Experiencias de Vinculación Bidireccional UCSC Universidad Católica de la Santísima Concepción Registro Propiedad Intelectual: 2022-A-790 ISBN [ I ] : 978-956-6068-31-0 ISBN [D] : 978-956-6068-30-3 Editorial Universidad Católica de la Santísima Concepción Alonso de Ribera 2850, Concepción, Chile ediciones@ucsc.cl (56) 41 234 5022 www.ucsc.cl http://ediciones.ucsc.cl 1ª Edición, marzo de 2022 Diseño Gráfico: Claudia Lagos Cabello Impresión: Impresos Amar y Compañía Limitada La presente obra es una iniciativa del proyecto USC1995 financiado por el Ministerio de Educación a través de su Programa de Mejoramiento de la Calidad y Equidad de la Educación Superior (MECESUP)
ÍNDICE
PRESENTACIÓN
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MARCO REFERENCIAL
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LAVANDERÍA 21
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CARRERA DE TÉCNICO UNIVERSITARIO EN ALIMENTOS EN LA CÁRCEL EL MANZANO
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CONSTRUCCIÓN DE HUERTOS ORGÁNICOS EN DOMICILIOS
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MUSEO DE ARTE RELIGIOSO Y PATRIMONIO CULTURAL
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CUENTOS INFANTILES EN TIEMPOS DE PANDEMIA: EDUCANDO A TRAVÉS DEL ARTE
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PREUNIVERSITARIO SOCIAL JUVENIL UCSC
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OBSERVATORIO DE LA CALIDAD DEL AGUA DEL BIOBÍO PARA LA GESTIÓN HÍDRICA DEL RIEGO
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PROGRAMA DE COLABORACIÓN CON EL SENAME
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NÚCLEO CIENTÍFICO TECNOLÓGICO PARA EL DESARROLLO COSTERO SUSTENTABLE
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PLATAFORMA AMBIENTAL, ECONÓMICA Y SOCIAL DE LA BAHÍA DE CONCEPCIÓN
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DIAGNÓSTICO Y PLANES DE RECUPERACIÓN DE LAS LAGUNAS URBANAS DE CONCEPCIÓN
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PLAN DE FORTALECIMIENTO DE LA FORMACIÓN INICIAL DOCENTE
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PRESENTACIÓN En el marco de su política de Vinculación con el Medio, la Universidad Católica de la Santísima Concepción ha impulsado durante los últimos años una serie de iniciativas de trabajo colaborativo en los territorios de la región del Biobío y Ñuble. A través de este escrito, conoceremos 12 experiencias donde se manifiesta de manera importante la vinculación bidireccional, entendida como interacciones horizontales, colaborativas, en espacios institucionales formales y estables de co-construcción y transmisión de conocimientos compartidos con los principales agentes del desarrollo territorial.
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Tal como señala el Modelo de Vinculación con el Medio, un factor importante a considerar es “la contribución del quehacer institucional a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y a los objetivos estratégicos planteados en la Estrategia Regional de Desarrollo de la Región del Biobío (ERD) (…) se propicia el encuentro entre el saber científico y el saber experiencial, siendo los agentes del territorio (sector público, privado,
academia y sociedad civil) quienes participan en la creación colectiva de conocimiento en los ámbitos: educacional, científico, tecnológico, artístico, social, profesional y productivo. Las acciones de vinculación con el medio que lleva adelante la universidad responden, ya no sólo a acciones de tipo unidireccional, las que, en palabras de Von Baer, se definen como la relación de la universidad con instituciones acotadas, donde sólo se ejerce el rol de realizar extensión hacia el medio, sino que pasan a tener un marcado acento bidireccional, con intercambios recíprocos y de construcción compartida de conocimientos, entre la universidad y su medio pertinente, donde están presentes los beneficios mutuos, que orientan los intercambios entre la academia y su entorno”. Los invitamos a conocer estas experiencias con entrevistas y testimonios de sus propios actores. Alfredo García Luarte Vicerrector de Vinculación con el Medio UCSC
globalización, han surgido nuevas nociones, tales como la Responsabilidad Social Universitaria o los sistemas de acreditación, que consideran en sus ítems las relaciones de extensión, que buscan, a su vez, dar cuenta de las formas de vinculación de estas casas de estudio con la sociedad, en este nuevo entorno hegemonizado, a nivel económico y político (María José Sepúlveda, 2015).
MARCO REFERENCIAL
Conceptualmente, las universidades han ido cambiando su mirada y trabajo inicial, en materia de formación de profesionales y capital humano, tanto de pregrado como postgrado, con un conocimiento avanzado para el desarrollo de un país, de cara a transformarse en la actualidad en actores relevantes a nivel territorial y de comunidades de base, comprendiendo que el desarrollo del país es multidireccional y que, por lo tanto, ellas ocupan un rol central para favorecer la equidad y el desarrollo territorial. En la época actual, dentro de un contexto de
Este libro busca recopilar las experiencias de Vinculación Bidireccional desarrolladas por la Universidad Católica de la Santísima Concepción, surgidas desde el interior de la universidad y coconstruida con su comunidad interna y el medio externo. A través de la sistematización, que es aquella interpretación crítica de una o varias experiencias que, a partir de su ordenamiento y reconstrucción, descubre o explicita la lógica del proceso vivido en ellas: los diversos factores que intervinieron, cómo se relacionaron entre sí y por qué lo hicieron de ese modo (Oscar Jara Holliday, 1994). La Sistematización de Experiencias produce conocimientos y aprendizajes significativos que posibilitan apropiarse de los sentidos de las experiencias, comprenderlas teóricamente y orientarlas hacia el futuro con una perspectiva transformadora, utilizando la pauta confeccionada por Jara Holliday, donde, a partir del total de casos de vinculación, se desarrollaron 15 entrevistas a los actores cruciales, en modalidad uno a uno vía remota, observando su aporte en aspectos educativos, formativos, valóricos y académicos, y en cómo estos ejes de acción posibilitarían un desarrollo integral del sujeto, en función del desarrollo social.
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LAVANDERÍA 21 Desde hace ocho años, un proyecto muy especial en materia de inclusión ha marcado la opinión pública regional y nacional. Se trata de La Lavandería 21, que entrega un espacio laboral a personas con Síndrome de Down. Nació como una iniciativa del Arzobispado que, con el apoyo de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, el Instituto Profesional Duoc UC y la colaboración de la Universidad San Sebastián, lograron que Lavandería Industrial 21 abriera sus puertas en agosto del 2014, con una marcha blanca de un mes e inaugurándose oficialmente el 6 de septiembre del mismo año.
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Responsable: Arzobispado de Concepción, Universidad Católica de la Santísima Concepción, el Instituto Profesional Duoc UC y la colaboración de la Universidad San Sebastián. Contraparte: Trabajadores y trabajadoras, junto a sus familias. Geo-Referencia: Gran Concepción.
¿Cómo nace esta iniciativa?
LAVANDERÍA 21: LA UNIVERSIDAD AL SERVICIO DE LA INCLUSIÓN. Para conocer más detalles de esta bella iniciativa, conversamos con Maite Otondo, profesora especialista en Educación Diferencial de la Facultad de Educación de la UCSC y miembro del directorio de Fundación Lavandería 21.
“Este proyecto nace a partir de una invitación generada por Monseñor Fernando Chomalí a una serie de personas de Concepción y otras comunas de la región. Concretamente, él tenía la idea de hacer una lavandería, reproduciendo un modelo exitoso que había visto en Francia, España y Estados Unidos. Monseñor convocó mucha gente: empresarios, gerentes de banco, intelectuales y académicos de la universidad. En mi caso, fui invitada por mi trabajo anterior en la discapacidad intelectual. A decir verdad, la iniciativa fue muy bien acogida por todos los que fuimos convocados. Personalmente, me produjo mucha identidad su idea, por eso me propuse crear un modelo de inclusión laboral, según todas las experiencias extranjeras que veníamos revisando desde hace ya mucho tiempo, como los casos de Barcelona, Madrid y Alemania. Desde ahí, le propuse un modelo de inclusión laboral para las personas en situación de discapacidad, que consiste en el modelo que ha tenido buenos resultados”. ¿Cómo fue la experiencia de hacer primero una fundación y luego generar un espacio donde iban a trabajar personas con discapacidad? “Las personas que convocó Monseñor, de partida, ya tenían mucha cercanía con la discapacidad. Estoy hablando, por ejemplo, de un gerente de banco que tenía un hijo con discapacidad, o de un vicerrector académico que tenía un nieto discapacitado, entonces
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la sensibilidad estaba. Por mi parte, cuento con formación académica en discapacidad intelectual y desde el principio la iniciativa me generó mucho entusiasmo, ya que en los países desarrollados este modelo de la inclusión laboral ya había tenido buenos resultados. Entonces, dijimos ‘¿por qué no puede resultar acá?’, pero necesitábamos el apoyo de todos. Hay que considerar que cuando empezamos con esta idea no existía la ley de inclusión (…)La incertidumbre, más que nada, tenía que ver con el tema de la confianza, o sea, nosotros estábamos confiados en que estábamos haciendo una buena propuesta desde el modelo de inclusión laboral, pero nosotros teníamos esa convicción que nace desde el amor hacia el otro, y con eso no bastaba, necesitábamos la confianza de la sociedad, las familias y los propios jóvenes”. ¿Y el rol de las alianzas con otras organizaciones? “Tenemos muchas alianzas. Una de las más fuertes es la asociación con el DUOC, de hecho, el director del DUOC es uno de los miembros del directorio de esta fundación. Necesitábamos una gran confianza en otras instituciones que trabajan con la discapacidad, gran confianza en otras universidades, por qué no decirlo. Nosotros estábamos convencidos, pero también teníamos que ir ganándonos la confianza de otros. Esta se ha ido generando en forma progresiva: comenzamos lavando seis kilos de ropa a la semana y llegamos a
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lavar dos mil kilos de ropa semanalmente. Hay mucha gente involucrada, empresas del sector, miembros de otras instituciones, como la Universidad San Sebastián, cuyo departamento de arquitectura colaboró con la maqueta que nosotros necesitábamos, y así podría nombrar muchas empresas y mucha gente, que, gracias a Dios, nos han tenido confianza y que siguen colaborando con nosotros, como clínicas, hospitales, entre otros muchos”. ¿Y cómo fue el primer día de trabajo de la Lavandería 21? “La verdad es que nosotros partimos mucho antes de la inauguración de la lavandería. Comenzamos en las dependencias de la parroquia Sagrada Familia. Ahí el padre José Carter nos prestó los espacios para que pudiéramos empezar a trabajar una cuestión súper concreta con los jóvenes y las familias, que tenía que ver con habilidades sociales, habilidades en el trato y en la convivencia. Partimos, entonces, en abril de 2014, preparando en ese terreno a los jóvenes, formando la autodeterminación y la autonomía. Posterior a eso, en septiembre de 2014, se inauguró la lavandería. Empezamos con nueve trabajadores, y eran los seis kilos de ropa a la semana que te mencioné hace un momento. ¿Cuál es la metodología de trabajo con los jóvenes?
“El modelo que nosotros empleamos, que es el empleo con apoyo, es un modelo que tiene todo un sustento teórico detrás (…) Partimos en todo esto de la lavandería levantando perfiles para los puestos de trabajo. Pensamos en seis puestos de trabajo: la clasificación de la ropa, el lavado, el secado, el planchado, el embolsado y el despacho. Una vez determinados los perfiles para cada puesto de trabajo, comenzamos a capacitar a los jóvenes para que aprendieran a realizar la función asignada, pero resulta que, de pronto, nos dimos cuenta de que en dos o tres días ese joven ya dominaba las funciones de su cargo, entonces empezamos a rotar, aunque ese no era el modelo inicial. Comenzamos con la rotación y nos dimos cuenta de que los jóvenes eran capaces, de una u otra forma, de aprender todos los puestos de trabajo, y eso fue una maravilla, fue tremendamente revelador, porque ni los jóvenes ni sus familias se imaginaban que esto podría suceder. Después nos dimos cuenta de que muchos de ellos podían ser monitores de sus compañeros, dado que aprendían muy bien. Así, hemos tenido muchas revelaciones respecto al modelo que presentamos, resultando tremendamente novedoso, por eso llama tanto la atención de la gente. ¿Esto demuestra el efecto del entorno en las personas en situación de discapacidad? “Lo que tú dices es muy importante, porque la lavandería siempre fue pensada para que los jóvenes no se quedaran ahí, sino para que
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fueran a otras empresas, porque esa es una inclusión plena. Tenerlos institucionalizados, repitiendo siempre el mismo modelo, no tenía mucho sentido. Cuando dijimos que los queríamos llevar a trabajar a otros lugares, la idea no fue muy bien acogida, pues cualquiera piensa que es complicado trabajar con una persona con Síndrome de Down. Pero, afortunadamente, dado que demostramos que los jóvenes eran capaces, muchos de ellos ya no están en la lavandería, pero no porque hayan renunciado y se hayan ido, sino porque están trabajando en empresas externas, y eso ha sido lo importante, muy importante. En lo personal ¿Cuál ha sido el efecto de esta experiencia en los trabajadores? “Esto tiene que ver con la dignidad humana. Es una cuestión que es bien específica, que tiene que ver con la bioética personalista, ontológica, con que la persona. Hay que entender que la persona con discapacidad es, ante todo, persona, por lo tanto, tiene todo su desarrollo como persona humana. Es extraño ver a una persona con síndrome de Down triste, porque, en general, son sonrientes y cariñosos, pero eso tiene que ver con una cuestión propia de ellos. Estos jóvenes son muy orgullosos de sus logros, y en este caso estamos hablando de logros personales, fuera del marco de la dependencia de sus familias, son logros propios, entonces, desde la bioética personalista, esto es tremendamente revelador, pues la persona se siente digna, porque en el fondo se le brinda dignidad.
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...muchos de ellos ya no están en la lavandería, pero no porque hayan renunciado y se hayan ido, sino porque están trabajando en empresas externas, y eso ha sido lo importante, muy importante. Maite Otondo. Académica de la Facultad de Educación UCSC y miembro de la Fundación Lavandería 21.
Esto tiene que ver mucho con aspectos como la autoimagen, la proyectividad, su relación con los otros y su autodeterminación”. “Cuando partimos, llegaban de la mano con sus familiares, absolutamente dependientes, entonces nosotros también tuvimos que hacer un trabajo ahí, porque nos interesa la autodeterminación de ellos. Los padres les elegían la ropa, les elegían que tenían que comer, los horarios, los intereses y las motivaciones, y hemos ido haciendo un trabajo absolutamente arduo con ellos para que entiendan que ellos también son personas, por lo tanto, tiene que ser autónomos, tienen que autodeterminarse, es decir, si van a una tienda con el dinero de su sueldo, por lo menos que se puedan elegir una polera. Ese es un trabajo que con los padres tampoco creíamos que íbamos a lograr, pero, sorprendentemente, se ha logrado, y esto ha sido muy importante para ellos. Hay que entender que cuando nosotros los fuimos a buscar, a rescatar a estos jóvenes de sus casas, el año 2014, lo que nosotros encontramos eran jóvenes inactivos, la mayoría de ellos obesos y bastante reducidos cognitivamente”. ¿Cuál ha sido para usted el efecto de esta vinculación bidireccional con el mundo de la discapacidad? “A nosotros nos ha cambiado la vida, porque, obviamente, poder sostener este proyecto ha sido sumamente gratificante. Todos los
trabajos que realizamos tienen un protocolo, un procedimiento, una evaluación y una retroalimentación, todo lo realizamos de esa manera, y eso lo hemos ido aprendiendo con el tiempo. Hemos tenido que pensar, re pensar, inventar, crear, diseñar, desechar también y así sucesivamente, entonces, ha sido para nosotros un desafío permanente, es un desafío que tiene que ser sostenido y sostenible, que necesita mucha preparación, porque no es llegar y pensar en algo que podría resultar, necesitamos revisar algo que ha resultado, que existe evidencia científica y que nosotros lo podemos sostener, ese es el tema. En los países desarrollados, Holanda, por ejemplo, tiene para la inclusión de la discapacidad una tremenda subvención, y nosotros en Chile tenemos lo que tú conoces”. Son días de cambio en materia de inclusión en nuestro país, pero aún falta mucho por avanzar y las familias de los trabajadores de la Lavandería 21 lo saben muy bien. Juana González es madre de Franco, uno de los operarios que dan vida a este proyecto con su trabajo diario y comenta: “lo primero que sentimos como familia fue una satisfacción inmensa por sus logros, de pasar de ser un estudiante a trabajador, con su propio esfuerzo, lo que había realizado en su vida por fin era reconocido. Llegar a la lavandería y encontrar personas, como Monseñor Chomalí, que no se quedaron sólo con las ideas, con un grupo de personas que crearon la lavandería, fue una satisfacción para nosotros como padres. El trabajo dignifica
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a nuestros hijos, demuestra que no hay barreras para la inclusión laboral y está más que demostrado, pues la lavandería lleva años funcionando”. Para Juana “la sociedad tiende a veces a sentir ternura o lástima cuando ven a un chico con Síndrome de Down y cierran puertas, eso no es lo que necesitan, sino la oportunidad para demostrar sus capacidades”. Para resumir el gran impacto de la Lavandería 21, Juana González, es muy clara: “Franco está feliz cuando va a trabajar, porque sabe que, a fin de mes, será remunerado y puede comprar lo que él quiera”. ¿Y cómo fue la experiencia para Franco desde el inicio? “Fue una cosa nueva, una experiencia que fue de a poco cultivando y además aprendiendo a trabajar, de hecho, cuando llegó a la lavandería no sabía ni siquiera si él podría trabajar. Empezó a planchar, lo que no había hecho jamás, en la casa no sabía tampoco hacer cosas. Con el tiempo, él fue demasiado meticuloso y hasta el momento es más autónomo, puede hacer cosas sin que se le dé una orden, porque ya sabe de su trabajo, le dan una pauta y él va haciendo las cosas que se le encargan en el día”. ¿Qué cambios ha notado en él durante estos años de trabajo?
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Su personalidad. Es una persona alegre, una persona muy respetuosa, todos esos valores que se dan en la casa. Hasta el momento todo ha sido positivo, todos los días va aprendiendo y haciendo algo nuevo, eso no sé si será común en todos los jóvenes, pero como plancha o como dobla, ya no dobla ni plancha como partió, ahora todo tiene que quedar perfecto, a lo mejor eso lo ha logrado mejor, la perfección, él mismo se impone que tiene que ser perfecto. A Franco le gusta mucho lavar y planchar, lo que no le gusta es separar la ropa, pero ha hecho de todo, ha lavado, echado a lavar, ha secado y planchado”. ¿Cómo es su relación con sus compañeros y compañeras? “En un taller se analizó la palabra líder, y sus compañeros lo empezaron a nombrar. Les preguntaron por qué creían que Franco lo era, y dijeron: ‘porque él es muy buena persona, él siempre, cuando nosotros pedimos ayuda, él nos ayuda”. Cuando terminábamos la conversación con Juana, Franco se acercó a nosotros, y le preguntamos qué era lo que más le gustaba, y nos respondió que ir a planchar. Nos comentó que por estos días seguía trabajando y que le gustaba recibir su sueldo. Ahí le consultamos: ¿Qué es lo que más te gusta comprar con tu dinero? Y nos respondió: Perfumes.
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CARRERA DE TÉCNICO UNIVERSITARIO EN ALIMENTOS EN LA CÁRCEL EL MANZANO Desde el año 2007, la Universidad Católica de la Santísima Concepción ha desarrollado una vinculación muy especial con Gendarmería desde su Instituto Tecnológico. La primera experiencia dice relación con impartir la carrera de Técnico en Construcción entre los reos de la cárcel El Manzano. Más tarde, desde el año 2014, se imparte Técnico Universitario en Alimentos.
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Responsable: Instituto Tecnológico. Contraparte: Gendarmería. Geo-Referenciación: Concepción.
LA UNIVERSIDAD EN LA CÁRCEL: UNA OPORTUNIDAD PARA CAMBIAR. Para contarles de esta historia, conversamos con Raúl Escobar, docente del Instituto Tecnológico, quien en esa época llegó a sede proveniente de la Facultad de Ingeniería. El profesional recuerda que esta historia parte cuando le ofrecen la posibilidad de integrar el grupo de profesores que acudirían a la cárcel: “cuando me los ofrecieron, yo dije ‘¿por qué no? no tengo ningún problema en ir a la cárcel’. En esa época, este proyecto no estaba institucionalizado, sino que era una cuestión más bien personal, entonces, había algunas deficiencias de gestión. Muchas cosas no estaban listas, se atrasaban, el semestre partía en julio y terminábamos haciendo clases en enero y febrero. A nivel de la universidad, era un poco difícil de manejar, estaba todo desfasado, porque en ese tiempo el Instituto Tecnológico tampoco estaba muy asociado a los procesos institucionales, nosotros teníamos procesos
separados, todo se hacía a mano, por decirlo de alguna manera, entonces había ahí una facilidad entre comillas que nos permitía hacer algunas cosas fuera de plazo”. Escobar añade que por parte de Gendarmería había una muy buena disposición “muy favorable, pero ahí voy a ir mezclando algunas cosas, porque había anécdotas, por ejemplo, uno escuchaba que los gendarmes decían que ‘son los malos los que tienen oportunidades’ y ellos que eran los buenos no tenían los mismos beneficios. Entonces, ellos veían esto un poco reticentes. Había muchos gendarmes que por años habían sido suboficiales, que llevaban muchos años en el servicio y que tenían la convicción de que la reinserción o la reinvención de una persona que ha sido delincuente no es posible, entonces, era una cosa permanente”. Y le insistían categóricamente: “profe ¿y a qué viene a perder el tiempo otra vez?” “esa era el comentario de entrada y era muy frustrante para mí”.
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¿Cómo fue el proceso de instalación en la cárcel? “Teníamos una sala que era de uso exclusivo para nosotros, que la universidad la amobló con las mismas sillas que usan los estudiantes. La sala estaba alfombrada, tenía calefacción, tenía instalación eléctrica, muebles, computador, proyector, tenía todo lo que tienen las salas de clases de la universidad, con algunos resguardos, obviamente, por un tema de seguridad. Una de las primeras cosas que aprendí ahí en una de las inducciones es que te dicen: ‘recuerde que ellos son delincuentes’, no hay que perder de vista ese hecho para poder atender de mejor manera las diferencias propias que hay ahí”.
ahí disponible. También teníamos problemas, a propósito de lo que yo les comentaba respecto a que los gendarmes no estaban muy de acuerdo con esto. Yo tenía clases a las 10 de la mañana, llegaba 15 minutos antes, y a las 11 de la mañana todavía no podía partir la clase, porque hay todo un protocolo que ellos tienen que cumplir en la mañana”. Y llegó el momento de los primeros titulados. ¿Cómo fue esa experiencia? “En el primer egreso que hubo, recibieron sus títulos en el Aula Magna del Arzobispado, pues ahí se hacían todos los procesos de titulación de la universidad, aunque con todas las medidas de seguridad, por su puesto”.
¿Recuerdas cómo fueron las primeras clases? “Yo recuerdo que en la primera generación de chiquillos, deslumbraban con su presentación personal: llegaban todos de traje y corbata. Igual había dos o tres que eran un poco más díscolos, un poco diferentes, ellos se sentaban un poco más atrás, qué sé yo, pero en general, todos iban perfumados, peinados, los zapatos lustrados parecían casi unos zapatos nuevos, una evidente preocupación por su presentación personal. También teníamos un alumno espectacular, teníamos alumnos que eran de siete, desde la entrada hasta la salida, yo sé que la nota no dice mucho, no dice todo con respecto a lo intelectual, pero refleja en buena parte la capacidad que había
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¿Cómo se logra trabajar con la desconfianza que la sociedad tiene con los presos? “Nosotros tenemos un alumno que salió en libertad condicional a fines del año pasado. A él le faltaban algunas actividades curriculares finales, así que lo ayudamos para que pudiera terminar en la sede con nosotros, con el apoyo de una profesora que estaba permanentemente a su lado; pero resulta que en enero supe que había matado a una persona. Por otra parte, a él, en diciembre, poco antes de Navidad, lo balearon en su auto, recibiendo en su cuerpo tres tiros, de once que le dispararon. Cuando yo hablé con él por teléfono, me comentó que se estaba
recuperando y que tenía muchas cosas pendientes con el entorno. Ante este tipo de situaciones, te das cuenta de que estamos en deuda, porque el proceso de reinserción no es darles un título, eso no es suficiente. De hecho, un título colgado en la pared no sirve para nada, porque la sociedad, en general, no está preparada para recibirlos a ellos y no tenemos dónde insertarlos laboralmente”. ¿Cómo fue hacerse cargo de este programa? “Yo me hice cargo del programa en junio del año 2018, y me ofrecieron quedarme a cargo por la experiencia que yo tenía de estar tantos años haciendo docencia y conocía bastante bien el sistema, y ya en el año 2019 comenzamos a trabajar con la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio. Desde entonces, con Romanette Aguilera establecimos una mesa de conversación, donde invitamos a diferentes actores y empezamos a hacer esto mucho más institucional, de hecho, ahora en el informe de autoevaluación aparece como una actividad importante”.
...los profesores, en general, se entregan a la labor, se preocupan de los estudiantes. En general, en el Instituto Tecnológico está ese sello en el término de la docencia, y los estudiantes lo reconocen... Raúl Escobar. Académico del Instituto Tecnológico UCSC.
Con la demolición de la antigua cárcel y la construcción de la infraestructura concesionada, se estableció un giro en esta historia, ya que cambió la carrera de Técnico en Construcción por la de Técnico en Alimentos, como plan de estudios para ofrecer a los reos. Raúl Escobar explica: “el problema que
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traíamos con la carrera de Técnico en Construcción era la práctica profesional. Yo iba a hacer clases y me encontraba con las generaciones anteriores, entonces los alumnos me preguntaban ‘cuándo me voy a titular’, ‘profesor, me falta esto’, ‘profesor, me falta esto otro’ (…) De hecho, para la primera generación, la universidad invirtió una cantidad importante de dinero, porque se necesitaba hacer una ampliación ahí en las dependencias de la cárcel, se necesitaba hacer una sala extra, entonces la universidad se puso con dinero para los materiales y los alumnos hicieron los planos, los cálculos y
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la construcción, y eso solucionó en parte el problema de la práctica profesional. Lo otro es que algunos podían tener algunos beneficios y salían y encontraban ellos mismos su práctica afuera, pero es un poco complejo cuando tienen antecedentes. Cuando se abrió el Penal Biobío y la concesión de Sodexo, lo más pertinente era cambiar de carrera y ofrecer en vez de la carrera de Técnico en la Construcción, el Técnico en Alimentos, porque al tener la posibilidad de hacer la práctica profesional al interior de la cárcel, nos asegurábamos de que terminaran todo el proceso estando internos”.
Hay alumnos que terminaron su carrera en Construcción e incluso profundizaron su formación ¿Cómo se logró? “Porque ellos tenían una red de apoyo en términos familiares, ellos y ellas, en realidad, porque en ese tiempo teníamos varones y damas. Las mujeres estaban al lado del penal de El Manzano, en un reducto para mujeres que está separado, pero muy cercano, por lo que no es difícil transitar de un lugar a otro. Ahora, para admitir mujeres en la carrera, para llevarlas al penal Biobío, hay que hacer exactamente los mismos trámites que para llevarlas al juzgado, entonces hay que tener un carro y personal para dicha tarea, tienen que llevarlas engrilladas hasta la reja dos y ahí las desengrillan, es un tremendo procedimiento, y ahí es donde se aprecia la voluntad de Gendarmería, porque la institución podría haber dicho que no ingresáramos mujeres, para así evitar más problemas”. Pero al salir ¿siguen las complicaciones para ellos? “El alumno del que les hablaba anteriormente me decía ‘profe no me puedo ir a mi casa, porque yo me voy a mi casa y cada cinco minutos tendría afuera a alguien ofreciéndome trabajo’, se imaginarán qué tipo de trabajo, entonces me dijo ‘no puedo hacer eso’. Su pareja tenía un hijo de cinco años y estaba embarazada, nació a mediados del año pasado, entonces me dijo ‘yo me fui
de donde estábamos’, pero eso le significaba 250 mil pesos de arriendo, de dónde los sacaba, no tenía trabajo. Fue y encontró trabajo en una carnicería, pero duró una semana, el administrador le dijo ‘te felicito, realmente fuiste un apoyo’, porque le hizo algunas recomendaciones, incluso desde el punto de vista de los conocimientos que él tenía, a pesar de que todavía no había terminado, pues le faltaba un poquito, pero le dijo ‘espectacular, aquí está tu sueldo’, pero lamentablemente el dueño de la carnicería no lo quiso contratar, porque por los antecedentes, cero posibilidad. Con eso el chico se frustra y es una sensación que te aprieta en el estómago todos los días, porque uno lo sabe, y cuando te suena el teléfono y es el chico, uno no sabe qué te va a decir”. Y después de años preso, su contacto con la libertad es muy difícil. “No pudo terminar, porque tenía problemas de conexión, no se manejaba bien en las dispositivos computacionales, hay que entender que estuvo como 20 años en la cárcel, entonces se desactualizó, a lo mucho sabía apretar las teclas de un teléfono (…) Hay muchas ganas de ambas partes de los que toman el programa, de nosotros y de los gendarmes. Sodexo también, pero ahí tenemos algunos problemas con ellos, problemas que son solucionables, pero se requiere más voluntad y potencia”.
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Hemos visto el efecto en los alumnos, pero ahora nos gustaría saber el efecto en ustedes de esta experiencia. “Los docentes sienten la satisfacción de haber hecho algo por alguien, más allá de lo económico, y eso es invaluable. Hemos encontrado profesores que se han comprometido de una manera increíble, que siempre están disponibles ante alguna solicitud (…) me emociono, los entrevisto y los profesores, en general, se entregan a la labor, se preocupan de los estudiantes. En general, en el Instituto Tecnológico está ese sello en el término de la docencia, y los estudiantes lo reconocen, todo el mundo lo reconoce, en las encuestas y otras instrumentos de evaluación, la preocupación y la atención de los académicos hacia los estudiantes, y con estos chicos no es diferente, pero como decías tú, la pregunta al revés, ¿qué nos deja a nosotros? Y la respuesta es: la satisfacción de saber que estás haciendo algo que aporta a la sociedad en general”. Para este trabajo pudimos contar con el testimonio de uno de los ex presos que cursaron sus estudios en la carrera de Técnico en Alimentos. Edgar Llanos relata que ingresar a estudiar “fue una decisión personal para poder, en parte, enmendar ciertas cosas de mi vida, poder capacitarme, recopilar información nueva y poder reinsertarme de manera correcta en la sociedad”. Llanos destacó el “gran apoyo de parte de los docentes que tuvieron la voluntad y el
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...la satisfacción de saber que estás haciendo algo que aporta a la sociedad en general. Raúl Escobar. Académico del Instituto Tecnológico UCSC.
profesionalismo de poder enseñar, a pesar de que no todos podían captar de una manera apropiada la información, pero poniéndole ganas, estudiando, con esfuerzo, y también con el apoyo de docentes, cuyas enseñanzas en cuanto a química, ver la inocuidad del producto, cómo mantener la refrigeración y a qué proporciones tengo que mantener la comida para que no se infecte con materia orgánica, fueron muy importantes”. En la actualidad, Edgar está trabajando en el área de panadería y repostería. Nos comentó que está “incursionando un poco en esa área y quiero convalidar y poder seguir mis estudios para poder emprender una Pyme, una panadería con repostería, y ahí poder incursionar en este tema del negocio gastronómico, ésa es mi proyección, es mi enfoque y es mi desafío”. Finalmente nos transmitió un potente mensaje a la sociedad: “Para los empresarios, decirles que la reinserción existe, que una persona puede cambiar su forma de vida, que una persona puede capacitarse dentro de un penal, puede educarse dentro de un penal, así que a todas las personas, empresarios, microempresarios, personas que apoyan la reinserción y creen en el cambio de las personas, que no duden en apoyar proyectos, en invertir en reinserción en este país, porque hay gente que quiere cambiar”.
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CONSTRUCCIÓN DE HUERTOS ORGÁNICOS EN DOMICILIOS En Chillán se desarrolló durante los años 2019 y 2020 la asignatura de Compromiso País, de carácter optativa y, por tanto, no incorporada en la malla curricular. El primer objetivo fue buscar una organización que desarrollara trabajo social con la cual vincularse y, segundo, que los estudiantes propusieran una actividad que generara un impacto positivo en los usuarios de la institución. Fue así como se comprometió un espacio de vinculación entre el plantel universitario y la
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Corporación de Apoyo a la Niñez y Juventud en Riesgo Social Llequén. Responsable: Instituto Tecnológico UCSC Chillán Contraparte: Corporación Llequén. Geo- Referenciación: Chillán
¿En qué trabaja la Fundación Llequén?
HUERTOS ORGÁNICOS PARA NIÑOS Y NIÑAS EN RIESGO SOCIAL: UNA NUEVA OPORTUNIDAD PARA LAS FAMILIAS. “En Chillán era la primera vez que se daba la asignatura de Compromiso País. Tengo entendido que anteriormente se habían hecho otras experiencias, pero en el marco de las propias asignaturas de los estudiantes, por lo tanto, como asignatura, era la primera vez que se daba”, nos comenta al iniciar su relato, la docente Ximena Soto. Los estudiantes “querían trabajar con niños vulnerables y la tarea de nosotros como universidad era buscar al socio comunitario con esas características. Ellos elaboran los criterios de cómo es el grupo que a ellos les gustaría trabajar, sin siquiera saber qué es lo que vamos a hacer. La primera tarea es identificar con quién les gustaría trabajar, para lograr captar su atención. Nuestra labor, después, es buscar la agrupación”. Ximena Soto sostuvo que así llegaron a la fundación Llequén, gracias a la gestión de la universidad y a través de la Coordinadora de Vinculación. Aquí compartiremos detalles de la conversación con la profesional de la UCSC.
“La Corporación Llequén trabaja con niños infractores de ley y con niños que también han tenido problemas con familias disfuncionales, por lo tanto, sentíamos que este proyecto iba a ser muy beneficioso, porque les iba a permitir conectarse, aunque sean minutos con sus familias, no desde la lógica de la televisión ni del reto, sino desde la lógica de construir algo juntos, ‘armemos este huerto juntos’”. Pero ¿cómo nace la idea de enseñar a construir huertos orgánicos? “En el tema de los huertos orgánicos, la verdad de las cosas, tuvimos que hacer cambios drásticos drástico debido a la pandemia (…) la asignatura compromiso país es 100% presencial, pues debemos vincular a los estudiantes con la realidad, y para eso tenemos que llevarlos a la realidad, llevarlos a conocer a los grupos sociales con los cuales vamos a trabajar. Así lo hicimos el 2019, llevamos a los estudiantes a las distintas agrupaciones donde trabajamos y ellos se conectaron físicamente, visitaron el lugar, trabajaron en el lugar; por lo tanto, la imagen que se tenía en Compromiso País es ésa, y cuando comenzamos el primer semestre 2020, la lógica de inicio era la misma presencialidad
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absoluta, o sea, teoría y planificación en la sala, y después a terreno, todo a terreno, porque esa es la característica, pero con la pandemia cambió el sistema absolutamente. Primero, preparándonos o conocer cómo trabajar en virtualidad, conociendo las plataformas (…) era terrible, terminaba con dolor de cabeza y los estudiantes igual, porque teníamos que cumplir el objetivo, que era conectar a los alumnos con la realidad social”.
¿Qué limitaciones presentó la crisis sanitaria? “No sabíamos en qué íbamos a trabajar, porque uno de los objetivos es que los estudiante identifiquen problemáticas, no es que sean problemáticas pre definidas, entonces debemos ir profundizando, es un trabajo bien ‘de hormiga’, pero, a la vez, le permite a ellos ir tomando conciencia de cada paso que van dando; desde ese punto de vista, le preguntamos a la Corporación si podíamos tener una reunión con ellos para que nos contaran en qué consistía su labor y cuáles eran sus principales problemáticas, todo esto en contexto de pandemia y confinamiento. Ya nos habíamos hecho la idea de que esto tenía que ser virtual, entonces teníamos que solucionar el problema del impacto a través de esta modalidad, y una de las formas fue, básicamente, a tratar de vincularnos de manera virtual con el socio comunitario”.
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¿Cómo fue el proceso para elegir construcción de huertos orgánicos?
la
“Comenzamos a conversar y surgió un montón de ideas, y lo primero que querían hacer ellos era comenzar a trabajar con los niños y, en ese momento, los niños no podían salir, no podían hacer nada. Entendamos que son niños vulnerables, entonces, cómo los apoyábamos desde esa perspectiva, cómo les llevábamos algo virtual y que pudiese ser positivo para ellos y que les permitiese salir un poco de este tema tan complejo que estábamos viviendo todos, que eran las cuarentenas. Los jóvenes querían enseñarles el tema de los huertos, cómo construirlos, y esa fue una de las ideas que siempre rondó en todas estas reuniones, ‘enseñémosle a construir huertos que sean orgánicos y, además de eso, que ellos incorporen material reciclado, para que, desde pequeñitos, aprendan el cuidado del medioambiente y podamos meterlos en esa lógica también’. Le presentamos esta idea a la Corporación y a ellos les pareció que era muy adecuado poder hacerlo, porque sentían que ésa era un poquito la forma de sacarlos de toda esta problemática. Esto surgió por una necesidad de poder aportar en una realidad compleja a un grupo vulnerable, y que fuera algo beneficioso y que les quedara a ellos como experiencia de vida, de poder compartir con las familias, de poder sacarlos un poco de la lógica. Afortunadamente, todos
estos niños tenían patio, pudieron ocupar sus patios, pudieron ocupar sus paredes y ellos sintieron que también eran un aporte a la familia, entonces, por donde se mirase el proyecto era positivo”.
¿Cómo funcionaron las actividades? “Como los destinatarios eran niños de 6 a 10 años, no muy pequeños ni muy grandes, se encontraban en una edad donde podíamos trabajar desde el juego. Los estudiantes se preocuparon de crear personajes y darles vida. Ellos mismos se disfrazaron, y aquí contaré una anécdota, porque para las chicas de Educación de Párvulos fue sencillo, porque ellas, por su lógica de formación, tienen la facilidad de hacerlo; pero resultaba divertido ver a mis estudiantes de Construcción disfrazados de duendes y enseñándoles a niños a cómo armar esta estructura. Para el desarrollo de la inducción trabajamos la definición de roles, donde cada uno pudiese aportar desde su carrera o desde lo que estaba aprendiendo, por lo tanto, las chicas se preocuparon de crear los personajes, crearon los contenidos y la didáctica; mientras que los estudiantes de construcción se preocuparon de mostrar cómo tenían que hacerlo, los cuidados que tenían que tener los niños y niñas, y los materiales que resultaran más fáciles de manipular por ellos. En ese sentido,
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la experiencia fue exitosa, fue bonita, porque se logró mezclar todo. La Universidad aportó con llevar los kits, los armamos y se los fuimos a dejar a los 12 niños o 15 niños que trabajaron, casa por casa, para que ellos, después que tuvieran sus kits, recibieran estas cápsulas a través del Whatsapp y pudieran ir viendo cómo construir su huerto”. A tu juicio ¿Cuál fue el mayor impacto de la asignatura en los niños? “La evidencia nos mostró que los papás ayudaban a los niños, de hecho, hacíamos reflexiones y decíamos que nunca nos hubiésemos imaginado, si hubiésemos visto estas imágenes, que estas familias tenían conflictos internos tan graves, que los niños estaban dentro de esta Corporación. Nosotros sabíamos que tenían situaciones personales y familiares muy delicadas, conocíamos las historias que había detrás, pero las fotos nos mostraban otra cosa”.
¿Algún otro efecto positivo? “El proyecto fue muy bien recibido por los niños, porque se sintieron responsables de algo, y eso hizo que trabajaran con mucho compromiso. Los huertos los armaron sus familias, sino que ellos lo amarraban, ponían la tierra en las canaletas, plantaban; los adultos
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...ellos logran identificar ese aporte a través de su propia experiencia, se dan cuenta de que no necesitan de grandes cosas para ser responsables socialmente, solo basta con aportar desde lo que ellos son, desde lo que ellos están estudiando, ésa es una primera gran reflexión, y es una reflexión que se ha repetido todas las veces que he hecho esta asignatura... Ximena Soto. Académica del Instituto Tecnológico UCSC.
sólo apoyaban y guiaban. Ellos nos mandaron videos que también grafican eso, entonces no solamente los estábamos sacando de su realidad, sino que estábamos propiciando la unión familiar. Aclaro que no digo padres porque en muchos casos los niños no estaban con sus padres, sino que estaban con la abuelita o con algunos tíos, que eran los tutores. Este es un tema respecto al cual tuvimos que ser muy cautelosos: nunca hablar de padres, sino que hablar de adulto responsable, para que ellos no se sintieran discriminados. Nosotros sentimos que el proyecto impactó de forma muy positiva, pues los niños tuvieron que cuidar estas plantitas, regarlas, cuidarlas, ver su crecimiento y finalmente sentirse felices porque podían comer de esas plantitas o sus frutos, de hecho, nos enviaron fotos, hace poquito, de sus plantas de tomate, que están tremendas; entonces, ellos fueron protagonistas de un proceso cuyo resultado fue concreto, tangible.” ¿Y cuál fue el mayor efecto positivo de la experiencia en los estudiantes? “Nosotros siempre hacemos al final del curso una reflexión. Yo les pido que escriban un pequeño ensayo y que hagan una reflexión de todo el proceso, desde cuando partieron hasta el último día, que es cuando hacemos el cierre de la asignatura, y dentro de ese
proceso se destacan varias cosas. Primero, se destaca la responsabilidad social que tenemos todos, ellos logran identificar ese aporte a través de su propia experiencia, se dan cuenta de que no necesitan de grandes cosas para ser responsables socialmente, solo basta con aportar desde lo que ellos son, desde lo que ellos están estudiando, ésa es una primera gran reflexión, y es una reflexión que se ha repetido todas las veces que he hecho esta asignatura; segundo, reconocer la importancia del trabajo en equipo, pues independiente de los problemas que surjan dentro del equipo de trabajo, lo que finalmente deben priorizar, sobre toda esa cantidad de conflictos que puedan tener entre ellos, porque los tienen, es el objetivo final que, en este caso, es sacar adelante este proyecto, porque hay personas que esperan de ese proyecto, que se entusiasman y esperan que se les entregue lo que ellos mismos comprometieron; Finalmente, valorar las capacidades que ellos tienen, reconocer sus fortalezas, pues la definición de roles propicia que identifiquen no sólo sus atributos académicos, sino también personales”. Quien también conoce de cerca la experiencia de este bello proyecto es Patricia de la Fuente, de la Fundación Llequén, quien también destacó la labor de los estudiantes, señalando que “realizaron un gran trabajo
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para llegar a las familias”. Patricia relató que “la intervención que realizaron los estudiantes de la universidad con nuestras familias parte cuando la crisis sanitaria recién se estaba iniciando, entonces, para nosotros, también implicaba un tremendo desafío el poder implementar una actividad en este contexto. Destaco en eso el compromiso, la vocación y la responsabilidad que mostraron los alumnos, sumados al entusiasmo y la creatividad, porque ellos agotaron todas las estrategias para implementar una alternativa que permitiera llegar a las familias”. Para la profesional, lo importante es que se pudo “realizar una actividad que contribuyera a que las familias se unieran alrededor de esto. Para los huertos familiares, se les entregaron los materiales, por parte de la universidad, a las familias, y se les acompañó en todas las indicaciones para trabajar en ello, con toda la información, y eso involucró el trabajo de los adultos con los niños. Esto último es muy valioso, porque generó una instancia de encuentro familiar. Los niños se preocupaban de enviar videos, retroalimentarnos y mostrar lo que estaban haciendo. Creemos que ese impacto no deja de ser fuerte, porque en un contexto así, donde muchas familias no la están pasando bien, donde muchos niños están hace tiempo alejados de sus amistades,
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de sus espacios de distención, el colegio, ésta fue una actividad que, de alguna u otra manera, también los extrapoló a otros lugares, y los hizo trabajar en conjunto y buscar un espacio de distracción”. Lo más importante, a juicio de la Fundación Llequén, es que esta experiencia no quedó estancada, ya que, según su representante, “Trabajar el tema del autoconsumo tuvo mucho impacto, pues le permitió a las familias darse cuenta de que, independiente del espacio que tienen en sus casas, sí es posible implementar un huerto, tener alimentos que, de alguna u otra manera, vayan paleando un poco el costo que significa adquirir esto fuera del hogar. Esta iniciativa quedó instalada, las familias han continuado trabajando en eso”.
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MUSEO DE ARTE RELIGIOSO Y PATRIMONIO CULTURAL Probablemente muchos penquistas y personas de todo el Gran Concepción han observado que, a un costado de la Catedral de Concepción, un ventanal muestra, tras una potente reja, el ingreso a un imponente lugar. Se trata del Museo de Arte Religioso, presente hace 21 años en la ciudad y que está a cargo de la Universidad Católica de la Santísima Concepción. No siempre fue parte del plantel universitario. El museo se encontraba al interior de la Catedral y se trasladó a su espacio actual en el año 1995. Más tarde, en 1999, se entregó a la Universidad
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Católica de la Santísima Concepción en formato de comodato. La UCSC es garante de la administración y de su conservación patrimonial. Responsable: Dirección de Extensión Artística y Cultural Contraparte: Ministerio de Educación y Coanil. Geo-Referenciación: Concepción
MUSEO DE ARTE RELIGIOSO: PATRIMONIO, EDUCACIÓN E INCLUSIÓN. Este es un museo universitario de arte religioso y eso lo hace muy especial, ya que en Chile hay pocos lugares como éste, de hecho, es el único de la región del Biobío. Entre sus acciones, fomenta el cuidado del patrimonio histórico, y tiene objetos del siglo XVI en adelante, lo que representa información histórica relevante dentro del proceso de fundación de la ciudad, por lo que, culturalmente, es una semilla de historia de Concepción. Actualmente este espacio cuenta con más de 800 piezas museales, algunas en comodato, otras la universidad las adquirió y, como en todo museo, también hay donaciones, por ello este maravilloso espacio cultural ofrece un lugar imperdible de visitar para todas las generaciones. La información presentada en este artículo fue entregada por la coordinadora del Museo de Arte Religioso, Natalia Baeza, quien nos comentó sobre alguna de las piezas más destacadas: “hay un Cristo de marfil, que es el objeto más
antiguo del museo que demarca la temporalidad, porque es del siglo XVI. Fue donado y llegó a este territorio por el rey Felipe II de España, en pleno proceso de ocupación española, y demarca también la fundación de todo lo que es actualmente el Arzobispado de la Santísima Concepción. Es el objeto más antiguo, con mucha información histórica, y me atrevo a decir que es uno de los objetos más antiguos de los museos de acá en Concepción. Los textiles también son súper relevantes, porque son del siglo XVI, XVII algunos, y otros ya más del siglo XVIII, eso nos demarca también el proceso de colonización de la corona española. Son textiles muy ostentosos, lo que nos hace pensar que acá existió un Virreinato y que la Iglesia Católica no debía ser menor que el virreinato del Perú, por eso es que son tan ostentosos en cuanto a su confección, bordados con hilos de oro y plata, por ejemplo”. Este es el Museo de Arte Religioso de Concepción y desde hace algún tiempo sus representantes se han dado la misión de vincularse con la comunidad. Natalia Baeza nos comenta más detalles de esta interacción en la siguiente conversación.
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¿Cómo es la relación de ustedes con el público externo? “Es una relación súper buena, y eso no es que sea mérito mío. Desde antes que yo llegara a trabajar aquí, como también trabajo con la carrera de Historia, venía y me fijaba que había mucha vinculación con la comunidad. Desde que yo estoy en el museo, hemos trabajado mucho con establecimientos educacionales, atendiendo a estudiantes de diversos niveles, hemos recibido niños de cinco años hasta estudiantes universitarios. La idea es que el museo sea un espacio de aprendizaje fuera del aula donde puedan aprender de historia, pero también de música, arte y lenguaje, por ejemplo. Pero no solo recibimos personas jóvenes, también nos visitan agrupaciones de adultos mayores, así que el museo recibe público de todas las edades.” ¿Y la relación con otras instituciones? “Estamos trabajando harto con la comunidad penquista. Por ejemplo, con la biblioteca municipal hemos logrado trabajos en conjunto, como una feria cultural en el 2019.” ¿Para ustedes cuál es el mayor aprendizaje de la vinculación externa? “Dentro de los aprendizajes más relevantes que tienen estas actividades es que hay que fortalecer mucho la educación. Creo que
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dentro del trabajo de los centros culturales es un punto súper importante, lo que requiere tener a los profesionales idóneos dentro de estos espacios. Este es un Museo de Arte Religioso, lo que puede agradar o desagradar a la comunidad externa, pero es importante que las personas entiendan que un museo de este tipo puede enseñar diversos elementos, de hecho, llegan muchas personas de diversas áreas con las cuales podemos trabajar desde la arquitectura, historia, música, arte y lenguaje. Así, la educación cultural patrimonial ha sido uno de los puntos más importantes en nuestras actividades, y ya es prácticamente un estandarte dentro del Museo”. Entonces educar a la comunidad es el mayor desafío… “Sin duda. Dentro de las actividades que hacemos, por ejemplo, conversatorios, seminarios, actividades según las edades, siempre el punto esencial es la educación, más aún porque estamos en una universidad, en un mundo académico, donde además contamos con profesores que se han ido acercando cada vez más al museo, eso nos ha dado súper buenos resultados y felicitaciones. Si tuvieras que medir el impacto social del Museo ¿Qué dirías? “Debemos entender que todo Museo es social. A partir de esa premisa, como coordinadora
del museo, he hecho vinculaciones sociales con el propósito de impactar a la mayor cantidad y diversidad de público. Antes de la pandemia, el año 2019, trabajamos con Cultura UCSC en una exposición de trabajos inclusivos desarrollados por niños de la comunidad de Coanil en el taller Flor de Arte, instancia que permitió que los niños se sintieran parte del museo. También hicimos actividades para el 18 de septiembre con un grupo de niños de una escuela diferencial y trabajamos diversas temáticas dedicadas para ellos, a fin de que se den cuenta de que estos espacios son para todos y todas, no hay una diferencia. He trabajado también con comunidades de personas sordas, con apoyo de intérpretes de la lengua de señas. En una ocasión, también desarrollamos una actividad con personas con implantes cocleares y estaban fascinados, porque era la primera vez que participaban en una actividad cultural. Considero que la inclusión social, cuestión de la que siempre le hablo a mis estudiantes, es súper importante llevarla al museo.” Maravilloso trabajar por la inclusión ¿Cómo llegaron a esto? “La verdad es que también es una experiencia muy personal. Trabajo hace tiempo con el tema de lo inclusivo y además estudio la inclusión en los museos. Actualmente, los museos están buscando ser inclusivos, y en Chile los espacios culturales no lo son tanto. Nosotros visitamos un museo o vamos a una sala de arte
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y nos damos cuenta de que no es para todos y todas, y desde ahí nace mi problemática, la necesidad de poder establecer actividades inclusivas con agrupaciones. Pero ojo, que ellos no se sientan diferentes, porque una vez conversaba también con una profesora que era diferencial, me apoyó y me dijo ‘que en el afiche no diga que es una actividad inclusiva, porque ahí estás demarcando la diferencia’. Nosotros queremos llevar a todo el público al museo, y ahí es donde empiezan a nacer este tipo de actividades. Con Sandra, mi colega, que tiene una gran vinculación con
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otras entidades como Coanil, empezamos a trabajar, y el puntapié fue la actividad que realizamos para el día del patrimonio del año 2019, donde trabajamos con gente sorda, y de ahí no hemos parado con actividades inclusivas”. ¿Qué son las Rutas Patrimoniales? “Son recorridos para reconocer y valorar nuestro patrimonio. Personalmente, participo de ellas hace bastante tiempo, y
cuando llegué al museo quise fortalecer más esta instancia. Cuando llegan delegaciones, yo misma los guío en la ruta. Partimos por la plaza Independencia, vamos a la Catedral, bajamos muchas veces al subterráneo de la misma. Lo hacemos para la comunidad y también para los establecimientos educacionales, así los colegas planifican bien sus actividades y salimos a una ruta cortita muy cercana a la ciudad, porque siento también que falta conexión con la historia de Concepción. Para el día del patrimonio hacemos muchas rutas patrimoniales y va mucha gente, estamos hablando de 300 personas que se van distribuyendo en grupos, y es súper satisfactorio”. Estas Rutas Patrimoniales las conoce muy de cerca Gonzalo Ortega, Académico de Licenciatura en Historia y parte del Equipo del Museo en Tomé y Consejo Comunal para el Patrimonio de Tomé, quien nos explicó la experiencia que ha tenido con el Museo de Arte Religioso desde hace ya varios años, señalando que “por lo general llevaba estudiantes de colegios y estudiantes de la carrera de Licenciatura en Historia, a hacer visitas, a hacer recorridos dentro de algunas rutas que se habían diseñado para algunas campañas, según el contexto y el nivel que se estaba trabajando, no obstante, estas actividades fueron mejorando durante los últimos años, y hemos podido generar acciones mucho más significativas para los estudiantes, puesto que ahora el museo nos ofrece actividades que van más allá del
simple recorrido.” Ortega nos relata que “Aparte de ser un visitante recurrente, he participado diseñando actividades junto a otras personas, por ejemplo, encuentros entre ex estudiantes de Licenciatura en Historia y el museo. También he participado en actividades del Día del Patrimonio, trabajado en conversatorios, como también nos hemos adosado a las actividades de vinculación que ha desarrollado el mismo museo, por ejemplo, los miércoles de música en el museo y la presentación del proyecto de los cuentos del Biobío, por tanto, han sido varias las actividades a las cuales nos hemos incorporado y vinculado de manera positiva, ya sea con estudiantes, con grupos académicos, como también la vinculación en torno a la museología. Yo pertenezco a un equipo que es Museo en Proceso, trabajamos en Tomé y hemos logrado desarrollar iniciativas en torno a la problematización de la museística en la región del Biobío. Por otra parte, con el museo, y estrechando vínculo con el Consejo de Monumentos Nacionales, hemos colaborado en algunos aspectos técnicos que se han desarrollado principalmente en Lota”. El historiador concluye que “en el museo se ve el trabajo de conservación, se ve un proyecto de mejoramiento del espacio, por lo tanto, han sido experiencias positivas en torno a la vinculación y en torno a cómo ha mejorado sus procesos el museo”.
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CUENTOS INFANTILES EN TIEMPOS DE PANDEMIA: EDUCANDO A TRAVÉS DEL ARTE La escuela Virquenco está ubicada en las afueras de Los Ángeles, en un pequeño poblado a la altura del kilómetro 14 hacia Santa Fe, mientras que la escuela rural Las Parcelas de Santa Bárbara se emplaza en medio de la montaña, pero ambas tienen varios puntos en común. Los establecimientos padecen de vulnerabilidad social y cultural. Por ello, fueron los escogidos para desarrollar un maravilloso proyecto de vinculación de la Facultad de Educación de la
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sede Los Ángeles de la UCSC. Responsable: Instituto Tecnológico UCSC Los Ángeles Contraparte: Escuela Particular Las Parcelas. Geo-Referenciación: Santa Bárbara
EDUCACIÓN RURAL: APORTES PARA DISMINUIR LA DESIGUALDAD TERRITORIAL. Esta iniciativa es encabezada por Ignacio Salinas, Diseñador y Profesor de Bellas Artes con especialización en Economía , quien forma parte del plantel de la Provincia de Biobío desde el año 2019. Ignacio explica que el objetivo de estos proyectos “fue generar algún impacto cultural no solamente para los niños para quienes iba dirigida esta actividad, porque nosotros hicimos junto a los estudiantes de ese semestre dos secciones: hicimos videos y cuentos para niños, pero lo entretenido de estos cuentos es que la función principal era educar a través del arte. Así fue que la creación de los guiones estuvo inspirada en la vida y obra de artistas pictóricos del siglo XX, teníamos a Andy Warhol, Vicent Van Gogh y Paul Klee, artistas que están dentro de las bases curriculares de arte en la educación parvularia, pero que muchas veces no se trabajan. Entonces, la idea era generar un guión ficticio para que los niños y los papás, quienes iban a reproducir los videos en casa, conocieran un poquito sobre la vida y obra de estos artistas, obviamente con guiones e ideas originales que tuvieran alguna semejanza con la vida cotidiana de ellos”.
¿Nos puedes comentar algún ejemplo? “Trabajamos en un momento Vicent Van Gogh, pintor holandés que pintaba naturaleza, girasoles, por ejemplo, entonces se crearon guiones donde este pintor era un granjero que tenía un campito y plantaba flores, y de ahí nace toda la historia, de tal manera que tuviera semejanzas con la vida cotidiana de cada uno de ellos, de alguna manera pudimos adaptar estos guiones para que se sintieran parte de este proceso”. ¿Cuál es el resultado de esta iniciativa A+S realizada en medio de la pandemia? “Esta iniciativa tuvo un gran impacto dado el contexto socio cultural donde se mueve la comunidad escolar. Hay que considerar que las condiciones son bastante precarias, incluso, muchos de los papás ni siquiera son alfabetizados. Entonces, el proyecto cobra importancia porque las personas viviendo una experiencia que jamás habían tenido. Además, esto cobra mayor valor porque las estudiantes que trabajaron provienen en su mayoría de contextos muy similares, entonces, el hecho de que ellas puedan educarse y aprender en la universidad, y luego llevar su saber, le da un sentido distinto a la actividad. Para mí este proyecto y, en general, los proyectos que yo abordo por A+S vienen desde una necesidad meramente cultural y social, porque de alguna manera creo que
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como área educativa tenemos el rol de abrir un poco los ojos de la sociedad, de llevar la cultura a quienes no han tenido la posibilidad de tenerla cerca. No podemos olvidar que los colegios y escuelas no están solo en la ciudad, sino que también hay situación escolar en la ruralidad y, lamentablemente, en la mayoría de los casos, las escuelas rurales tienen muy poco acceso a muchas cosas, varios de los niños de la Escuela de Las Parcelas caminan más de 4 a 5 kilómetros para llegar su escuelita”. ¿Cómo eligen las temáticas a abordar en los proyectos de A+S? “Los proyectos de A+S son, de alguna manera, autogestionados. La universidad nos da la opción de buscar nuestros propios proyectos, entonces, si yo veo una necesidad, puedo ir y generar un vínculo externo para levantar un proyecto, el cual es protocolizado a través de un contrato, un convenio entre el socio comunitario y la universidad, que es firmado por el director de la sede, por el académico a cargo y las estudiantes. En este sentido, creo que mi facultad es visionaria al apoyar estos proyectos que benefician al espectro rural vulnerable, porque la vulnerabilidad no va solamente en el área económica, sino que también va en el área social, en la parte cultural, entonces creo que eso es algo de gran impacto”.
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¿Y el impacto en las estudiantes? “Con ellas ya veníamos trabajando hace un tiempo y conocían un poco el contexto con el que íbamos a trabajar y ellas estaban de acuerdo. De alguna manera, yo sentía que estábamos a la par en el sentido de responsabilidad social, desde nuestra área pedagógica. También, muchas de ellas viven en situaciones semejantes: para ir a la universidad, caminan cerca de 4 kilómetros para recién poder tomar un bus que las lleve a Los Ángeles, ya que provienen de Negrete y Huépil, localidades aledañas a la ciudad; entonces, fue impactante para ellas formar parte de este proyecto, tener la experiencia de poner a disposición de la comunidad sus conocimientos. Muchas de ellas se emocionaban mucho al ver a los niños y al conocer la valoración de las directoras, administrativos y profesores de las escuelas, quienes señalaban que este trabajo no tiene precio, pues para los niños era como ver una película, porque era una narración audiovisual, es decir, ellas crearon el guión, los personajes, los dibujaron, pintaron y animaron para poder contar la historia; entonces, esta experiencia también les permitió desarrollar habilidades en el uso de las TICs, herramientas que van a poder utilizar en su desarrollo profesional en el futuro.”
¿Aparte de esta experiencia, qué otros casos puedes destacar en la sede? “Yo he trabajado en cinco A + S, desde que entré a la universidad, porque estos se hacen a nivel semestral, y no todas las asignaturas lo habían hecho anteriormente. Anteriormente, había realizado obras de teatro. El 2019 fue el primero, un teatrillo de títeres; el segundo fue una obra de teatro presencial con las estudiantes en Antuco; y el tercero que es por el que me están entrevistando ahora. En el año 2020, trabajé con la radio del Arzobispado, gracias al vínculo con un sacerdote que trabaja acá en la universidad y que está a cargo de la radio. Lo que hicimos ahora, en el segundo semestre, fue otra actividad curricular que se llama “expresiones escénicas”, hicimos radio teatro para niños, entonces, en este caso era solamente voz, no era creación de personajes gráficos, no era pictórico en donde no se tenía que animar, porque el desglose de esta actividad curricular se llama, “expresiones escénicas y habilidades comunicativas”. Y como el objetivo principal de la asignatura, en cuanto a la transversalidad de este proyecto, es llevar los radioteatros a la radio, trabajamos en la creación de programas sobre valores éticos y morales desde la primera infancia, desde la educación inicial, valores como la amistad, no robar, no mentir, porque la idea era de radio teatro para niños de entre 3 y 6 años, aunque obviamente lo iban a escuchar todos, pero siempre enfocado a educación de párvulo”.
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¿Algún mensaje para el futuro de estas iniciativas de vinculación bidireccional? “Hacer un llamado a mis colegas a que amplíen su horizonte al momento de generar nuevas estrategias y vínculos, que pueden ser no solamente con universidades, sino que también con establecimientos educacionales de edad escolar, ayudando a los estudiantes de pedagogía a conectarse con la realidad educativa nacional. Creo que fue importante que las estudiantes vieran que no solamente el trabajo está en las grandes ciudades, es decir, uno puede ir a trabajar hacia otros contextos y creo que esa experiencia es importantísima. Hago esa invitación a que la gente pueda ver más allá y se atreva, pues, al fin y al cabo, ‘quien no se arriesga, no cruza el río’”. Desde la Escuela Las Parcelas, también tuvimos la visión sobre este trabajo de vinculación en medio de la pandemia. Paloma Poblete fue la directora del establecimiento al momento de la intervención y recuerda con mucho afecto la ayuda que se les entregó: “la universidad nos planteó la necesidad de desarrollar su asignatura en pandemia y nosotros también les planteamos las necesidades de la escuela, entonces idearon un producto, que fue un material audiovisual para trabajar desde el lenguaje distintas temáticas, y se trataba de cuentos que habían desarrollado los estudiantes en formato digital. La verdad es que este material llegó en un momento súper especial, ya que estábamos en una situación
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sanitaria compleja, lo que obligó a que las escuelas y sus equipos tuvieran que rediseñar rápidamente las estrategias de enseñanza, e ir rediseñándolas varias veces durante el año, porque la realidad, las expectativas y todos los tiempos van cambiando”. Pero no sólo a ese problema se enfrentó el establecimiento educacional rural, ya que, como relata Paloma, el año 2020 llegaron otras malas noticias: “la escuela sufrió un incendio importante que quemó prácticamente todas las salas de clases y gran parte del material pedagógico con el que se contaba para trabajar. Además de todo lo material, nuestras familias estaban viviendo una situación emocional compleja por la pandemia, ya que, a mediados del año pasado, no sabíamos si volvíamos a clases o no, si se iba a evaluar o no, y, de pronto, se quedaron sin escuela, fue un momento muy complejo. Cuando llegaron estos cuentos y este formato, primero nos sirvió como un material pedagógico, en un momento en que lo habíamos perdido todo, no teníamos nada que enviar a los estudiantes para apoyar el proceso educativo, entonces teníamos este material digital que nos permitía llegar a todos por igual, porque lo podíamos enviar por distintas plataformas, lo podíamos enviar a través del Whatsapp, del Facebook del colegio, entonces eso ayudó a que las familias sintieran rápidamente que la escuela seguía funcionando a pesar del incendio, y eso ayudó a contenerlos emocionalmente”.
“Desde las diversas temáticas que los cuentos presentaban, pudimos trabajar, de manera remota, no sólo los aspectos propios del currículum, sino, además, esos cuentos brindaron espacios para conversar, saber qué está pasando, hacer los primeros acercamientos a la contención emocional, porque habían cuentos que trabajaban distintas temáticas, desde lo más evidente sobre el Coronavirus, hasta cuentos que hablaban sobre la creatividad, la solidaridad, las ganas de salir a jugar, varios temas que ayudaban a que los estudiantes pudieran, también, contarnos lo que estaba pasando en sus casas”. Finalmente, la directora hizo una valoración del trabajo asignándole un carácter histórico, señalando que “generaron un material educativo que está dentro del contexto de una crisis, de un foco histórico que está pasando a nivel mundial, y este material va a quedar como evidencia de lo que pasó el año pasado, la creatividad que tuvieron los profesores para adecuar las necesidades de aprendizaje de sus estudiantes en medio de la pandemia, eso queda como testimonio del momento histórico que estamos viviendo”.
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PREUNIVERSITARIO SOCIAL JUVENIL UCSC Luego de la tragedia del 27 de febrero de 2010 con el terremoto y tsunami que afectó a nuestro país, una serie de iniciativas solidarias fueron en ayuda de nuestros compatriotas. En el balneario de Dichato, en Tomé, un grupo de estudiantes de pedagogía de la UCSC fue en ayuda de los jóvenes estudiantes que estaban ad portas de rendir la PSU, llevando a cabo un preuniversitario.
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Responsable: Facultad de Educación Contraparte: Municipios de Talcahuano, Hualpén, Coronel y San Pedro de la Paz. Empresa Puerto Lirquén. Geo-Referencia: Gran Concepción.
¿Qué encontraste al asumir la coordinación de esta iniciativa?
EL PREUNIVERSITARIO POPULAR: ABRIENDO LAS PUERTAS DE LA UNIVERSIDAD. Esta bella iniciativa se consolidó luego de que en el año 2011 la Facultad de Educación solicitara a una docente apoyar a los alumnos en el desarrollo de esta labor. Al cabo de un año, la profesional debió dejar esta responsabilidad y asumió la docente Edith Calderón, quien nos estregó detalles de lo que ha significado esta experiencia de vinculación con diversos territorios de nuestra zona.
“Este proyecto nace a partir de una iniciativa de estudiantes de pedagogía en Lenguaje y Comunicación, quienes desarrollaron un preuniversitario en Dichato para que los estudiantes afectados por la tragedia pudieran enfrentar de mejor forma la PSU. Este fue el precedente para comenzar, en el año 2011, con un preuniversitario más institucionalizado, con una académica de la institución en la coordinación. Más tarde, debido a que la docente a cargo tuvo que abandonar sus funciones por asuntos médicos, me hice cargo yo en el año 2012. Este preuniversitario era gratuito, solidario, en convenio con la Municipalidad de Talcahuano, especialmente la oficina de jóvenes, que estaba a cargo de la secretaría académica en ese tiempo, quien hacía toda la parte que tenía que ver con gestión y los convenios con el alcalde, mientras que yo tenía que estar en terreno con los alumnos y formar el equipo de profesores. Comencé trabajando con los profesores, que eran estudiantes de último año de las carreras de pedagogía en lenguaje y comunicación y e ingeniería. Estos últimos hacías las clases de física y matemática, pues la cerrera de pedagogía en matemática estaba recién comenzando y no tenía en ese entonces alumnos en el nivel necesario para hacer clases.”
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¿Algún obstáculo en los primeros meses? “A veces falta un poco de compromiso por parte de los beneficiarios. En un inicio, las clases se desarrollaban los días viernes en la tarde, y había muchos niños que no llegaban o se quedaban en otras partes y no cumplían. Entonces, en conversación con la secretaria académica, decidimos hacerlo los días sábados desde las 9 a.m. hasta las 4:30 p.m. Luego, para el año 2013 ya se había integrado la municipalidad de San Pedro de la Paz, y en ese periodo tuvimos el inconveniente de que los alumnos no se quedaban a las clases de la tarde. Por este motivo, para el año siguiente decidimos terminar las clases a las 2:30 p.m.. Para este periodo ya se habían sumado estudiantes de los municipios de Hualpén y Coronel. Además, comenzaron a asistir estudiantes hijos de trabajadores del puerto Lirquén y algunas niñas de una fundación del Colegio Padre Luis Amigó”. ¿Y el impacto de la participación de los estudiantes? “Desde el comienzo los estudiantes se muestran muy interesados y comprometidos con el proyecto. En los primeros años la selección de los alumnos que asumirían como profesores se hacía de manera relativamente informal, a partir de conversaciones de pasillo y recomendaciones de los académicos, pero eso ha ido cambiando. Ahora los alumnos ingresan mediante un proceso de postulación
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...para comunas como San Pedro, comunas dormitorio, que tienen sectores de mucha vulnerabilidad, como Caleta Alto del Rey, las tomas de San Pedro de la Costa o el sector más vulnerable de Candelaria, que llegue una institución a ofrecerles una beca para un preuniversitario, es muy bueno. Más aún, el hecho de trabajar junto al municipio, que conoce el territorio, para darle un buen enfoque al beneficio que se está ofreciendo. Katherine Ortega. Coordinadora de la Biblioteca Municipal de San Pedro de la Paz.
convocado por los jefes de carrera de lenguaje, matemáticas e historia. Para poder ingresar deben cumplir con algunos requisitos, por ejemplo, que no se encuentren cursando su práctica profesional o su seminario de título, pues son instancias que les demandan mucho tiempo. También se consideran sus notas en las prácticas pedagógicas, en qué nivel de carrera van, entre otras. La participación en el proyecto les brinda una gran experiencia, pues generan vínculos con sus estudiantes, los que provienen, en general, de contextos vulnerables y con un nivel de aprendizaje muy descendido. Además, su participación es certificada, lo que les brinda cierto grado de experiencia laboral para su currículum, y reciben una remuneración por sus horas de clases, que es equivalente a la ayuda económica que reciben los estudiantes por concepto de ayudantía”. ¿A qué atribuyes el éxito e interés por el preuniversitario? “En primer lugar, a su carácter solidario, puesto que es gratuito; segundo, al hecho de que se desarrolle dentro del campus, lo que resulta novedoso y atractivo para los estudiantes; y tercero, que nuestros estudiantes que salen a hacer sus prácticas hablan en los colegios del preuniversitario, entonces, los establecimientos, al ver una oportunidad para sus estudiantes, aprovechan la instancia”.
¿Cuántos estudiantes tienen en la actualidad? “En general, son 360 cupos en total, porque a las municipalidades se les dio los mismos cupos para modalidad online. Ellos me enviaron las nóminas, las listas de sus estudiantes con su email, con sus teléfonos, todos sus datos, y así completamos los 360 y más cupos”. Haces hincapié en la situación social de los alumnos ¿Podrías profundizar en eso, por favor? “Lo que más recuerdo en este momento son los casos de Talcahuano. Por ejemplo, unos estudiantes que eran hijos de pescadores y no podían asistir a veces a clases porque tenían que estar trabajando en alta mar al amanecer, o el caso de unos hermanos que se turnaban para asistir a clases porque no tenían dinero para el pasaje de ambos. También se dan casos de chicas que están embarazadas o que ya han sido madres. Yo me entero de estas situaciones porque como coordinadora juego el rol de jefe de UTP, entonces los días sábados estoy toda la mañana en la universidad, y ahí llegan los chicos a contarme sus problemas.”
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Para terminar, ¿cómo impacta el preuniversitario en el rendimiento de los estudiantes? “Los estudiantes ingresan sin selección. Recibimos las listas y son citados a rendir un diagnóstico, y en base a los resultados obtenidos se forman secciones de 30 estudiantes. Hemos llegado a tener 13 secciones. Las primeras secciones están conformadas por los puntajes más altos, y estos puntajes no superan los 400 puntos entre lenguaje y matemática. Durante el año se hacen ensayos, mini ensayos, para ir obteniendo datos, y, finalmente, un último ensayo para ver el progreso. Además, antiguamente, veíamos los resultados de la PSU, lo que nos permitía ver el resultado final, pero desde el año 2015, creo, se decretó la prohibición de enviar los resultados individuales a los colegios y universidades, lo que nos genera un problema, pues no sabemos cuál es el puntaje real que obtienen nuestros estudiantes. Ahora solo sabemos los resultados de los estudiantes que se matriculan en nuestra universidad. Pero comparando entre los resultados del diagnóstico con los de la PSU, los alumnos suben de 400 a 470 puntos en promedio, eso es lo que pudimos evidenciar hasta el 2015, y que subían entre 100 y 120 puntos, aproximadamente, lo que era muy bien valorado por la universidad, porque, al
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menos, le dábamos la oportunidad a esos jóvenes de poder postular a la universidad, pues lo mínimo para hacer la postulación son 450 puntos. Hay algunos que logran ingresar a la universidad. Yo hace un tiempo me encontré con algunos estudiantes nuestros en el Instituto Tecnológico. Yo lo encuentro extraordinario, porque sus posibilidades eran mínimas, pero en el trabajo de un año logramos entregarles herramientas para enfrentar de mejor forma la evaluación. En ese sentido, nosotros somos súper transparentes con los estudiantes, pues desde el inicio les hacemos saber que en un año no les podemos enseñar lo que no han aprendido en la enseñanza básica y media, sino que solamente los vamos a ayudar. Lo que hacemos es que, en base a los resultados del diagnóstico, seleccionamos las habilidades más descendidas y las fortalecemos.” Quisimos conocer la experiencia de una de las comunas que han recibido el impacto de esta iniciativa y dialogamos con Katherine Ortega, funcionaria del municipio de San Pedro de la Paz, quien realizó la coordinación de esta iniciativa. La profesional nos explicó que este preuniversitario “le abrió una oportunidad a jóvenes de sectores vulnerables. Estoy hablando de sectores como San Pedro de la Costa, Nueva Candelaria, Michaihue y Boca Sur, más que nada jóvenes que están en colegios municipales de la comuna o la
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intercomuna, que tienen una educación precaria y no tienen los medios para poder apoyarse con un preuniversitario.” Según Katherine, este espacio mostró las mejores conductas de los estudiantes, ya que, “para muchos de ellos, la única opción que tenían era postular al preuniversitario que entregaba la universidad, y los chicos lo agradecían mucho con su asistencia y responsabilidad. Nosotros desde acá, del municipio, tratamos de fomentarles a ellos la responsabilidad, tanto con la universidad como con su asistencia. Yo les pedía que me justificaran cada inasistencia, y respondían siempre, siempre me llamaban, entonces le entregó a muchos jóvenes una oportunidad que ellos no podían tener. Ellos no conocían la vida universitaria como tal, entonces, el estar en un edificio de la universidad, estar en el campus con los mismos estudiantes, los motivaba. De hecho, muchos de ellos querían ingresar a la universidad por lo mismo, porque vivieron en carne propia lo que era estar en una universidad.” Desde el municipio de San Pedro de la Paz, valoraron la política de vinculación de la UCSC, ya que es “una idea súper positiva, porque Concepción es el centro de la región, como lo que pasa en Santiago, entonces, para comunas como San Pedro, comunas dormitorio, que tienen sectores de mucha
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vulnerabilidad, como Caleta Alto del Rey, las tomas de San Pedro de la Costa o el sector más vulnerable de Candelaria, que llegue una institución a ofrecerles una beca para un preuniversitario, es muy bueno. Más aún, el hecho de trabajar junto al municipio, que conoce el territorio, para darle un buen enfoque al beneficio que se está ofreciendo.” También tuvimos la oportunidad de obtener el testimonio de una de las alumnas del preuniversitario. Damary González fue parte de esta experiencia el año 2020 y hoy estudia la carrera de Pedagogía Diferencial en la UCSC. La estudiante destacó lo importante del apoyo académico en plena pandemia: “fue de mucha ayuda, sobre todo ese año, ya que estábamos comenzando a enfrentar la pandemia, las cuarentenas, aceptando que ya no íbamos a poder estudiar presencialmente, lo que resultó bien estresante para muchos, yo creo, y el preuniversitario fue un gran alivio para los que buscábamos una opción para que nos fuera bien en la PTU. Además, las clases fueron muy bien explicadas, muy completas, muy interactivas, eso me gustó mucho, porque los profesores te daban como la opción de que tú pudieras participar en las clases, dar tu opinión. Además, los profesores trataban de que todas las semanas se fueran dando guías para complementar todo lo que habíamos visto en clases”.
Para Damary, quedó demostrado el gran compromiso de los profesores, ya que “en guías que resolvíamos, ellos te daban la opción de que tú pudieras decir la respuesta correcta, que opinaban de esto, igual era como súper bueno que uno pudiera dar su aporte en la clase. Otra de las cosas que a mí me gustaría destacar es la disposición o actitud de los profesores, que ayudaba mucho para tener una buena comunicación con ellos, no solo en clases, sino también en correos o en conversaciones por Whatsapp. Ellos se daban el tiempo de responder y explicar si había alguna duda, muy atentos y comprensivos si había algún problema. En general, es muy bueno el preuniversitario, y yo quedé muy satisfecha”.
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OBSERVATORIO DE LA CALIDAD DEL AGUA DEL BIOBÍO PARA LA GESTIÓN HÍDRICA DEL RIEGO El Centro Regional de Estudios Ambientales (CREA) es un centro que nace con una orientación hacia el estudio del medioambiente, en un comienzo, dirigido hacia la empresa privada, hacia la industria, teniendo en cuenta las exigencias medioambientales, que cada día son más rigurosas, donde se requiere de equipos técnicos y profesionales que puedan acoger los distintos seguimientos de las soluciones de calificación ambiental. El Observatorio de calidad de aguas del Biobío para la gestión hídrica de riego (OCAB) es el nombre del proyecto que se inició a fines del
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2019 y que termina a fines del año 2021, con una inversión de $299.440.000 por parte del Gobierno Regional del Biobío (Gore), proveniente del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC). Responsable: Centro Regional de Estudios Ambientales Contraparte: Canalistas del Biobío Geo-Referenciación: Región del Biobío
OBSERVATORIO DEL AGUA: UNA OPORTUNIDAD PARA LA AGRICULTURA. El Centro Regional de Estudios Ambientales es un centro que nace con una orientación hacia el estudio del medioambiente, en un comienzo dirigido hacia la empresa privada, hacia la industria, en atención a las exigencias medioambientales, que cada día son más rigurosas, donde se requiere de equipos técnicos y profesionales que puedan acoger los distintos seguimientos de las soluciones de calificación ambiental, que son parte de los procesos que llevan las empresas para poder operar dentro de un territorio determinado, y el CREA ha estado desde su inicio abocado a entregar ese servicio.
El centro nace con ese sentido en el año 2006, impulsado por el entonces rector, Juan Cancino, quien tomó esta iniciativa. El año 2011 se empezó a involucrar un poco más este centro con instituciones públicas. En este caso, abordaremos la notable experiencia de trabajo con canalistas y agricultores de la región del Biobío para construir un catastro y monitoreo de los canales de regadío de nuestra zona, denominado “Observatorio de la calidad del agua del Biobío para la gestión hídrica del riego”. Para eso conversamos con Robinson Sáez, quien es ingeniero comercial, tiene un Magister en Administración de la Universidad de Chile y lleva nueve años en el centro de estudios.
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¿Cuál es el origen de esta experiencia? “El año 2012, cuando ingresé al centro, una de las solicitudes que me hizo el Vicerrector de la época y el director del centro, fue tratar de involucrar un poco más a la institución con clientes o instituciones que fueran públicas, porque hasta ese minuto el trabajo era bien orientado a lo que era la industria privada, pero en el sector público no había un trabajo profundo, entonces, en ese sentido, una de las primeras cosas que hicimos fue tratar de entender cuáles eran las capacidades que tenía el centro, para poder ir al sector público y decirles ‘nosotros somos útiles en este ámbito y podemos cooperar o apoyar en cierta materia’. Estuvimos por lo menos un año revisando qué es lo que el CREA hacía, cómo lo hacía y quiénes eran los equipos técnicos. Entre las conclusiones que sacamos, vimos que teníamos un recurso humano altamente capacitado, pues contamos con profesionales investigadores con distintos grados académicos, doctores y magísteres del área biológico químico, y nos fuimos dando cuenta de que el centro tenía mucho potencial, sobre todo en lo relacionado con laboratorios de análisis, pues tenía distintas acreditaciones y certificaciones de los laboratorios, que le permitían cumplir con las necesidades que tenían las industrias y las empresas para poder realizar sus análisis y cumplir con los requerimientos ambientales. Desde ese lugar, empezamos a ver dónde podíamos ser más útiles, entonces comenzamos a hacer una revisión
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de los distintos sectores económicos donde pudiéramos generar algún impacto, y sin tener mucha claridad del potencial que había como para poder vincularnos con los actores del territorio, empezamos a darnos cuenta de que en el borde costero, donde teníamos mucha experiencia, podíamos tener una mayor relación con la pesca artesanal, con las empresas pesqueras, pero sobre todo con los pescadores artesanales, los recolectores de orilla, que muchas veces están desamparados y dependen un poco del trabajo que hagan las universidades; entonces, en ese sentido, fuimos viendo todo un tema donde podíamos vincularnos, generando algunos proyectos a través de fuentes de financiamiento pública como Corfo y el Gobierno Regional. Lo que hicimos fue tratar de levantar algunos proyectos y llegamos con algunas iniciativas que permitieron mejorar su calidad de vida, y en eso hay varios ejemplos y proyectos que terminamos, uno hace un par de semanas, que es un proyecto con algueras en el que generamos distintos talleres para que ellas puedan emprender”. ¿Y cómo llegan a la agricultura y el uso de agua? “Empezamos a ver que había otros sectores que también necesitaban o requerían de estos servicios o de esta ayuda. En el caso de los pequeños y medianos agricultores, no contaban con los recursos para poder contratar un servicio de este tipo, nos
...la experiencia nuestra de vincularnos, por ejemplo, con los distintos actores territoriales, es fundamental, porque yo no puedo cambiar la condición de la calidad de agua si no me vinculo con el entorno, con el alcalde, con el municipio, con los colegios, con los estudiantes; en el fondo, si no logro involucrarlos a todos ellos, es muy difícil que yo pueda cambiar esa calidad de agua. Robinson Sáez. Especialista del Centro Regional de Estudios Ambientales UCSC.
dábamos cuenta de que había una brecha importante en el sector agrícola, sobre todo en la industria agrícola alimentaria. Empezamos a darnos cuenta de que el discurso que establecen las distintas políticas públicas, planes de desarrollo, estrategias regionales y planes locales, muchas veces están en un nivel que se aleja mucho de su realidad. Por ejemplo, en la región se habla de una región agroalimentaria que tenga vocación exportadora, donde una de las principales actividades sea la frutícola, la agrofrutícola o la agropecuaria, por decirlo de alguna manera, también involucrando la hortofrutícola, cualquier otro rubro del sector, pero no existen las condiciones como para lograr ser esa potencia agroalimentaria, entonces, ¿por qué no vamos a lograr serlo? nos preguntábamos, y la respuesta fue: porque no estaban las condiciones en el territorio, entonces pensábamos ‘si queremos ser exportadores, por ejemplo, los exportadores más importantes de berries del país, que están acá en la región del Biobío, entre la séptima y la octava región, pasando por Ñuble, considerando que los mercados internacionales, incluso los internos, hoy en día están siendo más exigentes en la certificación, por ejemplo, de la calidad de agua con la cual se riegan estos frutales, tenemos que hacer algo al respecto’.”
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¿Cómo se ve afectada la calidad del agua en estos lugares? “Para explicarlo de mejor forma, voy a presentar gráficamente una situación: Un productor de hortalizas riegas sus plantaciones con el agua de un canal donde caen los desechos de una letrina, hay un basural, microbasural o animales muertos; el resultado es un nivel de contaminación brutal. Nosotros hemos recorrido más de mil kilómetros de canales, y nos hemos encontrado de todo, incluso, en la zona de Longaví, séptima región, se encontró el cuerpo de una persona, un cadáver, en un canal. Hay que considerar que estos canales de riego son fundamentales, pues son el conducto central para la producción agrícola del país, entonces vimos allí una necesidad que debía ser atendida con urgencia.” ¿Y de qué manera afecta la actividad comercial? “Este es un tema que hemos conversado con la Asociación de Exportadores de Frutas y con distintos organismos privados del sector. Es tan dramático que el día de mañana las condiciones de certificación sean tan altas, que puedan quedar fuera del mercado una cantidad importante de productores, que, lamentablemente, no son los más grandes, sino los pequeños y medianos. Los grandes productores tienen los recursos para pagar laboratorios, tienen sus propios químicos, sus propios equipos técnicos, incluso tienen hasta sus propios laboratorio, pero los pequeños y
medianos no tienen esas posibilidades, puesto que, como en nuestro país existe un mercado de agua basado en derechos de agua, la organización de este recurso se da a nivel de organizaciones privadas, que se organizan a través de comunidades, asociaciones de regantes o juntas de vigilancia. Esa es la estructura que existe en el país, y nos dimos cuenta de que, en el fondo, lo que teníamos que hacer era interiorizarnos en ese trabajo y, de esa manera, lograr entregarles estos servicios. Comenzamos, entre el 2014 y 2015, con un programa que para el momento fue una locura, porque lo presentamos a la Corfo y nos dijeron: ‘¿para qué se preocupan de eso, si el problema hoy día es la sequía, la falta agua? Tenemos que ocupamos de que las comunidades que no tienen agua puedan tenerla para consumir. La calidad del agua no es un tema prioritario’. Entonces, les tuvimos que hacer entender que era un tema muy importante, pues permitía evitar eventos que alteraran o provocaran daño en un sector”. Ustedes señalan que el trabajo que realizan con agricultores es más integral ¿Por qué? “En nuestro equipo convergen distintas profesiones: químicos, profesionales del área de la agricultura, ingenieros civiles, pero también tenemos profesionales del área social, porque aquí era necesario cambiar el comportamiento, y eso significaba educar a las personas, porque al ir al sector agrícola, nos dimos cuenta de que los pequeños y
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medianos productores son personas que tienen muchas carencias educacionales, muchos de ellos no terminaron su educación básica. Entonces, comenzamos a buscar la manera de hacerles entender que el canal tenían que cuidarlo, que tenían que evitar la contaminación del agua, porque si no iban a dañar sus producciones y después no podrían vender sus productos. Para educar teníamos que presentar situaciones concretas, entonces les decíamos, por ejemplo: ‘Si usted no le coloca un cerco a su canal, van a entrar los animales, si entran los animales, van a defecar en el canal, entonces puede evitar eso poniendo un cerco; si el animal tiene sed, obviamente, va al canal a tomar agua, entonces coloque al lado del canal unos bebederos de agua, que pueden ser envases o estanques de plástico o fierro, o bebederos de hormigón o de madera’. Cuando hablo de un trabajo integral, me refiero a que voy a hacer el análisis químico, obtengo el diagnóstico y ese diagnóstico lo complemento con la observación. Pongo un caso: vamos a recorrer todo el canal del Laja que atraviesa la ciudad de Los Ángeles, es decir, alrededor de 400 kilómetros de canal, entonces, hacemos un diseño de monitoreo, el cual contempla estaciones de monitoreo en distintas partes del canal, a una distancia de entre 2 y 5 kilómetros, vamos y tomamos los análisis de agua, que es como ir al canal y sacar una botellita de agua para mandarla al laboratorio. Cuando hicimos este diagnóstico, nos encontramos con que en el caso de la contaminacion por Escherichia
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Coli, que no debiese superarlos 1000 puntos en coliformes, a la salida de Los Ángeles, superaba los 15.000 puntos. Cuando los resultados me indican que hay una fuente de contaminación, es necesario descubrir cuál es y donde se localiza, entonces, nuestros equipos técnicos van a terreno, recorren los canales y vamos viendo en cada canal qué es lo que puede estar contaminando. Ahí te encuentras con los micro basurales, con las letrinas que están hacia los canales, con los animales muertos y con una serie de cosas impensadas, muchas veces”. ¿Y cómo trabajan con las comunidades? ¿Algún ejemplo? “El 2017 ejecutamos un proyecto en el canal de Negrete - Mulchén, que tiene alrededor de 140 kilómetros de extensión, y que cuenta con cerca de novecientos regantes asociados. En ese caso nos preguntamos de qué manera intervenir para ir incluso hasta la partícula más pequeña. Entonces, trabajamos con los DAEM (educación municipal). Fuimos al DAEM de la municipalidad de Negrete y trabajamos con todas las escuelas comunales, les hablamos de la importancia del agua, desde lo más básico hasta llegar a la calidad del agua, para crear conciencia sobre la necesidad de cuidar la calidad de este recurso. A lo que quiero llegar es que la experiencia nuestra de vincularnos, por ejemplo, con los distintos actores territoriales, es fundamental, porque yo no puedo cambiar la condición
...esta vinculación “es un aporte fundamental para la gestión de los recursos en la cuenca del Biobío, porque si bien antes de que se implementara este observatorio habíamos algunas organizaciones que estábamos trabajando en aspectos de la calidad del agua, lo importante de este observatorio es que realiza una gestión más transversal y, por lo tanto, suma a muchos actores a trabajar en favor de la calidad del agua... Juan Vallejos. Gerente de la Asociación de Canalistas del Canal Biobío Negrete.
de la calidad de agua si no me vinculo con el entorno, con el alcalde, con el municipio, con los colegios, con los estudiantes; en el fondo, si no logro involucrarlos a todos ellos, es muy difícil que yo pueda cambiar esa calidad de agua. Al término del proyecto y un año después hacemos un monitoreo de revisión, y nos damos cuenta de que hay varios lugares donde cambió la calidad del agua. Hubo un cambio de comportamiento: los mismos agricultores pusieron cerco para que no pasaran los animales, pusieron bebederos, hicieron algunas modificaciones muy simples y, de esa manera, lograron que los canales no se siguieran contaminando, entonces, eso se consigue gracias a esta intervención”. ¿Cómo les ha cambiado la vida a los agricultores en términos de su actividad productiva y comercial? “El trabajo con los regantes ha sido muy importante. A través del trabajo que hemos realizado en conjunto, han logrado satisfacer una carencia importante de conocimientos, pues realizamos con ellos lo que llamamos transferencia tecnológica, que en el fondo es transferirles conocimientos muy simples, se manera muy sencilla, de cómo cuidar el agua y su calidad, y yo creo que lo han recepcionado muy bien. Hoy en día, ellos cuentan con información a la mano, información de los lugares donde tienen sus producciones y sus predios, elaboramos protocolos y se los entregamos para que puedan acudir a ellos
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y sepan cómo y dónde hacer una denuncia. Todo lo anterior les permite entregar sus productos a mercados más competitivos, al contar con informes de calidad de agua, informes de laboratorios acreditados como el nuestro, podemos hacer inter laboratorio y eso les permite a ellos también contar con información validada y fidedigna, es decir, aquí está, detrás de todo esto, el nombre de la universidad, hay una acreditación que a ellos les da total confiabilidad. Es más, hemos ido incorporando el uso de drones, por ejemplo, pues para hacer la inspección de un canal, es mucho más conveniente que alguien vaya y tome una foto aérea, a través de un dron, porque así se pueden detectar inmediatamente todos los vectores de contaminación. En otros países la tecnología ha dado lugar a sensores que permiten tomar ciertas variables, por ejemplo, la temperatura, la conductividad, y hay varias variables del agua que se pueden poner como modelación matemática. Nosotros, por nuestra parte, estamos trabajando con algunos académicos de la Facultad de Ingeniería, que están haciendo algunos desarrollos en cuanto a sensores remotos que, más adelante, podríamos ir incorporándolos en esta cantidad impresionante de canales que hay en el país, entonces, aunque no pudiésemos llegar a todos lados, podríamos poner algunos sensores. En el caso de los regantes o de los agricultores, la gran mayoría, el noventa por ciento, usa celulares, y la mayoría tiene smartphone, es decir, quizás no tienen los niveles educacionales,
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pero tienen un teléfono inteligente, tienen internet, y pueden tener una aplicación a través de la cual les podemos mandar un mensaje remoto que les permita, de alguna manera, poder saber de la calidad de su agua con información oportuna.” A usted y su equipo ¿Cómo les ha impactado este trabajo? “Para mí ha sido una excelente experiencia. Han sido siete años de trabajo que nos han permitido llegar a tener el observatorio que hoy tenemos. Siempre he estado vinculado al tema agrícola, aunque no soy de formación agronómica, y creo que ésta es una pieza fundamental en nuestro país. En general, en la región del Biobío, el 70% u 80% del agua es para la agricultura, entonces, es un tema del cual hay que preocuparse, así que nosotros nos preocupamos. Es comentario obligado entre los canalistas de la región los beneficios de contar con información detallada del estado del agua. Héctor Sanhueza, Gerente de la Asociación de Canalistas de Laja, explica que “nuestra institución valora mucho el aporte que la universidad ha hecho. El tema de la calidad del agua no era algo que nos interesara, porque, al no ser nosotros los responsables de la contaminación, no queremos hacernos cargo del tema, y eso es porque no es un problema fácil de resolver y, además, tiene costos económicos significativos. Por
lo tanto, reconocemos en la universidad y sus profesionales el gran trabajo para convencernos de la importancia de este tema, en primer lugar; y en segundo lugar, ayudarnos a descubrir una fórmula que hace factible poder desarrollar y mantener este proceso en el tiempo. Cada vez que uno mide la contaminación de las aguas, no tiene más que una foto del momento, y poco sirve eso para tomar decisiones, lo importante es mantener procesos continuos; en ese sentido, la universidad ha sido capaz de convencernos de hacerlo, mostrándonos que es factible. Además, nos han orientado para descubrir ayudas que brinda el Estado para apoyar este tipo de iniciativas y las hemos aprovechado. Estamos muy entusiasmados en poder llevar adelante, por bastantes años, todos los programas que hoy día estamos desarrollando, y hoy día estamos involucrados en un proyecto de más largo plazo con la Comisión Nacional de Riego”.
lo tanto, suma a muchos actores a trabajar en favor de la calidad del agua, y de monitorear el agua de riego en el territorio y, lo más importante, dentro de la cuenca. Yo le asigno un gran valor, creo que es una iniciativa que es pionera, ya que, sin duda, va a sentar las bases para la gestión futura de los recursos hídricos en la cuenca, va a ser un aporte muy importante y sobre todo una plataforma sobre la cual, quienes estemos trabajando en la gestión de los recursos a nivel de cuenca del rio Biobío, podremos iniciar un trabajo para mejorar la calidad del agua”.
Finalmente, Juan Vallejos, Gerente de la Asociación de Canalistas del Canal Biobío Negrete y presidente del directorio provisional de Junta de Vigilancia de la Cuenca del Río Biobío, señala que esta vinculación “es un aporte fundamental para la gestión de los recursos en la cuenca del Biobío, porque si bien antes de que se implementara este observatorio habíamos algunas organizaciones que estábamos trabajando en aspectos de la calidad del agua, lo importante de este observatorio es que realiza una gestión más transversal y, por
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PROGRAMA DE COLABORACIÓN CON EL SENAME La Dirección de Extensión Artística y Cultural (DEAC) de la Universidad Católica de la Santísima Concepción realiza visitas a centros de alojamiento y rehabilitación del Sename en la zona, para entregar arte y cultura a niños, niñas y jóvenes, en el marco de convenio de colaboración con el Sename.
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Responsable: Dirección de Extensión Artística y Cultural Contraparte: Sename Geo-Referenciación: Gran Concepción.
¿Y qué se encontró en esas visitas?
ARTE Y CULTURA PARA LOS CENTROS DEL SENAME: UNA CONTRIBUCIÓN A LA CRISIS EN LA INFANCIA Sin lugar a dudas, en todas las experiencias de vinculación bidireccional que hemos revisado en este libro, la tarea de los profesionales de la universidad es parte central del desarrollo de las iniciativas, sus impactos y aprendizajes, y este caso no es la excepción. Sandra Salazar, Relacionadora Pública e Ingeniera en Administración de profesión, se desempeña como jefa de la Unidad de Gestión Artística y Cultural de la Dirección de Extensión Artística y Cultural de la UCSC. Esta profesional tiene una historia previa de contacto con el SENAME: “Yo comencé como voluntaria el año 2017, por una motivación personal. Realizaba visitas, dos sábados al mes”.
“Lo que voy a decir es en relación a un testimonio real. Yo conocía a las niñas desde hacía un tiempo, porque partimos trabajando con el Centro de Reparación en Administración Directa (CREAD Capullo), que atiende a niñas de entre 12 y 18 años. Yo las fui ubicando y ganándome su confianza de a poco. Tengo el recuerdo de una niña de 12 años, cuyos derechos habían sido vulnerados a tal nivel que no lograba comunicarse, ella estaba sana físicamente, pero con un daño emocional tremendo. Entonces, las primeras veces que yo iba, le ofrecía algo, ya que siempre llevaba cosas para compartir, pero se negaba a recibirlo. Se aislaba y hacía otras cosas, como pintar mandalas, perdida en su mundo. Al final no lograba interactuar con nosotros, y yo sentía que ella se frustraba o que le daba un poco de impotencia el no poder relacionarse. En otra ocasión, fui y celebramos los cumpleaños, así que llevé una torta, pero cuando le ofrecí no quiso, y después se puso a llorar porque no había recibido un trozo, pero le dije que no se preocupara, que sería para otra ocasión. Después de ese episodio, volví, y comenzamos a hacer talleres para las niñas de esa casa en específico. En el SENAME hay tres casas, y esta casa de las niñas estaba protegida, es decir, no podían salir de ahí. Empezamos a realizar talleres porque lo veíamos como una necesidad, entonces, les preguntamos si les gustaba el teatro y ellas respondieron que sí. En este grupo estaba la chica de la que estaba hablando, pero
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ahora yo la notaba diferente, la percibía más cercana, y así comenzó a participar. Contratamos una profesora de teatro que iba todas las semanas a hacer clases, y ella asistía a todas las sesiones”. ¿Y cómo vinculas a la universidad en el trabajo con el SENAME? “Cuando yo me incorporé a la universidad, firmamos el convenio de colaboración con el SENAME, y a raíz de eso empezamos a trabajar con el apoyo de la universidad, lo que permitió realizar los talleres de teatro. Por otro lado, con apoyo de estudiantes de distintas carreras, empezamos a realizar talleres académicos y de canto, pero el único que debimos pagar en esa ocasión fue el taller de teatro. De esta forma, la niña se incorporó al taller de teatro y luego, cuando hicimos el lanzamiento oficial del programa, ella ya estaba actuando. Para mí eso fue súper gratificante, en el sentido de que yo la vi cómo estaba inicialmente, y después la hemos visto muchas veces actuando, por eso me ha marcado tanto su caso. En una ocasión, en virtud del trabajo sistemático que veníamos desarrollando, celebramos la ratificación de los derechos del niño, que es el 14 de agosto, y ahí realizamos una celebración en nuestra sala de teatro, en la cual ella actuó. Para mí fue muy emocionante, porque de pronto la vi junto a su papá, estaban los dos tomados de la mano, y ella me lo presentó y nos saludamos. Después ella entró en escena y su papá la
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grabó desde su celular mientras le corrían las lágrimas. Entonces, para mí, esas experiencias son tremendamente significativas desde el punto de vista de la vinculación”. ¿Y cómo lograste generar estar vinculación con la universidad? “Estar en un lugar donde uno pueda desarrollar este tipo de iniciativas es tremendamente satisfactorio. Desde el ámbito personal, desde niña he trabajado en acción social, en mi comunidad, en mi capilla y en mi entorno, básicamente, pero siempre canalizaba a través de mi comunidad. Entonces, eso lo traía, pero acá en la universidad se dieron los espacios para poder desarrollarlo. Yo me incorporé el año 2018 a la Universidad, y en el año 2017 se había escrito el Plan de Desarrollo Estratégico Institucional. Cada uno tiene las direcciones y facultades con su plan de desarrollo estratégico, y uno de sus indicadores es el número de acuerdo a la colaboración, firmado por instituciones públicas, y desde ahí comenzamos. Comenté que venía trabajando con el SENAME de manera voluntaria y que, como siempre cumplimos, el vínculo ya estaba con la institución, pero era solamente el de Chiguayante. Le plateé la idea de firmar un convenio con ellos a mi colega, que en ese minuto era Andrea Farías (que ya no está), y a la señora Gloria Varela, que era nuestra directora, y ambas estuvieron de acuerdo. Entonces, visité distintas instituciones públicas para solicitar entrevistas y uno de
ellas fue la Seremi de Educación, que ayudó a generar el vínculo desde el punto de vista de la cultura, y también el SENAME, donde nos respondieron y entrevistamos con el Director Regional. Les comenté el trabajo que venía realizando de manera voluntaria y que el interés de la universidad era también poder desarrollar distintas iniciativas a favor de los niños y niñas vulnerados en sus derechos. Desde ahí surge la idea de poder firmar el convenio de colaboración, pero como ya había un convenio marco que había sido firmado por la Facultad de Comunicaciones, Historia y Ciencias Sociales; se agregó un anexo de convenio de colaboración desde el punto de vista del Arte y la Cultura. Desde ahí comenzamos a destinar recursos de la universidad para poder desarrollar este trabajo de vinculación, y comenzamos fuertemente también a trabajar con la Federación de Estudiantes y, a través de ellos, logramos captar estudiantes voluntarios que deseaban ser un aporte. Entonces, no ha sido solamente el vínculo con las actividades desde la mirada del Arte y la Cultura, sino que también hemos incorporado otras disciplinas como, por ejemplo: los talleres académicos del área de enfermería, trabajo social, pedagogía y el canto”. Cuéntanos un poco más de lo que contempla el convenio… “Inicialmente, el convenio está básicamente relacionado con el arte y la cultura, con
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exhibiciones de actividades artísticas y culturales. Nosotros también les ofrecimos invitarlos a funciones teatrales y conciertos de nuestras salas de teatro, invitaciones que se extendían tanto para los niños como para los funcionarios, porque al conocer de cerca la realidad, nos dimos cuenta de que los funcionarios hacen un trabajo de relojería que les significa una carga emocional importante. Además, nos comprometimos a llevar a los centros de reparación directa actividades artísticas, culturales, cuartetos de música y ese tipo de cosas. Después, ya empezamos a incluir todo lo demás: lo académico y todas las cosas que empezaron a surgir”. ¿Y cuál es tu mirada sobre los funcionarios del SENAME? “Bastante admiración, porque son profesionales que están en un ambiente hostil de forma diaria y, además, reciben un cuestionamiento externo duro. Por eso, lo que nosotros hacíamos era que todas las actividades que llevábamos eran extensivas para ellos. Por ejemplo, si las actividades eran para 20 niños y 15 funcionarios, todo era para 35. También me has hablado del rol de los estudiantes ¿Cómo se manifiesta? “Nosotros tenemos identificados a los grupos de interés, que son 10 en total, y dentro de
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ellos está la Federación de Estudiantes y los estudiantes. Entonces, yo sentía que en una Universidad Católica, el eje central tenía que ser sus estudiantes, ya que son el alma de la universidad. En ese sentido, consideraba importante un vínculo directo y estrecho con ellos; y fue así que nos empezamos a juntar con la federación, pero con la directiva de ese entonces no logramos trabajar mucho. Sin embargo, posteriormente, un grupo de estudiantes se acercó a nuestra dirección a decirnos que querían trabajar con nosotros y también nos explicaron que estaban postulando a la Federación de Estudiantes, entonces, nosotros los acompañamos a una actividad que nos solicitaron, y resultó que, finalmente, ganaron la elección, y desde ahí en adelante, comenzamos a trabajar de lleno con ellos. Este grupo estaba compuesto por Gastón Elgueda, Constanza Bernal, Solange Neira y Yulissa Ojeda, todos de distintas carreras de la universidad, y comenzamos a trabajar durante todo el 2019 codo a codo con ellos en distintas iniciativas. ¿A tu juicio cuáles son los mayores impactos de esta vinculación? “Hay dos impactos bien significativos: Primero, en los niños, porque, aunque es un proceso lento, con el transcurrir del tiempo se comienzan a ver los resultados; y segundo, la toma de conciencia que este proyecto genera en nuestros estudiantes, ya que muestran bastante compromiso con la iniciativa, y creo
Hay dos impactos bien significativos: Primero, en los niños, porque, aunque es un proceso lento, con el transcurrir del tiempo se comienzan a ver los resultados; y segundo, la toma de conciencia que este proyecto genera en nuestros estudiantes, ya que muestran bastante compromiso con la iniciativa, y creo firmemente que ellos son el futuro de Chile. Sandra Salazar. Jefa de la Unidad Gestión Artística y Cultural UCSC.
firmemente que ellos son el futuro de Chile. Creo que estamos formando profesionales con una sensibilidad distinta, en el sentido de que, además de estar recibiendo formación académica donde uno de los ejes son los valores cristianos, a través de esta instancia están llevando a la práctica estos valores. Creo que la unión de los dos conceptos, la sólida formación académica y el arraigado sentido social, va a dar como resultado un profesional integral. Entonces, esto permite que ellos se involucren de otra manera con su profesión”. ¿Cómo has crecido tú como profesional al estar en estos espacios? “No puedo estar más contenta con mi trabajo, porque hacemos muchas cosas que consideramos que son necesarias hoy en día. De pronto, nos preocupamos más de los números o de lo cuantitativo, de producir mucho, y está bien, ya que es bueno ser un país productivo para que nuestra economía sea estable, pero la parte humana también es muy necesaria. Creo que el tener la oportunidad de brindar estos espacios es tremendamente satisfactorio, pues el crecimiento es mutuo y recíproco, de hecho, desde que yo comencé a visitar el SENAME el 2017, decidí asistir con mis hijas, porque sentía que era un aprendizaje importante para ellas”. Para conocer la mirada de la contraparte,
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conversamos con Felipe Huerta, periodista y Jefe de Comunicaciones del SENAME en el Biobío, quien agradeció la mirada de la UCSC respecto a la dramática situación de la infancia en nuestro país: “la dirección de extensión comprendió perfectamente, y hemos podido hacer un trabajo con mucho esfuerzo de parte de los profesores. Nuestro reconocimiento a la señora Gloria Varela, que ha estado permanentemente apoyándonos, a Sandra, a la Federación de Estudiantes, al área de salud, enfermería, a todos los agentes que la dirección de extensión a movilizado para sumarse a este gran proyecto”. ¿Cuál ha sido el efecto de estos programas en los y las jóvenes? “Mayoritariamente, un efecto positivo, los jóvenes se sienten reconocidos como tal, se sienten integrados a una comunidad y en este caso a una comunidad universitaria. Por ejemplo, antes de la pandemia, los chicos iban a la Universidad Católica de la Santísima Concepción a actividades que se realizaban dentro de la universidad, almorzaban en el casino como cualquier otro estudiante más, y para ellos eso era maravilloso, pues se sentían integrados en un grupo de jóvenes, se sentían parte de una universidad, y tenían la posibilidad de ver que existe algo más allá de la propia residencia, que había algo más allá de la calle donde ellos habitualmente caminaban, había algo más allá del domicilio donde vivían con sus familias, y que había un
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mundo tremendamente grande y atractivo para los jóvenes, porque ellos se sentaban con puros jóvenes, nosotros nos alejábamos, la integración era algo súper importante para ellos, el sentirse reconocidos y el generar vínculos. Yo creo que entre los jóvenes que nosotros atendemos, una de las mayores problemáticas que han tenido es el generar vínculo con los adultos, porque hay que entender que los niños que nosotros atendemos fueron víctimas por maltrato grave ejercido por las personas que estaban encargadas de protegerlos, entonces esos vínculos han sido muy deteriorados, a ellos les cuesta mucho confiar en los adultos, porque han sido ellos los que los han tratado pésimo, y en ese sentido, a ellos les cuesta mucho confiar en el mundo adulto. Eso se logró con la señora Gloria, los niños preguntan por ella y por Sandra, preguntan por sus monitores, que fueron alumnos, y eso genera expectativa de vida y cambio, hay que ser realista y aceptar que en algunos casos no se van a generar grandes cambios, difícilmente vamos a sacar algún niño que estudie medicina, por ejemplo, pero sí podemos generar proyectos de vida que sean acordes, también, a sus realidades y a sus capacidades. Para nosotros también es un gran logro que dejen el consumo y que prefieran estar en una clase telemática, en vez de andar en la calle consumiendo algún tipo de sustancia, ya sea alcohol o drogas, ya que es muy habitual en los muchachos que nosotros atendemos”.
¿Y la labor de la universidad? “Considero que es un trabajo súper integral, educativo desde las relaciones humanas hasta conocimientos más formales, y eso es lo que necesitábamos, y no solamente de la Católica de la Santísima Concepción, lo necesitamos de todas las universidades, de los vecinos, de los clubes deportivos, de los centros culturales, de los bomberos, carabineros, de toda la comunidad donde estos niños están insertos, porque estos niños no vienen de la luna, no vienen de marte, son de aquí de Chile, son niños que están en los barrios y en las poblaciones muchas veces más vulnerables, y nosotros debemos como país, como Estado, hacernos también corresponsables de poder garantizar que ellos puedan tener un piso mínimo para poder avanzar en sus vidas”.
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NÚCLEO CIENTÍFICO TECNOLÓGICO PARA EL DESARROLLO COSTERO SUSTENTABLE El Núcleo Científico – Tecnológico para el Desarrollo Costero Sustentable tiene una participación de 40 académicos y 6 profesionales que trabajan en 5 áreas. Su objetivo es lograr que el borde costero sea sostenible mediante la instalación y la ayuda de la universidad. Se colocan a disposición 5 capacidades del plantel universitario, que son: Educación; Ciencias, a través del programa de recursos naturales; Ingeniería, que se enfoca en los riesgos; Facultad de Ciencias económicas y administrativas, a través de su programa de emprendimiento; y, por último, el área de salud en la Facultad
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de Medicina. En promedio, son 8 académicos participantes por programa y es así que el núcleo va trabajando en territorios costeros. Responsable: Vicerrectoría Vinculación con el Medio Contraparte: Comunidades de borde costero e instituciones públicas. Geo-Referenciación: Borde Costero del Biobío.
“EL NÚCLEO”: ENTREGANDO DESARROLLO A COMUNIDADES DEL BORDE COSTERO. La experiencia se ha concentrado en Tomé, con presencia durante los años 2018 y 2019. Mientras desde el año 2020 hasta el 2022, se contempla una fuerte presencia en Hualpén. También se han desarrollado tareas exploratorias en Coronel. El Núcleo tiene dos grandes pilares: el pilar inicial es la generación de confianzas, acompañado del descubrimiento y realización de investigaciones, principalmente en el territorio, que nunca excede más de un año. En ese primer año se generan confianzas, investigaciones y actividades formativas de estos 4 ámbitos, para luego, en el segundo año, como segundo pilar, comenzar con el proceso de transferencias hacia las comunidades, es decir, a partir de lo que se investigó, se comienza a licenciar y aplicar dentro del territorio. Por eso, en el primer año se contacta a muchas organizaciones, ya sean privadas o públicas, como también académicas, y con ellos se va levantando información propia del territorio. El ingeniero comercial Francisco Inostroza es el Coordinador del Núcleo y nos entregó más detalles del trabajo de vinculación con el medio que desarrollan.
¿Cómo nace esta iniciativa en la universidad? “Esto comenzó hace muchos años en la universidad, desarrollando su misión en el trabajo con borde costero, pero fue en el año 2017 cuando apareció una oportunidad en el Ministerio de Educación. Cuando se le comentó al rector que teníamos recursos para apoyar un área que se consideraba relevante, él indicó que era el momento de preparar un equipo que llevara alguna de las competencias de la Universidad y que impactara en el borde costero. Posteriormente, se convocó a cinco académicos que se convertirían en los líderes de cada programa, lo que permitió conectarse de una forma más práctica con el territorio, y que, efectivamente, se pudieran ver resultados en poco tiempo, que pueden ser 2 años, porque existía información de que las personas en el borde costero visualizaban el trabajo de la universidad de manera bastante abstracta y poco significativa en su día a día. Entonces, el desafío del núcleo es conocer y comprender lo que ocurre en el borde costero, en la caleta, en los sindicatos de pescadores, en los colegios, en los jardines y, prácticamente, identificar el mapa no sólo de actores, sino de agentes que se movilizan en ese entorno. Por eso aparece un catastro, que en el caso de Hualpén, al menos, tiene 100 personas identificadas, que corresponden a distintos líderes sociales de colegios, empresas, agrupaciones y pequeños gremios, como también a todas las áreas de la municipalidad; y desde ahí se van se van
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generando ciertas reuniones para comentar, primero, el espíritu del proyecto, que en este caso es apoyar a todo el borde costero, a través de lo que nosotros sabemos hacer. Una vez presentado este propósito, los programas van a hablar con sus coagentes, lo que da lugar a muchas reuniones, cuyo propósito es generar confianza. Eso significa transparentar mucho las expectativas, dejando en claro que no se va a dar solución al problema, pero que sí se puede aportar a resolverlo. Es así, entonces, que las personas comprenden cuáles son las expectativas que nosotros podemos cumplir y también ellos visualizan si es que les interesa participar o no. Por eso, siempre comenzamos con una gran cantidad de actores, pero finalmente trabajamos con 10 de cada área, a lo máximo, y así ellos van visualizando el trabajo. Cada programa tiene un coordinador/a, que es el que gestiona todo esto, que está en contacto estrecho con los agentes del territorio, sean 5 o 20. Las personas reconocen al coordinador como alguien de confianza a quien pueden llamar de manera directa cualquier día. Sin embargo, cuando se generan esos lazos de confianza, van los académicos y se comienza a trabajar en secciones grupales y, posteriormente, vienen los cursos de capacitación, porque efectivamente los socios, uno de los puntos que valoran muchísimo es que la universidad certifica el conocimiento, por ende, indican si quieren recibir capacitación, y los equipos se van moldeando un poco a las actividades formativas, asistencias técnicas, visitas y asistencias en terreno. Nosotros tenemos
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...cuyo propósito es generar confianza. Eso significa transparentar mucho las expectativas, dejando en claro que no se va a dar solución al problema, pero que sí se puede aportar a resolverlo. Es así, entonces, que las personas comprenden cuáles son las expectativas que nosotros podemos cumplir... Francisco Inostroza. Coordinador General del Núcleo Científico Tecnológico UCSC.
un plan de trabajo que se va adaptando en función de las necesidades de los socios, y siempre tratamos de no realizar actividades que ellos esperan, por ejemplo: si lo esperado es que les preparen una feria navideña, en vez de eso, se le puede enseñar cómo vender en internet, mediante una clase de Marketing Digital que les permita aprender a posicionar su producto en la web. Así vamos trabajando, siempre con actividades formativas y de investigación, para, posteriormente, generar el traspaso de conocimientos al segundo año”. ¿Cómo podemos empezar a visualizar en la práctica el trabajo que realizan? “Esta metodología de trabajo es un modelo de acción que, en ningún caso, es de intervención, sino que se presenta al colaborador la otra mitad del ejercicio. En concreto, nosotros tenemos variados tipos de resultados, donde hay algunos de habilidades inmediatas y otros de efectos o mejoras incrementales en algún proceso. Por ejemplo, un resultado en concreto fue el desarrollo de un mapa de evacuación de tsunami en Bellavista, Tomé, y entonces el municipio tomó ese mapa validado técnica y científicamente, después de un trabajo de 2 años, en el que participaron muchas personas, y se formalizó en la comun, entonces, la comunidad ahora sabe que en caso de alerta de tsunami, deben seguir esa ruta. Por lo tanto, ahí podemos ver un efecto y un resultado súper práctico
y, por otro lado, hay resultados de mejoras incrementales que están pensados en lo formativo. Todos los programas realizan formación y capacitación a los públicos, las que evaluamos, principalmente, por satisfacción, si es que los contenidos fueron significativos en su desarrollo y si es que el receptor recomienda la capacitación. Estas mediciones son totalmente testimoniales y de satisfacción, lo que es formativo y, por ende, lo llamamos resultado incremental, pero eso no significa que uno sea mejor que el otro, ya que solamente se categorizan mediante los resultados. Cada programa tiene esa lógica de generar contenidos con el socio colaborador, con la institución y con un partner, para posteriormente empaquetarlos y formalizarlos (como por ejemplo un derecho de autor) y generar un licenciamiento en la tecnología o conocimiento, para que luego el beneficiario lo explote como estime conveniente. Ejemplo: en recursos naturales, justamente estoy viendo en pantalla que se generaron manuales de cómo preparar y trabajar con las algas, donde eso se generó intelectualmente con derechos de autor, y hace unos 2 meses atrás se desarrolló un licenciamiento con un emprendedor de Tubul, que está elaborando productos derivados de las algas locales y, por ende, ese conocimiento fue espectacular para su negocio, y así también todos los programas tienen un proceso de transferencia”.
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¿Por qué crees tú que se genera esta disminución de los participantes y socios comunitarios que van llegando al final del proceso? “El problema principal es que las personas se generan falsas expectativas del trabajo que vamos a realizar. Por ejemplo, piensan que vamos a llegar con recursos para todos, o que el trabajo que vamos a realizar va a tener resultados inmediatos, y eso no es así. Entonces, durante el proceso de sensibilización, que dura alrededor de 6 meses, vamos conectando a gente con distintos socios, explicando lo que uno puede realizar en el territorio y que nos comenten lo que esperan, y así van quedando, efectivamente, los grupos que se conectan realmente con lo que nosotros podemos ofrecer y, en consecuencia, los que tenían otras expectativas se auto marginan inmediatamente”.
que se van a trabajar y, por segundo, la ficha de evaluación de la actividad. Por la parte paralela, que es la difusión y convocatoria, se realiza el trabajo directo con los beneficiarios para que entiendan lo que se va hacer, en qué lugar y por cuál medio. Antes de la presentación, ellos pueden consultar de forma digital y tener los tiempos para mostrar sus productos con mucho más detalle de lo que se puede ahora; En el año dos también vienen las postulaciones de proyectos, cuyos perfiles se han venido generando en el año uno. Por ejemplo, en el año uno se genera un perfil de proyecto para la creación de un laboratorio de extracción y secado de algas, entonces, en el año dos se buscan las fuentes de financiamiento, para lo cual se postulan proyectos con el patrocinio de la municipalidad, de nosotros o de alguna otra organización, según corresponda. Hace poco se adjudicó uno, precisamente para la implementación de esta sala de extracción de algas en Tomé, específicamente en Cocholgue”.
Realizado el diagnóstico ¿Qué viene el segundo año? “Cada actividad del año dos tiene también una misma lógica que se va replicando. Para el caso de actividades formativas se trabaja paralelamente en 2 temas. Un tema es la convocatoria y difusión, y el otro tema es la actividad técnica en sí. En lo que respecta a la actividad técnica, se preparan 2 productos: uno es el programa, donde, desde la hora de inicio hasta cierre, se comentan los temas
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Aprovechando que vuelves a tocar el trabajo con algueras, por favor entréganos más detalles de esa experiencia. “El programa de recursos naturales realizó un manual de innocuidad y generación de valor agregado a las algas locales, donde se identificaron varios tipos, como la chicoria, luga y cochayuyo. Se generaron distintas técnicas, procesos y pasos de cómo
utilizarla de mejor forma, por ejemplo, para liofilizarlas, para generar extractos, para generar aginatos, a fin de que lo utilice un emprendedor que puede estar desarrollando chocolates con algas (a modo de ejemplo). Entonces, tenemos ese manual que se puede conseguir y eso es lo que se va licenciando a emprendedores que están utilizando cochayuyos, chicoria o cualquier alga, para la venta de sus productos”. ¿Cómo participan los estudiantes tesistas en estos proyectos? “Con respecto a los estudiantes tesistas, yo les había comentado que hay 40 académicos, que son quienes asisten al territorio, mientras que los coordinadores canalizan la información. Durante la ejecución de los primeros meses, van apareciendo distintos temas que los académicos no pueden cubrir por cuestiones de tiempo. Entonces, como se trata de temas de interés de los socios, pero los académicos no pueden atender estas necesidades por tiempo, lo ofrecen para que sea un proyecto de tesis. Entonces, el mismo académico realiza una oferta interna y busca candidatos de tesis. A los estudiantes se les comenta qué es el núcleo, en qué consiste hacer una práctica, cuáles son los beneficios asociados (porque los gastos de operación se los financiamos), los tiempos, que son acotados, y que tienen que ser tesis de investigación aplicada. En ese proceso, se inscriben 1 o 2 estudiantes, el académico
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los selecciona y así continúa trabajando el estudiante en su tema. Por ende, aparecieron 17 temas y, a su vez, se transformaron en estas 17 tesis. El promedio de término de las tesis es de 7 meses aproximadamente”. ¿Cómo evalúan el impacto en las comunidades? “La evaluación la hacemos de forma cuantitativa, a través de la encuesta de
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satisfacción, y cualitativa, a través de los testimonios”. En la comuna de Coronel, se ha desarrollado, en plena pandemia de Covid-19, una de las tantas labores de apoyo a las organizaciones y territorios por parte del Núcleo Científico Tecnológico. Es el caso del Jardín Infantil de Lo Rojas, una tradicional caleta de pescadores, donde pudimos conversar con Jeanette Riquelme, directora del establecimiento,
quien nos explicó que “Conocimos el núcleo a través de Rubén Sanhueza (Q.E.P.D) expresidente de la Cooperativa de Pescadores Lo Rojas, donde el núcleo estaba desarrollando un trabajo. Vimos que era una oportunidad, porque después del Estallido Social, tuvimos la ocasión de conocer el diagnóstico que realizaron del trabajo que se hizo en Lo Rojas y eso nos acercó como jardín infantil al equipo de profesionales, compartimos algunas actividades en el año 2019, por ejemplo, la Navidad, con un trabajo organizativo y colaborativo para hacer una celebración en la calle, una chocolatada, donde se activó la participación de todos y todas, fue una actividad hermosa, muy concurrida y pudimos ir estrechando lazos”. Como miles de chilenos y chilenas, Jeanette Riquelme relata que “el diagnóstico fue presentado en nuestro jardín infantil para la comunidad y luego vino el periodo de vacaciones del 2020 y, cuando volvimos, alcanzamos a trabajar 5 días y vino la pandemia. Nuestro trabajo se hizo cuesta arriba, porque no estábamos preparados para esta terrible experiencia, teníamos que continuar trabajando con los niños, pero a distancia, y los miedos y las enfermedades, que empezaron a acercarse cada día más, nos impedían relacionarnos con tranquilidad, nos impedían encontrar el camino más adecuado para reanudar el vínculo con los niños y niñas”. Agrega que “A partir del diagnóstico realizado por el núcleo, vimos la necesidad
de capacitarnos para trabajar de mejor forma el desarrollo del lenguaje oral para lograr una comunicación efectiva. Otra preocupación teníamos era la mal nutrición por exceso de nuestros niños; por lo tanto, consideramos necesaria una capacitación que tuviera que ver con alimentación saludable impartida por una especialista en esa materia, pues teníamos una gran cantidad de niños que estaban obesos. ‘Sicomotricidad o educación por el movimiento es lo que necesitamos’, les dijimos”. Finalmente, la implementación de la educación virtual para el jardín infantil de Lo Rojas resultó un éxito y consolidó la relación del Núcleo Científico y Tecnológico con los vecinos y vecinas, además de las profesionales del establecimiento educacional. Jeanette Riquelme concluye: “para nosotros, como equipo de trabajo, y las familias del sector Lo Rojas, la oportunidad de vincularnos al núcleo científico nos permite este año 2021, que continuamos en pandemia, enfrentar nuestro trabajo de forma más segura. No digo que no tenemos miedo a contagiarnos, pero con las herramientas que nos entregaron el año pasado, de ninguna manera podemos comparar nuestro marzo del año 2020 a nuestro marzo del año 2021. Las herramientas entregadas para quedarse con nosotros son invaluables y el proyecto desarrollado en nuestro jardín a distancia es muy valioso”.
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PLATAFORMA AMBIENTAL, ECONÓMICA Y SOCIAL DE LA BAHÍA DE CONCEPCIÓN El Centro Regional de Estudios Ambientales (CREA) de la Universidad Católica de la Santísima Concepción desarrolló una plataforma de información ambiental, social y económica de la Bahía de Concepción. El objetivo de esta iniciativa es entregar antecedentes relevantes para los usuarios de la bahía penquista. Se consideró a establecimientos educacionales, agrupaciones sociales, pescadores artesanales y a los municipios de Talcahuano, Penco y Tomé. Para sacar adelante este proyecto, se contó con el financiamiento de la Corporación de Fomento de la Producción CORFO, el apoyo del Comité de
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Desarrollo Productivo Regional y una inversión cercana a los 144 millones de pesos. Responsable: Centro Regional de Esudios Ambientales UCSC Contraparte: Municipios borde costero, Armada, Sernapesca y comunidades locales. Geo-Referenciación: Bahía de Concepción
¿Recuerdas Marcelo?
PLATAFORMA AMBIENTAL, ECONÓMICA Y SOCIAL DE LA BAHÍA DE CONCEPCIÓN: UN APORTE TRANSVERSAL. Conversamos con Marcelo Pávez, director de este proyecto e investigador de la UCSC, y explicó que existe mucha información en la bahía, pero es muy difusa en el tiempo y en el espacio. Añadió que desde hace 70 años se están haciendo estudios, pero localizados en ciertos puntos y periodos, con ninguna vinculación entre sí.
cómo
nació
esta
iniciativa,
“Recuerdo perfectamente cuando llegó don Dagoberto (Arcos) y me comentó que hace tiempo tenía la idea de hacer algo con la Bahía de Concepción. Tiempo atrás se realizaron pequeños y lentos avances, había puntos de rastreo, hay trabajos desde los años cincuenta hasta ahora, todos con diferentes análisis, pero sin ningún tipo de vinculación. Entonces, él me propuso que nos juntáramos para darle una vuelta al tema, y así fue como nació. Uno mira la Bahía de Concepción y se da cuenta de que está llena de barcos, que se hace alije, que se traspasa a combustible, hay una merma clara en la bahía en todo lo que es pesca o recolección, y hay una componente de contaminación evidentemente, nadie puede decir lo contrario, basta solamente con sacar el sedimento y sentir el olor que sale del sedimento reducido, esas cosas nosotros las conocemos, sabíamos que pasaban, entonces empezamos a generar un proyecto de investigación. Primero que nada, con mucha investigación, con parámetros súper bien definidos y luego empezamos a ver en qué instrumento lo podíamos postular. Ahí comenzamos a pensar en cómo podíamos llevar esto tan ambiental que nosotros teníamos, tan científico, a beneficio de las personas, y empezamos a conversar con la gente. Fuimos a la Bentoteca, hablamos con
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los dueños; fuimos al Mercado, hablamos con los dependientes; fuimos a Lirquén, hablamos con gente de la caleta de pescadores, los sindicatos de pescadores artesanales; a las municipalidades; y también conversamos con la Armada. Les contamos que teníamos una idea y cómo ellos nos podían retroalimentar. Finalmente, nos dimos cuenta de que no había ningún tipo de línea base en la Bahía de Concepción que pudiera permitir, por ejemplo, tener conocimiento en el punto cero, es decir, saber hoy ¿Qué pasa si un barco se parte por la mitad y empieza a derramar petróleo? ¿Qué pasa con la bahía si hay que cerrarla? Porque el operativo que haría la Armada es cerrar la boca grande y la boca chica, pero ¿cuánto le cuesta a la comuna cerrar la bahía? ¿Cuánto valen las actividades que se generan? Dijimos ‘vamos hacer una línea base ambiental, que sea estacional, para cubrir la variabilidad natural del sistema, ya que es potente la variabilidad natural del sistema en esta zona de Chile Central. Además, vamos a hacer una planificación social y económica, vamos a ir y vamos a hablar con las personas que trabajan o que interactúan directamente con la bahía, no sólo con la gente que la usa con fines recreativos, como caminar por las orillas, mirar su costa, por ejemplo, y todo eso que también es un servicio, un servicio ecosistémico, sino que vamos a ver a la gente que necesita la bahía para producir, por ejemplo, los boteros que salen a pasear con
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la gente, los pescadores, los recolectores, los locatarios de la Bentoteca y el mercado, la armada y Sernapesca. Entonces generamos un conglomerado de cosas: el ambiental, el social y económico”. ¿Cómo trabajan con las organizaciones territoriales o beneficiados, con algún método? “No podría decir que tenemos un cuadro, como una metodología estandarizada, algo así como ‘ya, vamos al paso uno y, luego, al paso dos’, podríamos sistematizarlo. Si tú me pidieras que yo hiciera un bosquejo, lo que podría hacer, pero no tengo una guía predefinida para poder hacerlo. En general, se junta el equipo, conversamos con la gente, hacemos una lluvia de ideas, luego localizamos dónde podría ser, dónde podríamos abordar algún problema particular, escuchamos sus necesidades, las levantamos y, a partir de eso nosotros nos juntamos y empezamos a ver qué es lo que podemos hacer para solucionar ciertos problemas, para poder cubrir esas necesidades, dentro de lo que esté a la mano obviamente, y vamos dándole forma a las ideas, generamos los proyectos y vamos viendo a cuál instrumento lo podríamos postular. Empezamos a conversar con la gente que nos puede ayudar; en el caso de los beneficiarios directos, hay que generar las cartas de apoyo, que, básicamente, lo que
hacen es demostrar que existe un problema y que hay alguien que necesita que ese problema sea resuelto en alguna manera, y generamos todas las bases teóricas, hacemos la metodología con todo lo que te digo”.
Siguiendo en materia de participación, entiendo que trabajan directamente con establecimientos educacionales entregando información a niños, niñas y jóvenes. “Nosotros nos relacionamos harto con educación, en el caso de los DAEM por ejemplo y la contraparte fue una profesora de ciencias, entonces ella me decía que tenía súper buenos estudiantes, pero varios de ellos le decían “a mí no me importa la nota, porque yo cuando termine aquí me voy a ir a sembrar papas, porque es lo que ha hecho toda mi familia, toda la vida”, entonces, yo no le encuentro nada de malo a hacer eso, pero, obviamente, uno podría mostrarles otras cosas a los niños, mostrarles que hay algo más allá de cultivar papas. Cuando hacemos talleres de transferencia de los temas que nosotros vemos, siempre vamos un poco más allá. Por ejemplo, mostramos la propuesta del cambio climático, mostramos la problemática de la sustentabilidad, porque en eso nos basamos para poder desarrollar las iniciativas que hacemos, siempre tienen una componente general que va bajando hasta hacerse más específica, pero cuando
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uno ve que el niño le dice a su papá ‘oye, corta el agua, porque no la estás usando’ o ‘apaga la luz que no la estás usando’ se evidencia un logro de la persona que instó al niño a ciertos cambios conductuales. Nos ha ido bien con los estudiantes, siento que hay que atacar por ahí. Nosotros, en un proyecto de humedales, tenemos súper dirigido algunos talleres hacia los colegios, sobre todo a colegios municipales, porque la idea es poder apoyarlos de mejor manera. En el proyecto de Bahía de Concepción hicimos talleres en las cuatro comunas que están alrededor de la bahía, en un colegio de cada comuna, con cuarenta estudiantes en cada taller y, obviamente, ellos estaban súper felices de que fuera gente a contarles una historia sobre dónde están parados, por ejemplo, que la bahía está desde que nosotros llegamos acá y nadie sabe qué pasa, no sabe qué pasa en verano, por qué se pone turquesa el agua, en fin”. ¿Y sólo trabajan en materias relacionadas con el agua? “Generalmente desarrollamos trabajos asociados a cuerpos de aguas, pero no siempre, digamos que en algunas ocasiones también hemos trabajado en tierras, en el agro, pues como trabajamos con un equipo multidisciplinario, está súper diversificado el
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CREA, pero lo hace la gente que trabaja en el área de la ciencia y, luego, la gente del área social. Así, hacemos una conjunción, se lo presentamos de manera gruesa a los posibles beneficiarios y a las autoridades sectoriales que puedan tener que ver con ese asunto. Por ejemplo, dado el contexto de cambio climático, el aumento de sequía, el aumento de helada, la poca disponibilidad de agua en el secano costero, desarrollamos un proyecto de acuaponía, que es una técnica de cultivo de peces y hortalizas en un sistema cerrado, donde no hay pérdida de agua, y los desechos metabólicos de los peces pasan por un filtro natural que transforma esos desechos metabólicos en nutrientes para las plantas. Se nos ocurrió implementar un par de sistemas, que en ciertas comunas pretendía ser un plan piloto para luego transformarse en un sistema que pudiera ser productivo, a fin de que la gente pudiera tener una alternativa, ya que toda la vida han sido agricultores. Esa idea nació de una conversación, y a partir de eso generamos los contactos con la gente de las comunas, les mostramos la idea, y les encantó, porque tiene una componente de protección ambiental de sustentabilidad del agua, de los recursos y, además, de emprendimiento; cuando ya lo tuvimos bien armado, se lo mostramos a Sernapesca, ya que son ellos los que tienen que inspeccionar los peces, y con la gente del SAG; y, finalmente, lo postulamos. Esa más o
menos es la dinámica. Siempre hay que hablar con la gente sectorial, porque podrías estar faltando a alguna normativa, lo que después complicaría el proyecto”. ¿Y a través de qué soporte tendría acceso la ciudadanía? “La idea es que esta plataforma fuera de libre acceso, que la información estuviera alojada en un sitio en el cual cualquier persona que quisiera saber lo que pasaba con la bahía, cómo estaba, cuál era su línea base, ingresara al sitio y pudiera sacar la información de ahí. Este objetivo general iba aparejado a
talleres de difusión de los resultados, que, en definitiva, era ir a contar la historia a todas las reparticiones que tuvieran que ver, por ejemplo, las municipalidades, escuelas, fomentos productivos, medio ambiente, línea costera, invitamos a gente de la Seremi de Medioambiente, a la Armada, Difop, Sernapesca, Subsecretaría de Pesca.” ¿Algo que haya quedado pendiente? “Estamos participando en algo muy importante que dejó este proyecto, que es una red de alerta temprana de emergencias ambientales, que es informal todavía, y que
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tiene varias reparticiones, entre ellas, está la Armada de Chile, el Sernapesca y el CREA, representando a la universidad. Por ejemplo, hace un par de meses apareció una mancha roja en la bahía, entonces, nos llamaron de inmediato para preguntar qué era lo que pasaba. Nosotros fuimos, tomamos la muestra, la llevamos al laboratorio, la analizamos y le entregamos los resultados a la autoridad, y esta lo difundió, salió en la televisión y entregó tranquilidad a la comunidad, porque no era tóxico. Este tipo de alianzas que hemos generado son de manera informal, por eso no queda como producto, todavía no lo hemos transformado en un convenio, pero es súper importante para la universidad, porque la universidad aparece generando un servicio a la comunidad sin costo, por lo tanto, es súper bien recibido por las otras reparticiones y también por la gente”. También pudimos conocer la opinión de uno de los municipios que formaron parte de este trabajo. Cynthia Escares, encargada del Programa de Borde Costero, señaló que “es interesante que se den estas vinculaciones con las organizaciones públicas, porque me da la impresión de que, en general, la investigación de la academia se queda en las universidad, y no llega a toda la población, entonces me parece súper interesante y, personalmente, me gustó que se hiciera este
tipo de vinculación con las organizaciones públicas del borde costero”. ¿Habían participado antes de una actividad similar? “Han existido otras instancias, pero ésta fue mejor, porque tenía datos científicos bastantes duros respecto a la Bahía de Concepción, entonces, me pareció que era un buen método, una buena forma para poder acercarse a la comunidad y tratar de bajar esta información que no siempre es conocida por las personas comunes y corrientes que no están ligadas a las universidades. Es una buena forma de estar informados de lo que está pasando, sin quedarse al margen de estos procesos académicos de investigación. Creo que es importante no perder el hilo con las universidades, que son una muy buena conexión para los municipios.”
¿Y cómo evalúas el impacto de la plataforma en las comunidades costeras? “En el caso de los dirigentes sindicales, sucede que les interesa más la información referida a la pesca, siempre están buscando información de actividad productiva y, en realidad, este proyecto no tenía como objetivo proporcionar este tipo de información, entonces, como municipalidad,
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mediamos para que la universidad buscara la forma de hacer entender a los pescadores que si bien estos conocimientos no les van a repercutir directamente en la productividad, les van a permitir entender ciertas dinámicas que sí se relacionan con su trabajo. Otro espacio son las áreas de manejo, que son muy sensibles y donde los recursos no se están abasteciendo de la manera que tal vez el área de manejo quisiera, pero también hay que entender que, como todos los conflictos, son multidireccionales en realidad, entonces, no se puede ver solo un factor climático, pues también hay conflictos políticos, también hay cosas que tienen que ver con inyección de recursos; pero, claramente, el tema ambiental no deja de ser menor, sobre todo en una bahía con múltiples usos, es decir, tenemos área de manejo, tenemos zona turística, pero, por supuesto, también tenemos zonas de puerto, tenemos todo lo que tiene que ver con las aguas de alcantarillado, que, honestamente, van a dar a la bahía, entonces, ese exceso de material, esa carga orgánica que no creo que la hayamos estudiado profundamente, porque en realidad no nos corresponde a nosotros como municipio, sino que tiene que ver con el Servicio de Salud, con Medioambiente, no estamos viendo los efectos y repercusiones que afectan en la cotidianidad del pescador y en los habitantes de los bordes costeros, entonces, son factores que separarlos es complicado; pero, en un todo, por supuesto, son importantes”. También pudimos obtener el testimonio de
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Claudia Monsalve, profesora y Coordinadora Académica del Colegio Ríos de Chile de Lirquén, en Penco, quien valoró la información que quedó a su disposición tras el desarrollo de la plataforma: ¿Qué opinas de la plataforma desarrollada por el CREA para el borde costero? “Es una plataforma interesante y una excelente fuente de investigación para maestros y estudiantes, respecto al conocimiento de la Bahía de Concepción, con sus comunas costeras respectivas, entre las cuales se encuentra Penco. Esta plataforma destaca en cuanto a la entrega de antecedentes generales y características de la Bahía de Concepción, además de estrategias de monitoreo ambiental, mapas, contactos telefónicos y correos para consultas directas con los investigadores. Sin duda, esta plataforma es un aporte confiable y empírico para la comunidad, e inspirará a las nuevas generaciones para continuar con este loable trabajo”.
¿Qué recuerdas de tu participación en el proceso? “Mi participación como coordinadora académica del Liceo Ríos de Chile, de dependencia municipal, fue ser el puente
entre la academia “CREA- UCSC” y el establecimiento educacional, coordinando y asegurando un encuentro - taller entre los investigadores y un grupo de estudiantes de diversos niveles de enseñanza, para el conocimiento de nuestro entorno, el funcionamiento de la Bahía y los beneficios que se puedan extraer de ella. Este proyecto tiene sentido para la comunidad, ya que el establecimiento educacional se encuentra emplazado en un cerro con vistas a la bahía. Es nuestro deber como educadores que nuestros niños y jóvenes tomen conciencia de que el paisaje habitual hacia el liceo es un tesoro y está lleno de riquezas y, por ende, hay que valorarlo y cuidarlo como patrimonio que nos pertenece a todos y a todas. Por otro lado, el liceo está certificado ambientalmente como establecimiento “sustentable” en calidad de excelencia, y una de nuestras tareas es vincularnos con nuestro entorno, valorar cada hito que se encuentra en el borde costero, tales como el túnel, la gruta de la virgen, el fósil de plesiosaurio, la caleta de pescadores, el sector “La Cata”, entre otros. Nuestros estudiantes y docentes agradecieron la instancia de las nuevas herramientas adquiridas a través del taller, ya que fortaleció el sentido de pertenencia e identidad con su entorno”.
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DIAGNÓSTICO Y PLANES DE RECUPERACIÓN DE LAS LAGUNAS URBANAS DE CONCEPCIÓN El Centro Regional de Estudios Ambientales (CREA) de la Universidad Católica de la Santísima Concepción ejecutó el proyecto de diagnóstico integral de las lagunas urbanas: Redonda, Tres Pascualas, Lo Galindo, Lo Méndez y Lo Custodio. La iniciativa fue posible gracias a la licitación pública realizada por la Municipalidad de Concepción y al financiamiento del Gobierno Regional del Biobío.
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Responsable: El Centro Regional de Estudios Ambientales UCSC Contraparte: Municipio de Concepción aledañas a lagunas Geo- Referenciación: Concepción
y
comunidades
LAGUNAS URBANAS DE CONCEPCIÓN: CIENCIA AL SERVICIO DE LA NATURALEZA. La ciudad de Concepción tiene una característica envidiable: 5 lagunas distribuidas en distintos barrios, lo que ofrece un espacio de naturaleza para la recreación, la vida sana y preservación de los ecosistemas. Sin embargo, durante años la capital regional le dio la espalda a estos cuerpos de agua, que en parte fueron recuperados durante la década de los 90, pero que siguen teniendo problemas de intervención y abandono. Esto motivó al Centro Regional de Estudios Ambientales (CREA) de la Universidad Católica de la Santísima Concepción a ejecutar el proyecto de diagnóstico integral de las lagunas urbanas: Redonda, Tres Pascualas, Lo Galindo, Lo Méndez y Lo Custodio. La iniciativa fue posible gracias a la licitación pública realizada por la Municipalidad de Concepción y al financiamiento del Gobierno Regional del Biobío. Este estudio consolidó el trabajo que por años ha desarrollado el CREA sobre estudios ambientales. Fue aporte de la universidad para Concepción y permitió conocer los problemas transversales y particulares de las lagunas, frente a los cuales se pueden diseñar planes de restauración. El trabajo concluyó que la comunidad juega un rol clave, al ser la encargada de mantener, a lo largo
del tiempo, estos espacios en buen estado. De hecho, el 20% de la población total de la comuna se relaciona con estos cuerpos de agua, y es una muestra del gran interés en su recuperación, sobre todo, para fines recreativos. Asimismo, se estableció que la mayoría de los habitantes que rodean las lagunas son adultos mayores y dueñas de casa. Entre las medidas de mitigación entregadas, se contempla la construcción de humedales artificiales, la aireación hipolimnética, la biomanipulación bacteriana, el control directo del Luchecillo en el dragado y la regulación de la fauna íctica introducida. Tras la entrega de los resultados, a inicios de año 2018, el alcalde de Concepción, Álvaro Ortiz, señalaba: “Concepción es una ciudad privilegiada al contar con estas lagunas. Sin embargo, el crecimiento urbano ha afectado el estado de salud de los cuerpos de agua. Por eso, era imprescindible realizar este estudio con el esfuerzo compartido de todos. El sector público, así como el privado deben comprender y compartir el gran valor ambiental que representan las lagunas”. Para conocer más detalles de esta iniciativa de enorme impacto social y medioambiental, conversamos con Pablo González, quien también abordó otros proyectos que desarrollan como CREA en la región.
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¿Cómo nace esta iniciativa sobre las lagunas urbanas de Concepción? “Nace a partir del diálogo con la municipalidad. Fuimos a presentarnos, a presentar el CREA, a hablar de nuestro trabajo, y a partir de esa conversación la municipalidad nos planteó sus intereses, lo que necesitaba para el corto plazo, y ahí empezamos a trabajar. Primero levantamos el anteproyecto, lo que es las bases técnicas y las propuestas metodológicas, para luego, si son aprobadas, conseguir financiamiento. Cuando nos embarcamos en un proyecto, no sabemos si efectivamente vamos a lograr el objetivo, pero, afortunadamente, en este caso se logró”.
¿Y la importancia de la participación social? “Desde el punto de vista de la sociedad, ellos también pudieron entregarnos información a través de distintas instancias, donde ocupamos herramientas de tipo sociales, como entrevistas, grupos focales con juntas de vecinos y entrevistas a expertos. Entonces, se dio un espacio colaborativo que permitió que en este proyecto se tomaron decisiones en base al interés de los vecinos. Esto fue muy relevante, ya que los vecinos, a través de estas herramientas de tipo análisis cualitativo y cuantitativo, desde el ámbito de las ciencias
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Fue muy bonito, porque junto con hacer monitoreo a la laguna, nos hacían charlas en el mismo borde de la laguna. La verdad es que no me acuerdo tanto de los temas, pero estaban siempre relacionados con lo que existe en la laguna, ya sea con los peces, las carpas, la flora y fauna. José Jofré. Presidente del Comité Ambiental de la Laguna Lo Méndez.
sociales, nos entregaron conocimientos para que nosotros después tuviéramos mejores lineamientos para poder obtener resultados. En el diálogo, les explicamos los beneficios sociales, culturales, económicos, entonces, después les consultamos a ellos que era lo que querían. Por ejemplo, en el caso de la laguna Las Tres Pascualas, los vecinos dijeron ‘en esta laguna hace muchos años atrás se hacía deportes náuticos con canotaje, entonces nosotros queremos recuperar eso’ Otro ejemplo es que en la Laguna Lo Méndez hay mucho adulto mayor que sale a recorrer la laguna como un espacio de esparcimiento, y ellos también nos dijeron que querían recuperar el entorno. Ahí tienes 2 ejemplos de que los vecinos directamente nos pudieran decir para donde debemos enfocar las medidas de recuperación ambiental”.
¿Cómo se obtienen los resultados de calidad del agua de las lagunas? “Son análisis que se realizan desde las ciencias duras. Se puede hacer un análisis fisicoquímico, midiendo la tempera del agua y el oxígeno del agua, por ejemplo. En el caso del trabajo con empresas, quienes nos solicitan resolver la calidad ambiental del agua del aire, también lo hacemos con este tipo de instrumentos o tomando muestras para analizarlas en laboratorios.
¿A ti como profesional cómo te impactó el proyecto de Lagunas Urbanas? “Voy a contar algo muy personal. A mí marcó mucho una situación que viví en el desarrollo de este proyecto de Lagunas Urbanas. Resulta que estábamos en una reunión con vecinos directos del sector, aquellos que cruzan la calle y llegan a la laguna, y de pronto se paró un caballero adulto y dijo que él no tenía ingresos, tampoco trabajo, que era solo y que lo único que tenía era pasear por las tardes en las lagunas, y que a él le afectaba encontrarse con basura, perros muertos y malos olores. Agregó que estaba cansado de tantos proyectos de recuperación y distintos estudios que terminaban en nada. Eso a mí me llego de forma súper potente, y posterior a eso, comencé a colaborar de forma voluntaria con la Municipalidad de Concepción en todo lo que ellos me pidieran, de hecho, yo estoy en unos proyectos y los asesoro de forma gratuita, porque a mí eso me marcó de forma muy potente, ya que el caballero lo mencionó de forma muy enfática. Además, como yo estaba todos los meses yendo a tomar muestras a las lagunas, veía a los señores cuando caminaban, paseaban, se sentaban y les daban pancito a los patos. Entonces, me hizo mucho sentido lo que él dijo.”
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Para finalizar ¿Alguna otra experiencia del CREA sobre cursos de agua que te gustaría destacar? “Otro proyecto interesante en que participe fue un plan de manejo de Egeria Densa en el Lago Lanalhue. El problema era que, en el último tiempo, se estaba contaminando por un exceso de nutrientes, lo que tiene como consecuencia el crecimiento de las micro algas o las plantas acuáticas, y acá es donde aparece la Egeria Densa o luchecillo. Debido a la presencia de esta planta acuática, los turistas preferían no ir al lago, ya que que no se podrían bañar, por miedo a enredarse en ellas, ahogarse o cualquier otra situación negativa. Este proyecto corresponde al Ministerio de Medio Ambiente, a través de la Seremi de Medio Ambiente Biobío. Ellos lanzaron un plan de manejo de Egeria Densa y nosotros nos adjudicamos el proyecto, por lo que hubo que tomar ciertas mediciones del agua, se sus nutrientes y ver la cantidad de algas que había. El estudio determinó que el alga hay que cortarla en cierto periodo para poder controlarla, ya que, por su ciclo de vida, hay un periodo del año donde es más apropiado cortarla, para que así no vuelva a crecer. Al hacerlo, no existirían grandes cantidades de planta acuática y los turistas podrían ir sin problema al lago. El proyecto es bastante interesante, y los beneficiarios directos son los turistas y los lugareños que
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desarrollan actividades comerciales relativas al turismo. Entonces, este es otro caso de vinculación entre el Estado y el CREA, donde se generó un espacio de conversación y de encuentro, en el que también se utilizaron herramientas de las ciencias duras y blandas, obteniendo un resultado beneficioso para toda la comunidad del sector”. Para conocer la opinión de las comunidades, dialogamos con el presidente del Comité Ambiental de Laguna Lo Méndez, José Jofré, quien encabeza esta organización fundada el año 1987 y que tiene como objetivo la preservación de este curso de agua emblemático en el sector Barrio Norte de Concepción. A continuación, compartimos su relato. ¿Cómo ha cambiado la laguna durante las décadas? “Según los más antiguos con los que yo conversé (vecinos), la laguna llegaba hasta calle Paicaví, atravesaba hasta el camino a Talcahuano, pero cuando se construyó la Autopista quedó definitivamente cortada, empezó a achicar de a poco, se mantiene con las caídas de agua de la parte alta de Santa Sabina y Lomas de San Andrés, hay muchos desagües que llegan acá a la laguna”.
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¿Por qué conformaron su organización? ¿Por la contaminación? “Sí, ha habido años súper complicados para la Laguna Lo Méndez, y no sé si otras lagunas habrán pasado lo mismo. Hay un sector aledaño a la laguna donde se juntan dos calles, y hay dos cámaras que se han rebalsado muchas veces, y esos desechos caen a la laguna. Es lo más triste que he visto desde que vivo acá, de hecho, me pegué un par de viajes a la Superintendencia de Servicios Sanitarios a tocar el tema, porque en varias ocasiones el olor era insoportable. También, como sucede en muchas partes, de repente llegaba gente a botar basura al cauce de la laguna, pero lográbamos, de alguna manera, conversar con las personas para que llevaran sus desechos a los vertederos”.
¿Cuál es la importancia para ustedes de la Laguna Lo Méndez? “Para nosotros es algo precioso. El Gobierno Regional había hecho intervenciones, habían puesto un muelle de madera que duró varios años, pero algunas personas empezaron a sacar los tablones, y éramos los mismos vecinos los que los reponíamos, pero finalmente se pudrió la madera. En los últimos arreglos se hicieron áreas verdes, se pusieron asientos y basureros. Yo vivo
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justamente al frente de una mini plaza que hizo la municipalidad, y se mantiene, gracias a Dios”. ¿Y cómo utilizan el lugar las familias? “En las tardes aparecen matrimonios con sus niños, a jugar a la pelota, a andar en bicicleta, todo eso se da. Es un sector muy bonito mirándole todo lo positivo que tiene. Además, se puede contemplar fauna de todo tipo, tenemos torcazas y hasta tortugas, este verano vi tres, dos pequeñas y una grande, muchos pajaritos, de hecho, tenemos unos letreros que detallan todo lo que existe en la laguna. Además, hay una crianza grande de carpas, introducidos para comer las malezas de la laguna, y en la actualidad son cientos, la gente se entretiene mucho, por el lado de la sede les lanzan pan”. ¿Cómo fue la experiencia de ustedes como comunidad con el proyecto CREA de la Universidad Católica de la Santísima Concepción? “Fue muy bonito, porque junto con hacer monitoreo a la laguna, nos hacían charlas en el mismo borde de la laguna. La verdad es que no me acuerdo tanto de los temas, pero estaban siempre relacionados con lo que existe en la laguna, ya sea con los peces, las carpas, la
flora y fauna. También hablamos de las partes donde se ha perdido el cauce de la laguna, entre otros temas. Afortunadamente, en este proceso participamos como comunidad”. Y pensando en el futuro ¿Qué sueños tienen para el futuro?
Afortunadamente, en este proceso participamos como comunidad. José Jofré. Presidente del Comité Ambiental de la Laguna Lo Méndez.
“Sigo poniendo, como ejemplo, la Laguna Redonda. Ojalá nuestra Laguna Lo Méndez algún día se pareciera en un 80% a la Redonda; pero, lamentablemente, hay un sector de la rivera de la laguna, al lado del cerro, donde hay dos espacios grandes que son terrenos privados y, aunque hemos insistido en que se haga un sendero por la orilla, un camino vecinal que se limpie, que se vea el borde de la laguna, que se vea bonito por todos lados, no se ha podido, entonces, el lugar está abandonado, esa es una tarea para el futuro”.
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PLAN DE FORTALECIMIENTO DE LA FORMACIÓN INICIAL DOCENTE El Plan de Fortalecimiento de la Formación Inicial Docente está asociado a un fondo del Ministerio de Educación, que otorga financiamiento a las universidades, a partir de propuestas que hacen los plateles educativos, basados en un diagnóstico sobre las necesidades de la primera formación de los docentes. Se hace cargo del aseguramiento de la calidad y el fortalecimiento de la docencia, pero también de la vinculación con el medio, como tercer eje.
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Responsable: Facultad de Educación Contraparte: Establecimiento educacionales República del Brasil, Marina de Chile, el Liceo Técnico Profesional Jorge Sánchez Ugarte, Simón Bolívar y el Nuevo Horizonte. Docentes. Geo-Referenciación: Concepción, Hualpén y San Pedro de la Paz.
FORTALECIMIENTO INICIAL DOCENTE: PARTICIPACIÓN PARA LOGRAR CAMBIOS ESTRUCTURALES. En esta experiencia quisimos conocer la experiencia de Julio Hizmeri, profesor de Lengua Castellana y Comunicación, Coordinador General de la Unidad de Práctica Pedagógica, quien nos explicó que “la universidad, a partir de un análisis, diseñó un plan que consiguió aprobación, y se adjudicó una cifra considerable de dinero para trabajar en tres objetivos, de los cuales, el número 3 tiene que ver con la vinculación con el medio, dentro de los lineamientos de educación superior, los lineamientos para la pedagogía. Además, de los criterios de acreditación, todo se está orientando en el trabajo con las comunidades; en este caso bajo una lógica bidireccional: por una parte, de qué manera la universidad se compromete con aquellos centros en los cuales nuestros estudiantes se están formando; y por otra, cómo se contribuye al desarrollo de esas escuelas y sus docentes. Si hay una comunidad fortalecida con alianza de la universidad, los estudiantes en práctica van a verse favorecidos en su formación. Entonces, a partir del tercer objetivo fundamental, levantamos un modelo de
vinculación, partiendo de la lógica de que innovar es bueno, pero siempre debemos salvaguardar lo bueno que ya existe, entonces, articulamos una serie de iniciativas que ya eran existentes y que venían trabajándose, y levantamos otras para apuntar sobre todo al carácter más bidireccional, porque veníamos de una lógica extensionista de unidireccionalidad, ciertamente paternalista, pero eso tiene que ir cambiando, porque las investigaciones apuntan a que hay un saber importante que se construye en las escuelas, y que nosotros como universidad debemos saber formalizarlo, acogerlo para que transforme también nuestras propuestas transformativas, es decir, esa lógica antigua de que en la universidad se pasaba la teoría y que más o menos se iba aplicar críticamente en las escuelas, se ha caído desde los años 80 en adelante, es una teoría más en desuso. Hoy en día todos los modelos de formación del profesorado hablan de que esto no acaba con la etapa universitaria, la formación tiene que ser reflexiva, y esa reflexión se recibe de una relación pensante con lo que van viviendo las escuelas, por eso se habla de conocimiento experiencial y práctico, y eso es lo importante de sostener alianzas con los establecimientos”.
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¿Por favor cuéntanos algunas de las experiencias de vinculación que han desarrollado? “Una está vinculada a la Unidad de Práctica, pues era necesario el fortalecimiento a la formación práctica de las escuelas, y para eso consideramos importante hacer una mayor supervisión, acompañamiento a los estudiantes, y un trabajo más tríadicos con los profesores, invitándolos a las aulas de las universidades y generando seminarios. Otra iniciativa importante es la Escuela de Talentos Pedagógicos, que es un programa para estudiantes de tercero y cuarto medio que sienten vocación pedagógica. Participaron alrededor de 75 estudiantes, los que ingresan por una vía de admisión especial al área de la pedagogía, no es el conducto regular vía PTU. Otra experiencia dice relación con una investigación situada a través del lucro de la universidad de la Facultad de Educación, se generan concursos de proyectos de investigación donde deben participar los profesores y estudiantes para ir a la realidad, levantar algunas interpretaciones, idealmente para transformarlas en algún material didáctico. Otra iniciativa es el trabajo con la red de colaboración con 5 escuelas: República del Brasil, Marina de Chile, el Liceo Técnico profesional Jorge Sánchez Ugarte, Simón Bolívar y Nuevo Horizonte, con estos establecimientos se ha ido trabajando para apoyar los proyectos de mejoramiento educativo, porque todos los establecimientos tienen proyectos de
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mejoramiento educativos que tienen que ir implementando año a año para alcanzar mejores logros, todos más o menos bajo la misma estructura, y el año pasado se trabajó, fundamentalmente, algunos de forma web, que tiene que ver con el trabajo colaborativo de los profesores y también con el uso de las TIC en estos momentos de enseñanza virtual. Otra iniciativa es un plan de vinculación cultural que, en coordinación con la Dirección de Asuntos Estudiantiles, se creó un curso de mediación artística y web para que los profesores de distintas escuelas introdujeran también esta dimensión artística y cultural en los procesos formativos, que generalmente es como ‘el pariente pobre’ de la formación integral de los seres humanos”.
a contar las experiencias y los saberes que han ido cultivando en este proceso de educación virtual, cómo han ido resolviendo las problemáticas, singularidades que tiene cada uno de los distintos establecimientos y eso, creo yo, generó un espacio bonito, porque se acogen las voces de los profesores que vienen a la universidad, pero no para seguir escuchándonos a nosotros los académicos, que muchas veces pasa, sino que, y aquí está lo epistemológico, traemos la experiencia y el saber, y nosotros nos ponemos en juego con aquello que nos dicen, porque también nos van interpelando como formadores de futuros profesores. En esa experiencia participaron muchas profesoras, estudiantes y académicos en un espacio de reflexión, donde no había jerarquía, sino más bien distintos puntos de vista y saberes”.
¿Y a tu juicio cuál ha marcado más y generado impacto? “Hubo una experiencia importante que se desarrolló con las diferentes carreras, que consistió en seminarios tríadicos de reflexión docente con las prácticas profesional. Es importante por dos cosas: una razón política y una epistemológica. La razón política es que se organizaron, se invitaron de las diferentes carreras a seminarios de reflexión docente, sobre todo en el contexto de las prácticas profesionales, entonces, fueron los profesores que guiaban a nuestros estudiantes y los futuros profesores quienes vinieron a la universidad a participar de estos seminarios, pero no vinieron a escuchar, sino
Me imagino que la experiencia para ti como profesor es muy potente y para la comunidad docente igual… “Yo no pude participar en todas, pero al menos participé en 3, y me pareció fantástico, porque los profesores tienen mucha experiencia, hablan de educación en sus casas, entre colegas, en reuniones sociales, siempre tienen algo que decir, siempre se están haciendo visibles, pensables, visibilizando problemáticas, buscamos maneras de abordar, hay muchas reflexión que ellos van desarrollando a lo largo de su formación, y a estos espacios llegaban aquéllos que estaban
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deseosos de asistir, pues no era obligatorio, por lo tanto, eso también implicaba un compromiso importante con la preparación. Ellos se referían bastante al trabajo que se hizo con los estudiantes, cómo hoy día fue más colaborativo que nunca y cómo tuvieron que coordinarse para hacer frente a las diferentes dificultades que existían. Los estudiantes realmente fueron un apoyo importante, y eso lo hicieron ver bastantes profesores, yo creo que eso es lo significativo de ellos, es decir, los profesores siempre tienen algo que decir, lo importante es que nosotros sepamos acoger eso que ellos dicen, y eso transformarlo en algunos dispositivos. Idear y repensar cómo tenemos nuestro plan de estudio, cómo nos pone en onda la formación inicial docente”. ¿Qué desafío tiene la formación inicial de cara al futuro? “Yo creo que las universidades hoy día son cada vez más complejas, el sistema es cada vez más complejo, y yo noto a veces que se desarrollan iniciativas, pero que van paralelas y que no se articulan en un horizonte común de sentido. Entiendo que la bidireccionalidad hoy día es un horizonte hacia el cual debemos dirigirnos, pero no todas las actividades que hoy día realizamos en los establecimientos son bidireccionales, entonces, esa es la circularidad que nosotros queremos intentar garantizar. Quizás no todas las acciones van a serlo, sin embargo, en la relación general con los establecimientos debe estar plasmado
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ese sentido, ¿a qué me refiero? Por ejemplo, nosotros como facultad vamos desarrollar acciones de apoyo a un establecimiento a través de charlas o capacitaciones; en otra actividad, vamos a tener la circularidad de la bidireccionalidad, por ejemplo, invitándolos a participar de los procesos de acreditación, o invitándolos a participar en los procesos de renovación de los planes curricular de las carreras, solicitándoles que validen el perfil, o invitándolos a participar de los talleres de formación de acá de la universidad. Yo creo que hace falta más presencia de las universidades en las escuelas, pero también más presencia de los profesores del sistema escolar en las universidades, y eso bajo estructuras que sean más sistémicas, no en acciones que sean paralelas. Como hemos visto que todavía persisten, tratamos de ir articulándolas, esa es la razón de este modelo, tratar de tener un horizonte común: nosotros apoyamos a los establecimientos y los establecimientos nos apoyan a nosotros. Pero no es por una relación instrumental, sino que es por saber que nosotros necesitamos de las escuelas, donde realmente se cultivan saberes profesionales, para tratar de darle nuevo sentido a la formación docente. En otros países, por ejemplo, los cambios que se hacen para mejorar cuentan con la participación de todos, y el liderazgo se va alternando, es decir, dos años lidera el ministerio, dos años los académicos y dos años los profesores; pero en nuestro país eso aún no sucede. Actualmente, los cambios de la formación inicial docente surgen
Entiendo que la bidireccionalidad hoy día es un horizonte hacia el cual debemos dirigirnos, pero no todas las actividades que hoy día realizamos en los establecimientos son bidireccionales, entonces, esa es la circularidad que nosotros queremos intentar garantizar. Julio Hizmeri. Académico de la Facultad de Educación UCSC.
fundamentalmente en las universidades y en el ministerio, pero tenemos que saber acoger los saberes y experiencias de las escuelas, yo creo que ese es el signo del tiempo, es de una epistemología más sensata. Esto ya en el plano personal, yo estuve en Italia estudiando la autoreforma en lo escolar, ahí se generaban unas lógicas diferentes, y los profesores iban a las universidades a decirles ‘ojo, ustedes me están formando acá en esto y esto otro, pero las escuelas están hecha de esta pasta, o sea no, de qué me están hablando con esto de estandarizaciones’, y las maestras y maestros de escuelas subían a las cátedras a contar esas verdades, a hacerlas visibles y a poner en jaque a los profesores de las universidades que ‘formamos a marte habitando júpiter’, entonces, esas conexiones son importantes”. Para conocer la opinión de los beneficiados por estas vinculaciones, conversamos con Yuri Figueroa Saez, Jefe de Asuntos Estudiantiles del Liceo Técnico Profesional Jorge Sánchez Ugarte, quien nos explicó que “su función tiene que ver con la relación directa con la sociedad: el área de convivencia escolar y el trabajo de la unidad sicosocial, que brinda apoyo socioemocional a los estudiantes y sus familias. El liceo, que pertenece a la Corporación Educacional de la Construcción, tiene una matrícula de 1.520 alumnos, con cursos desde primero básico a cuarto medio, y por ser un liceo técnico profesional, tenemos dos especialidades: administración mención recursos humanos y montaje industrial”.
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¿Qué te gustaría destacar realizado con la universidad?
del
trabajo
“Me gustaría destacar, en primer lugar, la vinculación y, sin duda, el poder tener una comunicación horizontal. Nosotros participamos con la universidad en la red de colegios desde hace ya unos años, hemos tenido algunas experiencias en áreas de convivencia, de liderazgo, de recursos humanos, de gestión pedagógica y, en este caso, el área de investigación. Este era un desafío muy importante, muy interesante, visto desde nuestro punto de vista como establecimiento educacional de nivel medio, porque le entregaba a los profesores, que también han tenido en algún minuto una formación y no la han podido llevar adelante por estar siempre en el desempeño dentro del aula, esta alternativa. Entonces, esta vinculación con la universidad fue para nosotros un gran aliciente para poder participar y poner en práctica aquel conocimiento que nos permite tener el aula, con respecto a generar ciertas líneas de investigación, bajo el alero de la Facultad de Educación, quienes fueron muy acogedores en recibirnos, en monitorear el trabajo, siempre muy prestos y dispuestos a juntarnos, realizando reuniones para poder concretar las líneas que nos habíamos propuesto como equipo de trabajo. Creo que también hay que considerar que hay una vinculación no sólo desde la línea investigativa, sino también territorial, pues
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estamos en un mismo espacio, en un mismo entorno, entonces, darnos cuenta de que estamos situados en un espacio geográfico nos pone en mayor contacto. Es más, algunos de nuestros ex estudiantes continúan estudios en la universidad, lo que también genera una cercanía muy directa”. ¿Cómo desarrollaron la investigación? “Tuvimos la posibilidad de participar, concretamente, en una línea investigativa desde una metodología de levantamiento de la cartografía, es decir, levantar información desde actores representantes sociales, también de espacios educativos, de espacios públicos, de servicios, y en ese sentido, desde el liceo, en términos prácticos, pudimos aportar con la experiencia de ex estudiantes, de la presidenta del Centro General de Padres, de las Juntas de vecinos, de las cuales hay muchas acá en el sector, pero hicimos el vínculo con una en la cual era presidenta una ex apoderada de nosotros. En este ir y venir de cuarentena a Fase 2, se pudo realizar incluso actividad presencial, con todas las medidas Covid-19, allí se hizo el trabajo netamente práctico de entrevista y mapeo de bajar esta información al papel. Luego hubo un permanente trabajo, reunión semanal con el núcleo de investigación, donde íbamos revisando el trabajo, generando documentos y capturando imágenes”.
¿Cuáles serían a su juicio los principales resultados? “Los principales resultados, en términos investigativos, se concretan en la producción dos artículos, y a la vez, podemos hablar de un producto pensando en la propia universidad para la Formación Inicial Docente. El estudiantado que está pronto a egresar tiene a disposición hoy día un material de consulta, un producto donde encuentra una suerte de guía para darse cuenta de que, al llegar a un espacio educativo, puede levantar información de los actores de la comunidad y que le va a entregar una riqueza respecto al perfil de esa comunidad, con elementos más claros para el análisis, una visión más cualitativa frente a la toma de decisiones y no sólo tomar la inserción en el establecimiento, sino que entenderlo en su conjunto. Este trabajo permitió evidenciar estos vínculos que están en cierta medida como latentes, es decir, se asoman pero no son evidentes, y aquí es donde descubrimos este vínculo de la territorialidad y darnos cuenta que tenemos elementos en común. Otro factor que yo creo que tomó fuerza fue rescatar distintas aristas de nuestro entorno: el entorno natural que tenemos en el territorio, reconocer la potencialidad que tienen las lagunas, ciertos circuitos, y que de pronto quedan a trasmano, creo que eso también, sin ser el objetivo principal, se fue descubriendo; reconocer a los espacios educativos, tanto al liceo como a la universidad, como móviles de cambio social, además de tenerlos a mano,
no sólo desde el punto de vista físico, sino también de los grupos familiares que se van construyendo; reconocer el sector de Barrio Norte como un grupo humano con historia, trayectoria, con elementos de resistencia, ya que emerge principalmente a partir de las tomas de terreno; en cuanto a su desarrollo comercial, en la actualidad vemos mucha Pymes, mucha manufactura, hay que recordar que Barrio Norte fue destacado durante mucho tiempo por el rubro del calzado, muchas empresas de montaje, estructuras metálicas, en Barrio Norte se encuentra de todo, en una línea de primera y segunda necesidad; también llegamos a un punto que hace algunos años tomó mucha fuerza, que fue el llevar a una votación popular el hecho de que Barrio Norte fuera comuna, por todos estos elementos que estoy señalando”. ¿Qué queda pendiente por realizar de esta vinculación bidireccional? “Nos queda cerrar a través de un espacio de difusión que ya dejamos planificado, hacer un lanzamiento en este espacio educativo, ya sea de manera virtual o presencial, si la fase lo permite, para tener a representantes de la Universidad, del Liceo y los informantes claves”.
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COAUTORES 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10.
Claudia Monsalve Cynthia Escares Damarys González Edith Calderón Felipe Huerta Felipe Llanos Francisco Inostroza Franco Figueroa Gonzalo Ortega Héctor Sanhueza
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Ignacio Salinas Juan Jofre Juan Vallejos Juana González Julio Hizmeri Katherine Ortega Maite Otondo Marcelo Pávez María Jeanette Riquelme Natalia Baeza
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Pablo González Paloma Poblete Patricia de la Fuente Raúl Escobar Robinson Saéz Sandra Salazar Verónica Gómez Ximena Soto Yuri Figueroa
CRÉDITOS DE LAS IMÁGENES UTILIZADAS Pág.4: Maite Otondo
Pág.48: Robinson Sáez
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Pág.52: Robinson Sáez
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Pág.58: Dirección de Extensión Cultural y Universitaria
Pág.12: Dirección de Comunicación Institucional
Pág.60: Dirección de Extensión Cultural y Universitaria
Pág.16: Dirección de Comunicación Institucional
Pág.64: Dirección de Extensión Cultural y Universitaria
Pág.19: Dirección de Comunicación Institucional
Pág.66: Núcleo Científico Tecnológico
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Pág.71: Núcleo Científico Tecnológico
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Pág.72: Núcleo Científico Tecnológico
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Pág.74: Marcelo Pávez
Pág.28: Dirección de Extensión Cultural y Universitaria Pág.76: Marcelo Pávez Pág.31: Dirección de Extensión Cultural y Universitaria Pág.79: Marcelo Pávez Pág.32: Dirección de Extensión Cultural y Universitaria Pág.80: Marcelo Pávez Pág.34: Diseñada por Freepik
Pág.83: Marcelo Pávez
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Pág.84: Pablo Gónzalez
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Pág.89: Pablo Gónzalez
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. JARA, Óscar. 1998. Para sistematizar experiencias. Centro de Estudios y Publicaciones ALFORJA. San José.
2. SEPÚLVEDA, MARÍA JOSÉ. 2015. Universidades, Vinculación con Su Entorno Social y Su Rol Social.