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NOVIEMBRE I DICIEMBRE 2013 ENTREVISTA
CRÓNICAS
COMPARATIVA
LUIS ALBERTO HERNANDO
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NOVIEMBRE I DICIEMBRE 2013
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ENTREVISTA
LUIS ALBERTO HERNANDO “Se compite contra otros dorsales” Texto y fotografías: Quim Farrero
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No es frecuente que un corredor por montaña tenga experiencia olímpica. Luís Alberto la tiene en esquí de fondo, una disciplina que ha dado no pocos buenos corredores. Tampoco es frecuente que alguien llegue a este mundillo y en pocas temporadas se proclame Campeón del Mundo y Campeón de España. Hacen falta condiciones, voluntad y espíritu. Luis Alberto lo tiene todo. Y disfruta compitiendo.
Burgalés nacido en 1977, Luis Alberto es una persona asequible y amable que ha hecho de la seguridad en montaña su profesión. Honesto, es de los pocos que ponen claramente sobre la mesa su visión de las carreras: intentar ganar a los demás. Punto. Estar en el Grupo de Montaña de la Guardia Civil ya implica un interés por el medio… Si y no. Yo llegué al Grupo de Montaña estando ya en la Guardia Civil. Fui a parar a Jaca porque estaba en el equipo de esquí de fondo y biatlón, en 2002. Ahí empezó realmente mi contacto con la montaña y, concretamente, el Pirineo. Descubrí la montaña de verdad en la Guardia Civil. Ahí descubrí también el Grupo de Montaña y en 2008 hice la formación para ingresar en él. Ahora mismo paso los inviernos en el equipo de esquí-alpinismo y en verano me dedico a las carreras por montaña. Al inicio, mi actividad personal estaba muy enfocada al esquí de fondo y al biatlón, aunque de jovencillo, con catorce o quince años, ya había hecho mis pinitos escalando y saliendo al monte, pero el desencadenante vino al llegar a Jaca, donde además se me abrió la posibilidad de hacer un trabajo que me encanta y que te obliga a estar en forma.
Supongo que viniendo del esquí de fondo, llegas antes al esquí de montaña que a correr… Pues no. Estando en Burgos no conocía las carreras por montaña, las descubrí en Jaca, y en pretemporada de esquí vi que había carreras y en 2003 o 2004 empecé a interesarme. Recuerdo que entonces Agustí Roc venía a correr por allí, a la Peña Oroel y, viendo que tampoco me sacaba demasiado, me piqué un poco y eso me motivó, aunque en pretemporada tampoco podía soltarme las melenas . En 2010 dejé el esquí de fondo habiendo hecho ya una temporada completa de carreras por montaña. Hasta 2012 no empecé con el esquíalpinismo. Soy muy competitivo, aunque entrenando la gente se sorprende porque entreno muy lento, voy siempre detrás. Solo me pico cuando me pongo el dorsal. Me lo pongo para competir contra la gente, no contra mi mismo. Ese concepto de competir contra uno mismo, con un dorsal, no me ter-
mina de cuajar. Se compite contra otros dorsales, para marcar un tiempo mejor que los otros. Queda muy bien decir otra cosa, pero me parece más honesto decir esto. ¿Qué facilidades tienes en el trabajo para correr y competir? Hay unas horas destinadas a entrenar las actividades concretas que pueden ser necesarias en un rescate. En invierno estoy comisionado en Jaca en el equipo de esquíalpinismo y esos meses sí que son dedicación exclusiva a la competición junto con Quico Navarro, Miguel Caballero y Fernando Navarro, pero el resto es actividad personal, como en cualquier otro trabajo. ¿Decidís qué tipo de carreras queréis hacer? El jefe es el que manda (risas). Solemos ir a las carreras que más le interesan a la Guardia Civil, por difusión o por lo que sea. Pero no hay problemas porque son las mismas que nos interesan a nosotros como corredores. No hay mucho misterio: hacemos las carreras importantes. Sucede lo mismo con Adidas, mi espónsor, las carreras que les interesan a ellos son las que me interesan a mí. Cuando corro por montaña no corro como Guardia Civil, corro como Luis 23
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do en pretemporada no quería arriesgar. Yo era profesional del esquí de fondo y hasta que no lo dejé no quise arriesgar. Sobre todo eran carreras por la zona de Jaca. Incluso cuando entrenaba, lo hacía solo subiendo, las bajadas no contaban.
Alberto Hernando aprovechando mis días libres. Me lo tengo que organizar en el trabajo como cualquier otro, aunque como estoy publicado como deportista de élite por el Consejo Superior de Deportes, si me solicita una Federación para una prueba oficial, tengo días libres si las necesidades del servicio lo permiten, pero para pruebas populares, por importantes que sean, me tengo que organizar. ¿Esquí de montaña o correr? Se complementan muy bien. La mejor manera de aprovechar los senderos en verano son las carreras por montaña, para entrenarlas. Y en invierno el esquí. Cuando empiezas a estar saturado de una cosa, cambias a la otra. En invierno todo es diferente, aunque vayas al mismo sitio. Todo parece otra cosa. No me imagino estar en diciembre metiéndome tres horas de correr. En cambio con los esquís, haces tres horas, no te enteras y es entreno que metes en la saca. Luego por la tarde corres una horita y ya está. Me parece una combinación perfecta. De todos modos, 24
en carreras por montaña mis resultados son mucho mejores y si tuviera que elegir me decantaría por las carreras. En esquí hay mucha gente muy fuerte, muy dedicada a ello y es un deporte muy técnico y mis resultados son, hasta la fecha, bastante mediocres. ¿Subir o bajar? Tanto en esquí como corriendo me siento más cómodo y más seguro subiendo. En esquí las bajadas son muy emocionantes, la adrenalina
Empecé con kilómetros verticales va a tope, pero cuando lo piensas en frío, una caída a esa velocidad y con ese material tan ligero es lesión casi segura. Y aunque te lo quieras tomar con calma, cuando estás en competición no quieres perder en el descenso esos segundos que has arañado subiendo. ¿Con qué tipo de carreras empiezas a correr? Empecé con kilómetros verticales porque son menos lesivas y estan-
Tu etapa en el mundo del esquí de fondo ¿implicaba dedicación exclusiva? Prácticamente sí. Estaba en el equipo de esquí de fondo de la Guardia Civil y teníamos el proyecto de ir a las Olimpiadas de 2006 en Turín. Estuve unos años en el equipo nacional de biatlón hasta 2006 y luego otros tres años en el equipo nacional de esquí de fondo. La cosa salió bien. Ahí podríamos decir que empecé con el deporte en serio. Ves como trabaja la gente y lo en serio que se lo toman, tanto técnicos como deportistas. No tiene nada que ver con lo que hago ahora. Lo de las Olimpiadas fue una experiencia agridulce. Nos clasificamos por países y éramos el último clasificado. A priori éramos los que íbamos a cerrar filas en la Olimpiada, y con la repercusión que tienen pues quedar último daba un poco de miedo, y era algo que podía pasar muy fácilmente. Estábamos muy contentos de poder ir, pero una vez estás en ello te ves en un follón impresionante. Al final fue mejor de lo que pensábamos. ¿Eres metódico entrenando? Intento serlo lo máximo posible, pero las circunstancias no me permiten serlo tanto como me gustaría. Los horarios y el sitio donde tengo que entrenar cuando no estoy en Jaca no son los más apropiados. En Pamplona apenas puedo entrenar con más de cuatrocientos metros de desnivel continuado. Los
días que trabajo estoy ahí y los días que libro son para hacer carreras. A veces me representa un cierto sacrificio entrenar, sobre todo cuando toca asfalto se me hace pesado, pero en el monte el tiempo vuela. De todos modos, si me representara un gran sacrificio, no lo haría, esto es una afición y las aficiones son para disfrutar. ¿Cómo es la evolución desde esos kilómetros verticales hasta la ultradistancia? En 2010 corrí la primer Copa de España en Sóller (Mallorca). Ya había dejado el esquí de fondo y fui con unos amigos. De ahí todo vino seguido: quedé tercero por detrás de Tòfol y de Agustí, me fui liando y ese mismo año ya gané la Copa de España y quedé segundo en el Campeonato del Mundo por detrás de Kilian. Es obvio que los resultados son un aliciente extra. Ya en 2011 gané la Copa del Mundo y la Copa de España y en 2012 fue un poco lo mismo. Un montón de carreras sin centrarnos en nada concreto. Estábamos un poco desorientados e íbamos un poco sobre la marcha, nos daba igual una prueba que otra con tal de hacer puntos. Ahora en 2013, junto con Adidas decidimos probar con los ultras: ellos querían meterse ahí con alguien que empezara y a mi me apetecía probar, y contentísimo de los resultados y de no haber bajado demasiado el rendimiento en relación a carreras más cortas. Se pierde un poco de chispa pero de momento no hay problema. Mi objetivo es el Mont Blanc el año que viene. Fui a Transvulcania un poco a probar. Me entrena mi hermano, que no tiene ningún contacto con el mundo de las carreras por montaña, y la teoría es que para hacer ochenta kilómetros no hace falta
entrenar el doble de kilómetros que para hacer una de cuarenta, por lo menos para mi es imposible. Lo que decidimos es seguir prácticamente con el mismo entrenamiento del año pasado añadiendo cada veinte días uno largo de cinco o seis horas. Era un poco un experimento y ha funcionado. No hemos perdido el tiempo. Aún no tengo claro si me siento cómodo o no en distancias largas, Transvulcania no es un ultra largo y tuve más la sensación de correr una carrera larga que un ultra. El ritmo de salida
Corres con Kilian hasta que él quiere parecía el de Zegama, lo íbamos comentando con Miguel (Caballero) y alucinábamos un poco ¡aún quedaban setenta kilómetros! Pero me sentí cómodo hasta los últimos kilómetros, bajando a Tazacorte, donde vino a verme el del mazo, pero hasta ahí me sentí con chispa. Luego en el Europeo, en la Trans d’Havet, acompañando a Kilian se me hizo corta. No fue demasiado agónica. Aún no he vivido la sensación del “voy jodido y aún me quedan otras cinco horas”. Es muy difícil no mentar a Kilian hablando de carreras por montaña… ¿es realmente diferente correr con Kilian? En Zegama prácticamente no corrí con él. Tuve la sensación de disputársela, de estar cerca, aunque eso habría que preguntárselo a él porque siempre tiene una marcha más, pero en Zegama llegué a tener esa sensación. En el resto de carreras la sensación que me da, viendo que nunca parece cansado, es que siempre puede cambiar el ritmo ante cualquiera que lo apriete. En definitiva, que si te mete un minu-
to es porque no quiere meterte dos. Es la sensación que me da, pero repito que habría que preguntárselo a él. Corres con él hasta que él quiere. ¿Cómo llevas la recuperación en carreras largas? Hace un par de años veía de locos hacer un ultra, pero me ha sorprendido mucho que muscularmente estoy mejor tras una Transvulcania que tr as la Copa de España en Granada que eran veintisiete kilómetros, aún me noto las piernas. Tras un ultra me quedo como más apagado, me muevo más lento, pero con buena sensación muscular. Igual son las bajadas, que en las carreras cortas haces más a degüello. Después en una semana solo hago entrenamientos regenerativos, algo de bici, trote cochinero… ¿Preferencias en los avituallamientos? He tenido la suerte de que en los pocos ultras que he hecho he tenido gente en todos los avituallamientos. Entonces es fácil planificar lo que se quiere comer. En general con geles y tal suelo ir bien y hasta ahora no he tenido ningún problema. No tengo muchas manías, lo que tengo son muchas dudas sobre qué es mejor. De momento aún no he sufrido ninguna pájara. A lo mejor me convierto en maniático de lo que estoy haciendo ahora. Tendría que hablar con otros corredores para ver qué comen ellos. El año que viene Mont Blanc, el doble de tu distancia conocida… El año que viene creo que sólo haremos el Mont Blanc como carrera larga, no haremos nada de más de cien kilómetros. Me gustaría tener antes, igual la tengo mañana en 25
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Cavalls, esa sensación que te decía de estar al límite y tener aún horas de carrera por delante, no por el placer de sufrir, si no para que no me coja por sorpresa cuando llegue. Este año antes de que nieve me gustaría, con algún amigo, hacer El Anillo de Picos en Asturias a ritmo, para marcar buen tiempo y tener algo que contar a nuestros nietos. Este tipo de cosas me gustaría hacerlas más de lo que hago,
Un corredor sudado, cansado y sin ropa es un peligro básicamente por falta de tiempo; piensa que algunas veces los entrenamientos largos de cinco o seis horas tengo que hacerlos en un recorrido corto a base de series, un mismo sendero ocho veces… Por lo menos me sirve como entreno psicológico. Es un coñazo. Seguridad en montaña… como corredor y como profesional. Siempre doy la razón a la organización. Ellos organizan su carrera y ponen unos criterios y si quieres correr en esa carrera tienes que asumirlos. Y si no te gustan, pues hay muchas otras carreras. Somos libres de elegir. Podría ser crítico en el momento en que creyera que faltan medidas de seguridad, pero nunca porque sobren. Si la mochila debe ser más grande o más pequeña no es problema siempre que sea para todos igual. En cuanto a la autosuficiencia, si me dan a elegir, yo prefiero que me lleven el agua antes que tener que cargar con todo, pero tal como he dicho antes, hay carreras para todo. Creo que intentar hacerse la carrera a medida es un error, el organizador organiza y luego los corredores eligen en función de las caracte26
rísticas de la prueba. Yo si puedo corro ligero si el reglamento lo permite, pero hay que tener en cuenta que subir a cierta altura sin material es una temeridad. Yo no lo llevo si sé que tengo alguien arriba en el avituallamiento que me pueda dar lo que me haga falta: ropa de abrigo o lo que sea. En una carrera en la que sé que a una cierta altura nadie me podrá facilitar nada, yo llevo material aunque la organización no me lo exija. A veces tenemos la sensación de que está todo controlado, pero una simple torcedura en mal lugar y en el mal momento puede tener consecuencias nefastas. Un corredor sudado, cansado y sin ropa es un peligro. Creo que el material obligatorio, en lugar de por especificidades del material, en algunos casos debería ir por peso. Si te piden un gorro y llevas el de la ducha… pues eso, no te pueden descalificar pero estamos chuleándoles. Si exigieran un peso mínimo de la mochila sería más fácil de controlar. Sería muy absurdo llevar una mochila con un peso determinado lastrada de alguna manera sin llevar el material obligatorio: se puede optar entre unos gramos con un plumas o substituirlos con piedras. Yo llevaría el plumas. Creo que casi todos los organizadores tienen mucha experiencia y saben lo que hacen. Corriendo yo nunca he pasado miedo, pero a veces pienso “vaya marrón para una organización mandar a gente por aquí”. Digamos que puedo llegar a pasar miedo por los demás. Soy consciente de eso durante las carreras. En una carrera hay gente que está iniciándose, no demasiado preparada, cansada, sudada, a una cierta altura… Y luego hay también una cuestión estadística: cuantos más seamos, más posibilidades hay de que pase algo.
Cuando ya he acabado, y estoy en el hotel duchado, descansando y pienso en lo que les queda a muchos corredores… Además, mucha gente no suele tenerlo en cuenta, pero hay que ser consecuente con el riesgo que implica correr solo por la montaña, algo frecuente cuando se sale a entrenar y se va con el mismo material que cuando se va en carrera; si te haces daño igual tienes que estar ahí sentado tres horas esperando a que te venga a buscar alguien. ¿A quién crees que corresponde la función de concienciar a los que empiezan o tienen menos experiencia? Creo que el principal responsable es uno mismo. En general la gente que corre ya es mayorcita, aunque empieza a haber jóvenes, la media de edad es alta y en muchos casos tiene experiencia en otros deportes y debería ser consciente de que hay un riesgo. No es hacer atletismo en pista o en un parque, aunque sea igualmente correr. Desde no hace mucho recibes el apoyo de Adidas ¿Qué te aporta y qué te exige ese apoyo? Tener el respaldo de Adidas me da la tranquilidad y la seguridad de contar con el mejor material. Es una motivación extra y un responsabilidad saber que una marca como Adidas se interesa, se preocupa y apuesta por mí. Fueron ellos quienes me propusieron empezar en los ultras y con quien planificamos la temporada, creo que todo ha sido un acierto.
Un libro, una película, un disco... Pon que “Prefiero correr”
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3A DG Foto: Nil Bohigas
Costa Rica, del 1 al 8 de Febrero de 2014