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Experimenta con la Dieta Mediterránea
from Sapiens Junior | Revista UMH Sapiens no. 30 | Ciencia, tecnología, historia, sociedad, arte
by UMH Sapiens
Ángeles Gallar / Christian Giner
¿Qué es la dieta mediterránea?
Que un alimento del supermercado lleve la etiqueta “Mediterráneo” no significa que comerlo transforme nuestra dieta en una dieta mediterránea. Entonces, ¿cómo sabemos qué es la dieta mediterránea? En realidad, es un estilo de vida basado en la actividad física y una alimentación equilibrada que se disfruta socialmente. Pero empecemos por algo conocido: la “Pirámide de los alimentos”. Eso seguro que te suena de haberlo escuchado en clase, aunque puede que no lo recuerdes.
La pirámide de la dieta mediterránea se basa sobre todo en…. ¡Eso es, vegetales! Mucha verdura y, también, varias piezas de fruta al día. ¿En forma de zumo, cuentan? No. Porque cuando bebemos un zumo de fruta, aunque sea casero, estamos tomando el azúcar de muchas piezas de fruta, pero la fibra de menos de una. En la base de la pirámide, también encontraremos el importantísimo aceite de oliva, así como legumbres, nueces o frutos secos naturales (¡no de los fritos y condimentados!), los cereales, las especias y otras hierbas.
Después de la fruta y la verdura, en menores cantidades, debemos comer pescados. Menos a menudo, consumiremos carnes blancas, huevos y derivados lácteos y, muy poquitas veces, carnes rojas y azúcares. Para que quede claro: comer dulces “solo una vez al día” NO es comer poco azúcar. Para los adultos, se recomiendan menos de dos raciones de dulce a la semana.
Y, ¿qué pasa con la bebida? Pues está claro: la bebida más sana y refrescante es el agua. Diga lo que diga la publicidad.
Pirámide de la dieta mediterránea: Un estilo de vida actual
Recetas de dieta mediterránea para hacer con niños
Las expertas y expertos en dieta mediterránea del grupo de Epidemiología de la Nutrición (EPINUT) de la Universidad Miguel Hernández te recomiendan estas sabrosas recetas para preparar en casa. Todas ellas son parte de una dieta equilibrada y sana que ayuda a prevenir la obesidad y las enfermedades cardiovasculares. Además, son muy divertidas de preparar. ¿Cuál prefieres: un erizo almendrado, una flor de tomate o un gusanillo de frutas?
Flor de Tomate
Ingredientes:
· Dos tomates
· Dos olivas negras
· Un pepino
· Una cebolleta con tallo
· Hojas de hierbabuena
Lavamos todos los ingredientes. A continuación, cortamos los tomates en gajos sin llegar hasta el fondo, para que se abran sin partirse. Ponemos en el centro de los tomates la oliva negra para hacer el centro de la flor. Después cortamos la parte verde de la cebolleta y se la ponemos como tallo de la flor, para hacer la parte inferior pelamos y cortamos el pepino en rodajas. Para finalizar ponemos las hojas de hierbabuena. ¡Y ya tendríamos una estupenda receta saludable!
Gusanillo deFrutas
Ingredientes:
· Seis uvas
· Una fresa
· Una naranja
· Una pera
· Hojas de espinacas
Lavamos todas las frutas. Primero cogemos las uvas, las partimos por la mitad y formamos el cuerpo del gusanillo. Para la cabeza cogemos la fresa y la hacemos rodajas. Para los pies y la cara, usamos trocitos de pera. Por último, para el sol, ponemos una rodaja de naranja y unas hojas de espinaca para hacer el suelo. ¡Es una forma muy divertida de comer fruta!
Erizo Almendrado
Ingredientes:
· Un quesito
· Almendras laminadas
· Olivas negras
Cogemos el quesito y lo ponemos encima de un plato. A continuación, cogemos las láminas de almendra y las vamos clavando por alrededor de todo el quesito como si fueran las púas del erizo. Para hacer los ojos le colocamos un trozo de oliva negra y para la nariz un trozo de almendra que nos haya sobrado y ¡LISTO!
¿Por qué es tan importante seguir una dieta mediterránea?
Un estudio de los Investigadores del Grupo EPINUT de la UMH Jesús Vioque, Eva Mª Navarrete, Leyre Notario, Sandra González, Manuela García y Desirée Valera demostró que seguir la dieta mediterránea reducía el riesgo de sobrepeso y obesidad en niños. Para llegar a esta conclusión, recogieron datos de más de 1.500 niños de 4 años y estudiaron qué comieron durante los 4 años siguientes. Entonces, cuando esos mismos niños ya tenían 8 años, comprobaron la evolución de su peso y de su estado de salud. Impresionante, ¿verdad? Esto es lo que se llama un estudio de cohorte, que sigue a las mismas personas durante un periodo de tiempo para ver su evolución. Este método es muy útil en la epidemiología de la nutrición para analizar cómo afectan distintos alimentos a nuestra salud.