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Acción Climática
Los megaincendios forestales han venido para quedarse Raúl de la Calle Santillana Secretario General Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales Los profesionales expertos en gestión de incendios llevan años anunciando que la crisis climática y la ausencia de gestión forestal están propiciando la aparición de incendios forestales mucho más virulentos, con mayor intensidad energética y por lo tanto más devastadores. Hemos sido testigos de incendios que superan la capacidad de extinción de cualquier país del mundo. Incendios forestales como los que ha estado sufriendo recientemente Estados Unidos, más concretamente en el estado de California, o en la Amazonía, están empezando a ser habituales en todo el mundo y lo venimos observando desde hace tiempo (Australia (2019-2020), Estados Unidos (2019), Bolivia (2019), Siberia (2019 y 2020) Grecia (2018), Portugal (2017), Chile (2017), Canadá (2016)…). Se trata de incendios muy peligrosos para las personas pero también para el clima, ya no solo por la extensión de los mismos sino porque cada vez son más los que afectan a urbanizaciones o poblaciones que están rodeadas de vegetación (interfaz urbano-forestal). Además de la inmensa tragedia que supone la pérdida de vidas humanas y la destrucción de poblaciones enteras, más allá del desastre ecológico y la alta pérdida de biodiversidad que genera un incendio de estas características y de la huella que deja en el paisaje, los científicos alertan de otra grave consecuencia provocada por el humo. Junto a las enormes cantidades de CO2 que se liberan durante un incendio forestal, las inmensas columnas de humo que se generan durante los incendios vienen a agravar los efectos negativos de la crisis climática en la región afectada y a escala global (se ha detectado humo de un gran incendio forestal a miles de kilómetros de donde se ha generado).
Las políticas preventivas tienen que ganar peso y tienen que ser vistas como una inversión, más aún en el escenario de cambio climático en el que nos encontramos. Se trata de política forestal, de planificación y ejecución de proyectos, con inversiones continuadas e importantes en la gestión de los montes. Áreas cortafuegos, quemas prescritas, tratamientos selvícolas perimetrales, sensibilización… y así hasta un largo etcétera. Situaciones como la ahora sucedida en California merecen hacernos reflexionar sobre lo que estamos haciendo. O más bien, sobre lo que no estamos haciendo. El cambio climático, la despoblación del medio rural, el abandono de los montes, la ausencia de gestión forestal, y también la mano del hombre influye de forma directa en la existencia de este tipo de incendios difíciles de controlar que han llegado para quedarse. También en nuestro país. No estamos hablando sólo de un problema climático y medioambiental, se trata de un problema de seguridad nacional. Los bosques son esenciales para la vida y no podemos permitirnos el lujo de que desaparezcan o se deterioren. Sus funciones reguladoras del ciclo del agua, su papel crucial en la lucha contra el cambio climático, su capacidad como reserva de biodiversidad de animales y plantas, su servicio como fijadores de tierra evitando la erosión y la desertización, su defensa de cabeceras de ríos, embalses y poblaciones humanas frente a riadas y catástrofes naturales, su producción de materias primas naturales y renovables como la madera, la biomasa forestal, el corcho y otros productos naturales, hacen del bosque el mejor aliado del ser humano por hacer de la Tierra un lugar habitable.
En España se le denomina 'grandes incendios forestales' a aquellos que superan las 500 hectáreas de superficie. Aunque en ocasiones la gravedad de un incendio forestal no se debe medir exclusivamente por la superficie forestal quemada. Aquí también ha quedado en evidencia que la forma en que arden los bosques ha cambiado. Hablamos de incendios rápidos, agresivos, con miles de hectáreas arrasadas y con miles de personas damnificadas. Lo sufrimos recientemente en el incendio producido en la provincia de Huelva (unas 12.000 ha) y en Gran Canaria, el más grave del 2019 (unas 10.000 ha) en el que se vivieron momentos de drama y angustia. 46 g Profesiones
nº 187 g septiembre-octubre 2020