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MONTserrat
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LA MONTAÑA MÁGICA 47
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PARAÍSO DE ROCA Texto: Eliseu T. Climent Fotografía: Quim Farrero
El macizo de Montserrat (Barcelona), parque natural desde 1987, es uno de esos lugares que no dejan indiferente. Su contundente mole de conglomerado, formada por agujas, paredes y canales es un espectáculo para la vista y un paraíso para escaladores, excursionistas y corredores de montaña. No en vano, esta montaña cargada de simbolismo y de no poca espiritualidad atrae a diario a miles de turistas dispuestos a quedarse boquiabiertos. Surgió de las aguas de un mar ancestral que ocupaba la Depresión Central Catalana hace unos 50 millones de años; se elevó con fuerza y verticalidad, y eso que estaba formado con materiales de deshecho, grandes masas de cantos rodados arrastradas por impetuosos ríos que desembocaban en ese mar. Emergió enérgicamente y sus formas fueron esculpiéndose por obra y gracia de los vientos, lluvias y heladas de proporciones inimaginables. El resultado de tal proceso es su actual expresión, esa estridencia telúrica con ecos de cataclisma, que se concreta en 48
paredes, agujas y profundas canales. De aquí, su topónimo, que designa el perfil afilado de la hoja dentada de una sierra. Esa especie de mortero, el conglomerado, o cárstico de Montserrat, influyó también en las soluciones constructivas del genial arquitecto Antoni Gaudí y su característico trencadís. El macizo de Montserrat es hoy omnipresente y domina en solitario un territorio rural bajo y de suaves ondulaciones. Montserrat es una mole de una densidad sinpar, un espectáculo geológico que cautiva. Prueba de ello es la gran cantidad de turistas
El conglomerado exige al corredor una buena dosis de atención.
que se concentran diariamente en los alrededores del complejo monástico, epicentro religiosos de Cataluña, ubicado en una de sus vertientes. Los hay para todos los gustos: los puramente religiosos, más o menos peregrinos, visitan la basílica en busca de contacto efímero con Santa María de Montserrat, la talla románica de tez oscura con razón apodada popularmente la Moreneta; mientras que los más curiosos se atreven a aventurarse por los caminos circundantes para descubrir vistas insólitas de este laberinto pétreo y las perspectivas vertiginosas que depara la parte superior de las paredes, como desde el mirador de la cumbre de Sant Jeroni. En cualquier caso, no se puede negar que esta montaña irradia un magnetismo que seduce. La fuerza de la naturaleza se muestra en este espacio con toda su intensidad. Esta potencia telúrica, tocada con algo de milagro, atrajo a religiosos en busca de retiro. La relación entre Montserrat y la vida espiritual se remonta al primer milenio, cuando ya en el siglo IX se documen-
tó la aparición de la Virgen María y la posterior construcción de la ermita a ella dedicada, semilla del actual monasterio benedictino. ¿Y qué decir de la fundación del monasterio de Santa Cecília, fechado en el año 945? De ermitaños y anacoretas Pero detengámonos un momento en la vida eremítica que hervía entre tanta roca. La configuración morfológica de Montserrat influyó positivamente en el desarrollo de esta actividad, porque invitaba al refugio y propiciaba espacios de meditación. La soledad, el silencio y el contacto con este elemento natural tan singular fomentaron la devoción a través de una vida austera, sencilla y, en ocasiones, de reminiscencias arcaizantes. De ahí, la cantidad de ermitaños y anacoretas que poblaron la montaña que, en parte gracias a ellos, se convirtió en lugar de culto, religioso, se entiende. La vida eremítica fue intensa y ocupó algunos de los rincones privilegiados con construcciones sencillas que aprovecharon, cuando 49
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Entre las paredes, hay pasos escondidos que son la puerta a espacios solitarios.
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Ascendiendo a la Portella, en dirección al refugio Vicenç Barbé.
se les puso a tiro, los abrigos naturales en la roca. La solución recuperó la vida troglodítica. Los peregrinos que acudían a la montaña sagrada reservaban fuerzas para realizar todavía un pequeño tour local, la llamada Ruta de las Ermitas. Por desgracia, muchas de ellas fueron arrasadas durante la Guerra del Francés (1808-1814) por las tropas napoleónicas y con su desaparición se esfumó un estilo de vida sobrio que tantos siglos había pervivido . Potseriormente, algunas fueron reconstruidas con intentos renovados, en vano, de establecer de nuevo la tradición eremítica. Y además, extraterrestres Retomemos el magnetismo montserratino. A quien le quede alguna duda al respecto, no tendrá más que acudir la noche del día 11 de cada mes a este lugar. En una esplanada cercana al Monasterio, se reúnen decenas y hasta un centenar de personas dispuestas a cazar luces en el firmamento hasta altas horas de la madrugada. Al ritual avistamiento de extraterrestres precede una charla-presentación
de Luis José Grifols sobre sus experiencias con los “vecinos de arriba” desde hace más de tres décadas. El misterio OVNI, la ufología y las luces que guiaron a los pastorcillos hasta la imagen original de Santa María de Montserrat parecen entrelazarse en una relación profunda y milenario. ¿Y de correr? El macizo posee una extensísima red de caminos, reflejo de una actividad humana muy diversa y con fines bien diferentes. Por ellos, han circulado leñadores, ermitaños, monjes y peregrinos, y carboneros y bandoleros en busca de presas solitarias. Desde el nacimiento del excursionismo y la práctica de la escalada en sus paredes, Montserrat ha acogido también a estas dos especies de exploradores: los primeros aprovechan los senderos históricos, los segundos se abren paso entre rocas, canales y brechas para llegar al pie de los deseados muros. En cualquier caso, gracias a todos ellos, Montserrat es en la actualidad un laberinto de caminos y senderos a los que no les falta carácter. 51
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Corriendo bajo la atenta mirada de los centinelas de roca.
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El novato en esta tierra tendrá que conocer algunos detalles antes de adentrarse en ella: se trata de un espacio rocoso, con piedra suelta, técnico en general y donde suelen ser habituales desniveles que superan las dulces ondulaciones de otros lugares. El correr aquí es sincopado: andar y correr hacia arriba, y descensos vertiginosos, accidentados y de firme suelto que no perdonan los despistes. Aún así, se dan rincones amables donde rodar sin sobreesfuerzo. A parte de los caminos principales, existe un buen puñado de secundarios que unen zonas y que permiten diseñar recorridos de una cierta longitud y envergadura. Atención aquí: para navegar por este mar pétreo se requiere una buena orientación, lectura del mapa y del terreno. No son evidentes algunos de sus senderos que conducen a callejones sin salida que hay que desandar. Y las canales: Montserrat se puede recorrer, infiltrándose por sus canales, algunas de las cuales, a pesar de alguna trepada puntual, no exigen del usuario demasiada habilidad. En muchas de las transitables, no será extraño encontrar cuerdas fijas o cadenas. Una advertencia: un error de orientación que nos haga escoger la canal equivocada puede tener un desenlace fatal. Son frecuentes los rescates de montañeros y senderistas enzarzados en
dichas canales, con trepadas o destrepes que se vuelven auténticas trampas. Montserrat, zona a zona Montserrat es una pequeña constelación de mundos bien diferenciados. La cara sur es soleada y templada en invierno, calurosa en verano; mientras que la norte es sombría, húmeda y fría, algo tétrica, vigilada por las altas paredes que configuran la imagen espectacular de este macizo. En el centro, las tierras altas y sus extremos. Veamos sus principales zonas y puntos de acceso para itinerarios de trail. Can Maçana: en el extremo occidental, se encuentra esta área con aparcamiento y mesas de picnic, desde donde iniciar itinerarios hacia la región de Agulles y el refugio Vicenç Barbé, en la vertiente sur, o hacia la cara norte por el Coll de Guirló, donde confluyen ambas vertientes. Para unirlas en un itinerario circular recomendamos pasar por el Coll de Porc y el Pas del Príncep. También podremos optar por mantenernos en la cara sur y desde el refugio dirigirnos hacia la Cova de l’Arcada y el Vermell del Xincarró, concurridas zonas de escalada deportiva, para volver de nuevo al refugio y a Can Maçana por Els Pallers o bien por la pista que recorre la falda de Montserrat.
LAS CARRERAS Las carreras en estas montañas son exigentes y donde no falta una buena dosis de tramos técnicos.
Cursa de l’Alba-Marató de Montserrat. Tres décadas ya para esta prueba que se ha convertido en cita ineludible para el corredor y amante de Montserrat. Parte de Collbató para cubrir una distancia de 24 kilómetros. Este 2017 se celebrará, bajo el marco del mismo evento, la cuarta edición de la Marató de Montserrat. cursalba.cat
Montserrat Skyrace. Técnica y vertical, esta propuesta parte de la cara norte, de Monistrol de Montserrat. La Montserrat Skyrace se presenta en dos distancias, 15 y 25 kilómetros. montserratskyrace.com Les Arrels de Montserrat. Otro recorrido que parte desde Monistrol de Montserrat para cubrir 13 y 21 kilómetros por los contrafuertes septentrionales del macizo. lesarrels2016.webnode.es
Todos los caminos llevan a Montserrat Son muchas las romerías y peregrinaciones al Monasterio de Montserrat desde diferentes puntos de la geografía catalana. El excursionismo histórico siguió también la tradición de rendir los honores a La Moreneta, patrona de Cataluña, finalizando muchas marchas de resistencia en la plaza del conjunto monástico. La más representativa es la Matagalls-Montserrat, con 82,5 kilómetros y con más de 100 años de historia. Hay otras que se han convertido con el paso del tiempo en alternativa para los corredores de montaña que no gustan del ambiente competitivo, como la GràciaMontserrat, Els Tres Monestirs, Molins de ReiMontserrat y un largo etcétera.
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El Camí de les Bateries, un ascenso largo y tendido hacia las tierras altas.
Cara sur: esta vertiente es amplia y soleada. Una propuesta fácil y panorámica es recorrer la falda de Montserrat desde Collbató hasta Can Maçana. La pista marca el límite entre los campos y la montaña. Discurriremos entre olivos, almendros y pinares, contemplando siempre las paredes de conglomerado que tendremos a un tiro de piedra. A mitad de camino, el pueblo de El Bruc ofrece un buen receso. Desde este núcleo a Can Maçana, siempre por pista o camino ancho, tendremos que enfrentarnos a rampas algo exigentes debajo del mismo collado de Can Maçana. Debes calcular unos 10 kilómetros sólo de ida. Collbató es también punto de inicio estratégico para acceder al Monasterio desde la cara sur. Varias son las posibilidades: el conocido como Camí de les Bateries, un ascenso largo, de algo más de 4,7 kilómetros, pero con rampas indulgentes que permiten correr. Discurre a media ladera y conforma un excelente mirador sobre la comarca del Penedès y su zona costera. El camino a la ermita de Sant Joan se inicia a media subida por el camino anterior. Se trata de una opción 54
más corta y directa a la parte superior de Montserrat, concretamente a la llamada región de Tebes. Otra alternativa interesante es empezar en la concurrida Cova del Salnitre en Collbató (cueva visitable, con área de picnic, bar y gentío). Siguiendo el GR-172 y después de un largo flanqueo, llegaremos al camino con tramos empedrados que conduce a la ermita de Sant Miquel, algo más arriba del Monasterio. Zona centro (el Monasterio): desde el epicentro religioso, podremos visitar cómodamente la zona alta y la cumbre del macizo, Sant Jeroni (1.237 m), con su mirador sobre la cara norte y los Pirineos, así como una impresionante perspectiva de las paredes de Els Ecos. Y recorrer la sierra de Les Lluernes, pasando por el pie del característico Cavall Bernat, inmenso monolito de conglomerado, guardián de estas montañas. En su cumbre, se alza una Moreneta metálica. En dirección opuesta, llegar hasta el Montgròs será un regalo: nos encontaremos flotando en medio de este océano de formas redondeadas. Desde el Monasterio también, por un tramo de esca-
La región de Agulles es uno de los platos fuertes de estas montañas, por accesibilidad y cercanía desde Can Maçana.
leras que atraviesa una brecha bautizada como el Pas dels Francesos, llegaremos en poco tiempo al pie del refugio de escaladores de Sant Benet. Sin dejar el GR-172, descenderemos sin dificultad hacia el monasterio y refugio de Santa Cecília, ubicados al pie de las paredes de la cara norte, que despliega espectaculares muros de casi 300 metros de altura. Cara norte: El lado oscuro de la fuerza. En invierno, el sol penetra tímidamente en esta vertiente fría, escarpada y con final vertical. En ella, se ordenan las principales paredes que conforman la muralla y el perfil afilado de Montserrat. Veamos qué depara. Recorrer la cara norte por el GR-172 nos regalará la experiencia de la verticalidad. Aunque el sendero, perfectamente balizado, es un sube-baja constante sin grandes desniveles, su ubicación a tocar de las grandes paredes proporciona una perspectiva de respeto. Por este, se puede llegar al citado Coll de Guirló y al área de picnic de Can Maçana. La ventaja es que al discurrir paralelo a la carretera, tendremos escapatoria en caso de una retirada forzada. Como itinerario en línea, es una propuesta fácil dejando un
vehículo en Santa Cecília y un segundo en Can Maçana. Hay que calcular poco menos de 6 kilómetros. Desde esta vertiente, algunas canales nos permiten comunicar con la parte alta de Montserrat o con su vertiente sur. Las más transitables son la impresionante canal de Sant Jeroni, la canal del Miracle, la de la Font de la Llum (que da acceso al Portell de Migdia, frontera entre Montserrat occidental y oriental), la de les Àligues (por donde se accede al Coll de Porc) o el Portell Estret (puerta de entrada a la región de Agulles desde esta vertiente). Otra clásica es el ascenso desde Monistrol de Montserrat por el camino tradicional que conduce al Monasterio: unos 3,5 kilómetros con tramos de escalones y unos 400 metros de desnivel positivo. Es el utilizado por excursionistas y las principales marchas de resistencia que finalizan en Montserrat, como la Matagalls-Montserrat o Els Tres Monestirs. Las verticales. Montserrat es un buen lugar para entrenar desniveles, tanto desde la vertiente sur como desde la norte. Aquí van un par de ideas. 1. Collbató-Sant Jeroni (9,5km y 837 m D+). Desde 55
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Tomando un respiro en el refugio Vicenç Barbé.
el final del pueblo (400 m), por el Camí de les Bateries, se llega a la estación superior del funicular de Sant Joan (Pla de les Taràntules) para seguir hasta Sant Jeroni (1.237 m). 2. Monistrol de Montserrat-Sant Jeroni (8,5 km y 1.096 m D+). Desde el puente sobre el río Llobregat, tomamos el camino tradicional a Montserrat (GR-6 y 96). Optamos por el GR-96 hasta el Monasterio. Desde aquí, por las Escales dels Pobres y el Pas dels Francesos seguimos sin problemas el camino hasta la cumbre. La perimetral. Una manera de llevarse a casa un buen recuerdo de este macizo es recorrelo por su perímetro, una especie de menú degustación de 26 kilómetros y unos 1.200 metros ascendidos. Como punto de incio, escogemos Collbató, por servicios y facilidad de acceso desde la autovía A-2. Sigue hacia las Coves del Salnitre y allí toma el GR-5 y el 172 (comparten camino) que dibujan un largo flanqueo. Desvíate hacia la ermita de Sant Miquel y baja al Monasterio (km 7), punto de avituallamiento interesante. Remonta por las Escales dels Pobres y el Pas 56
dels Fracesos hacia el refugio de Sant Benet. Por el Pla de la Trinitat (GR-172) y el Camí de l’Arrel bordea la muralla norte hasta el Coll de Guirló. Sin más complicaciones, por pista, pasa por las inmediaciones del pueblo de El Bruc (km 20) y de aquí por Can Jorba y la Vinya Nova hasta Collbató.
TOMA NOTA Acceder. A la cara sur, por la autovía A-2. Collbató y El Bruc tienen salida propia. A la cara norte es posible acceder por Can Maçana desde la A-2, o bien subir al Monasterio por Monistrol de Montserrat. El aparcamiento es de pago. El refugio de Santa Cecília, en la cara norte, es un buen punto de inicio con parking gratuito y servicios en el refugio. Méteo. Consulta el parte meteorológico. El conglomerado, por tiempo húmedo, se vuelve resbaladizo. Igualmente, la nieve hace acto de presencia cada año.
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CAN MAÇANA
REF. VICENÇ BARBÉ
CARA SUR
EL BRUC
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CARA NORTE
MONISTROL DE MONTSERRAT
SANT JERONI
MONASTERIO DE MONTSERRAT
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