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José Luis de la Fuente, editor de Saludarte Ediciones
«Es importante que las obras que publicamos desarrollen todo su potencial como herramienta útil de comunicación sanitaria» Elisa G. McCausland ¿Cómo surge el proyecto editorial SaludArte? ¿Qué foco y estrategia tiene vuestro plan editorial? SaludArte Ediciones es una editorial de recientísima creación — hemos iniciado nuestra actividad este año 2020—, que pretende enfocarse hacia un género de novelas gráficas de auge creciente: la Medicina Gráfica. Medicina Gráfica es un concepto acuñado recientemente que hace referencia a la relación e interacción entre el cómic y otras formas de expresión gráfica con el mundo sanitario, y, desde una perspectiva más concreta y más pragmática, a la utilidad del cómic, la ilustración y la infografía como herramientas de comunicación sanitaria. Para el aprendizaje de las ciencias de la salud y para el ejercicio profesional de la medicina resultan de interés los cómics que plasman o reflejan conceptos, situaciones clínicas o circunstancias derivadas de problemas de salud y la respuesta que nuestra sociedad intenta dar a los mismos, desde el momento en que pueden mover a la reflexión a quienes se dedican profesionalmente al cuidado de la salud o pueden proporcionar puntos de identificación y aprendizaje a quienes padecen situaciones o circunstancias similares a las narradas en ellos. Ese es, entonces, el foco de interés de la que llamamos Medicina Gráfica. Desde SaludArte pretendemos ofrecer al público hispanohablante obras que respondan a esa premisa. SaludArte Ediciones es la primera —y, de momento, única editorial especializada en Medicina Gráfica. En la editorial contamos con un grupo de profesionales sanitarios que ejercen como correctores y asesores para asegurarnos de que los mensajes sanitarios que puedan incluir nuestras obras sean claros y precisos. Las obras que vamos a publicar tienen un público objetivo amplísimo: además de la población general —pues se trata de obras comerciales, con un importante potencial para proporcionar una lectura entretenida—, podrán interesar de forma especial a profesionales sanitarios en formación y en ejercicio, a enfermos o a quienes padecen determinados problemas de salud y a personas de su entorno (familiares, allegados, cuidadores), y a todos aquellos que puedan estar interesados en la educación sanitaria en sentido amplio como formadores o como discentes. En la actualidad, ya tenemos publicados dos libros: Un mal médico, del autor británico Ian Williams, y El Cáncer de Mamá, del autor norteamericano Brian Fies. ¿Tenéis planteadas sinergias de tipo didácticosanitario con instituciones (colegios profesionales, universidad, etc)? Esta es una pregunta muy interesante —como suele decirse, me alegro especialmente de que la hagas—, porque responde a una 54 g Profesiones
inquietud de quienes estamos implicados en esta editorial: como te decía, varios de nosotros tenemos vocación, formación y ejercicio profesional como sanitarios… y, en ese sentido, es importante que las obras que publicamos desarrollen todo su potencial como herramienta útil de comunicación sanitaria o de educación para la salud. Buscamos sinergias —y estamos, por supuesto, abiertos a propuestas en este sentido— con colegios profesionales, sociedades científicas o asociaciones de pacientes, entre otras instituciones, para conseguir que sus miembros puedan tener conocimiento de las obras de nuestro catálogo y acceso a las mismas en condiciones ventajosas. De momento, hemos firmado un convenio con ese objetivo con el Colegio Oficial de Médicos de Málaga —pionero, también, en tantas otras iniciativas— y estamos trabajando para que otras entidades sin ánimo de lucro puedan beneficiarse también de convenios similares. Háblanos un poco de la red de relaciones que se está estableciendo desde la Medicina Gráfica como un movimiento internacional. El interés por lo que los cómics pueden aportar al mundo de la salud y la enfermedad es antiguo, incluso desde el ámbito académico. Mi propia tesis doctoral, que defendí en 1999, versa sobre la imagen del sida en los semanarios españoles de humor gráfico para adultos, y la primera investigación cuantitativa sobre cómics y medicina de que tenemos constancia se presentó en un Congreso de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFYC) en 1994. Sin embargo, fue ya en la primera década del siglo XXI cuando el médico y autor de cómics británico Ian Williams acuñó la expresión «Graphic Medicine» para referirse al papel que los cómics pueden jugar como herramienta en la comunicación en salud, en la educación y formación sanitaria y en los cuidados de salud. Ian Williams es, precisamente, el autor de Un mal médico, nuestra primera obra publicada, lo cual no es casual, sino toda una declaración de intenciones. Rodeado de un grupo de profesionales con inquietunº 187 g septiembre-octubre 2020