TRAIL, UN SECTOR AL Lร MITE Revista Trail nยบ96
Diciembre 2020
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TRAIL: UN SECTOR AL LÍMITE Texto y fotografía: Quim Farrero
El sector profesional del trail está, como casi todos, sumido en una profunda crisis. El parón obligado por la pandemia tiene consecuencias no sólo en la forma física y la motivación de los corredores, si no también en la supervivencia de los que, de una forma u otra, se ganan la vida en un sector cuya aportación a la sociedad no es nada despreciable. ¿Qué pasa cuando no se puede celebrar una carrera? Naturalmente, lo primero que nos viene a la cabeza es el desencanto de aquellos que llevan meses preparándose, que han pagado una inscripción y que van a ver truncada su ilusión. Pero eso, sin desmerecer nada ni a nadie, es sólo una pequeña parte. La punta de un iceberg que esconde desde puestos de trabajo a un retorno económico considerable a un territorio. Si algo nos está enseñando la crisis provocada por la pandemia es que todos dependemos de todos, nuestra sociedad, en muchos aspectos, es una cadena en la que, si se rompe un eslabón, las consecuencias las van a pagar 8
no sólo los eslabones siguientes, si no también los anteriores. El cierre de bares y restaurantes, por ejemplo, y por mencionar a un sector muy tocado, no sólo implica la ruina para sus propietarios y trabajadores, también es la ruina para toda la cadena de proveedores que suministran servicios al sector, desde las distribuidoras de bebidas al que vende servilletas de papel y al que engrasa periódicamente el riel de la persiana. Todos. Esto es así en todos los sectores económicos. Y el trail, a pesar de la absurda impopularidad del concepto “profesional” cuando hablamos de la organización de los eventos que le dan vida, es también un
La actividad comercial y publicitaria alrededor de una carrera no es despreciable.
sector importante, que aporta mucho más de lo que exige. Las carreras grandes implican números grandes, pero implican también retornos mucho más grandes. Y eso está, ahora mismo, absolutamente parado. En un sector totalmente ignorado por la administración (como casi todos). Muy vinculado al sector del turismo, el de la organización de carreras va mucho más allá a la hora de repartir beneficios, de aportar algo a la sociedad. Podríamos llegar a valorar la aportación del deporte en general desde un punto de vista sanitario: es mucho más barato tratar lesiones deportivas, que las consecuencias de la vida sedentaria. Que el deporte, como concepto, es salud, no lo va a dudar nadie a estas alturas del partido, y la promoción de la actividad física es uno de los efectos colaterales de la celebración de eventos deportivos, sobre todo, desde el momento en que esta actividad se difunde y se populariza.
El sector del trail En su modestia (o tal vez deberíamos decir complejo) el sector del trail no se ha hecho valer nunca en su justa medida. Dependiendo siempre –y ahora más que nunca- de las veleidades de la administración pública, en forma de permisos y autorizaciones, aún carga con el estigma de aquellos tiempos en los que había que implorar para que un ayuntamiento facilitara la organización de una carrera en su territorio. Hace años que esto no es así y, a pesar de todo, el sector no ha sido capaz de hacerse valer, uniéndose y organizándose. Probablemente, la variedad de especies en el ecosistema de las carreras por montaña, es una de las razones que explica esa falta de unión corporativa. No todas las carreras son organizadas profesionalmente, y con ello no nos referimos necesariamente a que sean organizadas por empresas: muchos clubes organizan sus carreras de forma muy profesional, creando incluso empleos, con todo lo que eso implica en cuanto a la calidad de la misma y al retor9
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La presencia de público y acompañantes son una parte importante de la aportación de un evento al territorio..
no a la sociedad. Y es importante entender que, sea cual sea la filosofía (empresa o club) y la forma de organización (profesionalizada o no), ese retorno a la sociedad, que hace significativo al sector, existe en mayor o menor medida. En cualquier caso, es más que evidente que la organización de carreras por montaña en concreto, y la organización de eventos deportivos en general, conforma un sector mucho más potente de lo que él mismo se cree y del que todos, y digo todos, los que 10
estamos de un modo u otro vinculados al mundo del trail formamos parte. Creamos en la profesionalización del trail o no. Presupuesto Cualquier carrera tiene un presupuesto para su organización. Sea una prueba grande, pequeña, profesional o amateur. Ese presupuesto, tanto más grande cuanto más ambicioso sea el evento y más profesional sea la organización, es siempre una
de, en muchos casos, gente que de forma directa o indirecta se gana la vida en ello. Un gran evento con un gran presupuesto, ofrecerá más servicios a los corredores, a sus acompañantes e, incluso, a aquellos que no pueden estar ahí y, por tanto, a la difusión del deporte. Un evento de trail se financia entre las inscripciones y los patrocinios, sean estos públicos o privados, y en proporciones que pueden variar dependiendo de las características y filosofía del evento. Ese presupuesto, debería generar unos beneficios que servirán, sobre todo, para poder financiar las tareas de preparación de la siguiente edición del evento, hasta el momento en que no se vuelven a producir entradas, normalmente vía inscripciones. En función de su carácter, una carrera puede pasar de ser una mera fiesta entre amigos, sin apenas retorno social, a un acto en el que se alimenta la actividad económica y, por tanto, la supervivencia
“El presupuesto de un evento se revierte en la cadena económica que nos sostiene ”
cuenta de gastos que se va a revertir, sistemáticamente, en la sociedad. Los grandes presupuestos de las grandes pruebas, a veces tan criticados, alimentan económicamente a muchos sectores adyacentes que, de una forma u otra, dan servicio a la organización, desde lo más evidente (confección de dorsales, cronometrajes, montaje y desmontaje de instalaciones) a lo menos visible (combustible para desplazamientos, alojamientos para voluntarios, comunicación). De cada uno de esos conceptos depen-
de muchos sectores. No todas las carreras disponen - o necesitan - de grandes presupuestos. Es evidente. Pero es importante valorar en su justa medida qué representa para la sociedad la celebración de cada evento. Un presupuesto grande debe genera más beneficios (a priori), pero a costa de riesgos mayores y más dificultad de financiación a cambio de un mayor retorno directo a la sociedad. Pero, ¿en qué se va el presupuesto de una carrera? Más allá de la creencia popular de que con unas cintas y algo de comida para avituallamientos hay suficiente, los gastos a la hora de organizar una carrera medianamente grande son muy diversos, del mismo modo que los sectores que trabajan para llevar a buen puerto la celebración de la carrera. Esas partidas de gastos van, desde posibles salarios (fijos o puntuales) que pueden representar un porcentaje alto, a conceptos vinculados a la comunicación (mantenimiento de redes sociales, prensa, producción de imágenes, emisiones en vivo y traducciones), las necesidades de material (compra o alquiler de suministros, dorsales, trofeos, alquiler de vehículos, lavabos portátiles) y servicios externos (cronometraje, sonido, alojamientos, instalaciones, seguridad, servicios médicos, gastos bancarios de las inscripciones). Todas estas partidas pueden 11
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Las carreras dan trabajo a muchos proveedores de servicios diversos.
variar en función del tipo de carrera y, sobre todo, de sus dimensiones y pretensiones, pero siempre afectan a un sector profesional al que, utilizando la expresión popular “dan de comer”. Pero ese presupuesto revertido en la cadena económica en la que nos sostenemos, no es más que la base para lo que vendrá después, y de lo que se
“El retorno de un evento puede superar los 4.000.000 de euros ” beneficiará no sólo el territorio donde se celebra la carrera si no que se extenderá como una mancha de aceite. La gasolina para ir hasta la carrera la pondremos, probablemente, en una gasolinera cercana a nuestra casa, esas barritas energéticas extra, las compraremos en nuestra tienda de confianza. La red se extiende mucho más de lo que pudiéramos pensar de entrada, con zonas más densas en impli12
cación a medida que nos vamos acercando al territorio del evento, donde se produce el intercambio más evidente, sobre todo vinculado al anteriormente mencionado mundo de la restauración. La carrera, el evento A todas las repercusiones ya mencionadas del presupuesto, habrá que añadir el impacto, directo o indirecto, producido durante la celebración de la carrera. Según la Organización Mundial del Turismo, el turismo deportivo representa actualmente un 32% del sector. De ese porcentaje, las actividades relacionadas con el trail son una pequeña parte, pero parte al fin y al cabo. En 2017, el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital valoró en más de 12.000 millones el impacto del turismo deportivo, del que la carrera pie (asfalto y trail) generan casi la mitad. Pero más que estos datos, lo que queremos valorar es el impacto directo que una carrera, como parte
Cronometraje, un servicio esencial en una carrera que, como tantos otros, se ha visto forzado a detener su actividad.
de un sector económico, puede llegar a generar en el territorio donde se celebra. Eventos grandes, como Transgrancanaria, Penyagolosa Trails, Buff Mountain Festival o Ultra Pirineu, que pueden mover alrededor de 3.000 corredores, pueden generar un impacto directo a causa de la asistencia de esos corredores y sus acompañantes
“El gasto medio por persona se sitúa en algo más de 100 euros.” (más público), de alrededor de 4 millones de euros en el territorio. Las encuestas y estudios post evento realizados (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Diputació de Barcelona y organizaciones) cuantifican en 3 la media de acompañantes por cada corredor, con una media de gasto (desplazamiento, alojamientos, manutención y extras) de algo más de 100 euros por persona. Una media que aumenta
claramente en el momento que la carrera es de ámbito internacional y atrae a corredores de otros países con un poder adquisitivo más elevado. A esa inyección directa de capital, habrá que sumar todo ese presupuesto del que ya hemos hablado y que la organización ha distribuido previamente, considerando además que, de cara a la administración pública, el 21% de ese gasto directo irá directamente a sus arcas en forma de impuestos, con lo que no son sólo los directamente implicados, por cuestiones de territorio, los que al fin y al cabo se benefician de la celebración de un evento. El retorno mediático. A pesar de no representar un retorno económico directo, no es ni mucho menos despreciable el valor en términos de publicidad que un evento – no necesariamente muy grande – representa para un territorio. Cualquiera que tenga la más mínima noción de gestión turística tendrá más que clara la impor13
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Corredores, acompañantes, medallas de finisher, baños portátiles... todos, de una forma u otra, contribuyen a la economía.
tancia de proyectar un lugar al mundo. Si se gestiona bien, el impacto en imagen del evento es la vía por la que lugares como Zegama (Zegama–Aizkorri) o Andorra (la desaparecida Andorra Ultra Trail) por ejemplo, suenen por todo el mundo y, hasta ahora, año tras año, hayan ido recibiendo visitantes de todo el planeta dispuestos no sólo a disfrutar del evento, si no también del territorio y además con un gasto medio por persona superior a la media. Y en muchos casos más allá de las fechas propias de la carrera. Aún más allá, el patrocinio de eventos para promoción de una marca, tiene incidencia directa en la imagen de la marca y la publicidad de sus productos, otra de las funciones de los eventos deportivos que ha quedado, por el momento, parada debido a la pandemia. En definitiva... Como casi todas las actividades sobre las que se 14
basa nuestra sociedad, el trail no es un fenómeno único y aislado que afecte sólo a sus aficionados y profesionales. Alrededor de la celebración de pruebas de trail (y eventos deportivos en general) hay todo un ecosistema económico interdependiente con muchos otros. Todos dependemos de todos. No seremos nosotros quienes critiquemos las medidas sanitarias tomadas en estos tiempos, por mucho que nos disgusten. Honestamente, no tenemos criterio sanitario para valorarlas. Para eso hay gente que sabe mucho más que nosotros. Pero si que, como cualquiera que trabaje para ganarse la vida, tenemos criterio para valorar las medidas de apoyo que la administración ha tomado (o no...), demostrando una percepción de la realidad muy limitada y una incompetencia manifiesta. Cuando no desprecio por ciertos ámbitos profesionales. Si un sector para, se lleva a otros por delante. Como dijo el condenado “Es el mercado, amigo”
REPARTIR EL PRESUPUESTO...
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