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¿Hay interacción entre los alimentos y los medicamentos?
La mayor parte de medicamentos se administran por vía oral y, por esa razón, alimentos y medicamentos pueden coincidir e interaccionar en el tracto digestivo. Estas interacciones pueden afectar a la velocidad a la que se dan procesos como la disgregación de la forma farmacéutica, la disolución del principio activo, el vaciado gástrico o el tránsito intestinal. Los cambios en estos procesos pueden tener un impacto en la efectividad de los tratamientos.
Las interacciones físicoquímicas también tienen repercusión en el efecto terapéutico de los medicamentos. Por ejemplo: El zumo de pomelo interacciona con más de 40 medicamentos. Por ejemplo, disminuye la efectividad de las estatinas, el diazepam o la carbamazepina. Por otra parte, los quesos añejos y las salchichas contienen tiramina, una sustancia que, combinada con ciertos tratamientos para la depresión, pueden producir crisis de hipertensión.
La leche interacciona con gran cantidad de medicamentos como amoxicilina, ciprofloxacino, griseofulvina, metotrexato, penicilina V y algunas formulaciones de teofilina entre otros muchos. Esto es especialmente interesante para la población pediátrica, ya que es una práctica habitual administrar los medicamentos con lácteos a los niños.
Estos son sólo algunos ejemplos, por lo que siempre se deben seguir las instrucciones recogidas en el prospecto, o las indicadas por el personal médico o farmacéutico respecto a la forma de tomar los medicamentos.