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QR: Entrevista a Graciela Iturbide. Esperanza Islas Arroyo
from ANTiDOGMA #6
by uc_2021
y de percibir el mundo. Las fotografiaron, aunque nunca hicieron la misma toma. La foto tomada en Ocumicho, una comunidad indígena tarasca famosa por sus festividades, unida en sus tradiciones y guiada por la autoridad de los viejos, en el estado de Michoacán, da cuenta de ello1. En la imagen vemos a un niño de frente y de pie con los brazos cruzados, vestido de falda, pantalón, camisa y huaraches. Tiene el rostro cubierto con dos máscaras una de luchador y la otra, movida hacia su lado derecho, de papel maché con la cara de un viejo. Elementos de la cultura popular que nos recuerdan el eterno sincretismo en el que vivimos. Para los ojos de Iturbide es la imagen de Jano, con el embrujo de lo aparecido que implica reconocer lo viejo y lo nuevo, la fotografía se enviste de un nuevo significado que nos remite al dios bifronte de las puertas, de los finales y de los comienzos.
Más tarde, como colega de Álvarez Bravo, Iturbide siguió aprendiendo de él la poesía del tiempo y de la vida misma. Graciela reconoce y agradece hasta hoy que la mayor enseñanza de Don Manuel fue esa mirada interior que da la libertad de conocerse y ser una misma. Después de todo, Graciela Iturbide escribe con esa mirada sensible a la luz.
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Graciela Iturbide, Jano, Ocumichu, Michoacán, México, 1981 Graciela Iturbide, Pescaditos de Oaxaca, México,1997
Rosa Casanova identificó este empoderamiento femenino como parte del espíritu de época que acompaña también a los replanteamientos de la iconografía nacionalista2. La fotografía de Iturbide nos confronta con las mujeres indígenas, nos adentramos en momentos íntimos entre las mujeres seris deldesierto de Sonora y las zapotecas del Istmo de Tehuantepec. Sus retratos, ante todo, nos muestran la diversidad cultural a la que pertenecemos. La fotografía en la portada de este número muestra a una mujer seri con la expresión del desierto en su rostro, la aspereza del sol está marcada en sus arrugas y un gesto duro que reclama su lugar en el mundo. La postura y la mirada se enaltecen ante un punto de vista
Graciela Iturbide, Angelita pintándose, Desierto de Sonora, 1979