiológico de importancia en problemas abortivos en el ganado bovino en Colombia (Jaime et al., 1996). Desencadena la presentación de enfermedades infecciosas secundarias, toda vez que es un agente inmunosupresor (Kadohira & Tajima, 2010) que favorece el desarrollo de infecciones subclínicas, como también enfermedades gastroentéricas y respiratorias (Booker et al., 2008). Así mismo, produce alta mortalidad y efectos reproductivos como metritis postparto, muerte embrionaria, aborto, malformaciones, nacimiento de terneros débiles y mortalidad perinatal (Fulton et al., 2009; Schefers et al., 2009). RESEÑA HISTÓRICA En marzo de 1964 en Itahaca (estado de Nueva York), fue descubierto el primer brote de DVB. El animal enfermo fue una vaca de 4 años importada dos años atrás de Inglaterra, con signos clásicos de diarrea invernal (diarrea acuosa, anorexia, disminución en la producción láctea e hipertermia), cuyo desenlace fue fatal. En los días siguientes después de este episodio de diarrea, cinco animales de la misma finca murieron manifestando la misma sintoma1 2 3
tología; después de estos casos, otras cinco fincas ubicadas en un perímetro de 15 Km de donde sucedió el primer brote, fueron rápidamente alcanzadas por la infección (Cavirani, 2002). En Colombia el primer reporte del VDVB fue en 1975, cuando un lote de terneras Holstein importadas de Holanda, desarrolló un cuadro clínico compatible con la enfermedad de las mucosas, que fue confirmado como DVB (Mogollón & González, 1990). Fue así como 21 años después se
Docente de la Fundación Universitaria Juan de Castellanos. Líder Grupo IRABI Docente de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia - UPTC Docente de la Fundación Universitaria Juan de Castellanos. Co-investigadora Grupo IRABI
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demostró por primera vez en Colombia, la presencia de animales inmunotolerantes, persistentemente infectados (PI) por el VDVB (Ramírez et al ., 1999). ETIOLOGÍA El VDVB es un pestivirus de la familia Flaviviridae, del cual se reconocen dos biotipos, el citopático y el no citopático, de acuerdo con su comportamiento frente al cultivo celular. El primero produce vacuolización citoplasmática por inducción de apoptosis, y muestra gran afinidad por las células
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epiteliales. Por su parte, el segundo no afecta el cultivo celular y muestra afinidad por las células linfocitarias. Desde el punto de vista genético, son dos tipos: el tipo I (DVB-I) y el tipo II (DVB-II), que según la nueva clasificación se denomina pestivirus tipo 1 y tipo 4 (Rondón, 2007). El virus afecta animales de pezuña hendida como cerdos, bovinos, caprinos y ovinos. EPIDEMIOLOGÍA Con relación a la prevalencia de la enfermedad, ésta se ha evaluado en diferentes partes del mundo, y se han intentado identificar factores de riesgo o predisponentes que permitan tener mayor conocimiento epidemiológico de la misma. En Estados Unidos se reportan prevalencias del 29% frente al VDVB1a y 1b y 32% en terneros, pero que se interpreta como anticuerpos maternos (Fulton et al., 2009). Posteriormente, el mismo autor encuentra en hembras bovinas una prevalencia de 16,7%, con 0,55-3,1% de terneros persistentemente infectados, datos obtenidos en muestras realizadas en 4530 animales (Fulton et al ., 2009). En Canadá la prevalencia de la infección es de 27% en hembras adultas y de 9,1-12,7% de animales PI (Booker et al ., 2008); en el estado de Alberta se reporta seroprevalencia de DVBV1 y DVBV2 de 28,45 y 8,9%, respectivamente (Scott et al., 2006). En Japón se hizo un estudio entre los años 2006-2007, en el que se encontró una prevalencia de 2,6% con una frecuencia de 21 animales persistentemente infectados entre 107.800 evaluados en el 2006, y 13 de 107.800 en el 2007 (Kadohira & Tajima, 2010). En Italia la prevalencia actual varía ampliamente de una región a otra, estando entre 20 y 90%, siendo mayor en hatos lecheros sin vacunar (Valla, 2008). Por su parte, en América Latina, en Lonja, una región chilena de alto tránsito de ganado, se reporta una prevalencia de 16,07%, más alta que la encontrada en otras regiones del país (Jara, 2008). En Colombia, estudios realizados en el departamento de Córdoba, reportan títulos de anticuerpos en 5,6% de los animales muestreados entre los años 1980 y 1984, sin hallar ninguna diferencia en ésta, entre animales Bos indicus y Bos taurus. Más recientemente un estudio similar desarrollado en el mismo departa-
mento, indica prevalencias entre 22,5 y 36,2%; adicionalmente los resultados coinciden con otros trabajos en cuanto a la falta de correlación con la raza o la región evaluada, pero sí indican mayor prevalencia en ganaderías extensivas y en machos (Betancour et al ., 2007). La anterior prevalencia se ve ampliamente superada por lo reportado por Vargas, Jaime y Vera, 2009, quienes indican que en la Sabana de Bogotá, en 1994 la prevalencia era de 89%. TRANSMISIÓN El virus se transmite de forma vertical u horizontal desde un animal infectado a otro susceptible, o bien de manera indirecta a través de instrumentos o fómites. Después del contacto del virus con las membranas mucosas de las cavidades nasal y bucal, se adhiere a la membrana celular y penetra al interior por endocitosis, diseminándose por diferentes tejidos o principalmente en los sistemas respiratorio y digestivo. El virus se disemina libre en la sangre o unido a los leucocitos (principalmente linfocitos, monocitos y células precursoras de macrófagos) (Scott et al ., 2006). Una vez penetra al interior de las células, altera las alfa y las beta tubulinas, generando alteraciones de la división celular y por ello, disminución de la expresión de genes, lo que puede repercutir en la síntesis de ciertas proteínas (Rondón, 2006). En aquellos casos en que la infección ocurre en hembras con gestación entre 42 y 125 días, el feto se convierte en un animal persistentemente infectado, debido a que en ese período se está formando el sistema inmunológico, por lo que el feto acepta el virus como propio y a pesar de poseerlo, no genera anticuerpos contra éste (animales inmunotolerantes). Por lo anterior, estos animales serán diseminadores del agente viral, pero son asintomáticos (Fulton et al ., 2009). La enfermedad se manifiesta mediante tres síndromes: la diarrea viral bovina que corresponde a la infección postnatal primaria, la infección persistente y la enfermedad de las mucosas. En la primera, las manifestaciones son respiratorias, digestivas o reproductivas, los animales muestran diarrea, disminución de la producción y del peso corporal; en algunos casos se produce la
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muerte (Kadohira & Tajima, 2010). La infección al inicio de la gestación conduce a muerte embrionaria, y cuando ocurre en fases más avanzadas de la gestación, produce aborto o nacimiento de ternero débil o con malformaciones (Fulton et al ., 2009). También se reporta metritis y neumonía postparto (Schefers et al ., 2009). Por otra parte, el virus hace parte del complejo respiratorio bovino, generando neumonía asociada a otros agentes infecciosos virales o bacterianos. En la enfermedad de las mucosas se observa pirexia, anorexia, diarrea aguda y úlceras en la cavidad bucal; aunque la morbilidad es baja, la mortalidad es alta (Vargas & Jaime, 2009; Scott et al ., 2006). METODOLOGÍA DEL ESTUDIO Las fincas estudiadas se ubicaron en el Departamento de Boyacá, específicamente en el cordón lechero del departamento, y las muestras tomadas de los animales seleccionados se procesaron en el Laboratorio de Enfermedades Infecciosas de Parma (Italia). Boyacá es un departamento situado en la región centro-oriental de Colombia que limita por el norte con los departamentos de Norte de Santander y Santander, por el oriente con los departamentos de Arauca y Casanare, por el sur con el departamento de Cundinamarca y por el occidente con el departamento de Antioquia. La Cordillera Oriental atraviesa al departamento de sur a norte, presentando terrenos quebrados, páramos, valles y altiplanos. Se encuentra localizado entre los 04º39’10’’ y los 07º03’17’’ de latitud norte y los 71º57’49’’ y los 74º41’35’’ de longitud oeste. Cuenta con una superficie de 23.189 Km2, lo que representa el 2,03 % del territorio nacional (POT, 2009). El departamento se encuentra formado por 122 municipios, incluida su capital Tunja y se destacan como municipios lecheros Arcabuco, Belén, Buenavista, Caldas, Cerinza, Chiquinquirá, Chivatá, Ciénega, Cómbita, Cucaita, Duitama, Firavitoba, Floresta, Gachantivá, Iza, Motavita, Nobsa, Nuevo Colón, Oicatá, Pesca, Saboyá, Samacá, San Miguel de Sema, Santa Rosa de Viterbo, Siachoque, Sogamoso, Sora, Sotaquirá, Soracá, Tibasosa, Toca, Tota, Tunja y Ventaquemada (POT, 2009).
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Tipo de estudio El presente trabajo correspondió a un estudio observacional retrospectivo de casos y controles, los cuales constituyen una forma de realizar un muestreo de una población con base en la presencia (caso) o ausencia (control), de un evento de interés (Otte, Ravenborgb, Hiittnerb et al., 1995, Cavirani et al., 2001), que para este trabajo, correspondió a la presencia de problemas reproductivos y ausencia de los mismos en los hatos. Para este estudio, una finca caso fue aquella que presentó en un año un porcentaje mayor o igual al 10% de abortos y una finca control, aquella cuyo porcentaje de abortos, fue menor o igual al 3%. Así como estos estudios tienen la ventaja de ser útiles para estudiar enfermedades poco frecuentes y de curso prolongado, también se pueden desarrollar en corto tiempo. Sin embargo, tienen algunas desventajas a tener en cuenta para evitar que pierdan confiabilidad. El principal inconveniente es encontrar el número suficiente de casos y de controles, que la población de uno y otro grupo sean iguales, excepto por la presentación del evento, es decir que sean poblaciones representativas. Población y Muestra La selección de las fincas se hizo mediante un muestreo por conveniencia, basado en la facilidad de acceso y en la cooperación del propietario y del personal encargado y de la existencia de la información requerida. Para este, se hizo un acercamiento con los productores indicando el tipo de estudio y los beneficios que este conllevaba. A pesar de que el concepto que involucra el "problema reproductivo", incluye varios parámetros, en este estudio solo se tuvo en cuenta la presencia de aborto para la selección de las fincas caso y de las fincas control, debido a que es la alteración más relacionada con la DVB, por la existencia de registros confiables en las fincas de la zona. El proceso inició delimitando la población fuente, de la que se obtuvieron los casos, y estos fueron, aquellas fincas en las que se evidenciaron abortos, considerando como caso, aquellas fincas que reporten abortos en 10% o más al año (Otte et al ., 1995). Bajo el mismo criterio se escogió las fincas control, que fueron aquellas que
cumplieron con las mismas características de las anteriores, presentando abortos de 0 a 3% (Otte et al ., 1995). Por lo tanto, para cada finca se muestrearon 30 animales constituidos por 10 novillas y 10 vacas de 1-2 partos y 10 vacas de más de 2 partos (Hathaway, Little & Pritchard, 1986). Se hizo una visita de presentación a los predios ubicados en la zona, con el fin de obtener la aceptación para el muestreo y obtención de la información. Se seleccionaron cinco (5) fincas caso y diez (10) fincas control, siendo la finca la unidad muestreal. De manera paralela y con el fin de recoger la información relacionada con los animales objeto de estudio, se diseñó una matriz, donde se registró información sobre los animales y el predio. Se tuvieron en cuenta diversos parámetros reproductivos de la finca y de cada animal, así como características relacionadas con movilización de animales, plan sanitario y manejo zootécnico del predio. Una vez que se seleccionaron las fincas que hicieron parte de cada grupo, se procedió a recoger la información, con base en una encuesta diseñada para tal fin, y se tomaron las muestras de sangre para las pruebas serológicas que permitieron determinar la positividad de los animales de cada finca al VDVB. Con base en lo anterior, se constituyeron los cuatro grupos a analizar, casos expuestos y casos no expuestos, y controles expuestos y controles no expuestos. El muestreo serológico se hizo mediante
punción en la vena caudal o coccígea hasta obtener 8 - 10 ml de sangre. La sangre fue tomada con Vacutainer® y pasada a tubos tapa roja (sin anticoagulante), para ser centrifugada a 2500 rpm durante 5 minutos, en el mismo predio de muestreo. Posteriormente se separó el suero y fue envasado en tubos viales que resisten la congelación, para mantenerlos en un congelador a -20oC, hasta el momento de hacer las pruebas. Pruebas de laboratorio La Prueba de Seroneutralización (SN) se realizó con cada suero problema preparando ocho diluciones seriadas en base 2, desde 1:2 hasta 1:256. Se incluyó el suero control positivo y control negativo en base 2, en volúmenes de 50 l, y se enfrentaron a 100 dosis infectantes cultivo de tejido 50% (DICT50) de la cepa viral NADL del virus DVB, también en volúmenes de 50 l. Luego se incubó por 60 minutos a temperatura ambiente, se adicionaron 100l de células embrionarias de pulmón bovino de segundo pasaje (1x106 cél/ml), en Madin Darby Bovine Kidney (MBDK) más 10 % de suero fetal bovino irradiado (SFB). Finalmente las microplacas se llevaron a incubación en estufa de cultivo con cámara húmeda a 37ºC, adicionadas de un 5% de CO2 por 72 horas, y luego se procedió a su lectura mediante observación microscópica (Reinhard, Carrasco, Tadich, 2001). Para la interpretación de la prueba de SN, se observó la presencia del efecto citopático
Figura 1. Histograma de frecuencias de los títulos Viral Bovina, en bovinos de fincas caso y fincas co
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de anticuerpos contra el virus de Diarrea ntrol del cordón lechero de Boyacá.
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FINCA
GRUPO
Animales (-) 0
Animales (+) 30
Total general 30
% positividad 100,0
1
Caso
2 3 4
Caso
3
27
30
90,0
Caso
14
16
30
53,3
Caso Caso
12 7
18 23
30 30
60,0 76,7
Control
7
23
30
76,7
8
Control Control
21 2
9 28
30 30
30,0 93,3
9
Control
6
24
30
80,0
5 6 7
10 11 12 13 14 15
dad (Tabla 3). Sin embargo, con el valor obtenido no se puede afirmar que exista relación entre la seropositividad o seronegatividad a la DVB y el tipo de predio. Es decir, que de manera independiente a si la finca es caso (presencia de abortos), o es control (abortos inferiores a 3%), se pueden o no presentar anticuerpos contra el VDVB. DVB
Positivo
Negativo
Total
114
36
150
Control
3
27
30
90,0
Caso
Control Control
13 0
17 30
30 30
56,7 100,0
Control
230
70
300
Total
344
106
450
Control
7
23
30
76,7
Control Control
8 3
22 27
30 30
73,3 90,0
106
344
450
76,4
Total General
P: 0.874; (X2): 0.025; Valor de t: 0,41652; Odds Ratio: 0.9638
Tabla 1. Número de bovinos positivos a Diarrea Viral Bovina en las fincas caso y fincas control del cordón lechero de Boyacá.
(cp) en la cual las células reaccionan frente al virus produciendo una vacuolización de ellas en los diferentes pocillos de cada microplaca. Se revisaron los sueros controles, positivo y negativo, los pocillos de control de células y los de control de citotoxicidad de los sueros problema, y luego se procedió a la lectura de los pocillos correspondientes a cada dilución sérica. RESULTADOS En este caso, para la interpretación de los resultados se consideró como positivo, las neutralizaciones alcanzadas en títulos iguales o superiores a 1:8 (título codificado= 3) (Fig. 1). En razón a que el número de fincas muestreadas y clasificadas como control, fue el doble que el de las fincas caso, en los resultados se observan valores superiores para el primero, aunque las tendencias fueron muy similares. Es así como en los histogramas de frecuencia, donde se compararon los resultados obtenidos en las fincas caso y en las fincas control, se observa que la distribución de los títulos fue muy similar entre los individuos de los dos tipos de fincas (Fig. 1). Por otra parte, al organizar los resultados en términos porcentuales, considerando los animales positivos en las fincas caso y en las fincas control, se encuentra que en todos los predios hubo animales positivos, siendo 30% el menor porcentaje de positividad encontrado. Fue así como en todas las fin-
Tabla 3. Relación entre los animales positivos y negativos a DVB, y el tipo de predio (caso y control).
Relación
EXTENSIÓN
No TOTAL DE
TIPO DE
A-S
FANEGADAS
ANIMALES
PRODUCCION
1
0.27 (8:30)
80
60
leche
Nr* Hol
No
2
0.40 (12:30)
60
40
Leche
Nr
No
Ventaquemada
3
0.20 (6:30)
70
40
Leche
Nr
Si
Ventaquemanda
4
0.23 (7:30)
50
40
Leche
Nr
Si
Paipa
5
0.27 (8:30)
60
50
Leche
Hol
Si
Paipa
6
0.07 (2:30)
70
40
Leche
Hol*Nr
Si
Tuta
7
0.03 (1:30)
80
45
Leche
Nr*Hol
Si
Ventaquemada
8
0.07 (2:30)
70
50
Leche
Hol*Nr
Si
Oicata
9
0.10 (3:30)
50
40
Leche
Nr*Hol
No
Tuta
10
0.03 (1:30)
60
40
Leche
Hol
Si
Tuta
11
0.03 (1:30)
70
60
Leche
Nr
No
Iguaque
12
FINCAS
USO DE RAZA
I.A
MUNICIPIO
Fincas Caso Soraca
Fincas Control
0.03 (1:30)
80
70
leche
Hol
Si
Oicata
13
0.03 (1:30)
90
80
Leche
Hol
No
Oicata
14
0.07 (2:30)
50
40
Leche
Nr
Si
Paipa
15
0.10 (3:30)
70
60
Leche
Nr*hol
No
Iguaque
A-S Relación de aborto y nacidos vivos, Hol: Holstein; Nr: Normando Tabla 2. Características generales fincas caso y control.
cas evaluadas hubo animales positivos, y en términos generales el promedio fue de 76% para las fincas caso y 75,3% para las fincas control, lo que indica resultados prácticamente iguales (Tabla 1 y Tabla 2). Adicionalmente, para analizar la relación existente entre el número de animales seropositivos y seronegativos a la DVB, con el tipo de predio (finca caso y finca control), se realizó una relación de probabili-
13 BOVINOS
Por otra parte, en el presente estudio se encontró que en las fincas caso, el mayor número de animales positivos al VDVB correspondió a novillas, 86% del total de éstas. Por su parte, en estas mismas fincas, 66% y 76% de las vacas de un parto y las de más de dos partos respectivamente, tuvieron anticuerpos; dichos porcentajes fueron superados por los encontrados en las fincas caso, en las cuales 70% de
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las novillas fueron reactivas, seguidas por las vacas de más de un parto (78%) y de las de un parto (82%). Con estos resultados se observa que para las condiciones planteadas en este estudio, la presencia de anticuerpos fue mayor en las fincas control, pero en uno y otro caso no hubo relación con la edad (Tabla 4). Agrupación de vacas
o cualquier otro tipo de infección aguda. Por otra parte, a pesar de que la literatura indica que esta enfermedad por conducir inmunosupresión (Betancur et al., 2007), es puerta de entrada para otros agentes infecciosos; bajo las condiciones planteadas en este trabajo, no se pueden afirmar tales premisas.
Fincas Caso
Número Total Animales
Fincas Control
No.
No.
No.
%
No.
No.
No.
%
(-)
(+)
Total
(+)
(-)
(+)
Total
(+)
N
7
43
50
86
30
70
100
70
150
V1
17
33
50
66
18
82
100
82
150
V2
12
38
50
76
22
78
100
78
150
Total general
36
114
150
76
70
230
300
76,7
450
Tabla 4. Comparación de animales positivos y negativos a DVB, en fincas caso y control, de acuerdo con el grupo etario.
Por otra parte, se hizo la estimación de riesgo para DVB usando un nivel de confianza de 95%, para determinar la relación existente entre la seropositividad al virus y el riesgo de presentación de aborto. Se observa que los animales expuestos al virus, presentan entre 2,47 y 42,97 más probabilidad de presentar aborto que aquellos que no fueron reactivos. Abortos
Positivos
Otte et al., 1985, reportan una prevalencia hace más de 20 años en los departamentos de Sucre y Córdoba, que no superó 5,6%, cifra muy inferior a lo encontrado en este estudio, en el que 76% de los animales provenientes de las fincas caso tuvo anticuerpos contra el virus y 75% de aquellos pertenecientes a las fincas control. Por su parte, Betancur et al., Negativos
Total general
Si
56
2
58
No
288
104
392
344
106
450
Total general
OR= 10,11; LC= 2,424; FE= 0,901; FA= 0,87 Tabla 5. Comparación de aborto con los animales individuales para DVB.
DISCUSIÓN De acuerdo con los resultados obtenidos en este estudio, se puede afirmar que los animales que tuvieron anticuerpos contra el VDVB fueron asintomáticos, ya que en ningún caso se reportó u observó ningún tipo de sintomatología, lo cual coincide con lo reportado en la literatura que indica que la enfermedad puede ser subclínica o asintomática (Betancur et al., 2007; Lértora, 2003). Fue así como no se evidenció en ninguno de los animales provenientes de los predios de estudio, los cuadros clínicos reportados en la literatura, como el complejo diarreico neonatal, el síndrome hemorrágico, ningún tipo de enfermedad respiratoria,
2007, reportan en Córdoba una prevalencia promedio de 29,4% (22,5%-36,2%), superior a la encontrada por Otte et al., pero inferior a la reactividad encontrada en este estudio. Igualmente, en el estado de Alberta-Canadá, se reporta 58,8% de animales positivos (Scott et al., 2006), mientras que Mainar-Jaime (2000), encuentra una prevalencia de 21,5% en el estado de Asturias (España), ambos valores inferiores a lo encontrado en este estudio. Adicionalmente, en el estudio mencionado se encontró que 85,7% de los hatos evaluados tenían por lo menos un animal serorreactivo, por lo que los autores reportan una alta distribución del virus en los hatos de la zona, aunque la prevalencia no haya sido tan alta. De la
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misma manera, en el estudio aquí desarrollado, la positividad entre los hatos fue del 100%, indicando que el virus está plenamente difundido en el cordón lechero de Boyacá, y a pesar de que hay diferencias entre un predio y otro, en todos los casos hubo animales positivos. Ese comportamiento creciente de la enfermedad que se ve reflejado en prevalencias mayores al paso de los años, se puede explicar por ser ésta una patología emergente de distribución mundial, cuyo agente causal es de fácil diseminación. Igualmente, el hecho de existir animales persistentemente infectados, determina la posibilidad de una fuente de infección permanente en los hatos donde estos existen (Peterhans et al., 2010; Scott et al., 2006; MainarJaime, 2000). Es de anotar, que a pesar de que los animales PI suelen ser asintomáticos, en algunos casos en la edad adulta pueden manifestar los signos propios de la enfermedad de las mu-cosas (Peterhans et al., 2010). Por otra parte, se considera que los PI son los principales difusores de la enfermedad, pero los animales que sufren la infección son importantes para la generación de nuevas variantes antigénicas, las cuales explican las múltiples manifestaciones y lesiones de la enfermedad (Lértora, 2003). A pesar de que en este estudio no se evaluó la presencia de animales PI, se presume que si el virus se encuentra diseminado en un hato, existan este tipo de animales PI, constituyendo una frecuencia de anticuerpos altos en este tipo de explotaciones. En el presente estudio no se encontró ninguna relación entre la seropositividad en ambos tipos de finca, con la edad de los animales, sin embargo algunos autores reportan que tal relación sí existe, y que la prevalencia de la enfermedad aumenta directamente proporcional con la edad. Betancur et al., 2007, estudiaron la prevalencia de DVB en hembras bovinas entre 5 y 7 años o más, y en esos grupos se observó mayor prevalencia en los animales de mayor edad, resultados que pueden diferir con lo encontrado en el presente estudio; sin embargo los autores mencionados concluyen que la enfermedad se puede presentar en cualquier edad, lo cual concuerda con este trabajo.
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En algunas regiones de Argentina se hizo un estudio epidemiológico, para determinar la prevalencia de la enfermedad en bovinos de 6-12 meses de edad, encontrando regiones entre 25,6% y 45,6% de positividad entre los animales jóvenes; por su parte, en el presente estudio hubo
alta prevalencia de la enfermedad en los tres grupos etarios estudiados, pero de manera similar a lo reportado por Lértora (2003), fue mayor el número de novillas que tuvieron anticuerpos contra el virus, que el de vacas de mayor edad en la fincas caso (86%), aunque en las fincas
control fue menor (70%), sin poderse considerar como una prevalencia baja. Fue así como en ambos casos la prevalencia aquí encontrada, fue mayor a la reportada en Argentina.
CONCLUSIONES De acuerdo con la metodología seguida en este estudio y con los resultados obtenidos, se puede concluir que: En los predios estudiados y ubicados en diferentes municipios del cordón lechero de Boyacá, se puede deducir que el VDVB está presente y circula en los animales de la zona, y que como producto de la exposición a este agente viral, se pudo evidenciar la presencia de anticuerpos en los animales expuestos. De manera complementaria, se puede afirmar que teniendo en cuenta los animales encontrados con anticuerpos contra el VDVB, ninguno de los predios incluidos en el estudio, tuvo la totalidad de los animales libres de anticuerpos contra el mismo, lo que significa que en algún momento y en diferentes grados de intensidad, ha habido contacto con el virus y ha ocurrido transmisión entre los animales, ya sea de tipo vertical u horizontal. Por otra parte y a diferencia de otros estudios, ninguno de los animales que tuvo anticuerpos contra el virus, mostró algún tipo de sintomatología compatible con la enfermedad, por lo que se presume que para los predios estudiados, la patología no se manifiesta de manera clínica sino en forma latente y crónica. Por otra parte, también se podría inferir que la alta presencia de anticuerpos evidenciada en los animales del estudio, no significa enfermedad propiamente dicha, sino que los animales de estudio han estado en contacto con el virus, permitiendo producir anticuerpos pero no manifestaciones clínicas notorias. La positividad estuvo entre 53,3 y 100% en los dos tipos de fincas incluidas en el estudio, y contrario a lo reportado en la mayor parte de la literatura consultada, no se logró demostrar el efecto del virus sobre la presentación de abortos en los animales. Es de resaltar que todos los animales incluidos en el estudio así como los predios seleccionados, no son vacunados, por lo que los anticuerpos encontrados se deben a la respuesta del organismo frente al virus demostrando la presencia de éste último en los hatos. Es sabido que existen múltiples causas de aborto, la mayor parte de ellas de origen infeccioso, destacándose el VDVB; sin embargo, teniendo en cuenta los resultados de este estudio, en ninguno de los casos en que éste se reportó, se podría determinar como causa definitiva la exposición a dicho virus, por lo que solo se podría asumir que algunos de los abortos reportados en la zona de estudio se pudieron deber al VDVB, pudiendo existir otras causas y agentes etiológicos, que tendrían que evaluarse mediante otro tipo de estudios. Se desconoce la presencia de animales PI en los predios de estudio y dada la importancia de los mismos en la difusión de la enfermedad, se hace necesario diseñar estudios futuros que permitan conocer la prevalencia de este tipo de animales, lo que permitiría establecer planes de control y erradicación de la enfermedad. La presente revisión la integran 36 referencias.
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USO DEL
ÁCIDO YATRÉNICO EN EL PACIENTE
ONCOLÓGICO E INMUNODEPRIMIDO REVISIÓN DE LITERATURA Laura Martínez- DMV 2 Melany Prada - DMV 2 Frank H. Suárez Sánchez - DMV, PhD 1
RESUMEN El ácido yatrénico es un bioestimulante e inductor de la parainmunidad, que estimula los mecanismos de defensa inespecíficos, la leucocitosis y el sistema linfático, encargados de las defensas del organismo. Provoca un moderado descenso de la presión arterial con dilatación y aumento de la permeabilidad de algunos vasos sanguíneos, lo que favorece y acelera la corrección de procesos inflamatorios, o sea que posee un efecto antiinflamatorio.
INTRODUCCIÓN El ácido yatrénico estimula los leucocitos (aumento de glóbulos blancos circulantes), modificando la formula leucocitaria en favor de los monocitos y una modulación de elementos linfoides, así mismo modula elementos linfoides en general, encargado de la defensa del organismo. Provoca el aumento de las globulinas plasmáticas (anticuerpos), traduciéndose al reforzamiento del sistema inmunitario del paciente (Bayer, 2003). El sistema esquelético de los mamíferos contiene un sistema especializado compuesto por vasos sanguíneos, que juega un papel importante en la regulación de los tejidos que lo rodean; además está relacionado funcionalmente con la formación de hueso y hematopoyesis (Wang, 2013). La hematopoyesis es el proceso mediante el cual las células sanguíneas son producidas a partir de las células madre hematopoyéticas, que pueden dar como resultado otra célula madre (por mitosis "self-renewal") u otra célula con un potencial de desarrollo más limitado (Wickrema, 2013), que llevan a precursores y células sanguíneas maduras e inmaduras; este proceso está regulado por señales intrínsecas y extrínsecas. Las células hematopoyéticas están categorizadas en mieloides (basófilos, eosinófilos, neutrófilos, eritrocitos, monocitos y plaquetas) y linfoides (linfocitos B, células natural killer y varios tipos de linfocitos T; éstas últimas pueden ser producidas de manera extramedular) (Figura 1) (Thiriet, 2013).
SISTEMA INMUNE El sistema inmune está compuesto por las barreras físicas, la inmunidad innata y la inmunidad adaptativa (Kennedy, 2010). La inmunidad innata de los mamíferos está compuesta por un grupo de subsistemas que trabajan a través de diferentes mecanismos a partir de células y moléculas, que tienen como objetivo detectar invasores fagocitarios, matar células infectadas, bloquear el crecimiento bacteriano, prevenir que se dispersen, y movilizar anticuerpos; se debe tener en cuenta que esta parte del sistema inmune siempre está activa y es inespecífica (Wickrema, 2013), es la inmunidad con la que el paciente nace (Kennedy, 2010), mientras que la inmunidad adaptativa requiere un estímulo previo para ser activada (Tabla 1); ésta toma varios días o semanas para volverse efectiva, sin embar1 2
Figura 1. Hematopoyesis con enfoque en la línea gra nulocítica y monocítica (Thiriet, 2013)
Profesor Farmacología y Toxicología Universidad de La Salle - Facultad de Ciencias Agropecuarias Profesor Universidad de La Salle - Facultad de Ciencias Agropecuarias
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go, una vez se ha establecido, se vuelve altamente efectiva. La ausencia de inmunidad adaptativa lleva inevitablemente a infecciones incontroladas y a la muerte (Tizard, 2013). INMUNIDAD INNATA "always on"
leucina 2 y median la respuesta inmune adaptativa e innata (Bedi, 2014). El sistema de complemento es el mayor sistema de defensa innato; está comINMUNIDAD ADAPTATIVA (activada por antígenos)
CÉLULAS
Macrófagos, células dendríticas, Linfocitos T y B neutrófilos y células natural killer.
TIEMPO DE RESPUESTA
Rápido (minutos a horas)
Lento (días a semanas)
ESPECIFICIDAD Estructuras microbianas comunes Antígeons únicos MEMORIA
Ninguna
Significativa
EFECTIVIDAD
No mejora
Mejíogreancoon la exposición al ant
Tabla 1. Comparación entre la Inmunidad adaptativa y la Inmunidad innata (Tizard, 2013)
Los neutrófilos, eosinófilos y basófilos son de tipo granulocítico (Kennedy, 2010). Los neutrófilos son granulocitos fagocitos polimorfonucleares que juegan un papel fundamental en el sistema inmune innato y es el leucocito predominante en circulación, producidos en la medula ósea a partir de la línea mieloide, junto con los eosinófilos y basófilos (Schnelle, 2012). Los neutrófilos son la primera línea celular que migra al lugar de infección o inflamación para eliminar el agente y el tejido necrótico, activan diferentes mecanismos de defensa que promueven la fagocitosis, la degradación intercelular, descarga extracelular de factores antimicrobianos y la formación de trampas extracelulares de neutrófilos (NETs); también liberan citocinas para hacer quimiotaxis de monocitos. A pesar de que los neutrófilos están incluidos dentro de la inmunidad innata, se sabe que también son capaces de influenciar la inmunidad adaptativa y favorecer la producción de inmunoglobulinas (Puga, 2012). Los monocitos son la célula centinela más importante, son capaces de capturar y destruir a los invasores y de secretar gran cantidad de citocinas; son fagocitos que se encuentran en circulación, denominados macrófagos cuando se encuentran en otros tejidos (Kennedy, 2010) Las células dendríticas son el segundo grupo centinela más importante, son una población heterogénea altamente relacionadas o derivadas de macrófagos (Tizard, 2013); son una fuente importante de inter-
puesto por un grupo de proteínas que viajan de manera libre en el torrente sanguíneo y pueden alcanzar rápidamente el lugar donde se está presentando una invasión y reaccionan directamente frente a diferentes antígenos (Purbasari, 2012), protege contra infecciones y además es capaz de regular la respuesta inflamatoria, remover células alteradas o dañadas, enviar señales de "peligro" a los tejidos y regular la respuesta inmune adaptativa; también está relacionada con la depuración de inmuno-complejos, angiogénesis, movilización de células madre, regeneración de tejidos y metabolismo lipídico; las tres vías del sistema de complemento son la clásica, lectina y alternativa (Tizard, 2013). Los linfocitos son fundamentales para la inmunidad adaptativa, son el único tipo de célula que posee especificidad, diversidad para reconocer antígenos y memoria (Kennedy, 2010). Existen 2 tipos principales que son las células natural killer (importantes en la inmunidad innata): los linfocitos T que regulan la inmunidad adaptativa, su intensidad y el tipo de respuesta, y son responsables de las respuestas inmunes mediadas por células, y los linfocitos B, productores de inmunoglobulinas neutralizantes, inducen citotoxicidad dependiente de anticuerpos mediada por células y activan el sistema de complemento (Wickrema, 2009). Las células del sistema inmune son capaces de sintetizar gran cantidad de proteínas; éstas proteínas se denominan citocinas, son mensajeros intercelulares similares a hormonas (Hone, 2007). En
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este grupo se encuentran las linfocinas, interferones, factores estimuladores de colonias y las quemocinas; son producidas en respuesta a diferentes estímulos y actúan de diferentes maneras y sobre varios tipos de células, pueden unirse al receptor de la célula que lo produjo y actuar de manera autocrina, actuar sobre células cercanas de manera paracrina, o pueden dispersarse en el cuerpo y actuar en células lejanas de manera endocrina (Jun, 2011). Son proteínas de corta vida, con receptores y estructuras altamente diversos, que afectan diferentes tipos de células reguladas de manera cuidadosa, y tóxicas en altas dosis (Tizard, 2013). La inmunoterapia incluye cualquier tratamiento que altere el sistema inmune, como por ejemplo los inmunoestimulantes que buscan restaurar la función normal del sistema inmune, modificando la respuesta de las células inmunocompetentes a través de citocinas u otros mecanismos (Greene, 2012). Existen inmunoterapéuticos específicos y no específicos; éstos últimos estimulan la inmunidad de manera general (Biller, 2007). Los inmunomoduladores, inmunoestimulantes y la inmunoterapia son herramientas importantes en medicina veterinaria. Es un campo que está evolucionando rápidamente y en el que cada día hay nuevos productos y estudios controlados para determinar su efectividad; además de esto hay una gran cantidad de compuestos naturales de los cuales se ha reportado que tienen capacidad de impactar el sistema inmune; sin embargo, muchos de estos productos no tienen información científica que respalde sus capacidades (Thacker, 2010). En cáncer la meta de la inmunoterapia inespecífica es estimular la inmunidad innata y adaptativa para realizar reconocimiento de las células malignas y atacarlas, permitiendo una mejor desempeño de las células presentadoras de antígeno y de los linfocitos B y T (Biller, 2007). Los inmunoestimulantes pueden ser útiles de dos grandes formas en pacientes con cáncer: la primera es la inmunoterapia como tal, atacando directamente las células tumorales, y la segunda es permitiendo tratar efectos secundarios de otros fármacos, por ejemplo mielosupresión a causa de la quimioterapia.
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Existen gran cantidad de compuestos inmunoestimulantes: El l IFN- w de origen felino, altamente efectivo, presenta acción antiviral, antitumoral y antiproliferativa. Los factores de crecimiento hematopoyéticos son glicoproteínas que afectan el crecimiento y la diferenciación de las células sanguíneas. Algunos factores de origen canino y felino han sido clonados pero aún no se encuentran disponibles en el mercado. Los factores de origen humano sí están disponibles; sin embargo, el tratamiento por tiempo prolongado puede estimular la producción de anticuerpos en contra de estos productos (Greene, 2012). La Interleucina 1 (IL-1) se ha reportado en humanos que aumenta la celularidad de la médula ósea, mejora el ciclo celular y acelera la recuperación de los neutrófilos y plaquetas, después de la administración de quimioterapéuticos; sin embargo, puede presentar varios efectos adversos como hipotensión, fiebre y cefaleas (Qian, 2013); también se encuentra el Filgrastim: factor estimulador de colonias granulocíticas; Sargramostim: factor estimulante de colonias granulocíticas y macrófagos, Eritropoyetina (EPO), Interleucina 2 (IL-2) e Interleucina 8 (IL-8) (Greene, 2012). Los inmunoestimulantes no específicos son aquellos que inducen la síntesis de interferones y otras citocinas. Muchos microorganismos y macromoléculas son capaces de generar esta reacción. Su efecto generalmente dura 1 semana, por tal razón deben ser administrados varias veces para que sea útil clínicamente; los intervalos no deben ser menores a 2 semanas, ya que esto puede afectar la inducción de la producción de interferones (Greene, 2012). Una amplia variedad de bacterias se han utilizado como inmunoestimulantes, probablemente estas se unen y estimulan uno o más receptores tipo Toll (TLR), activando así a los macrófagos y células dendríticas, y estimulando la síntesis de citocinas; el más potente de estos inmunoestimulantes es el bacilo Calmette Guérin (BCG), que es el extracto atenuado de Mycobacterium bovis , el muramil dipéptido (MDP) que es un glucopéptido derivado también de las microbacterias que aumenta la producción de anticuerpos, tiene rápida excreción por orina, por lo que su actividad biológica aumenta incorporándolo en el interior de
liposomas (Tizard, 2009). La proteína A estafilocócica que es un polipéptido bacteriano producto de las células de la pared del S. aureus , capaz de activar la cascada de complemento, las células T, las natural killer, y la producción de IFN y otros inductores no específicos. Otros son el extracto de Serratia marcescens , Parapoxvirus avis y Parapoxvirus ovis inactivados, el ácido poliriboinosinico:poliribocitidilico (poli I-C) y el acemanano, que es un carbohidrato derivado del aloe vera (Greene, 2012); también está el inmunomodulador de linfocitos T (LTCI), proteína obtenida de las células epiteliales del timo, que es capaz de aumentar el número de linfocitos y la interleucina 2 (Thacker, 2010). En algunas enfermedades infecciosas aplicar estos productos en animales que ya están infectados, puede generar un efecto negativo ya que pueden favorecer la replicación viral (en VIH y posiblemente en FIV, virus de la inmunodeficiencia felina) (Tizard, 2009). Otros fármacos con capacidad inmunomoduladora son: El levamisol, que estimula de manera no especifica la respuesta inmune mediada por células mononucleares a fagocitosis, quimiotaxis y destrucción intracelular de bacterias; sin embargo, posee alta toxicidad (Greene, 2012), sus efectos son mayores en animales con las funciones de los linfocitos T deprimidas y tiene efecto escaso en el sistema inmune de los animales sanos (Tizard, 2009). La dietilcarbamazina, aunque presenta severos efectos secundarios como toxicidad hepática, la cimetidina, la lactoferrina, inmunoestimulante proliprenil, liposomas y nosodes (Greene, 2012). Algunas vitaminas (A, D, E) juegan un papel importante dentro del funcionamiento del sistema inmune (Tizard, 2013). Algunos productos naturales son el Gingseng asiático (Panax Gingseng ), Gingseng americano (Panax quinquefolius), Eleuthero (Eleutherococcus senticosis ) y Ashwagandha (Withania somnifera ). La Echinacea (Echinacea spp ) es una de las plantas más reconocidas; en humanos se ha reportado que es capaz de estimular la actividad fagocítica, promover varias citocinas y mejorar la actividad de las células natural killer; también existen varios hongos medicinales como el Shitake (Lentinula edodes ) o el Reishi (Ganoderma lucidum ) (Thacker, 2010).
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QUIMIOTERAPIA Los quimioterapéuticos son el abordaje principal para tratar neoplasias malignas de tipo sistémico o metastásicas. En cuanto a los efectos secundarios, los protocolos en medicina veterinaria modifican dosis e intensidad con el fin de reducir los efectos adversos de los productos; su toxicidad está relacionada con la dosis y generalmente los efectos adversos suceden en tejidos que requieren replicación constante (Bonagura, 2009). La toxicidad hematológica está dada debido a que la médula ósea posee una fracción de células en mitosis y crecimiento muy alta (40-60%) y por esta razón son altamente susceptibles a la quimioterapia (Couto, 2009); la mayoría de los quimioterapéuticos tienen el potencial de producir mielosupresión (Villalobos, 2007), puede haber anemia, rara vez significativa y difícil de diferenciar de la anemia inducida por el proceso neoplásico (Morris, 2001), y generalmente se da 3-4 meses después de haber iniciado la terapia (Couto, 2009); trombocitopenia que casi nunca es tan severa como para producir hemorragias espontáneas (Morris, 2001) y neutropenia, que es la alteración más común; a pesar de esto, la mayoría de los pacientes que presentan mielosupresión no presentan signos clínicos (Bonagura, 2009). Existen varios mecanismos por los cuales los quimioterapéuticos logran causar mielosupresión, alteran la mitosis celular, inhiben el DNA, el RNA y la síntesis de proteínas, además de otros mecanismos desconocidos (Schnelle, 2012). La neutropenia es una razón suficiente para retrasar la administración de un fármaco que es mielosupresor, en general conteos menores a 3000 células/ L, requiere un retraso de la quimioterapia de algunos días hasta 1 semana; si a la semana el cuadro hemático no muestra mejoría, será necesario reducir la dosis, con el fin de poder continuar la quimioterapia y no afectar los intervalos de administración de los fármacos (Bonagura, 2009), y conteos menores a 1000/ L ponen al paciente en alto riesgo de sufrir sepsis; el tratamiento indicado en estos pacientes incluye fluidoterapia, antibióticos de amplio espectro, corrección de electrolitos e inmunoestimulantes (Vi-
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gura, 2009), y conteos menores a 1000/mL ponen al paciente en alto riesgo de sufrir sepsis; el tratamiento indicado en estos pacientes incluye fluidoterapia, antibióticos de amplio espectro, corrección de electrolitos e inmunoestimulantes (Villalobos, 2007). El tratamiento con estimuladores de los neutrófilos no tóxicos puede ayudar a prevenir neutropenias inducidas por quimioterapia (Yamamoto, 2011).
cerrar completamente la herida (Gulcelik, 2006). La trombocitopenia rara vez causa signos clínicos, aunque conteos menores a 50.000/mL aumentan el riesgo de sangrado; el nadir de las plaquetas ocurre más tarde que el nadir de los neutrófilos (Bonagura, 2009).
La inmunosupresión mediada por corticosteroides se da de la siguiente manera: NADIR ESPERADO estos fármacos ingresan directamente 7-10 días dentro de la célula, donde se une a los 21 días en perros, 28 días en gatos (pue receptores en el citosol, luego son transde variar significati- portados al núcleo donde se estimula la síntesis de IkBa (Inhibidor del factor nuvamente) clear potenciador de las cadenas ligeras 7-10 días kappa de las células B activas NF-kB), que 7-10 días inhibe el NF-kB. En una célula inactiva el 5-7 días NF-kB tampoco se encuentra activo. 5-7 días Cuando un linfocito es estimulado, las dos 7-14 días (puede ser el doble, reportado moléculas se disocian, la IkBa es degradada por proteosomas y la NF-kB se movien perros) liza al núcleo y activa genes involucrados 10-14 días con la inflamación y respuesta inmune. Los Tabla 2. Nadir esperado de neutropenia corticosteroides estimulan de una manera para agentes citotóxicos utilizados exagerada la producción de IkBa lo que comúnmente (Withrow, 2013) genera la supresión inmune e inflamatoria (Tizard, 2013). Fármacos con alta capacidad de mielosupresión son la doxorubicina, la ciclofosfaEFECTO DE LOS CORTICOSTEROIDES mida y la lomustina (Moore, 2003); fármaEN EL SISTEMA INMUNE cos como el carboplatino y el cisplatino son NEUTRÓFILOS: capaces de generar trombocitopenia. La - Neutrofilia vincristina, el clorambucilo, citarabina, da- Disminución en: la quimiotaxis, margicarbacina y melfalan pueden generar mienación, fagocitosis actividad bactericilosupresión moderada (Villalobos, 2007). da, citotoxicidad dependiente de anticuerpos. Se ha planteado la posibilidad de utilizar - Estabilización de membranas e inhibifactor estimulador de colonias granulocíción de la fosfolipasa A2 ticas en pacientes con neutropenias se MACRÓFAGOS: veras, sin embargo los pacientes que se - Disminución de: la quimiotaxis, fagociencuentran en este estado presentan tosis actividad bactericida, producción niveles endógenos elevados del factor de IL-1 e IL-6, procesamiento de estimulador, por lo cual su administración antígenos. no será útil; se recomienda su uso en el LINFOCITOS: caso de pacientes que han recibido sobre- Disminución de: proliferación, respudosificación de quimioterapéuticos (Bonaesta de células T, producción de IL-2, gura, 2009). También ha sido utilizado producción de linfocinas. para estimular la cicatrización en heridas INMUNOGLOBULINAS: dérmicas a nivel local, y su efectividad ha - Disminución mínima sido comprobada en diferentes estudios; SISTEMA DE COMPLEMENTO: su administración en infecciones subcu- No se afecta táneas alrededor de la herida, incubación Tabla 3. Efecto de los corticosteroides en el de injertos de piel y aplicación tópica con sistema inmune (Tizard, 2013) agua estéril, induce cicatrización rápida y La neutrofilia causada por los corticosteminimiza el tiempo que toma el tejido en FÁRMACO Ciclofosfamida Lomustina Doxorubicina Mitoxantrona Vincristina Vinblastina Cisplatino Carboplatino
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roides está relacionada con un aumento en la adherencia de los neutrófilos al endotelio vascular y reducción de la migración de los mismos hacia tejido inflamatorio (Tizard, 2013). EFECTO INMUNOSUPRESOR DEL PARVOVIRUS CANINO Es un pequeño virus con una sola hebra de ADN. El CPV emergió en 1978 y fue denominado CPV-2, para distinguirlo de MVC o CPV-1, responsable de muertes neonatales en cachorros. Es incierto el origen de CPV-2, aunque existe una hipótesis que derivó del virus de panleucopenia felina (FPV) o de los FPV- like provenientes de carnívoros salvajes. CPV-2 pertenece a la familia Parvoviridae, sufriendo una rápida evolución, apareciendo nuevas variantes virales denominadas CPV-2a, CPV-2b. Los nuevos virus son los que actualmente se están encontrando en los caninos, con distribución mundial (Hoelzery Parrish, 2010). En el 2000 surgió una nueva variante en Europa, denominándose CPV-2c (Buona-voglia y col., 2001). Se han descrito nuevos hallazgos clínicos y hematológicos en perros infectados con la enfermedad. Los signos que cursan los animales infectados son: anorexia, letargia, vómitos, diarreas mucoides a hemorrágicas (Moon y col., 2008), siendo los signos de la enfermedad más severos en las nuevas variantes (Decaro y col., 2007). Dado todo el cuadro clínico del paciente, se dice que la respuesta inmune que se da es de tipo humoral, siendo los anticuerpos capaces de neutralizar la mayoría de las partículas virales. Los anticuerpos son los que proporcionan la protección contra la enfermedad; gracias a la inmunidad materna mediada por éstos, son eficientes para proporcionar protección contra el parvovirus en las primeras semanas de vida del cachorro, por lo que la enfermedad ocurre en animales jóvenes, después que los anticuerpos maternos disminuyen, presentándose en muchos casos la enfermedad cuando el animal ha estado en contacto con el virus (Hoelzery Parrish, 2010). Patogenia Después de una exposición oronasal al parvovirus canino, ocurre una replicación en los nódulos linfáticos regionales de la
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faringe y de las amígdalas; se desarrolla una viremia tempranamente el primero o segundo día después de la infección, aunque se eleva de tres a cuatro días posteriores. Al tercer día se infectan otros tejidos linfoides (timo, nódulos mesentéricos y médula ósea), y al cuarto día puede ser posible detectar el virus en las células epiteliales del intestino, pulmones, bazo, hígado, riñones y miocardio. El parvovirus depende de las células en división para replicarse; las células que se infectan mueren, observándose pérdida de células en los tejidos en altas tasas de multiplicación, células cripticas del intestino delgado, tejidos linfáticos, medula ósea y células miocárdicas en cachorros (Hoskins, 2000). La excreción activa del virus en las heces se presenta al día tres después de la infección y los signos clínicos aparecen alrededor del sexto día. Suponiendo que no ocurra la muerte, la recuperación se inicia alrededor del décimo día con la producción de altos niveles de anticuerpos IgM e IgG, disminuyendo los signos clínicos. Según la experiencia en clínica, los animales que se recuperan empiezan a disminuir los signos a partir del 6º día. Después de la recuperación clínica, el virus se elimina por las heces alrededor de dos semanas. Aunque la inmunidad humoral tiene un papel importante en la recuperación de la enfermedad, la inmunidad superficial (IgA secretoria) tiene importancia en la reducción de la eliminación del virus (Hoskins, 2003; Greene, 2008). Cambios hematológicos Al comienzo solo se exhibe hematológicamente una leucopenia, pero recuentos leucocitarios seriados en los días posteriores detectan una leucopenia de moderada a marcada en la mayoría de los casos; existe una neutropenia y linfopenia. La gravedad de la leucopenia puede corresponder a los signos clínicos. A los 2 y 5 días después de la presentación se observa una anemia leve e hipoproteinemia. La convalecencia se asocia con la leucocitosis (Hoskins, 2000; Kenneth et al., 2003). El efecto de la infección de CPV-2 sobre la medula ósea, causa una necrólisis de las células mieloides y de las células eritroides. Se observan efectos sobre los índices de glóbulos rojos, aunque puede producirse una anemia debido a la
pérdida de sangre por el tracto gastrointestinal. Los recuentos de leucocitos reflejan disminución periférica y destrucción mieloide. En casos graves se observa una reducción progresiva de la cantidad de leucocitosis del 3º al 5º día después de la infección. Durante la recuperación, la leucocitosis con aumento de neutrófilos, es con frecuencia indicativa de un resultado final positivo al tratamiento (Hoskins, 2000). La fase aguda de la enfermedad comienza con depresión, vómitos y diarreas (Ettinger, 2007). El virus invade las células epiteliales en división activa de las criptas del intestino delgado; la pérdida de células en este tejido conduce a un acortamiento de las vellosidades y la reducción de la capacidad de absorción y digestión, que da paso a la diarrea, lo cual produce una intensa hemorragia en la luz intestinal en los cachorros afectados (Flores, 2008). La enfermedad destruye los precursores con actividad mitótica de las células linfáticas y leucocitos circulantes. La destrucción de los tejidos linfoides de la mucosa intestinal y los ganglios linfáticos mesentéricos contribuye a una inmunosupresión del animal, lo que permite la proliferación de las bacterias gram negativas: Salmonella spp y Escherichia coli, o parásitos oportunistas como coccidias, giardias, helmintos y céstodos (Honskinks, 2009). La invasión secundaria de los tejidos intestinales dañados puede presentar una endotoxemia o coagulación intravascular diseminada. La leucopenia y neutropenia de la línea blanca pueden reflejar tanto infección de la medula ósea, como sepsis; debido a la pérdida de sangre entérica pueden desarrollar anemia o hipoproteinemia que puede ser consecuencia de hipoalbuminemia, o ambas.
de la permeabilidad de algunos vasos sanguíneos, lo que favorece y acelera la corrección de procesos inflamatorios. El ácido yatrénico posee así mismo un efecto antiséptico. Por otra parte la aplicación parenteral de sustancias proteínicas como la caseína, ejerce un efecto de leucocitosis con un aumento de células circulantes; modifica la fórmula leucocitaria a favor de los monocitos y una modulación de elementos linfoides; además provoca el aumento de las globulinas plasmáticas, interviene en la activación de las células T y favorece el reconocimiento de los agentes infecciosos. Otros mecanismos de defensa que se activan con esta combinación son: el interferón, la producción de diferentes tipos de células (como las células natural killer) y producción de interleucinas.
ÁCIDO YATRÉNICO-CASEÍNA
Existen reportes de 1922 donde el Doctor Hans Michael explica que el ácido yatrénico es un compuesto con un fuerte poder bactericida, que se utilizaba en el tratamiento de la difteria, infecciones del tracto genital de las mujeres y alteraciones de garganta y nariz. También describía su utilización para el tratamiento de heridas quirúrgicas y procesos sépticos. El doctor Balkhausen habla de los efectos inmunoestimulantes que ofrecía el producto en pacientes que se encontraban postrados; en 1923 el Doctor Victor Carl reportaba el uso de ácido yatrénico en pacientes con neumonías postoperatorias; luego el Doctor Carl Lewin reporta la capacidad que tiene el ácido yatrénico, y el ácido yatrénico combinado con caseína para estimular la producción de glóbulos blancos; también narra cómo el producto yatren casein era capaz de retrasar el crecimiento tumoral en ratones que habían sido inoculados con células tumorales.
La combinación de ácido yatrénico (compuesto de yodo orgánico) y la caseína pura libre de protoalbumosas, tiene la capacidad de generar estos beneficios; es un inmunoestimulante no específico. El ácido yatrénico posee múltiples propiedades, ya que estimula los leucocitos y el sistema linfático en general encargado de las defensas del organismo. Provoca además un moderado descenso de la presión arterial con dilatación y aumento
En 1926 el Doctor W.H. Lamberts describe al producto como una molécula útil para tratar una de las enfermedades tropicales más importantes de la época, la disentería amebiana, sobretodo en su presentación crónica; lo describe como un producto no tóxico, incapaz de producir hemólisis, sin afectar la capacidad fagocítica de los leucocitos; todo lo contrario, es capaz de estimular la inmunidad del cuerpo.
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Parker et al., en 1984 reportaron que el hexapéptido correspondiente al fragmento 54-59 de la caseína humana, poseía una capacidad inmunoestimulante fuerte, incluyendo la resistencia a cierto tipo de infecciones bacterianas. En el 2009 Puri et al., comprobaron que realizando modificaciones de ese hexapéptido es posible generar inmunoestimulantes más
fuertes, sobre todo con acción en macrófagos y linfocitos T. El ácido yatrénico se aplica por inyección, ya sea en el sitio de la afección (local), parenteral, intramuscular o subcutánea, para obtener un efecto general. Puede producir una leve inflamación en el sitio de la aplicación, la cual cede rápida-
mente. Con el fin de obtener mejores resultados como inductor de parainmunidad, se recomienda la aplicación subcutánea o intramuscular cada 7 días o 15 días. No debe ser utilizado por vía intravenosa. En procesos inflamatorios se sugieren dosis crecientes con intervalos de 5 días.
CONCLUSIONES No solamente se usó el ácido yatrénico para controlar la leucopenia de animales en quimioterapia, también fue usado éste producto en varios pacientes con parvovirus canino como tratamiento coadyuvante para el sistema inmune de los pacientes obteniendo una respuesta satisfactoria en el 100% de los casos. La dosis usada fue de 1 ml/5Kg durante 3 días consecutivos; al tercer día se realizó un cuadro hemático como contramuestra del primero, mostrándonos cómo las leucopenias retornan a sus rangos normales. Resultado dado gracias a sus componentes que actúan como bioestimulante e inductor de inmunidad, estimulando la leucocitosis y el sistema linfático. La presente revisión la integran 49 referencias.
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EL MASTOCITOMA FELINO REVISIÓN DE LITERATURA Iovana Clarena Castellanos Londoño - DMV, MCV, Esp.
INTRODUCCIÓN El cáncer de piel en los gatos es muy común después de las neoplasias del tejido linfoide; su potencial de malignidad es mayor que en los perros, y su presentación es diferente (Sue, 2006). En los gatos, los mastocitomas son menos comunes que en los perros y la forma visceral es más frecuente (Whithrow & Vail, 2009). Por este motivo se debe tener en cuenta que la presentación clínica, el diagnóstico histopatológico, el pronóstico y el tratamiento del mastocitoma felino es diferente al mastocitoma canino, por lo cual a continuación se describen los aspectos más relevantes de esta neoplasia en gatos. En los felinos la edad al momento del diagnóstico varía con el tipo de mastocitoma y su localización; en promedio varía entre 8.6 y 11 años, aunque existe una forma de mastocitoma cutáneo que afecta gatos jóvenes, menores de 4 años; el gato Siamés tiene predisposición por raza. En un estudio, los machos tuvieron predilección; sin embargo, esto no se ha soportado en estudios posteriores (Henry & Herrera, 2013). La etiología es desconocida y aunque se han reconocido estructuras virales, no se ha encontrado relación con los virus de leucemia viral felina ni con peritonitis infecciosa felina (Govier, 2003), pero se reporta la asociación con el síndrome de inmunodeficiencia viral felina (Nesbitt & Ackerman, 2001; Gross et al., 2005). Los mastocitomas en el gato son comúnmente vistos en la cabeza, el cuello y el tronco. Pueden ser simples o múltiples, nodulares o placas similares al granuloma eosinofílico felino (Sue, 2006). En los gatos, el mastocitoma es la neoplasia más frecuente en el bazo, el segundo más frecuente en la piel y el tercero en el intestino (Henry & Herrera, 2013). Existen dos formas reconocidas: la forma visceral y la cutánea. Los tumores cutáneos son generalmente solitarios o múltiples. Se ha reportado la variante multicéntrico, en el gato siamés y estos tumores pueden regresar espontáneamente sin terapia (Warland & Dobson, 2011).
LOS MASTOCITOS
PRESENTACIÓN CLÍNICA
Los mastocitos son células que se originan en la médula ósea y migran a las mucosas y a la piel; contienen gránulos en el citoplasma que tiñen débilmente con la coloración de rutina Hematoxilina-Eosina, pero se hacen evidentes con coloraciones como el Azul de toluidina y Giemsa. En la piel se encuentran alrededor de los vasos sanguíneos donde son responsables de las reacciones alérgicas por la liberación de sustancias vasoactivas (Scott et al., 2001). La presencia de histamina y serotonina en los gránulos citoplasmáticos de los mastocitos son responsables del prurito, la ulceración, la hemorragia, las reacciones anafilácticas y de los signos gastrointestinales como el vómito y la melena (Whithrow & Vail, 2009). A diferencia de los perros, los gránulos de los mastocitos no se colorean tan fuertemente. Las células están acompañadas de eosinófilos y se debe diferenciar con el granuloma eosinofílico felino; por esta razón se recomienda el uso de la biopsia para diferenciar las dos condiciones (Sue, 2006).
Generalmente se presentan dos formas: cutánea y visceral. La forma cutánea se caracteriza por la presencia de masas firmes que se describen como pápulas, placas o nódulos en la piel. La superficie de la epidermis es generalmente alopécica y rosada. La ulceración es frecuente en lesiones de gran tamaño. Generalmente, los pacientes son asintomáticos. La presentación cutánea puede clasificarse en dos categorías histopatológicas: a) Histiocítico: Se presenta en los gatos siameses jóvenes. Usualmente múltiples, pero regresa espontáneamente en un periodo de 24 meses. El nombre se debe a la morfología de los mastocitos. b) Mastocítico: Es el más común y se observa en los gatos gerontes. Existen las formas compacta y difusa. Los compactos tienen bajo riesgo de metástasis y no son particularmente infiltrativos; además se pueden retirar quirúrgicamente; los difusos tienen mayor poten-
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Médica veterinaria, Magíster en Ciencias Veterinarias, Especialista en Anatomopatología Veterinaria. Docente. Centro de investigación CIMRA - Universidad de La Salle.
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cial metastásico y necesitan una excisión quirúrgica con amplios márgenes. La presentación visceral casi siempre afecta el bazo y en el 15-26% es la enfermedad esplénica del gato; puede ser primaria o secundaria. Otros sitios frecuentes incluyen el hígado, los linfonódulos y la cavidad nasal (Henry & Herrera, 2013). El mastocitoma intestinal es el tercer tumor más frecuente en el intestino de los gatos, después del linfoma y el carcinoma; afecta el intestino delgado, principalmente el yeyuno; macroscópicamente es una masa intramural que puede dar lugar a una intususcepción o a una perforación intestinal. Las úlceras son frecuentes por la liberación de histamina procedente de la degranulación de los mastocitos; los signos son inespecíficos, si se sitúan en el duodeno se presentan vómitos intermitentes, hematemesis, deshidratación, anorexia y pérdida de peso. En el caso que se sitúe en el intestino grueso puede ocurrir hematoquecia, disquecia, y tenesmo. En el caso de peritonitis o perforación intestinal, se observa dolor abdomi-
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nal, vómitos y fiebre (Marconato & Bettini, 2013). A la palpación abdominal se puede encontrar esplenomegalia, y en muchos casos se pueden observar efusiones pleural y peritoneal (Withrow & Vail, 2009). La forma atípica (mastocitoma histiocítico), ha sido descrita en gatos siameses de 6 meses de edad; ocurre en el 10-20% de todos los felinos y es más común en el gato joven (menores de 4 años de edad). Estos tumores son proliferación de mastocitos sin apariencia de gránulos en el citoplasma, lo que los confunde con histiocitos. Las lesiones son usualmente pequeñas masas subcutáneas o dérmicas profundas, no encapsuladas, que pueden ocurrir como un grupo de lesiones papulonodulares en la cabeza. Estas lesiones pueden regresar esporádicamente de 4-24 meses después del diagnóstico. La administración tópica o parenteral de corticosteroides, parece no alterar la enfermedad o favorecer la regresión (Henry & Herrera, 2013). Las metástasis particularmente del mastocitoma esplénico son más frecuentes en los gatos que en los perros. Los sitios más frecuentes de metástasis son el hígado, los linfonódulos viscerales, la médula ósea, el pulmón y el intestino. El mastocitoma intestinal también puede diseminarse al hígado y a los linfonódulos mesentéricos, y presenta peor pronóstico (Withrow & Vail, 2009). DIAGNÓSTICO Los gatos con mastocitoma visceral y aquellos con masas cutáneas, difusas o múltiples, que presenten anormalidades abdominales palpables, signos clínicos de enfermedad sistémica, o cuando el comportamiento clínico o histopatológico del tumor es atípico, deben ser estadificados clínicamente. Para este fin, se debe incluir el examen clínico completo, el hemograma el panel de química sanguínea, estudio de los factores de la coagulación y aspirado de médula ósea. Un tercio de los gatos con enfermedad diseminada presentan anemia. Cuando el bazo se encuentra involucrado, es frecuente ver eosinofilia (Sue, 2006). Las radiografías torácicas y las imágenes abdominales (radiografía y ultrasonografía) son de ayuda para documentar las efusiones pleurales o peritoneales, que se presentan en un tercio de los gatos con la enfermedad. El ul-
trasonido abdominal puede utilizarse para identificar organomegalia y guiar la aspiración con aguja fina de órganos con ecogenicidad anormal. Así mismo, el ultrasonido puede identificar enfermedades concurrentes que pueden alterar las decisiones terapéuticas, especialmente si la terapia para el tratamiento del mastocitoma es invasiva o costosa (Henry & Herrera, 2013). La citología por aspiración con aguja fina (AAF) a partir de masas cutáneas, toracocentesis y abdominocentesis, es diagnóstica. En el caso del mastocitoma histiocítico, se requiere tomar la biopsia (Withrow & Vail, 2009). Sin embargo, en todos los casos diagnosticados por citología se recomienda la confirmación histológica; el diagnóstico definitivo de la enfermedad se debe realizar con el examen histopatológico. CLASIFICACIÓN HISTOPATOLÓGICA Los mastocitomas en felinos se dividen histológicamente en dos formas: mastocítico y atípico (histiocítico). La forma mastocítica es la forma más común de las dos y se clasifica en bien diferenciado (previamente compacto) y pobremente diferenciado (pleomórfico o difuso). Los mastocitomas bien diferenciados son masas bien circunscritas, no encapsuladas y consisten en masas sólidas de cordones de células redondas con poca actividad mitósica. El infiltrado de eosinófilos es raro pero se observan agregados de linfocitos; el pleomorfismo nuclear es mínimo y las figuras mitósicas son escasas (Gross et al ., 2005). Los mastocitomas pobremente diferenciados se caracterizan por marcado pleomorfismo, presencia de células mononucleares como los eosinófilos y las células gigantes que infiltran la dermis (Henry & Herrera, 2013), el núcleo es grande y casi siempre excéntrico, la actividad mitósica es moderada o alta (Gross et al ., 2005). Los mastocitomas histiocíticos se caracterizan histológicamente por cordones de histiocitos; en estos tumores las células neoplásicas son grandes, poligonales o redondas, con abundante citoplasma rosado y núcleo hipocromático redondo, las mitosis son escasas y presentan agregados linfoide y eosinofílico, más numerosos que en el mastocitoma típico; inicialmente dan una apariencia de reacción inflamatoria (Meuten, 2002); sin embargo, debe tenerse en cuenta que la
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eosinofilia y la degeneración del colágeno que es tan frecuente en el mastocitoma canino, es muy raro en el gato (Scott et al ., 2001). Los mastocitomas bien diferenciados se pueden diagnosticar fácilmente con la coloración de rutina Hematoxilina-Eosina y la diferenciación con otras células redondas es sencilla; los mastocitomas poco diferenciados e histiocíticos requieren de coloraciones especiales metacromáticas (Giemsa, Azul de toluidina, Astral blue) y casi siempre son positivas (Meuten, 2002). El 60% de los mastocitomas felinos son del tipo histológico mastocítico bien diferenciado, mientras que el mastocítico pobremente diferenciado o pleomórfico, es menos común (28%) (Henry & Herrera, 2013). La técnica de inmunohistoquímica fue utilizada por Mallett et al ., (2014), para observar la expresión de histamina, serotonina y KIT, y demostraron que la histamina y la serotonina se expresan poco en los mastocitomas felinos y la expresión del KIT es más baja que la esperada; no se ha documentado la expresión de c-kit en mastocitomas esplénicos de gatos (Gross et al ., 2005); ante esta situación, se requiere hacer más estudios al respecto. ESTADIFICACIÓN CLÍNICA Según la clasificación de la OMS, los mastocitomas en felinos se pueden estadificar clínicamente así (Henry & Herrera, 2013):
Estadío 0: Un tumor completamente extirpado de la piel. Estadío I: Un tumor confinado a la piel. No está involucrado el ganglio regional. Estadío II: Un tumor confinado a la piel, pero con metástasis al ganglio linfático regional. Estadío III: Varios tumores o tumores grandes e infiltrativos, con o sin metástasis al ganglio linfático. Estadío IV: Cualquier tumor con propagación de la enfermedad. Subestadío a: Sin signos clínicos de enfermedad. Subestadío b: Con signos clínicos de enfermedad.
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DIAGNÓSTICOS DIFERENCIALES Las formas cutáneas macro y microscópicamente se deben diferenciar de síndrome eosinofílico felino, lesiones inflamatorias y de otras masas cutáneas de células redondas (Scott et al ., 2001). El mastocitoma histiocítico debe diferenciarse de linfomas no epiteliotrópicos, tumor de células plasmáticas, melanoma amelanocítico e histiocitosis dendrítica progresiva felina (Gross et al., 2005). La forma esplénica debe ser el analizada microscópicamente y se debe diferenciar de linfoma, hemangiosarcoma, enfermedad mieloproliferativa, bazo accesorio, nódulos hiperplásicos y esplenitis (Withrow & Vail, 2009). En la forma digestiva o alimentaria se debe considerar la enteritis eosinofílica por la presencia de eosinófilos, tejido conectivo y necrosis, el linfoma y el adenocarcinoma intestinal (Withrow & Vail, 2009). SÍNDROMES PARANEOPLÁSICOS Los mastocitomas se han asociado a varios síndromes paraneoplásicos en gatos. La anemia de enfermedad inflamatoria o anemia secundaria a ulceración gastrointestinal. Efusión pleural y peritoneal eosinofílica en enfermedad visceral. La eosinofilia debe ser considerada como síndrome paraneoplásico cuando se descarten otras causas como parasitismo, enfermedad alérgica, síndrome eosinofílico y leucemia eosinofílica y se debe considerar la enfermedad esplénica (Henry & Herrera, 2013). TRATAMIENTO 1. Cirugía: Es el tratamiento de elección en masas solitarias, que estén bien delimitadas, en estadíos clínicos I y II; como la mayoría de las masas son de comportamiento benigno, los márgenes amplios no son tan relevantes como en el caso de los perros, lo que facilita la cirugía cuando las masas se encuentran en la cabeza; sin embargo, el porcentaje de recidiva es aproximadamente del 22% y ocurre hacia los 6 meses (Withrow & Vail, 2009). Debe realizarse seguimiento postquirúrgico de rutina, cada 3 meses para volver a explorar el sitio de la cirugía y los ganglios linfáticos regio-
nales (Medleau & Hnilica, 2007). Se ha reportado que la esplenectomía produce la regresión espontánea de las lesiones metastásicas. En el caso de los mastocitomas intestinales, la cirugía es el método de elección realizando extirpación radical con 5-10 cm de margen en el tejido sano proximal y distal; en estos tumores, la supervivencia postquirúrgica es pobre (Marconato & Bettini, 2014). 2. Radioterapia: La radioterapia ha sido exitosa para los mastocitomas cutáneos no metastásicos, resecados incompletamente. En gatos con tumores múltiples o únicos sin evidencia de metástasis visceral, la irradiación con estroncio 90 es una alternativa a la cirugía (Henry & Herrera, 2013). La radioterapia puede alargar los intervalos sin enfermedad cuando los tumores no se eliminan del todo (Medleau & Hnilica, 2007). 3. Bloqueadores de histamina (Henry & Herrera, 2013): En todos los casos donde se diagnostique la enfermedad, se debe considerar el manejo médico con bloqueadores de histamina (bloqueadores H1 y H2) de las células parietales de la mucosa gástrica con el fin de disminuir la producción de ácido clorhídrico del estómago (Scott et al ., 2001). La famotidina y la difenhidramina pueden ser utilizadas inicialmente en gatos con diagnóstico citológico y se debe discontinuar cuando se haga la excisión quirúrgica. Los gatos con enfermedad visceral deben continuar con la medicación de por vida. 4. Quimioterapia: La necesidad de quimioterapia es cuestionable en muchos casos de mastocitoma felino, ya que no ha sido muy exitosa. Se ha utilizado prednisolona a 1 mg/Kg diariamente para múltiples masas de difícil resección; sin embargo, se debe tener en cuenta que se encuentra contraindicada en pacientes con esplenectomía por su efecto inmunomodulador. En los mastocitomas intestinales se ha reportado la quimioterapia con lomustina, un agente alquilante, vía oral a una dosis de 5060 mg/m2, promedio cada 4 semanas luego de las dos primeras dosis, si el
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comportamiento biológico es agresivo y/o con dificultad para establecer márgenes limpios, aunque se debe demostrar su beneficio; dentro de los efectos secundarios se debe tener en cuenta neutropenia y toxicidad pulmonar. Se ha utilizado vinblastina, ciclofosfamida, clorambucil y mecloroetamina, aunque no han sido concluyentes (Henry & Herrera, 2013). La vinblastina causa neutropenia y no se recomienda; sin embargo, algunos autores afirman que a una dosis de 1.5 mg/m2 o menos, podría ser bien tolerada y se podrá utilizar en el futuro (Sue, 2006). En general la quimioterapia tiene un valor limitado en la enfermedad diseminada; sin embargo, la lomustina, la vincristina y la vinblastina pueden ser parcialmente eficaces (Medleau & Hnilica, 2007). 5. Inhibidores de receptores de tirosinquinasa (Henry & Herrera, 2013): Estos son nuevos en el mercado y hasta el momento se están utilizando en perros. Se conocen dos en el mercado, el fostato de toceranib, utilizado en Estados Unidos, y el misitinib que recibió aprobación condicional en el 2012 (Garret, 2012). En gatos se requieren estudios para la indicación de su uso. 6. Agua desionizada (destilada) intralesional: Se utiliza en casos seleccionados de tumores no extirpables o que no se pueden retirar por completo, obteniendo resultados variables (Medleau & Hnilica, 2007). Es agua hiposmótica y oncolítica. Se inyecta dentro de los límites quirúrgicos después de la remoción quirúrgica de la masa. El porcentaje de recidiva de la utilización de la cirugía seguido de la aplicación del agua destilada, es del 26% (Scott et al ., 2001). PRONÓSTICO La clasificación histopatológica de Patnaik en el perro no proporciona información pronóstica en el gato (Withrow & Vail, 2009). El pronóstico de los mastocitomas cutáneos en los gatos es bueno y suelen ser benignos; en el caso de mastocitomas histiocíticos se ha reportado que regresan en forma espontánea entre 4 y 24 semanas (Medleau & Hnilica, 2007; Whithrow & Vail, 2009). En algunos reportes, los gatos
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con estadios I, II y III, rara vez mueren debido a su mastocitoma y pueden gozar de un largo tiempo de supervivencia. En el
caso de los mastocitomas del tracto gastrointestinal, el periodo de sobrevida es de 2 meses. Algunos gatos con evidencia de
enfermedad sistémica sobreviven en promedio entre 12 y 19 meses solamente con esplenectomía (Henry & Herrera, 2013).
CONCLUSIONES El mastocitoma felino es una neoplasia poco frecuente en el gato y puede afectar la piel, el bazo y el tracto gastrointestinal. El pronóstico depende de la localización anatómica, siendo benigna la presentación cutánea y maligna la presentación intestinal. De esta forma, se debe considerar que su comportamiento clínico y el tratamiento es diferente al mastocitoma canino; la clasificación histopatológica de los caninos no sirve de valor pronóstico en el gato, por lo cual se requieren más estudios al respecto, teniendo en cuenta las diferencias entre perros y gatos. De igual forma, es importante tener en cuenta que en el manejo terapéutico, la cirugía es el tratamiento de elección y los protocolos de quimioterapia descritos para el perro no están indicados para el gato. Es importante continuar investigando sobre el comportamiento de esta neoplasia en nuestro medio, donde es poco frecuente. BIBLIOGRAFÍA 1. GARRET, Laura. (2012). Diagnosis & ManagementCoafnine Mast Cell Tumors. Clinician´s Brief. Januar,ypp. 55-59. 2. GOVIER, Susanne M. (2003). Principles of Treatmtefnor Mast Cell Tumors. Clinical Techniques in Small Animal Practice, Vol. 18, No. 2 (May); pp.103106. 3. GROSS, Thelma Lee, IHRKE, Peter, WALDER, EmilyA&FFOLTER, Verena. (2005). Skin diseases of dog andcat. 2ª. Ed. Oxford: Blackwell Publising. 4. HENRY, Carolyn & HERRERA, Chamisa. (2013). Masetllctumors in cats. Clinical update and posible trtament avenues. Vo. 15, pp. 41-47. 5. MARCONATO, Laura & BETTINI, Giuliano. (2013).Turm eso intestinales felinos. Veterinary Focus. Vol. 2,3No. 2, pp. 39-45. 6. MALLETT, C. L., NORTHRUP, N. C. , SABA, C. F. ,ORDRIGUEZ, C. O, RASSNICK, K. M., GIEGER, T. L., CHILDRESS, M. O. AND HOWERTH, E. W. (2012). Immunohistochemical characterization of Feinle Mast Cell Tumors. Veterinary Pathology. Vol. 5,0No. 1, pp. 106-109. 7. MEDLEAU, Linda & HNILICA Keith. (2007). Dermatoglíoa de pequeños animales. Atlas en color y guía terapéutica. 2ª. ed. Madrid: Elsevier Saunders. 8. MEUTEN, Donald J. (2002). Tumors in domestic anailm s. Iowa State Press: A blackwell Publishing Compnay, p.45. 9. NESBITT, Gene & ACKERMAN, Lowell. (2001). Dermlaotgoía canina y felina. Diagnóstico y tratamiento. Buenos Aires: Intermédica editorial. 10. SABATTINI S. & BETTINI G. (2010). Pronostic Value of Histologic and Inmunohistochemical Features in Feline Cutaneous Mast Cell Tumors. Veterinary Pathology. Vol. 47, No. 4: pp. 643-653. 11. SUE, Murphy. (2006). Skin neoplasia in small am nials 2. Common feline tumours. In practice. Juniop,p. 320-326. 12. SCOTT, Danny, MILLER, William & GRIFFIN, Craig(2.001). Small Animal Dermatology. 6ª. Ed. Philadeplhia: W.B. Saunders company. 13. WARLAND, James & DOBSON, Jane. (2011). Canine adnfeline skin tumors. Veterinary Focus. Vol. 21, N.o3, pp. 34-41. 14. WITHROW, Stephen J. & VAIL, David. (2009). Oncooglía clínica de pequeños animales. Missouri: Elseveir, pp. 411-415.
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MANEJO
DEL PRURITO EN PEQUEÑOS ANIMALES
REVISIÓN DE LITERATURA Wendie Oriana Roldán Villalobos - DMV, Esp, MSc
RESUMEN El prurito es un signo clínico de suma importancia en dermatología veterinaria y por esta razón, es fundamental entender y conocer a profundidad sus diferentes orígenes. El diagnóstico en un paciente con prurito debe enfocarse en determinar su causa primaria, a través de un proceso ordenado y sistemático. El objetivo de este proceso será instaurar medidas terapéuticas individuales y efectivas a largo plazo, que mejoren la calidad de vida tanto del animal afectado como de sus propietarios.
INTRODUCCIÓN El prurito es una irritación incómoda de la piel que origina el deseo desmedido de rascarse. Para que se ejecute la acción del rascado deben interactuar dos factores: nivel de prurito y umbral prurítico. El nivel de prurito se define como la cantidad de estímulos pruriginosos que son necesarios para que ocurra una respuesta de rascado, dependiendo de si estos superan o no el umbral. El umbral prurítico por su parte, es el nivel de prurito a partir del cual se induce la necesidad de rascarse (Manzuc, 2008). El diagnóstico debe realizarse de una manera ordenada, descartando una a una las posibles causas del prurito. El primer paso de este proceso diagnóstico será lograr un "prurito limpio o residual", que es el que permanece luego de eliminar todos los factores identificados como desencadenantes del cuadro pruriginoso. En este punto se debe entonces definir la presencia de ectoparásitos, principalmente infestaciones por pulgas y ácaros como Sarcoptes, Cheyletiella, Otodectes y Notoedres, además de posibles contaminaciones bacterianas (Staphylococcus pseudointermedius) o por levaduras (Malassezia pachydermatis), con el fin de instaurar las terapias correspondientes. Al culminar esta primera fase, se obtienen datos importantes que le permiten al clínico determinar si la patología primaria es pruriginosa o no pruriginosa. El siguiente paso consiste en establecer la participación de los procesos alérgicos, que incluyen la dermatitis alérgica a picada de pulgas (DAPP), la alergia alimentaria y la dermatitis atópica (Manzuc, 2008). El manejo de las alergias incorpora medidas como un control estricto de pulgas, la implementación de dietas hipoalergénicas y el uso de corticosteroides, ciclosporina, tacrolimus, antihistamínicos, ácidos grasos esenciales y champús (antisépticos, antiseborreicos y/o hidratantes) (Olivry et al., 2010). Habiendo definido cuál es la causa primaria del prurito, puede plantearse un tratamiento integral que sea efectivo para cada caso específico.
GENERALIDADES DEL PRURITO El prurito se define como la sensación cutánea que origina la necesidad urgente de rascarse (Manzuc, 2008). Representa uno de los principales signos en dermatología veterinaria, no sólo porque afecta la calidad de vida tanto del paciente como del propietario, sino también porque logra dividir el espectro diagnóstico de una manera importante (Lucas, 2007). Para que se ejecute la acción de rascado, deben interactuar dos factores: el nivel de prurito y el umbral prurítico. El nivel de prurito se define como la cantidad de estímulos pruriginosos que son necesarios para desencadenar una respuesta de rascado, dependiendo de si estos superan o no el umbral. Ejemplos de estímulos pruriginosos incluyen contaminaciones bacterianas, por levaduras, ectoparásitos o procesos alérgicos. Varios estímulos pueden afectar a un mismo paciente. El umbral prurítico
es el nivel de prurito a partir del cual se induce la necesidad de rascarse. El cerebro tiene la capacidad de filtrar información sensorial y sensitiva intrascendente, lo cual evita que una mínima sensación cutánea o extracutánea genere una respuesta. En un animal con prurito, los estímulos pruriginosos son más intensos y llegan constantemente al encéfalo, impidiendo así que puedan ser filtrados y por tanto son capaces de producir una respuesta de rascado. Los estímulos pruriginosos se dividen en dos grupos: subumbrales, que son eliminados, y umbrales, que originan el rascado. El umbral prurítico suele ser variable, pudiendo estar alto, en cuyo caso requiere de estímulos muy intensos para generar una respuesta, o ser muy bajo, ocasionando rascado con estímulos leves. Existe cierta predisposición de algunas razas a presentar determinados umbrales pruríticos. Las razas miniatura como el yorkshire o el shitzu tienen por lo general un umbral bajo,
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mientras que razas gigantes como el bóxer o el rottweiler poseen un umbral más alto (Manzuc, 2008). Diversos factores físicos pueden aliviar o agravar un cuadro pruriginoso. Por ejemplo, el calor y la resequedad de la piel suelen exacerbar el prurito, mientras que el frío y la hidratación adecuada resultan beneficiosos para aliviar este signo clínico (Lucas, 2007). DIAGNÓSTICO Y MANEJO DEL PRURITO Para lograr un manejo acertado y duradero del prurito, es fundamental conocer a profundidad sus diferentes orígenes, teniendo en cuenta que cada paciente es diferente y que en muchos casos pueden hallarse diversos factores involucrados. El diagnóstico debe realizarse de una manera ordenada, descartando una a una estas posibles causas. El objetivo finalmente será instaurar medidas terapéuticas individuales y efectivas a largo plazo.
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Todas las patologías mencionadas a continuación son pruriginosas por sí mismas, es decir, se presenta un "prurito primario". Existen otras enfermedades que no son pruriginosas pero que favorecen el desarrollo de contaminaciones bacterianas secundarias, como seborreas primarias, endocrinopatías, dermatofitosis, demodico-sis, etc., apareciendo como resultado un "prurito secundario" (Manzuc, 2008).
severos las lesiones pueden ser generalizadas (Curtis, 2004). En muchas ocasiones puede presentarse un reflejo otopodal positivo (Mueller, 2001). El diagnóstico se basa en los signos clínicos y en pruebas complementarias como raspados de piel que logren demostrar la presencia de los ácaros y/o sus huevos (Curtis, 2004). Dentro de la terapia acaricida se consideran la ivermectina, 300 µg/Kg cada 2 semanas vía SC (2-3 dosis) o una vez por semana vía oral (4-6 dosis), la selamectina o la moxidectina, estas dos últimas en presentación spot on, una
animales jóvenes pueden ser más susceptibles. Se sugiere una mayor prevalencia en razas como el bóxer y el cocker spaniel. El nivel de prurito es variable y las lesiones se observan típicamente en el dorso. Estas incluyen eritema y descamación excesiva. En casos avanzados puede ocurrir dermatitis piotraumática. En gatos se presentan lesiones pápulo-costrosas (dermatitis miliar). Existen además portadores asintomáticos que deben ser tenidos en cuenta cuando se abordan casos de reinfestaciones o transmisiones zoonóticas. El diagnóstico se realiza a través de pruebas como la cinta adhesiva y raspados cutáneos superficiales que permiten la observación directa de los ácaros y/o sus huevos (Curtis, 2004). El tratamiento incluye el uso de ivermectina, 300 µg/Kg 3 dosis cada 2 semanas vía SC, o 8 dosis semanales vía oral (Paradis, 2013), además de los baños con amitraz (Curtis, 2004). 1.3 Otodectes spp.
El primer paso en el proceso diagnóstico de un cuadro pruriginoso es lograr un "prurito limpio o residual", que se define como el prurito que permanece luego de eliminar todos los factores identificados como desencadenantes de este signo. En este punto se debe entonces identificar la presencia de ectoparásitos, principalmente pulgas y ácaros, además de posibles contaminaciones bacterianas o por levaduras. Hasta este momento no se recomienda el uso de corticosteroides (Manzuc, 2008). 1. ECTOPARÁSITOS 1.1 Sarcoptes spp. La sarna sarcóptica es una enfermedad altamente contagiosa, pruriginosa, no estacional, causada por el ácaro excavador Sarcoptes scabiei. Se observa con mayor frecuencia en perros que en gatos. La transmisión ocurre por contacto directo con animales infestados. Los signos clínicos incluyen prurito intenso y lesiones pápulo-costrosas en la zona periocular, márgenes auriculares, codos, tarsos y adbomen, aunque en casos
aplicación cada 2 semanas totalizando 3 aplicaciones. No se recomienda utilizar ivermectina en razas sensibles como collies y sus cruces (Paradis, 2013). El uso de baños semanales de amitraz en solución al 0.025% es también una opción terapéutica, aunque cabe recordar que su uso es restringido en gatos, razas miniatura, estados de preñez y lactancia, y cachorros menores de 3 meses (Curtis, 2004). 1.2 Cheyletiella spp. La Cheyletelliosis es una dermatopatía contagiosa causada por ácaros que colonizan la superficie de la piel. La especie que se aísla con mayor frecuencia en perros es Cheyletiella yasguri, aunque otras como C. blakei y C. parasitovorax pueden estar también involucradas. Los humanos en contacto con animales infectados pueden desarrollar lesiones pruriginosas tipo pápulas en torso y brazos, que suelen ser transitorias. La Cheyletelliosis afecta a ambos sexos, y los
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La otocariosis es causada por Otodectes cynotis, un ácaro no excavador que coloniza la superficie de los canales auditivos tanto vertical como horizontal, en perros y gatos. Los animales infectados con O. cynotis desarrollan otitis externa con presencia de eritema y exudado ceruminoso de color café oscuro (Curtis, 2004). En algunos casos ocurren infestaciones ectópicas (cabeza, cuello, cola, tronco), cuando los ácaros logran migrar a otras zonas corporales (Scott et al., 1997). Los animales jóvenes suelen ser más susceptibles a la otocariosis, siendo menos frecuente en adultos por la adquisición de mayores niveles de inmunidad frente al ácaro (Curtis, 2004). El diagnóstico se confirma por la visualización del ácaro en la secreción (a simple vista, con lupa o con microscopía óptica a menor aumento), o en el raspado de las lesiones cutáneas, si las hay (Wolberg et al., 2008). El uso de ivermectina 300 µg/Kg, 2 dosis cada 2 semanas vía SC, o 3-4 dosis semanales vía oral, es recomendado como tratamiento (Paradis, 2013). Es importante el uso de productos ceruminolíticos para eliminar los exudados del canal auditivo (Curtis, 2004).
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1.4 Notoedres spp. La sarna notoédrica es una patología de la piel que afecta principalmente a felinos y es causada por el ácaro Notoedres cati (Ihrke, 2006). Se observan lesiones pápulocostrosas acompañadas de un prurito muy intenso, localizadas generalmente en cabeza y cuello aunque pueden extenderse a zonas corporales alejadas, como miembros posteriores o anteriores debido al contacto de estas áreas entre sí cuando el animal se rasca. Secundariamente se observa alopecia y excoriaciones de grado variable. Los hábitos del felino y su posibilidad de contacto con otros gatos son datos anamnésicos relevantes (Wolberg et al., 2008). Este tipo de sarna es altamente contagiosa en gatos y puede afectar ocasionalmente a perros y humanos (Ihrke, 2006). El diagnóstico definitivo se alcanza cuando se observan ácaros o huevos en el raspado cutáneo (Wolberg et al., 2008). La terapia con ivermectina 300 µg/Kg, 2-3 dosis cada 2 semanas vía SC, o 3-4 dosis semanales vía oral reporta buenos resultados (Paradis, 2013). 2. CONTAMINACIONES BACTERIANAS O POR LEVADURAS 2.1 Piodermas El pioderma es una infección bacteriana de la piel que representa una de las principales causas de enfermedad cutánea en perros (Yotti, 2010). El agente etiológico aislado con mayor frecuencia es el Staphylococcus pseudointermedius. Esta bacteria puede encontrarse en uniones mucocutáneas de nariz, boca y zona perianal, en condiciones normales (Balazs, 2012). Ocasionalmente puede aislarse flora gram negativa (Proteus spp, Pseudomona spp y Escherichia coli), acompañando a S. pseudointermedius, sobre todo en piodermas profundos, crónicos o recidivantes (Yotti, 2010). La gran mayoría de los piodermas en el perro son secundarios a una patología subyacente (Balazs, 2012). Los piodermas se clasifican según su profundidad en pseudopioderma, pioderma superficial y pioderma profundo (Ihrke, 1996). El diagnóstico debe basarse en la historia, los signos clínicos y pruebas complementarias principalmente la citología, y en algunos casos los cultivos y los tests de sensibilidad (Hovarth, 2007).
pruriginosa o no pruriginosa, información que va a direccionar los siguientes pasos del proceso. Entre las situaciones que pueden evidenciarse se encuentran (Manzuc, 2008):
El tratamiento puede ser tópico y/o sistémico. La terapia tópica incluye los champús antibacterianos como el peróxido de benzoilo (2.5-5%), la clorhexidina (2-4%), el etil lactato (10%) y la povidona yodada (2%) (Horvath, 2007), y los champús hidratantes que contengan glicerina, ácido láctico, ácidos grasos y/o avena coloidal (Carlotti, 2006; Mueller, 2007), además de cremas y geles (mupirocina, ácido fusídico) indicados para pequeñas áreas de infección (Horvath, 2007). Como terapia sistémica se cita el uso de la cefalexina (22-30 mg /Kg c/12 hrs), la lincomicina (2030 mg/Kg c/12 hrs), la enrofloxacina (5-20 mg/Kg c/24 hrs; no en cachorros) y la amoxicilina/ácido clavulánico (12-22 mg/Kg c/12 hrs), entre otros antimicrobianos (Balazs, 2012; Horvath, 2007; Fadok, 2014). En piodermas superficiales el tiempo de tratamiento debe ser de mínimo 21 días, y en piodermas profundos un periodo no inferior a 4-6 semanas. En ambos casos es indispensable continuar la terapia hasta 2 semanas más, luego de la remisión clínica (Horvath, 2007).
- Si el prurito desapareció en su totalidad pero las lesiones permanecen, se sospecha de una patología primaria no pruriginosa que debe ser identificada con técnicas diagnósticas apropiadas, como la histopatología. - Si el prurito y las lesiones desaparecen completamente, se confirma entonces que la causa desencadenante del proceso correspondía a la presencia de ectoparásitos (infestaciones por pulgas, ácaros de la sarna), a un pioderma primario o a una dermatitis primaria por Malassezia spp. - Si el prurito continúa presente (prurito residual) al igual que las lesiones, es una situación bastante sugerente de un proceso alérgico. Este prurito residual debe clasificarse como leve, moderado o severo.
2.2 Malassezia spp.
3. ALERGIAS
Malassezia pachydermatis es un habitante normal de la piel, los conductos auditivos y los sacos anales. Cuando se produce un sobrecrecimiento de esta levadura, generalmente secundario a otras patologías cutáneas, se presenta un cuadro de prurito intenso, alopecia, eritema, hiperpigmentación y aspecto oleoso de la epidermis, acompañada de un olor fuerte y desagradable. Las lesiones se localizan en cuello y zonas con pliegues cutáneos como axilas, ingle y vientre. El prurito en estos casos tiene una pobre respuesta a corticosteroides. El diagnóstico se realiza a través de técnicas como la cinta adhesiva, improntas directas, o raspados superficiales (Manzuc, 2008). El tratamiento incluye antifúngicos vía oral como el ketoconazol 2.5-10 mg/Kg c/12 horas, itraconazol 5-10 mg/Kg c/12-24 horas (Mueller, 2007), o fluconazol 2.5-10 mg/Kg c/24 horas, acompañados de terapia tópica con champús que contengan ketoconazol, miconazol, clorhexidina (2-4%) o peróxido de benzoilo (Manzuc, 2008).
3.1 Dermatitis alérgica a picada de pulga (DAPP)
Al culminar esta primera fase, se obtienen datos importantes que le permiten al clínico determinar si la patología primaria es
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La DAPP es una dermatitis pruriginosa, consecuencia de una reacción de hipersensibilidad a uno o más componentes presentes en la saliva de la pulga. No existe predilección racial. Los animales entre 1 y 3 años de edad suelen ser los más afectados (Griffin, 1998). El principal signo clínico es el prurito estacional. Como lesiones primarias se observan pápulas, algunas veces cubiertas por costras. En casos crónicos puede ocurrir alopecia, liquenificación e hiperpigmentación, afectando principalmente la zona dorsal lumbosacra, parte caudomedial de miembros posteriores, abdomen ventral y flancos. El diagnóstico se basa en la historia, la morfología y distribución de las lesiones y la presencia de pulgas y/o sus heces. El examen coproparasitológico para la detección de Dipylidium caninum puede ser de gran ayuda en situaciones en las que no sea posible la observación directa del ectoparásito. El tratamiento debe ir enfocado al control estricto de las pulgas en el animal afectado, el ambiente y otros animales que convivan en el mismo espacio
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Muller, 2001). Existen en el mercado diversidad de productos (fipronil, imidacloprid, lufenuron, selamectina, nitempiran, spinosad, entre otros), en presentaciones como spot on, comprimidos, sprays, collares, etc., siendo de elección el que se ajuste a cada paciente y a su propietario en términos de costos, facilidad de aplicación, eficacia, margen de seguridad y actividad residual. En casos de hipersensibilidad severa es recomendable el uso de productos antipulgas cada 3 semanas y no mensualmente, como es habitual (Ihrke, 2006). Es muy importante el manejo de alergias concurrentes e infecciones bacterianas secundarias (Griffin, 2000). El prurito causado por DAPP tiene una buena respuesta a los corticosteroides como la prednisolona, 0,5-1 mg/Kg (Manzuc, 2008). 3.2 Alergia alimentaria (AA) Este tipo de alergia se asocia a la ingestión de un determinado componente presente en la dieta, generalmente una glucoproteína hidrosoluble de alto peso molecular, que desencadena una reacción de hipersensibilidad. Las proteínas más frecuentemente implicadas en animales afectados son las de carne de vacuno, lácteos, trigo, huevo y pollo, y en menor medida cordero, soja y cerdo.
Figura 2. Diagnóstico de procesos alérgicos
controlar alergias concurrentes, básicamente se orienta a eliminar el o los alimentos causantes de la alergia y continuar de por vida con dietas comerciales de proteína hidrolizada o dietas caseras con componentes sugeridos por el profesional. El prurito en la alergia alimentaria suele tener muy poca o ninguna respuesta al uso de corticosteroides (Rejas, 2008). 3.3 Dermatitis atópica (DA)
El principal signo de la alergia alimentaria es un prurito no estacional. Las lesiones primarias incluyen eritema y pápulas, siendo más frecuentes las lesiones secundarias al rascado como alopecia, erosiones, costras, liquenificación e hiperpigmentación, distribuidas en zonas como cara, orejas, axilas, región inguinal, extremidades y abdomen, aunque puede haber afectación generalizada. La aparición de signos gastrointestinales como vómitos, diarrea y borborigmos es poco frecuente (15%). Los animales jóvenes (menores de 1 año) suelen estar más predispuestos. El método diagnóstico más eficaz es la dieta de eliminación (6-8 semanas). Esta puede ser casera (fuente de proteína + fuente de carbohidrato nunca antes consumidas) o comercial, en cuyo caso debe contener proteínas hidrolizadas. Posteriormente se realiza un test de provocación (0-14 días), que consiste en incluir de nuevo componentes de la dieta anterior y observar si los signos reaparecen. El diagnóstico se confirma si los signos se resuelven al volver a la dieta de eliminación. El tratamiento, además de resolver infecciones bacterianas secundarias y
La dermatitis atópica es una enfermedad alérgica de la piel, pruriginosa e inflamatoria, en la cual existe predisposición genética y se desarrolla una producción de anticuerpos tipo Ig E contra alérgenos del ambiente (Ferrer, 2005). Las lesiones primarias consisten en eritema y pequeñas pápulas, aunque la mayoría de pacientes presentan lesiones secundarias a trauma autoinflingido, como excoriaciones, alopecia, liquenificación e hiperpigmentación (Olivry et al., 2010). Las áreas corporales involucradas incluyen cara, orejas (otitis externa), pies, extremidades y vientre. El diagnóstico se basa principalmente en la anamnesis del paciente, los signos clínicos y la historia de la enfermedad (Griffin et al., 2001; De Boer et al., 2001). Es primordial además la eliminación de otras causas de prurito como ectoparásitos, infecciones (bacterias, levaduras) y alergias concurrentes (Randall et al., 2005). Como medidas terapéuticas y de manejo de la DA se citan las siguientes (Olivry et al., 2010):
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- Control estricto y efectivo de pulgas. - Dietas hipoalergénicas: Caseras o comerciales. - Corticosteroides: Tópicos: Aceponato de hidrocortisona (1 aplicación/día). Indicado en lesiones focales o multifocales y por periodos cortos (<2 meses). Reducir la frecuencia de aplicación gradualmente. Su uso prolongado puede ocasionar atrofia cutánea, comedones y quistes foliculares.
Sistémicos: Prednisona, prednisolona, metilprednisolona. Dosis inicial 0.5-1 mg/Kg c/12-24 hrs. Reducir gradualmente la dosis y la frecuencia de administración hasta alcanzar una dosis mínima efectiva, tratando de evitar efectos secundarios (polidipsia, poliuria, Cushing iatrogénico).
No usar por periodos prolongados (Olivry et al., 2010). - Ciclosporina: Actúa inhibiendo la producción de numerosas citoquinas que conducen a la reacción inflamatoria. Se sugiere comenzar con una dosis de 5mg/Kg c/24 hrs. Disminuir gradualmente la dosis, aumentando los intervalos de administración al observar mejoría en los signos clínicos. Los beneficios pueden tardar en aparecer de 4-6 semanas. En casos severos de prurito, puede utilizarse un corticosteroide concomitante al
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uso de la ciclosporina durante las primeras 2-3 semanas. Si aparecen signos gastrointestinales (vómito, diarrea), se sugiere dividir la dosis en 2 tomas y administrar después de una comida. Puede combinarse con ketoconazol (5-10 mg/Kg/día) para disminuir la dosis, ya que este compite con los sistemas metabólicos de la ciclosporina (citocromo P450). Es una excelente opción para tratamientos prolongados (Hnilica, 2005). - Tacrolimus 0.1%: Actúa inhibiendo la respuesta de las células T a los antígenos, así como la producción de diversas citoquinas (Marsella et al., 2004). Es útil en lesiones localizadas. Se recomiendan 2 aplicaciones/día durante una semana. Posteriormente debe reducirse la frecuencia de aplicación. En algunos casos ocurre una leve inflamación en el sitio de aplicación (Olivry et al., 2010). - Antihistamínicos: Poco beneficiosos en dermatitis atópica. En caso de utilizarlos, prescribir aquellos con demostrado efecto antihistamínico como
la hidroxizina 2 mg/Kg c/12 horas o la cetirizina 0.5-1mg/Kg c/24 horas, buscando una acción preventiva que bloquee los receptores histamínicos previamente a la liberación de la histamina. El efecto adverso más relevante es la sedación (Olivry et al., 2010). Los antihistamínicos pueden ayudar a disminuir la dosis de corticosteroides, incluso si no se observa un efecto significativo de estos como terapia única (Mueller, 2007). - Ácidos grasos esenciales: Los AGE son importantes en la función de la barrera epidérmica, ya que son componentes fundamentales de las membranas celulares. Actúan disminuyendo la producción de prostaglandinas y leucotrienos inflamatorios y favoreciendo la producción de prostaglandinas y leucotrienos antiinflamatorios, además de reducir la pérdida transepidérmica de agua. Los AGE pueden ayudar a disminuir la dosis de corticosteroides, aunque no son muy útiles como terapia única (Mueller, 2007). La relación ideal de omega
6/omega 3 es de 5:1 a 10:1 (Manzuc, 2008). El ácido linoleico (Omega 6) presente en el aceite de girasol, es necesario para mantener la integridad del estrato córneo y puede utilizarse a razón de 20-50 mg/Kg c/24 hrs. Los efectos de los AGE no suelen ser evidentes antes de dos meses de administración (Mueller, 2007). - Champús: Los baños semanales con un champú no irritante y agua tibia son probablemente beneficiosos por ejercer un efecto suavizante directo sobre la piel, ayudar en la remoción física de alergenos y microorganismos, y aumentar los niveles de hidratación de la epidermis. En pieles oleosas o escamosas están indicados los champús antiseborréicos, y en casos de contaminaciones bacterianas se deben preferir los champús antisépticos. Los champús hidratantes podrían aliviar la resequedad, consecuencia del uso de productos medicados (Olivry et al., 2010).
CONCLUSIÓN Para lograr un manejo apropiado de los cuadros pruriginosos, es indispensable realizar un proceso diagnóstico en el cual se contemplen todas las posibles causas de prurito, que deben ser conocidas a profundidad por el clínico. El objetivo será identificar la causa primaria, con el fin de instaurar medidas terapéuticas apropiadas y efectivas que puedan, o bien corregir totalmente el problema, o en su defecto ser mantenidas en el tiempo para asegurar la calidad de vida del paciente con mínimos efectos secundarios. La comunicación con los propietarios desde el inicio y durante todo el proceso diagnóstico es fundamental, ya que la complicidad entre las partes será de gran ayuda para conseguir los resultados esperados. La presente revisión la integran 23 referencias.
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